Está en la página 1de 2

COMPATIBLES

Películas, series, música, pasatiempos, ¿seremos almas gemelas? Sí, al final de todo

estamos igual de solos, de perdidos, de enfermos, de locos.

Las personas nos dicen que somos el uno para el otro y la verdad no se equivocan.

Dudo mucho que alguien más nos quiera o nos pueda comprender, cuando nos

conocimos estábamos tan agotados de todo y de todos.

Recuerdo cuando te conocí, me dijiste en un intento muy estúpido por parecer

alguien normal: “fue un accidente, no le digas a nadie” y eso me dio tanta risa;

verte ahí con las manos llenas de sangre y ese pobre tipo tirado todo frío, desde

entonces supe que eras igual a mí. Que dentro de ti tenías ese mismo deseo por

lastimar, por ver como se apaga la vida; como una vela a la que nosotros

soplamos hasta extinguir.

Recuerdo que ese día platicamos por horas hablando de tantas cosas: tu primera

vez, los nervios que sentiste y la adrenalina que corrió por todo tu cuerpo. Según tú

no lo habías planeado, solo se te presentó la oportunidad esa noche en aquella

vieja tienda de carretera. Aquel tipo ebrio y esa vieja pala, cómo le hiciste para

que nadie te descubriera, cuál fue tu método, quién fue tu víctima y cómo se le fue

la vida… Yo te conté todo sobre mí. Lo fácil que le resulta a una chica esconder sus

excéntricos gustos; como nadie ha tenido ni la más ligera sospecha de mí: una

tierna y adorable chica.

Todos esos estúpidos policías y sus investigaciones alejándose siempre de la verdad

no sé por qué, quizás les asuste entender la realidad: “que las apariencias

engañan” y que realmente no podemos sentirnos seguros con nadie.

Estaba algo cansada, no podía compartir mis logros con nadie; amigos, familia

todos son tan aburridos, de hecho pensé en dejarlo pero justo entonces te
encontré; ahí atrás de ese viejo parque con tu suéter verde y tu mochila algo

salpicado de sangre, fuiste lo mejor de mi día. Juntos enterramos a ese tipo, no

sabía quién era él pero según tú le hiciste un favor a todos matándolo; tiempo

después me enteré que era tu padrastro.

Han pasado varios años de eso, ya no somos unos jovencitos tratando de comerse

al mundo, hemos viajado por tantos lugares y hemos acumulado muchos recuerdos

juntos; escuchando los gritos de esas personas al descubrir que ya no tienen

esperanza, que sus últimos minutos serán viéndonos a nosotros; sin ningún tipo de

remordimiento, sin nadie que les diga tranquilos, más bien escucharán que la

muerte llegará, pero será muy dolorosa y que todo eso es su culpa por ser tan

“inocentes”.

Ahora que ha llegado nuestro fin y que sabemos que ellos no serán piadosos con

nosotros, tal vez nos den cadena perpetua o quizás nos sentencien a muerte y lo

admito: nunca espere piedad para seres como tú y como yo.

Ahora me doy cuenta de que fuimos hechos el uno para el otro… Somos 100%

compatibles.

Y si hay otra vida después de esta será un gusto estar a tu lado…

También podría gustarte