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PROYECTO GENERACIÓN TRIPLE X

Memorizo las palabras de las películas porno

Es lo único en que quiero creer

Memorizo las palabras de las películas porno

Esta es una nueva religión para mí

MARILYN MANSON, “Slutgarden”

Muy buenos días a todos. Mi nombre es Arno Smith, médico psiquiatra del Departamento

de Investigación de la Universidad Interamericana de Ciencias de la Psique y continuador

del proyecto Generación XXX delineado por el Dr. Bruno Dominic Grombrowicz y llevado

a cabo bajo la autorización del Área de Salud Mental del Ministerio de Sanidad de la

Nación. Las conclusiones alcanzadas durante estos últimos ocho meses y la utilidad de las

hipótesis confirmadas por el Dr. Grombrowicz han sido ya presentadas en el expediente

administrativo Nro. 395/18, donde podrán ser consultadas una vez confirmados los patrones

de seguridad institucional y aprobada la correcta administración del presupuesto que

oportunamente nos fuera otorgado. Entiendo que es un horario temprano para llevar a cabo

una reunión de esta envergadura, pero para los prototipos cuya actividad podrán observar

en algunos minutos ya no existe la rutina que a la mayoría de los occidentales adultos

caracteriza. Entiendo que, asimismo, la mayoría de ustedes no pertenece al ámbito

científico sino al de la política, las fuerzas armadas, los estratos administrativos y, con

perdón de la carga peyorativa de la palabra, a la burocracia estatal. Por eso trataré de

adecuar mi léxico al saber de un profano en la materia. Cuando digo “la materia” claro que

no me refiero a la pornografía, ya que doy por sentado que todos ustedes en el algún
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momento de sus vidas han sido consumidores. A lo que me refiero, por cierto, es a teorías

como la del condicionamiento pavloviano en seres humanos, el conductismo, las terapias de

aversión, la Gestalt o algo tan complejo como la teoría del aprendizaje social de Bandura.

Pero este es un proyecto estatal, con implicancias militares y de aplicación belicista, por lo

tanto para la presentación de sus conclusiones iniciales he tenido en cuenta los aspectos

más pragmáticos y funcionales. Empezaré por hacer un breve recorrido por las estadísticas

que gracias a la colaboración remunerada de cuatro de los sitios pornográficos de la internet

más populares pudimos recopilar durante los años de estado embrionario del proyecto. En

el siguiente gráfico tenemos las cifras de uno de los aspectos básicos de la hipótesis inicial:

durante los últimos diez años el consumo de pornografía, de por sí alto, se ha incrementado

a casi el doble. Pese a no haber manera de testear la verdadera edad de los usuarios, la

estimación inicial, y de alguna manera premisa secundaria del proyecto, afirma que este

incremento deriva de la cada vez menor edad de los consumidores de pornografía digital.

En este cuadro se muestra el incremento aludido en cifras. Noten cómo el consumo pasó de

los veintiuno coma dos billones de visitantes en 2005 a treinta y tres coma cero cinco en el

año pasado. Por otro lado, en 2005 se consumieron ciento ochenta y siete coma ocho

millones de videos frente a los noventa y tres del año pasado. Ello, si lo apreciamos en este

cuadro comparativo, es un indicativo del aumento progresivo en la magnitud de la epidemia

de adicción a la pornografía sobre la que viene alertando desde hace algunos años la

Organización Mundial de la Salud. Si a eso le sumamos que el tiempo promedio por visita a

un sitio pornográfico se ha visto incrementado en un cuarenta por ciento en los último cinco

años, como este otro gráfico de barras lo indica, tenemos una cierta confirmación al

respecto. Durante el último año, los usuarios de internet pasaron más de diecisiete coma

doce billones de horas mirando pornografía. Pero todo esto es apenas el caldo de cultivo del
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experimento llevado a cabo, y cuyos resultados estarán a la vista de todos ustedes en breve.

El que fue el punto de partida para la teoría del Dr. Bruno Dominic Grombrowicz...,

quien... El doctor, como todos ustedes saben pese a que el caso a la fecha felizmente no ha

tomado dominio público, fue una de las víctimas que se cobró este proyecto en su fase

experimental. Ni la primera ni la última, pero al menos podemos a la fecha asegurar con

certeza que, si bien lo ocurrido al doctor fue consecuencia de un mero accidente logístico,

no existe ahora posibilidad alguna de que algún incidente similar pueda repetirse. Los

prototipos del proyecto serán ejecutados tan pronto como termine esta exposición. El

doctor, decía, eh... El doctor... Si no les molesta... Él fue una persona muy importante para

mí, un verdadero mentor, y su teoría no tengo dudas de que devendrá en una herramienta de

enorme utilidad para el crecimiento armamental de nuestra Nación. ¿Les molestaría ponerse

todos de pie y acompañarme en un minuto de silencio en honor al Dr. Bruno Dominic

Grombrowicz, creador del Proyecto Generación XXX? Bien. (...) Gracias, señores. Pueden

sentarse. El punto de partida para la teoría del Dr. Bruno Grombrowicz proviene de una de

las variables recopiladas por estos sitios pornográficos a los que ya hice alusión. Como

podrán observar, estas fueron las diez categorías o etiquetas de videos más buscadas y

visitadas durante el año 2005. En primer lugar, tenemos videos de la categoría Sexo anal.

En segundo lugar, Teenager, o adolescente. Le siguen, en orden descendente: M.I.L.F.

(siglas de Mother I’d Like to Fuck, “madre que me gustaría cogerme”), luego Lesbian, más

abajo Latinas, Tugjob (mujer masturbando hombre, preferentemente), Cumshot

(eyaculación), Titfuck (paja turca), Blowjob (mamada) y Creampie (eyaculaciones

internas). Durante los siguientes seis años principalmente varía el orden en que estas

categorías se presentan, con una preeminencia en los primeros lugares de Lesbian, Blowjob

y Cumshot, con incorporaciones como Faciales, Threesomes (tríos) o Trannies (travestis y


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transexuales) y con la consolidación de Teenagers en un permanente primer lugar. Pero

todo, como pueden verificar, dentro de los márgenes de los deseos sexuales del sujeto

masculino occidental promedio, que... Disculpen. He salteado uno de los cuadros... Acá

está. Es este, sí. Este cuadro nos muestra un consumo de porno con una mayoría de

usuarios masculinos que osciló durante la última década entre las cifras porcentuales

variables de sesenta y cinco y ochenta y cuatro. Ello sentado, y volviendo ahora a la

temática de las categorías, lo primero que pudimos advertir fue un incremento en la

morbosidad en los títulos de los videos que dentro de cada una de esas categorías

mayormente estándar se ofrecían. Bajo la etiqueta de Anales entre los años 2007 y 2009 ya

podíamos toparnos con denominaciones del tipo: “Profesor coge duro a Isabel por detrás y

le da una alta calificación” o “Rubia boba es cogida analmente con dureza (filmado de

cerca)”. Bajo la etiqueta Cumshots: “Ninfómana caliente con grandes gomas es cogida en el

gimnasio por gran verga hasta la descontrolada eyaculación en el ojo”. En Faciales: “Sucia

atorranta tetona sonríe durante una corrida en el rostro”. En Fingering, o “dedeo”, otra

categoría menor dentro del top-ten de 2009: “A puta asiática en ropa interior diminuta le

‘dedean’ la concha pelada en el salón de clases.”; o bien en Interracial encontramos cosas

como “Perra pelirroja con lindo culo y concha afeitada chupa vergas negras y se empapa en

leche” e incluso esta que podemos apreciar ahora, “Negra tetona en vestido de red pajea la

verga de un blanco debilucho y la chupa”. Esta virulencia no se limitaba a la denominación

de esos videos, sino que de hecho se plasmaba en el contenido, conforme podrán ustedes

apreciar en los fragmentos que se muestran en la otra pantalla, sin sonido. En pocas

palabras, cumplían lo que prometían. Pero fue la categoría Mamadas la que resultó ser el

primer indicativo de que las cosas iban a ponerse un poco ásperas en los próximos años de

consumo. Los títulos como “Chica blanca freak se ahoga con una gran pija negra” o “Sucia
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reventada chupa un pito mientras lo cachetea” dieron lugar a una directa sustitución de la

categoría en las listas, y el lugar fue ocupado por los videos de Deepthroat (garganta

profunda): “Morocha hambrienta muestra su impresionante habilidad para ahogarse con la

verga”, “Rubia ninfómana agresivamente se traga una verga hasta las pelotas y se acaba”,

“Atractivas chicas forzándose una a la otra a tragar una verga hasta el fondo”, etcétera. Otra

categoría sustituida fue la de Cumshot, en favor de los videos de Gloryholes (huecos

practicados en paredes o biombos, a través de los cuales actores cuyo cuerpo y rostro no

vemos pasan sus penes para disfrutar de sexo oral, anal, vaginal o manual con la actriz que

se encuentre del otro lado, sin verla y sin ver ella más que el falo del beneficiado). Eso que

vemos en la pantalla es una combinación de Gloryhole y Gangbang llamado “Puta de

grandes tetas con medias de encaje satisface cuatro pijas cachondas.”. Las categorías

Gangbang y la variante Blowbang, sumadas a Bukkake (entiendo que no necesito dar

mayores explicaciones del contenido del material al que estoy haciendo alusión) lideraron

la lista de más buscados en 2010, para dar lugar en los tres años siguientes a una directa

sustitución de etiquetas en favor del Fisting (penetraciones usando una mano entera), del

Ass to mouth (puede hallarse incluso en su forma abreviada, A2M, y consiste en tomas sin

cortes en las que el pene del actor pasa del ano a la boca de la actriz), del Cum swap

(práctica que consiste en un traspaso de semen de la boca de una actriz a la boca de otra),

Bondage, Smothering, Human ashtray y Facesiting (y todas las demás variantes del

sadomasoquismo), Step mom o Step sister (madrastra o hermanastra). Finalmente llegamos

al top-ten del año 2014, el punto de partida para la que fuera la hipótesis inicial del Dr.

Grombrowicz. Como pueden observar, en el puesto diez están los videos de Punching, una

variante del Fisting que constituye una verdadera ostentación de agresividad, toda vez que

en vez de introducirse en el orificio anal primero los dedos extendidos en forma de pico de
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ave, la mano ingresa con los dedos cerrados en forma de puño y adentro se comporta como

si de una riña se tratara. En el puesto nueve tenemos a la categoría DVDA (doble vaginal,

doble anal), que probablemente esté entre lo más osado que pueda concebirse sin llegar a la

repugnancia: dos hombres penetran a una actriz utilizando sólo uno de los dos orificios

aludidos. Es decir, se alternan dobles penetraciones vaginales con dobles penetraciones

anales. Por cierto, y solo como dato de color, es también esa la tarifa por acto sexual

unitario más alta que se le paga a una actriz porno. Puesto número ocho, y acá la cosa

comienza a ponerse realmente extraña: Espéculos. Puesto número siete: Desfloraciones. En

su mayoría, simuladas; no estamos hablando de la Deep Web, señores. Le sigue la categoría

de Dormidas, y asumo a que esto no necesita explicación. Más abajo tenemos a los

Vómitos (provocados durante gargantas profundas); en el puesto cuatro, Juego de roles, que

es un eufemismo para las escenas de violación simuladas; en el tres Sexo en público (y no

hablamos precisamente de una pareja cumpliendo una fantasía, son escenas en las que

hacen entrar a una actriz maniatada a un bar y les dan vía libre a todos los parroquianos) y

en el segundo puesto está Étnico, una rareza que involucra sexo con aborígenes africanos y

asiáticos, verdaderas superproducciones donde los negros que son felados por pulposas

actrices porno alemanas o las indias que son enculadas por actores italianos dudosamente

hayan tenido la comprensión de lo que significa quedar registrado en un video porno que

todo el mundo verá por siempre. Ahora bien, hemos llegado al primer puesto del año 2014,

y he aquí que, como corolario de todo lo anterior tenemos a la categoría P.O.V., siglas de

Punto de Vista, y no son más que videos gonzo en los que el protagonista sostiene la

cámara mientras tiene sexo, lográndose así una plena identificación del consumidor con el

actor. ¿Sorpresivo, no? Porque, déjenme aclarar, en esas escenas no suele haber siquiera

porno rudo. Ni cachetazos, ni ahorcamientos, ni escupidas: el actor debe sostener la cámara,


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así que el sexo en esta categoría, si bien supera la calidad del acto sexual promedio de la

población mundial, no pasa de los carriles clásicos. Esto es significativo, señores. Porque

de aquí brotó la hipótesis inaugural del doctor: ¿acaso no sería una combinación de sexo

POV y violencia el material más buscado, de existir? Bien. Desde ya les adelanto que no se

trató este experimento de producir material de porno extremo mediante una subvención

estatal. El doctor Grombrowicz decidió atar cabos y relacionar este creciente interés por la

violencia sexual y la participación en actos de sexo clásico pero irrestricto, y con irrestricto

estoy aludiendo al reflejo de nuestras pasiones, a la expresión más pura de nuestras

preferencias sexuales, del sexo en estado puro, de esa realidad de la que carecemos muchos

mortales: desnudez sin complejos, intercambio de fluidos sin restricciones anticonceptivas

o venéreas, poses inusuales, lenguaje soez, gemidos y griterío, cachetazos y ahorcamientos,

felaciones osadas... Bien, no pretendo excitar a nadie con mis palabras, sino pasar al

siguiente aspecto del proyecto. ¿Alguna pregunta, antes de que continúe? ¿Nadie? Perfecto.

El doctor tomó como siguiente punto de partida la demostración empírica que hace algunos

años hicieron ciertos pedagogos franceses respecto del poder de las imágenes a la hora de

adoctrinar. Estos estudios revelaron que toda información contenida en imágenes, esto es,

toda comunicación visual no verbalizada, es comprendida, aprendida y asimilada con una

rapidez y una facilidad que jamás podrían ser alcanzadas por el lenguaje escrito o hablado.

La razón primordial para ello es simple: debido a que las imágenes son interpretadas por el

cerebro como hechos y las palabras por otro emitidas suelen ser interpretadas por el

receptor como meras opiniones (y esto se ha visto reforzado a la enésima potencia desde la

irrupción de las redes sociales en los aspectos más capilares de la vida cotidiana), el

aprendizaje con imágenes (“si no lo veo no lo creo”) es más efectivo que una mera charla

informativa. No es casualidad que esté acompañando esta presentación con imágenes que
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se alternan en tres pantallas ilustrando paso a paso mi disertación, y no pretendo con esto

insultar sus inteligencias, claro está. Pero el doctor Grombrowicz en esta etapa inicial de su

experimento, antes de que el Ministerio nos cediera estas instalaciones y los sujetos

experimentales, logró comprobar que el cerebro adquiere los conocimientos con mayor

facilidad, desde la comprensión, la memoria y la capacidad de transmitir luego la

información adquirida, cuando su portador, el sujeto cognoscente, el educando, si se quiere,

se encuentra sexualmente excitado. El nivel de concentración que el cerebro humano

preferentemente masculino alcanza durante las sucesivas búsquedas de material para

masturbarse (sea mediante buscadores como Google o mediante los buscadores internos

que tienen los sitios pornográficos) involucra un deseo sexual desmedido, objetivos claros y

libres de todo tipo de condicionamiento social o moral y un uso de la memoria solo antes

evidenciado en sujetos que están viviendo una situación de extrema peligrosidad o peligro

de muerte para ellos o un ser querido. Descubrimos mediante la observación directa que la

forma infalible en que son aprehendidos por el intelecto los datos visuales o sonoros que

pasan por los sentidos del usuario habitual de pornografía (adictos, en la mayoría de los

casos) no ha tenido precedentes en la historia humana. Y ello no solo debido a la

concentración que el deseo sexual ejerce respecto del objeto de ese deseo, sino también por

lo variado, heterogéneo y gratificante que resulta ser ese objeto. De hecho, lo que se

aprende casi de memoria durante las búsquedas de pornografía (nombres de actrices, de

videos, localización del material, características de las escenas visualizadas, orden de los

actos sexuales que se realizan en cada una e incluso los parlamentos), todo ese aprendizaje,

digo, se ve reforzado por la recompensa que luego implica alcanzar el clímax sexual

mediante la masturbación y la ensoñación que produce estar visualizando y oyendo el acto

o situación sexual deseada. ¿Alguna pregunta, señores? Sí, lo escucho. (...) No


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necesariamente, y el siguiente punto que a continuación expondré responderá su pregunta

en forma que estimo será satisfactoria. ¿Alguna otra pregunta? Bien, sigamos... Si bien,

razonando que en medio de una relación sexual no puede una persona excitada aprender

álgebra o la geografía de los Balcanes, uno se vería tentado en un primer momento a pensar

como lo acaba de hacer el Señor Vice-Ministro del Cuerpo de Asesores del Triunvirato.

Pero lo cierto es que a otra interpretación puede llegarse partiendo del hecho de que un

cerebro condicionado por la excitación sexual permite un aprendizaje propio de una

persona superdotada. Superdotada intelectualmente (valga la aclaración). Es verdad que,

creadas las condiciones perfectas para el aprendizaje, es decir, estas condiciones, jamás

antes exploradas por razones obvias (la inexistencia de la internet y del mercado

pornográfico digitalizado y al alcance de los hogares), no basta con insuflar la información

deseada por las vías apropiadas. Para el proyecto subvencionado fueron utilizados seis

sujetos experimentales del sexo masculino, con una edad que oscila entre los dieciocho y

los veinticuatro años, y todos tuvieron su primer contacto con el sexo a través de la

pornografía. De hecho, los seis seleccionados, de un listado de cuarenta y cinco voluntarios,

descubrieron la existencia del coito y el sexo oral a través de la pornografía, incluso antes

de que compañeros de colegio, tíos o vecinos les revelaran los secretos de la vida sexual de

sus padres. Para garantizarnos un adoctrinamiento adecuado, los seis sujetos son adictos al

género. Detrás de este vidrio podemos ver a dos de los voluntarios (ahora prototipos) en sus

respectivas habitaciones. Ellos no pueden vernos, no teman. Son voluntarios que, por

cierto, ingresaron al proyecto en la creencia de que todo se limitaría a consumir pornografía

por internet todo el tiempo que quisieran, y que las actividades incluirían sexo filmado pero

no divulgado con sus actrices porno favoritas. Claro que los sitios porno a los que tuvieron

acceso fueron de una cantidad limitada de veinte dentro de una microinternet diseñada por
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los mejores ingenieros informáticos que el presupuesto pudo solventar, y se trató de

réplicas de sitios reales. Ello nos permitió ir poco a poco condicionando el material al que

los adictos podían acceder. Como podrán observar en esas habitaciones, después de meses

sin hacer otra cosa más que comer, dormir, mantener un estado físico óptimo levantando

pesas en el gimnasio del subsuelo, masturbarse, mirar pornografía y realizar todo tipo de

acto sexual con sus actrices favoritas de tanto en tanto, no solo el metabolismo sino su

rutina diaria se ha visto alterada hasta el punto de no tener absolutamente ningún patrón

horario. Después de despertar, incluso antes de desayunar, el solo hecho de clickear con el

mouse cualquier vínculo en la pantalla de la computadora que directa o indirectamente los

lleve al porno los pone en un estado de frenetismo contenido, los hace temblar, sus cuerpos

experimentan un calor real (vean sino los colores que arroja la cámara infrarroja con

detectores criogenizados en el monitor que tenemos a la izquierda del espejo) y la

concentración es total. Y si bien las búsquedas de los seis sujetos se adecuaban en mayor o

menor medida a la virulencia de las preferencias que arrojaron las mediciones de los sitios

porno para el año 2014, durante los últimos seis meses nuestros técnicos han quitado y

agregado material en los sitios pornográficos, de manera tal que, en forma voluntaria o por

descarte, los seis adictos debieron conformarse con material cada vez más agresivo. Los

seis eran heterosexuales, así que en forma concomitante luego comenzamos a infiltrar

hipervínculos que en vez de llevarlos al video con escena lésbica o chico-chica u orgía los

derivaba a videos en los que al menos uno de los participantes era travesti. Videos de una o

dos actrices con un travesti primero, vídeos de un hombre con un travesti más adelante,

todo en un marco de estricta progresividad que permitiera, partiendo de la carencia de

opciones, cual si de sexo carcelario se tratara, un adoctrinamiento en función de las

preferencias sexuales requeridas por el proyecto. Nada que difiriera demasiado de la tarea
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que realizan las radios para las discográficas, si prefieren un ejemplo afín. De eso poco a

poco pasamos a mezclar porno gay en esos hipervínculos engañosos. Mediante medios que

debo admitir devienen por completo ilegales, parte del presupuesto fue utilizado para

adquirir en el mercado negro material con sadomasoquismo extremo (que en ciertos casos

termina con la muerte del esclavo) y violaciones no simuladas. Y del porno-gay pasamos al

material ilegal, al snuff y las violaciones, que matizamos con algo del porno hardcore que

ya venían mirando, para lograr la asociación con la cotidianeidad necesaria para todo

adoctrinamiento, y con videos de porno con embarazadas, por el motivo fundamental que

más adelante podrán comprender. El interés de estos muchachos por las actrices porno del

listado que al ingresar cada uno entregó no decreció luego de que comenzaran a

masturbarse esporádicamente con vídeos de porno trans o gay, ya que se volvieron

teóricamente bisexuales, pero sí aumentó progresivamente el peligro de lesiones graves o

violación. Mintiendo, les dijimos que el Estado había recortado nuestro presupuesto y

sustituimos a las actrices por prostitutas de lujo que trabajaran en forma privada (fuera de

agencia) y más tarde introdujimos travestis en sus habitaciones. Primero en tríos y más

tarde para sexo en pareja. Claro está que el motivo del cambio de carnada residió en que

tanto las escorts como los travestis resultaban tan lastimados por las nuevas apetencias

sexuales de los sujetos experimentales que, o bien morían, o bien debían ser sacrificados

por la Secretaría de Asuntos Internos del Ministerio de Monopolio de la Fuerza Física. Por

eso es que en su mayoría se trató de convictos que eran invitados con la promesa de

conmutarles la pena si colaboraban con el proyecto. ¿Señor? ¿Sí? Su nombre, si es tan

amable. Bien. (...) Bueno, no era este uno de los objetivos a demostrar en el proyecto, pero

sí también pudimos comprobar que todas y cada una de las actrices que estos muchachos

eligieron estuvieron dispuestas a participar por cifras algo superiores a las que cobraban por
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escena. Les pido, por favor, y espero que no tomen a mal esto, que reserven sus preguntas

para los intervalos en que yo lo autorice. Bien. Luego de que suavizáramos el contenido

disponible, eliminando en primer lugar el snuff de nuestra microinternet, una variable

inesperada fue introducida por los mismos sujetos experimentales cuando asumieron que

tendrían vía libre para dar rienda suelta a las más violentas prácticas sexuales con las

prostitutas y los prostitutos proporcionados, y esa variable fue el requerimiento de juguetes

e implementos sexuales. Se les dijo que en un futuro cercano dispondrían de los mismos y

paulatinamente se eliminó del contenido adulto de la microinternet todo video que

contuviera cualquier tipo de acto sexual con algo que no fuera el cuerpo humano. Para

entonces ya estaba todo diseñado para dar el siguiente paso. ¿Alguna nueva pregunta? (...)

Es verdad, General Lamas, y su objeción fue, tal como está documentado en el expediente,

parte de este proyecto, pero fue uno de los aspectos fallidos del grupo de hipótesis del

doctor Grombowicz. En una etapa primaria se recurrió al uso de información de corte

político o ideológico insertada en forma subliminar en los videos pornográficos. Algo que,

como puede adivinarse, llevó muchísimo tiempo de preparación. Incluso se intentó

adoctrinar despidiendo infrasonidos cifrados por los parlantes que hay ocultos detrás del

empapelado de las habitaciones. De manera algo compleja para explicar en esta exposición

(se diseñó una especie de alfabeto Morse tridimensional), el contenido de la pornografía

que por entonces estaban viendo tenía el propósito de permitirles a sus cerebros decodificar

la información que mediante el ultrasonido intermitente recogían. Se suponía que en par de

semanas debían ser expertos en manejo de armas bacteriológicas. Pero los sucesivos

exámenes tanto escritos como orales solo reflejaron el extrañamiento de los sujetos

experimentales. Es decir, el único aprendizaje que la excitación sexual favorece hasta el

adoctrinamiento es todo aquel que pueda ser explícitamente relacionado con el placer, con
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la satisfacción, con el clímax, con el orgasmo. ¿Alguna otra pregunta? Bien. Lo que ocurrió

en siguiente lugar fue que el Ministerio de Planificación Prostibularia nos proveyó de

mujeres sobrevivientes del trafficking humano, aquellas que, rescatadas, se hallaban en la

cuarentena previa a la reunión con sus familiares. Para aquellos que no estén al tanto del

protocolo seguido durante los rescates en prostíbulos clandestinos, las familias de las

jóvenes rescatadas recién toman conocimiento de la liberación una vez que estas han

pasado por los chequeos médicos y psicológicos correspondientes que aseguren que la

liberación no entraña un potencial peligro para la sociedad. Y entonces comprobamos la

efectividad del método ensayado y la certeza de los estudios llevados a cabo sobre la

comprensión y el adoctrinamiento bajo estado de excitación sexual. Vean ustedes lo que

ocurrirá en instantes. Mientras yo hablaba, los técnicos han lentificado la banda ancha de la

internet de la computadora de estos dos prototipos, elegidos al azar entre los seis, ya que

todos han respondido en idéntica manera al tratamiento. Ni uno solo de los videos que

clickean funciona. Pueden ver cómo la ira ha ido en aumento en cuestión de segundos. Uno

camina como un león enjaulado; el otro, tendido en la cama, intenta masturbarse sin poder

conseguir una erección. Matarían por un poco de pornografía. Es ahora el momento de que

las señoritas ingresen, Freddy. (...) Lo hacen, como pueden ver, esposadas y con los ojos

vendados, y una vez que la puerta vuelve a cerrarse bajo traba las esposas son desactivadas

por control remoto. Vean que lo primero que ocurre es que las carnadas se quitan la venda y

empiezan a gritar en pleno colapso nervioso producido por el trastorno postraumático que

por lógica acarrean. (...) Nada que ninguno de ustedes no haya hecho o visto antes, si me

permiten la humorada, señores. Los prototipos están violando y golpeando salvajemente a

las carnadas humanas. Observen que incluso tienen la capacidad de eyacular más de una

vez en pocos minutos, gracias también al material pornográfico con el que fueron
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condicionados. Y que no desaprovechan la oportunidad de inseminar a sus víctimas,

conforme parte de la recompensa que esperan de la vida a largo plazo es poder tener sexo

con embarazadas. (...) El desenlace siempre es el mismo: entre o no la víctima en shock, o

se desmaye o no, de un momento al otro el prototipo pierde todo interés en ella. Ya

podemos bloquear el espejo, Freddy, y que retiren las carnadas, por favor. ¿Preguntas?

¿Ninguna? Sigamos entonces. Fue previo a este contexto de control absoluto sobre la

conducta de los prototipos que el Dr. Grombrowicz perdió la vida. Una noche decidió

permanecer en el edificio revisando el material conclusivo recogido en el sistema

informático y, por motivos que desconocemos, ingresó en la habitación de uno de los

sujetos experimentales. Fue hallado por la mañana en estado de coma, con una contusión

craneal de gran entidad, después de haber sido violado y molido a golpes repetidas veces

por el sujeto en cuestión. Había perdido mucha sangre a consecuencia de las hemorragias

anales y, como ya todos saben, murió días después sin haber recuperado la conciencia. El

proyecto estuvo a punto de ser abortado, pero debemos su continuidad al apoyo de todo el

cuerpo de profesionales del Instituto y al sostenimiento económico que el Ministerio aceptó

mantener, teniendo, por un lado, las conclusiones preliminares del método ya redactadas

por el doctor, y, por otro lado, estando acreditada la utilidad práctica del proceso de

entrenamiento dentro del fortalecimiento de las Fuerzas Armadas Nacionales. No es más

que una derivación razonable admitir que ahora que las intervenciones políticas y

económicas sobre los países limítrofes, necesarias e inminentes para hacer más grande a

este país, han tomado dominio público, devienen insoslayables las tareas de exterminio

étnico. La tendencia a exterminar a la víctima por parte de los sujetos experimentales se

solucionó retrocediendo un poco en el experimento. Se introdujo en las computadoras de

cada habitación un dispositivo que emitía un infrasonido cada vez que la banda ancha de
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internet se encontraba funcionando correctamente. Cuando fallaba (momento que coincidía

con el ingreso de las carnadas) el dispositivo hacía bajar por completo el volumen del

infrasonido, que volvía una vez que el servicio de internet era restaurado. Al escucharlo sin

siquiera notar conscientemente que lo estaba haciendo, el prototipo, inmerso en la violencia

sexual, abandona a su víctima y vuelve a la computadora. Es por eso que ustedes vieron a

los dos prototipos recién observados perder el interés en la violación de un momento al

otro. Ahora bien, ustedes deberán estar preguntándose dónde está la utilidad práctica del

proyecto Generación XXX desde el punto de vista militar y/o armamentista. Tenemos un

sujeto del sexo masculino en perfecto estado físico al que, mediante la manipulación de los

datos que recibía en estado de excitación sexual (los únicos datos que pudo absorber

durante meses), se lo condicionó para no pensar en otra cosa que no sea en su propia

gratificación sexual frente a la aparición física de otro ser humano. El detalle está, señores,

en que este sujeto ha sido llevado a un punto de lujuria específica tal, que ha perdido todo

tipo de respeto por la dignidad humana, además de todo tipo de remordimiento. Sentadas

las bases del entrenamiento, pasemos ahora a la aplicación práctica de los resultados. El

proyecto tuvo como antecedentes directos dos fenómenos bélicos de manifestación

espontánea que dejaron en evidencia un aspecto de la naturaleza humana que, de ser

manipulada con el método correspondiente, puede, y creo que lo hemos logrado,

desembocar en un directo pragmatismo con beneficios estatales. En primer lugar, el doctor

Grombrowicz realizó una minuciosa investigación documental sobre las violaciones

masivas de más de cuarenta mil mujeres musulmanas llevadas a cabo en la ex-Yugoslavia

por policías, soldados y jerarcas militares serbios durante la Guerra de Bosnia, en la

primera mitad de los noventas. Recordemos que fue el reconocimiento de estos crímenes de

guerra lo que determinó que por vez primera la violación fuera considerada como arma de
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guerra utilizada para llevar a cabo una limpieza étnica. ¿Un innegable caso de serendipia?

Claro que no. Los serbios realmente buscaban embarazar a las musulmanas. El objetivo era

contaminarlas con su simiente, obligándolas a parir una descendencia serbia y cristiana. Si

bien el doctor no pudo obtener estadísticas certeras, se calculan por varios miles los

puerperios que llegaron a término, dejando a una buena parte de la población adulta actual

con la incógnita sobre su verdadera paternidad. En segundo lugar, el doctor tuvo en mente

las torturas llevadas a cabo y documentadas por soldados norteamericanos, británicos y

españoles durante la ocupación de Irak, entre los años 2003 y 2011. Además de las golpizas

usuales, a los iraquíes detenidos se los fotografió desnudos y en posiciones sexuales, se

obligó a hombres a usar ropa interior femenina, se los sodomizó con objetos cilíndricos

varios, se los asfixió con capuchas, se los electrocutó, se los bañó en orina y heces, se los

sometió a simulacros de ejecución y se los paseó con collar como perros y, por cierto,

fueron perros reales los que, por orden militar, en más de una oportunidad lastimaron a los

prisioneros. Se trató mayormente de detenciones clandestinas pero, y he aquí el punto que

el doctor no dejó de observar, todas y cada una de las torturas habían sido supervisadas por

el Pentágono a través de contratistas veteranos de guerra expertos en exterminio. Supongo

que ya varios de ustedes habrán podido sumar uno más dos. Lo que van a permitir los

resultados alcanzados por el proyecto Generación XXX será entrenar soldados para llevar a

cabo una guerra bacteriológica de dimensiones únicas, imposible de detectar por las

organizaciones de derechos humanos y los tribunales internacionales de guerra. No se

tratará ni de agua contaminada ni de pulgas japonesas apestadas tiradas al aire. Bastará que

se le permita al Departamento de Asuntos Científicos de la Secretaría de Guerra del

Ministerio de Monopolio de la Fuerza Física inocular con el virus del SIDA a soldados

debidamente condicionados por el proyecto Generación XXX. ¿Qué mejor método de


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contagio que la violación durante los procedimientos de guerra y durante las detenciones en

los campos de prisioneros? Es claro que la tendencia a incurrir en el abuso sexual es algo

innato para las fuerzas de seguridad de cualquier país, pero no olvidemos que estos

soldados estarán especialmente programados para violar todo lo que se les cruce en el

camino, siempre excitados, siempre erectos, siempre obedientes al infrasonido. Podemos

reforzar su potencial con dosis periódicas de esteroides androgénicos en una nueva versión

ya adquirible en el mercado, que emula la molécula de la testosterona sintetizándola a partir

de una plantilla tomada de la raíz de la zarzaparrilla, eludiéndose así los efectos adversos en

el organismo. E incluso podría llegar a ser de gran utilidad, previo a cada operación o

procedimiento militar, un suministro de citrato de sildenafilo (el popular Viagra, señores,

estimo que todos lo han probado alguna vez). ¿Se imaginan a toda una nación subyugada

por nuestras fuerzas militares, con ciudadanos infectados de SIDA que se verán obligados a

someterse a las decisiones políticas de nuestro gobierno invasor a cambio de

medicamentos? En fin, considero que los objetivos del proyecto XXX fueron alcanzados

con creces, y ahora será decisión del Ministerio y del excelentísimo Triunvirato

perfeccionar y poner en práctica esta novedosa arma de dominación y destrucción masiva.

Creo que esto es todo, y espero haber sido lo suficientemente explícito, claro y didáctico.

¿Preguntas?

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