Contenido

1. Ser líder .....................................................................................................................1

1.1. ¿Qué es el liderazgo? ¿Quién es el líder? ......................................................1
1.2. ¿Qué hace un líder? ..........................................................................................2
1.3. Características personales de un líder .............................................................3
2. El docente como líder..............................................................................................5
2.1. Condiciones para ser un educador líder .......................................................5
2.2. Cómo lleva a cabo el liderazgo un profesor ..................................................6
2.3. El liderazgo en el centro educativo ..............................................................11
3. Profesor como líder cristiano ...............................................................................15
3.1. ¿Quién es un líder cristiano? .........................................................................15
3.2. Lo esencial de un líder cristiano ....................................................................16
3.3. Áreas de desarrollo del líder cristiano ..........................................................17
3.4. Liderazgo y Pentecostés ................................................................................20
 01
Ser líder
1. Ser lider
Solemos asociar el concepto de líder al
mundo de la empresa o de la política.
Por eso, quizás a ti te suceda como a mí:
siempre me ha ‘sonado raro’ cuando al-
guien me ha hablado del profesor como
líder. Sin embargo, si me das la oportuni-
dad, quisiera mostrarte lo que he descu-
bierto al respecto, algo que me ha hecho
1.1. ¿Qué es el liderazgo? ¿Quién es el líder?
Se considera que el líder es una perso-
na proactiva, alguien que no se percibe
como sujeto pasivo, que toma sus res-
ponsabilidades como protagonista de su
historia y promueve, a su vez, el creci-
miento y protagonismo de los demás.
¿No es este el protagonismo que desea-
repensar mi propio papel como profesor
desde una nueva perspectiva.
Si atendemos a su definición, el lideraz-
go entendido como capacidad de dirigir
o conducir, implica un conjunto de acti-
tudes y cualidades aplicables y deseables
en todos los ámbitos de la vida. ¿Tam-
bién en el ámbito docente?
Te propongo una experiencia: antes
de referirnos directamente al profesor
como líder, vamos a reflexionar sobre al-
gunos de los rasgos generales de lo que
los expertos en el ámbito del coaching
de empresas y de equipos consideran un
líder para que luego podamos establecer
posibles puntos de aplicación en el ám-
bito docente.
mos para los profesores? En esta etapa
histórica la educación pasa por el pro-
tagonismo creciente de quien, día a día,
acompaña a niños y jóvenes en su creci-
miento. El conformar personas no está
en manos de los que dicen las grandes
palabras en los telediarios, en los grandes
foros políticos, en el Olimpo académico,
Liderazgo 1
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
o en las grandes tecnologías. Está en ma-
nos de quienes, como tú, desde tu vida,
día a día, toman la palabra, acompaña
1.2. ¿Qué hace un líder?
En general, podemos decir que líder es
aquel que, por su actitud de responsabi-
lidad y capacidad de relación, es capaz
de tomar las riendas de proyectos co-
lectivos y es capaz de ponerse al frente
de grupos humanos en la realización de
dichos proyectos. Por tanto, es propio
de quien tiene una actitud proactiva a la
hora de explorar nuevas posibilidades y
2
a otros y promueve que crezcan como
personas. Esta es la tarea del educador.
¡Y justo eso te convierte en un líder!
de acompañar y dirigir grupos humanos
(involucrados en esos proyectos o nue-
vas posibilidades).
Esto significa que el líder…
• Es capaz de lanzarse a nuevos proyec-
tos con visión de futuro y oportuni-
dad.
• Es capaz de tomar decisiones operati-
vas para realizar proyectos.
• Es capaz de animar a personas e im-
pulsarlas para que formen equipos
que se autogestionen.
• Es capaz de delegar tareas y dar mar-
gen de libertad para tomar ciertas de-
cisiones de carácter intermedio en el
desempeño de sus tareas.
• Es capaz de potenciar las capacidades
y competencias de sus colaboradores.
• Es capaz de guiar a un grupo en fun-
ción a través de un camino hacia un
ideal, un para qué que ilumina el ca-
mino.
1.3. Características personales de un líder
Dado que el líder lo es en relación a
otros, ha de cultivar ciertas cualidades
que suponen inteligencia interpersonal:
• Empatía, por la que es capaz de po-
nerse en el punto de vista de otra per-
sona, de descubrir (habitualmente a
través de sus gestos, expresiones, posi-
ción corporal, mirada...) cómo se sien-
te y qué es lo que piensa.
• Asertividad, que consiste en decir lo
que piensa, necesita y siente, pero sin
agresividad.
• Escuchar, que consiste en quedar
atento a otro. Para escuchar, necesito
interrumpir lo que hago, el flujo de
mi actividad, la atención a mi acción
o a mí mismo, para ponerme a dis-
posición de abrirme a quien escucho.
¿Cómo hay que escuchar?
• Escuchar sin prisas. No tener prisa
en decir ni en intervenir.
• Escuchar al otro con inocencia, sin
ideas preconcebidas, sin etiquetar,
abiertos a lo inesperado.
• Mostrar auténtico interés en lo que
el otro dice o en lo que le sucede.
• No interrumpirle.
• Escuchar desde al amor al otro y el
reconocimiento de su dignidad.
• No empeñarse en dar la receta o la
opinión definitiva.
• No centrarse en las propias opinio-
nes, sino en el otro.
• Interesarse sinceramente en lo que
el otro dice, aunque parezca o se
crea que está equivocado.
• Orientarse físicamente hacia el otro:
mirarle a los ojos, asentir ante lo que
dice, reforzar lo que dice, hacerle
ver que le entendemos y, si no, ha-
cerle ver lo que no comprendemos.
• Dar feedback, que consiste en la ca-
pacidad de dar información, corregir
o ayudar a cambiar a alguien, moti-
vándole. Podemos hacer feed back ne-
gativo, centrándonos en los errores y
empleando mensajes ‘tú’ (acusatorios).
Pero lo eficaz es emplear un feed back
positivo centrado en lo que se ha he-
cho bien y se puede mejorar. Se ha de
hablar en positivo, sin términos que
juzguen al otro, basándose en hechos,
proponiendo acciones factibles, pi-
diendo el parecer del otro. Para dar
este feed back promocionante…
• Comenzaremos dando información
positiva sobre lo que el otro ha he-
cho correctamente. Emplearemos
frases como “Me ha gustado…”,
“Estuviste muy acertado cuando…”
Se trata de valorar y apoyar todo lo
bueno que ha hecho el otro.
• Se sugieren alternativas para mejorar
algo incorrecto: “Podrías mejorarlo
sí…”“¿Y si intentas hacer…?” Se
trata de hacerlo alentando el camino
Liderazgo 3
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
emprendido, promoviendo la autoe-
ficacia. Evitaremos emplear los tér-
minos ‘pero’ y ‘no obstante’.
• Afrontar conflictos, pues un líder
nunca niega los problemas ni los
rehúye sino que los afronta. Y lo
hace de modo racional, siguiendo
un método: identifica la situación
problemática, define cuáles son los
• Si el conflicto es con otra perso-
na…
• Hay que dedicarle un tiempo, te-
niendo un encuentro tranquilo con
esa persona, a la que hay que escu-
char con atención, sin juzgarle, tra-
tando de entender su punto de vista.
• Ser respetuoso con el otro, aunque
me moleste lo que diga.
• Nunca juzgar al otro.
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objetivos que se quieren conseguir
y cuáles los valores que queremos
tener en cuenta, se analizan posibili-
dades, se tienen en cuenta los efec-
tos de las diversas posibilidades y se
contrastan con los valores y objeti-
vos. Luego se toma la decisión más
razonable y se lleva a la práctica.
• Si he de discrepar, hacerlo sonrien-
do, sin acritud.
• Evitar mensajes ‘tú’ (acusaciones,
etiquetas).
• Evitar generalizaciones, especial-
mente, las frases comenzadas con
‘Nunca’, ‘Siempre’, ‘Todo’ y ‘Nada’.
• Validar lo que de bueno vea en la
postura del otro, decir lo bueno del
otro, ‘bendecir’ al otro.
 02
El docente como líder
2. El docente como líder
Ya estamos en disposición de acercarnos
más a qué significaría, para nuestro ámbi-
to educativo, que quien enseña sea líder.
Un docente, como líder, sería alguien
que vive la docencia movido por un ideal
de promoción integral de las personas de
sus alumnos y, desde este ideal, es capaz
de promover proyectos con ellos y con
compañeros.
2.1. Condiciones para ser un educador líder
• Madurez personal. Esto supone que
ha adquirido una serie de rasgos ca-
racteriológicos que le permiten esta-
bilidad emocional y perspectiva ade-
cuada de las situaciones y los con-
flictos, prudencia en la actuación…
Esto a su vez es posible si vive desde
un ideal, tiene inteligencia emocional
por lo que saber afrontar fracasos,
Desde esta perspectiva, desarrolla una
actividad en la que potencia a las perso-
nas en comunidad y a la propia comuni-
dad docente y vive en actitud de servi-
cio. Por tanto, es un docente proactivo,
creativo, que desde sus ideales asume
responsabilidades respecto de las perso-
nas y la organización del propio centro
educativo.
frustraciones, saber perdonar, vive
disponible y no para sí, conocerse.
Sobre todo, es una persona estable
porque tiene un adecuado amor a sí
mismo y suficiente autoestima.
• No manipula ni utiliza el liderazgo en
favor propio. Frente a otros (falsos)
líderes propios de otros ámbitos, al
profesor no le interesan personas ma-
nipulables, masas informes.
• Tiene una buena formación y quiere
seguir formándose.
• Resulta un buen comunicador.
• Enseña a ver la realidad a quienes edu-
ca y acompaña.
Liderazgo 5
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación

2.2. Cómo lleva a cabo el liderazgo un profesor

a. Ayudando a los alumnos a abrirse a la realidad integral

¡Cuántas veces se ha pensado y dicho información, el docente es aquel que

que el profesor es aquel que transmite
conocimientos de una asignatura! Esto,
con no ser falso, sin duda parece una
versión muy reductiva y pobre de lo que
es un docente.
En realidad, más allá de transmitir una
es capaz de abrir grandes horizontes al
alumno: es capaz de abrirles a la pers-
pectiva de la realidad total, en todos sus
factores. Es, por tanto, capaz de abrirles
a paladear la verdad más allá de la propia
asignatura.

Más allá de las operaciones matemáticas, el profesor

muestra que la matemática es el lenguaje del
pensamiento y de la realidad simultáneamente, pues
la realidad está escrita en caracteres matemáticos.
Más allá de la ortografía y la gramática, el lenguaje es
la capacidad de comunicación, de abrirse al mundo de
lo humano, de la belleza, de la verdad… .
Más allá de las enzimas, los virus, las estructuras
bioquímicas, la biología nos abre al misterio de la vida.
Más allá de la comparación de los sinópticos, de
las coincidencias entre religiones, de los ritos y los
dogmas, el profesor de religión está llamado a abrir a
sus alumnos al misterio y la experiencia de Dios.
El hombre, la belleza, la verdad, el bien, la realidad,
Dios… este es el horizonte último que podemos
abrir a los alumnos… Y la prueba de que se les
abre horizontes es que cuando les hablamos de
ello provocamos admiración, asombro, curiosidad,
preguntas…

6
b. Transmitiendo, con la palabra y con la vida, un ideal, un horizonte de sentido

la inteligencia. Hace falta ofrecer, por

Pero para ejercer un liderazgo como edu-
cador no basta con promover la apertu-
ra a la realidad del modo más integral
ni dar mucha información. Tener mucha
información por sí misma, sin criterio
para deglutirla, puede aturdir y esterilizar
tanto, una hipótesis explicativa, un senti-
do desde el que entender las cosas.
Hemos subrayado el término ‘ofrecer’
porque no se trata de imponer una pers-
pectiva (esto sería fundamentalismo o
manipulación o ideologización, lo cual
ocurre con cierta frecuencia en las aulas)
sino de mostrarla, de proponerla. Se tra-
ta de presentar, de modo razonado, una
hipótesis explicativa sobre la realidad
y sobre su realidad para que el propio
alumno la contraste en su vida. Esta es
tarea prioritaria del profesor-líder, tarea
común con la familia.

O el profesor (mejor todo el colegio de modo

orgánico) y la familia ofrecen un horizonte de sentido
o bien…
El niño y el joven lo tomarán de otras fuentes,
del ambiente, estando expuesto a todo tipo
de manipulación (especialmente comercial o
ideológica)…
O bien se quedará sin ningún horizonte explicativo, sin
un sentido último de la realidad, con lo que carecerá
de un criterio claro para actuar o será relativista,
indiferente, desmotivado o escéptico y, en última
instancia, se verá arrastrado en cada momento por sus
impulsos o por la pretensión seductora de otros.

La ausencia de hipótesis explicativa, de o al joven a una fragmentación absolu-

una fuente de sentido, expone al niño ta a la hora de entender el mundo y de

Liderazgo 7
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
entender su propia vida. La educación
no puede (ni debe) ser neutral. Todo
profesor, de modo implícito o explícito,
muestra una cierta visión de la realidad.
Todo profesor proyecta en sus alumnos
su propia cosmovisión. Sin embargo, lo
honesto y eficaz es hacer una propuesta
clara de sentido que permita entusias-
marse al niño o al joven, que le permita
tener una visión global de la realidad y
una auto percepción llena de sentido.
Hacer esta propuesta de sentido es ofre-
cer el propio ideal que se vive. Lo que
más abre perspectivas a una persona es
abrirle a un ideal y lo que más le impulsa
c. A través del encuentro con el alumno y los demás profesores
El liderazgo del educador se ejerce a tra-
vés de la relación yo-tú con el alumno. Es
esta relación de encuentro el que hace
crecer a ambos. El liderazgo siempre su-
pone cuidar mucho el área interpersonal,
la calidad de las relaciones, los encuen-
tros…
Un encuentro, en el sentido concreto y
preciso que aquí queremos darle, con-
siste en una experiencia interpersonal radical
en la que dos personas se hacen recíprocamente
presentes de modo significativo, acogiéndose mu-
tuamente, y estableciéndose entre las dos una co-
municación fecunda.
8
es tener conciencia de dicho ideal.
El ideal es un conjunto de ideas rectoras
de la vida, de principios que saltan de la
cabeza al corazón y que permiten ilumi-
nar la vida y la acción. Este horizonte de
sentido del que hablamos se concreta,
para cada alumno, en un ideal de vida, en
el conjunto de lo que él descubre como
importante.
En esto, el propio profesor-líder se pre-
senta como modelo, pues él mismo toma
iniciativas y riesgos por el bien común,
asumiendo responsabilidades
En este encuentro tanto el educador
como el educando están llamados a cre-
cer. El alumno, para el profesor, es una
presencia interpelante, algo que le ocurre
a la persona, un acontecimiento que le
toca en lo profundo, que le descentra y
le llama. Por eso, el educador, ante la pre-
sencia del niño o joven, tiende a vaciarse
de sí para que su vida se convierta, al me-
nos durante el tiempo en que está con él,
respuesta a la persona del alumno. Vivir
como educador líder se convierte así en
vivir atento al niño o joven, disponible
para él, no pudiendo sustraerse de la res-
ponsabilidad por él.
d. Realizando valores y haciendo que otros los pongan en juego
El profesor líder, propone valores no a
través del discurso sino de la experiencia
y, sobre todo, permite que sus alumnos
descubran los valores.
Su propuesta no es “esto es un valor”
sino “experimentemos esto que es im-
portante”. Una vez que se experimente, a
través de experiencias concretas valiosas,
éticas, estéticas, sociales, religiosas, llama
al niño o joven a reflexionar sobre ello.
Este es el camino para que verifiquen
e. Enseñando a que la libertad se ejerce en el compromiso
El educador líder enseña a ‘jugarse su
libertad’ a los niños y jóvenes. Momen-
to privilegiado para ello es el tiempo no
lectivo, el tiempo libre de los niños y jó-
venes. Invitarles a actividades en tiempo
libre, a actividades valiosas, tiene una es-
pecial fuerza para su crecimiento, pues es
f. Viviendo creativamente y enseñando a vivir creativamente
La creatividad procede de aprender a
si el horizonte de sentido en que se en-
garzan dichos valores tiene consistencia.
Por tanto, el educador apela a la respon-
sabilidad del educando, a su proactivi-
dad, a que experimente y reflexione por
sí mismo. Sólo así podrá lograr convic-
ciones y, posteriormente, concretarla en
compromisos. Donde no se valora nada
ni se tienen convicciones, no se pueden
esperar compromisos.
donde más se juegan su libertad y cuan-
do más abiertos están al descubrimiento
de lo valioso y de sí mismos. Actividades
de compromiso (social, caritativo, políti-
co, estético, ecológico, espiritual, religio-
so…) en tiempo libre resultan especial-
mente formativas.
ponerse cada uno en juego, libremente,
en función de la propia llamada y de los
valores descubiertos como los objetiva-
mente importantes. Ser creativo es ca-
paz de hacer fluir todo lo que uno es en
función del ideal, de comprometerse en
realizar a cada paso del camino nuevas
posibilidades, explorar lo que se puede
hacer y lo que ‘podemos hacer’.
Liderazgo 9
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
g. Con autoridad
No estamos hablando de las ‘autorida-
des’, meros cargos de relevancia pública
que hoy son y mañana no son, que no
tienen más fuerza que su nombramiento
y que, tras cesar, desaparecen en la nada.
Nos referimos a la autoridad, en singu-
lar, de quien hace crecer a otros.
El docente líder tiene autoridad, pero
una autoridad que se ha ganado entre
los niños y jóvenes, pues los impulsa, les
ofrece posibilidades nuevas, perspectivas
nuevas, ángulos nuevos. Pero no como
quien da el pez, sino la caña: por eso es
capaz de lanzar preguntas que ponga al
alumno a buscar por sí mismo: ¿Cuál es
el sentido de tu vida? ¿A qué estás llamado?
¿Cómo te ves dentro de diez años? ¿Cuáles han
sido hasta ahora tus principales logros? ¿Qué es
lo que llena más tu corazón, que te da más ale-
gría? ¿Qué es lo que te encadena ahora mismo?
h. Impulsando la vida comunitaria
Líder es aquel que, por su actitud de res-
ponsabilidad y capacidad de relación, es
capaz de tomar las riendas de proyectos
y es capaz de ponerse al frente de grupos
humanos en la realización de los mis-
mos. Pero el docente no sólo se pone
al frente de ‘grupos humanos’, sino que
crea o potencia la formación de comuni-
dades, de personas en relación personal
unas con otras.
Lejos de querer ‘masas’ que le sigan y a
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¿A qué has dicho ‘si’ cuando querías decir ‘no?
¿Realmente qué amas? ¿En qué crees? …
Esta autoridad se concreta no sólo en
que acompaña, ofreciendo posibilidades,
perspectivas, sino que presenta valores
últimos, lo realmente importante, e invi-
ta a su realización. Los presenta no con
discursos sino promoviendo experien-
cias y la reflexión posterior sobre esas
experiencias.
Finalmente, quien tiene autoridad ha
creado un vínculo profundo con el alum-
no, un vínculo que es el propio del dúo
maestro-discípulo, en el que el primero
impulsa, apoya y hace crecer al segundo.
Por tener autoridad personal el profe-
sor-líder es modelo para sus alumnos,
referente para sus vidas.
las que pueda manipular (como preten-
den pseudo líderes de otros ámbitos),
el docente-líder promueve que sus pro-
pios alumnos y compañeros sean líderes,
proactivos, creativos, serviciales, perso-
nas con ánimo que se atrevan a tomar
iniciativas y riesgos, compromisos y res-
ponsabilidades. Esta es la demostración
de la fecundidad de un profesor-líder:
que abre paso a nuevos líderes. No cen-
tra todo en él, sino que suscita acciones
comunes y personalidades con identidad
fuerte. Él mismo es modelo, ejemplo,
punto de referencia, para sus alumnos,
2.3. El liderazgo en el centro educativo
Sin duda, un centro educativo no pue-
de calificarse como empresa. La razón
fundamental es que una empresa está
regida por un principio de productivi-
dad y rentabilidad, mientras que el cen-
tro educativo se debe regir por criterios
éticos y educativos, construidos sobre la
dignidad de la persona y su promoción
integral.
Pero, desde el punto de vista organizati-
vo, hay cierta analogía entre una empresa
y un centro educativo, y en ese sentido,
hay personas que tienen que ejercer su li-
derazgo grupal y organizativo: los miem-
bros del equipo directivo y, en general,
cualquier profesor con cierto cometido
especial o responsabilidad.
Hay una parte de la actividad de estos
profesores que ha de ser valorada por el
a. Área personal
El profesor líder ha de trabajar primero
con él mismo, tener ideas claras y for-
marse adecuadamente. Aspectos a tener
en cuenta son:
• Valores e ideales rectores de toda la
actividad personal o comunitaria. De
pues vive desde un ideal, es creativo, ale-
gre, razona adecuadamente, es comuni-
tario, razona adecuadamente…
resto de los compañeros y que supone
una cierta especialización: gestión de or-
ganigrama (aulas, guardias, horarios…),
de atención a proveedores. Es toda la
actividad de gestión. Pero la gestión no
implica liderazgo.
Sin embargo, hay otra parte de la acti-
vidad de esta parte de profesores que si
implica liderazgo: atención a padres y
madres (¡un tutor o tutora ha de prepa-
rarse como líder!), atención a otros pro-
fesores, ‘negociaciones’ con Inspección,
orientación de las actividades generales
del Centro educativo…
En todas estas últimas, los profesores
han de contar con varias cualidades y
formarse en diversas áreas, pero en todo
caso ha de reflexionar y prepararse para
actuar en los siguientes ámbitos:
esto depende el cómo se haga todo lo
demás. Por tanto, debe comenzar pre-
guntándose, ¿Qué pretendo? ¿Qué es
lo importante para mí? ¿A dónde que-
remos ir? Esto supone tener una visión
de a dónde se va y conciencia de la mi-
sión que se tiene. Las programaciones
Liderazgo 11
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
y los planes estratégicos sólo pueden
venir después de tener esto claro.
• Líneas de desarrollo humano. Des-
de los ideales y valores, un Centro edu-
cativo pretende el desarrollo integral
de alumnos, profesores y personal no
docente. Pero este desarrollo se rea-
liza a través de acciones (formativas,
comunitarias, celebrativas, lúdicas…)
que han de ser diseñadas por estos
profesores.
• Formación personal, tanto en los
ideales como en psicología o coaching
para poder tratar bien con otros, tanto
en antropología para saber quién es la
persona, como en gestión. Muchas de
las ansiedades y sobrecargas del líder
procede de no saber bien qué hacer y
cómo hacerlo. Para ello, formación y
contar con otros a quienes consultar
resulta clave.
b. Área interpersonal
El liderazgo del profesor (del miembro
del equipo directivo, del orientador, del
tutor) lo ejerce con otras personas. Por
eso es esencial cuidar el trato con ellos.
Para ello aspectos claves son:
• Comunicación. Una vez que tiene
claro el hacia dónde y el para qué y
el cómo, es el momento de comunicar
con claridad lo que necesita y quiere,
es el momento de explicarlo a todos.
Esta parte nunca puede faltar, aunque
lleve su tiempo, provoque reacciones
12
• Autoconocimiento y madurez per-
sonal. El liderazgo exige de la per-
sona una creciente madurez y ecua-
nimidad. Quien actúa como líder se
somete a presiones superiores a la de
los demás y pasará por momentos de
gran tensión: ser capaz de gestionar
con madurez sus emociones y cono-
cer bien sus habilidades y sus límites
será absolutamente necesario. Por ello,
junto con la formación técnica, ha de
realizar un buen trabajo consigo mis-
mo para promover su crecimiento, su
maduración, su autoconocimiento. En
este sentido la formación experiencial
que promueve la inteligencia emocio-
nal o el coaching resultan muy útiles.
También el cuidado de la dimensión
espiritual y el poder contrastarla con
otros resulta muy importante. Tam-
bién el líder ha de ser acompañado co-
munitariamente.
algunas no agradables… En todo caso,
esta comunicación no es información,
sino hacer partícipes a todos –con
entusiasmo- de los proyectos, de las
líneas de acción, de las posibilidades
conjuntas. El líder comunica mucho
más que por lo que dice, por cómo lo
dice y por lo que él mismo es.
• Forma de relacionarse con los de-
más. Dado que parte esencial de la
actividad del profesor-líder pasa por la
relación con los demás, es clave aten-
 der bien al tipo de relación que se tiene
con los demás. A este respecto, tene-
mos que precisar…
• El autoritarismo, por el cual un pro-
fesor se impone a otros, con firme-
za, dureza y distancia, y el permi-
sivismo, por el cual deja hacer sin
pedir responsabilidades ni corregir,
son actitudes destructivas de todo
entramado relacional. Frente a ellos,
la autoridad es dialogante y firme,
sabe proponer, exigir, pero también
escuchar y dialogar.
• El estilo de trato no puede ser ni
agresivo ni inhibido, sino asertivo,
sabiendo decir lo que piensa, sien-
te y necesita de los demás, pero con
amabilidad y claridad. El ingredien-
te que nunca puede faltar es el de
la cercanía con aquellos con los que
trabaja (¡y para los que trabaja!).
• A veces deberá ser directivo: quien
ha asumido una responsabilidad tie-
ne que terminar decidiendo en las
cuestiones cotidianas y ser firme
en sus decisiones. No sería práctico
estar a cada paso consultando todo
antes de tomar decisiones o estar
c. Área organizativa
El profesor líder que tiene a cargo un
centro educativo también promueve una
adecuada organización y gestión del cen-
tro. Para ello:
permanentemente dubitativo sobre
qué opción escoger. El líder tiene
que desarrollar su capacidad de dis-
cernir entre opciones y arriesgarse a
elegir. También habrá ocasiones en
que tendrá que consultar, negociar,
pedir consejo, ver qué posibilida-
des proponen otros. En todo caso,
siempre será dialogante y sabrá es-
cuchar. Pero elegir qué modalidad
de actitud tomar, directiva o nego-
ciadora, depende sólo de su criterio
y sentido de la oportunidad.
• En todo caso, el líder ha de saber
asumir riesgos. Toda decisión supo-
ne un riesgo y sólo quien no se de-
cide y no asume riesgos no se equi-
voca. Pero la equivocación ha de ser
parte del bagaje del profesor-líder,
ha de contar con ello, ya que es la
otra cara de la moneda de la función
de tomar decisiones. Es más: al lí-
der lo necesitamos en momentos de
riesgo, en los momentos difíciles.
Para el resto del tiempo nos bastaría
un buen gestor. Y en estos tiempos
difíciles, hay que tomar decisiones,
hay que arriesgarse.
• Promueve el trabajo en equipo. Por
un lado, cuenta con que los proyectos
saldrán adelante si cuenta con el mayor
número de compañeros implicados en
él. Por otro lado, sabe que él sólo no
Liderazgo 13
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
puede llevar a cabo dichos proyectos.
Por eso, el profesor líder trabaja en
equipo. Nunca dice ‘voy’ sino ‘vamos’.
Y eso supone que comparte respon-
sabilidades y anima a otros a adquirir
compromisos en función del bien co-
mún. Su tarea, una vez que los com-
pañeros están involucrados cada uno
en su tarea, será la de animar, la de
acompañar, la de reconocer al com-
pañero lo bueno que está haciendo.
Además, también será tarea suya la de
orientar o reorientar la acción, siempre
escuchando y dialogando. Finalmente,
cuando lleguen los logros, también
será tarea del profesor-líder el promo-
ver la celebración: en todo proyecto
ha de haber momentos de celebración
para público reconocimiento de los lo-
gros. De esta manera se subrayará que
estos proyectos colectivos no son ‘car-
gas’ que se echa sobre los profesores
sino misión compartida.
• Creatividad e innovación. Innovar
por innovar no tiene sentido. Y la in-
novación ni se reduce ni equivale a la
14
innovación tecnológica. La clave no es
qué innovar, sino para qué innovar. En
el proceso de crecimiento, de trabajo
comunitario de un centro educativo,
en función de los diversos momentos
históricos y sociales, resulta impres-
cindible la creatividad, dar respuesta
nueva a los problemas nuevos. Aquí
radica la innovación: en nuevas acti-
tudes, nuevos procedimientos, nuevas
formas de encuentro, acompañamien-
to de nuevas situaciones…
• Formación. En función de estas ne-
cesidades de crecimiento e innova-
ción, por una parte, y de contar con
una formación sólida en torno al ideal,
a la persona, a la educación, hacer pro-
puestas para la formación personal y
comunitaria es otra de las tareas del
profesor-líder. No basta ‘subirse al ca-
rro’ de los que otros hacen (si todos
se forman en trabajo cooperativo, no-
sotros también; si todos se forman en
pizarra digital, nosotros también….).
El líder va por delante y no necesaria-
mente con las modas.
 03
Profesor como líder cristiano
3. Profesor como lider cristiano
3.1. ¿Quién es un líder cristiano?
La identidad del profesor cristiano aña-
de, a nuestro concepto de líder educa-
dor, una perspectiva nueva, que transfor-
ma todo, pues el líder cristiano…
• Vive desde una motivación interna
(desde la fe) y no desde objetivos ex-
ternos o pasiones. Está orientado en
su vida por la experiencia de Cristo y,
desde él, por el amor a los alumnos y
a la comunidad educativa vivida como
misión.
• Tiene tiempos y modos de cuidarse a
sí mismo y cuidar su vida espiritual.
Si no está ‘unido a la vid’ terminará
siendo un activista, pero no un líder
cristiano.
• Emprende proyectos en función de
la evangelización y de la plenitud de
las personas, no en función del éxito
personal.
• Se responsabiliza de proyectos y per-
sonas, a veces asumiendo costos per-
sonales altos (tiempo, esfuerzos, críti-
cas). Pero lo vive con alegría pues lo
toma como una misión a la que Dios
le envía.
• Ejerce la autoridad como el que más
sirve a otros, no como el que ‘más
manda’.
• Trata a cada persona de su equipo de
modo personal, pidiendo a cada uno
lo mejor que puede dar y alentándole
siempre. Por eso, a aquel colaborador
que tiene un nivel alto de competen-
cia, le apoya. Al que las tiene media-
nas, le impulsa y al que las tiene bajas,
le orienta. Al motivado de apoya y al
menos motivado le anima.
• Promueve que sus colaboradores
también sean líderes.
Liderazgo 15
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación

En síntesis: ¿qué significa ser líder para un profesor

cristiano? Líder cristiano será aquel maestro que
viva desde la luz que hay en él (Cristo) e ilumina a
otros, como persona que abre caminos, que crea
oportunidades para los demás, persona de referencia.
El líder cristiano vive entusiasmado con su misión y
entusiasma a los demás con la tarea de ser persona,
cada uno quien está llamado a ser. Y el motor de todo
ello es su experiencia de Cristo y del Evangelio.

El educador cristiano está llamado a ser
líder personal y espiritual, en el encuen-
tro con sus alumnos y sus compañeros,
a ser testigo de lo importante, a compro-
meterse con lo valioso, con las personas,
y desde este compromiso, promover la
plenitud de los demás y de las comu-
nidades a las que pertenece. Es, en fin,
una persona que se vuelve máximamen-
te creativa y fértil (por cierto, que fértil,
en latín, se dice ‘felix’, de donde viene el
sustantivo ‘felicitas’).

3.2. Lo esencial de un líder cristiano

¿Hay alguna diferencia entre el ‘lideraz-

go’ tal y como se entiende en el mundo
profesional y el ‘liderazgo cristiano’? Hay
muchas, pero una esencial. En el ámbito
de empresa, el líder es el que tiene au-
toridad, el que está por encima, el que
‘reparte juego’. En el ámbito cristiano, el
líder es el que sirve y el que comparte un
ideal:

16
Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que los gober- quiera hacerse grande entre vosotros será vues-
nantes de los gentiles actúan como dictadores, y tro servidor; y el que quiera ser el primero entre
los que son grandes ejercen sobre ellos potestad. vosotros será vuestro siervo” (Mt, 20, 25-28).
Mas entre vosotros no será así, sino que el que

Pero, sobre todo, el líder cristiano se define porque

propone y promueve un ideal muy concreto, un
horizonte de sentido con rostro propio: Cristo.
Desde Cristo y el Evangelio se puede ofrecer una
visión total de lo real, un criterio para la vida. Privar
a los alumnos de una propuesta explícita del ideal
cristiano supone dejarles al albur de otros que no
tendrán miedo en hacer sus propuestas (o, lo que es
peor, de imponerlas o seducir con ellas, dando lugar
en muchos casos a fanáticos).
Si el profesor cristiano es leal a lo que él mismo ha
recibido por tradición, en su contexto cultural, en
su comunidad, transmitirá ese mismo horizonte de
sentido que él ha experimentado como iluminador.

3.3. Áreas de desarrollo del líder cristiano

Desde esta perspectiva, toma fuerza es- pecto del docente como líder pero ahora
pecial todo lo dicho anteriormente res- ‘leído’ en clave cristiana:

a. Área personal

El profesor cristiano ha de trabajar pri- tanto, vivir el amor a Dios y al pró-

mero con él mismo, tener ideas claras y
formarse adecuadamente como cristia-
no. Aspectos a tener en cuenta son:
• Valores e ideales rectores de toda la
actividad personal o comunitaria. En
este caso, viene dado por el Evangelio
y la propia experiencia de Cristo. Por
jimo, el anuncio del Reino, vivir las
bienaventuranzas… se presentan ante
él como las ideas centrales.
• Líneas de desarrollo humano. Des-
de estos ideales y valores, un educa-
dor cristiano promoverá acciones
(formativas, comunitarias, celebrati-
Liderazgo 17
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
vas, lúdicas…) orientadas desde esta
experiencia de Dios.
• Formación personal, especialmen-
te de la Biblia: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios y además útil para
enseñar, para argüir, para corregir,
para educar en la justicia…” (2 Tim
3, 16).
• Autoconocimiento y madurez es-
piritual. El liderazgo exige del pro-
fesor su madurez espiritual, que viva
esta dimensión como central en su
vida. No puede ser un adorno o limi-
tarse a algún rito de vez en cuando,
sino que se trata de abrirse al cultivo
b. Área interpersonal
El liderazgo del profesor (del miembro
del equipo directivo, del orientador, del
tutor) lo ejerce con otras personas. Por
eso es esencial cuidar el trato con ellos.
La clave es la forma de relacionarse con
los demás. El amor, la misericordia, la
compasión, alegrarse con el que se ale-
18
de su dimensión espiritual y relación
con Dios como centro de su vida.
Desde el Evangelio y desde esta ex-
periencia tendrá nuevas luces en su
autoconocimiento. Y conocerse bien
(todo lo bueno que hay en uno) es
muy importante porque el líder cris-
tiano es aquel que sirve a otros con
lo mejor que hay en él, con sus cua-
lidades, con sus dones. En palabras
de apóstol (¡y líder!) Pedro: “Cada uno
ponga al servicio de los demás el don que ha
recibido, como buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios” (1 P, 4, 10).
gra, llorar con el que llora… son ahora
el nuevo estilo de relación del profesor
cristiano con los demás. Considera a los
otros más importantes que él mismo: “Si
yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los
pies, también vosotros debéis lavaros los
pies unos a otros” (Jn 13, 14).
c. Área organizativa
• Creatividad e innovación. Desde
El profesor líder que tiene a cargo un
centro educativo también promueve una
adecuada organización y gestión del cen-
tro. Para ello:
• Promueve el trabajo en equipo.
Con aquellos con los que comparta
el ideal cristiano, tendrá conciencia de
• Formación. La formación que pro-
que este trabajo no es sólo en equi-
po; es comunitario. En este contexto,
acepta asumir incomprensiones, crí-
ticas… está abierto a abrazar la cruz
que le toque por trabajar con otros y
para otros. No es siempre tarea grata
ni fácil. Habrá que ponerse al fren-
te en las tormentas y recibir críticas.
Pero no abandona la misión cuando
las cosas se ponen cuesta arriba. En
equipo trabajará siempre como un
igual, confiando en cada uno y pro-
moviendo su autonomía y creatividad
(aunque las cosas no se hagan ‘a su
estilo’).
la experiencia del Espíritu es posible
la innovación más radical, dar lugar
a nuevas experiencias y caminos, sa-
lir adelante en las encrucijadas y tor-
mentas peores. Para ello hace falta
estar atento al signo de los tiempos y
a lo que Dios insinúa en el corazón.
Las pequeñas y grandes obras de la
Iglesia (desde la construcción de cate-
drales a la creación de escuelas, desde
las obras de arte hasta las institucio-
nes de atención a los desfavorecidos)
siempre han sido innovadoras, gracias
a la acción de cristianos creativos y lí-
deres.
mueve un profesor cristiano (y, por
supuesto, un centro educativo cristia-
no) pasa por una creciente formación
evangélica, donde se encuentran pau-
tas para una educación integral de la
persona.
Liderazgo 19
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación
3.4. Liderazgo y Pentecostés
Como sabes, fue Pentecostés el momen-
to de inflexión a partir del cual aquellos
que habían conocido a Jesús lo empeza-
ron a vivir plenamente como algo ‘suyo’.
A partir de Pentecostés, a partir de la
llegada del Espíritu Santo, los primeros
cristianos comenzaron a mirar de modo
distinto su propia vida y la realidad, des-
cubriendo que estaban viviendo algo ex-
cepcional, algo nuevo, desconcertante
e inimaginable para quien no tenga esa
experiencia de Cristo vivo.
Justo es esta la experiencia a la que te
invito, la que explica de dónde viene la
fuerza para los que queremos vivir como
educadores cristianos. A partir del mo-
mento en que nos abrimos a la acción
del Espíritu, por fin podemos hacer de
Cristo algo realmente nuestro. Y sólo
desde esta experiencia de Cristo, expe-
riencia diaria y real, y de la experiencia
del Espíritu que nos envía es posible mi-
rar de manera nueva la propia vida y la
educación. En realidad es fácil, no hay
que hacer nada. Hay que dejar que el Es-
píritu actúe en nosotros o, lo que es lo
mismo, decidirnos por Cristo hoy, ahora.
Fíjate en el detalle de que, a diferencia
de los dos anteriores epígrafes, en este
ya no se trata de descubrir qué hemos de ha-
cer como educadores. Ahora se trata de dar
un paso más allá: se trata de dejarse ha-
cer por Dios. Quien se deja tocar por
Dios (¡experiencia apasionante y de ‘alto
riesgo’ porque te cambia la vida!) expe-
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rimenta una nueva personalidad, una
nueva mirada hacia los demás, una nueva
forma comunicativa: ¡este es el ‘secreto’
último de un liderazgo cristiano: abrirse
al Espíritu Santo, experimentar a Cristo
en la propia vida! Desde Cristo se com-
prende que “todo fue creado por Él… y
todo tiene en Él su consistencia” (Col 1,
16-17).
Para adquirir esta nueva visión y esta
fuerza, para poder sentir la acción del
Espíritu como fuerza y como don, no
hace falta mucho currículum, no depen-
de de la propia inteligencia o del trabajo
espiritual hecho por uno mismo… Es un
don que se regala a aquel que lo pide:
“Abre tu boca que te la llene” (Salmo 81,
10). Por ello, se trata simplemente de ha-
cer una experiencia en lo profundo del
corazón para que también puedas de-
cir “Hasta ahora hablaba de ti de oídas.
Ahora te han visto mis ojos” (Jb 42, 5).
Se trata simplemente de tomar la deci-
sión de buscar a Dios, de buscar su ros-
tro (también en el día a día de la escuela,
del instituto, de la universidad). Santa
Teresa de Jesús lo expresó con claridad,
en su célebre frase: “Búscame en ti. Bús-
cate en mí”. Y junto con la búsqueda (si
buscamos es que Dios ya está en nuestro
corazón) la segunda acción es pedir, pe-
dir el Espíritu Santo: “Si vosotros sabéis
dar cosas buenas a vuestros hijos cuánto
más vuestro Padre dará el Espíritu Santo
a quien se lo pida” (Lc 11, 13). No hay
que hacer nada, no hay que pagar nada
(Cfr. Is 55, 1). Sólo tenemos que buscar
y pedir, atreverse a experimentar a Dios
que llama a tu puerta y estar dispuesto a
cambiar la vida desde la experiencia de
Dios en tu vida cotidiana.
Este es el ‘secreto’ que te convertirá en
un líder cristiano, el ‘secreto’ que hará de
tu día a día una realidad distinta, el teso-
ro oculto que, si lo adquieres, cambiará
tus relaciones, tu modo de entender la
tarea en clase, la enseñanza. Es la roca
firme sobre la que construir el liderazgo
del profesor cristiano.
Anunciar y testimoniar implica comuni-
car.
La segunda sección de este curso se ocu-
pará de los modos y herramientas para
la comunicación. Pero fíjate en que la
excelencia comunicativa no procede de
realizar un curso de comunicación sino
de la fuerza que brota de dentro al ex-
perimentar la novedad de Cristo en la
propia vida, una y otra vez. Experimen-
tar a Dios cada día te da alegría, paz y
fuerza para manifestarle y anunciar a tus
alumnos y compañeros el sentido que tú
Sólo desde esta experiencia se podrá pos-
teriormente anunciar y testimoniar, con
facilidad, lo que se ha experimentado.
Serás evangelizador sólo si tú mismo/a
has experimentado a Cristo y el don del
Espíritu Santo en ti. Si no es así, de nada
valen planes de pastoral, buenas inten-
ciones o cursos y másteres de pastoral.
Es el Espíritu de Dios quien nos da la
fuerza que necesitamos para ser un líder
cristiano: “Y de igual manera, el Espíritu
viene en ayuda de nuestra flaqueza” (Rm
8, 26).
experimentas. Esto sencillamente es el
ejercicio del profetismo, propio de todo
cristiano. Por tanto, en resumen, el pro-
fesor cristiano ejerce su liderazgo cuando
actúa como profeta (dimensión común a
todo cristiano bautizado). Por eso, San
Pablo nos pide a todos: “No extingáis el
Espíritu, no despreciéis la profecía; exa-
minadlo todo y quedaos con lo bueno”
(1 Ts 5, 19-20).
Para terminar, algo muy importante: el
docente que se ha abierto al don del Es-
píritu Santo y a la experiencia de Cristo
en su vida, descubre que no puede ca-
minar sólo, que se abre a un tipo de vida
comunitario, que vive en comunión con
Dios y con otros. La vida cristiana exige
compartir la vida, orar juntos, trabajar
juntos, colaborar juntos, encontrarnos
todos los que hemos hecho el mismo
descubrimiento.
Liderazgo 21
Curso: +H29 Liderazgo y comunicación

Los cristianos
nos reconocemos hijos de un Padre común:
‘Padre nuestro’.
Este descubrimiento nos constituye en comunidad.
Necesitamos la comunidad
para seguir experimentando
a Dios en nuestra vida.
¡Alégrate!

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