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FACTORES QUE GENERAN DESIGUALDAD PARA

LAS MUJERES DE COMUNIDADES INDÍGENAS EN


OAXACA, Y QUE VULNERAN SU DERECHO AL
ABORTO.
 

Resumen

El aborto en México se ha convertido un tema de debate y discusión muy importante a lo


largo de los últimos años, con opiniones, tanto de diversos grupos sociales, así como de
la iglesia y el gobierno, siendo de esta manera uno de los más conflictuados que se
presentan como una muestra de libertad o de asesinato, según la postura que se nos
presente. Siendo 1997 el año en el que 21 de 32 entidades federativas de la república
legalizaron el aborto únicamente en caso de una violación, fue sólo el comienzo de la
revolución de la denominada “ola verde”, mostrándose como una esperanza para muchas
mujeres y personas gestantes que buscan la libertad de poder decidir sobre sus cuerpos
de manera segura y respaldada por el gobierno.

Se quiere conocer qué factores influyen para que la mujer indígena pueda ejercer o no,
su derecho al aborto.  Este tema genera controversia, ya que se ponen a discusión
argumentos que hacen referencia a la reivindicación de los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres, y en contraparte se generan valoraciones morales y
religiosas que ponen en el centro de dichas discusiones, el marco legal vigente, los roles y
estereotipos asignados al género, a la mujer y a la maternidad.  

Se realizará un análisis cualitativo simulando el método Delphi utilizando las


herramientas que ofrecen las TIC´s para obtener entrevistas y encuestas realizadas por
diversas organizaciones, reportajes, noticias e información de páginas gubernamentales y
con ello obtener las opiniones de diferentes fuentes.

 
Planteamiento del problema

Las comunidades indígenas han sido vulneradas e invisibilizadas en diversos


discursos gubernamentales, ya que, actualmente siendo grupos minoritarios, no se les
muestra la misma importancia que a una persona de clase alta, pues no se les da la
misma oportunidad de expresión e interés de investigación al no ser grupos que generen
una gran incógnita en la toma de decisiones que involucren la consulta de derechos o
decisiones hacia el pueblo.

Se sabe que a pesar de la posibilidad de que las mujeres tengan la oportunidad de


interrumpir su embarazo de manera segura, esto no garantiza que se respete o se efectúe
de manera justa, pues la vulnerabilidad de las mujeres indígenas y personas gestantes al
no tener una voz que abogue por ellas y realmente sea escuchada da como consecuencia
una condena en la que la mujer se ve en la obligación de ser madre, o realizarse un
aborto clandestino, sin importar las consecuencias que esto conlleve.

Una de las propuestas que se dan en la lucha feminista es el derecho a la educación


sexual y la facilidad de conseguir anticonceptivos, lo cual evita en muchas maneras un
embarazo no planificado, siendo esta, la principal proposición y manera más eficaz de no
correr riesgo al querer interrumpir el embarazo.

A pesar de las manifestaciones que se han realizado a lo largo del país en las últimas
dos décadas en apoyo a la decisión de la mujer a elegir sobre su cuerpo, se ha dejado
claro que al final, ellas no son a quienes se les concede la última palabra, pues el
personal médico y gubernamental es quien aprueba que puedan, o no interrumpir su
embarazo de manera segura, incluso siendo esta de manera legal. Pero este no es la
única opresión hacia las mujeres indígenas que deciden no ser madres, ya que eso
conlleva un sometimiento mayor al no tener las mismas oportunidades que una mujer de
ciudad o de clase alta, pues incluso para tener acceso a una clínica de medicina general,
sus recursos no siempre se muestran de buena calidad de atención.

  Hasta el momento no se han mostrado propuestas para resolver las problemáticas a


las que se enfrentan las comunidades, pues sigue mostrándose como un tema que no
debería ser relevante, restándole importancia o simplemente ignorándolo, tomando de
esta manera un rumbo incierto y temeroso para las mujeres de dichas comunidades.

No se han obtenido datos exactos de mujeres indígenas y personas gestantes que


han muerto a causa de un aborto clandestino, así como de las personas a las que se le ha
negado el derecho a la interrupción del embarazo y si se ha llevado un proceso legal al
incumplimiento hacia los derechos de la mujer.

Justificación.

México actualmente está viviendo un cambio radical en los derechos sexuales de las
mujeres, pues desde el 2008 el Congreso aprobó la despenalización del aborto en la
Ciudad de México y en 2019 Oaxaca también logró la modificación del código Penal
Estatal despenalizando la interrupción de embarazo hasta las 12 semana de gestación.
Sin embargo, en las comunidades indígenas aún no se observa una evolución en las
conciencias de la sociedad en general, pues todavía encontramos a muchas mujeres a las
que les cuesta hablar o informarse del tema, principalmente por el estigma que existe en
torno al tema.  entenderemos como es que a pesar de que pareciera que se están
logrando avances a pasos agigantados falta difundir información que ayude a
desestigmatizar el tema y que permita a todas las mujeres tener un acceso real a este
derecho, pues no basta con que la ley y el gobierno evite que las mujeres sean
encarceladas por interrumpir un embarazo, sino que además es indispensable que
ayuden para evitar juicios de valor, desinformación e incluso muertes a causa de malos
procedimientos, y que esto sea intercambiado por la sensibilización y acompañamiento a
procesos de aborto seguros y en condiciones dignas para todas.  Por lo que esta
investigación busca generar conciencia de como la ignorancia de todos los contextos
sociales, pero principalmente de los contextos rurales, sigue siendo un factor primordial en
la discriminación y la desigualdad de oportunidades que sufren las mujeres indígenas para
poder decidir sobre sus propios cuerpos.
Fundamento Teórico.

Fue el 29 de septiembre de 2019 cuando el Congreso en Oaxaca despenalizó el aborto


y se colocó como la segunda entidad en avanzar más en la protección de los derechos
reproductivos de las mujeres. Las cifras estadísticas del gobierno capitalino detalló que,
de 2015 a junio de 2020, 176 mujeres de Oaxaca interrumpieron su embarazo en
hospitales de la CDMX. Si bien se observa un decremento de 2019 a lo que va de 2020, la
incidencia de oaxaqueñas que viajan aun cuando en la entidad el aborto esta legalizado,
sugiere obstáculos en el acceso a este derecho.

Una de las principales razones puede ser la falta de información respecto de las
modificaciones realizadas en el Código Penal de Oaxaca el 25 de septiembre de 2019.
Hasta antes de esa fecha, en Oaxaca procedía el aborto bajo cuatro causales: violación,
peligro de muerte de la madre, imprudencial y malformaciones del producto. Posterior a
ello, el Código Penal del estado establece en su artículo 312 que el “aborto es la
interrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación”; es decir,
si la interrupción se practica antes de las 12 semanas no es considerado delito.

Se considera que la reforma no ha sido lo suficientemente difundida para que cada


mujer conozca su derecho a interrumpir su embarazo y tampoco la vía en la que puede
hacerlo.

Al igual que en Oaxaca, en Hidalgo la falta de información acerca de dónde pueden las
mujeres interrumpir su embarazo implica un riesgo en el que la despenalización del aborto
en este contexto es muy complicada. Se necesitan protocolos, una capacitación muy
fuerte con perspectiva de derechos humanos al personal médico, llevar la información con
traductores a las poblaciones indígenas, Esa labor no la va a dar el gobierno, la tienen
que dar las colectivas. Llevarlo a la realidad implica mucho trabajo político, social e ir a
contracorriente

Veracruz, al aprobar la ley el pasado 20 de julio del año presente 2021, busca no tener
las mismas problemáticas que tuvieron Oaxaca e Hidalgo, buscando esparcir información
y de igual manera, con una propuesta de mejorar el plan de educación sexual en las
escuelas, sin embargo, también está en propuesta hacia el congreso, pues también se
enfrentan al rechazo de familias conservadoras que buscan la prevalencia de los “valores
familiares” del México antiguo

Objetivos de la investigación.

Objetivo general.

Conocer qué factores influyen para que la mujer indígena pueda ejercer o no, su
derecho al aborto en pleno 2021. 

Objetivos específicos.
● Identificar los factores con mayor impacto en la toma de decisiones de la mujer
indígena para ejercer o no, su derecho al aborto.

● Identificar los factores con menor impacto en la toma de decisiones de la mujer


indígena para ejercer o no, su derecho al aborto.

● Evaluar las causas que originan la pérdida de la seguridad y autoridad para que la
mujer indígena decida sobre su cuerpo.

Metodología

Simularemos el método Delphi, es decir, de manera hipotética reuniremos las


opiniones de diversos expertos que fueron recolectadas a través de las herramientas que
ofrecen las TIC´s para obtener entrevistas y encuestas realizadas por diversas
organizaciones, reportajes, noticias e información de páginas gubernamentales, en un
“panel” que aporten puntos importantes ante la problemática orientados a cubrir cada uno
de los objetivos de la investigación. Para determinar a cada uno de los expertos,
valoraremos la objetividad, confiabilidad y validez de sus argumentos, teniendo en cuenta
que es confiable si es independiente del tiempo y es objetivo si es independiente de
evaluadores y evaluados, y es válido si utiliza un instrumento que mida lo que se supone
debe medir. Por lo tanto el método nos ofrecerá realizar un análisis cualitativo para
encontrar conclusiones de datos no estructurados o heterogéneos, ya que no se busca
obtener estadísticas del porcentaje de la población indígena con problemas de ejercer el
privilegio de decidir sobre su cuerpo, sino de reconocer los distintos factores legales,
sociales, políticos, religiosos, culturales y morales  a los que se enfrentan las mujeres de
las comunidades indígenas, mismos que vulneran su derecho fundamental a una vida
digna y libre de violencia.

Descripción de actividades.

1997 es el año en el que 21 de 32 entendidas entidades federativas de la República


legalizaron el aborto, unicamente en caso de violación. Esto fue el inicio de una revolución
denominada “ola verde” y una luz de esperanza para muchas mujeres que buscaban
libertad para decir sobre sus cuerpos de manera segura y respaldada por el gobierno.

En el 2008 el Congreso aprobó la despenalización del aborto en la CDMX, 2019 en


Oaxaca tambien lo logró y este año en un acto historico se logro la modificación del
Código penal en todo el país despenalizando a partir de la doceava semana de gestación-

¿Será esto suficiente para que todas las mujeres tengan la oportunidad de interrumpir
su embarazo de manera segura, justa y libres de estigmas? al realizar mi investigación
compruebo que no es así, pues al conocer los datos que arroja la investigación de
diversos autores se vislumbra que las mujeres de las comunidades indígenas de Oaxaca
continúan siendo vulneradas e invisibilizadas pues pertenecen a grupos minoritarios y no
se les muestra la misma importancia que a las mujeres que residen en la CDMX.
Y a pesar de que este grupo de mujeres ya tiene la oportunidad de interrumpir su
embarazo esto no garantiza que puedan realizarlo de manera segura, debido a la falta
educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y servicio de salud digno
para sus necesidades

Para realizar el análisis y comprobar mis hipótesis realice un simulación el método


Delphi, de manera hipotética reuní las opiniones de diversos expertos que seleccioné de
acuerdo a su la objetividad, confiabilidad y validez de sus argumentos, teniendo en cuenta
que es confiable si es independiente del tiempo y es objetivo si es independiente de
evaluadores y evaluados, y es válido si utiliza un instrumento que mida lo que se supone
debe medir.

Inicié mi investigación a pocos días del inicio del mes de agosto del 2021, abarcando
un periodo de 15 días aproximadamente para analizar y corroborar cada una de estas
posturas, terminando dicho estudio el 27 de noviembre del 2021. Como dato relevante
mientras realizaba esta investigación el 07 agosto del mismo año se suscitó un evento
clave que afectó las premisas planteadas en mi hipótesis pues una de las causas que
consideraba determinantes en la desigualdad de oportunidades para este grupo de
mujeres era que solo algunos estados (entre ellos Oaxaca) se encontraban libres de la
penalización a causa del aborto.

La mujeres encuestadas por el Centro de Estudios de las Mujeres y Paridad de


Género (CEPAG) y el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) se
ubica principalmente en el rango de edades de 18 a 24 años con un 45.1% <,seguido de
la población entre 25 y 34 años, con 42.3% siendo la población de mayor de 55 años el
grupo la menos encuestada.

El presente análisis nace de la necesidad exponer de darle voz a las mujeres


indígenas oaxaqueñas, pues todavía encontramos a muchas de ellas que les cuesta
hablar del tema que se encuentran estigmatizadas y desinformadas. Espero que este
análisis permita a la sociedad mexicana hacerse consciente de este problema y que se
genere propuestas tangibles y revolucionarias para contrarrestar la ignorancia y la
desigualdad de nuestros contextos sociales, dandole a la mujer indigena “educación
sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto seguro para no morir.”

Generalidades (contexto internacional)

En el siglo veinte, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se sentaron las
bases para el reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres.

Uno de los ejes en el tema de los derechos humanos de las mujeres es el derecho
a decidir. Se trata de un principio ético y político que reconoce a las mujeres como sujetos
con capacidad para emitir juicios propios y tomar determinaciones sobre su vida.
Interrumpir un embarazo forma parte de los derechos humanos de las mujeres y
personas con capacidad de gestar, sin embargo, aún se castiga en varios países
conservadores, los cuales se rigen bajo una dictadura religiosa. En la actualidad hay
muchas mujeres que mueren a causa de abortos en condiciones de riesgo e inseguridad.

Es por esta razón que entender y defender los derechos reproductivos desde el ámbito
de los derechos humanos es de vital importancia.

Organismos internacionales de derechos humanos han calificado las leyes que


penalizan el aborto como discriminatorias y como un obstáculo para que las mujeres
puedan acceder a la atención médica. Por ello, han recomendado que se eliminen las
leyes que penalizan el aborto.

También han indicado que negar el acceso al aborto en casos de violación, o cuando
peligra la vida o la salud de la mujer, viola los derechos a la salud, a la privacidad y a ser
libres de tratos inhumanos, crueles y degradantes (Comité de Derechos Humanos y
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer).

Estos son los instrumentos internacionales que reconocen el derecho de las mujeres
en relación con el aborto legal y seguro:

● Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo

● Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer

● Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer

Estos acuerdos internacionales identifican al aborto en condiciones de riesgo como un


importante problema de salud pública y consideran que, en los casos en que el aborto no
sea contrario a la ley, debe practicarse en condiciones seguras.

Otro instrumento que reconoce los derechos reproductivos de las mujeres a nivel
latinoamericano es: El Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo

Derechos que considera la ONU para respaldar el derecho de las mujeres y personas
gestantes a decidir sobre su cuerpo:

● Derecho a la salud: Significa el acceso universal a información sobre salud,


medicina preventiva y atención médica. Si un aborto puede evitar que corra riesgo
tu vida, entonces el aborto debe de ser legal (y en algunos países así es, pero en
otros no). Esto incluye el acceso a atención médica adecuada para que puedas
realizar la interrupción de un embarazo en las mejores condiciones.

● Derecho a la seguridad personal: Esto quiere decir que ninguna mujer o persona
con capacidad de gestar debe correr riesgos físicos o emocionales por ejercer su
derecho a la interrupción de un embarazo.

● Derecho a la privacidad: Nadie tiene derecho a divulgar tu vida cuando decides


interrumpir un embarazo.
● Derecho a la libertad religiosa y de conciencia: Al vivir en un Estado laico, nadie
puede imponer tus creencias religiosas para tomar una decisión acerca de tu vida
reproductiva.

● Derecho a la no discriminación y a la igualdad: La constitución reconoce que todas


las personas somos iguales, sin embargo, en el tema de aborto, las mujeres y
personas con capacidad de gestar vivimos discriminación al no poder acceder a
este derecho reproductivo en todos los estados, lo que significa que, dependiendo
del lugar de residencia, en algunas entidades las personas tienen más derechos
que en otras.

De acuerdo con datos de a OMS, publicados en 1997, cada año se practicaban


alrededor de 50 millones de abortos en el mundo; de éstos, 20 millones se realizaban en
condiciones inseguras y provocaban la muerte de 78 mil mujeres. Casi la totalidad de las
muertes asociadas al aborto inseguro (99%) ocurren en regiones y países con altos
niveles de pobreza y marginación social. En los países desarrollados el riesgo de morir
por complicaciones del aborto inseguro es de 1 por cada 3,700 procedimientos, mientras
que en los del mundo en desarrollo el riesgo es mucho mayor, de 1 por cada 250
procedimientos (Population Reports, 1997). Para el año 2000, la OMS calculó que a
escala internacional se realizaron alrededor de 19 millones de abortos en condiciones
inseguras (cuadro 2), de los cuales 18.5 millones (97.5%) ocurrieron en países del mundo
en desarrollo.

Estas importantes diferencias entre regiones y países obedecen a la situación jurídica


del aborto y a la disponibilidad de servicios de salud. En los países desarrollados las leyes
permiten el aborto por razones amplias, y las mujeres tienen acceso a servicios de salud
donde la interrupción del embarazo se realiza en forma segura por personal capacitado.
En contraste, la mayoría de los países en desarrollo tienen legislaciones restrictivas que
permiten el aborto sólo en algunas circunstancias, o lo prohíben totalmente; los servicios
con calidad son inaccesibles para la mayor parte de las mujeres, por lo que las
complicaciones del aborto inseguro son frecuentes y la mortalidad que ocasionan suele
ser elevada.

El riesgo de morir o de sufrir secuelas físicas por un aborto es significativamente mayor


entre las mujeres pobres y con dificultades para tener acceso a servicios de emergencia
(Maine, 1997). La tercera parte de las mujeres que abortan en condiciones inseguras
sufren complicaciones serias, pero menos de la mitad reciben atención médica oportuna.
En América Latina y El Caribe se realizan cada año alrededor de 4 millones de abortos
inseguros y mueren 5 mil mujeres; se estima que en la región alrededor de la mitad de las
muertes maternas se asocia al aborto inseguro.

La Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD), auspiciada por la


Organización de las Naciones Unidas y realizada en El Cairo en 1994, fue el primer foro
de alcance mundial en el que la salud y los derechos reproductivos de las mujeres
ocuparon un lugar central en un acuerdo internacional sobre problemas de población
(Germain y Kyte, 1995). En dicho foro se logró un consenso sin precedentes respecto a la
importancia social y sanitaria del aborto realizado en condiciones inseguras. El Programa
de Acción de la CIPD convocó a los gobiernos participantes a que asumiera su
responsabilidad frente al problema y precisó las acciones que deben ponerse en práctica
en los servicios de salud

Contexto nacional

Aunque la sociedad es mayoritariamente católica y pese a que la Iglesia conserva un rol


político importante, México ha dado pasos notables en la liberalización de las leyes de
aborto. De hecho, en abril de 2007 la Ciudad de México aprobó la despenalización y
comenzó a ofrecer el servicio en hospitales públicos e instituciones de salud. El artículo
argumenta que esto fue posible gracias al impulso de los grupos feministas, la
polarización electoral y el triunfo del Partido de la Revolución Democrática (prd) en la
CDMX. Este logro es parte de un largo camino que ubica a México a la vanguardia de
América Latina en el tratamiento humanitario del aborto.

El aborto en México está penalizado. Sin embargo, los códigos penales de los estados
contemplan circunstancias bajo las cuales la interrupción del embarazo no es punible y
todos lo autorizan en casos de violación. A pesar de la existencia de este marco jurídico el
acceso de las mujeres al aborto seguro está marcadamente restringido aún bajo las
circunstancias previstas en la legislación; la mayoría de los códigos penales estatales
carecen de los instrumentos normativos adecuados para dar cumplimiento a las leyes y
los hospitales públicos con capacidad para atender casos de aborto legal son muy pocos
en el país.

Dadas las restricciones para la práctica del aborto que existen en toda la República
Mexicana, la gran mayoría de las mujeres que deciden interrumpir el embarazo lo hacen
al margen de las leyes. Muchos abortos se practican en condiciones de inseguridad, lo
que propicia una alta incidencia de complicaciones y un número desconocido de muertes
prematuras que podrían evitarse.

Las restricciones legales no impiden que un elevado de mujeres de los sectores


sociales pobres utilice procedimientos peligrosos para autoinducir la interrupción del
embarazo, o que recurran, muchas veces en forma tardía, a practicantes no calificados
que realizan abortos con instrumentos contaminados. La amenaza de la sanción penal
tampoco evita que el aborto se practique en numerosos consultorios y clínicas privadas, ni
que para muchos(as) profesionales de la medicina represente un negocio que genera
importantes ganancias.

La situación del aborto refleja con gran claridad las condiciones de desigualdad social y
de injusticia que prevalecen en el país. Son relativamente pocas las mujeres que tienen
acceso a servicios médicamente seguros para interrumpir un embarazo no deseado, ya
que sus costos son en general elevados y están fuera del alcance de la mayoría.

Las explicaciones sobre la elevada frecuencia de los embarazos no deseados suelen


ser bastante simplistas. En general se supone que la mayoría se deben a la falta de
responsabilidad de las mujeres, o bien a que carecen de información para utilizar
correctamente los métodos anticonceptivos. Es cierto que el acceso a la información
permite un ejercicio más responsable de la sexualidad y disminuye de manera importante
el riesgo de un embarazo no deseado; no obstante, el hecho de que las mujeres cuenten
con información no es suficiente en todos los casos, ya que cualquiera de los métodos
anticonceptivos que existen en la actualidad, 6 aún cuando se use correctamente, puede
fallar. Por otro lado, la responsabilidad de evitar embarazos que no se desean debería
compartirse de manera equitativa con los hombres, al menos cuando las mujeres tienen
una pareja estable.

Muchas mujeres no usan anticonceptivos por oposición de sus parejas. La desigualdad


de las relaciones de poder entre los sexos que prevalece en nuestra cultura propicia que
en muchos casos los hombres controlen la sexualidad de las mujeres a través de los
embarazos y la crianza de los hijos. No es raro que las mujeres que no desean tener más
hijos oculten el uso de la anticoncepción por el temor a ser agredidas verbal o físicamente
por parte de sus parejas

Muchas mujeres viven situaciones de gran conflicto emocional cuando se enfrentan a


un embarazo no deseado, propiciadas por los patrones culturales que limitan sus
posibilidades para tomar decisiones autónomas en torno a la sexualidad y la reproducción.
Una buena parte de las mujeres que deciden abortar lo hacen en condiciones sumamente
difíciles, en tanto son objeto de la estigmatización social y se perciben a sí mismas como
transgresoras de valores morales y religiosos fuertemente arraigados en la sociedad
mexicana.

La penalización del aborto impide contar con datos confiables y actualizados sobre su
incidencia y sobre la frecuencia de las complicaciones y las muertes que ocasiona. , los
datos disponibles incluyen sólo una mínima parte de los abortos que se practican. Las
estadísticas registran sólo los casos de las mujeres que buscan atención hospitalaria por
complicaciones del aborto y la información reportada por las instituciones de salud no
permite diferenciar entre los abortos inducidos y los espontáneos. Los registros dejan
fuera todos los abortos no complicados, los de las mujeres que sufren complicaciones
pero las subestiman y los de aquellas que no tienen acceso a la atención médica o que no
la buscan por temor a las consecuencias legales.

A pesar de estas dificultades para conocer la magnitud real del problema, en México
existen evidencias que permiten ubicar al aborto como un problema social y de salud
pública de gran trascendencia.

Las complicaciones del aborto representan la tercera causa de mortalidad materna en


el país (Secretaría de Salud, 1997; Consejo Nacional de Población, 2000) y se ha
señalado que muchas de las muertes maternas atribuidas a la hemorragia del embarazo
son en realidad provocadas por complicaciones de abortos inseguros.

Un análisis sobre la mortalidad materna en México mostró que para las mujeres que
habitan en zonas de alta marginación el riesgo de morir por un aborto inseguro es del
doble con relación al de aquellas con mejores condiciones socioeconómicas.
Contexto particular de mujeres y personas gestantes en Oaxaca

Ponderando los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres sobre las
consideraciones morales y religiosas, 25 de septiembre del año 2019, la Sexagésima
Cuarta Legislatura Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, reformó y
adicionó diversos artículos del Código Penal para el Estado Libre y Soberano de Oaxaca
despenalizando el aborto hasta antes de las doce semanas.

ARTÍCULO 312.- Aborto es la interrupción del embarazo después de la décima


segunda semana de gestación. Para los efectos de este Código, el embarazo es la parte
del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en
el endometrio.

ARTÍCULO 313.- Aborto forzado es la interrupción del embarazo, en cualquier


momento, sin el consentimiento de la mujer embarazada. En este caso, el delito de aborto
forzado podrá ser sancionado en grado de tentativa, en los términos dispuestos por el
presente Código. Al que hiciere abortar a una mujer, sin el consentimiento de ésta, se le
aplicarán de tres a seis años de prisión, sea cual fuere el medio que empleare. Si además
mediare

violencia física o moral, se impondrán al infractor de seis a diez años de prisión.

ARTÍCULO 314.- Si el aborto lo causare un médico, cirujano, comadrona o partera,


además de las sanciones que le correspondan conforme al Artículo anterior, se le
suspenderá de dos a cinco años en el ejercicio de su profesión.

ARTÍCULO 315.- Se impondrán de tres a seis meses de prisión o de 100 a 300 días de
trabajo a favor de la comunidad, a la mujer que voluntariamente procure su aborto o
consienta en que otra persona la haga abortar, una vez transcurridas las primeras doce
semanas de gestación. Igual pena se aplicará al que haga abortar a la mujer con el
consentimiento de ésta, en los términos del párrafo anterior. En este caso, el delito de
aborto únicamente se sancionará cuando se haya consumado. I.- Derogado; II.-
Derogado; III.- Derogado.

ARTÍCULO 316.- Se consideran como excluyentes de responsabilidad penal en el


delito de aborto: I.- Cuando el aborto sea causado sólo por imprudencia de la mujer
embarazada; II.- Cuando el embarazo sea resultado de una violación,
independientemente de que exista, o no, denuncia sobre dicho delito previo al aborto; III.-
Cuando el embarazo sea resultado de una inseminación artificial no consentida; IV.-
Cuando de no provocarse el aborto, la mujer embarazada corra peligro en su salud o de
muerte, a juicio del médico que la asista. V.- Cuando a juicio de un médico especialista
exista razón para diagnosticar que el producto presenta alteraciones genéticas o
congénitas que puedan dar como resultados daños físicos o mentales en el mismo,
siempre que se tenga consentimiento de la mujer embarazada.

En la entidad oaxaqueña el aborto es una problemática de salud pública que ha ido en


aumento, datos son alarmantes, pues cifras oficiales revelan que al año se registran en la
entidad un promedio de 2 mil 300 abortos clandestinos; pero por cada aborto registrado,
existen cuatro no registrados, lo que equivale a una cifra aproximada de 9 mil 200 abortos
anuales, según datos de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO).

Aunque el Estado de Oaxaca no sea de los primeros en estos casos, es preocupante


las causas que orillan a las mujeres, niñas y adolescentes a realizarse prácticas abortivas
en la clandestinidad, poniendo en riesgo su vida, así como la salud sexual y reproductiva
de cada una, aunque también es una realidad que un porcentaje muy bajo de estas
mujeres realizan estas prácticas en la Ciudad de México bajo condiciones profesionales
sin representar un riesgo a su vida.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que más de 7 mil


abortos que registró durante 2017 en Oaxaca, 1,189 fueron en jóvenes de 15 a 19 años
de edad, 1,812 en mujeres de 25 a 29, 1,393 de 30 a 34 años y 49 en menores de 15
años.

De estos registros, la dependencia no precisa cuántos de estos se realizaron en la


clandestinidad y cuántos más en el sector salud, ni cuáles fueron los motivos por los
cuales se dieron los abortos. Tampoco precisan el método que se utilizó y las semanas de
gestación de las mujeres.

Registros de organizaciones no gubernamentales y feministas, coinciden en que


Oaxaca, al año, se estima que realizan entre 9 mil y 11 mil abortos clandestinos, donde el
17% son mujeres menores de 20 años.

Menor educación, mayor riesgo

Los abortos en la entidad se realizan en comunidades indígenas donde no se cuenta


con equipo necesario para llevarlos a cabo, y ponen en riesgo la vida de quienes deciden
hacerlo.

La Red Mujeres Tejiendo Saberes señala que las mujeres pobres, menos educadas e
indígenas tienen nueve veces más probabilidades de tener un aborto inseguro que las
mujeres con mayores posibiladades económicas más educadas y que no pertenecen a
etnias indígenas.

La Dirección de Prevención y Promoción de la Salud de los Servicios de Salud de


Oaxaca (SSO) informó que desde el 25 de septiembre del 2019, fecha en que el
Congreso de Oaxaca despenalizó el aborto por todas las causales, hasta la semana 12,
se han realizado un total de 49 interrupciones seguras del embarazo.

Esta cifra contrasta con la de las organizaciones que desde hace años han asumido la
tarea de acompañar a las mujeres para que ejerzan su derecho a decidir sobre su
maternidad.

Marea Verde Oaxaca, por ejemplo, señala que a comparación de las cifras de casos
que hasta ahora han alcanzado legalidad, “las acompañantes”, atienden igual número de
casos en una sola semana; sin embargo, aunque a través de las redes sociales la
posibilidad de ser acompañada en un proceso de aborto se da a conocer como una
opción viable y segura, la clandestinidad persiste.
En el primer año, tras la modificación del Código Penal del Estado de Oaxaca, que fue
votado por mayoría en el Congreso local, sólo seis mujeres tuvieron acceso al derecho de
la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), de acuerdo con datos del Congreso del Estado
de Oaxaca.

Pese a ello, en el estado sólo dos unidades médicas han sido habilitadas para que las
mujeres accedan a una Interrupción Legal del Embarazo: el Hospital Civil “Doctor Aurelio
Valdivieso” y la Clínica de la Mujer. Ambas se localizan en los Valles Centrales de Oaxaca,
por lo que aún no existen espacios en las otras regiones del estado.

Lo anterior a casi dos años de que se legalizó la interrupción del embarazo y luego que
el gobierno local prometiera una red de aborto seguro en hospitales públicos, misma que
no ha sido habilitada.

Ante este panorama, la dependencia de Salud oaxaqueña informó que realizó un


recorrido de trabajo en las Clínicas de Interrupción Legal del Embarazo, adscritas a los
Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México, con la finalidad de “garantizar el
ejercicio pleno de este derecho para las mujeres” teniendo como base las buenas
prácticas aplicadas en las Clínicas de Salud Sexual y Reproductiva de la dependencia
homóloga en la capital del país.

Actualmente, la atención que se proporciona a las mujeres que solicitan este servicio
comprende el programa “Aborto seguro en Oaxaca”, mediante los protocolos de atención
y lineamientos de la Secretaría de Salud Federal. Pese a ello, las mujeres siguen
denunciando que en el Hospital Civil su derecho a decidir se obstaculiza.

Ante ello, los SSO informaron que el servicio es gratuito para todas las oaxaqueñas
que así lo soliciten, el cual aun durante la pandemia se ha mantenido activo y disponible,
implementando las medidas de seguridad e higiene, con el fin de garantizar la salud de las
usuarias.

Análisis de la interpretación de resultados.

Comunidades indígenas en el estado de Oaxaca presentan limitantes para la


interrupción legal del embarazo, una problemática que podría ser erradicado desde raíz si
se les diera la misma oportunidad de educación que a las mujeres de clase media, pues
no se les presentan el mismo acceso a las necesidades básicas, igual que el derecho a
servicios de salud de buena calidad para un aborto seguro.

Según datos del Inegi de 2019, de los 3 967 889 habitantes del Estado de Oaxaca, 634
862 no tenían acceso a servicios de salud. Y cuando tienen algún tipo de acceso a la
salud, no hay garantía de que este sea digno.

Han habido casos en los que el derecho que les fue concedido a las mujeres
oaxaqueñas no es respetado tal cual lo indica la ley, es el caso de Eve, una joven
zapoteca de 20 años que tenía la esperanza de que en su ciudad natal, el estado de
Oaxaca, le brindaran la oportunidad de abortar de manera segura, sin embargo, se
encontró con una desagradable sorpresa de que en un estado en el que está permitido
hacerlo de forma segura y legal, la juzgaron de pecadora.

El colectivo feminista “Ddser Ikoots” de la localidad de San Mateo del Mar, le ayudaron,
lo que le permitió tomar la decisión de interrumpir su embarazo.

Este tipo de situaciones es lo que se enfrenta una mujer por abortar en Oaxaca, donde
todavía es invisible y rechazado por los propios médicos, inclusive algunos se han
amparado para no realizarla, por lo que las barreras también surgen desde las
instituciones públicas y el personal médico.

Las defensoras y feministas comunitarias que desde hace más de una década recorren
los pueblos de Oaxaca aseguran que el tema del aborto es algo que todavía no se habla
ni se dice en las comunidades rurales, por eso ha sido un reto el acompañamiento que
han hecho en este año, donde las mujeres, especialmente jóvenes de 18 a 30 años han
decidido sobre su cuerpo haciendo valer la ley.

En San Mateo del Mar, la agrupación feminista “Ddser Ikoots” que forma parte de la
Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos integrada por seis mujeres manifiestan
que hablar de la “interrupción ilegal” es un tabú, pero que con estrategias han logrado
hacerlo.

Los abortos mal practicados componen la tercera causa de muerte materna en Oaxaca
(a escala nacional ocupan la cuarta posición) sólo por debajo de las muertes por
hemorragia obstétrica y enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria durante el proceso
de maternidad, de acuerdo con cifras de la Dirección General de la Epidemiología de la
Secretaría de Salud.

Al año se practican en promedio 2,300 abortos en Oaxaca, según los reportes de la


Secretaría de Salud estatal. Antes de la reforma al Código Penal del 25 de septiembre, en
Oaxaca procedía el aborto bajo tres causales: violación, peligro de muerte y
malformaciones del feto. Se calcula que por cada aborto del que se tiene registro hay tres
de los que no se tiene conocimiento. La tendencia de las interrupciones de embarazos
sugiere que los abortos no dejan de practicarse aun cuando son ilegales.

Dado que en Oaxaca cerca de 80% de las muertes maternas son evitables, entre ellas
las producidas por el aborto mal practicado, la despenalización del aborto garantizará que
las mujeres que no deseen su embarazo puedan interrumpirlo antes de las 12 primeras
semanas de gestación, de manera legal, gratuita y especialmente, segura.

La principal razón por la que las mujeres mexicanas deciden interrumpir sus
embarazos es porque estos no son deseados. Tener un mayor control familiar y realizar
otro tipo de actividades, como las académicas y profesionales, son las principales razones
por las que no se desea un embarazo, de acuerdo con información del Instituto
Guttmacher, especializado en temas relacionados con el aborto.

Es posible observar en las cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las


Relaciones en los Hogares (Endireh) del Inegi que existe un efecto positivo en la
educación de las mujeres con embarazos no deseados que pueden interrumpirlos en
comparación con las que no. El 2.3% de las mujeres que abortaron logró estudiar un
posgrado mientras que sólo 1.1% de las que conservaron su embarazo alcanzó ese nivel
académico.

La despenalización del aborto significa una oportunidad para que las mujeres que no
desean ser madres puedan acceder a procedimientos seguros sin ser criminalizadas,
incentivándolas a no detener sus estudios o desarrollo profesional. Lo que se conoce
como movilidad social en la teoría económica, que significa la capacidad de las personas
para superarse socioeconómicamente. Este paso es especialmente crucial en Oaxaca,
debido a que es uno de los estados con mayor nivel de rezago económico y educativo.

Hasta antes de que se despenalizara el aborto en Oaxaca, las mujeres con embarazos
no deseados sólo tenían dos opciones: ser madres involuntariamente o pagar un aborto
clandestino. Esta última opción tiene un matiz añadido: no todas las mujeres pueden
pagarlo, al menos no de forma segura, considerando que Oaxaca es uno de los estados
con mayor porcentaje de población en pobreza.

El costo de un aborto seguro en una de las clínicas autorizadas para practicarlo en la


Ciudad de México va desde los 1,950 pesos si se practica con medicamento (misoprostol)
hasta los 6,950 pesos si el procedimiento es clínico o requiere asistencia médica. La
problemática del uso del misoprostol es que el riesgo es alto si no se hace en tiempo
adecuado, con dosis correctas e instrucciones médicas específicas. 4 de cada 10 abortos
inducidos con misoprostol a escala nacional terminan en complicaciones que requieren
atención clínica, de acuerdo con el Instituto Guttmacher.

De modo que un aborto totalmente seguro costaría en promedio 4,500 pesos,


equivalentes a un mes y medio de salario mínimo si se gastara todo el ingreso en el
procedimiento.

En Oaxaca cerca de 60% de la población femenina ingresa mensualmente de 0 pesos


a un salario mínimo: 3,060 pesos. La mitad de las mujeres estarían imposibilitadas para
pagar un aborto seguro en un mes aun cuando dedicara todos sus ingresos al
procedimiento. Sólo 2 de cada 100 podrían pagarlo sin que su ingreso mensual se agote
por completo, siguiendo las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Estas cifras contrastan de manera importante con las registradas para otras regiones
como Nuevo León y Baja California, en donde poco más de 25 de cada 100 mujeres
tendrían ingresos suficientes para pagar un procedimiento de aborto seguro sin agotarlos.

Los resultados que obtuvimos en la investigación se relacionan directamente con los


objetivos planteados en el inicio del planteamiento puesto que se muestran casos en los
que el derecho a la interrupción legal del embarazo se muestra vulnerable puesto a que
no se les brinda las mismas oportunidades a la educación sexual integral, planificación
familiar y acceso a servicio de salud de calidad en Oaxaca, comunidades indígenas.

La recopilación de datos confirma la idea de que la marginación en comunidades


indígenas respecto a una interrupción legal, segura y gratuita del embarazo es que no
todas las mujeres y personas gestantes tienen un acceso directo y seguro ante estas
circunstancias, afirmando el hecho de que no se les brinda las mismas oportunidades que
a las mujeres de comunidades urbanas con mejores accesos a la educación.

Apéndice

Circunstancia en que el aborto es legal en México

CIRCUNSTANCIA Número de estados (n=32)

Violación 32

Aborto imprudencial 29

Riesgo para la vida de la mujer 27

Malformaciones genéticas o 13
congénitas

Riesgo para la salud de la mujer 9

Inseminación artificial no consentida 8

Razones socioeconómicas graves 1


(cuando la mujer tiene 3 o más hijos)
Distribución porcentual de la mortalidad materna por causa.

Causa %

Toxemia del embarazo 32.8

Hemorragia del embarazo y el parto 19.7

Aborto 8.5

Complicaciones del puerperio 8.4

Causas obstétricas indirectas 3.6

Las demás causas (infección del 27


aparato genito-urinario; parto
obstruido; otras)
Interrupciones legales del embarazo provenientes de Oaxaca del mes de abril de 2007 al
31 de julio del 2021.

Año Interrupciones legales del


embarazo.

2007 2

2008 22

2009 19

2010 34

2011 32

2012 39

2013 31

2014 32

2015 40
2016 35

2017 27

2018 41

2019 26

2020 9

Conclusiones

La hipótesis que planteamos al principio quedó confirmada respecto a la investigación


presentada, a lo largo de nuestra recopilación de información podemos darnos cuenta de
lo importante que es tener calidad en nuestras vidas diarias respecto a las oportunidades
que se nos brindan en México, así como que nuestros derechos no sean vulnerados en
nuestro país.

Interrumpir un embarazo forma parte de los Derechos Humanos de las mujeres, sin
embargo, y pese a su despenalización en el Estado de Oaxaca, aún no se garantiza este
derecho, toda vez que esta importante reforma no se ha acompañado de reformas a la
Ley Estatal de Salud para garantizar el acceso seguro y gratuito a este derecho, además
de que los hospitales no cuentan con lineamientos o protocolos para la debida atención de
estos casos, lo que dificulta, e incluso imposibilita el acceso de las mujeres al servicio,
orillando a que se sigan practicando en condiciones peligrosas.
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