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Universidad del valle

Leonela Carmona Ferro


Informe VIII (24-07-2019)

En el corazón de la zona gris


Paz Moreno Feliu, fecha de nacimiento: 1950 (edad 69 años), Betanzos, España. Catedrática de
Antropología Social en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, se formó como
antropóloga en la Universidad Autónoma de Madrid y en University College de la Universidad de
Londres. Ha realizado trabajo de campo en Galicia y el norte de Portugal e investigaciones que
abordan los distintos problemas de la antropología económica. En la actualidad prepara un nuevo
trabajo de campo en el Rif.
Los rituales de iniciación al campo nos van a introducir, como lo hicieron con los propios
protagonistas, en el horror de los campos de concentración, para llegar a entender lo
incomprensible, para ponernos en su lugar. Por este motivo, tratar de explicar algo tan horroroso a
quien no lo ha vivido es una tarea totalmente imposible, ni siquiera sus propios protagonistas fueron
capaces de expresar aquello, porque era algo que las palabras no podían describir: “Nuestra lengua
no tiene palabras para expresar esta ofensa, la de la destrucción de un hombre”. Por este motivo, de
todos los temas que los rituales de iniciación al campo nos van a introducir, como lo hicieron con
los propios protagonistas, en el horror de los campos de concentración, para llegar a entender lo
incomprensible, para ponernos en su lugar.
Se adaptaron al campo, consiguieron sobrevivir, pero no pudieron volver a formar parte del mundo
que habían dejado antes de que les despojaran de su condición de seres humanos.
El tema de los ritos de paso lo encontramos perfectamente explicado antes de adaptarlo y
concretarlo al horror de los campos de exterminio, Sin embargo, en ningún momento se hace uso
del sentimentalismo para hacernos comprender la crudeza extrema de lo que allí llegó a suceder,
simplemente se vale de la documentación aportada en los juicios y de las memorias de los
supervivientes para lograr la comprensión al ser rescatados del horror y volver a su vida anterior:
era imposible que nadie se llegara a hacer cargo de tal dimensión destructiva.
Y al hablar de destrucción, no sólo nos referimos a la muerte física, que fue inmensa, sino a la
muerte moral, a la destrucción de todo lo que le confiere a una persona su calidad de ser humano.
Por tanto el tiempo programado no servía para situar los acontecimientos globales ni los tiempos
invisibles en que se realizaban contactos básicos para sobrevivir y que las memorias nos van
relatando, como parte de una manifestación de esa vida social extraña, compleja y variable en la
cual se insertan los acontecimientos del campo.
En conclusión y en lo personal cabe mencionar que mires donde mires y vayas donde vayas, la
deshumanización de los humanos tapa nuestra visión de la realidad. Nos ponen en adornos
consumistas y descontrolan nuestros deseos para obtener cosas y perder nuestro tiempo en
entretenimientos que manipulan nuestras mentes. Mientras, estamos expuestos a una extinción de
especies jamás ocurrida y en tan poco tiempo, cuya responsabilidad es otra especie que se cree
superior a todo lo creado en el universo. El hombre ha manchado el espíritu de la humanidad, ha
borrado la definición solidaria y amable de la que así mismo se definía y no ha dudado en practicar
la violencia, la guerra y el asesinato contra su propia morada. Cada día más, cada momento, de
nuestra existencia en el mundo, nos acercamos irremediablemente hacía un agujero negro que
cegara la existencia de los seres humanos en la Tierra y del resto de los seres vivos. Vemos ya
síntomas alarmantes y preocupantes de una realidad que se quiere ocultar ante los ojos de una
sociedad que camina sin rumbo.

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