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La Oreja de Malco

Lucas 22:50-51

Los discípulos no creían que Jesús se dejaría prender. Sabían que


el poder que había derribado aquel tropel de gente dejándolo como
montón de muertos, podía librar a su Maestro de sus enemigos. CNS
100.1

Grande fué su pesar e indignación cuando vieron traer las cuerdas


para atar las manos de Aquel a quien tanto amaban. Pedro, lleno de
ira, sacó su espada y con un golpe temerario le cortó la oreja al criado
del sumo sacerdote. CNS 100.2

Cuando vió Jesús lo que Pedro había hecho, se soltó las manos,
aunque los soldados romanos se las tenían fuertemente atadas, y dijo:
“Sufrid aún esto.” Lucas 22:51. Tocó la oreja herida y al momento
sanó. CN

Juan 18:4-11Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les
dijo*: ¿A quién buscáis? 5 Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. Él les
dijo*: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos. 6 Y cuando Él les
dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra. 7 Jesús entonces volvió a
preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús el Nazareno. 8
Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; por tanto, si me buscáis a mí, dejad
ir a estos; 9 para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me
diste, no perdí ninguno. 10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la
sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo
se llamaba Malco. 11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina.
La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?

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Y sucedió que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la
Mateo 26:51-52
mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la
oreja. 52 Entonces Jesús le dijo*: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los
que tomen la espada, a espada perecerán.

Comentario Bíblico Adventista


[Mat 26:51] Uno de los que estaban.

Según Joh 18:10, era Pedro. Mateo, Marcos y Lucas no lo designan por nombre, quizá
porque escribieron mientras Pedro aún vivía. Tal vez tenían el propósito de evitarle el
bochorno - en presencia de todos los que pudieran leer el relato - de que se le recordara esa
precipitada acción. Lo menciona Juan, que escribió muchos años después de la muerte de
Pedro.

Sacó su espada.

Pedro había interpretado mal las palabras de Jesús, y pensó que el Maestro quería que los
discípulos emplearan armas para defenderse (cf. Luk 22:38). El erróneo celo que Pedro
manifestó en esta ocasión sirve de advertencia para los testigos de Dios de hoy, a fin de que
no procedan drásticamente y sin pensar apoyando lo que, en el momento, les parezca que es
en favor del reino de los cielos.

Un siervo.

Juan, que conocía personalmente al sumo sacerdote (Joh 18:15), identifica como Malco al
siervo (Mat 26:10). Posiblemente Malco fue uno de los que le “echaron mano” a Jesús (Mat
26:50).516

Le quitó la oreja.

Es probable que Pedro hubiera tenido la intención de decapitarlo. Quizá una mano invisible
desvió el golpe. Sólo Lucas registra la milagrosa restauración de la oreja cortada (ver com.
Luk 22:51).

le cortó la oreja derecha. Los cuatro Evangelios relatan este incidente. Solo Juan revela
que el hombre de la espada era Pedro y que el nombre de la víctima era Malco (Jua 18:10).
Solo Lucas, el médico, relata la sanidad que se efectuó en seguida (v.Luc 22:51).

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