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punto donde era necesario buscar una salida a las necesidades de la población para no tener que
decidir entre “ o renuncias al tratamiento o pierdes tu granja”; realidad que es parte tangible en
los países en vías de crecimiento, teniendo que valorar el tener que vender una propiedad
personal de valor para subsanar la atención de un familiar o propia; o tener que prescindir de la
atención por no disponer de recursos para lograr cubrir los gastos de la atención y quedar en las
manos de la atención pública, hasta donde el presupuesto programado les cubra.
Ante la necesidad del estado de subsanar la necesidad de la población de una atención integral en
salud, la implementación de la APS, que de manera normal se ha venido brindando con la
modalidad de pagos directos de la atención brindada; esto lleva a lo planteado al inicio de este
capítulo, teniendo que el peso total de la atención recae en el usuario que necesita la atención,
dejando de lado al principal garante de la salud de la población, el Estado; diluyendo esta
situación en dos finales dependiendo del resultado: uno el que ya mencionamos, que es el de los
pagos directos, genera una inequidad en la APS, ya que los que tienen mayor cantidad de dinero,
son los que de una mejor atención en salud pueden gozar; y la de la equidad que puede venir en
diferentes niveles según la capacidad de los diferentes actores que participan en la dinámica
social.
En la equidad algo que afecta grandemente es la estratificación social, esto generado por el tipo
de ingreso que el individuo perciba, así como de la zona residencial que este pertenezca, ya que
este ultimo genera un prejuicio de discriminación según la zona de procedencia, dando hincapié
a que los que proceden de áreas catalogadas como pobres, son remitidos o limitados instituciones
públicas, con una limitada cartera de servicio, y los que proceden de zonas urbanas de alta estima
social, se les cataloga para una cartera de servicios de mayor gama.
Al principio, para un país no es un camino fácil lograr la universalidad planteada, ya que los
prejuicios que vienen arraigados en la sociedad, para lo cual los movimientos sociales son
importantes, ya que estos forman un medio de presión al cambio, que históricamente ha sido
fundamental para la implementación de muchas políticas a nivel mundial, de las cuales hoy día
gozamos o sufrimos.
Otro prejuicio o sentido de justicia erroneo, tendría que ser eliminar la discriminación de la
atención a personas de escasos recursos, lo cual es limitado por el criterio de: “tanto aportas,
tanto mereces”, esto para ampliar la atención a población catalogada como pobre, teniendo por el
cambio de mentalidad que esto no puede lograrse de manera inmediata, por lo cual debe hacerse
de manera progresiva, sin caer en la pasividad para lograr este fin.
El desafio para lograr la cobertura universal no dependerá netamente solo de la atención o los
esfuerzos brindados por el sector salud, sino que, también dependerá de las estrategias que se
elaboren a largo plazo que trasciendan a la política o movimientos sociales que se posean
nacionalmente. En muchos países para lograr el objetivo se ha tenido que realizar una
reingenieria que permita llegar a la meta planteada.
Esto lleva a la necesidad que hay de poder llegar a zonas donde nunca se ha podido brindar una
atención integral, para que los residentes de dicha zona no tengan que movilizarse, para esto las
estrategias tendrían que contemplar la ampliación de los centros de atención en esos lugares, así
como su cartera de servicio, para así garantizar la APS. Esto conlleva a una inversión mayor, la
cual solo se alcanza estando como país en una buena situación económica.
La implantación progresiva de redes de APS es necesario para llegar a zonas rurales donde no
existe dicha atención o si existe es reducida. Estas son zonas vulnerables, que ante desastres
naturales son las primeras afectadas, por sus escasos recursos o carencia de servicios.
Para lograr esto puede hacerse por dos enfoques en uno, en pro de la rapidez y equidad, seria el
implementar al mismo tiempo diferentes servicios, partiendo de lo mínimo y poco a poco ir
ampliando la cartera de servicio. Contrario al beneficio de lograr equidad con esto, se limita que
a la necesidad de otros servicios mas especializados, que no estén implementados, se encontraría
la inconformidad de la población al necesitar de un servicio no implementado, además de que
ante la demanda de mejores medicinas o tratamientos, se presta a la intervención de entidades
privadas que pudieran aprovechar las deficiencias de dicha implementación y así vulnerar o
estratificar más la situación de la zona.