El ser humano no sélo acta en un ambiente definido sino que ademis
se lo apropia, lo consume, lo modifica, lo dota de significados simbsli-
cosy lo adapta a sus exigencias. El grupo basico en el que el individuo
se integra, el que lo respalda y lo acompana, y con el cual interactia es
Ia familia, Asf resulta que lo cotidiano consiste en un complejo de rela
ciones entre personas y objetos, movidos por intereses materiales y por
impulsos afectivos.
En los siguientes capitulos se analizan las actitudes humanas rela-
cionadas con necesidades fisiolégicas, como el alimento, con simbolos
de diferenciacién social, como el vestido, y con las personas que cons-
tituyen el entorno inmediato, en el que se inicia la socializacion y se
concretan los sentimientos propios de la intimidad, o sea la familia.
Los objetos y sus representaciones, el bagaje cultural de los indivi-
‘duos y de los grupos, su capacidad de influit sobre el medio y de aso-
ciarse con sus semejantes, permiten al hombre integrarse en un ambien
te que constituye su ambito vital, formado por un espacio y un tiempo
que no son categorias ajenas a la vida humana, sino reflejo de las activi-
dades vitales y espacio de la cotidianidad.
0;
EL AMBITO VITAL, I.
LOS ESPACIOS DE LO COTIDIANO
|
el hstriador. Pero, al mismo tiempo,
espacio y da sentido su tiempo sin la cultura
heredada y la licada a lo cotidiano, el/espacto no es mids/que
‘rare el paisaje limitado al que alcanza nuestra vis-
te y en el que se mueven nuestros miembros; pero los individuos hart
dominado los territorios para convertirlos en los ambientes apropiados
para el trabajo o el descanso; han domesticado la tierra virgen y, al ha-
cerlo, la han integrado a su propia historia, De ahi la convenie
iginas siguientes,
Hay, ademés, en la vida moderma, wna ne-
cesidad de gozar de cierta intimidad, individual y familiar, asi como hay
formas de promocién espectacular para lograr la atencién de un publi=
cc anénimo y curioso que desea conocer detalles insigmificantes de la vi-
dé ordinaria, fuera del ejercicio profesional, de personajes famosos.
ESPACIO PRIVADO Y ESPACIO PUBLICO
‘Siempre hubo actividades que se consideraron privadas, pero esa priva
cidad rara vez correspondia a un concepto rigido de lo que debia hur
tarse a la vista ajena. Un ejemplo extremo es el de las relaciones sexta
les, que en todas las sociedades se han considerado privadas, pero hasta
7178 TARAUNA NUEVA WSION DELA VIDA ConbtANA
cierto punto, Mientras el trato intimo de una pareja, la desfloracion de
la novia en la noche de bodas, o el distanciamiento de un matrimonio
eran tema de conversacion y de chanzas, en suma cuestiones de domi-
nio publico, la realizacion misma del acto sexual debia producirse a es-
condidas. Inctuso en la Edad Media occidental y en los siglos xv1 y xv
se procuraba cerrar con cortinas la cama matrimonial, que estaba en una
habitacion de acceso comtin, y las parejas ilegitimas buscaban escondi-
tes para satisfacer sus deseos, en portales oscuros de las ciudades o en
bosques, milpas o magueyales siestaban en el campo. Tambien hasta fe-
chas recientes se practicaban en la soledad del dormitorio, o en piezas
‘ocultasa los ojos ajenos, algunas penitencias que se consideraban priva-
das. Cuando los bidgrafos se referian al ascetismo de algunos religiosos,
deducian por indicios cun grandes eran las mortificaciones que se in.
fligian, porque vetan las paredes salpicadas de sangre, o porque les pa-
recla verlos cojear como si un cilicio los mortificase. Pero igualmente se
apreciaba la humildad y el espiritu de penitencia de los flagelantes que
recorrian las calles en las procesiones “cle sangre” a la vista de todos sus
onvecinos; ast al dolor del castigo se unta la humillacign de verse con-
templados por los conocidos.
La privacidad de otras necesidades fisiologicas dependia del mo-
mento y la urgencia en evacuarlas, ya que en las casas se conservaban dui-
ante varias horas los recipientes destinados a recoger los malolientes de-
sechos, cuyo contenido se lanzarta a la calle en el horario establecido;
también habla letrinas de uso conn en las vecindades, y en el campo se
buscaban espacios protegidos por la vegetacion, fuera de las viviendas.
Era frecnente que las puertas de las casas permanecieran abiertas
durante el dia y las visitas y los cutiosos podian apreciar lo que sucedia
en su interior. Por otra parte, cocinar, comer, trabajar y reunitse con los
amigos eran actividades que podiian realizarse en las calles 0 patios ex-
tetiores. Y hay que advertir que la intimidad, las puertas cerradas y los
ambitos reservados a la familia cercana se impusieron primero en las.
ciucades y poco a poco se introdujeron en pueblos y pequeias comuni-
dacdes rurates.
Enel mundo modemo se ha establecido una marcada diferencia en-
te los espacios privado y publico; el espacio publica no sélo es el que
'sti.a la vista de todos sino tambien, y sobre todo, aquel sobre el cual el
Estado tiene o puede tener alguna injerencia. Entendertamos, por con-
LAMBITO VITAL LLOSESEACIOS DELO COTIONNO 179
traste, que el espacio privado estaria libre de normas reguladoras, pero
habria que precisara qué tipo tle normas os referimos, porque tambien
hay reglas en el espacio privado, La diferencia esta en la autoridad que
Jas emite yen la trascendencia de las infraccionés, Incluso el Estado pu:
de intervenir en defensa de nitios o esposas maltratados. Ellwogaries(éh
espacio en el que las normas de convivencia derivan de tradiciones fa
riliares 0 locales y en el que se realiza desde la infancia la asimilacion
de esas normas.
Nada era totalmente privado en el mundo medieval, en el renacen:
tista y en la modemidad temprana, pero tampoco existia una intromi=
sion directa de los organismios puiblicos, Una apreciacién contempori-
nea del ejercicio del poder del Estado nos llevaria a identificar lo
“particular” con aquello que se sustrae a su supervision, El resultado se-
riz necesariamente confuso si se aplicaba el mismo criterio a todas las
{épocas, ya que aspectos como la salud y la educaci6n, que hoy son eom-
ppetencia del Estado, durante siglos estuvieron al margen de decisiones
polticas y de complejades administrativas y legales. Al mismo tiempo
hay que advertir que de ningsin modo puede equipararse lo privado eon
lc intimo, ya que el concepto mismo de intimidad, su disfrute como unt
setistacciGn individual o familiar y a necesidad de disponer de un espa
cio privilegiado cerrado al exterior, son creaciones modernas, relativa-
rene recientes, que se adoptaron poco a poco y en distinta forma se-
gin los lugares. La fuetzaide Tas presiones| sociales, layparticipaclon
constante en'la vida comunitatia y la sociabilidad depenidiente tle las so-
lidatidades colectivas eran elementos que impedian el goce de la iti.
did. Mas precisamente, tal goce era impensable y por lo tanto indesea
be. Sia pantir del siglo xx puede asegurarse que el hogar es el dominio
de la vida privada y que la familia es protagonista de esta nueva expe
riencia, al hablar de siglos anteriores nada de esto es valido, puesto que
el matrimonio y aun las relaciones ajenas al sacramento se consideraron.
asuntos que incumbfan a la comunidad, mientras que las actividades
profesionales se realizaban por lo comiin dentro de los muros del hogar,
ylos lazos de parentesco influian en la obtencion de puestos politicos y
‘administrativos o en el ingreso al clero o a la vida académica.
Hablar de espacio permite referirse a algo mucho mas amplio que Ia
fegion, la ciudad, la aldea o la casa. En buena parte el espacio esis ite
_gado por las condicionesrfisicas del paisaje; elelima, la produecion, la180 _PARAUNA NUEVA VISONDE LA VIDA COTDKANA,
poblacién, las comunicaciones, etc.; también por los elementos de la
cultura material que constituyen el entorno inmediato, como la vivien-
4a, con todos los objetos necesarios y superfluos propios de un momen-
to historico; pero incluye ademas los caracteres humanos, actuales €
historicos que conforman el entorno. El individuo no solo nace en una
habitacién o en una clinica, sino también en una familia con prejuicios
y con memoria de los antepasados, en. un pueblo o una region Goi
peculiaridades de caracter, con huellas de un pasado glorioso o humi-
ante y en un momento de euforia o depresion, Este implica apteciar los
espacios y objetos cuyo valor simbdlico es independiente de sus cuali-
dades intrinsecas, pero que reconocemos porque sabemos cual es la |
tura que les corresponde dentro de nuestro ambito cultural. Los blaso-
hes tallados en la fachada de una casa antigua o el uniforme del conserje
en un edificio moderno no influyen en la comodidad de las viviendas,
pero son elementos de prestigio cuyo valor influye en la consideracion
de sus vecinos. Esto conforma situaciones ¥ actitides!cuyo significado
eSidifetente Segiin los ojos del observador. Una vez més, nuestros pre-
juicios culturales chocan con Jo que en su momento correspondia a los.
ue fueron propios de la época en que se produjo el acontecimiento.
La morada vital ni siquiera ocupa un lugar, smo que es el conjunto
de actitudes y predisposiciones que forman la idiosincrasia y que, des-
de luego esta delimitada por fronteras geograficas 0 cultutales. La ampli-
tud del concepto permite establecer diferencias basicas entre individuos
que convivieron en un mismo espacio momento historico, pero perte-
necientes a diferentes situaciones de pader, tradiciones religiosas o nive-
lestculturales. El ambito vital de un esclavo egipcio era diferente del que
correspondia al faraon, pero ambos compartian conceptos fundamenta-
les, que en cambio los diferenciarfan de un mercader fenicio o de wn le-
gionario romano. En este sentido contemplamas'el espacio’como parte
de las relaciones sociales, porque se trata de la capacidad del hombre de
dominar su entorno, ya que el espacio es algo capaz de ser poseido, do-
"minaclo y disputado. Se sabe de numerosas especies animales que iden-
tifican y defienden su terntorio, y el hombre hace otro tanto; desde las
culturas primitivas, con incipientes aspiraciones de propiedad, hasta las
dlespiadadas rivalidades de la sociedad capitalista, siempre hay un espa-
cio que los individuos pretenden poseer. En el caso extremo ni siquiera
se trata de la propiedad efectiva de un recinto espacial, sino tan solo de
ELAMBITO VITAL LLOS#SRACIOS MELOCOTINANO 1B]
Taimagen que se conserva en la memoria y que ya nadie puede arreba~
tar. Es normal referirse a "mi” tierra, sin que ello implique un derecho
del presente ni del pasado, sino tan solo la conciencia de que existe un
lugar siempre personal y siempre vivo en el recuerdo.
Eespacio.no sélo.es.el escenario sino qué puede influir decisivie
mente en el protagonismo de la vida cotidiana. La existencia de espacios,
conventuales, carcelarios, mercantiles, estudiantiles, militares, deporti-
vos, etc influye y ha influido en formas de comportamiento; se dice que
las mujeres que profesan en una orden religiosa “entran al claustro”, co
‘mo un modo de expresar graficamente el cambio de vida que exigen los
vvotos religiosos. Los presos que purgan sentencias lo hacen dentro de un
espacio delimitado: la penitenciara, el reclusorio o la cércel, construc=
ciones en las que se sabe o se supone que impera un régimen represivo
que es el verdadero castigo. Y cuando lo exigen las necesidades del ser-
vicio, los militares son “acuartelados", de modo que el cuartel se con-
verte en primer paso para la accién, Por otra parte, realizar determina-
dos actos en el espacio inapropiado puede tener terribles consecuencias
y ls leyes pueden especificarlo como agravantes de los delitos. Tal su=
cedia con las infracciones cometidas en los templos 0 conventos, que
aadian el pecado de sacrilegio; del mismo modo que se considero mas
sggave el adulterio cometido en el hogar conyugal 0 el robo con asalto a
una vivienda,
En la sabiduria popular y en los refranes y proverbios esta presente
con frecuencia la idea de que el espacio determina una forma de com-
portamientos"La ropa sucia se lava en casa” recomiienda discrecion en los
asuntos familiares; “a cada pajarito le gusta su nidito", recuerda la que=
rencia del terrurio; “el buen pafto en el arca se vende”; “doncella honra-
da, en casa y pierna quebrada’; “no me seas ventanera, que la cuba de
‘buen vino no necesita bandera”, son algunos entre los muchos que iden=
tifican el encierro de las mujeres con la virtud y la laboriosidad; “en el
pueblo por tu nombre, en la ciudad por tu ropa’, da por sentado que en
lugar donde uno vive lo conocen de verdad y no por las apariencias,
“como gallina en corral ajeno” expresa el desconcierto del desarraigado,
La intimidad puede interpretarse como intimidad de grupo reduci-
do, de pareja o de familia nuclear, peto también esta relacionada con el
individualismo, su antagonista en muchos aspectos, y que a su vez se
presenta en distintas formas, El individualismo no solo se fomenta con lacl aislarse en un
iar de pocos individuos que en una colectividad masiva. El
de valoracion d
Puede quebrantar
liares y provocar rupturas conyugales 0 atnistosas, y por el
ario, existe la posibilidad de asumir a los allegados
Ja comunica
ituciones opresoras 0
lo debe ser socialmente
almente.
10s. Esta sociedad no
8, economica y ¢
EDUCACION Y URBANIDAD
4 educacién tiene abundantes ejemplos de
de los espacios
rma en que el empleo
rermina diferentes concepciones pedagégicas. En una
figuras prominentes del grupo y los mode-
loresjen cieria especialidad, influyen en las/aspiraciones de
de espacios y orientan a los adolescentes hacia un ambito
0; inmediatamente después, el acceso a instituciones espe:
S €s decisivo en la consolidacién de la vocacién profesional. Asi
on duran rigos y Tetrados.
cias de formacion tuvieron que ver con las formas de instrue-
lejera, en escuelas, en internados o en centr
Ialicios, en los que se iniciaron las
de beneficencia
eras conferen-
sofia y ca
s, dieron su nombre, que ha 1Va, a las corporaci
s de profesores universitarios, Guana) hizo ecesatiovabandonar
laustros se adecuaton espacios iddneos, precisamente asignados al
o del estudio, Para ello se recomendaba qui
ian los estudiantes y los maestros estuvieran alefados del centro
donde no surgieran distracciones
y
cr
&
£
a
La vide cotciana se desarolla en pivade o en pubico, en el trabajo y en
(Coad de casas, ncn popu defines184 PARA UNA NUEVA VSION DE LA VIDA COTDIANA
3s, Pero aun hubo diferencias dentro de las aulas, porque
Practica de la competencia como un medio de estimular a los menos en-
tuslastas incluta la ubicacion en uno w otto lugar. De ah que ser “el pric
mero” de la clase, o el tiltimo, con todos los intermedios, equivalla a es-
tar sentado en lugar preferente 0 en las bancas finales. Los jovenes
estudiantes tomaban conciencia de su aprovechamiento académiico con
sélo contemplar la fila de sus compafieros delante y detrés
Dentro del régimen de internado habia diferencias segtin que los
dormitorios y aulas fueran comunes o individuales. De todos modos ser
pensionista en un seminatio daba prestigio, y ese prestigio se hacia os-
tensible mediante insignias o emblemas especiales. Los colegialeslleva-
ban sobre la capa, a manera de butfanda, la beca de su colegio y por ella
se identificaban. Los colegios femeninos, hasta principios del siglo xx,
fueron refugios de jovenes doncellas, a quienes no habia que dar est.
dios sino cobijo y proteccién, gracias a lo cual, por el simple hecho de
residir en tales instituciones, las jOvenes podian aspirar a un enlace con-
veniente.
~_ ELPRESTIGIO DE LA VIDA URBANA,
la
s, Fesidencias de la corte real, y otras ciudades, en las que
ambien residian prachos de ls nobles
le en las provincias ultrama
inas de la corona espanola.
Moe y de ganar lo imprescindibl para mantener asu familia. Eline
ELAMBITO VITAL L LOSESPACIOS DELOCOTIDIANO 185
en las costumbres, que
bce En la América colonial, la catalogacion administrativa
yl clasificacion juridica de las ciudades dependia del niimero de sus ve-
‘os: las ciudades principales tenian 12 regidores y las simples ciudades
seis regidores. De menor categoria eran las villas, colonias y lugares (al-
gunos de éstos adelantados, como formas de colonizacién). También
eran diferentes los pueblos, y entre éstos, los reconocidos oficialmente
como pueblos de indios, no tanto por el origen étnico de sus habitantes
oom pore sepen polc-adninktairo i oer
ater earings ay soy El estudio de la cudad fn 4
mérica, la fundacién de una ciudad se acom- | tansugestivecomo amplio y difu
paftaba de ciertos actos simbdlicos: clavar una tis ‘ciudad ai one
pica, a modo de desafio, para alardear de po- | oe aan Haat en
der militar, alzar una horea, simbolo de la jus- | ire emo jo Walt Wim
ticia real, y erigit una cruz, como testimonio | me todo, y nada que st tfle
del proyecto evangelizador. ‘hombre le es ajeno, No debemor
Fl concepto de ciudad ha cambiado y por | dar que ens interior ariel
ello no tendria sentido buscar en urbanizacio- ae hasta onthe creer qui
nes modemas{os elementos que hace 400 anos__| ealbavevvey rapa
se consideraban propios de la vida ciudadana. iu es ade i
Las ordenanzas de 1573 sobre urbanizacion en _| ue no consttuen una ded
las provincias del imperio espariol recomenda- | hay no él en ls comarca pi
baa el imprescindible trazado de as, como el interior del Africa
tal, sino también ena China po
prudente distancia, para que ‘se situa- | "lor_en la India y an today
sen Tos templos y conventos que facilitaran Ia_| fealones.de Europa dea Am
ensenanza de la doctrina, Ess plazas yas ca- | STE si
les aledanas se habiltaron como mercados yse | manda cuca Gon
podlaron de puestos de comidas y venta de peat186 rena UNA NUEVA WIION DELA VIDA COTIDIANA
dulces, de tiendas especializadas en diversos géneros y de talleres que
ofrectan sus servicios a los vecinos. Desde fines del siglo xvut se inicid el
desplazaimiento de las actividades productivas hacia zonas alejadas del
‘centro, para evitar a los residentes en las viviendas las molestias deriva-
das de los malos olores, ruidos y trajin de los trabajadores. Entre los
cambios de la modemidad que modificaron las costumbres esta la espe-
cializacion en los espacios publicos, Las manifestaciones de religiosidad,
de rebeldia, de participacion politica, de jubilo, de duelo... tuvieron sus
espacios propios y peculiares. Es diferente lo que se manifiestaen la igle-
sia oen la calle, oen la recémara
Las modificaciones en el uso de los espacios alcanzaron tambien las
‘casas: se paso de la habitaci6n tnica multifuncional, comtin en viviendas
‘medias del siglo xv, a los espacios individuales especializados; al mismo
tiempo se increment6 el mobiliario y se multiplicaron los objetos de uso
oméstico. Las pocas sillas y mesas que se mencionaban en algunos in-
ventarios de viviendas, correspondian a solteros con cargos administra
tivos en la buroctacia o prebendados de las catedtales, en contraste con
hhogares familiares en los que predominaban los bancos, taburetes y coji-
nes. Ya en los siglos xvi y Xvi se registraron varias mesas, diversidad de
utensilios de comedor y cocina y la cama individualizacla. Paso pasose
iniciaba la ruptuta de los limites entre lo necesario y lo superiluo.
HOGARES Y VIVIENDAS
Culturalmente, la casa es el ambito de la intimidad; juridicamente es e1
domicilio personal; poltticamente es recinto con derechos, obligaciones
¥ privilegios. Pese a todos los cambios de la modernidad y de la globa-
lizacion, todavia puede consiclerarst que lajcasa/es Unprodict ctl
ral de la mujer; no solo es su espacio mas propio porque la haya confi
nado la voluntad masculina, sino porque ella es su creadora,
Lacasa influye en el comportamiento y expresa las caracteristicas de
Waa culiifa, Fueron diferentes la casa medieval, la musulmana, la rena-
centista, la dieciochesca o la del siglo xx, y todas ellas reflejaron las cos-
tumbres propias de convivencia y convivialidad.
Durante la Edad Media europea habia sido comtin la vivienda pe-
quena alquilada, pero a medida que algunos artesanos y comerciantes se
ELAMBITO VITAL LLOSESPACIOS DELO COTIDANO 187
cenriquecieron, como consecuencia de los cambios econdmicos de los si=
silos xv a xvi, la aspiracion de tener casa propia se convirtié en un de-
520 comin; los viajeros anotaban con admiracion la existencia de her-
‘mosos edificios y la comodidad de sus interiores, y la riqueza de un
pteblo se media por sus construcciones. En distintos momentos los
‘monarcas esparioles se interesaton por conocer la forma en que vivian
sus vasallos, y para ello pensaton que debfan informarse, entre otras co-
sas, de las caractertsticas de las viviendas que ocupaban, dle modo que a
ello se refieren algunas preguntas de las Relaciones geogrdjicas,recopidas
en gran parte del imperio espanol en Tos sighos xvt y xv, Gracias a ellas
Seypueden, conocer Jos.materiales mas comunes en. cada regién el: tipo
de poblamiento, concentrado 0 disperso y la disponibilidad de agua po-
table cercana. Los mas pobres vivian arrimados unos junto a otros y pa
sgaban alquiler. Calidad de las casas, desarrollo demografico y actividad
econémica son aspectos que estin relacionados en los cuestionarios,
Los aspectos que se elogian no tienen nada que ver con la fortaleza de-
fensiva sino con el urbanismo,
La vecindad siempre fue habitada por familias modestas y propicio
relaciones vecinales mas fuertes en muchos casos que los lazos de paren-
tesco} en contraste, la mansion senorial se distinguio por la ostentaci6n
ensus dimensiones y en su arquitectura y permitio la instalacion de oft-
cinas y negocios en las plantas inferiores, hasta que una nueva moda vi-
roa destetrar las actividades laborales de las construcciones residencia-
Jes, el jacal, construido precariamente con materiales deleznables, ocups
temrenos baldios. incluso en calles céntricas de las ciudlades y Permits,
hasta bien entrado el siglonanx;qque la viel ruralse introclujese'en la ciu-
dad, con el canto de los gallos, los grunidos de los cerdos y el verde de
las huertas. Los edificios multifamiliares sustituyeron en muchos huga-
res alas vecindades, pero modificaron sustancialmente las formas de so-
ciabilidad vecinal, porque los departamentos daban lugar a un aisla-
miento mucho mayor que los cuartos en torno a los patios. En los
ed ficios no habia patios ni lavaderos comunes ni se cocinaba wlainter-
pe‘ie ni se cuidaban los ninos en comin. La intimidad y la privacidad
tomaban la forma de encierro y distanciamiento emocional
EL mercado fue durante siglos el espacio basico de la sociabilidad,
Sin duda no es fundamental para conocer grandes Mluctuaciones eco
micas, pero en cambio muestra la capacidad de produccién y consumo188 PARA UNA NUEVA VISION DE LA VIDA COTIDIANA
Sociales. Claro que a partir de la
‘como aglutinadores de la poblacién: I
al mismo tiempo lugar en que todos los vecinos tenian opor
tnidad de encontarse y cominiars. Por eo tanbin la shige
y los
los avisos de fu-
parrocos anotaban st
turos matrimonios,
0 noeslo ordenado, Sno
Somaaoente nme cain gees
sess impersonal
et les weenorale como una pieza de las viviendas es
eee indicador de la costumbre de la reunién en tor-
e carecen esas habitaio- | 10 ala mesa, que antes del siglo xvuino se men-
sis oloque unos fot | conaba; es mas, los Hbros de urbanidad adver
es han eliminado laborio- | tian a los muchachos que si casi
de toda hula de aue | Iestocaba comer juntos se rake
eo oa aso wr junto a su padre, ellos debian
frones atisticamente at | PeManecer tespetuosamente en pie durante la
libros de ate, expues. | CO™ida, También, a partir del siglo xvin, cuan-
azar no hay indices de | do las escrituras mencionan el mobiliario “a la
epadee tars moda” se veraican los muebles ens cass
een este mae Ea cera aunque Tara vez
cn eae stinados a escribir, y se incorporan
I domingo quede despa- | 25 vitrinas para exhibir objets valiosos de pla-
todo el cuartodeesar? | '@ 0 porcelana que antes se guardaban celosa-
sarreglen sin tubos de | mente en arcones a pi
tes sn barras de abn
rar en los cuarts de ba-
exconden el detritus de
fianas?
x
ia de una idea
iendaciones a los fieles
ELAMBITO VITAL {LOS FSPACIOS DELOCOTIDINO 189
etme nnn
Decia Juan de Mal-Lara, escritor y maestro espattol del siglo xvi, que
para mejorar de estado hay que cambiar de lugar, y algo asies lo que pen-
saron muchos de los emigrantesa Indias, que no solo dejaban su lugar de
origen, sino con él su familia, sus costumbres y, en muchos casos, un pa-
saco de pobreza y necesidades. Al llegar a las Indias, a poca suerte que
tuvieran en su busqueda de riquezas, alhajaban su casa y hacian ostenta-
cién de su bienestar, pata mostrar alos demas, y quiza para demostrarse
si ismos, que efectivamente su mudanza habia sido favor
i0s0s hablan de las devociones y de los temores de quienes
se rodeaban de ellos como para asegurar su fidelidad a unos principios
que no siempre iban mas alla de las imagenes colgadas en las paredes.
Enlas residencias sentoriales desde fecha temprana y en las casas modes-
{asa pantr de la difusion de la fotografia, los cuadros “de santos” fueron
siendo desplazados por los retratos familiares, de modo que se reforza~
bal cardcter imtimo y familiar de la vivienda
Las casas de las ciudades iberoamericanas en general, y las de los te-
ritorios que fueron la Nueva Espafia en particular, se caracterizaron por
disponer de terrenos més amplios que las espatiolas,a la vez que por es-
tablecer las diferencias de categoria de sus habitantes segin la altura de
la construccion y los materiales de la fachada. Casas modestas de tina
sok planta y casas de dos pisos alternaban en las calles de las ciudades;
ponadas de piedra, aun cuando el interior fuera de ladrillo o de adobe,
reakaban el sefiorio de los propietarios. Unas y otras solian tener un pa-
tio terior, en torno del cual se distribuian las habitaciones, ya fueran
para uso de una sola familia o para alquiler de grupos independientes,
Este sistema de alquiler de piezas interiores fue el precedente y coexis-
tio durante largo tiempo con las vecindades construidas especialmente
con ese destino.
Las diferencias en el ajuar interior se relacionaron con la situacién
en el camino entre oriente y occidente, lo que facilits el uso de biombos
desde principios del siglo xv, la abundancia de vasijas de porcelana y
la riqueza de telas de seda como decoracién y como parte del vestuario,190 PARA UNA NUEVA VISION DELA VIDA COTDIANA
UN BREVE RECUENTO. ]
Elespacio no es tan s6lo el lugar en que se desarrolla una actividad
sino que contribuye a caracterizarla, En el estudio de la vida coti-
diana es facil apreciar las diferencias entre la vida urbana y rural,
| pero también hay que tener en cuenta las peculiaridades de las ciu.
dades y su evolucidn en el tiempo, el simbolismo de los espacios y
la forma en que la vivienda refleja el caricter y la actividad de sus
habitantes. Del mismo modo, el conocimiento de las formas de ha-
bitacién da indicios del proceso de cambio en las relaciones socia-
tes, del surgimiento dela intimidad y de las nuevas formas de co-
mmnicacion,
Durante siglos, la vivienda rural dependio de los materiales
disponibles, de las condiciones naturales climaticas y del trabajo
agricola, a la vez que se adapté a las caracteristicas de convivencia
| de los grupos domésticos y mostré la imagen pintoresca propia de
una region. Modernamente, de cara a la globalizacién, han desapa-
recido algunos elementos tradicionales, sustituidos por materiales
y disettos ventajosos por su economia, duracion y facilidad de ac-
eso, Pero eso no significa que se haya producido una ruptura et
tte la funcionalidad de la vivienda y las necesidades de sus habi
tantes, sino que al mismo ritmo han cambiado unos y otra. La
historia de la casa corte pareja con la evolucién de la vida familiar |
y laboral |
Asi como la casa familiar tiene una cierta persemalidad, deriva-
| da en gran parte de un desorden propio de la vida diaria, es pecu-
| liar el orden en los espacios comunes de residencia obligada como
| Jas careeles, los hospicios, los hospitales y los colegios, que tam-
bien son y fueron viviendas, en las que forzosamente se desartolla-
ba la vida cotidiana y en las que la relacion se invierte, puesto que
en vez de acondicionarse el espacio a sus habitantes, son éstos los
que se ven obligados a acomodarse a las exigencias del lugar con-
vertido en su hogar temporal o definitivo.
En los establecimientos publicos siempre se ha considerado |
imprescindible establecer una rutina adecuada a las necesidades de |
a administracion, que al mismo tiempo facilite el cuidado y vigi- |
FLAMBITO VIAL LLOSESPACIOS DELOCOTIDANO 191
| lancia de los internos y los obligue a renunciar a cualquier inicia-
tiva individualista. Asi como los hogares familiares generan formas
de convivencia derivadas de las necesidades y posibilidades de sus
‘componentes, las instituciones publicas ignoran tales necesidades,
‘o mas precisamente, hacen explicito que nadie puede tener preten-
| siones de que se respeten gustos o necesidades personales al mar:
| gen de reglamentos,
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