Está en la página 1de 6

La sexta extinción masiva,

Un niño que nazca estos días verá cómo, cuando deje este mundo, unas 400 especies de seres vivos lo harán
con él, y sin embargo seguimos deseando románticamente que ese niño viva en un mundo mejor de lo que lo
encontró. Según un estudio de la ONU, en los últimos cinco siglos, la tasa de extinción de especies es superior
que en los últimos 10000 años. Se han extinguido (desde el año 1500) más de 320 vertebrados terrestres y de
las especies que sobreviven, su población ha disminuido una media de un 25%.

A lo largo de la historia, en la Tierra se han producido cinco extinciones causadas por fenómenos naturales
que han marcado el curso de la evolución de las especies que encontramos en la actualidad. Aquellas cinco
extinciones masivas fueron causadas por fenómenos naturales, ya fueran meteoritos desde el espacio, la deriva
continental, erupciones volcánicas, cambios climáticos, envenenamientos masivos, o hasta la explosión de
una supernova, la gran diferencia que existe con las extinciones precedentes es que la próxima será provocada
por una de las especies que habitan en la Tierra, el hombre. De hecho, los seres humanos con sus actividades
industriales, agropecuarias, la caza y la pesca incontroladas, el ocio, la contaminación del agua, y el uso de
combustibles fósiles están alterando en un modo irreversible el ecosistema y conduciéndolo hacia la extinción,
sino se toman medidas drásticas para frenar este proceso. En esta ocasión nosotros somos el asteroide.

El cuidado del ambiente debe ser una prioridad mundial. Tanto por razones éticas, morales y filosóficas, pero
sobre todo por sobrevivencia, es necesario detener ese proceso. Aún tenemos una oportunidad y la última,
pero así mismo se está extinguiendo rápidamente, pero aún estamos a tiempo de actuar.
Soy optimista en que sabemos todo lo que hay que hacer para evitar la catástrofe, pero soy pesimista porque
no lo estamos haciendo.
Hace 300000 años, nueve especies humanas poblaron la Tierra. Ahora solo queda una. Los neandertales que
eran unos cazadores robustos, adaptados a las gélidas estepas europeas. Los denisovanos, que tenían una
estrecha relación con el hombre de Neandertal, habitaban Asia. Por su parte, las dos especies más primitivas,
el Homo erectus y el Homo rhodesiensis, ocupaban el territorio correspondiente a Indonesia y a África
Central, respectivamente.
Junto a estas convivieron otras especies de pequeño tamaño y cerebro de dimensiones reducidas: el Homo
naledi, que moraba en lo que ahora es Sudáfrica; el Homo luzonensis, en Filipinas; el Homo
floresiensis (llamado “hobbit”), en Indonesia; y el misterioso Hombre del ciervo rojo, en China.
Hace unos 10 000 años, ninguna de ellas existía. La desaparición de todas estas especies parece una extinción
masiva, pero no está motivada por ningún desastre medioambiental aparente, como podrían ser una erupción
volcánica, el cambio climático. De hecho, los procesos temporales de las extinciones indican que fueron
causadas por la proliferación de una nueva especie evolucionada hace entre 260 000 y 350 000 años en el sur
de África: el Homo sapiens.
Con la expansión de los humanos modernos más allá del continente africano se inició la sexta extinción
masiva, un acontecimiento que lleva ocurriendo desde hace más de 40 000 años y que comprende desde la
desaparición de los mamíferos glaciares hasta la destrucción de los bosques en nuestros días. Sin embargo,
¿cabe la posibilidad de que las primeras víctimas fueran otros humanos?
Somos una especie increíblemente dañina. Cazamos mamuts lanudos, perezosos terrestres y moas hasta su
extinción y destruimos llanuras y bosques para desarrollar una actividad agrícola con la que hemos
modificado más de la mitad de la superficie terrestre. Y por supuesto, hemos alterado el clima del planeta.
Pero, por encima de todo, somos peligrosos para otras poblaciones humanas, ya que rivalizamos por los
recursos y el terreno.

Desde la destrucción de Cartago por parte del Imperio romano hasta la conquista del Oeste americano,
pasando por la colonización británica de Australia, y la invasión española a América, la historia está plagada
de ejemplos de pueblos en guerra que desplazan y eliminan del territorio a otros grupos. Como si del
lenguaje o del uso de las herramientas se tratase, se podría decir que la capacidad y la tendencia a emplear el
genocidio como un recurso, forma parte de manera inherente e instintiva de la naturaleza humana.
Los huesos y las herramientas antiguas encontrados revelan que esta forma de violencia tiene su origen
mucho antes. El norteamericano Hombre de Kennewick, de 9000 años de antigüedad, tiene la punta de una
lanza clavada en su pelvis. Nataruk, un espacio arqueológico de 10 000 años de antigüedad situado en
Kenia, documenta la masacre brutal de al menos 27 hombres, mujeres y niños.

En forma contemporánea, es a partir del descubrimiento de la máquina de vapor que se incrementó el


calentamiento global en un 100% y se debió al impacto que tuvo en el clima la revolución industrial, si bien
el efecto invernadero hasta entonces ya había estado presente, es desde hace 200 años que sus nocivos efectos
comenzaron a crecer sin control.

A finales del siglo XVII la concentración de CO2 en la atmósfera era de 200 ppm (partes por millón), en la actualidad
ha aumentado hasta 400 ppm y se podría duplicar antes del 2050, solo en 30 años duplicaríamos la cifra que se había
producido en 200, cifra que así mismo, la alcanzamos solo en 200 años, igualando lo que el planeta había producido en
15000 años.
- Plástico.-
El uso de plástico se ha convertido en algo normal en nuestros días. Esta resina sintética ha colonizado no sólo los
mares y las tierras de cualquier parte del mundo, desde el Ártico hasta la Antártida, en zonas pobladas y en islas
deshabitadas, también ha llegado a nuestra dieta. El medio marino es el más afectado y su degradación es más perjudicial
que en tierra, este recibe el mayor porcentaje de los deshechos plásticos. Según informes, reciben más de 200 kilos de
plástico por segundo. En los 3 más grandes océanos el Atlántico, el Pacífico y el Índico flotan 5 continentes de plástico
de un millón y medio de Km2 cada uno, que es 5 veces el territorio ecuatoriano.

La durabilidad del plástico hace más dramática y compleja esta situación que va desde una funda que puede demorar en
desaparecer 10 años hasta las cuerdas de pesca que pueden durar 600 años. El plástico al estar en el mar, por efectos del
agua salada y del sol se convierte en pequeñas partículas que son ingeridas por los peces y terminan en nuestra mesa.
En 2017 las NNUU se reúnen en Nairobi para buscar una solución viable, en su versión “MARES LIMPIOS” algo
parecido al acuerdo de Paris por el calentamiento global, que no concluyó en nada, porque no grabó un impuesto a su
uso, ni puedo sancionar su uso excesivo.
Junto con las decisiones de los gobiernos, de legislar para reducir su consumo, la solución está en buena parte en nuestras
manos: reducir el consumo de plásticos es la clave, además de reutilizar y reciclar. Lograrlo es más fácil de lo que
creemos. Por poner un ejemplo, usar una funda reutilizable 10 veces, significa reducir en 90% el uso de fundas. Impulsar
aún más la INDUSTRIA de lo RECICLADO sería lo ideal, y llegar a la carpintería plástica conllevaría varias ventajas,
usar lo reciclado y consumir menos madera.

- tala de árboles, agricultura y ganadería, etanol a base de caña y maíz.-


La deforestación es el otro problema grave para la salud del planeta que nos afecta a todos y, aunque los intentos por
frenarla logran discretos resultados, no consiguen revertir la tendencia. El desastre ambiental ocasionado por la
progresiva desaparición de la masa forestal provoca pérdidas ambientales incalculables y de difícil o imposible
recuperación.
En efecto, más que hablar de árboles hemos de hablar de bosques, de ecosistemas y de todo lo que afecta o depende de
ellos, y es precisamente con este enfoque como se entiende que la tala indiscriminada de árboles sea mucho más
que un atentado ecológico puntual en un área concreta, ya que termina afectando a todo el planeta. Sobre todo,
además, porque se trata de una práctica muy extendida que se lleva a cabo a escala global, con pérdidas de más de diez
millones de hectáreas de bosques. Hay empresas madereras que justifican la criminal tala de árboles bajo el
compromiso de reforestar, que por cada pino centenario que le arrebatan al bosque siembran 10, ridícula solución, ya
que los las funciones del árbol recién sembrado no cumple ni de lejos con las del árbol adulto que aloja en sus ramas y
raíces mucha de la fauna de la selva, es la casa árbol.

La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles -principalmente carbón, petróleo y gas- genera alrededor
de 4,5 millones de muertes anuales en todo el mundo y unas pérdidas económicas estimadas en 2,9 billones de
dólares por lo que dejaron de contribuir a la economía, y por la generación de sequias, hambrunas, migraciones masivas,
inundaciones, así como los gastos médicos al tratar las enfermedades que provocan lo que equivale a aproximadamente
un 3,3% del PIB mundial. Así lo revela un estudio elaborado por Greenpeace y el Centro de Investigación en Energía y
Aire Limpio (CREA),
Los contaminantes procedentes del uso de combustibles fósiles, incendios y vertidos de petróleo llegan a los
océanos a través de la atmósfera, según un estudio que estima en 90.000 toneladas al mes la cantidad que se
deposita en la superficie del Atlántico, Pacífico e Índico.
Por que usamos extensamente los combustibles fósiles todavía? La respuesta es simple: porque el hombre desde que
descubrió el fuego lo viene haciendo, y desde que inició su explotación en forma intensiva siempre fue más barato que
otras alternativas que existen en la actualidad y a la época no había la suficiente tecnología para explotarlas. En un
año el ser humano consume lo que la naturaleza ha tardado un millón de años en producir. Las reservas de
combustible fósiles no son ilimitadas, se consume a un ritmo mucho mayor del que se produce, si seguimos a este
ritmo de consumo de petróleo, se calcula que en unos 100 años se habrán agotado todas las reservas de este
combustible fósil, lo que traducido a nuestra preocupación conservacionista es un buena nueva, porque estamos a las
puertas del uso de energías renovables.
Actualmente, el costo promedio para producir un MV de energía eólica está alrededor de $1000.000, que es la mitad de
cualquiera de otras tecnologías. Algunos científicos medioambientalistas vaticinan que los precios de los combustibles
fósiles aumentaran en corto tiempo debido a su escasez en el mercado, tal es así que de la mano de la brutal
contaminación, también estamos viviendo el final de la energía abundante, versátil y barata, generada por los
combustibles fósiles los que afortunadamente se están agotando. Estamos viviendo ya el principio del descenso en la
capacidad de extracción de petróleo «bueno» (petróleo convencional) y, en breve, del petróleo en su totalidad. Y lo
mismo le ocurrirá en los próximos lustros al gas, al carbón y al uranio. Esto hará inevitablemente que todas nuestras
capacidades se encaminen a lo que debieron haber hecho hace 200 años, buscar las fuentes de energía limpias. Tenemos
los instrumentos para una tercera revolución industrial, basada en la explotación de energías limpias. Existe la tecnología
y el compromiso con la vida en la tierra es inaplazable.
El daño al ambiente que está dejando el uso de combustibles fósiles, es una de las razones que lleva a plantear la premura
de desarrollar tecnologías alternativas. Sin embargo, los impactos ambientales de la producción de biocombustibles,
tales como la tala de bosques para plantar cultivos que los produzcan su materia prima y la decadencia de la fertilidad
de los suelos, va a ser un problema mundial al que en pocas décadas estaremos expuestos.

Adicionalmente, en la medida que los biocombustibles hechos a partir de cultivos ricos en celulosa se vuelvan
crecientemente más lucrativos, más tierra, agua y capital serán redestinados para producirlos y algunas partes del mundo
podrían enfrentar una disyuntiva entre usar esos recursos para cultivar alimentos para el ser humano, o para producir
materia prima para los biocombustibles.
Una de las preocupaciones de enorme trascendencia —aparte del impacto ambiental— es que el aumento en la demanda
de biocombustibles lleve a un incremento en el precio de los alimentos. Esto, inevitablemente, afecta a los sectores más
pobres en países en vías de desarrollo y subdesarrollados con altos niveles de insuficiencia alimentaria, sobre todo en
sectores que dedican del 70 al 80% de sus ingresos al consumo de alimentos.

El uso de suelos agrícolamente productivos en forma intensiva para cultivos energéticos es “un crimen contra la
humanidad”. Se necesitan políticas internacionales fuertes para evitar que la revolución de los biocombustibles
amenace la seguridad alimentaria de los más pobres.

Por ejemplo, de las casi 40 millones de toneladas en que aumentó la utilización mundial del maíz en 2007,
prácticamente 30 millones fueron absorbidas únicamente por las plantas de etanol, sobre todo de Estados Unidos que
es el mayor productor y exportador mundial de maíz. En la Unión Europea, se calcula que el sector de biodiesel ha
absorbido aproximadamente el 60% de la producción de aceite de colza, una oleaginosa que es la tercera fuente de
aceite vegetal tras la soja, y la palma, de los estados miembros desde 2007, lo que equivale al 70% de la
producción mundial de este producto en 2007.

Estamos cerca de vivir la tercera revolución industrial, dentro de la vía energia alternativa, todos los esfuerzos deben
encaminarse a las fuentes de energía renovables eólica, geotérmica, solar, y el uso del hidrógeno y no a la producción
de biocombustibles. Estamos a tiempo aún para evitar que en pocas décadas estemos abocados nuevamente al mismo
problema que ahora nos convoca, la feroz deforestación para el cultivo, el empobrecimiento de las tierras por el
monocultivo intensivo y el encarecimiento de los alimentos.

A futuro, también la gran esperanza es el hidrógeno, que durante más de un siglo se ha considerado como un
combustible conveniente y limpio. Puesto que puede obtenerse de una diversa gama de fuentes domésticas,
podría reducir los costos económicos, políticos y ambientales de los sistemas de energía.
En el planeta, el 97% corresponde al agua de mar, el 2% está en los polos y solo el 1% es lo que tenemos a
nuestro alcance en forma de ríos y lagos, y de ésta el 75% está contaminada, siendo el recurso por el cual
existe la vida, no obstante la abundancia que hay, es el que menos hemos cuidado.
Hay varios factores que provocan la contaminación del agua:

o El vertido de desechos industriales sin tratamiento.


o El vertido de aguas residuales sin tratar.
o La deforestación y erosión del suelo.
o El uso de pesticidas y fertilizantes.
o Arrojar desechos sólidos a las fuentes de agua.
El sector agropecuario es el mayor consumidor de agua en el planeta, utiliza aproximadamente el 70
% del agua superficial. El agua utilizada en la agricultura, principalmente en las actividades de riego
pasa a formar parte de los cuerpos superficiales y subterráneos. Para mantener los rendimientos
agrícolas se hace uso de plaguicidas, abonos, fungicidas, herbicidas y fertilizantes, que se filtran
hacia el acuífero, son arrastrados por las lluvias o vertidos intencionalmente al agua junto con restos
orgánicos y sedimentos, haciendo a la agricultura la principal responsable de la contaminación por
nitratos y fósforo. Por las enormes extensiones de suelo que ocupa, la agricultura es la principal
fuente de contaminación del agua.
Este fenómeno es irreversible, técnicamente es imposible mantener cultivos intensivos sin el uso de
agroquímicos, y la producción de alientos a gran escala solo con el uso de abonos orgánicos es una
entelequia, aquí son los gobiernos seccionales los llamados al menos a mantener y reforestar las
franjas ecológicas y conservacionistas en todas las márgenes de las fuentes de agua, esto está
legislado, es solo de hacer cumplir la ley.

La contaminación industrial se caracteriza por su variedad de contaminantes, puede aportar


contaminantes orgánicos, pero también industrias como la del petróleo, el acero y la minería
representan el mayor riesgo en la liberación de metales pesados o compuestos tóxicos, sustancias
persistentes y bioacumulables, que son transportadas a través del agua o la atmósfera, que además
del peligro que representa para la salud humana y el ecosistema, se han encontrado alojadas en el
tejido de peces y otras especies dulceacuícolas de importancia comercial, relevantes para la
alimentación. Esto se puede sanear exigiendo a la industria contaminante la purificación del agua
usada, hay tecnologías y equipos no muy costosos que permiten potabilizar el agua usada
industrialmente.

Muchas ciudades grandes y chicas no tienen la infraestructura o carecen de un marco normativo para el adecuado
tratamiento de las aguas residuales, por lo que muchas de estas se vierten a los ríos en una forma tan irresponsable,
inhumana y criminal; en el mundo se producen anualmente seis veces más aguas residuales que la cantidad de agua de
todos los ríos. Con esta concentración poblacional, la producción y mal manejo de residuos hídricos de las áreas urbanas
ha exacerbado los problemas de contaminación. Investigadores de Estados Unidos han evaluado un novedoso proceso
para obtener biodiesel a partir de la espuma generada en las depuradoras de tratamiento de aguas residuales.
Demostraron que esta tecnología genera importantes beneficios para el medio ambiente, al tiempo que permite la
eliminación de residuos generados de manera eficaz y económica, mejora la calidad del agua, reduce la emisión de gases
de efecto invernadero y produce energía renovable.

.
El virus Covid-19 no es un accidente natural, sino que somos nosotros mismos contra la propia humanidad.
Llevábamos explotándonos, maltratándonos y destruyéndonos demasiado tiempo. Ahora lo podemos ver expresado
de otro modo. El Covid-19 no es un alien extraño venido del cosmos, no es una metáfora sino la peor versión de
nosotros mismos.

"El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el
cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de
acción continua". Así se ha expresado el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio
Guterres.El organismo ha recordado que, aunque se debe prestar toda la atención necesaria a la epidemia del
coronavirus y no se deben subestimar sus impactos, esta preocupación mundial no debe hacer que se
reduzcan esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.

La vida silvestre no es la responsable de la pandemia. El responsable absoluto es una especie, una especie
domesticadora y no domesticada. Esta especie es el HOMO SAPIENS, ese primate de la familia de los homínidos que
actualmente cuenta con una súper población de más de 7 mil 700 millones de personas y que por sus actividades
“productivas”, a través de un modelo económico voraz de los recursos naturales del planeta, ha ocasionado que más de
un millón de especies de plantas y animales se encuentren actualmente en peligro de extinción.

CONCLUSIONES
2050 es la fecha límite que tenemos los humanos para frenar drásticamente y en la medida de lo posible las
consecuencias del cambio climático si no logramos mantener el 1,5 ° de incremento de la temperatura media
global del planeta, que es el objetivo del Acuerdo de París. Y así proteger proteger a la civilización
humana. Para ello, sería necesario poner en marcha un plan MARSHALL, para que actúe inmediatamente,
el daño ya está hecho: necesitamos una movilización global masiva de recursos y de concientización política
mundial para la reconstrucción, pero la necesitamos ahora, no después del 2050.

Lejos de ser una mirada apocalíptica, son devastadoras las consecuencias que tendrá para los humanos el
cambio climático. Es un camino hacia el fin de la civilización humana y la sociedad moderna tal y como la
conocemos, en el que los desafíos a la seguridad global son simplemente abrumadores y el pánico político se
convierte en la norma en medio de un caos absoluto.

El bienestar social se vería alterado hasta tal punto que pronostican que puedan surgir hasta conflictos
armados entre naciones por la escasez de recursos, entre ellos el agua e, incluso, hasta una guerra nuclear.

La sexta extinción era algo que sucedería algún día, siguiendo una cadena de extinciones pero
como seres evolucionados deberíamos postergarla y no adelantarla

“Tenemos una breve ventana de tiempo para actuar, aunque se está cerrando rápidamente” afirman los
científicos, Solo las iniciativas sostenibles pueden llevarnos a salvar a las
especies, incluyendo la nuestra. Como ocurre con el avance del cambio climático,
solo si se actúa de forma eficaz y urgente será posible detener este drama de
forma efectiva. De lo contrario, podríamos llegar a un punto de no retorno que
marcase un antes y un después.
Podemos hacer historia o ser destruidos por ella, podemos decirle a la gente que no consuma el plástico, que
cuide el agua y los bosques, pero esta solución va más allá de las personas, se trata de nuestras industrias, y
los gobiernos al rededor del mundo tomando acciones decisivas a gran escala. Enfrentar esta crisis no es un
tema político, es una responsabilidad que debemos asumir todos por nuestra propia sobrevivencia. Hay que
estar conscientes que no le podemos exigir al campesino proletario, que no tumbe un árbol o no trafique con
animales, cuando eso le ayude a sostener su hogar. También tenemos que erradicar la pobreza.
Estamos aniquilando la vida en nuestro planeta, y esta es la única vida conocida en todo el universo”, “Esa
vida que dio forma al planeta, la que nos permitió vivir aquí. Es la vida que aún nos permite vivir aquí.
Rómulo SANCHEZ, Quito, 2022

También podría gustarte