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El llano en llamas

Tan dura como las sensaciones que provoca un cuento plagado de


muerte, desolación y devastación humana. El lector puede quedarse
con el amargo sabor de una vida que no vale nada, la soledad de la
ignorancia y la miseria moral de seres que, como fantasmas anclados
en un limbo, no conocen más que la venganza y su eterna condena a
luchar por una causa que saben perdida. Pero afortunadamente esto no
es todo lo que deja una obra escrita tan magistralmente como lo es El
llano en llamas. De igual modo que en Pedro Páramo, se siente en ella
el destello de las imágenes tan vivas, la música del silencio y la
naturaleza implacable sirviendo como marco a los personajes que
prolongan su vida , suplicando comprensión, mientras dure su relato.

En el Llano en llamas la realidad era la lucha contra las tropas de los


federales, un oponente enorme que los arrasaba, la meta era hacer
justicia por medio de la injusticia, de hacer más daño que los que les
hacen daño, ser más malvados. En un cruento ataque al sistema que
los excluye, al perseguir su meta los «buenos» caían en
abusos, matanza y destrucción. Esta no es la historia de los
vencedores, es la perspectiva de los de abajo, de los que se jugaron la
vida porque no tenían nada que perder, y aun así fueron derrotados, de
quien ha sufrido humillación y abuso, que aún vive, pero con
resentimiento y desconfianza. O simplemente una elección.

Todo ser humano elige, incluso elige no elegir. Hoy los perritos son


todos aquellos que por alguna razón están fuera del sistema y buscan
su lugar. Pero como he dicho, la única respuesta posible es siempre
una elección. El hombre tiene la obligación de elegir, ya sea elegir el
amor a la vida, la construcción, o el amor a la muerte, o destrucción.

El proceso de vivir productivamente implica crear, en cualquiera de


sus formas, la actividad que más llena al ser humano. Crear vida es
una de sus formas, crear arte, crear trabajo, crear amor, crear
paz. Para cualquiera de las dos caras, creación o destrucción, en cada
ser humano la moneda se lanza continuamente. Por eso El llano en
llamas es un recordatorio de este poder, latente en todo ser
humano, en el misterio del alma de cada individuo vive siempre la
semilla de la posibilidad, mientras haya vida, mientras haya
consciencia.

Bibliografía

El corazón del hombre. México DF: Fondo de Cultura Económica, 1966

RULFO, Juan. El llano en llamas

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