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Texto: Lucas 10:1-2 RV60 “1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a
quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. 2 Y les decía:
La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que
envíe obreros a su mies”.
La palabra griega para envió es “apostello” esta palabra se refiera a “ordenar a una persona ir a un
lugar designado”.
La mies a la verdad es mucha: Jesús usa la analogía de un campo con grano maduro y por eso
estos versículos nos hablan de la urgencia que Él sentía por su obra. Él consideraba que la multitud
de la humanidad era como un campo de cosecha lista para la recolección. Pensó en la grandeza de
la necesidad humana, y la vio como una oportunidad.
2. Esto sigue siendo cierto. Si creemos que falta poco tiempo para que Jesús regrese,
debemos hacer nuestros los principios de la comisión de Jesús a los setenta y hacer la
labor porque realmente no hay muchos que quieran hacerlo, esto fue una realidad en el
tiempo de Jesús y sigue siendo una realidad en la actualidad.
3. ¿Se puede imaginar la angustia de un agricultor cuando ve sus campos dorados con
cosecha, y no hay siervos para colectar esa cosecha? Creo que esto era de gran
preocupación para Jesús cuando miró su mies.
Mas los obreros pocos: Esto significa no solo que debe haber más trabajadores, sino también que
los que participan en el trabajo deben tener el enfoque apropiado en su trabajo. Cuando hay
mucho trabajo y pocos trabajadores, uno debe estar ocupado con el trabajo.
Esta es una cosecha que necesita obreros. El bien de una cosecha puede desperdiciarse si no hay
obreros para aprovechar la abundancia. Jesús nos advirtió que las oportunidades para satisfacer
las necesidades humanas y llevar a la gente a Su reino pueden desperdiciarse debido a la escasez
de obreros.
Rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies: Jesús les mandó a rogad; el trabajo que
tenían ante ellos era grande y no podía realizarse sin mucha oración. Específicamente, tenían que
rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Esto habla de la necesidad de la oración en
la obra de evangelismo.
La palabra griega para envíe es “ekballō” esta palabra se refiere a “echar fuera, expulsar, expulsar
con noción de violencia, obligar a uno a partir con implicación de fuerza”.
Ahora el griego es mucho más violento, es que los empujaría hacia adelante y los lanzaría; es la
misma palabra que se usa para la expulsión de un demonio de un hombre poseído. Se necesita un
gran poder para expulsar a un demonio, se necesita el mismo poder de Dios para llevar a un
ministro a su trabajo. (Spurgeon)