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NATALIA COLORADO RICO

BIOEVOLUCION II

RELACION CUERPO, CEREBRO Y MENTE

Los avances tecnológicos que han caracterizado tanto al siglo XX como al siglo XXI, se han
encargado de iniciar la ruptura de ciertos paradigmas que constituyen al ser humano de una
manera dualista, separada, dando lugar a una concepción del hombre como un todo,
constituido por unidades anatómicas, que mantienen una estrecha e indisociable
comunicación entre ellas y el exterior; si bien la modernidad se caracterizó por una constante
defensa de la razón y por aquellas posturas que pusieron al ser humano como centro y
prioridad de toda hipótesis, tanto científica como filosófica, es bien sabido que personajes
ilustres de esta época, influenciados por su contexto histórico, postularon una concepción
dividida del ser humano.

La posmodernidad, en cambio, ha tenido como condición el surgimiento de la neurociencia y la


aparición de personajes en su escena como Ramón y Cajal, quien en 1906 gana el premio
nobel por el análisis neurofisiológico detallado del sistema nervioso, o a Paul Lauterbur y Peter
Mansfield, a quienes se les atribuye los descubrimientos de la resonancia magnética para la
obtención de imágenes medicas, que da lugar a la resonancia magnética funcional, para lograr
imágenes del cerebro en funcionamiento, que permite detectar los cambios en la distribución
del flujo sanguíneo cuando el individuo desarrolla determinadas tareas sensoriales o motoras,
o en distintos paradigmas cognitivos, emocionales y de motivación (1).

Todos estos acontecimientos, nos permiten actualmente hablar de una concepción integrada
del ser humano partiendo de concepciones biológicas, más que filosóficas, pues, si bien es
cierto que nuestros procesos mentales son particulares en relación a otras especies, al igual
que ellas nuestro cuerpo ha sufrido una evolución, en primera instancia biológica,
caracterizada por una corticalización de funciones a medida que avanza, es decir: modalidades
anatómicas mas antiguas, como lo son el hipocampo, el tallo cerebral y el cerebelo, cumplían
determinadas funciones que fueron tomando lugar en nuevas formaciones corticales, como el
tálamo, subtálamo, diencéfalo, para culminar con el desarrollo de la corteza somatosensorial y
el lóbulo frontal que son las partes evolutivamente mas nuevas de nuestro cerebro ocupando
alrededor de ¼ parte de el, y que, aparentemente, dieron paso a una posterior evolución
cultural; estas estructuras, haciendo eco de su condición, permiten la elaboración de dichos
procesos mentales superiores, como el aprendizaje, el lenguaje y la inteligencia; todo depende
de todo, y las pruebas de esta dependencia, se pueden constatar gracias a lo avances
tecnológicos anteriormente mencionados, los cuales evidencian una compleja red neural,
conformada por interconexiones dentro del sistema nervioso central (cerebro, cerebelo y
medula), y entre éste y los nervios y ganglios periféricos.

1. Giménez Amaya Jose M.; Murillo Jose I.(2007); Mente y cerebro en la neurociencia contemporánea. Una aproximación a
su estudio interdisciplinar.
Ahora bien, estas interconexiones propician una comunicación tanto eléctrica como química
que permite el adecuado desarrollo del cuerpo, pero, ¿cómo evidenciamos una dependencia
de estas conexiones, y de su importancia en relación a un medio real y a otro ser humano que
comparta dicha realidad propia?: la respuesta se encuentra en el mismo desarrollo ontogénico
del hombre: nuestra especie se caracteriza por rasgos que la han definido como única y
predominante ante las otras, tales rasgos son su altricialidad secundaria, la cual hace
referencia a un desarrollo fetal significativo por fuera del vientre de la madre debido a la
configuración anatómica de la especie a lo largo de la evolución, puesto que, al andar en dos
piernas (bipedestación erguida: otro rasgo único de nuestra especie), las caderas se moldean
de tal forma que a través de ellas no puede pasar un cerebro (encéfalo) lo suficientemente
grande una vez desarrollado; de esta manera, alrededor del 75% de su volumen se desarrolla
en la intemperie, lo cual genera una clara dependencia de su principal figura de apego, pues,
siendo completamente indefenso, por mucho mas tiempo que el resto de especies, necesita
protección de dicha figura, elaborando relaciones afectivas que le permitan su cognición:
¿Cómo es esto?, pues bien, la interacción con otros individuos, y la estimulación afectiva de su
primera figura de apego, le permitirá la mielinizacion de los axones de las células nerviosas,
esto es, la formación de un aislante químico alrededor de ellos que permite el movimiento
eléctrico dentro del axón que estimulará el impulso nervioso que conformará la conexión entre
dichas redes neurales que comunican el cerebro con el cuerpo.

El desarrollo ontogénico, tal y como se plantea, son solo los indicios de un universo complejo e
interrelacionado, que se manifestará, en los comienzos de la vida en todas sus actividades y
procesos mentales, desde los básicos, como la percepción, hasta la metacognición;
continuamente estamos recibiendo estímulos provenientes de diversas fuentes, tanto
auditivas, como visuales, como gustativas etc. Dichos estímulos, penetran inicialmente en los
órganos sensoriales que le corresponden, para posteriormente seguir una ruta iniciando en
los nervios periféricos ubicados en las células receptoras de dichos órganos; a partir de aquí,
viaja un impulso nervioso a través del sistema nervioso periférico (que correspondería a dichos
nervios de cada órgano receptor del estimulo) hasta el sistema nervioso central, en las áreas
cerebrales primarias que corresponden a dicho estímulo, bien sea en la corteza prefrontal,
parietal, occipital o temporal; de estas áreas primarias, que se encargaran del inicio del
proceso de percepción del estímulo, pasaran a las áreas secundarias que se encargaran de
indicar a qué corresponde dicho elemento, evento o situación, es decir, de relacionarlo con
hechos, lugares, o indicadores de cualquier tipo, que son previos a su ocurrencia, para pasar a
continuación a las áreas terciarias o de convergencia, las cuales integran dicha información con
otra información sensorial, que tiene relación con el mismo estímulo; de aquí, la información
pasa a la unidad de relevo y de integración de la información sensorial, el tálamo, el cual posee
núcleos especializados para cada tipo de información, que se encargaran de evaluar la
trivialidad o no de ésta, estableciendo si seguirá o no su camino, excepto la proveniente del
bulbo olfatorio, pues, debido a su antigüedad, sus conexiones no pasan a través del tálamo; de
éste punto de convergencia, la información pasará a la amígdala, la cual le dará una
contextualización emocional al estímulo, y dependiendo de esta motivación emocional, dicha
información quedará almacenada en una memoria a corto plazo (hipocampo), o bien
permanecerá en una “memoria sensorial” tan solo durante milésimas de segundo para dar una
respuesta automática; si se efectuara la respuesta, dicho impulso va hasta el sistema nervioso
periférico donde activará la respuesta muscular y vascular gracias a la acción del hipotálamo
que se encarga de la regulación de los ritmos circadianos y de las respuestas viscerales y
musculares, por medio del sistema límbico. Ahora bien, si el estímulo se considera lo
suficientemente relevante como para utilizarlo en futuras ocasiones, a largo plazo, en lugar de
pasar al hipotálamo, la información pasará a la corteza, donde se almacenará; la ubicación de
dicho almacenaje, hasta ahora, no se ha descifrado, sin embargo, es bien conocido el
fenómeno de potenciación a largo plazo, el cual consiste en un refuerzo en las sinapsis de las
redes neurales que conforman dicha información, cada vez que se evoca su recuerdo
correspondiente.

¿Es decir que redes neurales conforman la “información” correspondiente a los diversos
estímulos provenientes del ambiente, y esta información se puede conservar a lo largo de la
corteza, y se evoca por medio de refuerzos en la sinapsis?: según la teoría del médico y
neurólogo portugués, Antonio Damasio, lo que denominamos mente, es la capacidad de
representar internamente imágenes y de ordenar dichas imágenes en un proceso denominado
pensamiento (2). Estas imágenes, no son solo visuales, son imágenes auditivas, olfativas,
gustativas; es la capacidad de sentir un estimulo, percibirlo, y asociarlo por medio del proceso
de aprendizaje, que se construye desde los inicios de la vida, y nunca termina, a menos que
por causa de una enfermedad neurodegenerativa, como el alzheimer, por ejemplo, se
produzca una interrupción de dicho proceso de aprendizaje. Todos los procesos mentales son
dependientes unos de otros; así como la percepción es dependiente de la sensación, la
memorización es dependiente del continuo aprendizaje que se vaya construyendo, y éste se
construye por la mediación de la atención, motivación y de la emoción, de acuerdo a las
percepciones que se construyan en relación a un entorno, y con la ayuda de un “otro” que lo
comparta.

Si bien hace muy poco se presentaron las condiciones para acceder a estos datos, básicamente
desde el siglo XX hasta la actualidad, la neurociencia va avanzando a pasos agigantados, y
aunque aún se manifiestan incógnitas complejas como, qué es la conciencia, y dónde se ubica,
o el surgimiento del lenguaje, -en qué momento y debido a que hecho específico se da-, los
desarrollos tecnológicos avanzan rápidamente, y el interés por conocer el increíble estado de
la mente entre los científicos de la modalidad aumenta cada vez mas, y algún día, los
preceptos ideológicos y espirituales concordaran con que, si bien a determinados eventos hoy
en día no es posible asignarles una explicación, esas mismas dudas se generan gracias a toda
una maquinaria neural, que va desde el cerebro hacia lo largo del cuerpo, que interactúa con
el medio, permitiendo el desarrollo cognitivo de cada persona, y que éste desarrollo permite el
planteamiento de dichas dudas, y esto ha sido posible gracias a un proceso evolutivo que ha
generado las condiciones para que seamos una especie única, que elabora su realidad de
acuerdo a una cultura, que el hombre mismo creó en determinado momento, y a través de ella
generó las condiciones para que todos estos avances se den, e ir saciando cada vez más sus
ansias de aprender y su ambición infinita en lo que respecta al conocimiento de su propia
verdad.

2. Damasio A.; (1994 Y 2006); El error de Descartes: La emoción, la razón y el cerebro humano; Ed. Drakontos Bolsillo;
pág.112
La ciencia ha estado subyugada a lo largo de los siglos principalmente por la religión, lo cual no
han favorecido el avance de ésta, dándole el papel antagónico el cual prevalece en el tiempo,
el ser humano se ha preocupado por estudiar el universo y sus maravillas que, como bien es
sabido, han puesto a prueba las mentes más brillantes, que desde tiempos inmemorables han
descubierto la manera de ir mas allá de solo una simple observación gracias al método
científico.

Así como por medio de experimentación Galileo Galilei, Isaac Newton, Einstein y otros
científicos acabaron con ideas retrogradas que se habían arraigado en la idiosincrasia de la
humanidad, aparecieron neurocentificos que encontraron el camino para demostrar que la
mente humana es más compleja de lo que se conoce, donde se toma en cuenta la evolución de
los mamíferos como epicentro de lo conocido hasta entonces como dualidad tanto del cuerpo
como la mente. Se da a entender que somos un entretejido de redes nerviosas que se
encuentran conectadas a través de nuestro organismo como un todo.

Gracias a la tecnología la humanidad ha venido descubriendo zonas del cerebro inexploradas


donde se puede evidenciar la sinapsis neuronal para diferentes funciones ligadas a procesos
tanto motrices como cognitivos, asumiendo que esto se debe a que por evolución nuestro
sistema periférico central no permite realizar acciones sin que se vea involucrada toda la red
nerviosa permitiendo colocar a la raza humana un peldaño más adelante en esa escalera de la
evolución, y así dando a entender que el desarrollo del lóbulo frontal hace parte de la
complejidad llamada mente.

Otro de los grandes aspectos a tener en cuenta en el entendimiento del rompimiento del
dogma donde se propone a la mente y el cuerpo como entes independientes, es el carácter
ontogénico del ser humano donde evidenciamos el proceso de concepción, siendo este mas
incompleto comparado a otros mamíferos donde no nos vemos en la necesidad de recurrir a la
supervivencia de primera mano y gracias a esto desarrollamos un apego emocional más
grande con nuestras madres. Este factor nos da la ventaja por un lado de poder desarrollar de
una manera más lenta todas las interconexiones necesarias que nos caracteriza como Hommo
Sapiens y no solo depender del instinto alojado en nuestro hipotálamo que nos ubica en un
estado permanente de supervivencia.

Por ultimo cabe resaltar que la tecnología es una herramienta vital para poder llegar a
entender y priorizar las funciones vitales de nuestra mente que nos permita canalizar la
información de una manera más efectiva, permitiéndonos ver más allá de la percepción que
caracteriza a nuestros sentidos, para así encontrar respuestas a preguntas que han estado sin
resolver a lo largo de la historia de la humanidad.

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