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y dijo “Saulo, ¿por qué me persigues?” y Saulo le preguntó: “¿Quién Salmos 138:8
eres?”. La voz le respondió: “Soy Jesús. Ve a Damasco, y allí te dirán lo
que tienes que hacer”. En ese momento, Saulo quedó ciego, y lo tuvieron
que llevar de la mano hasta la ciudad.
En Damasco había un hombre fiel a Dios llamado Ananías, y Jesús le dijo
en una visión: “Ve a la casa de Judas, en la calle llamada derecha, y busca
a Saulo”. Ananías se sorprendió muchísimo y le dijo: “Señor, he oído
muchas cosas sobre este hombre. Él está metiendo a tus discípulos a la
cárcel”. Pero Jesús le dijo: “Ve adonde él, porque he elegido a Saulo para
que el predique las buenas noticias de Dios en muchas naciones”. Eso
quería decir que Saulo se convertiría en un viajero por el mundo
predicando la palabra
de Dios.
Así que Ananías se fue adonde Saulo y le dijo: “Saulo, hermano, Jesús me ha enviado para que
puedas volver a ver”. Enseguida, Saulo pudo ver otra vez. Aprendió cosas sobre Jesús y se convirtió
en su seguidor. Se bautizó, pero quieren saber qué más hizo se cambió el nombre y se hizo llamar
Pablo porque significa “pequeño” ya que El Apóstol Pablo aun siendo un hombre lleno de la sabiduría
de Dios, se decía así mismo que era el más pequeño de los siervos de Dios y así empezó a predicar en
las sinagogas con sus compañeros cristianos. ¿Te imaginas qué sorprendidos estarían los judíos?
Ahora veían a Saulo enseñando a la gente acerca de Jesús.
Pero luego de un tiempo Pablo se subió a su barco y empezó a navegar por los mares y a cada puerto
que llegaba predicaba la palabra de Dios y también empezó a formar iglesias en todo el mundo. Y así
fue como él se convirtió en un viajero con propósito.
Ahora te toca a ti descubrir cuál es tu propósito en Dios, pero primero debes pedir
perdón a Dios y aceptarlo en tu corazón para que él sea tu guía para cumplirlo y
recuerda leer la Biblia, ser Obediente, ser valiente, aunque sientas miedo, no ser
como los demás sino marcar la diferencia y siempre tener fe, confiar en Dios y así
podrás descubrir cuál es tu propósito.
Te invito a orar:
Amado Dios gracias por tener un plan para mí, te pido que me ayudes a descubrir
cuál es el propósito que tú tienes para mi vida y ayúdame a no tener temor, y confiar
que estarás conmigo y con mi familia todos los días. ¡Amén!