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De acuerdo a Zecchetto (2002), en su libro La danza de los signos, la

semiología es la ciencia que analiza y explica los fenómenos, sentidos y


significaciones que son producidos dentro del ámbito social, como consecuencia
de la semiosis, es decir, de la práctica de la comunicación. De esta manera,
podemos decir que la semiología permite la comprensión del mundo y de los
elementos que participan en la comunicación, al estudiar los signos verbales y no
verbales que la componen.

Así como hemos esbozado lo que comprende la ciencia semiológica, resulta


necesario entender su objeto principal de estudio: los signos. Uno de los
conceptos más completos, lo ofrece nuevamente Zecchetto (2002), al expresar
que los signos son una cualidad específica de la experiencia de la comunicación,
mediante los cuales se puede conocer la realidad y, de esta manera, actuar en
base a ella. Este concepto permite entender que, al existir un espectador de la
realidad expuesta por el signo en cuestión, estos están ligados a la percepción y a
la interpretación. Otro concepto utilizado por Zecchetto, nos dice que un signo es
un elemento que se encuentra en sustitución de otro, el cual le otorga su
significado. Un ejemplo sencillo de esto son los colores utilizados en el semáforo.
Cada uno de ellos tienen un significado, que en sustitución de un oficial de tránsito
o algún indicativo verbal que regule el paso de los vehículos, nos facilita esta
información, que por convención hemos atribuido a cada uno de ellos (UBA XXI,
2019).

Es común que se crea que la semiología puede ser un sinónimo de semiótica,


es decir, que pueden ser utilizadas para lo mismo, sin embargo, aunque ambas
prácticas no son excluyentes, existe una diferenciación entre ambas, la cual se
establecerá con posterioridad en el desarrollo de este ensayo, y permitirá no solo
la correcta utilización de los términos, sino también la comprensión de su utilidad
dentro del ejercicio del comunicador social. Para profundizar en la ciencia de la
semiología también se hará un recorrido por los autores que destacaron en su
estudio y los aportes realizados. Por último, se analizará qué elementos aporta
esta ciencia al momento de realizar un análisis de discurso.

Para establecer la diferencia entre semiología y semiótica, es necesario


conocer el origen de ambas. La palabra semiótica fue utilizada con anterioridad. El
término semiología es introducida por Ferdinand de Saussure, más tarde
denominado, fundador de la semiología moderna, junto a Charles Sanders Peirce
(UBA XXI, 2019), quienes entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX,
publicaron sus estudios sistemáticos sobre semiología y semiótica
respectivamente (Zecchetto, 2002).

Partiendo desde la lingüística, Saussure presenta a la semiología como una


ciencia que estudiaría en qué consisten los signos, así como las leyes que los
regulan. Se consideraba que la lengua podía ser más idónea para estudiar los
problemas planteados por Saussure, sin embargo, el mismo Saussure recuerda
que la lengua es un sistema de signos, por lo que es solo una parte de lo que
abarcaría la semiología. Por otro lado, Peirce parte desde el pragmatismo para
realizar su introducción a la semiótica. De acuerdo a Pierce, la semiótica se
encargaría de evaluar de una manera lógica-filosófica a la semiosis, enfocándose
en el proceso de significación donde participan el signo, el objeto y el
interpretante.

El profesor Masip (2015) explica en su clase magistral Semiología, Semiótica


y Signo Lingüístico, como al referirse a semiología, se habla de todos los medios
de comunicación en la vida social, es decir, en un sistema abierto, que incluye
además de las palabras, miradas, gestos, lugar de origen, vestimenta, manera de
caminar, entre otros elementos (para él, todo lo que existe, comunica), por su
parte, al referirse a semiótica se habla de los modos de comunicación en un
sistema cerrado, por ejemplo la semiótica del cine, del teatro, de un juego de
cartas, de un juego de niños o incluso, de una institución académica. Para Masip
la semiótica se basa en señales, convenciones en sistemas abiertos como se ha
mencionado anteriormente, las cuales no pueden ser interpretadas de manera
unívoca, por el contrario, la semiótica estudia signos, convenciones cerradas, que
pueden ser interpretados solo de una manera. Si bien para este punto, ambas
corrientes parecen ser contrarias, Masip expresa su complementariedad al decir
que la lengua podría considerarse como un sistema semiótico (fonemas, letras,
reglas), con una dimensión semiológica (figuras literarias, sentidos figurados).

Una vez establecida la diferencia entre ambas ramas de estudio, entendiendo


como la semiología comprende la semiótica y ambas se complementan, es posible
analizar la utilidad de la primera en el ejercicio de la comunicación social.

La docente Lorena Verzero, titular de la cátedra de Semiología del programa


UBA XXI, en su primera tutoría (UBA XXI, 2019) establece para sus estudiantes
los objetivos propuestos a alcanzar con el estudio de la materia que son enlistados
a continuación:

 Desnaturalizar los procesos que se asumen como naturales (ejemplo, el


interpretar los colores del semáforo). Este primer paso resulta fundamental
para avanzar hacia los dos siguientes. Supone la identificación del
momento específico de la significación, de la necesidad de creación de un
signo, lo que permitirá su posterior estudio.
 Reconocer la construcción de significados como procesos colectivos y
culturales, parte de una práctica social. Continuando con el ejemplo del
semáforo, como se mencionó anteriormente, la atribución de una acción a
cada color que lo compone es resultado de una convención colectiva, fruto
de una necesidad en conjunto: evitar los accidentes de tráfico. De la misma
manera se crean otro tipo de signos, por ejemplo, el levantar la mano, que
indica una petición de permiso de palabra, siempre respondiendo a
necesidades de una sociedad.
 Dotar al comunicador de herramientas para comprender y reflexionar de
manera crítica sobre los procesos de significación. Este punto tiene
estrecha relación con los dos anteriores y desde el punto de vista práctico
será comúnmente utilizado por comunicadores que ejerzan la docencia o la
investigación, sin embargo, la compresión y el análisis de un fenómeno
permitirá desarrollar estrategias en base a lo comprendido, lo permite llegar
al último punto:
 Dotar al comunicador de herramientas para participar como productores y
receptores de diversos discursos y tipos de comunicación social. El
comprender la dinámica de la semiosis, permitirá a todo comunicador
realizar sus labores con más eficiencia, puesto que independientemente del
área de trabajo en el que se desenvuelva, su labor responde a una
necesidad social, siempre de la mano con la cultura, política, psicología y
otras áreas, y es esta una de las primeras cosas que se comprende al
estudiar la semiología, el hecho de que la creación de cualquier signo,
verbal o no verbal, responderá a una necesidad social y el proceso de la
significación de un objeto, se realizará en convención. La siguiente cita,
extraída del libro Seis semiólogos en busca de un autor (2013, p. 9) resume
de una manera clara y casi poética esta reflexión:

Estimamos que la semiótica ayuda a deshilvanar la madeja mediática, a


comprender su estructura, y qué es, en definitiva. Lo que hay detrás del
complejo proceso comunicativo, por qué creamos discursos y que sentidos
ellos diseminan. Pareciera que el papel de la semiótica es, en el fondo, buscar
los fantasmas que alimentan los lenguajes humanos.

Este libro, de autoría de Zecchetto, Marro y Vicente (2013), recoge la vida y


obra de seis semiólogos, escogidos bajo dos criterios: el primero, que los autores
escogidos constituyan un aporte valioso para la semiología y, en segundo lugar,
que a su vez hayan abordado temáticas relevantes para la semiótica. Dentro de
estos intelectuales, se incluye específicamente a un argentino, en honor a la
nacionalidad de los autores. De los semiólogos escogidos, se abarcará el trabajo
de cuatro de ellos.
El primer semiólogo del cual se habla es por supuesto Saussure, que como se
mencionó con anterioridad, es considerado, junto a Peirce, fundador de la
semiología moderna. Si bien, ya se ha desarrollado sus aportes para la ciencia de
la semiología al inicio de este ensayo, se presentarán a continuación dos citas que
capturan la esencia de su trabajo, y así mismo, permiten al lector un acercamiento
más directo a sus obras:

Saussure:
La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por tanto,
comparables a la escritura, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos
simbólicos, a las formas de urbanidad, a las señales militares, etc. Solo que
es el más importante de estos sistemas. Puede por tanto concebirse una
ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la sociedad: formaría
una parte de la psicología social y, por consiguiente, de la psicología
general; la denominaremos semiología. (Zeccheto, Marro, Vicente; 2013, p.
23).

Peirce:
Es indispensable un consenso general en cuanto al uso de términos y
notaciones, no demasiado rígido, pero con una vigencia tal entre la mayoría
de los colegas, con respecto a la mayoría de los símbolos, como para que
sólo sea necesario dominar un reducido número de sistemas de
expresiones diferentes. (…)
En primer lugar, es conveniente que cada rama de la ciencia llegue a tener
un vocabulario que provea una familia de palabras afines para cada
concepción científica, y que cada palabra tenga un único significado exacto.

El siguiente autor en la lista es el semiólogo y ensayista francés, Roland


Barthes. De acuerdo a Zecchetto, Marro y Vicente (2013), durante su vida Barthes
escribió numerosos artículos, libros y dictó diversos seminarios relacionados a la
lingüística, sin embargo, sus enseñanzas no siguen una línea de ideas uniforme,
sino más bien, se pueden diferenciar tres momentos marcados en su legado (el
deslumbramiento por el lenguaje o el discurso, la ciencia de la cientificidad y el
texto) que parten de una “idea fundante” la cual es, en esencia, semiológica.
Bathes reflexiona sobre escenarios posibles dentro de la sociedad, influenciados
por la cultura, y sobre la diversidad de voces o códigos plasmados en los textos.
Su más grande aporte, lo realiza en el segundo momento (el de la ciencia de la
cientificidad), cuando enfoca su atención en concebir una enseñanza sobre la
semiología. Esto da como resultado un artículo llamado “Elementos de la
Semiología” y si bien este título sugiere un trabajo acerca de los fundamentos de
dicha ciencia, el mismo Bathes aclara que lo que le apasiona de esta temática es
la embriaguez creativa y el placer de ejercitar una sistematización (Zecchetto,
Marro y Vicente; 2013).
En este texto mencionado, Bathes invierte lo propuesto por Saussure al decir:
“La lingüística no es una parte, ni siquiera privilegiada, de la ciencia general de los
signos, la semiología es una parte de la lingüística: precisamente esa parte que se
haría cargo de las grandes unidades significantes del discurso”, siendo esta la
tesis por la que es más conocido. No obstante, los autores están de acuerdo en
decir que el legado de Barthes más allá de aportar una teoría, aporta una
perspectiva y un llamado a la intuición al momento de interpretar los signos.
El autor argentino que Zecchetto, Marro y Vicente han elegido para desarrollar
en su obra es Eliseo Verón, profesor e investigador de Filosofía y Letras, quien
durante la década de los años 70 se avocó al análisis semiológico, logrando
trabajar para diarios de renombre en Europa.
En sus libros y artículos, resaltó siempre su interés por lo que él denominó la
“diversidad del discurso mediático”: el hecho de que un mensaje, a pesar de ser el
mismo, era reflejado de manera distinta en función del medio en el que fuese
difundido o del recorrido que este hiciera por los medios. Este interés, le llevó a
desarrollar más adelante una teoría en torno a los discursos sociales, que realiza
en base a los estudios de Peirce.
La base de su teoría se centra en una doble hipótesis:

Toda producción de sentido es necesariamente social; no se puede


describir ni explicar satisfactoriamente un proceso significante, sin explicar
sus condiciones sociales productivas.

Todo fenómeno social es, en una de sus dimensiones constitutivas, un


proceso de producción de sentido, cualquiera que fuere el nivel de análisis
(más o menos micro o macrosociológico).

En este sentido, Verón nos presenta al discurso como la manifestación de la


influencia social en el sentido que se le otorga a un signo, y a su vez, la
manifestación del alcance que tiene dicho sentido en la sociedad.
Los discursos los define como “textos, es decir, conjuntos presentes en la
sociedad que se componen de diversas materias significantes (escritura e imagen;
imagen y palabra; escritura, imagen y sonido; etc) y abarcan una forma de
abordarlos, que remite a aspectos extra-textuales” (Zecchetto, Marro y Vicente;
2013, p.387). Esta descripción nos permite enlazar su teoría con el análisis de
discurso.
De acuerdo a Sayago (2014), el análisis de discurso se adopta como
herramienta de investigación tras el fallido intento de adaptación del análisis de
contenido (una técnica objetiva, sistemática y cuantitativa) a ser una herramienta
capaz de interpretar el simbolismo de la lengua. El análisis de contenido funcionó
mejor con este propósito debido a que no solo consideraba la lengua, sino otras
áreas de estudio como la filosofía, sociología, psicología y otras, que van a otorgar
al discurso este aspecto extra-textual del que habla Verón en su obra.
Esta teoría de los discursos sociales, proveniente del estudio de la semiología,
va a proveer al comunicador de un enfoque trans-lingüístico fundamentado en el
modelo ternario propuesto por Peirce, sobre los componentes del signo:
interpretante, signo y objeto, pero llevado a la dimensión de los discursos sociales:
operaciones, discurso y representaciones. Esta fragmentación del proceso de la
creación de un discurso supone una visión más clara de la dimensión significante
y de la producción de sentido comprendidas en dicho proceso, que es necesario
conocer para alcanzar un análisis más objetivo y certero.
Tal como lo ha demostrado esta investigación, la semiología es una ciencia
bastante completa, que refleja la complejidad de la semiosis, donde no solo
convergen aspectos lingüísticos sino aspectos culturales, psicológicos y
circunstanciales propios de la sociedad en la que se desarrolla de manera
intrínseca. Por otro lado, ha sido posible comprender que, aunque existe una
diferencia de enfoque fundamental entre la semiología y la semiótica, así como
dos autores que marcaron el camino a seguir en la investigación para cada
ciencia, estas corrientes de estudio no son excluyentes y, de hecho, en muchos
casos podrán trabajar en conjunto. Es claro también, como ambas poseen un
diverso y completo respaldo bibliográfico realizado por autores sumamente
preparados que hoy en día siguen siendo referencia para la formación en la
semiología.

De la misma manera, como resultado de los análisis realizados en este


ensayo, es posible visualizar una estrecha relación entre los objetivos de la
semiología y las funciones a llevar a cabo por el comunicador, partiendo del hecho
de que ambos responden a una necesidad social, y a su vez, requieren de un
estudio profundo de los elementos que forman parte de dicha sociedad y que dan
lugar a la necesidad a la cual se pretende dar respuesta. Esta relación puede
observarse de una manera práctica cuando se detiene a revisar el aporte de la
semiología para la utilización de la técnica de comunicación social, el análisis de
discurso. La semiología posee una teoría basada en el estudio de los discursos
sociales que otorga al comunicador, la perspectiva y manera de desglosar el
proceso semiológico que ha dado como resultado dicho discurso, de manera que
este análisis sea más objetivo, menos complejo y más eficiente.
Referencias

Masip, V. (Productor). (2015). Semiología, Semiótica y Signo Lingüístico


[Youtube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=BS_C-l1bHCQ

Sayago, S. (2014). El análisis del discurso como técnica de investigación


cualitativa y cuantitativa en las ciencias sociales. Cinta moebio, 49, 1-10.
Recuperado de https://www.scielo.cl/pdf/cmoebio/n49/art01.pdf

UBA XXI (Productor). (2019). Semiología. Sesión 2. Para qué estudiamos esta
maeteria: enfoques y perspectivas [Youtube]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?
v=kyxJsQmOQC8&list=PL71h9nkUDIJe9ucCgs30KCEU9Q3BhuSyZ

UBA XXI (Productor). (2019). Semiología. Sesión 2. Recorrido por la materia


[Youtube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?
v=DE3MaKXhuQ8&list=PL71h9nkUDIJe9ucCgs30KCEU9Q3BhuSyZ&index=
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Zecchetto, V., Marro, M., Vicente, K. (2013). Seis semiólogos en busca del lector.
Recuperado de https://www.escrituradigital.net/wiki/images/Seis-semiologos-
en-busca-del-lector-zechetto-veron-eco.pdf

Zecchetto, V. (2002). La danza de los signos. Recuperado de


https://www.escrituradigital.net/wiki/images/VICTORINOZECHETTO.pdf

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