Está en la página 1de 9
10 EL AMBITO VITAL, Il. LOS TIEMPOS Y LOS RITMOS DE LA VIDA COTIDIANA Del mismo modo que el investigador elige los temas y los lugares que ran objeto de su estudio, selecciona el periodo al que dedicaré su at cidn. Esta eleccin puede, también, estar determinada, o al menos orentada, por el tema y el espacio elegidos, ya que cada proceso de cambio se aprecia con mayor claridad en determinadas épocas 0 mo- mentos. Es inevitable que cada eleccion Hleve implicita otra: la opeién metodologica de ocuparse de una coyuntura o de un tiempo largo. Pa ra aclarar estos conceptos se exponen las siguientes precisiones El estudio de cambios sociales como la industrializacion y la urba- nizacion, las costumbres matrimoniales 0 los ritos funerarios, no pue~ den considerarse en un momento preciso sino a lo largo de un periodo prolongado, En cambio las crisis econémicas o la caida de un régimen politico pueden concretarse en una coyuntura; el ascenso de una fortu= na, la implantacion de una nueva técnica ola gestacién de antagonismos mercantiles suelen producirse en tiempos medios. Naturalmente esto implica que el historiador debe adaptar su metodologia al tema y época elegidos. Un solo documento, si contiene informacion completa, puede ser suficiente para referirse a una coyuntura, mientras que s6lo excep cionalmente puede fundamentar una lenta transformacion, aunque pue~ da proporcionar referencias cresbles de antecedentes. Esto no significa que el tiempo largo equivalga a monotonia: en el tiempo largo deben considerarse momentos criticos en los que resalta un determinado problema. Puede enfocarse el mismo asunto desde di- ferentes perspectivas y esas perspectivas tienen relieve en determinados momentos. Puede servir de ejemplo el matrimonio en el mundo colo- nial, que no dejo de ser esencial para la implantacién y mantenimiento de las estructuras familiares, pero considerado desde diferentes perspec- tivas, En las provincias espaftolas de Ultramar, mediando el siglo xvi, lo que atrajo la atenci6n de los tedlogos fue la validez del matrimonio in= 193 104 mika UNA NuBVA visiON DE LA IDA COTIDNANA tigena; en las ultimas décadas las autoridacles comenzaton a preocupar- %¢ por el mestizaje; ya en el xvit preocup6 la estratificacion social, en los albores de la Ilustracién las desavenencias conyugales, la patria potestad y los derechos de la mujer; hasta llegar, en el siglo xix al matrimonio ci- vily el divorcio, Tambien en la educacién hispanoamericana hay distin- ‘os momentos de interés: evangelizacion, opciones de educacion huma- hista © técnica, ereccién de universidades, establecimiento de colegios te los jesuitas, escuelas elementales y superiores, de allabetizacion y de astellanizacion, EL TIEMPO DE LA HISTORIA \dems del tiempo como componente de la historia y como medida de vida humana, hay que contar con el transcurso del tiempo personal y Olectivo, subjetivo y objetivo, propio del lugar y de los personajes que articipan en los hechos que investigamos. Estamos acostumbrados a fi- ir fechas y determinar secuencias; contamos para ello con las cronolo- las que fijan periodos y sefialan momentos precisos, y con los relatos sbre cambios en las costumbres. Incluso la evolucidn del lenguaje, las yrmas de expresidn, las eriticas abiertas o solapadas de formas de con ucta, son indicadores del paso del tiempo, ‘Todos los relatos comienzan con alguna referencia al tiempo, inclu- algunos textos religiosos: “En el principio...”, “En aquel tiempo dijo sts.."; los cuentos: “Erase una vez...", “Hubo un tiempo en qiie los sends. ."; las novelas: “Al despertar aquella manana, Gregorio Sam. ”, “En un lugar de Ja Mancha...no ha mucho tiempo vivia...” ¥ es- s referencias religiosas y lierarias dan al historiador sugerencias sobre forma de enfrentar la necesidad de mostrar el significado cultural del inscurso del tiempo, Es frecuente que sea wn problema actual, o una eocupacion derivada de nuestra propia experiencia, la que nos impul- a buscar en el pasado la explicacion a situaciones del presente, Pocas ces hacemos explicita esta inquietud, mientras que lo més frecuente es strat el esfuerzo por trasladamos al pasado, En realidad, nunca po- mos despojarnos cle nuestros prejuicios y concepts, y solo con un es- "rzo mental logramos asumir la necesaria objetividad que permita reciar Ios valores que movieron a otros individuos y las situaciones ELAMBITO.WTAL, 1,405 TIEMPOS Y LOS RITMOSDELA IDA COMDLANA 195 que hoy parecen inadmisibles, pero fueron aceptadas con naturalidad en su momento, Los saltos de la memoria dan vida al pasado mediante experiencias actuales (los olores, los sabotes 0 los paisajes revividos en um instante). Estoes lo que sin proponérselo han hecho los historiadlores desde hace ‘muchas décadas y lo que hoy conscientemente pretendemos al trasladar al pasado las preguntas que nos inquietan en el presente. Qué sentido tendrfan, sino, las historias del amor o de la galanteria, de los utensilios domésticos, de la pobreza 0 de la muerte? Fl riesgo de anacronismo ameraza inevitablemente estos emperios, El afan por encontrar aguerti- das defensoras de los derechos femeninos en el mundo barroco o de jus- tificar a rebeldes ilustrados como si se tratase de luchadores sociales, ne puede llevar a un conocimiento ni siquiera aproximado de lo que en su ‘momento significé asumir una posicién de sumisién o de protesta EL objetivo dle los estudios sobre formas especificas de comporta- iento (expresiones de piedad, adaptaciones a la moda, rechazo de las reformas, defensa de privilegias, etc.) es, como término general, comprender los cambios en las actitudes y en los sentimientos a lo largo de {genetaciones, ya que medimos el tiempo en re- lacien con las transformaciones y asi lo conver~ timos en material de la historia, Los historiado- res, al iniciar nuestras exposiciones, y aunque no lo hagamos explicito, optamos casi siempre por la férmula del “érase una vez”, lo que nos facilta la consecucién del relato por orden cro- nol6gico, pero lo mismo podtia aplicarse ala técnica de la novela, en un vaivén del presente al pasado, lo que puede hacer mas accesible la comprensién de las transformaciones, en parti- cular al tratar de la vida privada. En todas los «casos nuestro material es el tiempo, pero para que verdaderamente se vea fluir tenemos que resalar los cambios, o bien, como algo excep- ional, de acuerdo con el transcurso de los afios, podemos subrayar la sorprendente conti- nuidad de determinados procesos. Cuando se Enel entro dela larga discusion fl sofica sobre la naturaeza del temp ‘estuvieron—y quads persisten ain ‘dos posturasenfrentadas, Por ula do, se encuentra uno con la opin segan la cual el tiempo es un hech ‘objetivo de la creacion natural. Po su modo de exist, el tiempo, seg los defondares de esta vsién, no diferencia de otros objetos naturale més que por su cualidad de no s@ perceptible. Newton fue quizé elm ‘eminente adalid de esta corient ‘que en la Edad Moderna empexo

También podría gustarte