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SOBRE RUNRUNES Y ELECCIONES.
--~=.¡¡~e.=~--
Jesl.1s Paz.
Maria Constitucion.
José · Orden.
pedir, era natural que se explicasen con mas energía, que co:.~cá~
sen su patriotismo á mayor altura. Unos queríamos constitücion
para ser libres, y sosiego para ser laboriosos: otros queria '¡: onsti-
tucion para modificarla con leyes secundarias, sosiego p ,- distri-
buirse los empleos, y patria para hacer escarnio de ella. ..rai" pues,
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® Biblioteca Nacional de Colombia
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á todo el que censuraba le decían estos otros, que era reformista
perturbador, y se le obligaba á callar: á tal exceso llegó la táctica,
que, ni los mismos Ejecutivos se hau libertado del cargo. Conozco
yo uno que llegó muy fresco de la Perrínsula, principió bien y era
aplaudido, pero dió cierto decreto justo, moral, honroso: censuro-
selo el partido de la vindicta, mezclóse un poco de desagrado del
ma~ poderoso de la tierra, y al momento se. erizó S. E. La simple
certificacion de un ciudadano particular, cambió la política de todo
un gobierno. Algun día tal vez, verán la luz pública párrafos escritos
sobre este episodio venezolano. Dispénsume que noentre hoy en mas
pormenores: resulta pues que todos tenemos miedo de decir lo que
pensamos, y que al que no lo tiene, procuran imponérselo repitiéndo-
le aquello de reformista, faccioso, perverso, perturbador. El que tal
se oye llamar, teme que muchos crean lo que está en letra de molde,
teme que digan: algo debe de haber cuando se lo dicen pOI' la im-
prenta, Nuestro público es tan ilustrado! tan imparcial! tan rec-
to !... Se calla el pobre que habló, y la faccion avasalla mas y mas.
Tú, Bachiller, no debes estrnñar estovpues que tú conociste á
ño Pedro y á Agapito. Voy á recordar el cuento, para que desarru-
,gues la frente, si es que como es natural, mis largos párrafos sobre
política te han puesto mohino, si es que, corno es posible, la murria
se ha apoderado de ti.
Eraño Pedro uno de estos hombres desalmados é imperiosos,
que aparentan vender la vida por cualquier capricho, y que viendo
al resto de los prógimos como sabandijas, creen matar una docena
con cada estornudo. Altivo, chocarrero y dotado de fuerzas desco-
munales, debidas en gran parte á su ejercicio de arriero, desprecia-
ba al mundo entero. Hizo en su juventud algunas diabluras de
marca que le adquirieron entre sus compañeros una exagerada
opinion de valiente, así es, que todos le miraban con pusilánime
respeto. Este hombre ó animal, que para el caso es lo mismo, via-
jaba por los caminos que de Caracas guian á los fértiles y pacíficos
valles del 'I'uy. Donde quiera que llegaba con sus arrias, gritaba:
aquí ño Pedro; y prontamente desocupaban la rancheria los de-
mas arrieros, que era un gusto ver como se apresuraban á saludar-
le, ayudándole luego á arreglar sus cargas. Sucedió que un jóven
también arriero, robusto y bastante denodado determinó, por estar
escasos los fletes del camino de la Guaira', contratar con un hacen-
dado de Ocumare trasportarle á Caracas toda su cosecha de café.
Sale pues, Agapito, que así se llamaba, para dicha hacienda, y al
igual! Con los que tengo delante no hay ni para empezar ...... jún-
tense, júntense ....... Vamos !.... al frente media docena siquiera, para
no exponerme á dar un golpe en vago.-A esto llega otro mozo, y
consigue retirar á los dos amigos de tan azarosa lid. Esto visto por
ño Juan, no pudo menos que hacerle exclamar. j Cuan cierto es, que
en esta tierra como en todo el resto del mundo, el pez grande se co-
me al chico!
Dios nos haga guapetones, como á, ño Juan; y ño Pedro ven-
drá á tierra muy constitucionalmente. Pero i no ha de venir?
SISTEMA ALTERNATIVO.
ELECTORES.
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