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Nuestro carisma es INTERNACIONAL

Quisiera abrir estas dos jornadas de reflexión y observación de la realidad


en la que estamos insertos en los países donde hay Fazendas y GEV, hablando
de carisma.
Un carisma es auténticamente carisma cuando es capaz de entrar en
todas las culturas. La Iglesia reconoció esto el 2010, y lo confirmó en el 2015,
llamándonos de ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE FIELES.
¿Por qué internacional? Porque es la calificación necesaria para reconocer
que somos portadores de un carisma. Recordemos que el día de Pentecostés los
apóstoles hablaban en lenguas, es decir, que el evangelio podía ser entendido
por todos y en cualquier parte del mundo. Si somos portadores de un carisma
auténtico, él puede entrar en todas las culturas del mundo.
¿Pero el carisma no nació en Brasil? ¿Entonces no es un carisma
brasileño? Es importante hablar de ello. El carisma nació en Guaratinguetá,
Brasil. Pero el primer portador del carisma no era brasileño, era alemán. Pronto
llegaron tres brasileños. Esto ya indica que en su origen el carisma era para
todos los pueblos.
De todos modos, nació en Brasil y usó ropa, expresiones y la forma
brasileña de expresarse inicialmente. La primera Fazenda fuera de Brasil tardó
15 años en nacer. Necesitaba un tiempo de "experimentación", es decir, de
entrenamiento dentro del país donde nació. Para luego encarnarse en otros
pueblos.
El carisma que llegó a Alemania, pasó la primera prueba de inculturación.
El carisma tenía que entender cuál era la inspiración, o mejor dicho, lo esencial,
de lo existencial, o las adaptaciones en la cultura, en este caso, brasileña. Fue
muy interesante que la primera prueba fuera el rezo del rosario. Como varios
de los que participaron en la fundación de la Fazenda en Berlín eran
evangélicos, como Roland, no rezaban el rosario y pronto propusieron una
oración ecuménica, el Christusgebet, más centrada en Cristo que en María. Esto
ya supuso que vivir el carisma no significa tener que rezar el rosario. Sino tener
que rezar. Los católicos rezan el rosario y los evangélicos rezan el
Christusgebet.
Otra prueba de adaptación fue la cesta de productos. Desde el principio,
los alemanes recibieron bien esta costumbre, e intentaron aplicarla. Recuerdo
que Heinz hizo los chorizos y trató de ofrecer a sus padres un tergopor con
embutidos de carne. Con mucho esfuerzo se entendió que esto no funcionaría
en Alemania, según el modo alemán. Y después de un tiempo la canasta ya no
se usaba para los padres de los internos

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Aquí tuvimos que aprender a distinguir lo que era carisma puro, o mejor
dicho, inspiración, de propuestas más adaptadas a la realidad de Brasil. La
cesta tiene una inspiración que está totalmente dentro del carisma, en lo que
respecta al trípode. Es decir, vivir del trabajo, e involucrar a los padres en el
mantenimiento de su hijo. Trabajar, vivir del propio trabajo, y Dios nos hará
llegar la providencia. Y las Fazendas en Alemania y Europa en su conjunto han
echado raíces del carisma en este aspecto del trabajo, aunque la cesta en sí no
haya funcionado. Por lo tanto, la expansión del carisma radica en llevar las
inspiraciones básicas de nuestro carisma en las diferentes culturas y no en
repetir las cosas brasileñas.
La gran prueba de que el carisma es para todas las culturas es el
nacimiento de miembros dentro de la Familia de la Esperanza, es decir,
vocaciones consagradas de los que viven dentro de la Fazenda pero que
también viven fuera. Donde se nos entiende como una " familia ", portadora de
un carisma, de una espiritualidad, nacerán más vocaciones. Si nos ven sólo
como una "obra social" de la Iglesia, necesitarán más tiempo de entrega y amor
gratuito, hasta que la Iglesia, en la persona de los obispos, reconozca nuestra
identidad
En cualquier caso, hay una gracia en los brasileños que van a los países
que llevan el carisma. El hecho de haber nacido en Brasil le da al carisma una
forma de ser brasileña y latina. Y así seremos reconocidos. La presencia de
brasileños en los países da un toque especial en su transmisión. Pero esto no
puede generar el problema de la imposición de la cultura brasileña. Y así debe
ser, en esta primera fase de nuestra historia, que es aún reciente, ya que
tenemos 37 años de existencia
Por lo tanto, el nacimiento de vocaciones de los países donde estamos es
la gran prueba de que hemos sido capaces de adaptar el carisma en esa
cultura. Hoy en día los países donde hay muchas Fazendas son Alemania y
Argentina. Pero vemos que en Europa hay dificultades para dar a luz al GEV. Tal
vez encontremos respuestas reflexionando en esta línea y encontrar maneras
de dar a luz al GEV.
Los que estamos en los países sabemos la importancia de tener material
de nuestro carisma en los idiomas locales. Sabemos lo crucial que es tener
material en los diferentes idiomas. Y sin material todo se vuelve más difícil,
cómo explicar y transmitir nuestra historia, nuestras experiencias, etc.
Nuestro carisma da margen y apertura para adaptarse. Podemos hacer
nuevas experiencias para que sea recibido con amor en las culturas donde
estamos. Tengo curiosidad por saber cómo el carisma dialogará con el budismo
en Tailandia.
Todos sabemos, por experiencia propia, que se necesita PACIENCIA para
estructurarnos fuera de Brasil. En Alemania fue más rápido porque nuestro

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fundador es alemán. Pero no tienes que apresurarte. Sabemos cuántas veces
hemos tenido dudas sobre qué dirección tomar, sin saber la forma en que los
gobiernos con los que hemos tenido que trabajar, y las leyes de cada lugar.
Llegamos inocentes pensando que en todos los países las leyes son las mismas
que en Brasil. Incluso entre países con el mismo idioma, las leyes cambian
radicalmente, como entre Colombia y México. Incluso la forma de ser Iglesia
cambia, ¿no es así?
Cuando llegué a México, pensé que pronto podría hacer crecer la Fazenda.
Pero no fue así. Sentí la desesperación. Pero eso no cambió el tiempo que le
tomó al carisma introducirse más y más en la cultura mexicana. Me llevó tres
años cosechar los primeros frutos. Para mí fue una gran experiencia de
aprendizaje. Y aún hoy no entiendo todo lo que pasa a mi alrededor.
La riqueza de nuestro carisma es inmensa, y lo más bello es que todos
formamos parte de la misma Familia, donde lo que tenemos en común es él, el
carisma de la esperanza.
Guaratinguetá será siempre la casa madre, donde el carisma se entenderá
de forma pura. Desde este lugar los misioneros salen para llevar lo que Dios ha
inspirado en la parroquia de la Gloria. Se preguntarán si el GEV nació en Rio
Grande del Sur, es carisma si no es en Guará. Pero el embrión del GEV ha sido
desde los primeros encuentros de Nelson con Antonio y los primeros en el
barrio de Pedregulho, cerca de la parroquia. El desarrollo completo llegó 17
años después. Dentro de las primeras experiencias del carisma, en 1983, todas
las futuras estructuras e inspiraciones estaban allí en forma potencial.
Lo que fue Asís para el Franciscanismo, Guaratinguetá es para nosotros
en la Familia de la Esperanza.
Un punto que me gustaría dejar grabado es la necesidad de que nadie se
encargue solo de la Fazenda en los países, porque lo que alimenta el carisma es
Jesús en Medio. Podríamos pensar: Pero eso, donde hay una Fazenda, tiene que
ser así. Pero fuera de Brasil los desafíos son mayores, especialmente en los
primeros años de fundación en ese país. Los que estamos fuera sabemos que
los desafíos son mayores. Pedro y Pablo nunca viajaron solos y siempre llevaron
consigo uno o dos compañeros.
Por lo tanto, debemos comprender siempre la esencia del carisma, para
adaptarlo a las diferentes realidades. Y dialogar cada vez más entre nosotros,
sobre nuestras dudas y problemas, para darnos cuenta del alcance y la riqueza
que tiene el carisma de la esperanza y su misión en todo el mundo, y que
juntos podemos enfrentar los desafíos.
Todo está en el principio. Recordemos el capítulo 15 de los Hechos de los
Apóstoles, cuando Pablo pidió que no se impusieran más costumbres judías a

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los cristianos no procedentes del judaísmo. Así que quedó claro que Jesús vino
a traer una nueva ley, la del amor.
Tengamos el coraje de reflexionar sobre nuestras realidades y cómo
estamos viviendo el carisma en ellas. Recuerden que somos fundadores de la
Familia en nuestros países. Pensemos en lo que estamos haciendo, sin temor a
dar grandes pasos, para que la esperanza llegue al mayor número de jóvenes,
como nos pidió el Papa Francisco en octubre de 2010. Depende de nosotros.
Cada uno de nosotros es un fraile Hans en el país donde está, y una Luci en la
realidad donde ahora está luchando.

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