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El camino recto y seguro para llegar al cielo.

San Antonio María Clareth.

Introducción.

Nos dice Jesucristo de sí mismo en el Evangelio. (San Juan 14, 6). Yo soy el Camino, la verdad y la
vida. Y como en tanto se camina por Él, según explican los sagrados expositores, en cuanto se
observa con exactitud su santísima ley, y se procuran imitar sus ejemplos.

Por esto, todo cristiano, para que mas fácilmente observe sus divinos mandamientos, y por este
medio logre la vida eterna, hará todos los días, por la mañana y noche, las prácticas devotas, que
se llaman, Ejercicio del cristiano.

Rezará una parte del santísimo rosario, oirá la santa misa cuando buenamente pueda; consagrará
un rato a la oración mental, aun cuando sea trabajando de manos. Si no tiene tiempo para más, y
si sabe, leerá en algún libro espiritual, u oirá su lectura; y cuando esto no pueda, suplirá esta falta,
considerando o meditando, las llagas del cuerpo santísimo de JESÚS, libro escrito con caracteres
de sangre, las que con penetrantes y enérgicas voces, nos están diciendo: Amor amor, a un Dios
hecho hombre, que nos amó hasta el exceso de dar la vida por nuestro amor; hasta el extremo de
morir en el infamante patíbulo de la cruz, cual el más vil ladrón y criminal facineroso.

En todas las semanas asistirá á las solemnidades de la Iglesia, como son, oficios divinos, explicación
de la doctrina, rosario, etc., y es muy útil, que todo esto sea en la iglesia parroquial . Así procurará
santificar estos días que están destinados para que el cristiano los emplee en el servicio de Dios.

A cuyo fin, a mas de lo dicho arriba, se ocupará en otras obras buenas, como son, visitar enfermos
y encarcelados, enseñar a los ignorantes, etc., y se abstendrá de las malas y peligrosas acciones,
especialmente de trabajar el día del señor, de bailes, cortejos, juegos prohibidos, etc. En cuanto a
la doctrina, pondrá un cuidado particular en aprenderla para saber después practicarla, por cuanto
no puede un adulto ser admitido en el reino del cielo, sin que la haya sabido y puesto por obra.

Cada ocho o quince días recibirá los sacramentos de la Penitencia y Eucaristía, o a lo menos cada
mes . Cada año hará confesión general, y tendrá algunos días de retiro, para vacar o desocuparse
de lo común, en santos ejercicios bajo la dirección de un sabio y discreto director .

En todo tiempo se debe ser exacto en la observancia de los santos mandamientos, y cumplimiento
de los deberes del propio estado, y se evitará a todas las ocasiones de pecar, cuales son:
compañías perversas, ociosidad, juegos, bailes, cortejos, teatros y todo lo que, puesta una persona
en ello, puede inducirnos á pecado mortal .

En este librito, hallará el cristiano que de veras desea salvarse, todo cuanto necesita, para cumplir
sus deberes y para llevar una vida del todo conforme a la santa y dulce ley del Señor, con lo que
dará gloria a Dios en esta vida, y después irá á gozar de él y alabarle por toda la eternidad en el
cielo, que es mi deseo, y lo que me ha movido á ofrecerles este librito.

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