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0 BRASILIA

REVISTA AD. (2020). 60 Years Ago, The Modernist City of Brasília Was Built From Scratch.
The Brazilian capital is a case study in urban planning, full of triumphs and shortcomings
By Stefanie Waldek. August 21, 2020. Consultado en:
https://www.architecturaldigest.com/story/60-years-ago-modernist-city-brasilia-built

1. Hace 60 años, la ciudad modernista de Brasilia se construyó desde cero La capital brasileña
es un caso de estudio en planificación urbana, llena de triunfos y fracasos Por Stefanie
Waldek 21 de agosto de 2020 piscina con edificio y nubes en el cielo
2. El Palácio da Alvorada de Oscar Niemeyer en Brasilia, la residencia oficial del presidente
brasileño. Foto: Alamy

3. Hay pocas ciudades en el mundo que fascinan tanto a los amantes de la arquitectura como
Brasilia, la capital brasileña construida de la nada en un período impresionantemente corto
de cinco años a mediados del siglo XX. Cuando se inauguró en 1960, era diferente a
cualquier otra ciudad del mundo, con un plan urbano radical y artístico de Lúcio Costa,
edificios llamativos de Oscar Niemeyer y un diseño paisajístico de vanguardia de Roberto
Burle Marx. “En ese momento, Brasilia era vista como una utopía moderna que expresaba
optimismo y confianza en el futuro”, dice el Dr. Steffen Lehmann, director de la Escuela de
Arquitectura de la Universidad de Las Vegas y ex presidente de la Cátedra UNESCO de
Desarrollo Urbano Sostenible. Su audaz monumentalidad demostró cómo Brasil quería ser
percibido por el mundo: una potencia progresista. Sesenta años después, la metrópolis
todavía es elogiada como uno de los proyectos más impresionantes del siglo XX, pero
quizás solo en los libros de historia. En la práctica, Brasilia ha luchado por mantener su
identidad original como ciudad del futuro.
4. A pesar de ser una ciudad del siglo XX, las raíces de Brasilia se remontan a 1789, cuando el
revolucionario Joaquim José da Silva Xavier, también conocido como Tiradentes, propuso
por primera vez la idea de trasladar la capital de la costa de Río de Janeiro a una ubicación
centralizada en el interior de la país. La noción se incorporó a la constitución de Brasil en
1891, pero el plan no se llevó a cabo hasta 1956, bajo la presidencia de Juscelino
Kubitschek.

5. A mediados del siglo XX, la idea de una comunidad planificada era algo común en varios
países del mundo: Estados Unidos, por ejemplo, que, como nación relativamente joven,
sentó las bases para el concepto. Su propia ciudad capital, Washington D.C., tuvo la ventaja
de ser planificada desde cero a principios del siglo XIX, al igual que la capital australiana
de Canberra, que siguió un siglo después. Pero Costa tenía una visión única para el diseño
de la ciudad que divergía de los grandes planos axiales de Washington y Canberra, que
presentó al concurso público de Kubitschek para diseñar la nueva capital. Apodado el Plano
Piloto, o Plan Piloto, tomaría una forma cruzada curvilínea que muchos han comparado con
un avión o un pájaro volador, un símbolo de progreso. Tendría un centro centralizado para
una serie de estructuras gubernamentales monumentales, la Plaza de los Tres Poderes, así
como bloques residenciales y espacios verdes, todo diseñado en torno a un sistema de
carreteras. Después de todo, una sociedad basada en el automóvil era el futuro. Kubitschek
seleccionó la visión de Costa como ganadora, y el arquitecto contó con la ayuda de su buen
amigo Niemeyer, con quien diseñó el pabellón brasileño para la Exposición Universal de
1939 en Nueva York, para crear las estructuras que lo llenarían.
6. Niemeyer fue un visionario del movimiento modernista brasileño, inspirándose en Le
Corbusier, y trajo un firme sentido del futurismo a Brasilia con estructuras blancas rígidas
con siluetas esculturales: la Catedral de Brasilia con forma de corona se convertiría en una
de sus obras más icónicas. Mientras que el resto del mundo vio estas estructuras como
visionarias, eran parte del zeitgeist de mediados de siglo en Brasil. “Debemos recordar que
en ningún otro lugar la arquitectura modernista fue abrazada y adoptada con tanto
entusiasmo como estilo nacional como en Brasil en las décadas de 1940 y 1950”, dice el Dr.
Lehmann. vista aerea de una ciudad
7. A pesar de la reputación de Brasilia como ícono modernista, algunos críticos cuestionan la
adhesión de la ciudad a los principios modernistas. “En cierto modo, fue una decepción en
términos de desarrollo y movimiento moderno, porque el plan se relaciona mucho más con
el clasicismo, el neoclasicismo o el barroco con el monumento aislado del centro de
gobierno”, dice Brian Carter, profesor de arquitectura en la Universidad de Búfalo. “Eso se
ve como algo muy diferente de las aspiraciones del movimiento moderno, que era más
igualitario”.

8. Dejando a un lado la filosofía modernista, el mayor problema crítico con Brasilia es la


misma infraestructura que la hizo tan pionera. “La ambición original de crear una ciudad
progresista que garantizara una buena calidad de vida a todos sus residentes no se ha
concretado del todo”, dice el arquitecto Kobi Karp, con sede en Miami. “Un buen ejemplo
de eso es cómo la ciudad carece de la vida callejera típica de otras ciudades brasileñas
tradicionales. La mayoría de las personas viajan por trabajo y se van a casa por la noche, no
muchos viven y juegan en el área del Plan Piloto”. Si bien el concepto de una ciudad
centrada en el automóvil era emocionante y novedoso a mediados de siglo, desde entonces
la sociedad global ha crecido para valorar los planes urbanos de uso mixto que tienen áreas
compactas y transitables. En este sentido, el plan de Brasilia es demasiado rígido, un
problema agravado por su condición de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que
limita la remodelación, a pesar del importante crecimiento demográfico de la ciudad.
“Brasília es ahora la cuarta ciudad más grande del país y el hogar de más de 2,5 millones de
personas, sin embargo, menos del 10 por ciento son residentes del área del Plan Piloto. Los
otros viven afuera en la expansión suburbana”, dice el Dr. Lehmann. “Si bien el núcleo
original alberga principalmente a la clase media alta y a los políticos, la mayor parte de la
población, que cubre un rango social más amplio, vive en las 27 ciudades satélite
circundantes”. Esos pueblos satélites, similares a las favelas de Brasil, no estaban
destinados a ser parte del concepto final de Costa, pero se desarrollaron orgánicamente para
contener el desbordamiento del Plano Pilato, y hoy resaltan la disparidad socioeconómica
que preocupa a muchas ciudades importantes del mundo, y especialmente a aquellas en
Brasil.

https://tomorrow.city/a/brasilia-the-smart-city-of-the-past

9. BRASILIA, LA SMART CITY DEL PASADO 


10. FRIDAY, MAY 06, 2022
11. Autor | Eduardo Bravo
12. «Te puede gustar o no la ciudad, pero no podrás decir que hayas visto antes algo
igual». Con estas palabras definía Brasilia el arquitecto Oscar Niemeyer, uno de sus
creadores junto al urbanista Lúcio Costa.
13. Situada en el Planalto Central de Brasil, a orillas del lago Paranoá y entre los paralelos 15 y
20 --tal y como predijo San Juan Bosco, al que una revelación le había comunicado que la
civilización del futuro se asentaría en esa localización--, Brasilia es la única ciudad
construida en el siglo XX declarada Patrimonio Histórico Cultural de la Humanidad
por la UNESCO.
14. Los motivos para ello son su inusual arquitectura y su innovador planeamiento urbanístico,
pensadas para facilitar la vida de sus habitantes. Hechos que permiten calificarla como una
de las primeras «ciudades inteligentes» del mundo, a pesar de que ni siquiera se había
acuñado ese término cuando fue construida.
15. En realidad, las ideas urbanísticas que inspiraron Brasilia fueron enunciadas varios años
antes de su construcción. Concretamente en 1933, fecha de redacción de la Carta de Atenas.
Este documento, surgido del IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, recogía
las características que debían tener las ciudades para resultar más habitables. Cosas
tan evidentes hoy en día como edificar las viviendas teniendo en cuenta la luz solar, la
topografía, las áreas verdes y la distancia entre bloques para evitar el hacinamiento de
la población y reducir la insalubridad.
16. Además, la Carta de Atenas defendía zonificar la superficie urbana dividiéndola según los
usos para que las viviendas estuvieran lejos de las grandes vías urbanas y zonas industriales
y cerca de zonas verdes y lugares de esparcimiento.
17. Historia y origen
18. La idea de trasladar la capital del Brasil de la costa Atlántica al interior se remontaba al
siglo XVIII, después de comprobar que ni la primera capital, Salvador de Bahía, ni
posteriormente Río de Janeiro, eran lugares óptimos para ese fin.
19. ¿Por qué se construyó Brasilia?
20. A pesar de la importancia estratégica y económica de esas dos ciudades portuarias, para un
país con más de ocho millones de metros cuadrados de superficie, tener los centros
administrativos en un extremo del territorio no era lo más operativo. Relocalizar la capital
suponía, por tanto, descongestionar esos núcleos de población y facilitar a los ciudadanos
del interior el acceso a los trámites con el Estado en una época en la que las
comunicaciones aún era rudimentarias. Si además se podía planificar desde cero, sin
limitaciones derivadas de accidentes geográficos como el mar o las montañas, la
solución no podía ser mejor.
21. En 1891 el proyecto de la nueva capital se incluyó en la redacción de la Constitución de la
República y, tres años más tarde, una expedición al Planalto Central acotó el terreno en el
que debía erigirse la ciudad. Sin embargo, aún pasarían muchos años hasta que el país
pudiera abordar ese ambicioso proyecto.
22. ¿Quién diseñó Brasilia?
23. Finalmente, en los años 50 se convocó un concurso de ideas. El proyecto elegido fue el del
urbanista Lúcio Costa, que desarrolló un boceto anterior de José Pessoa en el que se
proponía una ciudad con forma de avión o de pájaro. En las alas se situaban las viviendas,
escuelas, industria ligera y oficinas. En la parte central, conocida como Eje
monumental, se situaban los grandes edificios públicos, como la Catedral, el
Parlamento, los ministerios, el Palacio de justicia y los museos, proyectados en su
mayoría por Oscar Niemeyer. En definitiva, un proyecto que era la materialización
urbanística del lema del país: Ordem e progresso.
24. Además de estas innovaciones en el diseño de la planta de la ciudad, Costa tomó una serie
de decisiones que convertirían a Brasilia en una ciudad no solo diferente, sino única. Por
ejemplo, las calles no tenían nombres, sino coordenadas, números y siglas para
facilitar la orientación. Tampoco tenían esquinas, para evitar los atascos y que los
peatones no se sintieran amenazados por los automóviles, que discurrían por carreteras
alejadas de los edificios.
25. Geografía y clima
26. Localizada en la meseta brasileña, a su vez en la Región Centro-Oeste del país, Brasilia se
beneficia de un clima tropical de sabana. Sus temperaturas son moderadas gracias a su
elevación, con temperaturas máximas medias de 29 ºC, y disfruta de una temporada de
lluvias entre octubre y abril. La gran disponibilidad de agua, de hecho, es
imprescindible para el mantenimiento de la ciudad, y fue una razón clave en la elección de
su situación geográfica.
27. El lago artificial del Paranoá, fundamental para Brasilia, fue creado durante el
represamiento del río que le da nombre y contribuye tanto a mantener la humedad de la
zona como a la economía, con numerosos negocios. Uno de los más peculiares es el buceo,
y es que es posible explorar los restos sumergidos de Vila Amaury, el pueblo creado
originalmente para los obreros que construyeron Brasilia.
28. UNA CIUDAD TAN DESEADA COMO MALTRATADA
29. En 1956 se constituyó la NOVACAP, siglas de Companhia Urbanizadora na Nova Capital
y, poco después, comenzaron las obras. **Cuatro años más tarde y a pesar de que algunos
edificios aún estaban inacabados, Brasilia se inauguró oficialmente.
30. No obstante, en 1964, la Junta Militar surgida del golpe de Estado contra el presidente
constitucional João Goulart, decidió ignorar los avances en habitabilidad, urbanismo
y arquitectura de Brasilia. Aunque se mantuvo como la capital del país, los
militares no fueron muy respetuosos con el proyecto original** por haber sido aprobado
durante la administración del presidente progresista Juscelino Kubitschek.
31. La dejadez de las autoridades, sumada a problemas sobrevenidos, provocó que la utopía
urbanística de Brasilia comenzase a desmoronarse. Entre esas dificultades estaban un
aumento de la población no previsto originalmente. Concebida para medio millón de
habitantes, la capital no tardó en acoger a una población mucho mayor. En la actualidad
supera los cuatro millones.
32. Muchos de esos nuevos habitantes eran trabajadores que se habían desplazado al lugar para
participar en la construcción de la ciudad o intentar mejorar sus vidas en la nueva capital.
Una población que tuvo que ser alojada en los márgenes del núcleo urbano usando
rudimentarias casas de madera. Algunas de estas viviendas se conservan hoy en día
como parte de la, por ahora, breve historia de la ciudad.
33. De hecho, una de las peculiaridades de Brasilia es que, al haber surgido en un despacho
de manera artificial, casi no posee hechos memorables ni una identidad propia. En su
territorio se han concentrado obreros nordestinos, empresarios paulistas y funcionarios
cariocas, lo que ha provocado que no haya un acento característico del lugar, ni una
gastronomía propia, ni una artesanía, cultura o tradiciones autóctonas.
34. A pesar de ello y del crecimiento descontrolado de la ciudad, que ha provocado grandes
balsas de pobreza en los márgenes del plano original de la ciudad, Brasilia es una de las
mejores ciudades de Brasil para vivir. Las razones son, entre otras, poseer una renta per
cápita superior al de otras localidades del país, su baja criminalidad y sus más de cien
metros cuadrados de zonas verdes por habitante, que suponen cuatro veces más de lo que
recomienda la Organización Mundial de la Salud.

35. Inspiración para el futuro


36. A punto de cumplir los sesenta años desde su fundación, Brasilia, con todo su optimismo
e ingenuidad, con todos sus aciertos y errores, puede servir como ejemplo de lo que
deben y no deben ser de ser las ciudades inteligentes del futuro. Especialmente para
aquellas que, como Naipyidó, capital de Myanmar desde 2005, Xiongan (China), Forest
City (Nigeria) o Doha (Catar), se encuentran en pleno desarrollo hoy en día.
37. Como caso singular, Doha tiene la ventaja de que Catar es uno de los países más prósperos
del mundo, por lo que hay mucho más margen de error para aprender sobre lo que
funciona y no de Brasilia. Ecuador no tuvo ese lujo con Yachay, ciudad cuyas obras han
sido paralizadas por falta de financiación. Son circunstancias que, como ilustró en su día
Brasilia, evidencian la necesidad de buscar el equilibrio entre coste de construcción y
beneficio social.
38. Si miramos estrictamente el progreso de Brasilia, una de las críticas más reiteradas desde su
construcción es que la gente nunca pudo establecer si la inversión realizada y la
centralización del país mejoraron la economía de las áreas circundantes. Tampoco se ha
establecido la medida en que este aumento ha sido rentable, teniendo en cuenta que se llevó
a cabo disminuyendo la importancia económica de la antigua capital, Río de Janeiro.

39. Quejas que, a su vez, olvidan la contribución de Brasilia a la imagen internacional de Brasil
y que no todos los beneficios de un proyecto de planificación urbana se cuantifican en
parámetros económicos. Medio siglo después, y con sus cimientos completamente
establecidos, Brasilia sigue siendo un maravilloso laboratorio para el diseño urbano
moderno.
40.

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