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ESTRATEGIAS Y CAMBIOS PARA IMPULSAR SISTEMAS ALIMENTARIOS

SOSTENIBLES.

Según reportes de la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación


y la Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe existe nuevos retos y
desafíos para transformar e innovar en patrones alimentarios, dado que desde
años atrás ha ido decayendo la forma de alimentarse, ocasionando una serie de
enfermedades tales como la subalimentación, desnutrición, sobrepeso, obesidad,
diabetes, entre otras., tanto en niños, mujeres gestantes y adultos. De suma
importancia señalar que los sistemas alimentarios no están logrando su objetivo
de alcanzar la seguridad alimentaria, nutricional y dietas saludables, al igual que
reducir los impactos ambientales y mejorar el bienestar socioeconómico, esto
debido al consumo de alimentos carentes en nutrientes, vitaminas y minerales, la
sobre producción de alimentos azucarados y procesados, además de la limitada
asequibilidad económica y acceso físico. Ahora bien, hay que promover
estrategias y cambios profundos en el consumo y producción de alimentos
nutritivos e impulsar sistemas alimentarios sostenibles.

Una buena alimentación significa que nuestro cuerpo obtiene todos los nutrientes,
vitaminas y minerales que necesita para mantenerse activo y con energía, a través
de la ingesta de alimentos ricos de estas; la mala nutrición, en cualquiera de sus
formas, presenta riesgos considerables para la salud. En las últimas tres décadas
la alimentación es sumamente desequilibrada, es lo causante del padecimiento de
muchas enfermedades. De acuerdo con (Rapallo & Rodrigo, 2019), actualmente,
la disponibilidad de alimentos en prácticamente todos los países de la región
supera los requerimientos mínimos recomendados para llevar a cabo una vida
activa y sana; sin embargo, la forma de alimentarse no ha sido la adecuada ya que
no se consume alimentos ricos en vitaminas y minerales como lo son las frutas,
verduras, legumbres y pescado, sino más bien ricos en kilocalorías como las
grasas, azucares y harinas, el cual da pie a enfermedades como sobrepeso y
obesidad.
Rapallo & Rodrigo, 2019, mencionan que “el total de personas subalimentadas se
ha reducido de 62,6 a 39,3 millones de personas entre los años 2000 y 2017”, una
afirmación favorable, sin embargo desde mi punto de vista se debe apuntar a
erradicar el hambre en el mundo, a través de la planificación de estrategias para
los más vulnerables que casi siempre son las personas de escasos recursos, a los
cuales se les hace difícil el acceso a los alimentos. Por otra parte, el constante
desarrollo tecnológico ha hecho que la industria alimentaria transforme la
presentación de los alimentos, un plus novedoso y favorable para la conservación
de estos, pero también esto conlleva el uso de químicos, azucares y procesos
poco favorables para la salud, y más aún si se consumen en exceso. El
incremento del sobrepeso y la obesidad en América latina y el Caribe alcanza
cifras altas y constituye uno de los principales desafíos para la salud pública,
siendo el sobrepeso el más relevante según fuentes reportadas; personas de
todas las edades se enfrentan a este tipo de mala nutrición.

Por otro lado (Intini et al., 2019), plantean que tienen “Objetivos de Desarrollo
Sustentable (ODS) de la Agenda 2030, pretenden hacer frente a los complejos
desafíos que el planeta tiene por delante, entre ellos: poner fin a la pobreza (ODS
1), el hambre cero (ODS 2) y dar una respuesta ante el cambio climático (ODS 3)”,
tres pilares importantes para garantizar sistemas alimentarios sostenibles lo cual
conllevaría a asegurar la seguridad alimentaria, en realidad es un reto bastante
complejo ya que en la actualidad se puede observar a través de estudios que el
hambre y la pobreza no han sido erradicadas a pesar de que se han realizado
estrategias desde años atrás, aunque si se ha logrado disminuir gran parte,
asimismo el cambio climático cada vez se va deteriorando; sin embargo, se vale
apostar por un cambio en el cual todos debemos aportar.

Dentro de este marco es importante resaltar que para lograr todo lo anteriormente
dicho se debe hacer una relación, que va desde la producción de los alimentos, la
transformación, distribución hasta el consumo, un lapso bastante largo el cual
debe ser analizado punto a punto para tener en cuenta lo que cada uno a porta a
lo largo del proceso, ya que esto enlaza a los alimentos, transformación,
población, zona rural o urbana, economía, salud, ambiente, entre otros., para así
lograr el gran objetivo de garantizar sistemas alimentarios sostenibles.

Por último, para realizar los objetivos planteados en lo antes mencionado se debe
promover estrategias y cambios profundos en el consumo y producción de
alimentos, como lo es comunicar a la población de manera apropiada acerca de la
relación que existe entre la alimentación y la salud, además de promover
diferentes tipos de comercialización y publicidad de los alimentos, promoviendo
mensajes positivos y propicios para la salud en cuanto a la nutrición, que sean
asequibles económica y de fácil acceso físico para toda la población en general;
además de cada día impulsar sistemas alimentarios sostenibles.
Citas Bibliográficas

Intini, J., Jacq, E., & Torres, D. (2019). Transformar los sistemas alimentarios para
alcanzar los ODS Transformar los sistemas alcanzar los ODS. Alimentación,
Agricultura y Desarrollo Rural En América Latina y El Caribe, 2, 29.
http://www.fao.org/publications/es

Rapallo, R., & Rodrigo, R. (2019). Nuevos patrones Nuevos patrones


alimentarios ,. Organización de Las Naciones Unidas Para La Agricultura y La
Alimentación, 11, 27. http://www.fao.org/3/ca5449es/ca5449es.pdf

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