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Clark, T. Arte y Propaganda en El Siglo XX. Cap. 2
Clark, T. Arte y Propaganda en El Siglo XX. Cap. 2
rte, ro a
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asctsmo
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a·inado en cla e ,v rnovil izados en u tiempo libre (fig. 25). l..At tarea
de la propaganda f,iscista era aconiodarse a los v;1lores de es-e elec-
rorrt do diver ·o a la ,•ez que transn1itir la irnpresión de coher encia
ideológic~ )' u11idad nacional .El Partido Obrero Naciona.1 -Socia-
Iisca 1-\ Ie1n án (NSDt\ .P) su¡)eró al re ro de lo regfr1lene fa ci ta
gracias a una m.iqnina p1t>pagandísrica perfectatnenre coordinada .\'
burocráticaru ence n1uy co1upleja. .El arte funcionaba sólo con10 un
componertte n1ás <le su prograrna, pero trajo consigo la legirin1ación
del stt1tus de la cult:ura ete,·ada )' proporcion6 O'l t11.:ho de los . lnt•
bolos e in1ágenes de lo que los naz.is llan1aron su «n1isión cultu r.1I».
Después de la Segunda
Guerra Mundial,
Riefenstahl fue condenada
por su obra corno
propagandi la nazi. Pero
ella insistió en que su
película sobre el Congreso
del Partido de 1934 no
era propagandística, si110
un «documental». tFiln16
Rieie11stahl únicamente el
• •
acontec11n1 ento como una
ob. ervadnra, o ~ implicó
dirigiendo ella misma el
acto? Sin lugar a dudas, la
película etaba
-
n1inuciosan1ente planeada
de antemano. e
con!>truycron puentes
especiales, torres y raíles
para las panorá ,nicas y los
1ravellings. e contó con
un aeroplano y una
derunavc para la~ vbta~
aéreas. y se en1plearon
cámaras de mano desde
escaleras de bomberos.
El personal de la película
estaba compuesto por 1 35
personas. entre ella 37
SA y SS que ayudaron a
mantener el orden.
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Fascis1110 y arcaís1110
J] fascisrno rccha;,.a la idc.1 de «progreso». Con sus raíces en h1
tradición de la Ilustración del siglo X\-lll, la noción de progreso sos-
tiene que la 1-fistoria está n1odelada de modo lineal por el desarrollo
uc l:1 rJzón hu,nana. l.,os fr1scistas asocial>an esta tradición con el
überalis,uo y el n1arxismo (aw1que tan1bién procede de la creencia
colonialista t:uropea sobre el derecho a iinponer t:l «progre o occi-
dental" a las nnciones ,..atrasadas,,) . En hl!:,Tllr de esa ,·isión lineal de la
I listoria, el f:1scisn10 ve un rnodclo cíclico de rcnaci111icnto o recu-
peración, y se planten el retorno a los perdidos años dorados.
Esto sirve de base a la persistencia de in1ágenes y estilos arcai-
cos en el arte y la arquitecn1ra fascistas. El fascismo no creó ningún
estilo nuc,·u en arte, y ninguno de sus regímenes empleó un estilo
cxclusi,·.1n1cntc. Bajo el fascis n10, los di,·cr os cipos tle arte cxi ten-
tes fueron adaptados con nuevos tenias o puestos en contextos que
los hicieran políti<.:os. l .os <.:riterios para el arte ofil.:ialmc.:ntc.: f.l\·orc.:-
cido, perfeccionado y rcguh1do por exposiciones p,1trocinad:ls pnr
el Es tado, encargo. púbUco. ~· revistas artísticas oficiales, fucron
,nuy diversos. Pero un factor con1ún en la 1l1ayor parre del arre fas-
cista es la c,·ocaci6n de la continuidad con el pasado ...\sí. :1unt.:1ue
las pinturas fa.-.cisras pueden :1 n1cnudo parecer «realistas», la esté-
tica fascista rechazaba formaln1ente las nociones de realisn10 que
pretendieran úoicarnenre reflejar el presente. Por el contrario, t:I
arte debería e,·oc:tr los ..,·atores eternos».
En la pinn1ra de paisaje, un género in1porrantc en el arte del
rJe rcer Keich (193 .~- 19~5), l:1 idt:n dt: «,·nlores eternos» -<.:on1hin:t-
ción de ,·alorcs artísticos, ,nor:1lcs ~- sociales- connota in1,igencs
idílil;as de In ,·ida rural. Lt, rvco111pt•11s11 tlt·I trabajo (fig. 29) r1:trnta a l;1
con1unidad rural ,·i\'iendo y trahaj11ndo en arn1onía con los <.: iclos
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lini. ucl 111is1no cnodo l(U<.: 1nuc.: has ,·l.!c.:cs ~<.: retrata :1 l litlcr con,o
un t.:.1ballero teutú11 (fig. .10). Bajo el Tcn..:er RL:ich, el 1nl'dic,·a lis,no
t.:n ~,rquirecrur:1 SL'. ,·e con10 cl recurso :1 los edificios vcrn,iculos cnn
cntran1ndo de 1nadcra p:1n1 logra r st:r 111;ís .-.._,ij//.-isch qu<.: lo,; de <.:stilo
neoclásico. I·] térn1ino ~i~rt1ific,1 ••dl'.l pueblo», pl'.r11 tiene <.:onnota-
ciones arcaicas y raciales. J)ara el na.zisn10, el n1cdieva lis n10 se había
hecho problcn1;itico por l.1 rl'.sistl'.ncia di.'. la Jglcsia Catcílica al régi-
men, ,. Hitler de ·cri1J i6 en una oc:1sicín el estilo ¡¡11rico con1n ..dcn1:1-
. -
siaJu cri~riano... Sin c1nl,argo, la i,nag'incrí.1 -¡;iilkisch con1bin:1l,a a
~ ~
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reproduci<los en 360°. lJa escultur.1 in1pli1:a que la visión <lel lí<lcr,
." el poder de su gobierno, se extienden en rodas las direcci()nes
desde un centro fijo.
l,,0s ,·:1lores supuesrarnence eterno. <le la culrura elevnd:1 han
sido 11tili7.ados a lo l:irgo de la Historia para legiti1nar el poder y
los pri,·ilcgios. Pero esta fun c:i<Ín h;1 sido n1~ís co,npleja bajo los
regí,nenes - fasc istas o con1unistas- que pretendieron ser n10,·i-
1nicntos de n,asa!>. ,\ 1explotar el elc,·ado status del :irte tradicional,
su propaganda corría el riesgo de alienar a las clases Cl"Tibajadoras.
para las que una pintura ;i l óleo en un n1u ·eo era un objeto inhe-
rentemente hostil en un entorno elitista. L,os reu-ímenes tr:1t:1ban de
~
Nariorialsoci.alismo y 11attgi,ardia
Dado el conservaduris1110 cuJtural del Partido Naciooai Socia-
lista, deberíarnos dar por sentado que los nazis se opusieron total-
mente al arte de vanguardia y lo condenaron desde el princípío.
Los recienres estudios de historia del arte revelan una relación rnás
a,mbigua. Es cierto que en 1. 93 i la d.irección nazi l1abía dejado claro
1
dad» y la «irnpureza» fueron córnplices activos de la exclusión y
e:x.rer1n inio de la población no aria, especialn1eo.te los judíos y las
«razas eslavas» del este de E uropa y la Unión Soviética. Desde
esta perspectiva malvada y de pec\1liar carga estética, la can1paiia
de genocidio contra los judíos y el asesinato <le aproximadan1ente
veinte millo.nes de soviéticos durante la Segundn G uerra M1in-
dial fueron considerados «logros culturales».
Los J uegos Olín1picos celebrados en Berlfo en 1936 propor-
cionaron al régi.I11en una oportunidad de adaptar su concepción
de mas~1s del espectácul.o po.lítico para el consu1110 del público
inter11acion al. Cotno competición de excelencia física, magnifi-
cada por el ethos •psettdo-helé11ico de la tradició11 olímpica, el
acontecitniento era un. vehículo ideal para insít1uar la n1itología
nazi en la cultura popular del deporte. lJerú Riefensrah l fue la
encargada de filn1a r los juegos, )' la película resultante, Oli,n-
pintla (Ol)1111pia) , dividida e 1l dos partes, Festi,M I de /t,s naciones
(Fcst der \lotkcr) ,v festivfil de la helteza (Fest der Schonheit), testimo-
nia el culro nazi a la belleza y el poder físicos (figs. 40 )r 41).
Con10 EL fr-iunfo riela voluntad, la película no es un doctu.n ental
objetivo. El reportaje de las com.periciones deportivas está. pre-
cedido por una secuencia inicial que muestra los orígenes del
espír:iru olín1pico en la antigua Grecia. I·l ot11bres y rnujeres des~
oudos, atletas «g.riegos» que su rgen de no f)aisaje arcaico como
estatuas clásicas, generat1 la llan1a olítnpica, que es transportada
nústican1ente en el tiempo }' e.l espacio desde las 1noncafi.as de la
antigua G reci~1 hasta el estadio de Berlín. Es la alegoría de la 111aJ"-
cba l1acia el oe~-re y del dotninio de la culnu11 a.ria. La 111itiJica-
ción de la historia velanclo el presente (el inquietante y ba11al flujo
de la vida cotid iana moderna) con visiones del pasado leja110 e insi-
nuaciones de un d esti,10 futtLrO heroico es característ ica del nacio-
na lsocialis nto,
AJ caracterizar a las atletas, Riefe11stahl hace una represen-
tación relaciva111ente pos irjva de la n1ujer como triunfadora
acriva, aunque en un ámbito alejado del mundo del trabajo.
Esta i1naginería contrasta con la 1,ornografía blanda ta n fre-
cuente en el arte nazi: desol1dos eróticos toscamente realizados
para los ,lltos c;trgos del Partido. Este contraste se relaciona
con un. conflicto i.n tern.o más amplio en Jos valores naiís, en los
que existe ciert~1 contradicc ión entre la 1nisoginia neurótica
que puede hallarse a menudo en su retórica, y la presencia en
el movit:niento de 111uchas 111ujeres activistas. J_as revistas fen1e-
n111as oacioua ls1)cialistas como Frauen li~rte (Valoresj'e1ne11i1r.os) y
Die Detttsche Ka111pferi11 (úz f uchcidora ale·,nano) ofrecía o a veces
modelos positivos para las m.ujeres -la mu jer nórd.ica vigilante
o la uni.versit:~ria n1oderr1a, como la propia l{ie feosrahl - . La
ideología del Partido trJ1taba de reconciliar los r11etisajes co11~
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en :1rmoní:1, pero no en igu:1ltl:ld : lo misnrn que l:1 c:1l>ci.,1 tiene
poder 'obre lo rnicm lm>s, el gobierno tiene poder -;olJre las pcr-
on~1 . Pero gobierno y pc r ·011:1s cstfo vinnil:1dos y, por tanto, el
E. t:1do es t5 fundid o co n l:1 nació n. li.1 'ue rpo del Estndo es puro,
li bre l nfe rm e !acle. in te rn a e in mune a la · cont:1111inacioncs
externa . Aun que e te concepto de unicL:id orgfoica ha car:1cteri-
zado l J en ' ami ento político occidenul Jurante siglos, en el fas-
ci mo ti ene un a c~pecia l importancia. El prorngoni 1110 de esta
metáfora e releva nt en casi rodas las representacione del cuerpo
hum ano en l arte fascista. La imágenes de fuerza corpora l, vigor,
agresión y vigi lancia, co mo las de Albert Jane ch, Deporte awcítico
(fi g. 42), y Ad lf \i\h1111per, El genio de la \licturia (fig. 43), refleja n las
pretendid as cualid ades del Estado fascista .
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