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INTRODUCCIÓN

En una institución educativa, la calidad se muestra con efectividad y eficiencia en el


aprendizaje, y para lograrla, hay que reconocer que el hecho de que el estudiante aprenda no
depende solamente de él, sino del grado en que las contribuciones del profesor se ajusten al
nivel que muestra en cada tarea de aprendizaje. Si el ajuste es apropiado, el alumno aprenderá
y progresará, cualquiera que sea su nivel actual; pero si no se produce tal adaptación entre lo
que el alumno es capaz de hacer y la atención que le ofrece el docente mediante las
estrategias de enseñanza, se producirá, sin duda, un desfase en el proceso de aprendizaje del
estudiante. (Vygotsky L., 1988)

De acuerdo con Castillo S. y Cabrerizo J. (2005), el proceso diagnóstico tiene como finalidad
descubrir, describir y, en su caso, explicar el comportamiento de una persona estudiando
todos los factores intervinientes (personales, interactivos, contextuales). Según García, V.
(1995), el conocimiento básico del estudiante representa la necesidad de recoger información
sobre variables o dimensiones que le son de gran utilidad al docente. Entre ellas, la dimensión
biológica, psicológica y cognoscitivo

Esto supone obtener información de todos los datos que puedan ser relevantes para el
alumnado: organización, metodología, profesorado, programas... Por esta razón son necesarias
distintas técnicas de recogida de datos que nos proporcionen información sobre el contexto
ambiental y la interacción del alumnado con este ambiente. El diagnóstico pedagógico implica
una labor de síntesis de toda la información recogida. Supone una destreza del profesional que
lo realice para sintetizar e interpretar las informaciones recogidas mediante técnicas diversas.
De ahí la necesidad de subrayar las competencias que debe adquirir el alumnado durante su
proceso de formación y que hace referencia no solo a los conocimientos básicos o aplicados,
sino a las habilidades personales que debe desarrollar. Se puede evaluar con una sola prueba,
pero no se puede hacer un diagnóstico con una sola prueba. El diagnóstico es un término que
incluye actividades de medición y de evaluación. Constituye un punto final del proceso
informativo y el punto de partida de la intervención orientadora.

CONCLUSIÓN

la evaluación psicológica en el ámbito educativo es fundamental no sólo para la detección


precoz de problemáticas como el fracaso escolar, la violencia o la drogadicción, sino que es el
medio que hace posible una intervención eficiente y eficaz en la diversidad de discapacidades y
dificultades de aprendizaje que presenta el alumnado. Sin un buen diagnóstico no es posible
un buen tratamiento.

Desde esta perspectiva, el Diagnóstico en Educación se centrará en las posibilidades del sujeto
normal, y en la valoración de las necesidades educativas específicas (NEE). Valorar los
productos y los procesos. Aspectos instructivos y del rendimiento, teniendo en cuenta a la
persona holísticamente. La motivación, las emociones, los valores, las actitudes hacia sí mismo
y hacia los demás, la interrelación con el medio ambiente. Las posibilidades del grupo, el
trabajo entre iguales, el clima del grupo, la incidencia del educador, etc. En definitiva, todo lo
que envuelve y está inmerso en la realidad, el contexto y el proceso educativo.

Para Forns (1993) la importancia de la evaluación en el contexto escolar del niño y el


adolescente tiene un impacto único en la vida, debido a que se está indagando en la incidencia
de la acción educativa (aspectos didácticos, formativos, relacionales). La evaluación del
proceso institucional educativo deberá apuntar entonces a la interacción educativa, entendida
como proceso dinámico, considerando la demanda inicial de docentes o por requerimientos de
la institución escolar. Se deberá contar con instrumentos validados para población escolar y
que considere variables como estilos de aprendizaje, habilidades, adaptación, relaciones
interpersonales, inteligencia, niveles de maduración, entre otros.

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