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1 Bienvenido al Museo de la Sábana Santa de Turín, fundado en 1936 por la Cofradía del Santísimo Sudario

e instalado en su actual ubicación en 1998. Hasta el año 1898 el conocimiento y la difusión de la imagen
sindónica se limitó a su interpretación a través de dibujos, pinturas y grabados. Pero en ese año la primera
fotografía de la Sábana revolucionó esta perspectiva, al permitir la realización de imágenes y
reproducciones fieles, ya no solo con fines devocionales sino también documentales y científicos. Además,
la fotografía de la Sábana reveló inesperadamente que la figura impresa en el lienzo se comporta como un
negativo fotográfico. De hecho, esta circunstancia es patente tanto por la inversión de claros y oscuros
como por la espacial derecha/izquierda. Así, en el negativo fotográfico se puede apreciar la imagen del
Hombre de la Sábana Santa con los claroscuros reales. Este descubrimiento estimuló el interés de los
investigadores científicos, quienes desde los primeros años del siglo XX empezaron a preguntarse por el
tipo de fenómeno que podía haber producido la impresión de una imagen tan singular. A partir de 1898 la
Sábana ha sido fotografiada oficialmente 6 veces: en 1931 por Giuseppe Enrie, en 1969 por Giovanni
Battista Judica Cordiglia, que realizó la primera fotografía en color y, más tarde, por Gian Carlo Durante en
1997, 2000, 2002 y 2010. Otras fotografías importantes, aunque no oficiales, han sido realizadas en
distintas ocasiones. En esta sala están documentadas las fotografías y las imágenes que han marcado la
historia de la Sábana.

1.01 En este panel y en el siguiente se pueden ver siete de las ocho placas que Secondo Pía realizó en 1898,
las únicas que aún se conservan. Las cuatro de formato pequeño expuestas aquí fueron de prueba y se
tomaron el 25 de mayo de 1898. Es evidente que Pía notó de inmediato las singulares características de la
imagen en el negativo fotográfico. Por desgracia, Pía dispuso de poquísimo tiempo y surgieron muchos
inconvenientes de carácter técnico que complicaron su labor, razón por la cual el resultado de su trabajo
resulta aún más admirable.

1.02 Las tres placas de formato grande fueron realizadas el 28 de mayo con distintos tiempos y aperturas. A
partir de la primera se obtuvieron todas las demás copias e impresiones. La Sábana estaba protegida por un
grueso cristal e iluminada, por primera vez en la historia, por dos focos eléctricos. El distinto grado de
iluminación de los focos y su reflejo en el cristal hicieron muy difícil la toma. Por eso en la placa se nota que
una mitad del Lienzo está más iluminada que la otra.

1.03 A pesar de las prohibiciones, algunas personas lograron tomar fotografías de la Sábana Santa durante
la ostensión de 1898. Aquí se presentan tres imágenes que, aunque dejan que desear desde el punto de
vista cualitativo, tienen un notable valor desde el punto de vista histórico. De hecho, contribuyeron a
demostrar la corrección del procedimiento utilizado por Pía: también en ellas se pueden apreciar las
características de negativo fotográfico de la imagen sindónica. Resulta particularmente interesante la
fotografía de la izquierda, tomada por Felice Fino, jefe de seguridad de la catedral y fotógrafo aficionado,
que fotografió la Sábana al mismo tiempo que Pía. Es probable que el mismo Pía le pidiera esta toma para
poder compararla con las suyas y convalidarlas. Las dos imágenes de al lado fueron tomadas por el padre
Gianmaria Sanna Solaro (abajo) y por un anónimo (arriba). La presencia de las cabezas de las personas
frente a la Sábana demuestra que los autores de estas imágenes se mezclaron entre la gente que acudía a
la catedral, provistos de pequeñas máquinas fotográficas escondidas. 1.04 Con ocasión de la ostensión de
1931 se autorizó al fotógrafo profesional Giuseppe Enrie para que fotografiara nuevamente la Sábana. Esta
vez se retiró el marco, por lo que se pudieron tomar también fotografías de detalle a corta distancia y sin el
cristal de protección. Enrie reveló numerosas placas. En este panel se exponen las más significativas. En
particular, se destaca el negativo del rostro a tamaño natural, cuya perfección no ha podido ser superada.
1.05 En 1969, con ocasión de la ostensión privada de la Sábana para someterla a examen por un grupo de
investigadores autorizados por el Arzobispo de Turín, Cardenal Michele Pellegrino, el fotógrafo Giovanni
Battista Judica Cordiglia realizó la primera fotografía en color del Lienzo.

1.06 En 1978, al término de la ostensión con motivo de la celebración de los 400 años de la llegada de la
Sábana a Turín, la Sábana Santa fue puesta a disposición de los científicos para llevar a cabo una serie de
exámenes con el fin de analizar sus características y origen. Entre los 44 científicos que durante 120 horas
se alternaron en torno a la Sábana, había un nutrido grupo de investigadores estadounidenses. Su fotógrafo
era Barrie Schwortz, que tomó una serie de fotografías tanto de la Sábana Santa como de la documentación
de los trabajos. Entre las imágenes más representativas de la serie se encuentran las aquí expuestas, en las
que se puede apreciar la Sábana Santa fotografiada con luz directa y al trasluz, es decir, con la fuente de luz
ubicada detrás del lienzo, obteniendo así una fotografía en transparencia.

1.07 El 25 de junio de 1997 la Sábana fue llevada a la iglesia que se encuentra sobre este Museo. Con
objeto de preparar las ostensiones de 1998 y de 2000 se quería estudiar el sistema de iluminación más
apropiado para proporcionar a los peregrinos una mejor visión. En aquella ocasión Gian Carlo Durante
fotografió en color por segunda vez la Sábana Santa, realizando también una toma del rostro.

1.08 También el 25 de junio de 1997 la Sábana fue fotografiada por primera vez en alta definición. Se
instaló una cabina de producción en la iglesia y, tras 16 horas de trabajo, se obtuvieron las imágenes que se
pueden apreciar en la pantalla. La operación fue patrocinada y realizada por la sociedad de producciones
televisivas y multimediales Nova-T

1.09 En el año 2000, inmediatamente después de la solemne ostensión con motivo del Gran Jubileo, la
Sábana Santa fue preparada para ser guardada en la nueva teca especialmente construida con alta
tecnología para su conservación definitiva. En esta ocasión se montó en la sacristía nueva del Duomo de
Turín un sofisticado estudio para elaborar un mapa fotográfico de la Sábana. Nuevamente la operación fue
realizada por el fotógrafo Gian Carlo Durante, que tomó una serie de imágenes en gran formato (20x25
cm), tanto en color como en blanco y negro. Algunas de las imágenes más significativas están expuestas en
este panel. 1.10 Más adelante, a lo largo de la visita al Museo, se ilustrarán las operaciones de restauración
de la Sábana llevadas a cabo en el año 2002, que conllevaron la retirada de los parches que habían sido
aplicados tras el incendio de Chambéry y la sustitución de la tela de Holanda que actuaba como soporte.
Para documentar el nuevo aspecto de la Sábana Santa fue llamado una vez más Gian Carlo Durante, que
tomó una fotografía integral del Sudario en tres secciones (a la izquierda) y varios detalles.

1.11 En el año 2002, al quitar la tela de Holanda que cubría el reverso de la Sábana, por fin, después de casi
500 años, fue posible apreciar íntegramente la cara posterior de la Sábana Santa. Así se constató que en
esta cara son visibles solo las manchas de sangre, mientras que la imagen del cuerpo no se ve. Aquí se
exponen algunas fotografías del reverso de la Sábana realizadas en aquella ocasión por Gian Carlo Durante.

1.12 En los años 2000 y 2002, teniendo a disposición la Sábana para fotografiarla, se pensó incluso en
recurrir a tecnologías digitales. En 2000 el equipo encabezado por Paolo Soardo introdujo un pequeño
escáner entre el Lienzo y la tela de Holanda, lo que permitió capturar imágenes digitales de una área
limitada, aunque significativa, del reverso de la Sábana. Además se escanearon las áreas correspondientes
de la parte visible para poder compararlas. Aquí se exponen las imágenes del rostro del anverso y del
reverso obtenidas en aquella ocasión. Posteriormente, en el año 2002, se realizó el escaner completo de
ambas caras de la Sábana Santa con altísima resolución.

1.13 El 22 de enero de 2008, con la colaboración de "HAL 9000 ALTADEFINICIÓN", se realizó una fotografía
de la Sábana Santa con tecnología digital de alta resolución, obteniéndose una imagen de 12.000 millones
de pίxeles que permite apreciar, para la totalidad de la Sábana, detalles de 2 centésimas de milímetro. Este
alto grado de definición, unido a la alta fidelidad de registro del color, proporciona una visión extraordinaria
de los detalles de la figura Sindónica, como son las manchas de sangre, las fibras individuales del hilo de
lino, las quemaduras ocasionadas por los incendios y las trazas históricas dejadas por los siglos sobre el
Lienzo, como las pequeñas gotas de cera que caían de las velas de los clérigos. Tocando la pantalla que se
encuentra frente a usted podrá ampliar cualquier parte de la imagen para descubrir cada detalle de la
Sábana Santa. En esta misma ocasión el director de cine David Rolfe, autor en 1977 de uno de los más
célebres documentales sobre la Sábana Santa: "El testimonio silencioso", realizó una interesante
producción cinematográfica en altίsima definición que puede ver en el televisor que se encuentra frente a
usted.

1.14 En el año 2010, con ocasión de la solemne ostensión, se contó de nuevo con Gian Carlo Durante para
realizar las fotografías de la Sábana en alta definición. En esta vitrina se exponen algunas de las más
representativas imágenes de esta última campaña fotográfica.

2 Al inicio del recorrido se puede ver una copia a tamaño natural de la Sábana Santa datada en 1625. Estas
copias se hacían para difundir la devoción y, para fortalecer su significado, se ponían en contacto con el
Sudario. La que se encuentra expuesta aquí es una de las más antiguas que se conoce. Las tiras de tela y de
papel expuestas en la vitrina de al lado tenían la misma finalidad: se colocaban sobre la Sábana y se
cortaban a la medida de la imagen para indicar la estatura del Hombre de la Sábana. Detrás de usted, en el
gran retablo del siglo XVII, San Pedro y San Juan veneran el Sudario sostenido por la Virgen; una clara
alusión al texto evangélico de la visita de los dos Apóstoles al sepulcro vacío tras la Resurrección. Sobre la
pared a su derecha vemos una pintura moderna inspirada en la Sábana Santa que representa la sepultura
de Cristo. En la pared opuesta puede observar la ampliación de una miniatura del siglo XVII que se conserva
en la Galería de los Saboya de Turín, atribuida a Giovanni Battista de La Rovere. Representa el Calvario y la
sepultura de Jesús. La reconstrucción que hace el artista de la forma en que se envuelve el cuerpo en la
Sábana explica la disposición de la doble huella en la Sábana. Ahora baje por la escalera. En las paredes se
exponen los carteles de las distintas ostensiones que han tenido lugar a partir de 1898.

3 Entremos ahora en la sala central del Museo, instalada en la cripta de la iglesia del Santísimo Sudario. En
este momento Ud. se encuentra debajo del presbiterio. Después de recorrer el Museo le aconsejamos que
visite la iglesia. Puede pedir información en la taquilla.

4 Esta estatua fue realizada en 1998 por el escultor Luigi Mattei. Reconstruye fielmente el aspecto del
Hombre que fue envuelto en la Sábana Santa, en la cual dejó su huella. Las dimensiones corporales se han
deducido de los distintos estudios llevados a cabo por los investigadores del Sudario en los últimos cien
años.

5. Secondo Pía, que vivió de 1855 a 1943, fue uno de los mejores fotógrafos del siglo XIX. Fotógrafo
“aficionado”, como él mismo se definía, puso su pericia al servicio del arte, documentando con genialidad
el patrimonio monumental y artístico del Piamonte y del Valle de Aosta. Por su capacidad, corrección y
absoluto desinterés, fue escogido para fotografiar la Sábana Santa por primera vez. De hecho, la Casa Real
se mostraba reacia a conceder la autorización, temiendo especulaciones comerciales con la imagen. Pía
renunció a todos sus derechos sobre la fotografía obtenida; es más, se hizo cargo personalmente de todos
los gastos para su realización. La extraordinaria imagen que se manifestó en el negativo fotográfico
determinó un cambio total en la manera de ver y comprender la Sábana.
Esta es la cámara fotográfica que perteneció al abogado Secondo Pía, con la que tomó las primeras
fotografías de la Sábana Santa el 25 y el 28 de mayo de 1898. Se trata de una máquina construida
expresamente para él por un artesano de Turín para tomar fotos de gran formato. S

6 En esta vitrina puede apreciar algunas obras de varios artistas inspiradas en el rostro del Hombre de la
Sábana Santa. Se trata de obras realizadas desde 1931 hasta nuestros días. En el centro se halla la
interesante obra “Resurrección” del joven artista contemporáneo polaco Bartosz Keska di Zakopane, que
representa el momento de la vuelta a la vida de Cristo mediante la silueta brillante que se despierta bajo la
tela del sudario.

7 La publicación de los resultados de las fotografías de Pía provocó un renovado interés por la Sábana
Santa pero, a su vez, mucha polémica. El mundo científico, que hasta entonces no había intervenido en la
investigación sobre la Sábana, pues de ella se habían ocupado principalmente los historiadores, se interesó
por las características de la Sábana. Por desgracia, ya entonces se confundieron a menudo los planos
científico y religioso, generando las consiguientes discusiones. La investigación científica no tuvo
continuidad, es más, se estancó para reanudarse con más fuerza treinta años después. En esta vitrina se
exponen libros y correspondencia relacionados con el comienzo oficial de la investigación científica sobre la
Sábana y la reanudación de los estudios después de la confirmación de los resultados de Pía con las
fotografías obtenidas por Enrie en 1931 y que culminaron en el primer congreso internacional de estudios
sindonológicos en 1950.

7.01 Naturalmente, la investigación histórica no se detuvo, estimulada sobre todo por las publicaciones del
docto estudioso Ulisse Chevalier, un sacerdote autor de valiosas obras sobre las fuentes históricas del
Medioevo francés. Por desgracia, en su intento por demostrar la insostenibilidad histórica de la Sábana, la
que suponía era un producto medieval, se dejó arrastrar por la polémica, que a menudo ofuscó su rigor
científico habitual. Sin embargo, se le reconoce el mérito de haber recopilado y publicado un importante
conjunto de documentos relativos a la historia conocida de la Sábana. Aquí se expone una carta de
Chevalier al Barón Manno en defensa de su libro, el cual se encuentra expuesto más adelante en el
recorrido del museo. El otro texto es del erudito e incansable estudioso de la historia de la Sábana, Joseph
du Teil. Él también buscó documentos acerca del origen de la Tela pero, a diferencia de Chevalier, creía
posible reconstruir una historia anterior a la medieval conocida. A él se debe el haber establecido por
primera vez una relación basada en documentos entre la Sábana y la Grecia medieval a través de la familia
Charny, los primeros propietarios conocidos de la Sábana Santa en Europa. Aquí se expone su único texto
publicado sobre el asunto, junto a algunas cartas en las cuales du Teil informa sobre el progreso de sus
investigaciones.

7.02 Esta carta de du Teil fechada el 30 de junio de 1901 es de particular interés, ya que documenta la red
de colaboración científica que existía en París en torno a la Sábana. Entre otros, figura el nombre del ilustre
arqueólogo Albert Gayet, discípulo de Maspero y descubridor de Antinoe en Egipto, que se ocupó de
investigaciones específicas sobre las sepulturas y los tejidos en Egipto.

7.03 Arthur Loth (1842-1927) fue un incansable investigador que consagró su vida a buscar y estudiar
documentos acerca de los hechos narrados en el Nuevo Testamento. Autor de muchos libros, se interesó
de inmediato por la Sábana. Su libro publicado en 1900 contribuyó de manera determinante, dado el
prestigio del autor, a dar a conocer las fotografías de Pía y a alimentar el debate sobre la Sábana.

7.04 Sin duda, también en Italia tuvo mucha repercusión la fotografía de Pía. Aquí se expone el primer libro
publicado en Italia que trata de la fotografía intentando afrontar el problema de la Sábana en toda su
complejidad. En el mismo, su autor, el padre Gianmaria Sanna Solaro, publica también la fotografía tomada
por él a escondidas durante la ostensión de 1898 y expuesta en la primera sala del museo, con el objeto de
demostrar la corrección del procedimiento utilizado por Pía.

7.05 El primer científico importante que se ocupó de la Sábana fue Yves Delage, célebre zoólogo francés,
miembro de la Academia de las Ciencias de París y autor de numerosas publicaciones. Asombrado por los
resultados de las fotografías de Pía, Delage, agnóstico convencido, afrontó con racionalidad y honestidad
intelectual el estudio de la Sábana, con la ayuda de su discípulo Vignon, convenciéndose a tal punto de la
originalidad de la misma que lo comunicó a la Academia de las Ciencias. El fuerte clima positivista y
antirreligioso que reinaba en la academia impidió incluso la publicación de su informe, el que el mismo
Delage resumió en una carta publicada en la Revue scientifique, dirigida por Paul Richet. En el documento
de 1901 aquí expuesto Delage alaba las fotografías de Pía diciendo “pondremos todo nuestro esfuerzo para
que el estudio que se haga sea digno del interés y de la belleza de estos documentos”. Arriba se puede ver
una carta de otro discípulo del gran Maspero, el egiptólogo Ernesto Schiaparelli, arqueólogo de fama y
director del Museo Egipcio de Turín, a través de la cual en 1901 ofreció sus servicios para profundizar en el
estudio de la Sábana.

7.06 Sin duda, el más importante estudioso de la Sábana de aquella época y uno de los más grandes de
todos los tiempos fue Paul Vignon, a quien se podría definir como el padre de la sindología. Preparador y
asistente de Delage y, a diferencia de este último, católico convencido, dirigió la investigación científica
sobre la Sábana Santa desde los comienzos del siglo XX hasta los años 30. Muchas de sus intuiciones y
estudios, como se verá a lo largo de la visita, tienen aún hoy una importancia fundamental. En estas vitrinas
se exponen los dos libros publicados por Vignon en 1902 y en 1939, que tuvieron gran éxito y difusión. El
primero fue incluso publicado en Nueva York en el mismo año. Resulta interesante el artículo que apareció
en la Revue Scientifique, en el que, respondiendo a algunas objeciones, resume con gran lucidez todos los
argumentos a favor de la hipótesis de que la Sábana sea efectivamente la sábana mortuoria de Cristo. Las
cartas expuestas en las vitrinas, arriba, presentan una interesante correspondencia en la cual Vignon
recomienda una campaña de análisis científicos de la Sábana de la que propone un programa muy
interesante. Pero la idea era demasiado innovadora para la época y sólo en 1969 pudo hacerse realidad,
cuando Vignon ya había muerto.

7.07 La fotografía de Pía no suscitó solo consensos sino también duros ataques y críticas. Entre los críticos
encontramos a dos personajes de relieve: Arthur Donnadieu e Hyppolite Chopin. Ambos expertos en
fotografía –el primero profesor en la Facultad Católica de Ciencias de Lyon– refutaron las interpretaciones
de los resultados de la fotografía de la Sábana, intentando justificar con errores técnicos el revelado del
negativo de Secondo Pía. Aquí se expone el libro publicado por Donnadieu, que se opone a las tesis de
Vignon, así como un libro de Chopin que rebate, a su vez, las conclusiones de Loth. Todas estas críticas
fueron contrarrestadas en poco tiempo con la prueba pericial de la placas realizada por Benedetto Porro,
ilustre químico y también aficionado a la fotografía, quien certificó la absoluta corrección del
procedimiento de Secondo Pía.

7.08 Las ostensiónes de 1931 y 1933 y las nuevas fotografías de Enrie dieron nuevo impulso a la
investigación científica: en varias naciones se organizaron grupos de estudio coordinados por una comisión
nacida en el seno de la Hermandad del SS. Sudario de Turín y denominada "Cultores Sancte Sindonis". El
trabajo de este grupo culminó con la organización de dos importantes congresos, uno a nivel nacional en
1939 y otro a nivel internacional que se llevó a cabo en Roma en 1950. Rudolph Hynek, nacido en Moravia,
y Pierre Barbet, nacido en Francia, ambos médicos, son las figuras más representativas de este periodo.
Autores de muchas obras, algunas de las cuales están expuestas en la vitrina, fueron los primeros en
estudiar la Pasión de Cristo desde el punto de vista médico. Barbet fue el primero en intuir que algunas de
las manchas presentes en la Sábana Santa eran de sangre, como lo demostrarían también otros estudiosos
muchos años después. Sobre este tema, expuso su tesis en el congreso internacional de Roma, como había
anunciado en la carta dirigida al comité promotor y que está expuesta en la vitrina.

8 El Sudario presenta dos tipos de huellas: hemáticas y corporales. Las hemáticas son efectivamente
manchas de sangre humana debidas al contacto del cuerpo con el Lienzo. En cambio, aún no se ha logrado
encontrar una explicación completa y plenamente satisfactoria para las huellas corporales. Entre 1981 y
1984 los investigadores estadounidenses del STURP demostraron que la huella corporal se formó por un
proceso de tipo radiante aún desconocido, que provocó una oxidación-deshidratación de las fibras
superficiales de la celulosa del tejido; por lo tanto, ciertamente, la imagen no es el resultado de la
aplicación de pigmentos o colorantes sobre la tela ni tampoco es el resultado de una quemadura por
contacto con una superficie caliente. En la vitrina puede observar algunos de los resultados experimentales
más significativos que se han obtenido desde 1902 hasta la fecha superponiendo telas tratadas con
substancias como áloe y mirra a partes anatómicas de cadáveres o a maniquíes. Como se puede apreciar,
los resultados no son comparables a la imagen de la Sábana, expuesta en el centro en negativo fotográfico.
Científicamente el origen de la imagen de la Sábana Santa no se ha aclarado hasta el momento. En las
cubetas expuestas en la vitrina puede ver algunas muestras de áloe y mirra.

8.1 En 1902 Paul Vignon y René Colson plantearon la hipótesis de que la huella se debiera a vapores
emitidos por el cuerpo que impresionaron el tejido tratado con sustancias como áloe y mirra. Para
demostrar esta teoría hicieron algunos experimentos, como el que se expone aquí, impresionando una
placa con vapores de zinc provenientes de un medallón. La teoría tomó el nombre de “vaporigráfica” y
debe considerarse de notable interés, aunque se presta a algunas objeciones insuperables, como la
dificultad de imaginar la difusión de los vapores en una sola dirección perpendicular al tejido.

8.2 En 1940 el prof. Giovanni Judica Cordiglia obtuvo imágenes experimentales del rostro sindónico
utilizando telas embebidas de una solución de trementina y aceite de oliva, puestas en contacto con
cuerpos rociados con una mezcla polvorosa de áloe y mirra: como puede observar, la imagen se aproxima a
la de la Sábana aunque sin todas sus características. No fue posible, en cambio, obtener huellas
comparables de los coágulos de sangre.

8.3 En 1975 el médico siracusano Sebastiano Rodante empezó una serie de experimentos importantes,
dando realce a un elemento nunca considerado antes en la historia de los experimentos respecto a la
Sábana: el sudor de sangre. Las pruebas se hicieron con calcos, modelados a semejanza del rostro del
Sudario, rociados de sudor de sangre y recubiertos con un polvo de áloe y mirra y, por último, con coágulos
de sangre en algunos puntos de la frente y de la línea de arranque de los cabellos. Habiendo observado que
la mezcla polvorosa impedía la impresión neta de los coágulos, Rodante utilizó telas embebidas de una
solución acuosa de áloe y mirra. Los resultados obtenidos se acercaban de manera sugestiva a la huella de
la Sábana Santa puesto que daban tanto la imagen negativa del rostro como las manchas de los coágulos,
aunque no presentaban la perfección estructural y la información detallada que se puede observar en la
Sábana Santa.

8.4 En los años 70, el reverendo Gaetano Intriglio realizó impresiones experimentales utilizando telas
previamente sumergidas en una solución acuosa de áloe y mirra, aplicadas sobre un rostro de creta con
cabellos, barba y bigotes humanos, rociado con sudor y salpicaduras de sangre, sujetándolas con una
mentonera. Los resultados son interesantes, pero no producen una huella que pueda efectivamente
compararse con la del Sudario.

8.5 Ruggero Romanese, director del Instituto de Medicina Legal y Seguros de la Universidad de Turín,
realizó entre 1936 y 1939 algunas impresiones sirviéndose primero de modelos de yeso y de cera y,
sucesivamente, de cadáveres humanos tratados con polvo de áloe y mirra y una solución fisiológica,
obteniendo notables resultados. En 1977 Pierluigi Baima Bollone, sucesor de Romanese, estudió y repitió
sus experimentos. El que se halla expuesto aquí es el resultado que Baima Bollone obtuvo colocando un
tejido sobre el rostro de un cadáver con restos de sangre y rociado con una solución de áloe.

8.6 En los años 90 Sebastiano Rodante trató de demostrar que incluso una fuente de luz podría impresionar
un tejido tratado con áloe y mirra. Preparó una máscara moldeada y finamente perforada siguiendo la
distribución del color en el Sudario. Poniendo la máscara sobre un lienzo y exponiéndola a la luz solar
obtuvo la imagen que se expone en esta vitrina, junto con su negativo fotográfico.

8.7 En 1998 Franco Testore consiguió esta imagen que por sus características es la que más se acerca a la
del Sudario. Sirviéndose de una fotografía del Rostro como guía y utilizando un sofisticado aparato láser,
chamuscó superficialmente el tejido; la imagen obtenida, gracias a la precisión con que supo dosificar en
cada punto el calor y la intensidad luminosa, resulta visible solo por la parte anterior de la tela y no por la
posterior.

9. . En esta vitrina se exponen fotos y objetos relacionados con las fotografías hechas por Secondo Pía.La
extraordinaria imagen que se manifestó en el negativo fotográfico determinó un cambio total en la manera
de ver y comprender la Sábana.

9.01 La inmediata notoriedad del resultado de la fotografía dio origen a solicitudes de copias desde todo el
mundo. Se decidió entonces comercializar la fotografía, en positivo y negativo, montada en cartón y con los
sellos del Arzobispo de Turín y de la Exposición de Arte Sacro de 1898, en cuyo ámbito había nacido la idea
de fotografiar el Sudario. El titular de la propiedad artística era la Casa Real, como puede leerse bajo la
fotografía. Lo recaudado se destinó a beneficencia.

9.02 A Pía no se le permitió fotografiar los detalles; solo pudo hacer ampliaciones de algunas zonas de la
placa original. El máximo interés lo suscitó el rostro, que pese a la gran ampliación resulta bastante nítido,
lo que demuestra la gran pericia técnica del fotógrafo. Aquí se expone una ampliación del negativo
fotográfico. Al lado tenemos la fotografía del presbiterio de la Catedral de Turín durante la ostensión, con
dedicatoria autógrafa de Secondo Pía.

9.03 El día siguiente al de la toma fotográfica Pía escribió al barón Antonio Manno, presidente de la
Exposición de Arte Sacro y promotor de la iniciativa, comunicándole el feliz resultado de la fotografía que
había revelado durante la noche. Es una carta conmovedora por su sencillez y discreción, que refleja
perfectamente el carácter serio y tímido de Secondo Pía. Al lado, algunas hojas manuscritas de su libreta
con detalles técnicos de las fotos. Abajo se exponen los sellos oficiales de la Exposición de Arte Sacro.

10 Detalle del rostro. Se puede apreciar la fractura de la nariz y un hematoma en la mejilla derecha. En la
frente son evidentes los regueros de sangre producidos por un casco de ramas con espinas como el
expuesto al lado. (Algunos segundos de música)

11 Detalle de la espalda. Pueden verse más de 120 lesiones causadas por la flagelación que en época
romana se hacía con instrumentos semejantes al que está expuesto aquí, fielmente reconstruido. (Algunos
segundos de música)

12 Detalle de las manos. En la muñeca izquierda se ve un reguero de sangre proveniente de una herida
causada por la penetración de un clavo. Al lado se exponen tres clavos del siglo XVIII, reconstruidos
imitando los que los romanos usaban para las crucifixiones; probablemente estos clavos se forjaron
incluyendo algunos fragmentos de clavos considerados originales, como atestiguan los sellos que cuelgan
de ellos

13 Esta vitrina está dedicada al estudio de la imagen de la Sábana mediante ordenador. Ya Vignon en 1902
había intuido que cuanto más cercano a la tela estuviera el cuerpo, más intensa resultaba la imagen y
viceversa. Por consiguiente, existe una correspondencia matemática exacta entre la intensidad de la
imagen y la distancia entre cuerpo y lienzo. Esta hipótesis quedó definitivamente confirmada por los
estudios llevados a cabo a partir de los años 70, empleando tecnologías informáticas que permitieron
además identificar detalles que no podían distinguirse de otra manera. 13.1 En 1977 los científicos
estadounidenses Jackson y Jumper fueron los primeros en someter la imagen del Sudario a procesamiento
electrónico, descubriendo que contiene en sí misma características tridimensionales que no poseen las
pinturas ni las fotografías normales. Basándose en los resultados del procesamiento electrónico, los dos
investigadores construyeron el modelo tridimensional del rostro, expuesto al lado, y el del cuerpo entero
que se muestra en la vitrina situada a la derecha de usted. 13.2 En 1978 el turinés Giovanni Tamburelli,
independientemente de los estudios de Jackson y Jumper y utilizando técnicas diferentes, obtuvo imágenes
tridimensionales de alta definición y una, muy interesante, sin restos de sangre ni heridas, del rostro del
Hombre del Sudario.

13.3 Tamburelli y Balossino consiguieron también identificar sobre el párpado derecho las huellas dejadas
por un objeto, muy probablemente una moneda romana acuñada en la primera mitad del siglo primero
d.C., de la que se expone aquí un ejemplar. (Algunos segundos de música)

13.4 En 1902 Paul Vignon publicó en el volumen expuesto aquí su interesante estudio comparado entre el
rostro del Hombre de la Sábana Santa y los iconos más antiguos del rostro de Jesús, que se remontan al
primer milenio de la era cristiana, con el propósito de demostrar que la Sábana fue el modelo iconográfico
para la representación del rostro de Cristo.

13.5 En 1989 Tamburelli y Balossino continuaron el estudio de Paul Vignon y sometieron a procesamiento
electrónico comparado los antiguos iconos y el rostro del Sudario, descubriendo numerosos puntos de
congruencia que permiten considerar muy probable la hipótesis de que el rostro del Hombre de la Sábana
Santa fue el prototipo de la iconografía de Cristo, por lo menos a partir del siglo VI.

14 En esta vitrina se ilustra el estudio de las diferentes marcas presentes en el Sudario. Son huellas debidas
a diferentes tipos de causas. En primer lugar, al contacto del Sudario con el cuerpo: sangre, plasma, células
epiteliales y sustancias conservantes empleadas al embalsamarlo, como áloe y mirra. Además, hay huellas
causadas por factores externos como quemaduras, cera, agua y polvo que a través de los siglos se ha
depositado en la Sábana. Todas estas trazas tienen gran importancia, tanto para estudiar el origen de la
Imagen en la Sábana Santa como para conocer su historia y vicisitudes.

14.1 Entre los microrrestos más interesantes encontrados en el Sudario están los pólenes. El biólogo suizo
Max Frei Sulzer (en el centro de la foto), utilizando muestras tomadas en 1973 y en 1978, identificó los
pólenes de más de 50 plantas con flores que le permitieron considerar sumamente probable la
permanencia prolongada del Sudario no solo en Europa sino también en las regiones de Palestina y
Anatolia. Las imágenes expuestas son ampliaciones de pólenes encontrados en la Sábana Santa.

14.2 En 1981 Baima Bollone descubrió, en muestras de hilo tomadas de las zonas hemáticas del Sudario en
1978, la presencia de sangre humana del grupo AB, descubrimiento confirmado el mismo año por los
estadounidenses Heller y Adler. Pueden observarse algunas imágenes de los hilos extraídos, notablemente
ampliadas mediante microscopio óptico y microscopio electrónico de barrido.

14.3 Los botánicos israelíes Danin y Baruch han encontrado recientemente en la Sábana Santa huellas de
algunas plantas de la zona de Jerusalén, de las cuales se exponen fotografías y un ejemplar desecado. Sus
estudios han confirmado sustancialmente los resultados de Frei. La presencia de la Sábana en los lugares
identificados por Frei, Danin y Baruch concuerda con las hipótesis de los historiadores.

14.4 En este álbum realizado en 1981 se reúnen las fotografías oficiales de los pólenes identificados por
Max Frei en la Sábana Sánta. El álbum esta firmado por Max Frei, Aurelio Ghio y Baima Bollone.
14.5 En esta carta autógrafa Max Frei (en la foto) expone al Centro Internacional de Sindonología su propio
programa de trabajo sobre las muestras de polvo tomadas de la Sábana unos meses antes, anunciando la
identificación inicial de algunos pólenes.

14.6 Mapa realizado por Avinoam Danin que ilustra la distribución geográfica de algunas plantas cuyas
trazas fueron encontradas en la Sábana, en la zona situada entre Jerusalén y Hebrón. El mapa forma parte
de un ensayo que el autor presentó en el simposio de estudios sobre la Sábana Santa organizado al concluir
la ostensión del año 2000.

14.7 El estudio de los restos de sangre comenzó mucho antes del análisis realizado por el profesor Baima
Bollone. Paul Vignon, después de haber observado de cerca la Sábana Santa durante las tomas fotográficas
de Enrie en 1931, estudió las huellas de sangre presentes en la Sábana mediante experimentos que explica
en este documento. Llegó a la conclusión de que se trataba de impresiones de sangre dejadas por el
cadáver envuelto en el Lienzo y no de sangre puesta ahí por un hipotético falsificador con la intención de
crear un Sudario falso.

14.8 En 1981 el profesor Baima Bollone comunicó a la comunidad cientίfica el resultado de la investigación
que llevó a la identificación de la sangre en la Sábana Santa. El informe fue publicado en el mismo año en
las Actas de la Academia de Medicina de Turίn

15 En esta vitrina se documentan las operaciones de conservación de la Sábana llevadas a cabo en junio y
julio de 2002. Para comprender la verdadera entidad de los trabajos debe tenerse en cuenta que, como
consecuencia del desastroso incendio de 1532 en la capilla del Castillo de Chambéry donde se conservaba
la Sábana, el Lienzo sufrió graves daños: gotas de metal fundido de la caja que lo contenía cayeron sobre el
tejido plegado, provocando una serie de agujeros simétricos. En 1534 las Monjas Clarisas de Chambéry
intentaron reparar los agujeros, tapándolos con parches triangulares de lino cosidos al Sudario y a la tela,
también de lino y llamada tela de Holanda, con la que se había forrado la parte posterior de la Sábana
Santa para reforzarla. A lo largo del tiempo han sido muchas las reparaciones sufridas por el Lienzo, tales
como la sustitución de algunos parches e innumerables remiendos y recosidos, con lo que la conservación
del conjunto Sudario-parches-tela de Holanda se hizo muy compleja. Además, entre los parches y la tela de
Holanda se había acumulado una notable cantidad de material carbonizado desprendido de los bordes de
las quemaduras, sumamente peligroso para la integridad de la Sábana Santa. Hoy en día se han retirado los
parches y se ha sustituido la tela de Holanda. Las dos imágenes de la vitrina de arriba muestran el aspecto
de la Sábana antes de la intervención (arriba) y en la actualidad (abajo).

15.1 Uno de los agujeros antes de la intervención. Puede observarse el parche triangular cosido por las
Clarisas. Se ven a su vez otras costuras con hilo marrón que unen el Lienzo a la tela de Holanda por fuera
del parche y de los remiendos, indicio de pérdidas de tejido posteriores a la intervención de las Clarisas.

15.2 Estas imágenes documentan algunas fases del trabajo y el aspecto de algunos de los agujeros antes y
después de la restauración. La comparación pone de manifiesto que los parches escondían partes
importantes del tejido de la Sábana. Hoy, después de los trabajos, la Sábana Santa y la imagen que hay en
ella pueden verse más claramente, además de estar mejor preservadas para su conservación futura.

15.3 En esta fotografía, tomada durante las operaciones de descosido de los parches del Lienzo, puede
observarse en los bordes la preocupante presencia de una gran cantidad de polvo muy fino, constituido por
material carbonizado. La observación al microscopio evidencia que el material carbonizado se encuentra en
la tela de Holanda y también en algunos puntos del Sudario lejos de las quemaduras. En los puntos del
Lienzo no adyacentes a las quemaduras no se intervino en absoluto, para no alterar ni complicar
investigaciones futuras sobre el tejido.
15.4 La intervención sobre el tejido de la Sábana Santa fue llevada a cabo por la doctora Flury-Lemberg, con
la ayuda de la doctora Tomedi. Primero se descosió la tela de Holanda y luego los parches. Se procedió a
retirar todo el material carbonizado acumulado bajo los parches. Sin hacer ningún corte, se quitó también
todo el material que aún permanecía pegado débilmente al Lienzo. Después de haber tomado algunas
imágenes de la parte posterior para estudios posteriores, se empezó la nueva operación de cosido de la
Sábana sobre la nueva tela de soporte. En la vitrina se expone una muestra con una de las agujas y el
finísimo hilo de seda empleados para la operación. Se puede observar además una simulación de la costura
de los bordes de una quemadura a la tela de soporte.

16 La tela de Holanda que desde 1534 forraba la Sábana Santa había impedido ver completamente la parte
posterior de la misma. Varias veces se había tratado de tomar imágenes parciales de ese lado, ya sea
mediante observación directa, descosiendo algunas partes, o mediante instrumentos ópticos. En 2000 el
equipo dirigido por Paolo Soardo adaptó un escáner con el fin de poder introducirlo entre la tela de
Holanda y la Sábana sin riesgo de dañar el tejido. Esta operación fue posible gracias a la situación particular
en que se encontró el Sudario durante la preparación para colocarlo en la nueva urna realizada para su
conservación, que obligó a descoser el Lienzo de la tela de Holanda a lo largo de todo el perímetro. En 2002
la operación de descosido completo de los parches y la tela de Holanda permitió finalmente obtener la
imagen completa de la parte posterior de la Sábana, que se escaneó y fotografió antes de aplicar la nueva
tela de refuerzo. Se pudo así comprobar y documentar que solo las manchas de sangre atravesaron el
tejido y que la huella del cuerpo no resulta visible por detrás. Las dos imágenes en la vitrina de arriba ponen
de manifiesto esta diferencia: la más alta es la fotografía del lado anterior de la Sábana Santa, con las
huellas del cuerpo y las manchas de sangre; en la foto de abajo, el lado posterior presenta solo manchas
hemáticas.

16.1 El primer intento de exploración del lado no visible de la Sábana Santa se hizo en 1978, sirviéndose de
fibras ópticas y del separador construido al efecto que se expone en esta vitrina. La exploración permitió
establecer que la huella no aparece en la parte posterior, a diferencia de las manchas de sangre. El límite de
esta inspección está en lo restringido del campo que es posible explorar con la fibra óptica.

16.2 Particularmente interesante resulta la comparación de algunas áreas de la imagen posterior con la
superficie anterior correspondiente. En esta vitrina se observa el escaneado del rostro: la imagen frontal
está a la izquierda y la posterior a la derecha. Se exponen también las fotografías delanteras y traseras del
área de las manos y del derrame del costado.

17 El Sudario es un tejido de lino con trama en espina de pez de 442 cm de largo y 113 cm de ancho, cuya
estructura es similar a las de las telas tejidas en Medio Oriente con telar vertical siguiendo técnicas
conocidas ya por los antiguos egipcios. Aquí se expone la reconstrucción a escala de un telar vertical con
todos los instrumentos que se utilizan para los distintos tipos de tejido.

17.1 Esta es una muestra de tela de lino tejida recientemente a imitación perfecta de la de la Sábana Santa.
Si Ud. quiere puede tocarla para comprobar su consistencia y características. (Algunos segundos de música)

18 El 21 de abril de 1988 se tomaron muestras del tejido de la Sábana para someterlas a datación con el
método del carbono radiactivo en los laboratorios de Oxford, Zurich y Tucson. El 13 de octubre del mismo
año se comunicaron los resultados obtenidos, que databan las muestras tomadas entre 1260 y 1390 d.C.
Estos resultados han dado lugar a un amplio debate entre los estudiosos sobre la credibilidad del uso del
método del carbono 14 para datar un objeto con características históricas y físico químicas tan peculiares
como las de la Sábana Santa. Estudios experimentales recientes han dado resultados que inducen a
considerar posible una contaminación química y biológica no despreciable del tejido del Sudario que puede
haber influido en el resultado de la datación; esto hace indispensable un nuevo programa de
investigaciones y análisis.

El esquema de esta vitrina ilustra el lugar y las dimensiones de la muestra tomada para la datación. Si desea
conocer mejor el método de datación con el radiocarbono.

100 El método del carbono 14 o carbono radioactivo se aplica para datar materiales de origen orgánico; lo
inventó entre 1945 y 1955 el químico estadounidense Willard Libby, lo que le valió el premio Nobel en
1960. Se utiliza ampliamente en arqueología. El carbono es un elemento químico que se encuentra en todo
tipo de materia viva. Uno de sus isótopos, el carbono 14, que posee propiedades radioactivas, es creado
continuamente en la atmósfera y es absorbido por todos los organismos vivos junto con los demás
isótopos, tanto estables como radioactivos, del carbono. La diferencia entre un isótopo radioactivo y uno
estable es que el primero decae transformándose en otra sustancia, en este caso en nitrógeno, por lo cual
la cantidad de carbono 14 presente en un organismo disminuye constantemente. Sin embargo, mientras el
organismo vive sigue absorbiendo continuamente carbono 14, que reemplaza al que se ha transformado,
de modo que se puede establecer que la cantidad de carbono 14 en un organismo vivo es constante.
Cuando el organismo muere cesa dicha absorción y el carbono 14 que contenía al morir se desintegra
paulatinamente. Por consiguiente, si en un momento dado medimos la cantidad de carbono 14 que queda
en el organismo muerto, basándonos en la hipótesis de que la cantidad presente en el mismo al morir es
conocida porque había permanecido constante durante toda su vida, es posible establecer cuánto tiempo
ha pasado desde el momento de la muerte. El tiempo de vida media del carbono 14, es decir el tiempo que
tarda una determinada cantidad de carbono 14 en reducirse a la mitad, es de unos 5.568 años. En general,
con el sistema del carbono 14 se obtienen resultados de datación coherentes con la verdadera edad
determinada por otras vías ya experimentadas o seguras, como pueden ser las investigaciones
arqueológicas, históricas, etc. Esta afirmación, sin embargo, debe evaluarse con atención, porque ha habido
notables casos de divergencia entre la verdadera edad de restos arqueológicos y su edad determinada con
el carbono 14. Las diferencias más frecuentes se observan en objetos que a través de los siglos han sido
contaminados por el contacto con el medio ambiente. Y viceversa, las dataciones más exactas se han
logrado al aplicar el método a muestras inalteradas, conservadas tras su extracción en contenedores
herméticos. Entre los objetos más expuestos a la contaminación, por sus características particulares, se
encuentran las fibras textiles. Si durante la preparación de las muestras no se quita completamente todo el
material depositado en las mismas, se puede incurrir fácilmente en importantes errores de datación. La
conclusión es que la datación basada en el contenido de carbono 14 es un buen método que, sin embargo,
debe ser considerado con gran precaución, porque presenta límites. Es preciso evaluar sus resultados
teniendo en cuenta el tipo de muestra y su historia, así como los resultados obtenidos con otros métodos
de datación y de caracterización del objeto.

19 Independientemente de la investigación científica, la Sábana Santa siempre ha sido objeto de devoción


por la evidente relación que tiene con la Pasión de Cristo. Ha habido testimonios de personajes ilustres
como Papas, santos y beatos, documentos, libros, imágenes y también objetos como los que se muestran
en esta vitrina y las siguientes.

19.1 Relicario de madera de fines del siglo XIX con fotografίas del rostro del Hombre de la Sábana y de la
Sábana entera realizadas por Secondo Pía.

19.2 Una representación de la Sábana Santa sostenida por la Virgen con San Francisco y San Mauricio a los
lados, obra del siglo XVII probablemente realizada en el taller de Della Rovere. Los nudos saboyanos
presentes en la pintura permiten suponer que pudo haber sido encargada por la familia Saboya, propietaria
de la Sábana durante más de 500 años.
19.3 San Francisco de Sales en un grabado del siglo XIX. Se tiene constancia documental de su presencia en
Turín en 1613 para una ostensión, pero no se sabe si esta se debió a su visita o si se llevó a cabo para
invocar la bendición de Dios para el ejército piamontés que partía a la guerra en Monferrato. A menudo la
imagen de San Francisco de Sales se encuentra representada en la iconografίa de la Sábana Santa.

19.4 Santa Juana Francisca Fremyot de Chantal. Óleo sobre lienzo del siglo XVIII. Hija espiritual de San
Francisco de Sales, estuvo en Turín en 1639 y en aquella ocasión pidió y consiguió venerar la Sábana Santa
en una ostensión privada que se realizó especialmente para ella.

19.5 El beato Sebastián Valfré en una rara litografίa del siglo XIX. Confesor de Victorio Amedeo II y
preceptor de sus hijas, difundió la veneración y culto de la Sábana Santa a lo largo de toda su vida,
insistiendo a sus fieles en dar especial importancia a la veneración del Viernes Santo, como él y sus
penitentes habitualmente hacían. En la representación más notable Valfré está retratado de rodillas
zurciendo la Sábana Santa, como recuerdo de un hecho realmente acontecido en 1694, cuando por
invitación de Víctor Amadeo ayudó a la sustitución de los parches de la Sábana Santa.

19.6 Pío VII fue probablemente el primer Papa que veneró la Sábana Santa en dos ocasiones: la primera
durante una ostensión privada en 1804 cuando pasaba por Turín camino de Parίs para la coronación de
Napoleón Bonaparte y la segunda en 1815, como invitado de Víctor Manuel I mientras escapaba de los
Estados Pontificios ocupados por el ejército francés. En esta ocasión el Papa celebró la misa y junto al
soberano expuso la Sábana Santa en la galerίa del palacio Madama.

19.7 San Carlos Borromeo, óleo sobre lienzo del siglo XIX. Una de las razones que Emanuele Filiberto adujo
para trasladar la Sábana Santa de Chambéry a Turín fue el expreso deseo de San Carlos Borromeo de
realizar una peregrinacin desde Milán para venerar el Sudario y para cumplir el voto hecho durante la peste
de 1576. El 10 de octubre 1578 pudo venerar la reliquia en una ostensión privada y de forma pública varias
veces más en los dίas siguientes.

20 En esta vitrina puede ver algunos fragmentos de los tejidos que a lo largo del tiempo han protegido la
Sábana Santa dentro del cofre donde se conservaba. Se distribuían como reliquias “de contacto”
acompañados por la certificación que atestigua el efectivo contacto con la Sábana. Algunos de los objetos
que han estado en contacto con la Sábana Santa, como uno de los pasadores utilizados para sujetar la
Sábana durante la ostensión de 1868 aquí expuesto, se conservaban religiosamente.

21 En esta vitrina podemos ver dos relicarios del siglo XVIII que contienen un pequeño hilo de la Sábana,
junto con otros que contienen trozos de tela que han estado en contacto con el Lienzo sagrado. En 1506, el
Papa Julio II autorizó el culto público de la Sábana Santa, estableciendo el día 4 de mayo para su
conmemoración y aprobando la Misa y el oficio cuyo texto, en edición del siglo XVII, se halla expuesto en
esta vitrina. Se exponen también algunos objetos litúrgicos y de devoción relacionados con el culto de la
Sábana: un cáliz del siglo XVIII que lleva grabado en la base el Rostro de la Sábana Santa y un pectoral con
un paño colgando en el que está representada la Sábana. Particular valor tiene el broche del siglo XVII que
representa la ostensión de la Sábana Santa. Al lado de la vitrina, una cruz procesional del siglo XVIII con un
pergamino sobre el cual está representado el Sudario.

22 La Sábana Santa apareció en Europa en el siglo XIV; sin embargo, se han encontrado testimonios sobre
su posible existencia en épocas anteriores. La narración evangélica de la sepultura de Cristo menciona una
sábana –la Sábana– utilizada para envolver su cuerpo en el sepulcro. Aquí puede ver una reconstrucción a
escala de un sepulcro judío del siglo I, que tiene como fondo la planta de la basílica del Santo Sepulcro de
Jerusalén en la época de las Cruzadas.

23 En la reconstrucción de la historia de la Sábana hasta el momento siguen siendo hipotéticos los


desplazamientos de Jerusalén a Edesa, hoy en día Sanliurfa, en Turquía, y de aquí a Constantinopla y a
Atenas, en Grecia, durante el Imperio latino de Oriente. En cambio están documentados con precisión los
movimientos desde Lirey, en Francia, a Chambéry, en Saboya, y de allí a Turín. En las vitrinas siguientes
encontrará documentación de estos desplazamientos.

24 En relación con el período más antiguo de la historia de la Sábana, una hipótesis que se estudia aún en la
actualidad identifica el Sudario de Turín con el Mandylion de Edesa, un pequeño lienzo conocido desde el
siglo IV en Oriente con la imagen del Rostro de Cristo, considerada impresionada milagrosamente. El
Mandylion ha sido siempre objeto de gran veneración, especialmente en las Iglesias de Oriente. En esta
vitrina se exponen tres representaciones del Mandylion muy diferentes entre sí: dos iconos de evidente
origen oriental y una pintura al óleo sobre lienzo de mediados del siglo XVII que atestigua la difusión del
culto del Mandylion también en Occidente. Abajo se documentan algunos momentos de la milagrosa
historia del Mandylion, tomados de las representaciones repujadas en el precioso marco bizantino que
custodia la copia del Mandylion conservada en Génova, en la iglesia de San Bartolomeo de los Armenios.

25 Uno de los problemas históricos en que se centra la investigación es el de las posibles vicisitudes de la
Sábana Santa en el primer milenio. Si el Sudario pudiera identificarse con el Mandylion de Edesa, esto
significaría que en el año 944 fue transferido a Constantinopla y, de aquí, por vías aún desconocidas, llegó a
Europa. En esta vitrina se exponen algunos objetos y documentos que podrían sostener esta hipótesis.

25.1 Pese a que en las fuentes antiguas se describe y representa el Mandylion como un lienzo pequeño,
algunos historiadores, basándose en documentos y cotejos iconográficos, han supuesto que en realidad se
trataba de un lienzo mucho más grande, con la huella de un cuerpo entero, que se exponía doblado y
encerrado en un relicario para presentar tan solo el rostro, según el modelo reconstruido en esta vitrina.

25.2 El Mandylion fue trasladado con gran pompa desde Edesa a Constantinopla en el año 944. Su modelo
iconográfico tuvo gran influencia sobre el arte bizantino, como atestiguan las representaciones en las
monedas expuestas en esta vitrina, datadas entre los siglos X y XII; en ellas la semejanza con el rostro del
Sudario es impresionante.

25.3 A partir del saqueo de Constantinopla en 1204 no se tienen más noticias del Mandylion. Sin embargo,
se han conservado algunas copias, entre las que destaca la que se encuentra en Génova en la iglesia de San
Bartolomé de los Armenios. Aquí se expone la primera fotografía de dicha imagen y de su espléndido
marco, tomada por Secondo Pía, el fotógrafo de la Sábana, en 1899. Con la llegada del Mandylion a
Constantinopla toma fuerza otra representación de la sepultura de Cristo, como se aprecia en la
interesante miniatura del manuscrito Pray de Budapest de finales del siglo XII. Esta representación es
particularmente significativa porque parece que en la parte inferior está reproducido el Sudario con
detalles de gran precisión. En la ampliación puede observarse que el dibujo a espina de pez del tejido y los
pequeños agujeros redondeados se corresponden sugestivamente con el Sudario.

25.4 En su crónica de la Cuarta Cruzada, entre 1203 y 1204, Robert de Clary menciona la presencia en
Constantinopla de un Sudario con la imagen de Cristo impresionada. Es la primera mención explícita a un
lienzo funerario con la figura de Cristo. El mismo Clary declara que, tras la conquista de la ciudad por parte
de los cruzados en 1204, dicho Sudario desapareció.

25.5 Según este documento, conservado en Nápoles, la Sábana Santa llegó de Constantinopla a Atenas,
donde se custodió. La noticia es interesante porque en Grecia, dividida entre feudatarios franceses tras la
constitución del Imperio latino de Oriente, se encontraba también la familia del primer propietario de la
Sábana en Europa. Además, el comandante cruzado Othon de la Roche era señor de Atenas, y su historia
está relacionada con otro sudario, copia del de Turín, venerado en Besançon, Francia, desde el siglo XVI.
Otra hipótesis defiende que fueron los caballeros templarios los que trajeron la Santa Sábana a Occidente,
pero no existen elementos que permitan comprobarla.
5.6 Aquí se encuentra expuesto el primer libro impreso sobre la Sábana, en 1581. El autor, Emanuele
Filiberto Pingone, historiador oficial de la Corte, recibió el encargo de hacer investigaciones sobre la misma,
y los resultados se recogieron en este volumen. Es la primera obra que intenta una reconstrucción histórica
de las vicisitudes del Sudario, introduciendo elementos relativos a un posible nexo del mismo con Oriente y
con Grecia. A pesar de ser en muchos casos bastante inverosímiles, las reconstrucciones de Pingone fueron
la pauta durante muchos años. Dignas de mención son las páginas sobre acontecimientos del siglo XVI a los
que el autor asistió personalmente, como el incendio de Chambéry y la llegada del Sudario a Turín.

26 Este volumen, escrito por Jean Jacques Chiffelet en 1624, es uno de los libros más importantes de esa
época sobre la Sábana Santa. En él se narra que entre 1354 y 1356 el valiente caballero francés Geofroy de
Charny depositó la Sábana en la iglesia que él mismo había hecho construir en su feudo de Lirey. Esta Tela
es la que con certeza se conserva hoy en día en Turín. Es el primer texto en el que la llegada del Sudario a
Europa se trata profusamente con la publicación de documentos. Al lado está la reproducción fotográfica a
tamaño natural del importante medallón de plomo que se encontró en París en el año 1855 en el fondo del
Sena, conservado y expuesto hoy en día en el Museo de Cluny de París. Forma parte del conjunto de los
muchos objetos que se producían para resaltar los lugares importantes de las peregrinaciones medievales.
Por lo general, representaban el objeto o al santo venerado en la iglesia meta de la peregrinación y
constituían, además de un recuerdo para prolongar el beneficio de la peregrinación, el testimonio de que
su poseedor había llegado efectivamente hasta el santo lugar. Por eso solía coserse en el sombrero o en la
capa del peregrino. La existencia de este medallón, en el cual se ve nítidamente la imagen detallada del
Sudario –puede incluso apreciarse la trama en espiguilla del tejido– demuestra que el Sudario se conocía y
veneraba ya desde el principio de su permanencia en Europa. El medallón puede datarse con precisión
entre la fecha de fundación de la iglesia de Lirey y la muerte de Geoffroy de Charny en 1356, por llevar
grabados los escudos de Geoffroy de Charny y de su segunda mujer, Jeanne de Vergy. Esta es la primera
imagen que se conoce del Sudario y constituye un testimonio fundamental que atestigua que el Sudario
conservado en aquel entonces en Lirey es el mismo que hoy se venera en Turín.

27 En 1453 la última descendiente de Geoffroy de Charny, Margarita, cede la Sábana Santa a la familia
Saboya. En 1502 la Sábana es trasladada a la Santa Capilla de Chambéry, de la cual tenemos aquí una
representación tomada de una estampa del siglo XIX, y en la que 30 años más tarde estalló el incendio que
le provocó los daños que aún están a la vista.

28 En 1578 Manuel Filiberto de Saboya, tras haber desplazado el centro político y administrativo del Estado
de Chambéry a Turín, quiso transferir también el talismán de la dinastía, la Sábana. El Lienzo se transportó
doblado dentro de este pequeño cofre de madera que antiguamente debía estar recubierto de
incrustaciones preciosas, tal vez de nácar y carey.

29 La Sábana Santa no es la única imagen de Cristo objeto de devoción en Europa desde la Edad Media. A
través de los siglos, se recuerdan otras imágenes veneradas consideradas de Cristo, como la Verónica, el
Mandylion y el Sudario de Besançon. De todas, la única que ha resistido al severo examen de la crítica
debido a sus características particulares es la Sábana Santa de Turín.

29.1 Entre las imágenes llamadas “aqueropitas”, es decir aquéllas que, según la tradición de la alta Edad
Media, no se consideraban pintadas por la mano del hombre sino impresas milagrosamente en tejidos y
otros materiales, además del ya mencionado Mandylion de Edesa, es preciso recordar en el ámbito
occidental a la Verónica. Se trata, según la tradición, de un paño con el cual una mujer enjugó el rostro de
Cristo durante la subida al Calvario y en el cual quedaron impresas sus facciones. La difusión del culto de
esta imagen, conservada en San Pedro de Roma desde antes del siglo XII, se reforzó en el año 1300 con la
versión definitiva de la leyenda del Sagrado Velo. El Jubileo de 1300 se caracterizó por la exposición de la
Verónica, como recuerdan muchos autores célebres, entre ellos Dante y Petrarca. El Mandylion y la
Verónica han sido las legítimas fuentes para todas las imágenes de Cristo, no solo como reliquias sino como
iconografías directas de la presencia de Cristo en la historia del hombre. En esta vitrina se exponen dos
pinturas que representan la Verónica. En el centro, una pintura sobre cuero, de la segunda mitad del siglo
XVI, procedente del norte de Francia o de Flandes, representa a la Verónica exponiendo el Santo Rostro. A
la derecha, un óleo sobre lienzo aplicado sobre cartón, del siglo XIX, con una insólita representación de la
Verónica. A la izquierda, una impresión sobre seda que representa la Verónica conservada en la basílica de
San Pedro de Roma.

29.2 El único Sudario que a través de la historia ha tenido una fama de algún modo comparable al de Turín
es el “Santo Sudario de Besançon”. Sin embargo, este sudario tiene un origen algo tardío; de hecho, se
habla de él en documentos solo a partir de 1523, aunque los historiadores de entonces trataron de
acreditar un origen mucho más antiguo. De este sudario, que hoy en día ya no existe, pues parece que fue
destruido durante la Revolución Francesa, poseemos numerosas reproducciones, algunas de las cuales, de
los siglos XVII y XVIII, se exponen en esta vitrina. Del estudio comparado de estas imágenes con el Sudario
de Turín resulta evidente que se trata de una copia solo de la mitad anterior de éste, como ya mantuvo
Paul Vignon.

29.3 En la catedral de Oviedo, en España, se venera desde la Edad Media un paño que, según la tradición,
se colocó sobre el rostro de Jesús cuando fue bajado de la Cruz. Se trata de un lienzo de lino más o menos
rectangular, de unos 83 x 53 cm, con numerosas manchas de color marrón. Los análisis realizados han
demostrado que se trata de manchas de sangre del grupo AB. Según algunos estudios existe una sugestiva
correspondencia entre la disposición de estas manchas en el tejido y las lesiones que presenta el rostro del
Hombre de la Sábana Santa.

30 Con la autorización del culto oficial de la Sábana Santa por el papa Julio II en 1506, quien estableció su
conmemoración el 4 de mayo, la notoriedad de la reliquia y la devoción hacia ella crecieron, a lo que
también contribuyeron las ostensiones periódicas en Chambéry. En los años siguientes a su llegada a Turín,
en el clima de la Contrarreforma y gracias a la incesante actividad de divulgación por parte de la dinastía
Saboya y de la Iglesia, la Sábana se afianza como una de las principales reliquias de la Cristiandad. Para
favorecer su conocimiento y devoción se ponen en circulación representaciones y se imprimen libros de
estudio y meditación sobre ella. El momento más importante de las celebraciones de la Sábana Santa son
las ostensiones, tanto públicas como privadas, que a partir de finales del siglo XVI y hasta mediados del XVII
son frecuentes y particularmente fastuosas. Las ostensiones eran periódicas, aunque hubo también muchas
extraordinarias para celebrar acontecimientos dinásticos, especialmente bodas o visitas de personajes
importantes. En esta vitrina se exponen algunas de las más importantes representaciones y documentos
relativos a dichas ostensiones.

30.1 Esta es la primera estampa que se conoce de la Sábana Santa. Se imprimió en Turín en 1578 para
recordar la solemne ostensión de la Sábana recién llegada a Turín. En esa ocasión estaba presente San
Carlos Borromeo, que vino a pie desde Milán para cumplir con el voto hecho dos años antes durante la
epidemia de peste que azotó el Milanesado. El santo se encuentra en el centro de la representación.
Enriquecen la estampa leyendas y escenas de la Pasión.

30.2 Esta estampa, a diferencia de la de 1578, no representa una ostensión determinada sino que su
objetivo es –como reza la leyenda en latín debajo del Sudario– “dar a conocer a todos los cristianos las
facciones de Aquél a quien deben su salvación”. Se sitúa, por tanto, entre las imágenes con fines de
catequesis y devoción. Se realizó en Roma en 1579.

30.3 Una preciosa y rara representación del siglo XVII de la Sábana pintada en pergamino; atribuida a
Ottaviano Monfort, renombrado pintor de bodegones en la corte de Carlos Manuel I, es más
probablemente obra de sus discípulos. Observe el característico marco floral con pájaros e insectos que, si
bien no tiene la complejidad y riqueza típicas de la mano de Monfort, revela sin embargo una excelente y
precisa factura digna de los selectos clientes de este tipo de obras.
30.4 En el siglo XVIII las ostensiones llegaron al máximo de la pompa. La Sábana Santa se exponía ante la
muchedumbre en la plaza del Castillo desde un balcón corrido realizado expresamente para la ocasión,
elevando el pabellón que separaba la placita real de la plaza del Castillo, hoy sustituido por la verja de
Pelagio Palagi con las estatuas de Cástor y Pólux. El amplio balcón, proyectado por grandes arquitectos
como Felipe Juvarra, se decoraba con tapices y alfombras, como lo documenta esta estampa de 1737 que
representa la ostensión de ese año con motivo del matrimonio de Carlos Manuel III con Isabel Teresa de
Lorena.

31 El XVII y el XVIII son los siglos en los que más se desarrolló la devoción a la Sábana. Son numerosas las
representaciones que se producen y se ponen en circulación. En esta vitrina se expone una selección de
imágenes realizadas con técnicas diferentes: grabados en papel o seda, pinturas en papel y en madera, y
también una preciosa pintura sobre cristal que representa una ostensión dinástica.

32 En esta vitrina se puede admirar una espléndida representación del descendimiento con la ostensión de
la Sábana Santa. A los lados, en monocromo, los signos de la Pasión portados por ángeles. Se trata de una
obra de principios del siglo XVII pintada sobre seda por Juan Battista Della Rovera. La iconografίa de la
sepultura con la Sábana, de la cual se ha visto una ampliación al inicio de la visita, fue ideada por el padre
Gerolamo Della Rovere y también reproducida a lo largo del siglo XVII en varias formas por su hijo Juan
Battista.

33 En 1735 se concluyó la construcción de la iglesia de la Cofradía del Santísimo Sudario que se encuentra
encima de esta cripta. La decoración pictórica de la iglesia se confió al turinés Michele Antonio Milocco,
célebre exponente de la pintura barroca en Piamonte, que realizó también el gran retablo del altar mayor.
Aquí se expone el boceto, que difiere en algunos detalles de la ejecución final. En la parte superior aparece
la Trinidad, donde el Hijo está representado en la Sábana Santa. Abajo, ante el sepulcro vacío, se encuentra
la Virgen y, de rodillas con el cetro y la corona sostenidos por un ángel, el beato Amadeo IX de Saboya.

34 A partir de la segunda mitad del siglo XVIII las ostensiones son menos frecuentes. En el siglo siguiente,
tras el reinado de Carlo Felice, son más raras aún, realizándose únicamente con motivo de bodas de la
dinastía. En esta vitrina se recuerdan las ostensiones de 1842, 1868 y 1898 efectuadas respectivamente con
ocasión de los matrimonios de Víctor Manuel II, Humberto I y Víctor Manuel III.

34.1 En 1842 el futuro Víctor Manuel II, primer rey de Italia, se casa en la capilla del castillo de Stupinigi con
María Adelaide de Austria-Lorena. Para celebrar la boda se organizan grandes festejos y el 4 de mayo se
expone solemnemente la Sábana Santa. En esta vitrina se pueden ver algunas estampas realizadas para
recordar este acontecimiento.

34.2 En 1868 el futuro rey Humberto I se casa en Turín con su prima Margarita de Saboya Génova. También
este matrimonio fue celebrado con una ostensión. Por primera vez se expone en la Catedral de Turín la
Sábana enmarcada, y la ostensión se prolonga durante cuatro días. En la estampa, junto a los recién
casados arrodillados, se reconoce al padre de Humberto, Víctor Manuel II, ligeramente vuelto hacia atrás.

34.3 La ostensión más importante del siglo XIX fue sin duda alguna la de 1898, año en que se fotografió la
Sábana Santa por primera vez. Esta ostensión también se organizó con motivo de una boda, la del futuro
Víctor Manuel III con Elena de Montenegro, aunque con dos años de retraso para hacer coincidir la
ostensión con la Exposición de Arte Sacro prevista en Turín contemporáneamente a la gran Exposición
Universal. Aquí se hallan expuestos un pañuelo de seda con la imagen del Sudario, una rara representación
popular de la ostensión en cristal y una estampa con los obispos que asistieron a la ostensión sosteniendo
la Sábana Santa. Ciertamente se trata de una imagen construida con fines conmemorativos y no representa
la realidad, ya que la Sábana se expuso dentro de un marco y protegida por un cristal encima del altar
mayor de la Catedral de Turín. Podemos darnos cuenta del significado y del impacto emotivo que tuvo la
imagen que se descubrió en el negativo fotográfico si pensamos que hasta un día antes de la fotografía ésta
era la imagen que percibían quienes miraban la Sábana Santa.

35 Entre los siglos XVI y XVII se escribieron y publicaron más de 100 textos dedicados completamente a la
Sábana o que de un modo u otro trataban de ella. En esta vitrina se exponen algunos de los más
importantes: la edición de 1599 del texto de Alfonso Paleotti, futuro obispo de Bolonia, primera obra en la
cual, aunque con fines de catequesis, se ofrece un estudio de las heridas que pueden leerse en el cuerpo
del Hombre de la Sábana. Al lado, la reedición del libro de Paleotti, traducido al latín y ampliado con
extensos comentarios de Daniele Mallonio. Muy interesante es el texto de Agaffino Solaro de Moretta,
“Sábana evangélica, histórica y teológica”, impreso en 1627, que puede definirse como el primer manual
sobre la Sábana Santa en el cual se intenta una teorización de la pastoral de la Sábana. En el siglo siguiente
continuaron las publicaciones de libros sobre la Sábana Santa. En el centro de esta vitrina está expuesta la
obra en dos tomos de Lazzaro Giuseppe Píano editada en 1833, un verdadero texto enciclopédico sobre la
Sábana, con puntos de notable interés. Al lado, uno de los libros escritos por el erudito canónigo Ulisse
Chevalier, acérrimo adversario de la autenticidad de la SábanaSanta, quien entre finales del siglo XIX y
comienzos del XX publicó textos y documentos para demostrar con bases históricas el origen medieval del
Sudario. Aún en la actualidad los documentos publicados por él constituyen la base de las investigaciones
para la reconstrucción de los primeros años de la presencia de la Sábana en Europa, aunque sus
conclusiones han sido en gran parte superadas por los resultados de los estudios científicos llevados a cabo
posteriormente.

36 La tradición de crear objetos para recordar las ostensiones se remonta, como hemos visto, a la Edad
Media, y hasta la fecha no se ha interrumpido. Esta vitrina contiene objetos conmemorativos de distinto
tipo y valor desde la ostensión de 1898. Junto a ejemplares con significado gráfico y fines de devoción
encontramos objetos de poco gusto, como el abrecartas de 1931 con la Sábana grabada en el mango,
llegando hasta objetos contemporáneos de baja calidad y puramente comerciales como los que se
encuentran hoy en día en todas las metas de peregrinación.

37 Desde el año 1900 hasta nuestros días han tenido lugar siete ostensiones solemnes: en 1931, con
motivo de la boda del futuro rey Umberto II; en 1933, para celebrar el Año Santo de la Redención; en 1973,
una ostensión televisiva; en 1978, para recordar el 400 aniversario de la llegada de la Sábana Santa a Turín;
en 1998, como conmemoración de algunos acontecimientos de la historia religiosa del Piamonte y del
centenario de la primera fotografía de la Sábana; en 2000, para el Gran Jubileo y finalmente la última en el
año 2010. Las ostensiones han tenido una duración cada vez mayor y un flujo creciente de peregrinos. En
este panel se exponen algunas imágenes significativas de estas ostensiones.

38 En la vitrina de cristal puede observar el precioso cofre de madera revestido de plata y cuajado de
piedras duras y esmaltes en el cual se conservó la Sábana Santa enrollada desde finales del siglo XVI hasta
1998. La tapa es de madera forrada de tela. Es una valiosa obra encargada por los Saboya que a lo largo de
los siglos ha tenido modificaciones, aunque ninguna de ellas ha alterado su diseño original. Debajo de la
teca se exponen los accesorios que se utilizaban para la protección de la Sábana Santa y que se eliminaron
cuando se adoptó el nuevo sistema de conservación. Puede verse el rodillo de madera revestido de seda en
el que se enrollaba y las almohadillas que se colocaban entre la Tela y el rodillo. Se expone también el paño
de seda que protegía el Sudario, el tejido azul que lo enmarcaba y las dos barras de plata que se insertaban
dentro de dicho marco para mantener tenso el Lienzo durante las ostensiones. Ahora se ha liberado la
Sábana de todos estos materiales heterogéneos y perjudiciales para facilitar la correcta conservación del
Tejido y de la Imagen.

38.1 En la fotografía de la izquierda se puede ver cómo se guardaba la Sábana Santa dentro de la teca.
Desde 1998 ya no se conserva enrollada porque este sistema resulta peligroso para la integridad del tejido.
En efecto, al enrollarlo las diferentes tensiones entre el Sudario y la tela de soporte, así como los
microtraumatismos debidos al movimiento relativo entre los dos tejidos, provocaban la formación de
arrugas y el desprendimiento de fragmentos de material adherido a la Sábana Santa, como la sangre. Hoy
en día, como puede verse en la fotografía de la derecha, el Sudario se conserva extendido en un gran
contenedor con atmósfera controlada y completamente en la oscuridad, con el fin de evitar daños de tipo
físico o químico. La caja de cinco metros de longitud que contiene la Sábana puede verse ahora en la capilla
del transepto izquierdo de la Catedral de Turín.

39 Este Museo es propiedad de la Cofradía del Santísimo Sudario, fundada en 1598, y ha sido creado con el
asesoramiento del Centro Internacional de Sindonología que se responsabiliza del aspecto científico. Desde
su nacimiento, esta Cofradía tiene como objetivo la difusión del culto y el conocimiento de la Sábana Santa.
Esta vitrina contiene algunos objetos particularmente valiosos relacionados con la vida y la actividad de la
Cofradía.

39.1 Lo que ve aquí es la cabeza de un cetro procesional esculpida en madera y decorada con hojas de oro y
plata que representa la Sábana en la Gloria, obra de un escultor piamontés del siglo XVIII. Al lado, otra
cabeza de madera recubierta de lámina de plata repujada que representa una ostensión de la Sábana
Santa. Por detrás está representada la Virgen de la Consolación. Esta obra también es piamontesa, de
finales del siglo XVII o comienzos del siguiente. A los dos lados de la pared de entrada al Museo se hallan
expuestas otras dos importantes insignias procesionales del siglo XVIII, de madera esculpida y decoradas
con lámina de oro, con la Sábana dentro de una corona de rayos.

Aquí concluye su visita. Le damos las gracias por haber visitado este Museo, único en el mundo por su
contenido, del cual esperamos que guarde un buen recuerdo. Por favor, devuelva esta audioguía a la salida.
Le recordamos que en la librería puede encontrar publicaciones, imágenes y objetos relacionados con la
Sábana Santa.

Iglesia del Santísimo Sudario

1 Bienvenidos a la iglesia del Santísimo Sudario de Turín, propiedad de la hermandad del Santísimo
Sudario, cofradía fundada el 25 de mayo de 1598 con la autorización del arzobispo Broglia y la
aprobación del duque Carlos Manuel I. Los objetivos de la Hermandad eran la salvaguarda y
difusión del culto y devoción a la Sábana Santa y de su enseñanza sobre el sentido del sufrimiento.
Ello condujo bien pronto a un fuerte compromiso social que se desarrolló con múltiples iniciativas,
entre ellas la atención a las mujeres desamparadas (llegando incluso a proporcionarles la dote para
el matrimonio) y la formación de jóvenes en talleres. La gran tarea en este campo comenzó en la
primera mitad del siglo XVIII, cuando el duque Victor Amadeo II, consciente del gran potencial del
voluntariado, impulsó la formalización del compromiso filantrópico-social de las hermandades. La
cofradía de Santísimo Sudario eligió la compleja tarea de dedicarse a los enfermos mentales, grave
problema social en la época ya que no existían estructuras para el cuidado y rehabilitación de estos
pacientes. En 1728 Víctor Amadeo II aprobó el proyecto presentado para la construcción de un
hospital y donó el terreno en el que se edificó el primer centro para enfermos mentales de los
Estados Saboyanos, más tarde conocido como “Hospital de los Pazzerelli”, que ocupaba la totalidad
de la manzana en que se levanta esta iglesia. En 1731 se aprobó la construcción de la iglesia,
concebida en aquel momento solamente como oratorio privado de la Hermandad y capilla del
hospital, por lo que no tenía acceso desde la calle. Las obras comenzaron en 1734 y se completaron
en un año. Hoy en día la Cofradía continúa la tarea de dar a conocer la Sábana Santa a través del
Museo, gestionado en su totalidad por voluntarios, y de la difusión de los trabajos del Centro
Internacional de Sindonología, organismo que reúne a nivel internacional expertos en distintas
disciplinas que asesoran al Custodio Pontificio de la Sábana y que se encarga del estudio y
coordinación de las investigaciones sobre la Sábana Santa. En el campo social ha dado vida en los
últimos años a “Casa Bordino”, un centro de investigación e intervención sobre enfermedades
mentales que, relacionado con la antigua experiencia del hospital, trata de ayudar a las personas
con problemas psíquicos y a sus familias.

2 La iglesia, proyectada por el ingeniero Mazzone, consta de una sola nave de planta rectangular con
las esquinas ligeramente redondeadas y abierta al fondo para formar el presbiterio. A los lados del
presbiterio se pueden ver dos pequeños coros y dos tribunas elevadas cerradas por una barandilla
de madera artísticamente tallada que en su día acogían a los miembros de la cofradía En el lado
opuesto al presbiterio se abre hoy la puerta a la calle para el acceso público, admitido desde 1764.
El motivo de tal apertura se debió de nuevo a la acción social de la Hermandad, que ofreció al
duque Carlos Manuel III los servicios de sus capellanes para la asistencia religiosa a los militares y
sus familias residentes en los barrios castrenses construidos cerca de la iglesia, brindándose,
además, los cofrades para ayudar a los soldados enfermos y visitarlos en los hospitales. Con ocasión
de dicha apertura la iglesia se completó con un nuevo altar mayor, hoy perdido, y con la instalación
de dos púlpitos que permitían la enseñanza del catecismo por el popular procedimiento
contradictorio: de una parte el predicador que instruía en la verdadera doctrina y de la otra el que
ponía objeciones y criticaba y que, naturalmente, salía siempre perdiendo La creación del acceso
público conllevó la ejecución de la fachada según un proyecto atribuido a Borra, que se inspiró en la
arquitectura de Amadeo de Castellamonte para la fachada de la Santa Capilla de Chambery. En
1770 se añadió un campanario proyectado por el ingeniero Peracca.

3 (Los frescos) Para la decoración de la iglesia se organizó un concurso presidido por Claudio
Beaumont, pintor de la corte. La ornamentación arquitectónica en trampantojo se encargó al pintor
veneciano Pietro Alzeri y las figuras al piamontés Pietro Milocco. Mirando hacia arriba se puede
admirar la bóveda, que hasta la altura de los lunetos se encuentra pintada con motivos
arquitectónicos perfectamente trazados en perspectiva por Alzeri. El centro de la bóveda lo ocupa
la gran composición de Milocco que representa la Transfiguración: en la parte superior, Cristo
radiante en Gloria que, extraña pero coherentemente con la devoción sindónica, presenta los
Estigmas de la Pasión. En la parte inferior, bajo una nube, los apóstoles que observan el prodigio
estupefactos.
4 (El presbiterio) En el presbiterio se puede ver la otra obra maestra en perspectiva de Alzeri: la
pared plana del fondo se transforma en un templete pintado con la técnica del trampantojo, en el
que columnas salomónicas de mármol rojo jaspeado sostienen la cornisa barroca de marmol negro.
A los lados se encuentran pintadas las estatuas de la Fe y de la Justicia realizadas imitando mármol
blanco.
En el centro se encuentra el gran retablo, obra maestra de Milocco. En la parte superior está
representada la Trinidad en Gloria: junto a la iconografía clásica del Padre y del Espíritu Santo, la
Sábana Santa personifica la figura del Hijo. Debajo, las Santas Mujeres observan asombradas el
sepulcro vacío que Cristo Resucitado ha abandonado dejando la Sábana. En el primer nivel, la
Dolorosa -la Hermandad se encontraba también bajo la advocación de Nuestra Señora- y a su lado,
de rodillas, con corona y cetro, en acción de humilde veneración, el Beato Amadeo IX de Saboya,
recalcando su papel de propietaro y también de beneficiario de la Santa Tela. Debajo del retablo se
puede ver una reproducción fotográfica de la Sabana Santa a tamaño natural, tal y como se
presenta hoy después de las intervenciones llevadas a cabo en 2002 para su conservación. El marco
que la encuadra es el que se usó para la exposición de la Sábana en las ostensiones de 1931 y 1933.

5 (El órgano) La iglesia se dotó también de ricos adornos, la mayoría de los cuales se dispersaron en
la larga ocupación napoleónica de Turín que se prolongó desde 1800 hasta 1814. En este periodo la
Hermandad fue suspendida. Entre los objetos desaparecidos destacan el órgano barroco construido
por los hermanos Concone en 1759 y el coro. El órgano actual, que ha sustituido al del siglo XVIII,
fue fabricado por los hermanos Collino en 1859 al tiempo que se realizaba también el nuevo coro.
También son del siglo XIX los altares laterales de San José y de la Dolorosa, obras incorporadas a la
iglesia con ocasión del tercer centenario de la Hermandad celebrado en 1898.

6 (Fotografía del fresco de detrás del retablo) Hacia finales del siglo pasado, algunos años antes de
las ostensiones realizadas en 1998 y en 2000, se llevaron a cabo importantes trabajos de
restauración en la iglesia y para facilitar las tareas se retiró el retablo. En la pared que se encuentra
detrás de él se descubrió el fresco que se puede ver en la fotografía situada sobre la balaustrada: se
trata de una representación de la Sábana Santa de la que no se conoce ni el autor ni el momento de
ejecución. En los últimos años se han completado los trabajos de restauración de la iglesia
incluyendo el órgano, el coro y la parte de madera de la sacristía, obra de finales del siglo XVIII
En la actualidad la iglesia se abre solo el primer domingo de cada mes, día de encuentro de los
cofrades para la celebración de la misa, pero se puede visitar, previa solicitud, en el horario de
apertura del Museo.

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