La inmigración en los Estados Unidos es un tema recurrente cuando se habla de las
características de la sociedad de este país, para bien o para mal, a lo largo de casi 2 siglos, han llegado personas de todos los orígenes posibles al territorio estadounidense, y esto ha afectado en gran medida ciertos principios de esta sociedad. Los Estados Unidos, un país profundamente patriótico y religioso (aunque cada vez menos), se ha valido de sus inmigrantes para destacar en distintas categorías de la destreza humana como los deportes, artes y ciencias, sin embargo, esta diversidad cultural ha diluido ciertamente la identidad estadounidense, cada vez más los nativos se compenetran con la estética y valores de otras culturas, los movimientos como “Black lives matter” o LGBT también han sido partícipe de esta dilución. Actualmente los hispanos son la principal división étnica de los Estados Unidos, ellos representan el 14,5% de la población total, seguido por poco por los afroamericanos (12,1%), esto le da la razón a Huntington en cuanto su segunda posibilidad sobre el destino identitario del país, las costas tanto del suroeste como del este del país están predominantemente pobladas por hispanos y por consecuente, el español tiene bastante fluidez en este territorio, aun así en trámites oficiales se utiliza únicamente el inglés, precisando la situación, sería más bien una mescolanza cultural lo que existe en la actual sociedad estadounidense. Ahora bien, la multiculturalidad proviene mismamente de las acciones de algunos gobiernos estadounidenses, la necesidad de mano de obra del siglo XIX y la recepción de refugiados de la Segunda Guerra Mundial son algunos ejemplos de ello, sinceramente hablando, la identidad estadounidense ha cambiado y lo seguirá haciendo, ahora está mucho mas abierta a ser afectada por influencias externas, lo que algunos reconocen como la verdadera identidad nacional, no es más que la imagen del anticuado conservador del medio del país.