Es difícil imaginar algo que exista fuera del tiempo, su división determina el

compás de nuestro paso por el mundo, las transformaciones que se producen

en nuestra existencia, la sucesión de los acontecimientos, el tiempo en garza la
trayectoria de los seres humanos construyendo la historia y en ella los llenos y
los desencantos, las ilusiones y los hechos, somos lo que somos por lo que
hemos sido desde lo más remotos tiempos, cuáles son nuestros orígenes,
cuando el ser humano tomo conciencia del sentido de su vida, de su función en
el mundo, el fluir de la historia la corriente que une el pasado y el presente y
encauza el futuro que arrastra la herencia que condiciona nuestra vida como en
un permanente álbum de recuerdos que verifica que todos los mundos se
construyen sobre los cimientos de lo anterior, sobre las aventuras, la
veneración la solidaridad, las oportunidades perdidas los héroes anónimos o la
libertad.

Los avances científicos han permitido establecer que el universo era

infinitesimalmente pequeño e infinitamente denso. Hace unos quince mil
millones de años una tremenda concentración de energía en fracciones de
segundo produce una explosión que expande la materia y la dispersa. El
universo se extiende y se enfría lentamente, los gases se condensan, nacen
las estrellas que se agrupan en galaxias. Hace cinco mil millones de años se
forma el sol, la estrella que con su luz y calor alienta nuestra vida, y el resto de
la materia de esa galaxia se dispersa en un disco alrededor de él cuyos
elementos más pesados se juntan naciendo los planetas, entre ellos la Tierra.
Al comienzo la masa terrestre de nuestro planeta estaba unida en un único
continente, Pangea, pero la interacción de las placas terrestres provoca que se
separe en dos: Laurasia al norte y Gondwana al sur. Posteriormente los dos
continentes vuelven a dividirse en los cinco continentes actuales.

Hace tres mil millones de años comienza la vida en la Tierra, solo en el agua.
Hay una evolución con la que se consigue vida en el exterior del agua.

Cuando la tierra era una sola masa habitan en ella los dinosaurios, los cuales
no viven la segunda separación de los continentes porque para entonces ya se
habrán extinguido. Estos dominarán la tierra ciento cincuenta millones de años.
Seis millones y medio de años atrás unos primates quedan aislados de los
bosques y se ven obligados a desarrollar la independencia en un medio más
seco, la Sabana. Se vuelven bípedos. Evolucionan durante cuatro millones de
años hasta convertirse en criaturas más inteligentes, que darán lugar a
diferentes tipos de homínidos. De ellos solo quedará el Homo Sapiens, el
hombre actual.

Hace ochocientos mil años el Homo Antecesor vive en Ata puerca. Consume
raíces, frutos y carne. A veces actúa de carroñero o incluso de caníbal,
consumiendo carne humana de otras bandas. Utilizan la piedra tallada como
utensilio para facilitarse la vida. Después de miles de años el Homo Antecesor
desaparece de la Tierra.

En un periodo de tiempo aún desconocido, la naturaleza le proporciona al

hombre el fuego. Este con el tiempo aprenderá a dominarlo y posteriormente a
reproducirlo. Lo utilizarán para calentarse, iluminarse, cocinar sus alimentos y
protegerse de animales.

Hace quinientos mil años surge un nuevo homínido en España, el Homo

Heildelbergensis. Poseen una cara hinchada y sin mentol. Son más inteligentes
que los anteriores y manifiestan sus sentimientos. Se alimentan de raíces
plantas y carne, obtienen las proteínas de la carne de los animales. Hacen un
cambio de dieta que produce diversos cambios en su cuerpo y en su
metabolismo. Fabrican herramientas más perfeccionadas. Se comunican por
medio de un lenguaje articulado. Hay una mejora en la convivencia de la tribu.
Este homínido también desaparece.

En una era glacial hace doscientos mil años surge el Homo Sapiens
Neardentalensis, estos poseen una nariz muy grande, cráneo estirado,
mandíbulas sin mentol y dientes muy duros y desgastados. Sus huesos eran
muy gruesos y poseen una musculatura desarrollada. Habitan en cuevas. Son
hábiles trabajando la piedra y el hueso. Consiguen una mejora en las lanzas de
madera. Son recolectores, cazadores y carroñeros. Debido a que la caza era
muy complicada por el mal tiempo se desplaza en busca de sustento, aunque
no se alimentan de peces. El Neandertal es un ser complejo con gran previsión
e inteligencia, capaz de comunicarse con un lenguaje para desarrollar un
pensamiento simbólico.

El Homo Sapiens aparece hace ciento sesenta mil años. Se beneficia de todas
las posibilidades que ofrece la naturaleza. Posee una gran actitud para
observar e interpretar el mundo que le rodea y se adapta a las condiciones más
extremas. Se extienden por Europa, teniendo su origen en África. Puebla el
mundo a lo largo de 700 generaciones. Tienen una gran capacidad para
inventar nuevas tácticas. Conciencia más desarrollada que otras especies.
Posee fuerza y resistencia y es capaz de diseñar una estrategia para la vida.
Dotado de menor musculatura que el Neanderthal ya que sustituye la fuerza
por la inteligencia. Crea el propulsor en las lanzas mejorando así su caza.
Tienen útiles muy parecidos a los actuales. Pintan, tejen, cocinan, cazan…
Interpretan el mundo con dibujos. Comparten todo lo que poseen con los
demás. Manifiestan sus estados de ánimo, recapacitan el pasado y se
proyectan hacía el futuro. La llegada del Sapiens cambiará el mundo, dominará
la tierra.

Durante aproximadamente cinco mil años el Neandertal y el Sapiens conviven

juntos en la Tierra. Estas dos especies no se unen, pero se observan y
respetan sin agresividad entre ellos. El Neandertal desaparecerá quedando
solo el Sapiens.

Se encontró un niño con características de ambas razas y por ello se especula

que los Homo Sapiens encontraron a la última mujer Neandertal con la que uno
de ellos tuvo descendencia. No hubo más descendencia de estos.