Ganglios basales

Introducción
Como ya vimos en la exposición pasada, las áreas de la corteza cerebral que
estimulan la contracción muscular, hay otras dos estructuras encefálicas que
resultan fundamentales para que el funcionamiento motor sea normal, los cuales
son el cerebelo y los ganglios basales. Ninguna de ellas es capaz de controlar la
actividad muscular por sí sola. Es por ello que hoy les hablaremos un poco acerca
de los ganglios o núcleos basales, los cuales constituyen un sistema motor
auxiliar, es decir que no funcionan por sí solos.
Estos ayudan a planificar y controlar los patrones complejos de movimiento
muscular. Regulan las intensidades relativas de cada movimiento independiente,
su dirección y la ordenación de los movimientos paralelos y sucesivos múltiples
destinados a alcanzar un objetivo motor específico complicado.
Los núcleos basales se encuentran situados en torno al sistema límbico y del
tercer ventrículo. Se ubican a ambos lados del tálamo, alrededor de este, a la
altura del lóbulo temporal.

Repaso
Recordando, el encéfalo, es, por así decirlo, el centro de control donde se
registran todas las sensaciones, se relaciona entre sí, y con la información ya
almacenada, además de ser el lugar donde se toman decisiones y donde se
generan acciones. También es el centro del intelecto, las emociones, el
comportamiento y la memoria.
Sabemos que el cerebro se compone de cuatro porciones principales:
El tronco encefálico: Mesencéfalo, protuberancia y bulbo raquídeo
El cerebelo
El diencéfalo: Tálamo, hipotálamo y epitálamo (glándula pineal)
El cerebro
Además de que, la corteza cerebral se divide en dos hemisferios, así como en
cuatro lóbulos (frontal, parietal, temporal y occipital).

Caudado
Es una gran masa de sustancia gris con forma de C.
Se ubica por fuera del tálamo.
Casi todas las fibras nerviosas sensitivas y motoras que conectan la corteza
cerebral con la médula espinal atraviesan el área que queda entre este núcleo y el
putamen, este espacio se llama cápsula interna del cerebro.
Se extiende por todos los lóbulos del cerebro, desde du comienzo más anterior en
los lóbulos frontales, siguiendo después hacia atrás a través de los lóbulos parietal
y occipital, y finalmente tomando una curva de nuevo hacia adelante como si fuera
la letra C en su recorrido hacia los lóbulos temporales. Por ende recibe una gran
proporción de sus conexiones de entrada desde las áreas de asociación de la
corteza cerebral que lo cubren, zonas que especialmente también integran los
diversos tipos de información sensitiva y motora en unos patrones de pensamiento
manejables.