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CAPITULO 1 @ :QUE INNOVAR Y QUE CONSERVAR EN EDUCACION? Miquel Martinez Universitat de Barcelona 1. La educacién en la sociedad del cambio Laaceleracién en el ritmo de los cambios de la sociedad contempors- nea obliga a pensar qué conviene conservar y qué deberiamos renovar 0 innovar. Necesitamos conservar para profundizar, mejorar y fortalecer, pero también necesitamos renovar e innovar para no perder compas, apro- vechar las nuevas oportunidades y no desperdiciar os logros valiosos ya conseguidos. Esta afirmacién, que es valida para muchos érdenes de la vida, lo es de manera especial para la educacién. La educacién, y en concreto la que acontece ena escuela, afecta a las generaciones que se incorporardn a la sociedad adulta no antes de una dé- cada contada desde hoy. Con el fin que la preparacién de estas generacio- nes sea la adecuada para poder conducir su vida de manera sostenible y tener criterio en la sociedad en la que viven y en la que vivirén, debemos preguntamos: {Qué debemos conservar y consolider de las actuales pric ticas pedagégicas y qué debemos cambiar? Hace ya un tiempo que vivimos no en una época de cambios, sino en ‘un cambio de época. Los cambios de época suceden a lo largo de la historia cuando se dan a la vez determinadas transformaciones cualitativas que afectan a los ambitos de la sociedad que mayor incidencia tienen en nues- tras vidas como personas y miembros de una comunidad. Manuel Castells ya nos relaté (Castells, 1998) los cambios mas significativos que en las ‘iltimas décadas se han dado en tres de estos mbitos: el de las relaciones de produccién, el de las relaciones de poder y el de la experiencia vital. ul — ‘Son cambios que afectan al mundo del trabajo, al de Ja participacién ciu- dadana como miembro de una comunidad y al de las relaciones interper- sonales. Cambios que permiten afirmar que ya estamos viviendo un cam- bio de época y que plantean nuevos retos a la educacién. Cambios, en definitiva, que exigen una mirada diferente sobre la educacion, sobre el Papel de la escuela y el de las instituciones de formacién, {La constatacién de esta necesidad hace tiempo que esté generando en huestras escuelas reflexiones y propuestas de pricticas innovadoras en educaci6n. También se generan recelos, e incluso miedos ante las mismas, El temor a perder lo bueno que recordamos de nuestro ‘pasado escolar —er casiones idealizado en exceso~ convive con la necesaria renovacién _mas que renovacién— replanteamiento docente y redisefio de la misién de la escuela hoy. No olvidemos que los padres y madres de familia e incluso los propios docentes se tomian més conservadores cuando se trata de sts hijos y de sus alumnos. En educaci6n, tales propuestas y desarrollos innovadores propician nuevas condiciones y cambios en las metodologias y escenarios con el ob- Jetivo de mejorar la calidad de los aprendizajes y de la educacién, Sin em- bargo, también pueden producir, parad6jicamente, otros efectos, efectos ue como corresponde a la concepcién misma de “paradoja” no se espers. ban, Paradéjicamente, puede ocurrir que la innovacién no sea tan novedosa ¥ se limite a denominar con nuevos términos pricticas habituales, o que la innovacién genere resistencias al cambio por falta de confianza en la bon ad de las mismas, o que el que presume de innovador sea menos abievto ¥ flexible que el maestro de toda la vida, Por ello y porque la innovacién que contribuye a mejorar la calidad de la educacién es necesaria, conviene que esté bien acompafiada, En el trasfondo de toda innovacién debe haber un discurso y un significado que zo se limite a cambiar escenarios y escenografias, sino que suponga una Teconceptualizacién docente. Repensar, qué hacemos y qué conviene hacer en Ia escuela hoy para integrar el reconocimiento y el fortalecimiento de Viejas pricticas en funcién de su calidad y proponer nuevas prcticas tam. bign en funcién de su calidad. Pero, como siempre, para que un sistema de la complejidad y en oca- siones excesiva complicacién como es el sistema educativo se micva hace falta que aparezcan propuestas pioneras que lo agiten. Las propuestas pio. eras suponen riesgo y por su cardcter disruptivo generan con frecuencia llamadas bienintencionadas a Ja prudencia, a no hacer ‘€xperimentos con 12 tan previado y delicado como es la educacién. Por ello conviene que con nia fea queen se culen tod ss pres Se cade PPara que sea asi, la corresponsabilidad entre los diferentes agentes que infervienen en la educacién es fundamental. Son factores principales de tal corresponsabilidad: el establecimiento de alianzas y vinculos de confianza con Ias familias ~aqu los medios de comunicacién han tenido y tienen una fueién social y pedayogica clave; la voluntad compara de los equipes directivos y equipos doventes de los centros; Ia implicacin de las organi- zaciones educativas, sindicatos, colegios profesionales y movimientos de renovacién pedagégica, y una administracion educativa que no solo de- clare laelevanci de a innovaci6n, sino que se esmere en su sosteniblidad y en coherencia ajuste sus procesos y regulaciones para que esta sea posible, Comprender las iniciativas innovadoras en el marco de una reconcep- tualizacién docente que haga pensar sobre la funcién de la escuela en la sociedad actual, supone incorporar en Ia cultura de centro y en la cultura del docente el componente innovador y la cultura de la evaluacién de la calidad. Para ello es necesario, en primer lugar, que los centros posean una auténtica autonomia pedagégica acompatiada de la rendicién de resultados correspondiente, en segundo lugar, que el sistema haga lo propio para que, en clave de teritorio, puedan avanzar en procesos de innovacién que ‘uestren mejora en la calidad de los aprendizajes y en la equidad del sis- tema. Por tiltimo y no por ello menos importante, es nevesario que la uni- versidades participen no solo desde su funcion formadora de docents, sino también como instituciones que desarrollan proyectos de investigacién y luacién de la calidad. » * on innovacién asi entendida tiene mds que ver con las “partes blandas” de la educacién que con las “partes duras”, més con la cultura que con las herramientas. Olvidar algunas de las consideraciones anteriores podria conducir a una auténtica paradoja de la innovacién: que la innovacién in- ‘munice ante la innovacién. 2. Qué actitud adoptar ante el cambio? Ante la pregunta qué innovar y qué conservar en educacién?, eat Primera respuesta s integraren un nico proyecto y enclave de centro innovacién con fortalecimiento de lo valioso de nuestras escuelas y practi cas educativas. Esta reflexién sobre la prictica del propio centro debe estar acompafiada de una mirada hacia fuera. Para conocer y compartir practicas con otros centros, de mas dialogo entre escuelas 'y de una concepcién sobre Ja escuela como una organizacién que aprende continuamente y que con- Secuentemente cambia, se ajusta, crea nuevos espacios y relaciones de aprendizaje y convivencia. Si antes nos referiamos a Ia actitud conserva, dora de familias y docentes cuando se trata de la educacién, ahora nos re. ferimos a la actitud excesivamente conservadora que, en ocasiones, mes. ‘ran las escuelas como instituciones, Ante el cambio y la necesidad de innovacién ~en parte consecuencia del cambio acelerado en diferentes érdenes de la sociedad y en parte por Voluntad de Jos mismos docentes para mejorar la calidad de su tarea-, sur. gen dos posturas. Una apuesta claramente por el cambio y por un futuro distinto para la escuela, aunque suponga renuncias a lo ya conocido, y otra teme y se lamenta de lo bueno que podemos estar perdiendo, En lo que sigue, vamos a refetimos a Marina Garcés cuando toma prestado el término en rransicién del movimiento ecologista Transition. Towns que utiliza para dar respuesta a Ia crisis ambiental, planteando me- didas y opciones de vida concretas para impulsar un eambio de paradigma en nuestras ciudades. {Es posible impulsar desde una posicidn semejante un cambio de paradigma en mestras excnelas? En vez de plantcamos "qué estamos perdiendo y qué tenemos que preservar, 0 qué modelos futuros tendriamos que sofiar” (Garcés, 2017, 59), lo que conviene es centrar nues. tra atencién en lo que esté pasando y en lo que estamos haciendo. También, Por tanto, nos dice Gareés (Gareés, 2017) en lo que podemos hacer ahora y aqui, {Las dos posturas ante la innovacién antes apuntadas son extremas y estan presentes en la gran mayoria de claustros y equipos docentes cuando seplantean cuestiones como las que estamos tratando. Lo que corresponde, si la innovacién no es un fin en si misma, sino que esta al servicio de mae calidad en educacién, es transitar en la tensién que generan esas dos pos- turas y hacer un ejercicio de comprensién critica sobre lo que estamos ha- ciendo hoy en educacién y que podemos y “debemos” hacer ahora y aqui. No estamos ante un problema meramente instrumental ~de herramientas y etodologias-, sino que estamos ante un problema que apela a fines y va- lores. La cuestién no es solo una cuestion pedagégica de carécter instru- ‘mental, es también una cuestién ética. La innovacién no es neutral. La educacién es accién y no cualquier tipo de accién, Es una accion

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