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Schutz, A. La Construcción Significativa Del Mundo Social
Schutz, A. La Construcción Significativa Del Mundo Social
La construcción significativa
del mundo social
Introducción a la sociología comprensiva
~
ediciones
PAIDOS
Barcelona
Buenos Aires
México
Título original: Der sinnhafte AuJbau der sozialen Welt
PuhUcado en alemán' por Springer Verlag, Viena
Traducción de Eduardo J. Prieto
Cuhierta de Mário Eskenazi
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita d.los titulares del "Copyright",
bajo las sanciones estahlecidas en las leyes, la reproducci6 n total o parcial de esta obra por
cualquier medio Oprocedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informátiCQ, y
l. distribuci6n dc ejemplares de ella mediante alquile... o pré~tamo públícos.
© by IIse Schütz
© de todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paid6s Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAICF,
Defensa, 599 - Buenos Aires.
ISBN: 84-7509-943-2
Depósito legal: B-30.869/1993
Impreso en Novagrafic, S.L.,·
Puigcerda, 127 - 08019 Barcelona
Impreso en España - Printed in Spain
SUMARIO
Agradecimientos ................................................................................ 9
Glosario .............................................................................................. 31
Observación .................................................................................. 73
JETIVA 127
COTIDIANA
obra de nuestro autores, sin lugar a dudas, una de las aportaciones más
ricas y originales que ha conocido la fenomenología en su dimensión
social, así como una de las más interesantes y estimulantes respecto a
la cuestión de la intersubjetividad. Pero ¿ cuál es el objeto de estudio
de la «fenomenología de la acción socia!»? El propio Schütz lo aclara:
.•.el objetivo que estudiaremos es el ser humano CJue mira el mundo desde
. una actitud natural. Nacido en un mundo social, se encuentra con sus con
géneres y da por sentada la existencia de éstos sin cuestionarla, así como
da por sentada la existencia de los objetos naturales que encuentra. 21
o también:
El mundo de la vida cotidiana no es un mundo privado, sino comparti
do con mis semejantes. 29
No toda clase de contacto entre los hombres tiene carácter social; sino
sólo una acción con sentido propio dirigida a la acción de otros. Un choque
VI
Weber requiere entonces que la persona que realiza una acción social
esté consciente de mucho más que de la pura existenda del otro. Debe dar
se cuenta del significado de la conducta del otro e interpretarlo. 32
terés la relación que el propio Schütz establece entre el concepto de «acción» (Han
deln) y el «proyecto» (Entwurf) de Heidegger. Véase La construcción significativa del
mundo social, pág. 89.
34 Véase Schütz, El problema de la realidad social, pág. 49.
... yo tendría que ser capaz de recordar todas las vivencias del otro y, por
lo tanto, de haber vivenciado esas vivencias en el mismo orden en que él
lo hizo; y finalmente debería haberle otorgado exactamente el mismo gra
do de atención que él les acordó. En síntesis, mi corriente de conciencia
tendría que coincidir con la del otro, lo cual equivale a decir que yo tendría
que ser la otra persona (...).
Parecería que estas conclusiones llevaran a la negación de la posibili
dad de una sociología comprensiva y, más aún, a negar que alguien pueda
llegar a comprender la experiencia de otra persona. Pero éste no es de nin
guna manera el caso. No estamos afirmando que las vivencias de otro per
manezcan inaccesibles en principio para mí ni que carezcan para mí de sig
• nificado.Más bien, la cuestión reside en que el significado que doy a las
vivencias de otro no puede ser exactamente el mismo que el significaado
que les da el otro cuando procede a interpretarlas. 40 .
44 Véase Schütz, Estudios sobre teoría social, pág. 52. Creo que podría ser in
Tanto Berger como Luckmann han aplicado cada uno por su cuen
ta las tesis de Schütz básicamente al estudio del fenómeno religiosoS 7
dando lugar a obras de notable interés, aunque, evidentemente, su pro
Joan-CarIes Melich
Universidad Autónoma de Barcelona.
Otoño de 1993
Gl".oRGE W ALSH
Fml:DElu(".J( LEH1'."EHT
Geneva, Nue,'a York
Septiembre de 1966
INTHODUCCION *
1 CE. Lewi.s W. Beck, "Agent, Actor, Spectator llnd Critic", The Monist,
XLIX, n Q 2.
13
GEsta secci6n debe mucho, tanto en inspiración como en detalle, al' resumen
justamente famoso de Alfred Stonier :Y Karl Bode, titulado: hA New Approach to the
Methodology of tlle Social Sciences", ¡';conomica, JV (19:37), plÍgs. 406-2:1. Sin elll
bargo, difiere de éste en el enfoque y S\,\ aparta radicalmente d(( él enal¡!ullos ¡lIlutos
de terminología.
18
7 el. Lewis ,V. Beck, 'op. cit. Para UD tratall1iento general desde el plmto de
vista delu filosofía amllítica, véase Stllart H:!lnpsmre, Thought álld Aation (Nueva
York, 1960).
22
pueden engranarse. Esta. es la esencia de In. relación intcrpersonal, y
resulta búsica para nuesh'o conocimiento de las demás personas. Por
supuesto, estamos en cierta. desventaja cn nuestro conocimiento de la
interna de los demás. En cierto senticlo, este conocimiento es
indirecto y discontinuo. Pero Schiitz hace la interesante observación
de que existe oh'o sentido on el elml podemos conocer mejor a los'
d('más que a nosotros mismos. En efecto, podemos «observar" las viven
das de los demás cuando ocurren realmente, mientras que tenemos
que esperar, en el caso dc las nuestras, a que transcurran para escu
driñarlas cuando se retiran hacia el pasado. Nadie puede verse en
acción, así como tampoco puede conocer el "cstilo" de su prop:L:'l per
sonalidad.
El Fl'enuz.¡;el'stehen es, entonces, la verdadera comprensión del sig
nificado stlb¡etívo. Segllll hemos visto, debemos distinguirlo cuidaclo
samente de In. comprensión del significado objetivo. Todos los objetos
"productos" pueden intel})rctarse objetiva o subjetivamente.
Si uno formula, por ejemplo, el juicio 2+ 2 = 4, este juicio intercsa
tanto desde el punto de vista de su «contenido" lógico, que cs una
proposición' matemática intempora], como dcsde el punto de vista de
por qué, esta determinada persona formula esta particular afirmación
en estc momento dado del tiempo. Sólo comprendiendo los motivos
del hablante captamos su significadO' subjetivo.
La distinción entro significado objctivo y subjetivo tienc impli
cndoncs definidas para la metodología de Ins ciencias culturales. E]
contenido significativo de un producto cultura] es indcpendicnte de su
Se 10 considera como algo que puede crearse o actualizarse
por obra dc cualquiera o de todos. Esto es lo que
siguiendo a Husserl, llama «'a idealidad del 'p!ledo-hacerlo
de-llIle¡;O'''. El creador dc tal producto cs concebido como "uno" anóni
mo. Los conceptos y leyes de la cconomía pura tienen cstecatáctcr
anónimo. En cambio, Jos conceptos (1<, la historia económica, talos
C01110 "capitalismo occidcntal" o "sistcma- (h' castas", sólo
prenderse en función de los motivos dl' illdividuos o gmpos partien
reS. Los primeros conceptos mencionados tienen validcz universal; Jos
{l]timos no. Al presentar esta tesis, Schütz trata de tomar una posición
intermedia entre las perspectivas po]émicamente opuestas ele :Max
\Yebel' y Ludwig von Mises. Lo que surge hasta ahora es que todas
las ciencias cu]tura]cs sc ocupan de productos significativos y quc algu
nas de e11as comprenden cstos productos de una manera más objetiva
y anónima que las otras. Es cuestión diferente saber si alguna de las
ciencias cultl1ra1cs capta realmente el significado subjetivo en sí mismo.
Esto nos lleva al cuarto capítulo, de fundamental importancia, quc
110S da una fenomenología del mundo social en su verdadero sentido.
Sólo se la formula ('11 esbozo, por supuesto, ya que Schiítz no estaba
poniendo ('11 este libro más que Jos fundamentos de invcstigaciones
ddalle 'lIW esperaha que {~l 11 otros rcalizaran con posterioridad.
23
GEORGE WALSH
Geneva, Nueva York
Enero ele 1967
PREFACIO DEL AUTOR
ALFRED SCHÜTZ
Viena
Marzo de 1932
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION ALEMANA
ILSE ScatiTz
Nueva York
Octubre de 1959
GLOSARIO
Akt Acto
Anzeiehen indicaCión
Aufbau construcción
Chance probabilidad
Ego yo
Einstellungsbeziehung relación de orientación
Entwurf proyecto
Erfahrung experiencia
Erfahrungsvorrat repositorio de conocimientos (disponibles)
Erfahrungszusammenhang contexto de experiencia
Erlebnis vivencia
Erzeugnis producto
Folgewelt mundo de los sucesores
Fremdeinstellung orientación-otro
Fremdverstehen comprensión intersubjetiva
Fremdwirken actuar-sobre-el-otro
Gegenstand objeto (y derivativos)
Gegenstiindliehkeit objetividad
Geisteswissensehaften ciencias culturales
Gleiehzeitigkeit simultaneidad
Handeln acción
Handlung acto
Ieh yo
Ihrbeziehung relación-ellos (lit., relación-usted)
Je-M einigkeit autopertenencia
Kausaladiiquanz adecuación causal
Kundgeben comunicación
Mitwelt mundo de (meros) contemporáneos
natürliehe Ansehauung intuición natural o percepción
N aturwissensehaften ciencias naturales
Obiekt objeto
Obiektivation objetivación
Sehema esquema
Selbstauslegung autoexplicación
Selbsthabe captación inmediata o aprehensión de la
cosa misma
Sinn significado (en la terminología de Hus
=
serl, estrictamente sentido)
Sinnadiiquanz adecuación de significado
Sínndeutung interpretación de significado
Sinngebend dotación de significado
Sinnhaft significativo
Sinnsetzung establecimiento de significado
Sinnzusammenhang ,coptexto de significado
sozlale Beziehung relación social
32
soziale Umwelt mundo de la realidad social directamente
vivenciado o mundo de los consociados
Sozialwelt mundo social
Um-zu-Motiv motivo-para
Ilmweltliche Beobachtung observación social directa
umweltliche Situation situación cara a cara
t/111tveltliche soziale Beziehung relación cara a cara
Verhalten (en los escritos posteriores de Schütz en
inglés: conduct) conducta
Verstehen
comprensión
verstehen
comprender
- verstehende Soziologie sociología comprensiva
V orgegebenheit carácter pre-dado
Vorwelt mlmdo de los predecesores
Weil-Afotiv motivo-porque
1Virbeziehung relación~nosotros
Wirkensbeziehllng interacción social
Zeichen signo
Zeugllis evidencia
1
LA FORMULACJON DE NUESTRO PROBLEMA:
LOS CONCEPTOS METODOLOGICOS DE MAX WEBER
mediante la introduccion del concepto de. orden, deduce los tipos par
ticulares de grupos de asociamiento y asociaciones compulsivas.'1 La
manera en que Weber utiliza. este aparato lógico para aplicarlo al
estudio de la economía, el gobierno, la ley y la religión como fen6me
nos sociales, no puede describirse aquí en detalle. Lo que nos interesa
es el hecho de que \;Yeber reduce todas las clases de relaciones y
estructuras sociales, todas las obbjctivaciones culturales" todos los domi
nios del espíritu objetivo, a las formas m,ís elementales de conducta
individual. Todos los complejos fenómenos del mundo social retienen
sin duda su significado, pero éste cs precisamente el que los individuos
implicados atribuyen. a sus propios actos. La acción del individuo y
el significado a que ésta apunta son lo, único sujeto a la comprensión.
Además, sólo mediante tal comprensión de la acción individual puede
la ciencia social acceder al significado de cada relación y estructura
social, puesto que éstas están, en último an{tlisis, constituidas por la
acción del individuo en el mundo social.
El proyecto de reducir el "mundo del espíritu objetivo"~ a la con
ducta dc los individuos nunc:1, se habíallcvado a cabo tan radicalmente
como 10 hizo Max Weber en su fonnulación inicial del fin de la socio
logía comprensiva. Esta ciencia dcbe estudiar la conducta social inter
pretando su significado subjctivo tal como se lo encuentra en las inten
ciones de los individuos. El propósito, entonces, es el de interpretar
acciones de los individuos en el mundo social y la manera en que
éstos dan. significado a los fenómenos sociales. Pero para lograr este
,propósito, no basta observar la conducta de un solo individuo o reunir
estadísticas acerca de .la dc grupos de individuos, como nos lo haría
creer un tosco empirismb~ Más bien, el propósito espeCífico de la socio
logía requiere un método especial para seleccionar los materiales per
tinentes para las cuestioncs peculiares que ésta suscita.. Esta selección
resulta posible mediante In, formulación de ciertas frases gramaticales
cial, en cambio, se llumarú 'asociatiw' si -yen la medida en que la orientación de
la acción social que cn ella $C produce se basa ('n una adaptación racionrumente
motivada de intereses ..• , sea que el fundamento del juicio racional lo constituyan
valores absolutos o razoncs de conveniencia, Es sobremanera común, aunque de: nin
gún moclo inevitable, que el tipo asociativo de relación se base en un acuerdo l'llcio
1lal por mutuo consentimiento... , Ejemplos de relaciones asociativas son: 4) el
intercambio racional del mercado libre; b) la asociación voluntaria basada en el pro
pio interés, y c) la asociac¡{m voluntaria motivada por una adhesión a un conjunto
de valores absolutos comunes, por ejemplo· In secta racional. Ejemplos de relaciones
cOlllunales son: una hermündml religiosa, mia relación erótica, una relación de leal
tad personal, una comunidad nacional, el espíritu de cuerpo de una unidad militar"
(\Veber, Wirf,ychaft uncl Gesellschaft, 1, 21-22; T. 1" P¡lgs. 136-37),J . . '.
7 ["Una 'as()ciación voluntaria' (Vereín) es un grupo de asociamiento (Ver
lJand) originado en un acuerdo voluntario, y en el cual el orden establecido sólo
pretende tener autoridad .sobre los miembros en virtnd de un acto personal de
adhesión.
"Una 'uwciaci6n compulsiva' (Anstalt) <>s un grupo de' asociamiento cuyo or
den establecido ha sido exítosam@!ll ImplH.'sto, .dentro de una esfera específica de
actividad, sohre todos los individuos que Se adapten a ciertos criterios específicos ...
el caso típico de una asociación c<lll1plllsivn es <>1 Estado .•. " (ibid.; T. l., pág. 151
37
!) rUml/;elt (mis t:ongéneres directamente vívenciados por mi, con los cuales
tengo una reladón cara a cara). Schütz, cuando escribía en inglés, utilizaba tanto
"associates" (asociados) como "coTISoeiates" (co!lSodados).]
10 IEl Mltwelt (mundo de;! mis contemporáneos) yel VorlCelt (mundo de mis
predecesm"es) se COl1ot:en indircctamente, en t:ontmste con el Umtcelt. Estos con
ceptos están desllrroJlados sistemátit:lll1lente en el cap[hllo IV.]
11 LVéase la nota 26, t'n 1a pág. 42.J .
39
15 Soziologie.
42
No todo tipo de contacto entre seres humanos tiene un carácter social; este
carácter se limita, mús bien, u los casos en que la couducta lId aetor está oriL'ntada
significativamente hacia la de otros. Por ejemplo, un mero choque de do~ ciclistas
puede compararse COI1 un evento natural. Por otro lado, sus tentativas para evitar
el choqnc, o los insultos, golpt:'s o discusión amistosa que pucd('n seguir a éste,
t'ollstit)lirían "acci{¡n" socia1.=w
,,'cher requicre entollees que la persona que realiza Ulla acción social
esté consciente de mucho mús que de la pura existencia del otro. Debe
darse cuenta del significado de la conducta del otro e interpretarlo.
Pero aquí llegamos a un tercer nivel de significado. Una cosa es tener
la vivencia '~cso es un congénere", y otra totalmente distinta tener la
vivencia «csa persona se está compoltando de tal o cual manera, y
voy a actuar en consecuencia". Estas dos vivencias pert('ne('C'n, ek
a dos dominios diferentes de s.ignificado. 'Veber 10 expresa
claramente cuando al ('xplicar el concepto de "el otro", observa:
Los otros pueden ser pt'rsonns imlividn,¡les y ser conocidas pam t'l actor como
tal, o constituir unll plur'llidad inddinída y ser totalmente descOllocidos como indi
viduos. As!, la "moneda" es el medio de intercambio que el actor at'epta en pago,
l10rqllc orit'nta su acción según In e:<;pectatiV¡l. dc que un n úmt'ro m11y grandl' pl'ro
desconocido de imlivillnos con los que l·1 no tiene rdacibn personal estarúll disPUl'stos
a acentmh en el intercambio, en alguna ocasión futura.'ll
w
47
prctó en parte equivocadamente. Todascstas estl11cturas de significado
son comprendidas por el actor social, lo cual sólo pued~ significar que
éste basa su acción en la comprcnsión que tiene de la conducta clt,
otros. Y ~eg{¡n el punto de vista de \Veber, la comprensión de esta
conducta social, es decir, su "interpretación", es a su vez la tarea pro
pia de la sociología. Sin embargo, este trabajo de interpretaci<ín ocurre
en otro nivel de significado, que es el quinto.
El análisis realizado hasta aquí deja aún tres. amplios sectores de
problemas no resueltos quc corresponden al concepto de acción social.
Estos son:
L ¿Q~~ significa decir qllÓ el actor atribuye un significado a su
acclOnP
2. ¿De qué manera se da el yo del otro al yo, como algo significativo?
:3. ¿,Dc qué manera comprende el yo la conducta dc los otros, a) en
general, b) en función del significado subjetivo de los otros?
ohJeto de todo lldo sucial consist(·.' ell blCC\' (lile alguien se Qomportc cll' UIla cierta
IIIallera l1wdiaute la propia conduela fiska (acto I'xpl'C'sh·o). Y,'ase su artíclllo
"(;('~(,l1st<llld tI<.'!' l'l'illl'l1 C;cscllscht1ft.~lehrc", ¿\rcni¡: ¡iir Sozialu:is.w.'IIsdwftcll, Ll\',
:320-42:3, eS],ll'cinl11wl1te $1.'5.
::0 W¡rtsc1wft mul (;e.~('ll.dlaft, pág. 12 ['1'.1., p:t~. 116].
48
no ~'eside en el logro de un resultado ulterior a él, sino en I~ ejecución del tipo espe
cífico de acción por sí mismo. Ejemplos de acción afectuaI son la satisfacción de
un impulso directo de venganza, de gratificación sensual, tle devoción a una persona
o itleal, de arrobamiento contemplativo o, por último, de abteacei6n de tensiones
emocionales. Tales impulsos pertenecen a esta categoría, cúalquiera que sea el grado
de sordidez o sublimidad quc posean.37
cualquier clase de objetos o estados ele cosas cuya existencia es conocida para al
guien, indica a esa persona la existencia de otros objetos o estados de cosas, en el
~entid(¡ de que su creencia en la existencia de los primeros es el motivo de una
libro mayor haciendo una demostración científic~,· o está realizando alguna otra tarea
de la cual este acto en· particular sería una parte apropiada. Esto es comprensión
racional de la motivación, que consiste en ubicar 'el acto en un contexto de signifi
cado ( Sinnzusammenhang) inteligible y más inclusivo. Así, comprendemos la ac
ción de cortar la madera o de apuntar un revólver en función del motivo que se
añade a la observación directa, si sabemos que el leñador trabaja por un salario
o está cortando leña para su propia chimenea o, quizá, lo hace por divertirse. Pero
también podría estar "abreaccionando" un acceso de rabia, y así la situación sería
ú-racional . .. En todos los casos mencionados anteriormente el acto particular ha
sido colocado en una secuencia de motivación (Sinnzusammenhang) comprensible,
cuya comprensión puede tratarse como una explicación del curso real de la con
ducta. Así, para una ciencia que se ocupa del significado subjetivo de la acción, la
explicación requiere que se capte el complejo de significado (Sinnzusammenhang)
al cual pertenece un curso real de acción comprensible así interpretado. En todos
esos casos, aunque los procesos sean en gran medida afectuales, el significado sub
jetivo (sub¡ektiver Sinn) de la acción, incluido tambiún el de los complejos
cativos pertinentes, recibiJ:á el nombre de signi:l:icado "a que Se apunta" (gemeinter
Sinn). Esto implica apartarse del uso ordinario, que sólo habla de intención, en este
sentido, en el caso de acción que persigue racionalmente un propósito. 5U '
61
~
65
Husserl escribió Ideas 69 que la dotación de significado es el acto por
el cual se "animan" las viwncias puramente sensoriales ("datos hilé
ticos") .Lo que ante una m rada sumaria se presenta como significativo
¡
68
73
Observación
EN LA CORRIENTE DE LA CONCIENCIA
DE QUIEN LA CONSTITUYE
lo tanto, parece' posible decir que las objetividades que se constituyen originaria
mente. en procesos temporales, miembro por miembro o fase por fase (como correla
tos de actos continuos, multiformes, cohesivos y homogéneos), pueden ser aprehen
didas en una mirada retrospectiva como si se tratara de objetos completos en un
punto temporal. Pero luego este modo dé· darse se remite con seguridad a otro
"primordial".l"
82
.29 Confiamos en haber demostrado con lo dicbo hasta ahora que es inadecuada
la distinción de Weber entre acción y conducta.
80 Ideen, págs. 145, 149, 164 [T.I., págs. 216, 220, 288]; Zeitbewllsb'tseín,
págs. 396, 410 [T.I., págs. 58, 76].
:11 Meen, 1, pág. 145 [T.l., p{¡gs. 216·17].
l
88
que vendrá con el completamiento. Sin embargo, nos esforzamos bacia tal meta
y buscamos, mediante nuestra acción, llevarla paso a paso a la realización concreta.3 l!
95
96
J
97
(racte avant á étre accompli, M létait pas encare). Esto en lo que
respecta a Bel'gson.
¿Qué conduimos de todo esto en lo que resp~cta a nuestra argu
mentación? Juntemos la tesis de Bergson con las afirmaciones que
hemos realizado anteriormente. Vimos que el proyecto anticipa no la
acción misma sino el acto, y éste está en el tiempo futuro perfecto.
Hemos estudiado además el peculiar ,vínculo estructural existente entre
el proyecto, la acción en curso y el acto que ante la reflexión aparece
curripliendo o no' logrando cumplir el proyecto. El proyecto mismo
es una fantasía; es sólo la sombra de una acción, una. reproducción
anticipativa, o, siguiendo la terminología de Husserl, una «represen
tación neutralizantc".40
Por otro lado, la fantasía es una vivencia real que puede reflejarse
a su vez en todas sus modificaciones. ¿Cómo ocurre entonces la "elec
ción"? Aparentemente de esta manera: ante todo, se proyecta un acto
X en el tiempo futuro perfecto. 4. continuacwn el actor se da cuenta
en forma autoconsciente de que está fantaseando el Acto intencional
y su conterudo. Luego ·se proyecta el acto Y; después el proceso de la
proyección de Y se transforma en un objeto de la atención reflexiva
del actor. Estos actos son retenidos, reproducidos, comparados reflexi
vamente en innumerables Actos intencionales que Ocurren a continua
ción y se superponen en una trama enormemente complicada de rela
Ciones. Hasta aquí, son todas sombras de acciones, neutralizantes, no
comprometidas, no efectivas. Pero no equivalen meramente a los "esta
dos psíquicos" de Bergson, pues estos últimos están inmersos en la
duración y no son de naturaleza reflexiva. 50 En verdad, éste es el punto
crítico de la argumentación de Bergson, pues si tales estados psíquicos
fueran de carácter reflexivo, deberían tener que ver con el hecho ya
realizado y no con el hecho en curso' de realización.
Nuestro, análisis, con la ayuda de Husserl, sobrepasa eh medida
considerable la tesis de Bergson. Según nuestro punto de vista, el
proceso de elección entre proyectos sucesivamente representados, más
la acción misma hasta su cumplimiento, incluye un Acto (Akt) inten
cional sintético de orden superior, Acto que se diferencia internamente
en otros Actos. A ese tipo de Acto, Husserl le llama politéticO.51
Husserl distingue entre Actos intencionales que constituyen sínte
sis continuas, y Actos intencionales que forman síntesis discontinuas.
Por ejemplo, un Acto dc conciencia que constituyera la "cosidad" de
una cosa en el espacio, es una síntesis continua. Las síntesis disconti
nuas, por otra parte, son vinculaciones de otros Actos ,discretos. La
unidad formada e,<; una unidad articulada y de orden superior. Este
49 Ideen, págs. 223 y 234. [T.I., págs. 307 y 321. El párrafo precedente
:fue abreviado en la traduccit'lIl.] .
,1l0Para el yo inmerso en la duración no hay elecci{m, sino s610 impulso, como
demostr6 Reiner (áp. cit., pág. 22). . . .
lit fLos tres párrafos siguientes son una adt\ptación, más bien que una tra.
ducci6n .directa.]
98
&í
~
99
100
55 La distinción crucial entre 'nóesls y nóema la formula Husserl ~ón las si
guientes palabras: "Tenemos que distinguir las partes y fases que encontramos a tra
. vés de una análisis real de la vivencia, en el cual tratamos la vivencia como un
objeto semejante a cualquier otro. .•. Pero por otra parte la vivencia intencional
ria, por ejemplo, o como jnicio, o como voluntad, etcétera, y entonces cabe pregun
tarse qué podemos decir esencialmente con respecto a este 'de algo'" (Ideen, I,
107
y su ordenamiento en esqué'l'1U1$
81 Es evidente que nuestro concepto del "esquema" no tiene nada que ver con
el schema kantiano, que es "una síntesis de la imaginación" (cf. Crítica de la m:wn
pUTa, B 185). [Debido a esta diferencia de significado y de acuerdo con el uso de
Schiitz en inglés, traducimos "schema" y "schemata" por "esquema" y "esquemas"
vuando se refieren al concepto del autor.]
82 eL como ejemplo de esto lo que Husserl tiene que decir acerca de la cien
cia. La"dencia" sólo es posible cuando los resultados del pensamiento pueden con
servarse en forma de conocimiento y permanecen disponibles para seguir pensando.
como sistema de proposidones formuladas en forma neta y distinta de acuerdo COIl:
los requerimientos lógicos, pero que carecen del claro apoyo de las presentaciones,
y por consiguiente son comprendidas sin introvisi6n, o si nD actualizadas a la manera.
dI' tUl ,iuicio (Ideen. pág. 124 [T.I., pág. 192]).
112
Anteriormente a todos los juicios, existe un fundamento universal de .1a expe
riencia. Se lo .presupone continuamente como la' tJnidad coherente de la experiencia
posible. Dentro de esa unidád coherente todos los hechos están. vinculados y son
congruentes unos con otros. Sin embargo, puede haber discordancia en esta unidad,
en el sentido de que dos elementos discordantes tengan ,u~ comunidad esencial,
y la comunidad esencial no se deteriore pese a sus elementos opuestos, o aun a causa
de elIo¡;. Y así todo juzgamíento primordial im su contenido, y todo juicio que pro
grese en correlación con él, tiene configUración según la configuración de objetos
que se produce en la unidad sintética de la experienciá sobre la. cual se fuuda
menta;83 . . .
113
L
119.
88 Lo que queremos decir es que existe U11 núcleo idéntico de significado (en
el sentido fenomenológico) entre los dos actos que se están comparando. '
80 La así llamada "acción tradicional" de Weber es un caso especial en que
la referencia al pasado es vaga y confusa y en que no sólo se dan por sentados los
"precedentes" a que St' recurre, sino también los fines de la acci6n.
,120
estado prcs(mte una causa detj3rminante del resultado. Vimos que esta
cse fenómeno. Todas esas posibilidades entre las cuales se hace una
1
125
DE LA COMPRENSION INTERSUBJETIVA
129
pretarlas. ,
de Husserl:
actos que est6.n esencialmente constituidos de modo que sus ob¡etos intencionales,
'i' Cf. ,también Husserl, Ideen, pág. 167 [T,I., pág. 241]: "Un examen más
detenido mostrarla además que dos comentes de vivencias (esferas de conciencia
para dos yoes puros) no pueden concebirse como dotadas de un contenido esencial
que sea idénticamente el mf8mo; además ..• ninguna vivencia plenamente-determi
nada de alguien podría nunca pertenecer a otro; sólo las vivencias que tengan idén
ticamente la misma especificación pueden ser comunes a ambos (aunque no comu
nes en el sentido de que sean individualmente idénticas), pero nunca dos vivencias
que por añadid\lra tengan absolutamente el mismo 'ámbito·...
130
·cuando existen, pertenecen a la misma corriente de vivencias que pilos mismos, , .
Las vivencias intencionales l'ur,.·las cUll[es esto no ,'ale son hlS frtl.w·cmlelllemelllc
dirigidas, como por ejemplo todos los aétos dirigidos". hada Ilts vin'IlL'illS inl"n
clonales de otros yoes con SlIS cortientes de vivencia,."
No hace falta decir que 110 sólo son transcendentes los ad()s intencio
nales dirigidos a la corriente de cdncicncia dc otJ'~ persona, sino que
entran en la misma clase mis vivendas del cuerpo de otra persona, de
mi propio cuerpo o de mí mismo como una unidad psieufísica. Nos
enfrentamos así inmediutamentccon la cuestión dd carúctcJ' ('spccíHco
de esa subclase de Actos tmnsgendentC's que' se dirigen hacia las viven
cias de otra persona. Podríamos dccir que "p('l'{'ibimos" las vivcnci!is
del otro siempre que na sobrecntendamos que las intuimos dh;('ctamente
en sentido estricto, sino quc signifiquemos más bieu que l:ls aprehen
demos can la misma intención perceptual (allschauliches Vermeinen)
con qué ·captamos una cosa o hecho presente a nosotros. Es éste el
sentido en que Husserl utiliza. la palabra "percepción" para significar
"tomar nota de": "el oyente toma nota dé que el hublanfe expresa
ciertas vivencias suyas y, en ese sentido, puede decirse que las nota,
pero él mismo no vive esas· vivencias -su percepción es· 'externa' más
bien que 'interna"'.u La clase de percepción que es de carácter sigl1i~
tivo 10 no. debería confundirse con aquélla (:'n. la cual un objeto nos
aparece direetamente. Sólo aprehendo las vivencias de otro mediante
la representación signitivo-simbóliea, y considero su cuerpo o cualquier
artefacto cultural que él haya p1'Oducido como un "campo de expr0
sión" 11 .de csas vivencias.
Expliquemos un poco más ese concepto de aprehensión signitiva
del eonocimiento subjetivo de otro. Todo el repositorio de mi expe
riencia (Et'fahrungsvo/'l'Ot) de otro, desde una actitud natural, consiste
en mis propias vivencias (E1'lebllisse) de su cuerpo, de su conducta, del
curso de sus acciones y de los artefactos que há producido. Por cI
momento hablemos simplemente de la interpretación del curso de acci6n
de la otra persona, sin mayores precisiones. Mis vivencias de los actos de
otros consisten en mis percepciones de su cuerpo en movimiento. Sin
embargo, puesto que yo interpreto siempre esas percepciones como
el "cuerpo de oh'O", las estoy interpretando siempre como algo que
tiene una referencia implícita a la "conciencia dc otro", Asi, los movi
mientos corporalcs se· percibcn no s610 como hedlOs físicos sino tam
bién como un signo de que la otra persona tiene ciertas vivencias que
ficado dentro del cual el hablante comprende la palabra que está pro
vador.
Por supuesto, todos estos son sólo ejemplos. Más adelante tendre
tina rama sacudida por el viento. Para entender lo que ocmre, apela
dc todos los- signos quc ésta utiliza, siempre quenas refiramos aquí al
.J
143
. signos como tales, sino entre sus. significados, que es 8610 una manera
dc decir cntre las vivencias del yo cognoscente que estahlc'ce, usá o in
terpreta .los signos. Sin embargo, puesto <pIe ('stos "significados" sólo
se c:omprenden en los signos y por medio de ellos; vakl entre estos últi
mos la conexión que llamamos' "el sistema de signos".
El sistema de signos está presente para (luiel1 lo comprendc como
un contexto significativo de un orden superior cntre signos prcviamente
experimentados. Para él la lengua alemana ('S el contexto significativo
de cada, una de sus palabras componentes; el sistema de signos do un
mapa es el contexto significativo de cada sÍmholo que fié,rura en ese ma
pa; el sistema de notación musical es el contexto significativo de cada
not.a escrita; y así sucesivamente. '
Saber que un signo pertenece a un cierto sistema de signos, no es
lo mismo que saber lo que ese signo significa y cuál os la vivencia d('
quien lo usa, a la cual sirve de vehículo expresivo. Aunque yo no sepa
taquigrafía, con todo conozco la taquigrafía cuando la veo. Aunque
puedo .no saber jugar un partido de naipes, reconozco sjn embargo las
cartas como cartas de ;uego, etcétera. La ubicación de un signo dentro
de .su sistema de signos es algo que hago colocándolo en el contexto
total de mi existencia. Al hacerlo así sólo se requiere que encuentre
dentro .de mi repositorio de experiencia un esquema tal de signos junto
con las reglas que rigen su constitución. No tengo que comprende¡' el
significado de los signos individuales o estar por completo familiarizado
con el sistema.de signos. Por ejemplo, puedo ver que ciertos caracteres
son chinos sin comprender su significado.
Como signo establecido cada signo es significativo y, por 10 tanto,
en principio inteligible. En general, es absurdo hablar de un signo ca
rente de significado. Sólo podemos decir con propiedad que un signo
carece de significado, con respecto a uno O más sistemas establecidos
de signos. Sin embargo, deCir que un signo es ajeno a un sistema tal,
sólo significa que pertenece a otro. Por ejemplo, la carencia de signi
ficado per se de un símbolo definido auditivo-visual nunca puede de
terminarse, sino que sólo es posible establecer su falta de significado
dentro de un "lenguaje" definido, en el sentido más amplio de ese tér
mino. Una combinación de letras que sea totalmente impronunciable
puede tener un significado en código. Una persona puede armarla de
acuerdo con las reglas del código y luego otra puede interpretarla si co
noce esas mismas reglas. Más aún, el símbolo audiovisual "Bamalip"
parece al principio totalmente carente de significado, al menos en lo
que respecta a las lenguas europeas. Pero la persona que sepa que "Ba
malip" es el término escolástico que designa una entidad de la lógica
formal, a saber, el primer modo deJa cuarta figura del silogismo, podrá
ubicarlo con gran precisión dentro de la esh'uctura de su propia lengua
nativa.
De esto se sigue que el significado de un signo dentro de un cierto
sistema de signos debe haber sido experimentado previamente. La eues
151
tión sólo reside en saber qué significa esa frase: "haber sido experimen
tado". Si nos preguntamos en qué circunstancias hemos experImentado
la conexión entre el término "Bámalip" y el primer modo de la cuarta
figura, encontraremos que lo hemos aprendido de un profesor o de un.
libro. Sin embargo, haber experimentado la éonexión significa que de
bemos haber establecido en esa ocasión en nuestra mente que el término
"Bamalip" es el signo del primer modo de la cuarta figura. Por lo tanto,
la comprensión de un signo (para ser más preciso, la posibilidad de su
interpretación dentro de un sistema dado) se remonta a una decisión
previa de nuestra parte, por la cual aceptamos y utilizamos este signo
eouio expresión de un cierto contenido de nuestra conciencia.
Todo sistema de signos es; por lo tanto, un esquema de nuestra ex
periencia. Esto es cierto en dos sentidos diferentes. Primero, es un es
quema expresivo; en .otras palabras, he utilizado por lo menos una vez
el signo para designar lo que éste designa, y lo he hecho sea en la adi..
vidad espontánea o en mi imaginaciém. En segundo lugar, es un esque
l1W illterpretativo; en ot~s palabras, ya he interpretado en el pasado
el signo como signo de IO~l1c él designa. Esta distinción es importante
puesto que, como ya hemos demostrado, puedo reconocer el sistema de
signos como un esquema interpretativo, pero saber solamente que otros
lo hacen. En el mundo del yo solitario el esquema expresivo de un signo
y su correspondiente esquema interpretativo coinciden necesariamerite.
Por ejemplo; si yo invento una escritura privada, los caracteres de ese
c{¡digo los establezco micnh'as estoy inventando la escritura o utilizún
dola para redactar notas. En esos momentos es para mí un esquema
expresivo. Pero el mismo esquema funciona para mí como interpretativo
cuando leo luego lo que he cse1'Íto o cuando lo utilizo para redactar
más notas.
Para dominar en forma cabal un sistema de signos tal como un len
guaje, es necesario tener un claro conocimiento del significado de los
signos individuales que integran el sistema. Esto sólo es posible si el
sujeto cognoscente conoce el sistema de signos y sus signos individuales:
eomponentes como esquemas expresivos y como esquemas interpretati-·
vos que utilizó en experiencias previas. En ambas funciones, como es
quema interpretativo y como esquema expresivo, cada signo se remonta.
a las experiencias que precedieron su constitución. Como esquema ex
presivo y como esquema interpretativo un signo sólo es inteligible en
función de las vivencias que lo constituyen y' que él designa. Su signi
ficado consiste en su capacidad de transposición; es decir, su posibilidad
de retrotraernos a algo conocido de un modo diferente. Esto puede ser
el esquema de experiencia en el cual se comprende la cosa designada
tI otro sistema de signos. El fil61ogo ~Jei11et explica claramente este
punto en lo que respecta u las lenguas:
No podemos aprehender on forina intuitiva el sentido de una lengua descono
cida. Para lograr comprender el texto de una lengua cuya tradici6n se ha perdido,
dl'hemos dispolll'j" de lIIla traducción fidedigna a una lengua conocida, es decir, di s
152
44 Citado por Vossler, Geist tlnd Kultllr in der Sprache (Heidelberg 1925), pági
na 115. [T.I., Osear Oeser, The Spirit of Language in Cívilization (Londres, 1932),
pág. 104. La referencia es aA. Meillet, Aper~u d'urlIJ histoire de la langue grecqt/é
(París, 1913), pág. 48.]
45 Véase más arriba, apartado 14.
46 Véase más arriba, apartado 6.
47 Cf. Husserl, Logik,pág. 167; véase también más arriba, apartado 14.
153
boca de un francés/'l VossIer aplica esta tesis a toda la historia del len
guaje de la siguiente manera: "Estudiamos el desarrollo de una palabra
y eneontralnos que la vida. mental de todos los que la utilizaron se pre
cipitó y cristalizó en ella".ú2 Sin emhargo, para poder "estudiar la pa
labra", debemos ser capaces de utilizar un conocimiento de la estruc
tura mental de todos los que la han usado, tomado de nuestra experiencia
previa. La calidad particular de las experiencias .de guien emplea el
signo en el momento en que lo vin~uló con lo signatwn es algo que
el intérprete debe tomar en cuenta más allá y por encima del significado
objetivo, si desea alcanzar una verdadera eom¡mmsión.
Hemos dicho que el sigllificado agregado es no sólo subjetivo sino
ocasional. En otras palaln'ús, el significado agregado tiene siempre en
sí algo del contexto cn que se lo utiliza. Al comprender a alguien que
está hablando, interpreto no sólo sus palabras individuales sino su se
cucncia total articulada de palabra:s sintácticamente vinculadas: ell
síntcsis, "lo que cstá diciendo". En esa sccuencia, cada palúbra r('
tienc su propio significado individual en medio de las palabras circun
dantes y a través de todo el contexto de lo que se está. diciendo. Con
todo, no puedo decir realmente que comprendo la palabra hasta haber
captado el significado de toda la formulación. En síntesis, lo que ncee
sito cn el momcnto de la interpretación es el contexto total de mi ex
periencia. A mcdida quc avanza la formulación, se eonshuye una sín
tesis paso a paso, desde el punto de vista de la cual uho puede ver
Jos actos individuales de interpretación y establecimiento de significado.
El discurso es en sí mismo, por lo tanto, una .espccie de contexto de
sigllificado. Tanto para el hablante como para el intérprete, la estruc
tura d('l discurso emerge gradualmente. La lengua alemana expresa
pn'cisamentc el aspecto que scñalamos en su distinción entre "Vürter
("palahras desvinculadas") y "Vorte ("discurso"). Podemos decir, en
('[('do, que cuando palabras desvinculadas reciben un significado oca
sional, constituyen un todo significativo y se transforman en discurso.
Pero ¿qué es esa síntesis, qué es ese contexto significativo sobre
impuesto que sirve como esquema interpretativo para la comprcnsión
del significado ocasional de un signo? La respuesta cs ésta: el discurso
('S un acto de utilización de signos. Lalunidad del discurso de un deter
minado hablante es simplemente, -desde su punto de vista, la unidad
que pcrtencce esenciahnente a todo acto. Ya hemos visto en qué con
siste esa unidad. ú3 Surge del proyccto o plan de acción propio de quien
Iltiliza el signo. De ello se sigue' que el intérprete no puede captar esa
111lidad hasta que se ha completado el acto mismo. Todo lo que puede
hacer es Ilegal' a una aproximación basada cn su conocimiento previo.
Esta limitación se aplica; en efecto, a la interpretación tanto del signi
ficado objetivo como del ocasional. Siempre tenemos que aguardar hasta
nl. Ctu'tius, Frankreich (Stuttgart, 1930), 1, 2 Y sigs.
ú!! Vosslcr, Geist und Kultur in der SJlrache, pág. 117 [T. l., p,íg. 106].
155
l
163
(
167
parte, cuál fue '1a intención del legislador". Todas estas diferencias se
remontan a la distinción entre significado objetivo y subjetivo del pro
ducto que acabamos de tratar.
Otra cuestión más antes de concluir este capítulo. La tendencia
a buscar un significado subjetivo para todo en la existencia está tan
profundamente enraizada en la mente humana, la búsqueda del signifi
cado de todos los objetos está tan vinculada con la idea de que éstos
recibieron una vez su significado de alguna mente, que todas las cosas
del mundo pueden interpretarse como productos y, por lo tanto, como
evidencia de lo que ocurrió en la mente de Dios. En verdad, todo el
universo puede considerarse como el producto de Dios, de cuyos actos
creadores da testimonio. Esto es s6lo una referencia al pasar, por su:
puesto, a todo el sector de problemas que están más allá de las ciencias
en sentido estricto. En todo caso, el problema del significado subjetivo
a
y objetivo es la puerta abierta toda teología y metafísica.
IV
LA ESTRUCTURA DEL lVIUNDO SOCIAL: EL DOMINIO
y EL DE LOS PREDECESORES
[Al INTRODUCCION
'EN EL capítulo III hemos delineado los rasgos principales de. Ufl¡l teoda
de nuestro co~ocimiento del yo de los otros. Hemos considc;'ado la
comprensión general que tenemos de las vivencias de la otra persona,
y en()ontramosque esta compr('nsión se basa en nuestras propias "i
vencias de ella. Una vez SUillU'sta la existencia del tú, ya hemos entrado
en el dominio de la intersubj(,tividad. El individuo vivencia entonces
el mundo como algo compartido por sus congéneres, es decir, como
un mundo social. Y como h('mos dicho repetidamente, este mundo
social no es de ninguna IHallen¡ homogéneo sino que muestra una
estructura multiforme. Cada una de sus esferas o regiones es a la vez
una manera de percibir y de comprender las vivencias de otros.
El presente capítulo se dedicará a un estudio de esta estructura
multiforme, Trataremos de responder a estas cuestiones: primero,
cómo es posible una diferenciación interna de esta clase; segundo, que.
fundamentos tenemos para suponer que el mundo social tiene unidad
y diferenciación interna; y terceto; cuáles de esas diferenciaciones pue
den resultarnos útiles como base para nuestro análisis de la comprensión
del yo del otro.. S610 después de haber respondido ae.<¡tas preguntas
seremos capaces. de describir las diferentes maneras' de comprensión
del yo del otro,' peculiares a las diferentes regiones.
Sin embargo, aun después de haber satisfecho cstos puntos, estare·
mos lejos todavía de nuestrofin principal. Como ya ht>mos visto, la cues
tión del enfoque científico adecuado de la comprensión del yo' del otro
--'-problema que es crucial para cada una de las ciencias sociales.. -- de·
pünde de una cuestión previa. Es la cuestión de la naturaleza del signifi
cado a que se apunta. En efecto, existe una diferencia de c1as(~ entre el
tipo de comprensión ingenua de los demás que ejercitamos en la vida dia
170
do por venir), ha sido tomada de la clase inaúguralde Schillcr, titulada Was heisst
und ZIl tOelchem Ende studiert rnan Ullive'rsalgeschichter [Obras de ScbilIer, ed.
alero. Lndwig BelJerm::l1ln y Benno van Wiese (Lt'ipzig, 1936-37), vai. IX,]
174
acción sociaL Supongamos, por ejemplo, que actúo hacia la otra per
sona como si ésta fuera meramente una cosa física, sin prestar atención
a sus . vivencias C01110 otro yo. Mis propias vivencias conscientes que
acompañan a mi acción no están en este caso, según la definici6n dada
más arriba, intencionalmente dirigidas hacia el otro yo. Mi acción, por
lo tanto, no es en este caso acción social. Weber coincidiría aparente
mente con este punto de vista. Recuérdese que él dijo que la colisión
de dos bicicletas no tiene el status de una acción social, pero que la
conversación que siguc sí 10 es. El médico que realiza una operación
sobre un paciente anestesiado actúa en realidad "sobre el cuerpo" de
ese paciente, pero esto no es acción social en el sentido de \Veber. El
. soldado que n~arca el paso siguiendo al hombre que tiene delante de
sí no está realizando tampoco una acción social, pues por regla general
orienta en este caso su conducta no según la conciencia del otro hom
hre sino seg(m su CUCl'P0 y además sólo seg(ll1 sus movimientos corpo
rah's como tales y no como claves de las vivencias del otro.
Sin embargo, nuestra interpretación de las vivencias de conciencia
intenc~onalmente relacionadas con el otro yo no llena por completo los
requerimientos de la definición de "Weber. En efecto, según esta defi
rlición la acción social debe relacionarse con la conducta del otro y no
meramente con su estar ahí o tener las características que tiene. Y aquí
('IlCoIltramos más dificultades. Una de ellas reside en el hecho de que
d concepto de conducta de "Veber es en sí mismo absolutamente oscuro.
])0 hecho, de acuerdo con él, la conducta ni siquiera tiene por qué ser
.¡.¡jgnifieativa. Ahora bien, en verdad es posible interpretarlo de tal
manera que su "orientaciÓn según la conducta del otro" sea equivalente
a nuestra "tesis general del otro yo". En otras palabras, sería orienta
ción según el hecho de que el tú tiene duración, que tiene ciertas
vivencias y está consciente de ellas. Si aceptamos esta interpretación,
podríamos proseguir diciendo que la conducta social debe orientarse
segtm la conducta de la otra persona, en el sentido de que se orif'n
ta según su conciencia y las .VÍvencias que se constituyen dentro de
ésta. Cai'ecería entonces por completo de importancia si el tú estaba
realmente «comportándose" en nuestro sentido, es decir, produciendo
vivencias a partir de la actividad espontánea.
Fritz Sander 4 ha sometido el concepto de conducta social de Max
'Vebcr a una crítica que es ingeniosa y, en muchos aspectos, decisiva.
Seilala que, seg(lll la definición de Weber, toda percepción del cuerpo
de otro es ya acción social y que este concepto resulta, por lo tanto,
demasiado amplio e impreciso para determinar el objeto de la ciencia.
social:' El ejemplo de Sandcr es muy instructivo. Sin duda, aun la
pNcepción interpretativa de las vivencias de otra persona constituy('
4 Sander, "Der Gegenstand der reinen Gesellschaftslehre", Archif) fiir S(Jzl{/l
ld~se/l.sc1lOften,
LIV (11)25), págs. 329 !' sigs., especialmente pág. 3:35.
¡¡ Lamentablemente la falta de espacio impide dar una explicación detallad"
de la argumentación de Sllnder, con In cual de ninguna manE'ra coincido l'11 lodos
.sus puntos.. El especialista podrá marcar fácilmente los aspectos de disidencia.
176.
~
179
182
1
187
Al
191
32 Weber, Wirlschaft und Ges~llschaft, pág. 14, punto 4 [T.I., pág. 119J.
38 [Hay una infortunada ambigüedad lingüística en este punto. Una amistad,
por cierto, no es (felizmente.) una serie continua de contactos en el sentido de
Cantor, de que entre dos contactos cualesquiera siefupre hay otro. Es una serie
de contactos continuados o recurrentes. Pero aunque no sea una serie continuo,
puede hablarse de ella como de una r~lación continua, a menos que cada au revuir
sea una "ruptura" temporaria de la amistad.]
208
típico, capaz de planear ese fin más amplio. Esto significaría que el
fin más amplio tendría que transformarse en el contexto objetivo de
sig'nificado de fundainental importancia desde el punto de vista del
~ntérprete. En otras palabras, el fin más amplio sería el único en fun
ción del cual se definiría el acto. Finalmente, todo esto mantendrá
su validez para la construcción del auténtico motivo-porque. Este debe
postularse en alguna experiencia o pasaje de experiencia que sean típi
cos y puedan haber dado· origen al motivo-para que ya hemos cons
truido. .. .
La manera en que se construye un. tipo personal ideal es entonces
la siguiente: se postula la existencia de una persona cuyo motivo viviente
real pueda ser el contexto objetivo de significado ya elegido para defi
nir una acción típica. Esta persona debe ser alguien en cuya con
ciencia la acción en cUElstión pueda haberse construido paso a paso en
Actos politéticos, y cuyas propias vivencias provean el contexto subje
~ivo de significado que corresponde al contexto objetivo, la acción que
corresponde al acto.
y ahora vemos la razón básica por la cual, tanto en las ciencias
sociales como en la comprensión cotidiana de la conducta de otro, pode
mos ignorar la "acción total" en el sentido en que este último concepto
incluye las raíces esenciales de la acción en la conciencia de la persona.
La técnica de construcción de tipos personales ideales consiste en pos
tular personas que puedan ser motivadas por el tipo material ideal ya
definido. El acto manifiesto o curso externo de acción que el obser
vador ve como una unidad se retrotrae a un contexto subjetivo de sig
nificado y se inserta en la conciencia del tipo personal ideal. Pero
la unidad de este contexto subjetivo deriva por entero del contexto
objetivo original de significado, del contexto de significado que es la
base misma del tipo personal ideal. Y debemos acentuar con insistencia
el hecho de que esta unidad de "la acción de la otra persona" es sólo
un corte transversal que el observador extrae de su contexto fáctico,
total. Lo que se define así en la abstracción como la unidad del acto
de la otra persona dependerá del punto de vista del observador, que
variará a su vez de acuerdo con sus intereses y problemas. Este punto
de vista determinará tanto el significado que da el observador a sus
propias percepciones del acto como el motivo típico que le asigna. Pero
para cada motivo típico, para cada corte transversal congelado de con
ciencia, existe un tipo personal ideal correspondiente, que podría ser
subjetivamente motivado de la manera en cuestión. Por lo tanto, el
tipo personal ideal está determinado siempre en sí mismo por el punto
de vista del intérprete. Es una función de la pregunta misma que ese
tipo trata de contestar. Depende del contexto objetivo de significado
que ese tipo ideal meramente traduce a términos subjetivos y luego
personifica.
Es precisamente este punto el que la teoría de los tipos ideales
pasa por alto. Omite tomar en cuenta el hecho de que el tipo personal
219
ideal es pOI' definicron alguien que actúa de talo cual manera y tielll'
tales o cuales vivencias. r.,lás bil'l1, invierte la direcciém de la inferencia
y partiendo del tipo personal ideal como una "entidad libre" trata d('
"descubrir" lo que este último quiere signifkar al actuar de tal o cual
manera. Además, esa teoría es bastante ingenua como para suponer
que los límites del acto pueden ser demarcados objetivamente mientras
el actor está al mismo tiempo libre para dar al acto cualquier signi
ficado que prefiera. Una interpretación de esta clase, sea que se la
realice en la vida cotidiana o en el campo de la sociología, tiene por
lo menos la ventaja de una neta división del trabajo. Mientras deja al
típo personal ideal la función de "adjudicar un significado" a su acción,
se reserva para sí misma el privilegio de decir cuál es ese significado. Se
. evitan las contradicciones asegurándose de que el tipo personal ideal
esté construido de tal manera que deba adjudicar subjetivamente a
sus actos el significado preciso que el intérprete está buscando. La
ilusión consiste en considerar al tipo personal ideal como una persona
real, mientras que en realidad sólo es la sombra de una persona. "Vive"
en una dimensi6n temporal nunca-nunca que nadie puede vivenciar
jamás. Vive a través del número mínimo justo de vivencias que per
mite calificarlo de autor del acto dado. Sin duda, hay que represen
tarlo como '1ibre"; de otro modo, difícilmente confiriera "su propio
significado" al curso de acción en cuestión. Sin embargo, su libertad
sólo es aparente, porque el acto original que el científico social o el
observador de sentido común toma como su datum incluye ya dentro
de sí, por clefínici6n, motivos-para y motivos-porque preconstruidos e
inequívocos. El tipo ideal del actor es, entonces, el de la persona que
por definición vivencia politéticamente el acto ya concebido monoté
ticamente por el científico social. Y así, cualquier cosa que el científico
s(;lCial pennita que su tipo ideal infonne acerca de sus acciones, es
sólo una profecía posterior a los hechos.
La ilusión de la '1ibertad" del tipo personal ideal surge del hecho
de que preguntamos qué clase de actos futuros podemos esperar de
un tipo personal ideal dado. Sigue siendo cuestión de conjetura y
de "espere y vea", cómo se llevará a cabo la conducta adscripta a un
detenninado tipo ideal. Según . todas las apariencias, la acción espe
rada, ya definida con respecto a sus motivos-para y sus motivos-porque,
puede ocurrir o no ocurrir. Supongamos que namo avaro a A, que es
una persona que conozco, identific~ndolo por ello con un tipo personal
ideal. Queda con todo abierta la cuestión respecto de si dará una
donación con fines benéficos. Sin embargo, estrictamente hablando, la
cuestión real no es en este caso si la acción del tipo ideal es libre y
no determinada. Más bien, consiste en si A es realmente un avaro.
Con seguridad, aun la detenninación de los motivos del tipo ideal debe
estar sujeta al test de la experiencia social indirecta, y en última ins
tancia directa. E incluso en los encuentros sociales directos, según
hemos visto, los esquemas interpretativos utilizados en la comprensión
220
habitual es, por lo tanto, más amplio que el que la palabra tiene en
,,1 uso ordinario.
Hay otros .tipos ideales que se caracterizan por un grado aun mayor
do anonimidad que el de los tipos ideales habituales. El primer gru
po de éstos consiste en los. así llamados "colectivos sociales", todos los
cuales son constructos referentes al mundo de los contemporáneos.5o
Esta amplia clase contiene tipos ideales de grados de anonimidad
muy diferente. La junta directiva de una determinada sociedad o el
Senado de los Estados Unidos son tipos ideales relativamente concre
tos, y el número de otros tipos ideales que éstos presuponen es muy
limitado. Pero con mucha frecuencia utilizamos frases en las cuales
aparecen como sujetos gramaticales tipos ideales como "el Estado", "la
prensa", 'la economía", "la nación", "'el pueblo", o por ejemplo "la clase
trabajadora" 51. Al hacerlo, tendemos naturalmente a personificar estas
abstracciones como si fueran personas reales conocidas en lá cxperien
cia social indirecta. Pero estamos cayendo aquí en el antropomorfismo.
En realidad esos tipos ideales son absolutamente anónimos. Cualquier
atribución de conducta que hagamos a los tipos no permite ninguna
inferencia con respecto. a la' existencia de un contexto subjetivo de
significaclo correlativo en la mente de un actor contemporáneo. "Para
la interpretación subjetiva {lB de la acción en el trabajo sociológico"
dice Max Weber,
estas .colectividades deben ser tratadas considerándolas solamente como las resultan
tes y modos de organización de los actos particulares de personas individuales,
puesto que sólo éstas pueden ser tratadas .como agentes en un curso de acción subje
tivamente comprensible. .•• Para fines sociológicos... no existe algo semejante
a una personalidad colectiva que "actúa". Cuando se hace referencia en un contexto
sociológico a un "Estado", a una "nación.... a una "sociedad anónima", a una "fami
lia" o a un "cuerpo de ejército", o a colectividades similares, 10 que se quiere sig
nificar es, por el contrario, 11610 una cierta clase. de desarrollo de acciones reales
o pOsibles de las personas individuales. 50
haber estado tratando de hacer esta pcrsona exactamente antes del acto
en cucsti6n~ O puede plantear la cuestión más general de cómo hubie
ran (csultado las cosas si hubiera ocurrido el hecho B en lugar del
hecho A. PCl'O ¿cuáles son los presupuestos tácitos que est{m por detrás
de estas preguntas? El historiador ya sabe perfectamente bien lo que
el actor sc proponía hacer, porque conoce lo que en verdad hizo. Ade
más, conoce todo el curso posterior de los hechos históricos hasta llegar
a la época en que él mismo formuló su pregunta. Equipado COll todo
este conocimiento, se proyecta ahora hacia atrás hasta un punto del
tiempo anterior al momento de la elección o al momento del hecho A,
según sca el caso. Procede luego a preguntar, supuestamente sobre la
hase de su conocimicnto del motivo-porque de la persona "a punto de"
actuar en ese momento, qué propósito podría tener quizás en su mente
esta última., Encontrábamos un problema similar con anterioridad, en
nuestro análisis del problcma de la clccC'Íón;H¡ Se recordará que identi
ficábamos entonces como meras explicaciones ~x 1JOst fa(;to tanto la teo
ría de uha supuesta elección entre dos posibilidades abiertas como la
teoría de que ,la elección puede predecirse a prü:tir de un conocimiento
dcl auténtico motivo-porque. Llegábainos a esa, conclusión como resul
tado del análisis de la naturaleza del auténtico motivo-porque, durante
el cual vimos que este último sólo puede descubi'irse si conocemos pri
mero todo el curso de hechos hasta llegar al presente inmediato. Debe
mos· tener también el mismo conocimiento para poder juzgar acerca de
la importanciá de un determinado suceso A para el curso posterior de la
historia. Este es el motivo por el -,cual sólo el pasado, y nunca el pre
sente, puede ser considerado como parte de la historia. Mientras en él
presente todo es puro proceso,cada acción está planeada l' ocurre libre
mente siu ninguna conciencia de un motivo-porque por párle del actor,
no hay en el pa~ado ni libertad ni probabilidad, y es al menos en prin
cipio posible descubrir el auténtico motivo-porque de cualquier acción
dada busd,ndolo cn los hechos que precedieron a esa acción.
Si miramos la corricnte' de la historia de una manera retrospectiva,
veremos que es continua y múltiple, similar en este respecto a nuestra
propia corricnte de conciencia. Pero en otro sentido las dos son dife
J'e~ltcs, pues la historia ocurre en el tiempo ohjetivo, mientras la con
ciencia ocurre dentro del flujo íntimo de duraCión del individuo. 76 La
corriente de la historia incluye hechos anónimos, conoce la coexistencia
y los lugarcs fijados en el tiempo. Por otro Jado, la corriente de la
toria puede reducirse n, auténticas vivencias de otros hombres, que ocu
rren dentro dc la inmediatez de la corriente individüal de la conciencia
y refieren a consoeiados y contemporáneos, vivencias que suceden dell
tro de relaciones-nosotros y relaciones-ellos. Entn:-tanto, la estructura
de caracteres y los roles que éstos dcsempeñan cambian de manera COllS
14 Una crítica de este concepto, que no tenemos espacio para incluir aquí,
mostraría que su validez universal es muy dudosa. Cf. con respecto a su utilidad
en el Derecho penal, Felix Kaufmann, Die philosophisclum Grundprobleme der
Lehre voo der Strafrechtsschuld (Leipzig y Viena, 1929), págs. 78 y sigs.
260
tulado de l~ acción causal, no constituye de ningún modo un principio
esencial de todas las ciencias sociales. Sólo sería coaCtivo para la socio
logía y no pam la histOlia, puesto que derivn del enfoque básico que
266
canzarla y los medios dc que dispone. Puesto que estos juicios son
l'xplídtos y claros, se dice que l'l. actúa racionalmente.·
El eselal'ccimiento de esta nodón de acción racional constituirá la
{¡Itima etapa dt, nuestro estudio de los (:()JIC:Cptos básicos de \Veber.
. !la La conocida formulación de Weber del concepto de tipo ideal, que data
de 1904, calificada por él mismo de "esquemática y por lo tanto quizás parCialmente
incorrecta", es por cierto fragmentaria porque tiene en cuenta sobre todo el tipo
idllal de su teoría de la historia. Debe acentuarse enfáticamente que una vez qlle
el pensamiento de Weber hace su transición a la sociologla, la concepción del tip!1
idelll sufre un cambio total. Lamentablemente s610 se alude a este hecho en unos
271
pocos pasajes de Wirtschaft und Gesellschaft, por ejemplo en la pág. 10 [TJ., pági
na 110]. Cf. Walther, "Max Weber als Soziologé', lahrbuch fiir Soziologie, II,
págs. 1-65.
21 [Véase el primer capítulo de Ideas, de Husserl.J
28 [Véase ibíd., especialmente § 3 (T.I., pág. 54).J
29 Mises se refiere al pasar a estas dos exigencias, en forma levemente distinta,
cuando dice que las proposiciones teóricas son universalmente válidas bafo las con
diciones estipuladas.
39 En el sentido del examen que realizamos en el apartado 39; véase más 8n'i
ha, pág. 22~.
3.1 Op. cit.) pág. 486.
272
. economía teórica modema,3;l en cambio, lio partc de la .condu,cta del
comerciante sino de la del consmnidor, cs decir, de la conducta de
cualquiei'a yde todos, Tal conducta pu<xle servir de base, por supues
. to, pam un tipo ideal de un grado más elcvado de anonimidad. Debido
a esto, a su vez, los principios de la cataláctica poseen un grado m{ls
alto de generalidad. Aquí, como acentúa repetidamente Mises, puede
encontrarse la base del objetivismo y la objetividad de las proposicio
nes de la cataláctica.:13 Pero esta "objetividad" de ?"lises es, por lo
tanto, lo mismo que el concepto de objetividad que hemos prcsentado
en nuestro análisis del contexto objctivo y subjetivo del significado. La
ley de la utilidad marginal' resulta ser entonces un<'1. estipulación que
señala meramente los límites fijados do la única zona dentro de la cual
. pueden ocurrir, por definición, actos económicos.M .
En nuestro punto de vista, la economía pura es un ejemplo per
fecto de un complejo objetivo de significado acerca de complejos sub
jetivos de significado; es decir, de una configuración objetiva de signi
ficado que estipula las vivencins típicas e invariantes de cualquiera
que actúe dentro de una estructura económica. Por S\lpuesto, la pala
bra "típicas" asume aquí un significado especial, como llega admitir
Mises cuando acentúa el hecho de que es inconcebible una acciÓn qtle
vaya en contra del "principio de la utilidad marginal" (y sea por lo
tanto "atípica" en nuestro sentido). Pero eso sólo sigue siendo cierto
en la medida en que concebimos el principio de utilidad marginal
como una definición de la acción puramente formal como tal. Se
excluiría de tal esquenla toda consideración de .los . usos que podamos
dar a los "bienes" una vez adquiridos.;;:; Pero cuarldo dirigimos nuestra
atención al si~nificado subjetivo de una persona· individual real, dejan
do atrás el "cualquiera" anónimo, entonces tiene por supuesto sentido
hablar de conducta que es atipica, atípica en relación con fines eco
nómicos estandarizados; Con seguridad, tal conducta es ajena al punto
dc vista de la economía, y en este sentido los principios económicos
son, según dice Mises, «no una formulaci:6n de lo que habitualmente
sucede, sino de lo que necesariamente debe suceder".36
Por 10 tanto, la crítica de .Mises no excluye la aplicabilidad de los
tipos idcales como tales a la actividad económica. En efecto, ¿como
podrían excluirse los tipos ideales de ese sector, si todo conocimiento
científico es .esencialmente de carácter típico~idcal? Por el contrario,
el argumento de Mises. resulta scr realmente una defensa contra la
1I~ [Se hace aquí l'cfcrenci¡\ a la (!s(mela dc la utilidad marginal que emana
de ]evolls, Menger y 13ohm-BawcJ'k.]
33 Op. cit., págs. 482, 486.
IH Cf. Felix Kaufmunn, "Logik und \Virtschaftswissenscllaft", Archiv f¡ir Sozial
1d.\·scTl8tlut!ten, LIV, págs. 614-56, especialmente Pllll. 650.
:m No necesitamos considcmr aquí el problema de ]a reducción del concepto
de "bien económico" a conceptos psicológicos menos anónimos y m{\s concretos.
Cf. Mises, op. cit., pág. 476; también Kuufmallll, "Logík ulld \Virtsch¡lfts\vissen
schaft", pág. 628.
1m Mises~ 011. cit., pág. 484.
273
traría en toda esta. cuestión, cuya· s.olución definitiva nOs dará proba
blemente, por primera vez, una ontdlogía del ser humano sóbre base
fenomenológica. 42
. Los otros dos problemas básicos, a saber, el de la persona socio
lógica y el de la pertinencia en el mundo social, pueden ser enfren
tados por una sociología comprensiva que opere estrictamente según
los lineamientos que fonnuló originalmente Max Weber.
Der 8innlwfle Aufbart der 8ozía[ell \lTelt. Vicua, Spdngcl', 1932, 2" ed., 1960.
Collected Papers. La Haya, Nijhoff. Vol 1, The Problem of Social Reality, editados,
con \lIla Introducci6n, por Maul'ice Natansoll, 1962. Vol. 11, Studies in Social
Tlleory, editado, con una Introducción, por Arvid Brodersen, 1964. Vol. III,
StucUes In Phenomenological Phílosophy, editado pOI' I1se Schütz, con urJa rn
trodllcción por Aran Gnfwitscb, 196fl.
B. Obra.~ de otros autores que mencionamos COII frecuencia en e.~te libro o (¡ue 1'e
for11lulan 1]()sicione.~ a UJS que IIOS referimos a{llIí:
Bergson, Hcnrí: Essai sur les dOlmáes immédiates de la conscience. París, F. Alean,
1938. TradllccUm inglesa de R. L. Pogson, Time and Free "Will. Nueva York,
MncmilIal1, 1913.
Heidegger, Martin: Seill ullcl Zeit. Halle, Niemeyel', 1927. Traducción inglesa de
Jóhn Mac.'(juarrie y Edward Robinson, Being (loe! Time. Nuem York, Harper
and Row, 1962. [Hay wl"sión castellana: El ser !J el tiempo. México, Fondo de
Cultura Económica, 1962.]
- : DUTée et simultanéité. París, F. AJean, 1923.
Husserl, EclmUlld: Logische Untersllchungen. Halle, Niemeyel', 4'i1 ed., 1928. [Hay
versi6n castellana: Im;esligaciones lógicas. Madrid, Revista de Occidente, 1967.J
El libro de Marvill Furher, The Founclation of Phenomenology. Nuevll York,
Paine-'\Vhitman, H)()2, incluye \lna sinopsis de esta obra.
- : Ideen (o Icleen I). Halle, Niemeyer, 3"" ed., 1928. Traducción inglesa de
W. R. Boyc(' Gibson, IcZeas. Nueva York, Macmillan, 1931; Londres, AlIen
& Unwin, Ud., 1931.
-: Vorle~lmgell zur Phiinomenologie eles inneren ZeitbeICt/sstseins. Halle, Nie.
meyer, 1928. Traducción inglesa de James S. ChurchiU. The Pltenomellology
of Internal Time Consciousness. Bloomington, Indiuna University Prcss, 1964.
-: Formale !lIld 7'ranszendenlale Logik. Halle, Niemcyer, 1929. Traducción fran
cesa de SlIzannc Bachelard, Logiqlle farmelle et logiquB transce/l(lentale. Pans,
Presscs Uníversitair('s de Franc!', 1965.
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Medif(lfiolleu, f'1l 1I1I$N(!r1iIIIU/, vol. l. La IIuya. Ni)11Off, 1950. Tradllwitm in
279
glesa del texto alemán por Dorion Cairns, Cartesial1 Meditations. La Haya, Nij
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Scheler, Max: Wesen uncl Formen der Sympathie. Bonn, Cohen, 2'1- ed., 1923. Tra
ducci6n inglesa de Peter Heath, The Nature 01 Sympathy. New Haven, Yale
University PIess, 1954. [Hay versión castellana: Esencia y lormas de la sinl'
patia. Buenos Aires, Losada, 1957.]
Simmel, Georg: Soziologie. Munich, 1l,l ed., 1903; 2'1- ed., 1922. Partes de esta obra
están incluidas en The Sociology 01 Georg Stmmel, traducida y editada por
Kurt H. Wolff, Glencoe, IlI., The Free Press, 1950.
Weber, Max: Wirtschaft und Gesellsc1taft. Tubinga, 1'" ed., 1922. Traducción in
glesa de A. M. Hcnderson y Talcott Parsons, TlIe Theory 01 Social and Econo
mie Organization. Glencoo, IlI., The Free Press, 1957.
- : Gesammelte Aulsiitze zur Wissenschaltslehre. Tubinga, J. C. B. Mohr (P. Sie
beck), 1922. Una b'aducci6n inglesa parcial de esta obra está incluida en Max
Weber on tlle Metlwdology 01 the Social Se/ences, traducida y editada por
Edward A. Shils y Henry A. Finch. Clencoe, m., The Free Press, 1949.