Texto de referencia: “La isla desierta” de Roberto Arlt.
• Hay evidentes ruidos que inciden en el proceso comunicativo entre estos personajes. Determina estos posibles ruidos y justifica tus apreciaciones. • Si estás de acuerdo, fundamenta la idea de que en este fragmento los silencios son significativos. • Toma algunas intervenciones de los personajes y plantea la presencia de las funciones del lenguaje expresiva, informativa y apelativa con ejemplos.
Fragmento de “La isla desierta” de Roberto Arlt
1 EL JEFE.- Otra equivocación, Manuel. 2 MANUEL.- ¿Señor? 3 EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, Manuel. 4 MANUEL.- Lo siento, señor. 5 EL JEFE.- Yo también. (Alcanzándole la planilla.) Corríjala. (Un minuto de silencio.) 6 EL JEFE.- María. 7 MARÍA.- ¿Señor? 8 EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, María. 9 MARÍA.- (Acercándose al escritorio de EL JEFE.) Lo siento, señor. 10 EL JEFE.- También yo lo voy a sentir cuando tenga que hacerlos echar. Corrija. (Nuevamente hay otro minuto de silencio. Durante este intervalo pasan chimeneas de buques y se oyen las pitadas de un remolcador y el bronco pito de un buque. Automáticamente todos los EMPLEADOS enderezan las espaldas y se quedan mirando la ventana.) 11 EL JEFE.- (Irritado.) ¡A ver si siguen equivocándose! (Pausa.) 12EMPLEADO 1º.- (Con un apagado grito de angustia.) ¡Oh! no; no es posible. (Todos se vuelven hacia él.) 13 EL JEFE.- (Con venenosa suavidad.) ¿Qué no es posible, señor? 14 MANUEL.- No es posible trabajar aquí. 15 EL JEFE.- ¿No es posible trabajar aquí? ¿Y por qué no es posible trabajar aquí? (Con lentitud.) ¿Hay pulgas en las sillas? ¿Cucarachas en la tinta? 16 MANUEL.- (Poniéndose de pie y gritando.) ¡Cómo no equivocarse! ¿Es posible trabajar sin equivocarse aquí? Contéstame. ¿Es posible trabajar sin equivocarse aquí? 17 EL JEFE.- No me falte, Manuel. Su antigüedad en la casa no lo autoriza a tanto. ¿Por qué se arrebata? 18 MANUEL.- Yo no me arrebato, señor. (Señalando la ventana.) Los culpables de que nos equivoquemos son esos malditos buques. 19 EL JEFE.- (Extrañado.) ¿Los buques? (Pausa.) ¿Qué tienen los buques? 20 MANUEL.- Sí, los buques. Los buques que entran y salen, chillándonos en las orejas, metiéndosenos por los ojos, pasándonos las chimeneas por las narices. (Se deja caer en la silla.) No puedo más. 21 TENEDOR DE LIBROS.- Don Manuel tiene razón. Cuando trabajábamos en el subsuelo no nos equivocábamos nunca.