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INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1
CAPITULO I: ......................................................................................................................... 2
ESTADO Y DEMOCRACIA: TEORIA Y DESEMPEÑO ................................................... 2
1. Apoyo a las autoridades políticas de nuestro país. ......................................................... 2
1.1. Distinción entre el apoyo. ........................................................................................ 2
1.2. Participación y opinión de la ciudadanía ................................................................. 3
1.3. Enfoque culturalista ................................................................................................. 3
1.4. Enfoque Culturalista clásico .................................................................................... 4
1.5 Enfoque Instrumental ............................................................................................... 5
CAPITULO II: ........................................................................................................................ 6
Evolución de la democracia en el Perú ................................................................................... 6
Elecciones y cambios de gobierno en el siglo XXI ............................................................ 6
Cambios de Régimen en el siglo XX y XXI ...................................................................... 7
Cambio de movimientos sociales a una sociedad civil....................................................... 8
CAPITULO III: .................................................................................................................... 10
Calidad democrática en el Perú ............................................................................................ 10
8 dimensiones de la calidad democrática en el Perú ........................................................ 10
3.1.1. La rendición de cuentas electoral ....................................................................... 10
3.1.2. Rendición de cuentas interinstitucional .............................................................. 10
3.1.3. Competencia política .......................................................................................... 10
3.1.4. Participación política .......................................................................................... 11
3.1.5. El imperio de la ley............................................................................................. 11
3.1.6. Libertades ........................................................................................................... 11
3.1.7. Responsabilidad .................................................................................................. 11
3.1.8. Igualdad .............................................................................................................. 12
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 12
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 14
“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

INTRODUCCIÓN

La presente monografía aborda el siguiente asunto de interés nacional: ¿Cómo ha


evolucionado la democracia en los 20 años? Y ¿Cómo la ciudadanía puede intervenir en su
mejora?

El objetivo de la presente monografía es describir y como es que desde el surgimiento de un


sistema democrático a partir del año 2001 a ayudado a la población a renacer como sociedad.
Al mismo tiempo ver analizar los hechos del pasado para reflexionar y determinar la calidad
de democracia que existe en nuestro país viendo si se considera a la población como participe
en la formación de políticas públicas y si estos consideran a sus gobernantes adecuados para
guiarlos a un estado democrático lleno de equidad. Porque en la actualidad existe un bajon
de calidad en cuanto al descontento con nuestras autoridades que generan brechas que
separan al país todo esto para ponerlo disposición de los estudiantes y adultos y que
reflexionen acerca de los problemas socioculturales que tenemos presentes.

Como antecedente principal se consideró al trabajo de (Romero,2007): “La democracia en


el Perú: Una terca voluntad”. Que habla y reflexiona acerca de: La construcción de la
democracia en el Perú como vieja tarea que se realiza siendo imperceptiblemente, lenta y
tercamente tanto en la cultura política de los nuevos ciudadanos como en la organización
política de la sociedad. El presente artículo es un ensayo sobre la aventura democrática en el
primer lustro del siglo XXI yendo a las últimas décadas del siglo XX en el Perú, en las que
la institucionalidad democrática adquiere nueva legitimidad, para entender las dificultades
que los actores políticos encuentran y que se deben tomar en cuenta para hablar de la calidad
de la democracia, en la línea que el artículo de Levine y Molina (2007) nos propone.

La presente monografía está estructurada de la siguiente manera:

CAPITULO I: ESTADO Y DEMOCRACIA: TEORIA Y DESEMPEÑO

CAPITULO II: Evolución de la democracia en el Perú

CAPITULO III: Calidad democrática en el Perú

CAPITULO V: CONCLUSIÓN

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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

CAPITULO I:

1. ESTADO Y DEMOCRACIA: TEORIA Y DESEMPEÑO


Para introducirnos de una vez dentro de la teoría que han abarca la relación entre el
desempeño del Estado y la sostenibilidad de la democracia, es menester resaltar algunos
conceptos. Esto haciendo análisis de un autor cuya contribución fue de masiva influencia en
la literatura ya que analiza la opinión de la población acerca de los sistemas de gobierno bajo
los que viven, Easton (1965) acuña el término «apoyo al sistema político» para denotar el
conjunto de actitudes necesarias para garantizar la sostenibilidad de un sistema. Esto según
Easton Según el autor, «ponerse a favor o en contra de algo» (1975: 436), mientras que el
objeto de estas actitudes, el «sistema político», puede ser subdividido en tres partes: las
autoridades políticas, el régimen político (es decir, el conjunto de instituciones y reglas de
juego que gobiernan una comunidad política determinada) y la propia comunidad política
(Easton 1965: 157)

1. Apoyo a las autoridades políticas de nuestro país.

1.1. Distinción entre el apoyo.

Un aspecto importante mencionado por Easton es la distinción entre «apoyo


específico» y «apoyo difuso». Mientras el primer tipo de apoyo es el que los ciudadanos
brindan a las autoridades políticas teniendo en cuenta el desempeño de estas últimas,
el segundo es definido como un «reservorio de actitudes favorables y de buena
voluntad» (Easton 1975: 444) hacia las autoridades, el régimen y la comunidad política.
Dentro de este esquema, «efectividad» se refiere al desempeño de las instituciones
democráticas y del Estado según los estándares fijados por los ciudadanos; y,
«legitimidad», a la capacidad del sistema de reproducir entre sus ciudadanos la creencia
de que las instituciones políticas que existen resultan ser las más adecuadas para la
sociedad. Así, el apoyo al sistema político tendría una dimensión instrumental que
depende del desempeño del sistema en el corto plazo, y otra afectiva (el apoyo difuso

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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

o la legitimidad), basada en la historia, las experiencias acumuladas y las creencias de


la ciudadanía acerca de la conveniencia de un sistema político determinado.

1.2. Participación y opinión de la ciudadanía

Las investigaciones más recientes acerca de la sostenibilidad en la democracia


emplean en primer término, medir las opiniones ciudadanas acerca del desempeño
ejercido por autoridades políticas y explorar el nivel de confianza por parte de los
ciudadanos. Por último, analizar preguntas que intentan medir el grado de afectividad
que tienen los ciudadanos hacia la comunidad política y la democracia como sistema
de gobierno, es decir, no a la democracia que tiene lugar en una comunidad política
determinada sino al ideal asociado a este sistema de gobierno.

Ahora todo lo referido a la relación entre el desempeño del Estado y las


actitudes ciudadanas con respecto al sistema político, estas generalmente coinciden en
que un mayor nivel de apoyo al sistema es deseable y preferible a un menor nivel de
apoyo, esto en la medida que llegue a contribuir y a afianzar a las instituciones, los
desalienta las acusaciones de actores antidemocráticos y brinda continuidad al sistema
en tiempos de crisis, cuando el desempeño del mismo no satisface las demandas de los
ciudadanos (Norris 1999c: 266-267). Sin embargo, las teorías principales que se
presentan se contraponen en 2 aspectos: acerca de las implicancias que puede tener un
bajo nivel de apoyo sobre la sostenibilidad de la democracia y acerca de los factores
que explican este apoyo. Con base a estas desigualdades se construyen tres enfoques:
el «enfoque culturalista clásico», ligado a la teoría de la modernización; el «nuevo
enfoque culturalista», que actualiza el enfoque anteriormente mencionado; y el
«enfoque instrumental».

1.3. Enfoque culturalista

El enfoque culturalista basa su argumento en la teoría de la modernización. La


versión más corta de este argumento trata de explicar los cambios estructurales
asociados al desarrollo económico que manifiesta cambios culturales muy notables en
la sociedad alcanzando así la modernidad. Ocasionalmente, estos cambios llevan al
colapso de los regímenes autoritarios dominantes, a la incorporación política de las
masas, y al surgimiento de la democracia. Los proponentes de este enfoque explican la

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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

predominancia de regímenes autoritarios y el fracaso de los intentos democráticos en


países subdesarrollados, haciendo referencia al atraso económico y a los valores e
instituciones tradicionales predominantes en dichos países (Almond y Coleman 1960,
Almond y Powell 1966, Lerner 1958). Bajo este enfoque, las actitudes ciudadanas con
respecto al sistema político forman parte de una matriz cultural más extensa.

En las sociedades en las que predominan los valores tradicionales, el apoyo a la


democracia, si es que esta existe, será escaso; y la democracia estará destinada al
fracaso si es que no es promovida por agentes externos a estas sociedades. En las
sociedades en las que predominan los valores modernos, el apoyo será alto y la
democracia se consolidará como sistema de gobierno. Así, según el enfoque culturalista
clásico, la relación entre apoyo a la democracia y el desempeño del Estado es válida
únicamente en el largo plazo, en la medida n que este desempeño, especialmente en el
campo del desarrollo económico, moldea la cultura política de la ciudadanía.
Específicamente, el argumento es que el proceso de industrialización, junto con la
mejora en los estándares de vida que lo acompañan, proporciona las bases materiales
para el desarrollo de valores democráticos.

1.4. Enfoque Culturalista clásico

Como resulta obvio, el enfoque culturalista clásico y la teoría de la modernización


han caído en desuso. Por un lado, estas teorías fueron desacreditadas por diversos
acontecimientos, entre los que destacan la toma del poder por movimientos populares
y populistas en varios países de Latinoamérica a mediados del siglo pasado y su
posterior reemplazo por dictaduras militares en las décadas de 1960 y 1970, y por la
reexaminación crítica de otros, como el surgimiento del fascismo en Alemania e Italia
antes de la II Guerra Mundial.

Por otro lado, en el campo académico, estos paradigmas fueron reemplazados por
nuevas teorías, como las del sistema mundial (Wallerstein 1974) y de la dependencia
(Cardoso y Faletto 1979), que buscaban explicar el subdesarrollo y trazar una ruta para
superarlo. Recientemente, un nuevo enfoque ha buscado reivindicar algunos de los
argumentos básicos del enfoque cultural clásico, aunque con ciertas modificaciones
(Inglehart 1997, Inglehart 1999, Dalton 2000, Inglehart y Welzel 2005). En primer

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término, y a diferencia de su predecesor, el nuevo enfoque sostiene que los cambios


culturales dependen de las características culturares preexistentes, en la medida que
estas últimas delimitan trayectorias de cambio futuro Así, descarta la predicción
culturalista clásica de convergencia universal hacia la cultura occidental impulsada por
el desarrollo capitalista.

1.5 Enfoque Instrumental


Según el enfoque instrumental, las actitudes ciudadanas con respecto al
sistema político no dependen de valores subyacentes. Por el contrario, este enfoque
argumenta que el apoyo al sistema está basado en consideraciones meramente
instrumentales. De manera más específica, dicho apoyo depende de la capacidad del
sistema de proveer un nivel mínimo de bienestar a los diversos actores políticos y a
la ciudadanía (Przeworski 1991): los ciudadanos apoyan al sistema político cuando
este satisface los estándares de desempeño que estos fijan y se abstienen de hacerlo
en caso contrario.

De este modo, a diferencia de lo propuesto por los enfoques culturales, los


estudios de corte instrumental sostienen que el Desempeño del Estado y
sostenibilidad democrática en el Perú desempeño del Estado y las instituciones
políticas tiene un efecto en el corto plazo sobre el apoyo ciudadano al régimen
democrático. Los estudios dentro de esta perspectiva difieren en cuanto a los criterios
de desempeño que los ciudadanos usan en sus evaluaciones. Por un lado, algunos
sostienen que el desempeño en el campo económico es el criterio más importante, ya
sea en el nivel macroeconómico en el del bienestar social, en el del bienestar
individual, o en una combinación. Por otro lado, otros sostienen que el desempeño en
el campo político es el criterio más importante, ya sea en las funciones básicas de
gobernanza, legislación y seguridad en la representación efectiva de la ciudadanía, o
en el manejo de la corrupción y los escándalos políticos asociados con ella. Un último
grupo incorpora ambas perspectivas al analizar el desempeño económico y político
de manera simultánea.

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CAPITULO II:

Evolución de la democracia en el Perú


2.1. Elecciones y cambios de gobierno en el siglo XXI

Si bien un proceso electoral pone en juego las instituciones fundamentales de


la democracia, éste parece no ser el principal problema para la democracia en el Perú
y quizá podríamos ampliar la hipótesis para la región andina. La elección de Alan
García en el 2006 es la tercera elección presidencial que se da en el presente siglo,
después de la de Alberto Fujimori en el año 2000 y la de Alejandro Toledo en el 2001,
luego de un breve periodo de Gobierno de Transición presidido por Valentín Paniagua,
que le correspondió por ser presidente del Congreso de la República. Es decir, Alan
García es el cuarto presidente del Perú en lo que va del siglo. ¿Quiénes son los actores
que participaron en las elecciones del 2006? Entre los candidatos con mayores
posibilidades estaban: Lourdes Flores Nano, del Partido Popular Cristiano formando
parte del Frente Unidad Nacional, Alan García Pérez del Partido Aprista Peruano, y un
tercer candidato, Ollanta Humala, respaldado por Unión por el Perú, que lo acogió ante
las dificultades de inscripción de su propio grupo, el Partido Nacionalista del Perú. Los
seguían veinte candidatos más sin ninguna posibilidad de ser elegidos. Lo curioso de
la situación es que pese al alto grado de volatilidad del voto en el Perú (Mainwaring y
Scully, 1995), a la crisis de partidos existente y a la alta desconfianza en las
instituciones, dos de los partidos líderes tenían una larga trayectoria política en el Perú
y pertenecían a las grandes organizaciones internacionales, el social-cristianismo, en el
caso de Lourdes Flores candidata por segunda vez, y la social-democracia en el caso
de Alan García, ex presidente de uno de los peo res gobiernos del siglo XX8 .

Sin embargo, lo que tenemos que entender es por qué el electorado peruano
votó mayoritariamente por el tercer candidato, el outsider, mostrando una consistencia
con las elecciones anteriores, que no podemos dejar de ver, en las que se votó por
Toledo y por Fujimori, ambos con una trayectoria académica más que política. Ollanta
Humala esperaba ganar en primera vuelta como su colega boliviano, Evo Morales, pero

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no lo logró. La segunda vuelta se definió entre él y Alan García, con el triunfo de este
último por un pequeño margen.

2.2. Cambios de Régimen en el siglo XX y XXI

Para analizar la calidad de la democracia es importante plantearse la pregunta


por lo que significa la democracia en el Perú tomando en cuenta lo que dicen Levine
y Molina (2007) sobre la necesidad de reflexionar sobre la conexión entre
procedimientos políticos y el orden social existente. Si se mira al largo plazo, durante
el siglo XX, los periodos democráticos en el Perú se han alterado con asombrosa
regularidad con las dictaduras, no sobrepasando la decena de años un régimen
democrático, y la docena, un régimen dictatorial. Visto así, los gobiernos
democráticos pueden ser analizados como intentos de construir una forma de
gobierno para todos, interrumpidos por golpes de Estado en función de los intereses
de la minoría dominante, apoyada por el consenso internacional o como breves
paréntesis que interrumpían o permitían que se alternaran los dictadores en el
gobierno del país.
Esta última ha sido más bien la experiencia en muchos de los países de
América Latina hasta la década de 1960 en la que el contexto de la Guerra Fría llevó
al establecimiento de dictaduras modernas, más sistemáticas en su represión, y
coordinadas internacionalmente en el con texto de la Guerra Fría. Después de este
tiempo de dictadura y sufrimiento colectivo, la democracia se convirtió en un
horizonte deseable. Fernando H. Cardoso, Francisco Weffort, Guillermo O’Donnell,
entre otros, recogieron el nuevo clima democrático que surgía en las mentalidades de
las últimas décadas del siglo XX. Destacaban el nuevo sentido que adquiría la idea
de democracia para los latinoamericanos, quienes después de dos décadas de
dictaduras violentas volvían a confiar en la ley y en los procedimientos democráticos
y en la política como medio para avanzar en sus intereses y conseguir resultados.
En ese contexto favorable el Perú debe haber sido el único país en la región
que, saliendo de una dictadura no violenta, recuperó la institucionalidad democrática,
para sumergirse casi inmediatamente en un violento conflicto armado interno y en
una de las peores crisis económicas de su historia por la deuda externa y la mala
gestión pública. Estas condiciones son suficientes para marcar la excepcionalidad del

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caso peruano de su terca voluntad por establecer una democracia que no puede
afincarse unilateralmente en la clase política ni en la ciudadanía. Tiene que atravesar
todos los actores sociales para que funcione. Por eso la importancia del supuesto
fundacional de toda democracia que es la existencia de un pacto social, de un acuerdo
nacional entre las clases sociales de reconocimiento mutuo de derechos y de igualdad
garantizada por la ley. Este pacto no se ha dado y la resistencia a enfrentar el tema es
una de las causas de la fragilidad de la democracia en el Perú. El informe de la
Comisión de la Verdad y Reconciliación (2004) vuelve a plantear este problema al
denunciar las grandes brechas existentes en la sociedad peruana que dividen a unos
de otros por el idioma, la cultura, el territorio y el acceso a la educación y a la ley, y
a los bienes necesarios para la vida. Pero se encuentra nuevamente con el rechazo de
las élites y la negación a ver lo innegable.

2.3. Cambio de movimientos sociales a una sociedad civil

Uno de los principales problemas para volver a establecer instituciones


democráticas es la poca capacidad que éstas tienen para canalizar las demandas
ciudadanas y de gestionar los recursos públicos como bienes públicos y no personales
o privados. A esta dificultad se añade la capacidad o no que tienen de desmovilizar a
la población que generalmente ha sido quien ha logrado producir las condiciones para
un gobierno democrático con sus acciones políticas y que ha reforzado su conciencia
ciudadana no sólo en términos de obligaciones sino de derechos. Si usáramos el
esquema de agente/principal, en el contexto institucional de la democracia, la
ciudadanía es el principal y el político es el agente. No en el sentido de actor, sino en
tanto representante del ciudadano. Pero esta noción que puede ser clara en el esquema,
no lo es en las relaciones de poder. Una vez que se restablecen las instituciones, el
poder pasa por el agente, y no por el principal, hasta las siguientes elecciones.
La tarea es pues la de encaminar políticamente el interés y la voluntad de
participar a través de canales de representación y otras mediaciones que harían más
fácil el acceso de todos a la política. Esto permitiría a la población regresar a sus
lugares de trabajo, a sus rutinas familiares, a la normalidad de la vida cotidiana,

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manteniendo una actitud crítica y vigilante mientras los cuadros especializados se


ocupan de la tarea de gobernar.
El problema como dicen los expertos en poliarquía es que el supuesto para que
esto opere es que el mercado y las otras esferas de acción funcionen y sean dinámicas.
Si las dificultades propias del mercado son grandes, como en el caso peruano,
entonces el Estado debe intervenir en sustitución.

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CAPITULO III:

Calidad democrática en el Perú

3. 8 dimensiones de la calidad democrática en el Perú

3.1.1. La rendición de cuentas electoral


La rendición de cuentas es una dimensión fundamental para la existencia de
una democracia representativa, ya que es por medio de los representantes que el
público gobierna y ejerce su poder, es decir, hace democracia. Si los llamados a ser
representantes no cumplen al representar los intereses y las opiniones de sus
representados, el público ya no gobierna, por lo tanto, no hay democracia. La
rendición de cuentas por medios electorales es una de las formas por la cual los
ciudadanos ejercen un control sobre sus representantes, y para que este control sea
eficaz es necesario que los procesos electorales sean libres y justos, que haya libertad
y transparencia en la organización y financiación de los partidos políticos, y que
existan alternativas partidarias con cierta estabilidad de presencia electoral.

3.1.2. Rendición de cuentas interinstitucional


El primer requerimiento de un gobierno es gobernar, y si para que el gobierno
sea democrático es necesario que sea controlado por el público, también es necesario
que el gobierno se controle a sí mismo, que haya mecanismos por medio de los cuales
los que ejercen el poder se vigilen entre sí y que sean capaces - y que ejerzan la
voluntad - de controlarse mutuamente. En un sistema presidencial esto puede
realizarse de varias maneras, entre ellas, el control que se ejerce entre el Ejecutivo y
el Legislativo, entre éstos y el tribunal constitucional, por medio de contralorías y del
defensor del pueblo y por la descentralización del poder acompañado por mecanismos
de control entre el poder central y los poderes descentralizados.

3.1.3. Competencia política


La competencia política en el Perú recibe una puntación de 3,6, en el promedio
de los tres subdimensiones. Las elecciones son justas y libres, un punto que se ha
desarrollado con detalle en el apartado sobre la rendición de cuentas electoral. En
Perú no hay partidos fuertes que dominen la política o que restrinjan la opción

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electoral efectiva -no hay partidocracia, y con frecuencia surgen nuevos partidos y
organizaciones políticas El sistema también es bastante abierto, con un número alto
de partidos que compiten en elecciones nacionales y con una distribución de votos
muy amplia entre los partidos. En 2001, 2006 y 2011, compitieron a cada elección un
promedio de 17 partidos en la disputa para el congreso unicameral y 13 partidos en
las elecciones presidenciales.

3.1.4. Participación política


La participación política en el Perú recibe una puntación de 3,3, siendo que
este resultado encubre algo esencial sobre cómo los peruanos participan en la política:
los niveles de participación electoral son muy altos, pero la participación en las
organizaciones políticas es bastante baja.

3.1.5. El imperio de la ley


Entre las ocho dimensiones de la calidad democrática en el Perú, una de las
puntuaciones más bajas (3,0 de 5,0) corresponde al imperio de la ley. Los
subdimensiones en peor situación son las correspondientes a la lucha contra la
corrupción y el abuso del poder y a un sistema judicial independiente y eficaz.

3.1.6. Libertades
Entre las ocho dimensiones de calidad democrática, la de libertades es la que
se encuentra mejor evaluada para el caso del Perú. Sin embargo, en cuanto a las
subdimensiones, encontramos significativas diferencias entre una y otra. Así por
ejemplo el subdimensión de derechos civiles recibe una puntuación de 3,3, frente al
subdimensión de derechos políticos que destaca con 5,0.

3.1.7. Responsabilidad
El Perfil del Elector elaborado por el Jurado Nacional de Elecciones en 2010 mostraba
que el 67% de los electores peruanos manifestaba el muy poco o ningún interés por la
política. Este índice ha crecido en 2014, cuando el 77,9% de los peruanos manifestaba
que poco o nada le interesa la política, según LAPOP. Con relación a la democracia,
encuestas recientes presentan datos que generan preocupación.

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3.1.8. Igualdad
Según se ha registrado los peruanos han hecho mediante sus declaraciones que el país
que estaba progresando cayó entre 2011 y 2013 del 49% al 41%. Resulta paradójico
que en recientes años sólo el 22% consideraba que su situación personal era muy buena.

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CONCLUSIONES

PRIMERA: los enfoques teóricos identificados ofrecen predicciones divergentes con


relación a las actitudes de la ciudadanía y el desempeño del estado. Por un lado, el nuevo
enfoque culturalista propone con claridad que no se puede visualizar un efecto significativo
del primero sobre las segundas en el corto plazo, ya que estas últimas dependen de valores
preexistentes. En el largo plazo, sin embargo, un desempeño efectivo del Estado, puede
moldear el apoyo al sistema político al reemplazar valores tradicionales por valores
modernos, en un primer momento, y, luego, estos últimos por valores postmodernos.

SEGUNDA: De la practica de la democracia nace una terca voluntad. La aspiración al


reconocimiento de los otros, a reducir las franjas que nos alejan, a mirar y ser mirados como
iguales todos los antecedentes vistos son motores que impulsan a los peruanos a construir
una democracia. Y abandonar el afán por distinguirse unos de otros y que esto último no se
da sólo verticalmente, entre los ricos y los pobres o los poderosos y los débiles. Se da también
horizontalmente entre las etnias, razas, regiones.

TERCERA: Entre las ocho dimensiones de la calidad democrática en el Perú que se


presentaron en esta monografía pudimos ver altos y bajos en cada uno de los aspectos
presentados siendo estos: rendición de cuentas electoral, rendición de cuentas
interinstitucional, competencia política, participación política, el imperio de la ley, libertades
responsabilidad e igualdad. Nos señalan que nuestro país vive bajo una democracia inestable
donde no se cumple siempre con los derechos establecidos bajo ley y que no todos los viven
en equidad. Pero tampoco resulta tan desalentador ver que hay buenas cifras en muchos
aspectos también.

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BIBLIOGRAFÍA

Camacho, L., & Sanborn, C. (2008). Desempeño del estado y sostenibilidad democratica
en el Perú. Lima.
Carrion, J., & Patricia, Z. (2010). Cultura politica de la democracia en Perú, 2010. Lima:
Asociacion Grafica Educativa.
(s.f.). La construccion de la democracia en el Perú durante el siglo XXI y la revocatoria de
autoridades como mecanismo de participacion ciudadana.
Romero, C. (2007). La democracia en el Perú: Una terca voluntad. America Latina Hoy,
89-107.
Santander, C., & Charles, K. (2015). La calidad de la democracia en el Peru. Sociedad y
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