Está en la página 1de 8

NOMBRE DEL MAESTRO: KATHIA BERENICE LÓPEZ TIRADO

Colegio de Bachilleres Militarizado


MATERIA: GEOGRAFÍA SEMESTRE: QUINTO GRUPOS: “A, B, C, D”
General Mariano Escobedo
NOMBRE DEL ALUMNO: GABRIELA LISSET GONZALEZ COLUNGA
Unidad 03 Montemorelos
MATERIAL SEMANA
PRIMER PARCIAL

Bloque I: Geografía como ciencia.


Tema. Sistema de información geográfica (SIG).

Los sistemas de información geográfica (SIG) son una herramienta integrada por hardware,
software y datos geográficos, diseñada para capturar, almacenar, manipular, analizar y desplegar
en todas sus formas, información geográficamente referenciada, con el fin de resolver problemas
complejos de planificación y gestión.

Los SIG son herramientas que permiten a los usuarios crear consultas interactivas, analizar
información espacial, editar datos, mapas y presentar los resultados de todas estas operaciones.
La característica principal de los SIG es que pueden sobreponer de manera gráfica capas de
información de distintos temas sobre un mismo mapa. De esta manera, es posible describir la
complejidad de una región geográfica y establecer relaciones de causalidad simple entre
fenómenos.

Los mapas generados por SIG se utilizan para almacenar y comunicar grandes cantidades de
información de una manera organizada. Esto permite establecer asociaciones entre una
determinada ubicación geográfica y fenómenos del mundo real. Asimismo, este tipo de mapas
permite identificar patrones de comportamiento a lo largo del tiempo. Muchos mapas elaborados
a partir de SIG son abiertos y dinámicos, lo que significa que se actualizan en tiempo real, a partir
de información proporcionada por los propios usuarios. De esta manera, constituyen un medio
eficaz para compartir información que respalde la toma de decisiones.

Gráficas y estadísticas
El uso de la estadística, en tanto disciplina que estudia la recolección, análisis e interpretación de
datos, suele ser de gran utilidad para la elaboración de mapas. Para la representación de cualquier
fenómeno, ya sea físico o humano, resulta indispensable la recopilación, organización y el análisis
de datos. Algunos mapas (por ejemplo, los que dan cuenta de la densidad de población o del
rendimiento agrícola) muestran los valores medios por unidad de superficie de una porción del
territorio para la cual se dispone de estadísticas. Para confeccionar un mapa de este tipo, se
calculan los datos para cada unidad de superficie y, con arreglo en el número de clases que ha de
comprender el mapa, se establecen los límites entre las clases.

Esos límites dependen a su vez de la dispersión de las cifras que se van a representar. Los colores o
sombreados, con los cuales se representa cada clase, deberían ir del oscuro (mayor densidad o
cantidad) al claro (menor densidad o cantidad). Los gráficos sirven para representar el
comportamiento o la distribución de los datos cuantitativos (estadísticos) de un fenómeno físico o
humano. Entre los más utilizados en la cartografía están los de barras o columnas, los circulares o
de pastel y los lineales.
Actividad de aprendizaje #6

En general, la información estadística se recopila en tablas y gráficas pues representan


herramientas visuales de síntesis fundamentales para el análisis de los fenómenos estudiados por
el ser humano. Asimismo, los mapas nos permiten realizar análisis complementarios de la
información de manera visual.

En esta actividad de aprendizaje deberás realizar una gráfica con los datos presentados en la tabla
que se te proporciona. Puedes utilizar el tipo de gráfica que consideres más conveniente (barras,
puntos, etcétera). De la misma manera, al final deberás representar la misma información en un
mapa, poniendo atención en aprovechar de manera eficaz las propiedades de esta herramienta de
análisis.

En la siguiente tabla se muestran los totales de aquellos ciudadanos mexicanos hablantes de una
lengua indígena, a lo largo de un periodo de 10 años (2005-2015).

Lenguas indígenas habladas en México

Núm. Idioma 2015 2010 2005 % cambio 2005-2010

1 Náhuatl 2 690 089 1 725 620 1 554 568 12%

2 Maya yucateco 859 607 786 113 759 000 4%

3 Mixteco 517 665 471 710 423 216 11%

4 Tzeltal 556 720 445 856 371 730 20%

5 Zapoteco 479 474 425 123 410 901 3%

6 Tzotzil 487 898 404 704 329 937 23%

7 Otomí 307 928 284 992 239 850 19%

8 Totonaco 267 635 244 033 230 930 6%

9 Mazateco 239 078 223 073 206 559 8%

10 Chol 251 809 212 117 185 299 14%

11 Huasteco 173 765 161 120 149 532 8%

12 Mazahua 147 088 135 897 111 840 21%

13 Mixe 133 632 132 759 115 824 15%

14 Chinanteco 138 741 131 382 125 706 4%

15 Purépecha 141 177 124 494 105 556 18%

16 Tlapaneco 134 148 120 072 98 573 22%


17 Tarahumara 73 856 85 018 75 371 13%

18 Zoque 68 157 63 022 63 000 0.3%

19 Tojolabal 55 442 51 733 53 169 20%

20 Chatino 51 612 45 019 42 791 5%

21 Huichol 52 483 44 788 35 724 25%

Fuente: INEGI.
1. Elabora una gráfica en la que representes la dinámica de crecimiento de las 20 lenguas
indígenas más habladas en México.

Lenguas indígenas más habladas en México


0.25

0.2

0.15

0.1

0.05

0
l co co l co z i l í co co l co l
at lta t m ho ua ixe co ha co ara ue ba no
á hu cate ixte Tze pote Tzo Oto tona zate C aste zah M ante pec ane um Zoq jola hati
N yu M Za To Ma Hu M
a in uré Tlap rah To C
ya Ch P
Ta
a
M

2005 2010 2015 % cambio 2005-2010


Bloque II. La tierra como astro.
Tema. Relación Sol-Tierra-Luna.

En la cosmovisión y la mitología de casi todas las culturas antiguas, el Sol, la Luna y el resto de los
planetas del sistema solar, incluyendo la Tierra, desempeñaron un papel primordial. De acuerdo
con la Teoría del Big Bang ―una de las más aceptadas sobre el origen del universo― hace 13 500
millones de años toda la materia del universo, la cual se encontraba concentrada en un punto,
súbitamente explotó y se expandió. Con ello se formó el universo actual.

Se calcula que la formación del Sistema Solar ocurrió hace 4500 millones de años, a partir del
colapso gravitatorio de una parte de una nube molecular gigante bajo condiciones para las que no
hay un acuerdo unánime en la comunidad científica. Con el Sistema Solar se formaron el Sol, la
Tierra y el resto de los planetas.

La Tierra tiene forma esférica, pero no es una esfera perfecta, sino que se halla ligeramente
achatada por los polos y abultada alrededor del ecuador. A esta forma tan singular de nuestro
planeta se la denomina geoide.

La superficie de nuestro planeta es de 510 millones de kilómetros cuadrados y la longitud de su


radio oscila entre 6357 km (radio polar) y 6378 km (radio ecuatorial). A pesar de ello, la Tierra es
un astro pequeño en el conjunto del universo. Tan sólo el Sol es un millón trescientas mil veces
más grande que ella. La Luna, por su parte, es todavía más pequeña, ya que es alrededor de una
cuarta parte del tamaño de la Tierra.

Desde un punto de vista científico, la Geografía aborda algunas características de nuestro planeta
y su relación con estos cuerpos celestes. La interacción de la Tierra con el Sol y la Luna tiene
implicaciones fundamentales en la dinámica de los fenómenos que nos afectan directamente,
tales como el día y la noche, la sucesión de las estaciones, el flujo de las mareas, e incluso la
diversidad climática y los eventos meteorológicos que se presentan a lo largo y ancho de nuestro
planeta.

Comprender los fundamentos científicos de estos fenómenos resulta elemental para ampliar
nuestra concepción del universo y de nuestras actividades cotidianas; además, despierta nuestra
curiosidad innata por continuar con la interminable exploración de nuestra existencia.

Estructura del Sol


El Sol es una estrella hecha con los mismos materiales que se encuentran en la Tierra y en el resto
de los planetas. Es más, la Tierra y todos los elementos químicos con los que está hecha provienen
de las explosiones que formaron las estrellas, como el Sol. Lo que cambia en el Sol es la proporción
en la cual se encuentran dichos materiales. Cerca de tres cuartas partes de la masa del Sol constan
de hidrógeno; el resto es principalmente helio, con cantidades mucho más pequeñas de otros
elementos, entre los cuales destacan oxígeno, carbono, nitrógeno, neón, hierro, silicio, magnesio y
azufre.

Al igual que otras estrellas, el Sol posee una forma esférica. Debido a su lento movimiento de
rotación, muestra un ligero achatamiento en sus polos. Su estructura está conformada por una
suerte de capas concéntricas, cada una de las cuales posee características particulares que se
mencionan a continuación.
a. Núcleo solar. Corresponde a la capa más profunda del Sol. Ocupa unos 139 000 kilómetros del
radio solar ―una quinta parte de éste― y es la zona en la cual se verifican las reacciones
termonucleares que producen la energía que el Sol irradia al espacio.
b. Zona radiactiva. Capa exterior al núcleo compuesta por plasma, es decir, por grandes cantidades
de hidrógeno y helio ionizado. Los fotones que transportan la energía que se genera en el núcleo
deben atravesar esta capa sumamente densa para alcanzar las capas superiores.
c. Zona convectiva. En esta capa, la cual se extiende por encima de la zona radiactiva, la energía se
transporta por convección, es decir, a través de corrientes de gas caliente que ascienden a la parte
superior, para luego enfriarse y volver a descender.
d. Fotosfera. Corresponde a la superficie visible del Sol. Es una capa delgada, de unos 300
kilómetros de profundidad, desde la cual se irradia la luz y el calor al espacio. En la fotósfera se
producen las denominadas manchas solares: zonas que se caracterizan por registrar una
temperatura más baja que en sus alrededores, así como una intensa actividad magnética.
e. Cromosfera. Capa exterior a la fotosfera, formada por gases enrarecidos, la cual no se puede
apreciar a simple vista. Mide aproximadamente 10 000 km. Registra temperaturas sumamente
altas, y en ella se producen campos magnéticos de gran magnitud e intensidad.
f. Corona. Capa de gran extensión, de temperaturas altas y de muy baja densidad, formada por
gases enrarecidos y gigantescos campos magnéticos. La fuerte radiación solar expulsa de manera
continua el material tenue que conforma esta capa. Esto da lugar al denominado viento solar.

Influencia del Sol y la Luna en la Tierra

Influencia del Sol en los fenómenos terrestres

En la actualidad el Sol ya no ocupa el espacio central que tuvo alguna vez en la mayoría de las
culturas antiguas. Sin embargo, basta con aprender un poco de su naturaleza y de la influencia que
ejerce sobre la Tierra para percatarnos de su importancia.

El Sol es una estrella, es decir, una enorme masa de gas incandescente que produce su energía
mediante la fusión de los átomos de hidrógeno presentes en su núcleo. Como resultado de esta
reacción se produce helio, luz y calor. El desarrollo de algunas bombas atómicas se fundamenta en
este proceso. Podríamos decir que una estrella funciona por explosiones atómicas.

La gran cantidad de masa que posee el Sol ejerce su influencia gravitatoria sobre todos los
elementos que se encuentran dentro del sistema solar —la Tierra, los demás planetas, satélites,
asteroides, cometas—. Los atrae a todos hacia sí mismo y provoca que giren en órbitas elípticas
alrededor de él. A su vez, luz y partículas atómicas (viento solar) son enviadas hacia todos los
rincones del sistema solar. Por otro lado, este sistema se puede delimitar precisamente con el
radio de influencia que el Sol ejerce sobre esta porción del espacio. Estas dos características
determinan de manera fundamental los fenómenos terrestres más importantes para nuestro
planeta, tales como la duración del año, las estaciones, la duración del día y de la noche, las
mareas, entre otros. Asimismo, es responsable del surgimiento de la vida en la Tierra.

Influencia de la Luna en los fenómenos terrestres

De acuerdo con los científicos, el primer efecto que tuvo la Luna sobre la Tierra fue que retrasó la
velocidad de rotación de nuestro planeta. Antes de que la Luna se formara, la Tierra giraba mucho
más rápido: los días duraban 4 horas en total, aproximadamente. De hecho, se estima que la Luna
sigue retrasando la velocidad de rotación del planeta y sigue provocando que los días se vayan
alargando poco a poco.

Una de las hipótesis más importantes sobre el origen de la Luna explica que un cuerpo muy grande
chocó con la Tierra primitiva y del material que salió disparado al espacio se formó nuestro
satélite. Además de haberse creado la Luna, otro de los efectos de este choque fue que cambió la
orientación del eje de rotación de nuestro planeta, el cual presenta un ángulo de 23.5°. El eje de
rotación permanece fijo a lo largo de la órbita de traslación, apuntando siempre hacia la estrella
Polaris o estrella Polar, la estrella que nos indica el norte si nos encontramos en el Hemisferio
Norte. Sin embargo, el eje presenta un movimiento similar al de un trompo cuando está girando, y
su eje de rotación describe lentamente un círculo. El círculo que describe el eje de la Tierra
presenta un ciclo de 26 000 años, lo que ocasiona que la estrella Polar cambie a medida que la
dirección del eje de rotación varía. Este efecto se debe principalmente a la fuerza gravitatoria de la
Luna.

Movimientos terrestres y sus consecuencias

La atracción gravitatoria ha sido explicada como la deformación de la dimensión espacio- tiempo


(la cuarta dimensión) provocada por la masa de los objetos celestes. Podríamos visualizar esta
deformación como aquella que produciría una esfera de metal sobre una sábana extendida en el
aire. Los objetos con una masa menor a la de nuestra esfera también producirán una deformación
de la tela, pero serán susceptibles a la deformación más prominente del objeto más pesado, y así,
serán “atraídos” hacia la esfera mayor.

De esta manera es que la Tierra mantiene una órbita elíptica alrededor del Sol a una distancia
promedio de 150 millones de kilómetros, con una velocidad de 30 km/s. A este movimiento lo
denominamos traslación. La duración de este periodo, o año sideral, es de 365.26 días para el caso
de la Tierra, pues otros planetas presentan periodos menores o mayores dependiendo de su
cercanía o lejanía al Sol.

El segundo tipo de movimiento derivado de la influencia gravitatoria del Sol es el de rotación.


Consiste en el giro del planeta sobre su propio eje en dirección hacia el este (si nuestro punto de
observación fuera la estrella Polar). Este ciclo dura 24 horas. Está delimitado por el cruce aparente
del Sol sobre el mismo meridiano de observación y determina esencialmente la sucesión entre el
día y la noche.

El eje de rotación de la Tierra, la línea imaginaria que atraviesa el planeta de polo a polo, presenta
una inclinación de 23.4 grados. El plano de rotación de la Tierra (el plano definido por el ecuador)
no coincide con el plano de traslación (eclíptica). Esta característica provoca condiciones distintas
entre el hemisferio norte y el hemisferio sur en relación con el ángulo de incidencia de la luz sobre
la superficie del planeta a lo largo del año.

Tomemos como ejemplo el hemisferio norte. La mitad de su periodo de traslación está inclinado
en dirección al Sol (el eje de rotación apunta hacia el interior de la órbita terrestre), y la otra mitad
del año está inclinado en dirección contraria al Sol (el eje de rotación apunta hacia afuera de la
órbita).
Cuando el planeta se encuentra en la primera condición, el ángulo de incidencia de la luz está más
cercano a la vertical (90 grados) y la energía lumínica incide directamente sobre la superficie
terrestre. Cuando este mismo hemisferio se orienta en dirección contraria al Sol, el ángulo de
incidencia de la luz se aleja de la vertical (> 90 grados), y la energía lumínica se distribuye sobre
una porción más grande de superficie durante menos horas al día.

El Hemisferio Sur presenta estas mismas condiciones a lo largo del año, pero en sentido inverso a
las del Hemisferio Norte. Esta variación de las condiciones de incidencia de los rayos solares es la
causa directa de la existencia de las cuatro estaciones del año.

El ángulo de incidencia de la luz y la cantidad de área sobre la que incide su duración determinan
la cantidad de energía calórica que absorbe una unidad de superficie; mientras el ángulo de
incidencia esté más cercano a los 90 grados, la cantidad de energía es mayor, y a medida que el
valor del ángulo se aleja de este valor, la energía que puede absorber la superficie disminuye. Si un
hemisferio recibe la luz solar con un ángulo de incidencia cercano a los 90 grados, durante cierta
cantidad de horas al día, el clima será cálido y se producirán las condiciones climáticas que
caracterizan a la primavera y al verano. Cuando el eje de rotación se orienta hacia afuera de la
órbita y el hemisferio recibe la luz con un ángulo alejado de los 90 grados durante menos horas al
día, dicha porción de la superficie presentará el clima característico del otoño y del invierno. Al
respecto, vale la pena señalar que a raíz del calentamiento global se han alterado algunas de las
condiciones climáticas que definían tradicionalmente las estaciones del año, por lo que algunos
investigadores han llegado a plantear su dilución o ajuste.

A lo largo del curso que mantiene la Tierra alrededor del Sol, podemos ubicar cuatro puntos
importantes de su trayectoria. A partir de éstos se definió la duración de las estaciones del año. En
dos puntos de la órbita, el eje de rotación se encuentra en la posición intermedia entre su
orientación con dirección al Sol y su orientación alejada de éste. Si observásemos el paso del Sol
desde la Tierra, su ruta transitaría por el punto más alto del cielo y el día tendría la duración más
larga del año. Estos dos puntos se llaman equinoccios, y ocurren el 21 de marzo y el 22 o 23 de
septiembre.

A su vez, cuando el eje de rotación de la Tierra apunta justo en dirección al Sol o exactamente en
la dirección contraria, suceden los dos solsticios. En estas dos posiciones de la órbita, la trayectoria
aparente del Sol (si lo observamos desde la Tierra) alcanza el punto más bajo sobre el cielo, y los
días tienen la menor duración del año. Esto sucede alrededor del 21 de junio y del 21 de
diciembre.

Zonas térmicas de la Tierra

En las regiones del planeta en donde el ángulo de incidencia de la luz solar está más cerca de la
vertical (90 grados), la energía que ésta transmite presenta los mayores niveles de absorción,
tanto por la corteza terrestre como por la atmósfera. Estas regiones se ubican sobre el ecuador y
su límite está definido por el trópico de Cáncer (23.5 grados latitud Norte) y el trópico de
Capricornio (23.5 grados latitud Sur); toda esta porción de la Tierra recibe el nombre de trópico.
En esta región, los días a lo largo del año presentan una duración constante de 12 horas; las
estaciones del año son casi imperceptibles, y los climas, por lo general, son cálidos.

En las regiones que se ubican más allá de los trópicos y que están delimitadas por las líneas
polares al norte (60 grados latitud Norte) y al sur (60 grados latitud Sur), la luz solar incide con un
ángulo alejado de la vertical. Ilumina una superficie de terreno más amplia y se dispersa en un
volumen de atmósfera mucho más grande que en los trópicos. En estas regiones encontramos, por
lo regular, climas templados. Los polos de nuestro planeta se ubican en las latitudes superiores a
las líneas polares. Reciben la menor intensidad de luz y presentan una cubierta de hielo perpetua,
climas fríos y glaciales.

También podría gustarte