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“Los Padres

no nacen,
SE HACEN”

El trabajo más hermoso,


admirable y gratificante, pero
también el más complejo y difícil
es, sin duda, el de padres. A
pesar de lo que mucha gente
cree, pocas madres y padres
saben, sólo por instinto, cómo
actuar y resolver las situaciones
con sus hijos.

BEST SELLER
Ing. Ramiro Díaz
¿CÓMO SACAR EL MÁXIMO PROVECHO
DE ESTE LIBRO?

Existen dos formas de leer cualquier texto:

La lectura PASIVA, el lector se limita simple y llanamente a leer,


comfiado en que los nuevos conceptos, conocimientos o ideas que vaya
encontrando en el transcurso de la lectura quedarán registrados en su
memoria, y en que, luego, los podrá recordar, de forma casi automática,
cuando los necesite.

Nuestra memoria lamentablemente no es tan fiel ni tan fiable. No podemos


confiar al 100% en ella. Por eso, y ya que usted debe obtener el máximo
provecho posible de este LIBRO, le invitamos a que adopte una actitud de:

La lectura ACTIVA... Se diferencia de la lectura pasiva en que requiere una actitud:

1. Primero: CENTRADA.
2. Segundo: CREATIVA.
3. Tercero: Orientada a la APLICACIÓN.

1. LECTURA CENTRADA

Mientras lea cualquiera de las páginas de este Libro: CENTRE SU MENTE


EN SU empresa/negocio/actividad. No permita que nada desvíe su
atención de la situación, características, problemas y potencialidades de
su empresa/negocio/actividad. Recuerde que:

Antes de resolver los problemas del mundo, de su país o los de las


empresas de sus amigos, es necesario, primero y antes que nada,
resolver los problemas de SU empresa/negocio/ actividad.

De una forma u otra (y aunque a usted en principio no le parezca):


Todos los conceptos contenidos en este manual tienen relacion
directa y específica con su empresa / negocio / actividad. Y muy
especialmente, con el futuro suyo.

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1. LECTURA CREATIVA:

Tal y como indicamos, en la lectura pasiva el lector se limita a leer… y


nada más. En la lectura activa, por el contrario, el lector, además de leer,
debe: ENRIQUECER EL TEXTO, DE MANERA CONSCIENTE Y CONTINUA,
CON SUS CONOCIMIENTOS, IDEAS Y EXPERIENCIAS.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que cuando lea algo, no se limite a
aceptarlo.

• Analícelo.
• Critíquelo.
• Relaciónelo con la situación actual de su empresa.
• Enriquézcalo con sus experiencias.
• Relaciónelo con ejemplos o casos reales que usted conozca.
• Discútalo con sus amigos, colegas o colaboradores de su empresa.
• Hágase preguntas del estilo de: “qué hubiese sucedido en tal o cual
ocasión si yo hubiese aplicado esta idea?”, “¿será por esto por lo
que tuve éxito (o fracasé) en tal otra ocasión?”, y similares.

1. LECTURA APLICADA:

Tal y como recomienda Peter Drucker, cuando lea un concepto o idea que
considere interesante o importante, no se limite a decir: “¡qué buena
idea!”, sino que, de inmediato, pregúntese:

• ¿Cómo puedo aplicar en mi empresa esta idea, ese concepto, esta


recomendación?
• ¿Qué debo hacer para adaptarla a la realidad de mi empresa?
• ¿Cuáles resultados podría lograr con su implantación?

Si considera que el concepto o idea se puede aplicar en su empresa:


ESTABLEZCA FECHAS PRECISAS PARA SU IMPLANTACIÓN. Y, sobre
todo: ESCRIBA, ESCRIBA, ESCRIBA. No confíe en su memoria.

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¿CÓMO SACAR EL MÁXIMO PROVECHO
DE ESTE LIBRO?

EN RESUMEN

A lo largo de su lectura de este Libro mantenga siempre en su mente las tres


ideas centrales:

• Céntrese EN SU EMPRESA/NEGOCIO/ACTIVIDAD.
• Sea CREATIVO: enriquezca el texto con su aporte personal.
• Analice y evalúe constantemente las formas de APLICAR en su
empresa las ideas y conceptos contenidos en él.

Como verá, este Libro ha sido diseñado para facilitarle la adopción de esa
necesaria lectura activa. De nuestra parte, hemos hecho todo lo posible
para usted obtenga el máximo provecho de este Libro. De ahora en
adelante: EL RESTO DEPENDE DE USTED.

Recuerde siempre que este no es un Libro en el sentido tradicional de la


palabra. ES SEMEJANTE A UN MANUAL. Es decir, GUÍAS DE TRABAJO
para ser aplicadas:

• En su trabajo cotidiano.
• En las operaciones de cada día.
• En las múltiples y constantes decisiones que deberá tomar en la
gestión de su empresa/ negocio o actividad actual.

Este Libro, Manual o Guia de trabajo (como usted le quiera llamar)


está diseñado para ser un instrumento complementario que le ayude a
seguir construyendo el éxito en su vida empresarial y personal.

Pero recuerde: GRAN PARTE DEL TRABAJO QUE HAY QUE HACER
DEPENDE DE USTED. ..Y sólo de usted.

4
Organización internacional dedicada
a la búsqueda global de ideas de negocios innovadoras

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen

Introducción
El trabajo más hermoso, admirable y gratificante, pero
también el más complejo y difícil es, sin duda, el de
padres. A pesar de lo que mucha gente cree, pocas
madres y padres saben, sólo por instinto, cómo actuar
y resolver las situaciones con sus hijos. Aunque los
progenitores que han tenido más experiencia con
niños –ya sea por sus hermanos, sobrinos o por haber
hecho de canguros– se sienten algo más “capacitados”
con los pequeños, todos tienen que aprender a actuar
como padres como las muchas cosas que los humanos
tenemos que ir aprendiendo a lo largo de nuestra vida:
a leer, a conducir, a montar en bicicleta o a llevarse
bien con los demás.

En épocas anteriores a nadie se le había ocurrido


sugerir a los padres cómo deberían ocuparse de sus
hijos. Se suponía que cada uno hacía lo “natural” que
consistía en repetir lo que habían hecho sus padres.
Esto era un buen principio para abordar los nuevos
requerimientos que se les presentaban a los que se
iniciaban como padres, aunque en muchos casos no
suficientes como para abordar tan complejo trabajo.
Hoy en día la mayoría de padres empiezan cargados
de dudas sobre la manera más adecuada de educar
a los hijos. Estas dudas vienen de que la mayor
parte de nosotros nunca hemos recibido lecciones
sobre el desarrollo infantil, sobre el desarrollo de la
personalidad, la importancia de la autoestima, de
cómo crear y desarrollar hábitos saludables, etc., ni
tampoco de la alimentación, cambio de pañales, ni de
los llantos y vómitos.

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Los padres no nacen, se hacen
Estas dudas también vienen por la falta de una actitud
favorable hacía la lectura de libros y artículos sobre el
mundo infantil y lo relacionado con lo que se conoce
como “Escuela de Padres”.

Aquí es cuando aparece la gran importancia que tiene la


confianza en sí mismo a la hora de criar bien a un niño.
La confianza en sí mismo, en lo que se está haciendo,
es una ventaja extraordinaria, pues hace a los padres
sentirse más a gusto, más seguros en su papel y, por
tanto, disfrutar más.

Insistimos en que nadie nace con instinto maternal o


paternal. Lo más parecido a ese instinto es lo que se
aprende del modo en que nos trataron nuestros padres
durante la infancia. No hay más que ver a los niños de
tres, cuatro y cinco años ocupándose de sus muñecos,
regañándoles o alabándoles lo mismo que sus padres
les alaban o les regañan a ellos. Veinte años más tarde se
comportarán igualmente con sus hijos. Así las actitudes
básicas frente a los futuros hijos se aprenden en los
primeros años de vida. El resto llega con la paternidad:
se aprende a ser padre y madre, sobre todo, ocupándose
de su primer hijo.

De este modo, “ser padre” se aprende día a día. Se es


padre en el actuar como padre. El vínculo con el niño
empieza a forjarse en los contactos diarios durante
los primeros meses: al coger al bebé, al alimentarlo,
al intercambiar miradas y sonrisas con él, y se va
desarrollando a lo largo del tiempo ya que es un
proceso continuo.

Resulta muy positivo que los padres acepten y hablen

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Los padres no nacen, se hacen
sobre los sentimientos
de irritación y malestar
que experimentan al
tener a su cargo a una
criatura tan pequeña y
difícil de tratar, ya que
esta confesión conjunta
les puede ayudar a que
desaparezca la tensión,
a comprender lo difícil
y compleja de la nueva
situación, las carencias
que cada uno pueda tener
sobre este tema y a unirse
todavía más.

La comunicación, el
diálogo sobre los temas
relacionados con su papel
de padres, sin intentar
dominar con “su saber”
el uno sobre el otro, es
un elemento favorecedor
de una dinámica de
pareja armónica. A la
comunicación y a la
escucha activa se le da,
en todo este manual, una
gran importancia por ser
el recurso más importante
para abordar y resolver
situaciones y conflictos.

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CONTENIDO
Contenido
Los padres no nacen... se hacen 13
Abrázalo... Fuertemente 17
El Apego... Un vínculo muy especial madre-hijo 21
El niño con Problemas Nocturnos: no quiere
dormir, Pesadillas y Terrores Nocturnos 27
Que hacer si tu hijo… no quiere comer 43
Conductas Agresivas… en la Infancia 49
Consecuencias de… chuparse el dedo 57
Los peligros del hijo perfecto: La Sobreadaptación. 63
¿Contribuyes a una pobre
autovaloración de tu hijo? 69
¿Cómo afecta la timidez al niño… y al adulto? 73
¿Por qué mienten los niños? 77
Como ayudar a sus niños después de un desastre 83
El Autismo Infantil:
Un Trastorno Severo del Desarrollo 87
El Maltrato Infantil 95
La Depresión Infantil 105
La Tartamudez Infantil 115
Las Inteligencias Múltiples 121
¿Cómo hablar de sexualidad con los hijos? 129

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

Los padres no nacen…


SE HACEN

Ser padres implica mucho más que el concepto que


muchos de nosotros traemos a la hora de conformar una
familia. Sólo hasta el momento en que se recibe la noticia
del embarazo es que se comienza a sentir más cercano
este nuevo papel. La aventura irrumpe a veces de manera
sorpresiva y otras, como parte de una idea planificada.

Lo cierto es que cada uno de los miembros de la pareja


tiene conceptos y expectativas particulares sobre
lo que significa ser padres, mucho antes de que se
constituyera la pareja. Sus propias experiencias y sus
valores familiares se han formado desde el inicio de la
conformación de su identidad como persona.

Así sucederá que -para muchos- ser padres es una


obligación, mientras que para otros es parte del
sentido de su propia existencia. Para algunos implica el
cumplimiento de las expectativas sociales de cualquier
pareja que llega al matrimonio, para otros, una decisión
de su proyecto personal relacionado con el deseo de
formar una familia.

De alguna manera todos nos vamos preparando


para ser padres desde un comienzo y es así como las
aspiraciones personales, las expectativas de los demás,
los valores y el propio proyecto personal, condicionan
este papel. La llegada del hijo representará entonces una
crisis en la estructura de la pareja. Por un lado, porque se
someterán a juicio el conjunto de aspectos que influyen
en la condición de ser padres. ¿Coincidirán nuestras

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Los padres no nacen, se hacen
expectativas con lo que realmente llegaremos a ser? ¿Se
podrán alcanzar las metas y aspiraciones en relación
con nuestro hijo?

Todo esto y el quiebre del equilibrio del sistema de


convivencia de la pareja, en el que las reglas y acuerdos
se habían establecido para dos personas adultas, ahora
debe reorganizarse. Desde su concepción, son tres
las personas que deben convivir y los padres deben
reacomodarse al nuevo integrante que cambia el estilo
de vida modificando los ritmos, horarios y necesidades.

Sin embargo, esto no es tan abrupto como puede parecer


para muchos, si se sabe aprovechar la espera de nueve
meses como tiempo de preparación y elaboración del
cambio que ya se está aproximando. Es en esta etapa llena
de fantasía, temores y deseos de la pareja, en la que perciben
una realidad distinta a la que estaban acostumbrados.

En la mujer los cambios son evidentes. Su cuerpo se


modifica y hace inevitable que pase desapercibida. La
salud y el estado emocional también se ven afectados.
Por otro lado aparece un mundo de nuevas relaciones
alrededor de la espera. La mujer embarazada cambia la
relación con su madre, suegra, y hermanos. En su círculo
social pasa a ser el centro del universo, despertando
sentimientos de ternura.

Muchas veces es sorprendente encontrar cambios


drásticos en estas relaciones. Por ejemplo, la suegra fría
y distante puede convertirse en una fuente de alivio y
contención durante el embarazo. Pero es la madre de la
embarazada y el marido quienes deben proporcionar la
mayor fuente de apoyo, permitiendo que se fortalezca

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Los padres no nacen, se hacen
el vínculo madre-bebé y preparándose para asumir los
nuevos papeles de abuela y padre, respectivamente.
Varias investigaciones han demostrado que la
participación del padre en el embarazo de su mujer puede
preparar el terreno para toda una serie de interacciones
familiares positivas que benefician al matrimonio, al niño
y fortalecen el vínculo padre-hijo. Por lo tanto, quienes
deseen una relación sólida con sus hijos deberán echar
los cimientos para ello durante la gestación y los primeros
meses de vida del bebé.

Es frecuente que los padres se sientan desplazados en los


primeros meses cuando la atención materna se concentra
en el pequeño. Pero existen formas para intentar reducir este
sentimiento y colaborar con su esposa. Pueden bañarlos,
cambiarles los pañales y consentirlos. Los demás miembros
de la familia deberán contribuir a asegurar que no sean
apartados y que puedan compartir las responsabilidades
del cuidado del bebé con sus mujeres. Los padres deben
tener presente que la vida familiar no consiste solamente
en satisfacer las necesidades materiales y económicas de
sus familias, sino cubrir las demás necesidades físicas y
emocionales cambiantes.

Al mismo tiempo, surge la contrapartida de dicha relación a


medida que el bebé es menos dependiente de los cuidados
maternos. El marido reclama atención de la madre que se
ha entregado al idilio con su bebé. Y ella debe ceder lugar a
la pareja y reconquistar a su esposo. La reorganización de
la pareja se da también en varios planos, se acomoda a un
nuevo estilo de vida que implica modificaciones en todos
los sentidos. Con el nacimiento del primer hijo aparece una
nueva estructura en la familia, y es en este devenir que se
aprende a ser padres.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

Abrázalo…
Fuertemente
Una vez que te despiertas y atiendes a tu hijo, te aseguras
que esté abrigado, que esté limpio, que no tenga hambre
y que nada lo ponga en peligro. Vuelves a dormirlo y
vuelves a dormirte. Pocas horas después, tu bebé recién
nacido vuelve a despertar y todo el proceso se inicia
nuevamente. ¿Qué tiene, te preguntas? ¿Está mojado,
tiene frío, tiene hambre, está asustado?

Tu corazón de joven e inexperta madre se llena de


ansiedad y te esmeras por resolver el problema. Termina
la noche. El día te encuentra desvelada, cansada y tu
espíritu se siente abatido. Esto no parece ser todo lo
maravilloso que te habían dicho que es la maternidad.

¿Qué está saliendo mal?, te preguntas mientras tu cuerpo


cansado trata de enfrentar los retos de la vida diaria.
Tienes un hogar que mantener funcionando; tienes un
esposo que atender, y tienes también la preocupación
de tu empleo al que no has podido ir y al que tampoco
tienes cabeza para retomar.

En medio de todo este continuo pasar de días y noches


que se mezclan, de descansos interrumpidos y de dudas
y confusiones, tú te preguntas si habrás hecho bien en
convertirte en madre. Piensas que tu vida de antes ha
terminado y sientes que ya nunca más volverás a dormir
tranquila. El encanto se ha roto y tú no sabes qué hacer.
¿Cómo puedes resolver problemas pendientes?, te
preguntas, si apenas tienes energía y tiempo suficientes
para atender a tu hijito?

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Los padres no nacen, se hacen
Querida nueva madre: esto que te pasa a ti les pasa a todas
las madres. Los primeros días de tu bebé son así: él está
tratando de adaptarse a la nueva vida y tú estás empezando
a conocerlo. No desfallezcas. Estas noches sin descanso
van a pasar. Tu bebé empezará a tomar su propio ritmo y tú
volverás a dormir noches enteras de sueño reparador que
te permitirán recargarte de energía y buen humor para ser
la buena madre que tanto anhelas ser.

Ten paciencia. No te desesperes. Abrázalo fuerte y disfruta


de las horas de desvelo. Cántale una canción, dile cuánto lo
amas. Háblale de mí, dile que yo también lo amo mucho. Y
espera pacientemente a que crezca porque así como el día
amanece joven, crece y se fortalece hasta llegar al sol del
mediodía para después convertirse en tarde y desaparecer
con la noche, así tu niño y tú seguirán etapas en las que
irán evolucionando. Ahora él necesita de tí todas las horas
del día, pero después se irá separando y poco a poco te
irá necesitando menos y menos horas hasta devolverte tus
noches y después tus días hasta que llegue un tiempo en el
que ya no te necesite más.

Entonces, cuando él ya pueda estar lejos de tus brazos y de


tus cuidados, seguramente será tiempo de que él provea
a sus propios hijos de cuidados y protección. Igual como
hiciste tú con tu madre. Esta es la ley eterna de la vida.

Así que ya sabes: no te desesperes, más bien disfruta


este tiempo porque estas cuántas semanas en las que
puedes abrazarlo a tu antojo, van a pasar muy pronto
dejando tras de sí sabor de nostalgia.

Tu padre que te ama,


Dios.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

El Apego…
Un vínculo muy especial madre-hijo
La propiedad más importante del ser humano, es su
capacidad de formar y mantener relaciones. Estas son
absolutamente necesarias para que cualquiera de nosotros
pueda sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse.

Las relaciones humanas toman muchas formas, pero las


más intensas, las que producen mayor placer y a veces
mayor dolor, son aquellas con la familia, amigos y personas
amadas. Dentro de este círculo interno de relaciones íntimas,
quedamos vinculados o adheridos unos a otros con un
“adhesivo emocional”, vinculados o adheridos con amor.

La habilidad individual para formar y mantener relaciones


haciendo uso de este “adhesivo emocional” es diferente en
cada uno de nosotros. Algunos parecen ser “naturalmente”
capaces de amar y establecer relaciones íntimas, otros
no tiene tanta suerte, carecen de capacidad afectiva y les
cuesta hacer amigos, además de establecer una relación
distante con la familia.

Tanto la capacidad como el deseo de formar relaciones


emocionales están asociados a la organización y
funcionamiento de partes específicas del cerebro humano,
así como al equilibrio de los neurotransmisores (sustancias
químicas que permiten la transmisión del impulso nervioso
y sus conexiones). Así como el cerebro nos permite ver, oler,
gustar, pensar y movernos, también es el órgano que nos
permite amar o no amar.

Estos sistemas cerebrales que nos permiten formar y

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Los padres no nacen, se hacen
mantener relaciones, se desarrollan durante la infancia. Las
experiencias durante estos primeros y vulnerables años del
desarrollo evolutivo de un individuo, influyen significativamente
en el moldeado de la capacidad para formar relaciones íntimas
y emocionalmente saludables. La empatía, el afecto, el deseo
de compartir, el inhibirse de agredir, la capacidad de amar y
ser amado y un sinnúmero de características de una persona
asertiva, operativa y feliz, están asociadas a las capacidades
medulares de apego formadas en la infancia y niñez temprana.

definición de apego

En el campo del desarrollo infantil, el apego se refiere


a un vínculo específico y especial que se forma entre
madre-infante o cuidador primario-infante. El vínculo de
apego tiene varios elementos claves:

1)
Es una relación emocional perdurable con una
persona en específico.

2) Dicha relación produce seguridad, sosiego, consuelo,


agrado y placer.

3) La pérdida o la amenaza de pérdida de la persona,


evoca una intensa ansiedad. Los investigadores de
la conducta infantil entienden como apego la relación
madre-infante, describiendo que esta relación ofrece
el andamiaje funcional para todas las relaciones
subsecuentes que el niño desarrollará en su vida.

Una relación sólida y saludable con la madre, se asocia con


una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros,
mientras que un pobre apego parece estar asociado con
problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida.

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Los padres no nacen, se hacen
Teorías del apego

La preocupación por la relación temprana del niño con su madre


fue uno de los temas centrales de muchos investigadores y
sus conclusiones más importantes son:

Que la madre es la representante del medio externo y a través


de ella el niño comienza a constituir la objetividad de éste.

Que el vínculo que une al niño con su madre es producto


de una serie de sistemas de conducta, cuya consecuencia
previsible es aproximarse a la madre.

Que el apego es cualquier forma de comportamiento que


hace que una persona alcance o conserve proximidad
con respecto a otro individuo diferenciado y preferido.
Que como resultado de la interacción del bebé con el ambiente
y, en especial con la principal figura de ese ambiente, es decir
la madre, se crean determinados sistemas de conducta, que
son activados en la conducta de apego.

Que generalmente el apego tiene lugar en los primeros 8


a 36 meses de edad.

En resumen el sistema de apego está compuesto de


tendencias conductuales y emocionales diseñadas
para mantener a los niños en cercanía física de su
madre o cuidadores.

Formas de apego

Las formas de apego se desarrollan en forma temprana


y poseen alta probabilidad de mantenerse durante toda
la vida. En base a como los individuos responden en

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Los padres no nacen, se hacen
relación a su figura de apego cuando están ansiosos, se
definieron los tres patrones más importantes de apego y
las condiciones familiares que los promueven, existiendo

el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el


evasivo.

• Los niños con estilos de apego seguro, son capaces


de usar a sus cuidadores como una base de
seguridad cuando están angustiados. Ellos tienen
cuidadores que son sensibles a sus necesidades,
por eso, tienen confianza que sus figuras de apego
estarán disponibles, que responderán y les ayudarán
en la adversidad. En el dominio interpersonal, las
personas con apego seguro tienden a ser más cálidas,
estables y con relaciones íntimas satisfactorias,
y en el dominio intrapersonal, tienden a ser más
positivas, integradas y con perspectivas coherentes
de sí mismo.

• Los niños con estilos de apego evasivo, exhiben


un aparente desinterés y desapego a la presencia
de sus cuidadores durante períodos de angustia.
Estos niños tienen poca confianza en que serán ayudados,
poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad
y prefieren mantenerse distanciados de los otros.

• Los niños con estilos de apego ansioso-ambivalente,


responden a la separación con angustia intensa y
mezclan comportamientos de apego con expresiones de
protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia
en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos
niños no tienen expectativas de confianza respecto al
acceso y respuesta de sus cuidadores.

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Los padres no nacen, se hacen
Las experiencias que forman vínculo

El acto de coger el bebé al hombro, mecerlo, cantarle,


alimentarlo, mirarlo detenidamente, besarlo y otras
conductas nutrientes asociadas al cuidado de infantes
y niños pequeños, son experiencias de vinculación.
Algunos factores cruciales de estas experiencias de
vinculación incluyen la calidad y la cantidad.

Los científicos consideran que el factor más importante


en la creación del apego, es el contacto físico positivo
(Ej.: abrazar, besar, mecer, etc.), ya que estas actividades
causan respuestas neuroquímicas específicas en el
cerebro que llevan a la organización normal de los
sistemas cerebrales responsables del apego.

Durante los primeros tres años de vida, el cerebro desarrolla


un 90% de su tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor
parte de los sistemas y estructuras que serán responsables
de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y
fisiológico para el resto de la vida. De allí que las experiencias
de vinculación conducen a un apego y capacidades de
apego saludables cuando ocurren en los primeros años.
La relación más importante en la vida de un niño es el
apego a su madre o cuidador primario, esto es así, ya
que esta primera relación determina el “molde” biológico
y emocional para todas sus relaciones futuras. Un apego
saludable a la madre, construido de experiencias de vínculo
repetitivas durante la infancia, provee una base sólida para
futuras relaciones saludables.

En la actualidad está tomando importancia la relación o


vínculo de apego del niño con el padre, figura ésta de gran
importancia para el normal desarrollo evolutivo de todo ser.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

El niño con
PROBLEMAS NOCTURNOS
no quiere dormir, Pesadillas y
Terrores Nocturnos

1) El niño que no quiere acostarse

Un niño se resiste a acostarse por diversos motivos.


Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse,
o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente,
le gustaría más jugar o ver la televisión y, en realidad,
preferiría la compañía y atención de sus padres.

Cuando los niños se hacen mayores, su vida social


adquiere preponderancia. No obstante, todos los niños
deben tener su hora de acostarse y si se quiere paz en
casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión.

• Los padres que dicen “chicos, ¿no creéis que ha


llegado el momento de acostarse?”, han declinado
su responsabilidad y sus hijos no se acostarán a la
hora adecuada.

• Los padres que siempre permiten al niño permanecer


levantado «sólo un poco más», tendrán siempre
problemas con el momento de acostarse. De haber la
menor posibilidad de transigir, los niños más nerviosos
se agarrarán a ella.

De ahí pues que para muchos padres, conseguir acostar


a sus hijos es una más de las batallas al final de un largo

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Los padres no nacen, se hacen
día, justo en el momento en que ellos necesitan tiempo
para sí mismos.

Para los padres novatos, seguir los consejos que se


explican aquí, puede zanjar los problemas nocturnos
antes de que empiecen. Si la hora de acostarse ya es
un problema, será necesario planificar nuevas iniciativas
para conseguir que el niño duerma. Es importante
decidir lo que se hará, que el niño sepa que el cambio es
inminente y que el día 1 hay que poner el plan en marcha.

Decidir cuando hay que acostarse

Se debe decidir el momento preciso en que el niño debe


acostarse y, una vez decidido, proceder con firmeza.

Esto no significa que los padres deban ser absolutamente


rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en
la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel
momento acabe de llegar papá o esté en casa el tío
José. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres
de concretar el momento de acostarse, más fácil será
conseguir que el niño se duerma a una hora fija.

Importante: No utilice la palabra «oscuro» para indicar el


momento de acostarse, porque en verano con la luz de
día esto será causa de problemas.

Crear hábitos para ir a dormir

Los niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta


la seguridad de lo habitual y es importante disponer de
ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo..,
tener su martillo azul en la cama, junto a él, cada noche.

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Los padres no nacen, se hacen
Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación
y después todo el mundo tiene que ir a darle un beso
cuando ya está en la cama; a otros les puede gustar
colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.

Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de


seguridad, tales como mantas viejas o perros de trapo,
de los que dependen algunos niños, les sirven para
separarse de los seres queridos y pasar del estado de
vigilia al de sueño.

“Los padres no deben reírse de los hábitos del niño, pero


por otra parte, tampoco deben consentir que se vuelvan
demasiado pesados.”

Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se


lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y
un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto
demasiado, lo que comporta quince minutos adicionales
para conseguir que, por fin, se vayan a la cama.

Hábitos nocturnos regulares

A los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un


instante después de ahora. Unos hábitos nocturnos
regulares conseguirán que el niño sepa que el momento
de acostarse se acerca y que ha llegado el momento
de parar. Se puede seguir esta guía para establecer una
rutina nocturna.

Simplificar:

• Tomar en consideración el horario de la familia y las


preferencias del niño. No comenzar con normas que

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Los padres no nacen, se hacen
después no se seguirán.

• La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación


de seguridad cálida, un final del día confortable.

• Se discutirán por encima las incidencias del día que


termina y se planearán cosas para el día siguiente.

• Preparar sus ropas para el día siguiente, junto a los


libros, será de utilidad para niños más crecidos.

• Leer un cuento o comer una galleta ayudará a otros niños


a entender que ha llegado el momento de acostarse.

• Utilizar señales que hagan patente la rutina.

El niño debe saber cuándo empieza la rutina del


momento de acostarse.

Puede ser tan simple como decir «el momento de irse a la


cama es el momento en que termina tal o cual programa
de televisión».

O se pueden intentar señales visuales. Por ejemplo,


dibujar un círculo en una hoja de papel de color, dividirlo
en secciones clasificadas como hora de jugar, hora de
acostarse y hora de los cuentos. Hacer una flecha de
papel y fijarla en el centro del círculo. Señalar con la flecha
en la sección apropiada cuando llegue el momento.

O se puede dibujar un reloj con las manecillas señalando el


momento de acostarse y colocarlo cerca del reloj real. Cuando
las manecillas del reloj real coincidan con las del reloj casero,
el niño sabe que es el momento de irse a la cama.

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Los padres no nacen, se hacen
Mantener al niño calmado.

Las peleas o los juegos muy activos inmediatamente


antes de irse a la cama, no preparan al niño para dormir.

Media hora antes de acostarse, el niño debe encontrarse


relajado para cuando llegue el momento. Más que una
guerra de almohadas o un juego de pelota serán unas
costumbres sosegadas que incluyan la higiene habitual,
la lectura, la narración de cuentos o la música.

Todo esto, que suaviza el momento de acostarse,


también debe seguirlo la persona que se ocupe del niño
o la abuelita, cuando ponga al niño en la cama, o cuando
es más tarde y el niño, agotado, precisa una ayuda
adicional para conseguir una noche de calma.

Hacerlo especial.

Lo ideal sería que el momento de acostarse fuera cálido


y acogedor. Tanto para los padres como para el niño es
un momento de calor y de seguridad.

• A muchos niños les encanta escuchar una y otra vez


el mismo cuento antes de irse a la cama.
• A otros les complace escuchar cuentos inventados.
• A otros les divierten las canciones infantiles como
costumbre en el momento de acostarse.

No hay que pensar que los niños algo mayores no


necesitan estos hábitos.

Incluso a los preadolescentes les encanta que les lean


o bien les gusta utilizar estos momentos para charlar

31
Los padres no nacen, se hacen
de algo importante o preguntar algo antes de que se
convierta en un problema.

• El momento de acostarse es una excelente oportunidad


para los padres de acercarse a sus hijos.

• Los hábitos al acostarse, que comienzan en edad muy


temprana ayudarán al niño toda su vida.

• Algunos niños adquieren el hábito de leer, otros


escriben su diario o planifican el día siguiente.

• Otros hacen ejercicios de relajación.

Se ha de ser flexible, pero también se ha de saber cómo


terminar las costumbres rituales.

Si no se sabe cómo tomar la decisión final cuando ha llegado


el momento de apagar la luz y de dormir, la rutina nocturna
puede convertirse en algo cansado o interminable.

Los padres no deben permitir evasivas por parte del niño,


ni dejarse convencer de seguir leyendo «un cuento más».

En vez de esto, se ha de anunciar de antemano las historias


que se leerán aquella noche y aferrarse a lo que se ha dicho.

Si trazar límites es un problema para algunos padres, éstos


pueden apoyarse en otras ayudas, como su propio reloj o un
minutero. Hay que decir al niño que «cuando el reloj marque
las 9:30, ha llegado el momento. Luces apagadas o en 15
minutos, el reloj sonará, lo que significa apagar la luz».

Hablar con el niño de sus miedos y angustias

32
Los padres no nacen, se hacen
Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que
tienden a manifestarse de noche. Los padres deben
animar al niño para que hable de sus problemas y
preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudando
a que se duerma, e intentar también, un ligero masaje
en la espalda.

Hacer frente al hecho de levantarse continuamente

Los padres han seguido los hábitos v rituales del


momento de acostarse. Cristina se ha metido en la
cama hace unos instantes, pero ya no está en ella.
Después de diez minutos, ya vuelve a estar en el salón,
pidiendo un zumo. Los padres deben intentar seguir las
técnicas descritas aquí. Para algunos niños, una puede
bastar, para otros será necesario aplicarlas todas para
conseguir que permanezcan en la cama.

Llévele a la cama y ponga un despertador que suene al


poco tiempo.

Dígale que regresará a su habitación antes de que


suene. Gratifíquele con un masaje en la espalda por
permanecer en la cama. Gradualmente, alargue el
tiempo que debe permanecer en la cama antes de
obtener la recompensa, ya sea un masaje en la espalda
o un helado para desayunar. Si es necesario, utilice de
nuevo el minutero, y después siéntese v léale hasta
que el niño se haya dormido.

Enseñe al niño cómo irse a la cama.

Algunos niños pequeños no consiguen relajarse lo


suficiente para poder dormir, por lo que se les pueden

33
Los padres no nacen, se hacen
enseñar las técnicas de respiración y de relajación.

Los padres pueden acostarse un rato al lado del niño y


hablarle de lo que hay que hacer para quedarse dormido.
Dígale que cierre los ojos y en un tono de voz suave
cuéntele el cuento de cómo las olas del mar se siguen
unas a otras para jugar y vuelven a casa una y otra vez.

Recuérdele que debe echarse y quedarse quieto y


tranquilo, con los ojos cerrados y recordar las olas.

También se puede usar la imaginación para pensar en


sus propias escenas para quedarse dormido.

Colocar junto al niño todo lo que se necesita para la noche:

Un vaso de agua, una cajita con una linterna, su juguete


favorito y un cassette o la radio para escuchar antes
de dormirse.

Para los bebés que aún permanecen en la cuna pero


son lo suficientemente mayores para hablar, los hábitos
nocturnos, a menudo, requieren actos más definitivos
que exigen decisión por parte de los padres.

Supongamos que se les ha arropado y se les ha dado


un beso de buenas noches por cuarta vez, mientras se
abandona la habitación diciendo: “Buenas noches. Me
voy a la cama”. Se debe cerrar la puerta y no volver atrás,
aunque el niño llore (a menos que se pueda pensar que el
niño se encuentra realmente mal) durante veinte minutos.
Si después de veinte minutos el niño aún llora, se ha
de volver a su habitación indicándole que se duerma.
Besarle y salir de nuevo durante otros veinte minutos.

34
Los padres no nacen, se hacen
Si es necesario, hay que repetir esta rutina cada noche,
hasta que el niño perciba que su táctica no da resultados.

Importante: si el niño cesa de llorar, no regrese a su


habitación para comprobar qué ocurre hasta estar
seguro de que el niño está profundamente dormido o, de
otro modo, el niño reincidirá.

Utilizar un gráfico.

Un gráfico del momento de acostarse es eficaz para


los niños, permitiéndoles ganar puntos para alguna
recompensa deseada. Al principio, los padres deben
dar puntos por permanecer en la cama durante cinco
minutos, después se ha de prolongar gradualmente el
tiempo requerido para acumular los puntos necesarios.

No discuta.

Si el niño suele salirse con la suya, será preciso aplicar


consecuencias negativas: pérdida de privilegios al día
siguiente o acostarse más temprano la próxima noche.

Debemos reforzar la cooperación del niño

Utilizando palabras y acciones, hay que dar al niño


respuestas positivas por su cooperación en el momento
de acostarse. Planificar la rutina y llevar a cabo el plan
completo a la vez. Puesto que a veces es difícil modificar
comportamientos establecidos, se puede necesitar,
de entrada, ofrecer recompensas, quizás utilizando el
gráfico del momento de acostarse si este momento se
ha convertido en la lucha de cada noche.

35
Los padres no nacen, se hacen
Se pueden dar puntos por respetar las costumbres del
momento de acostarse y porque el niño ha permanecido
en la cama, antes de dormirse.

Al principio puede darse al niño una recompensa


cada noche.

Las recompensas pueden incluir, por ejemplo:

• Un programa extra de televisión la noche siguiente,

• Sábanas especiales,

• Chocolatinas debajo de la almohada

• Un caramelo antes de acostarse, al día siguiente.

Entretanto el niño acumulará puntos para una


recompensa mayor que le costará más esfuerzo
ganarse. Las grandes recompensas se escogerán
entre el «menú» de cosas o actividades que los padres
saben que el niño quiere.

2) Terrores nocturnos y pesadillas

Los niños con terrores nocturnos

Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas


distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores
nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el
resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree
que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el
niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño
profundo al sueño más superficial.

36
Los padres no nacen, se hacen
Aunque el niño con terrores nocturnos no los recuerde,
estos episodios nocturnos pueden ser sumamente
preocupantes para los padres.

Muchos niños sollozan o gritan, se agitan o corren por toda la


casa con los ojos abiertos, pero sin ver y sus oídos parecen no
percibir las palabras tranquilizadoras de los padres.

Poco es lo que se puede hacer para ayudar al niño durante


un terror nocturno. Se debe simplemente esperar a que cese
y recordar que no ha sido causado por las tensiones y que no
tendrá efectos traumáticos ni duraderos para el niño.

Tranquilizarle

Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla refrescante


por la cara. Los padres sentirán que están haciendo
algo útil y esto tranquilizará al niño mientras pierde
su mirada perdida y empieza a volver a la realidad,
preguntándose qué pasa.

Regule los horarios de sueño

Para ayudar al niño a desarrollar un patrón de sueño


más maduro, asegúrese de que tiene un horario regular
de sueño y que descansa lo suficiente.

Consulte a un profesional

A pesar de que los terrores nocturnos no son en general


significativos existe sin embargo la posibilidad de que sean
síntomas de alteraciones neurológicas. Para verificar este
extremo, al mismo tiempo que las pesadillas muy molestas,
habría que comentarlo con el médico. Si los terrores se

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Los padres no nacen, se hacen
producen con mucha frecuencia, el médico puede sugerir
aliviarlos con una medicación cuidadosamente controlada.

Los niños que tienen pesadillas

Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos,


pueden ser aterradoras para el niño y también para los
padres y son resultado de sentimientos de inseguridad,
ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de
miedo común y normal a los sueños desagradables que se
inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su
punto máximo a las edades de cuatro y seis años.

Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que


los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas
entre los seis y doce años, tenían pesadillas. Alrededor de los
diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se
incrementa otra vez, para remitir más tarde. Las pesadillas
difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos:
mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente
al experimentar una pesadilla puede ser despertado
rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.

Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades


y por el dolor, sobreexcitación, miedo y ansiedad,
programas violentos de televisión o por amenazas
enfermizas por parte de los padres.

Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente


qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves
a partir de su comportamiento conversando con él.
Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros,
preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades
de tener pesadillas.

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Los padres no nacen, se hacen
Tranquilícele y déle seguridad

Lo que los padres pueden hacer por un niño que sufre


pesadillas es:

• Despertarle, tranquilizarle y darle seguridad,

• Decirle que todo va bien, que no ocurre nada.

• Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada


importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo
podría aprender a utilizarla como mecanismo para
atraer la atención.

• No es importante, en este momento, comentar el


contenido del sueño.

Evite la excitación excesiva

Los niños deben tener un periodo de calma y relajación


antes de acostarse, no permitirles que vean programas
de televisión violentos o de terror, no contarles historias
de miedo ni permitir que realicen actividades físicas
violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren
que es de gran ayuda limitar la TV.

Comente problemas, miedos y acontecimientos que


produzcan tensión

Use la conversación v los sueños como datos de cualquier


problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día
de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes.
Sea previsor y prepare al niño con antelación para
acontecimientos que sean susceptibles de causarle

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Los padres no nacen, se hacen
tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las
vacaciones o el salir de viaje.

Los miedos en los niños son muchas veces causados


por la falta de información.

Tome medidas para las pesadillas repetitivas

Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede


estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímele
a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero
con un final feliz.

Prepare una estrategia nocturna


El saberse defendidos de la pesadilla ayuda
normalmente a los niños más mayores.

• Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por


las noches.


Algunos niños pueden luchar mejor contra sus
pesadillas rezando una oración determinada cada
noche pidiendo protección contra los monstruos;

• Abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.

3) ¿COMO AFRONTAR PROBLEMAS NOCTURNOS?

Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación


de los padres puede provocar problemas graves. En
muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil
de interrumpir cuando se ha iniciado.

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Los padres no nacen, se hacen
Orientaciones para devolver al niño a su cama:

1.- Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay


que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin
demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser
firmes.

2.- Se puede utilizar la “táctica de los apretujones”, la


finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en
la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva.
Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole
cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin
hacerle daño, darle una patada suave,...

3.- Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los


progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo
orgulloso que se está de él y que es un “chico mayor”.
Préstele una atención especial y sea cariñoso con él
durante el día.

4.- Hacer su habitación más atractiva, no significa


redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el
niño sea participe de ellos.

5.- Establecer un horario regular de sueño.

6.- Antes de dormir contarle algún cuento. Se le puede


contar alguno relacionado con el problema.

7.- Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio


por dormir en su habitación, se marcará en un almanaque
los días que ha tenido éxito, acordando previamente
el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos
continuos pasar poco a poco a refuerzos intermitentes.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Que hacer si tu hijo…


NO QUIERE COMER?
Ya seamos padres maduros o abuelos cuidando a los
nietos, el tema de la nutrición de los niños muchas veces
no es tan simple como parece.

Cuando parecía que teníamos todo bajo control, nos toca


darle de comer a un niño de poca edad (Oh, Dios, ¡a nuestra
edad con estos problemas!), y… ¡comienza el baile!

A continuación, algunas pautas generales para hacer


frente a la situación (no olviden, de todos modos, que
ante problemas particulares quien mejor podrá guiarlos
es el pediatra del niño).

1.- Los niños pequeños no necesitan, en realidad, una


comida específica sino nutrientes específicos (calcio,
proteínas, vitamina A, hierro, etc.). Por ejemplo, si
rechaza la leche se puede buscar otro alimento rico
en calcio que la reemplace (queso, yogurt, etc.).
Si este es el caso, consulte con el pediatra qué
alimento puede reemplazar a otro.

2.- Usted puede sentar al niño a la mesa, pero no puede


(ni debe) obligarlo a comer, y mucho menos como
si fuera un adulto. Las porciones adecuadas son un
tercio o un cuarto de una porción adulta.

3.- Habitualmente, los niños comen sólo lo que necesitan


y comunican cuando es suficiente. Si está comiendo
y en un momento dice “no quiero más”, o comienza
a jugar con la comida, o se empieza a poner inquieto,

43
Los padres no nacen, se hacen
retire el plato o permítale levantarse de la mesa.

4.- No lo obligue a terminar todo lo que tiene en el plato si


no quiere más, sólo estará fomentando una aversión
a la comida o, inversamente, que se acostumbre a
comer en exceso.

5.- Establezca una rutina para las comidas y trate de


mantenerla. A los dos años, por ejemplo, los niños
necesitan comer 5 o 6 veces al día: además de
las comidas principales, introduzca en la rutina
mencionada un par de “snacks” espaciados entre
las comidas. Obviamente, con alimentos nutritivos
(no golosinas ni comida chatarra).

6.- En los niños de corta edad, olvide las dietas y las


comidas bajas en grasas (por ejemplo, déle leche
entera y no descremada).

7 Algunas reglas a recordar:

• Antes de comer, debe haber un tiempo de tranquilidad,


y no de plena actividad.

• Recuerde que los niños aprenden viendo a los adultos


y a los hermanos mayores: coman con él, y coman lo
que quieran que él coma.

• Acostúmbrelo a comer sentado a la mesa.

• No use la comida como premio o castigo. La única


recompensa apropiada es el afecto y prestarle atención.

• Usted elige lo que come, déle al niño el mismo derecho.

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Los padres no nacen, se hacen
• No hay comidas prohibidas, siempre que sean parte
de un plan nutricional adecuado.

• La comida entra por los ojos, también para los niños.

• Ofrézcale comida atractiva para los chicos: simples,


sin combinaciones complicadas, con nombres
atractivos, que puedan comer con la mano, con
formas especiales (de dedo, por ejemplo), etc.

• Enséñele a servirse sólo.

• A la hora de la comida, adiós a la TV.

• No ponga el acento en los postres, ni los use como


premio o castigo.

• Si es posible, déle utensilios de su tamaño o


especiales para niños.

• ¡¡Déles tiempo!!

• La hora de la comida debe ser un momento de


encuentro familiar que todos disfruten, que excede
al mero hecho de ingerir alimentos.

• Recuerde: los niños están en un proceso de crecimiento


en el que van adquiriendo autonomía y se va “separando”
de ustedes. Si de repente se pone “rebelde” con la comida,
puede ser parte de este proceso y no necesariamente un
problema con la comida en sí misma.

• Que participe en la preparación de la comida, aunque


más no sea “lavando” la fruta.

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Los padres no nacen, se hacen
• Hágalo participar en la elección de lo que comerán
en una comida en particular, o en lo que comprarán
en el supermercado.

¿Y con los jóvenes… como mejorar su desarrollo


a través de la alimentación?

La alimentación en la adolescencia es uno de los factores


de mayor importancia para tener en cuenta, pensando
en el desarrollo físico y mental durante una época en la
que se producen muchos cambios de diferentes tipos.

Los cinco grupos básicos que forman la pirámide


alimenticia.

Para encaminar una buena alimentación es necesario


considerar detalles muchas veces desconocidos. La
alimentación debe ser balanceada y se deben consumir
alimentos de los cinco grupos básicos que forman la
pirámide alimenticia:

1.- Los almidones están en cereales, pastas, panes,


vegetales C (papa, boniato, choclo) y legumbres, y
aportan hidratos de carbono complejos, proteínas,
hierro, vitaminas B y fibra.

2.- Las verduras y frutas de estación y de distintos


colores, aportan vitaminas, minerales y fibras.

3.- Los lácteos son leches, yogur, leche cultivada y quesos


de todo tipo, aportan calcio, proteínas de excelente
valor nutritivo, fósforos y vitaminas A, B, B2.

4.- Las carnes rojas magras, de pollo, pescados,

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Los padres no nacen, se hacen
mariscos, fiambres magros y huevos aportan hierro,
zinc, vitaminas B12, B2, B6, niacina, magnesio, y
proteínas de alto valor nutritivo.

5.- Las sustancias grasas como los aceites


vegetales (se recomienda consumirlos
crudos), frutas secas, paltas, aceitunas, grasas
insaturadas, aportan vitamina e y ácidos grasos
esenciales. También aportan a este grupo la
manteca, margarinas, mayonesas, crema de
leche, las cuales se recomienda consumirlas con
moderación por su aporte en grasas saturadas
las cuales no son indispensables.

ACCESORIOS: Su función es complementaria, está


compuesto por dulces, azúcar, caldos, sal, aderezos,
condimentos, hierbas y especies, bebidas sin alcohol y
gelatinas. Este grupo sirve para dar más variedad, pero
no es necesario como aporte de nutrientes.

Estos cinco grupos incluyen todos los alimentos


necesarios para el adecuado funcionamiento del
organismo. Pero cabe aclarar que se deben comer en las
porciones adecuadas para evitar excesos o carencias.

También es importante el fraccionamiento de la


alimentación en cuanto a comidas diarias: desayuno,
almuerzo, merienda, y cena.

Hay muchos niños y adolescentes que van al colegio


sin desayunar; alteraciones alimentarías como
estas pueden dañar el crecimiento y salud mental de
nuestros jóvenes.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

Conductas Agresivas… en la Infancia


La familia constituye el lugar por excelencia en donde los
niños aprenden a comportarse consigo mismos y con los
demás, es decir es un agente de socialización infantil.

Es la agresividad, una de las formas de conducta que se


aprenden en el hogar, y en donde las relaciones intrafamiliares
ejercen una influencia en su generación y mantenimiento.

Cuando los niños exhiben conductas agresivas en su infancia


y crecen con ellas formando parte de su repertorio conductual,
se convierten en adolescentes y adultos con serios problemas
de interrelación personal, que pueden generar:

• Conductas antisociales,

• Alcoholismo,

• Dificultades en la adaptación al trabajo y a la familia,

• Y en el peor de los casos llegan a exhibir una


conducta criminal

• Y a sufrir afectación psiquiátrica grave.

¿Qué entendemos por Conducta?. Podemos definirla


como: modo de actuar de un individuo, observable,
medible y modificable.

Por Conducta Agresiva entendemos, un modo de actuar


de los niños caracterizada por:

1.- Accesos de cólera.

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Los padres no nacen, se hacen
2.- Actos de desobediencia ante la autoridad y las
normas del hogar.

3.- Amenazas verbales.

4.- Daños a cosas materiales.

5.- Deterioros en la actividad social y académica por


episodios de rabias.

6.- Discusiones con los hermanos, con los padres y


otros integrantes de la familia.

7.- Gritos.

8.- Molestar a otros integrantes de la familia.

9.- Mostrarse iracundo o resentido.

10.- Pleitos.

Todas estas características deben presentarse en una


frecuencia, intensidad y duración adecuados para pensar
se trate de un patrón conductual.

Algunas características casi universales del


comportamiento agresivo son:

• Altamente impulsivos.

• Relativamente refractarios a los efectos de la


experiencia para modificar su conducta problema.

• Carencia de habilidad para demorar la gratificación.

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Los padres no nacen, se hacen
• Baja tolerancia a las frustraciones.

Origen de la conducta agresiva:

Las teorías sobre las causas de la agresión son múltiples,


van desde:

1.- Considerar la presencia de factores biológicos en el origen


de estas conductas. Se apoyan en tres investigaciones:

a.- Una disfunción de los mecanismos inhibitorios del


sistema nervioso central; b) el surgimiento de una
emocionalidad diferente;

c.- efectos de los andrógenos sobre la conducta de


los humanos.

2.- Las teorías psicodinámicas, que consideran que


existen factores innatos en el individuo que lo llevan a
presentar una conducta agresiva. Es una búsqueda de
placer, es un instinto primario (destrucción o muerte).

3.- Las teorías del aprendizaje, que son las que


abordaremos en este tema.

Numerosas teorías psicológicas plantean que la agresión,


es un patrón de respuestas adquiridas en función de
determinados estímulos ambientales (familiares) según
una variedad de procedimientos; algunos de ellos son:

• La agresión adquirida por condicionamiento


clásico por el uso de los premios y castigos como
moldeadores de la conducta.

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Los padres no nacen, se hacen
• La agresión adquirida por aprendizaje social a través
de la observación.

• La agresión adquirida por La teoría de Aprendizaje


que evidencia condicionamiento operante.

• La agresión adquirida por origen cultural y que


surge como “una reacción ante la frustración de
las necesidades biológicas o ante la incapacidad
de satisfacerlas”.

Otras teorías científicas sostienen que la agresión es el


resultado de prácticas de socialización en el seno familiar
y que los niños que emiten conductas agresivas, provienen
de hogares donde la agresión es exhibida libremente, existe
una disciplina inconsistente o un uso errático del castigo.

La mayoría de los padres han aprendido a desempeñar su rol


a través de la observación de su propia crianza, es por ello una
generalidad que se repitan los mismos patrones de crianzas
que sus padres usaron con ellos, y que en el sistema cultural
latinoamericano se ha basado en el sexismo, el machismo y el
autoritarismo. Términos éstos que generan una gran cantidad
de errores de concepto y que la misma evolución social se ha
encargado de modificar en el tiempo, pero que sin embargo
siguen causando estragos en la propia estructura social latina.

Como parte del proceso de socialización, los padres necesitan


estar conscientes de la influencia que ellos ejercen sobre sus
hijos a través de su ejemplo, lo cual según el aprendizaje social
nos dice que los niños aprenden formas de comportarse en
base al comportamiento de sus padres.
Partiendo de la premisa que las conductas agresivas tienen
su origen y mantenimiento en el seno familiar, se han

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Los padres no nacen, se hacen
elaborado una serie de recomendaciones para obtener un
buen estilo de crianza y educación de los hijos, estas son:

1.- La comunicación frecuente y satisfactoria entre


padres e hijos.

2.- Incentivar la colaboración mutua entre todos los


integrantes del hogar.

3.- Demostraciones efectivas de afecto.

4.. La reunión familiar para establecer las normas, dar y


recibir afecto y compartir.

5.- Estimular la confianza.

6.- Propiciar la asertividad.

7.- Tomar en cuenta la recreación como parte de la vida.

8.- Establecer en el hogar de forma clara y precisa, los


deberes y derechos de cada uno de los integrantes
de la familia y exponer la responsabilidad de asumir
las consecuencias de los actos cometidos.

9.- Aplicar de forma adecuada el binomio afecto-autoridad.

Si pese a lo antes descrito, el niño (en especial el preescolar),


emite conductas agresivas, las siguientes indicaciones
ofrecen sugerencias para manejar estas conductas:

• Un niño debe aprender que una conducta agresiva


de cualquier tipo es inaceptable.

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Los padres no nacen, se hacen
• Es un error responder con agresión a la conducta
agresiva de un niño.

• En el momento que su niño emita una conducta


agresiva, llévelo a un rincón de la habitación y
explíquele simple y firmemente que no le está
permitido golpear, morder, patear, etc.

• Evite utilizar expresiones en contra del niño, tales


como “eres malo, malvado, insoportable”, etc.

• Refuerce positivamente cuando se comporte en


forma correcta y amable con los demás.

• Preste especial atención a su conducta en situaciones


grupales, y esté listo para intervenir en caso necesario.

Si estas conductas aumentan en frecuencia y


se mantienen en el tiempo, alterando en buen
funcionamiento del pequeño y su familia, entonces es
hora de acudir a una ayuda especializada, proponiendo
el siguiente plan de tratamiento de las conductas
agresivas en niños:

1.- Diagnóstico preciso y evaluación eficiente de la


conducta agresiva.

A través de una buena historia clínica, es


importante realizar una etiología conductual de la
conducta agresiva, y una definición operativa de la
misma. Con el diagnóstico preciso se planifica el
tratamiento a seguir.

2.- Terapia de la Conducta Infantil.

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Los padres no nacen, se hacen
Orientada específicamente hacia la conducta
problema y su tratamiento, aplicando técnicas de
modificación conductual.

3.- Terapia Familiar.

Durante este proceso, el terapeuta evaluará a la


familia en relación a: la comunicación, las relaciones
familiares, las estructuras de poder, el binomio
autoridad-afecto, etc.

4.- Entrenamiento a los padres.

Se procede a entrenar a los padres como generadores


de conductas en sus hijos, en técnicas de aplicación
de castigos, reforzamiento, modelamiento etc.

5.- Terapia Cognitiva

A través de la intervención de los procesos cognitivos


(pensamientos) del niño, se aclaran conceptos,
se tumban mitos, se incluyen visualizaciones,
programación neurolingüística, etc.

Para concluir podemos decir que la agresividad es


una conducta no operativa, que trae consecuencias a
corto y largo plazo para quien la emite y para quienes
lo rodean, pudiendo llegar a convertirse en una manera
de comportarse, como forma general de cotidianidad
y desencadenar sucesos realmente lamentables
para todos los involucrados. Además la familia y sus
relaciones surgen como generadora de las conductas
agresivas de los niños.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

Consecuencias de…
chuparse el dedo
Es común que al someter a ultrasonido a una mujer
embarazada se vea al feto succionado su pulgar,
acción que puede repetirse aproximadamente hasta los
cuatro años de edad. De prolongarse por más tiempo
pueden presentarse problemas de consideración que
afecten al chico.

¿Cómo ayudarle?

Aunque para muchos puede parecer una trivialidad a la que


no hay que prestar cuidado, el hecho de que bebés y niños
se chupen el dedo pulgar es motivo de atención por parte
de los padres y, actualmente, también de estudio por parte
de especialistas en la salud de los pequeños (pediatras).

El interés de la ciencia por indagar las causas que llevan a


los chicos a desarrollar esta obsesión nos permite saber
que la succión del pulgar empieza antes del nacimiento
o en los primeros tres meses de vida.

El dedo preferido es el mencionado pulgar, aunque se


sabe de casos en que el niño chupa varios más o el puño
entero, el cual puede ser sustituido por otro objeto que
brinde seguridad, como una manta.

Un estudio realizado indica que la necesidad de succionar


es más fuerte durante los primeros seis meses de la
vida, y que después de este tiempo sólo 6% de los bebés
siguen teniendo el hábito después de cumplir un año de
edad y sólo 3% continúan después de los dos años.

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Los padres no nacen, se hacen
Si bien después del alumbramiento el deseo del lactante
de succionar el pecho de la madre o el biberón responde
a un impulso de supervivencia, la acción puede llevarse
a cabo aun cuando no sienta hambre, lo que ocurre en
más de 80% de los bebés, y lo cual es identificado como
“succión no nutritiva”.

La explicación que se da al respecto es que mamar el


pulgar parece ayudar al niño a consolarse a sí mismo,
siendo más notorio cuando disminuye la toma de leche
del pecho materno o el biberón.

Pese a que lo anterior se presenta en más del 30% de


los niños de dos años de edad, no quiere decir que se
sienta inseguro o haya problemas emocionales, sino
que se chupa el pulgar cuando está cansado, aburrido,
enfermo, molesto o cuando no está utilizando las
manos para jugar.

¿Qué deben hacer los padres?

Otro estudio encontró que 15% de los niños de


cuatro años se chupaban el pulgar, quienes al
mismo tiempo vivieron conflictos con uno de los
padres que trató de hacer que el niño dejara el mal
hábito. Afortunadamente, la costumbre resulta
inofensiva a esa edad, pero se tornará en problema
cuando empiecen a brotar los dientes permanentes,
aproximadamente a los seis años.

Lo que indican los pediatras a los padres es no buscar


el conflicto (aunque sea casi imposible no manifestar
enojo), y emprender medidas que compensen la
acción, por ejemplo, cuando el niño esté cansado o

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Los padres no nacen, se hacen
aburrido hay que intentar distraerlo con algo que
pueda sostener entre sus manos.

La Asociación Dental Americana (estadounidense)


aconseja que la succión del pulgar debe ser interrumpida
entre los 4 y 5 años de edad, porque si continúa los dientes
tenderán a “salirse”, lo que afectará cuando tenga que
morder (oclusión).

CONSECUENCIAS GRAVES:

• La mandíbula se irá hacia atrás por la presión que


ejercen mano y brazo

• Asimismo, los dientes se inclinan y

• El paladar se profundiza.

• En consecuencia niño no va a poder cerrar


normalmente sus labios por el desplazamiento óseo
y dental, aumentando la distancia entre los labios.

Estéticamente lo anterior dará la impresión de que


el niño no tiene mentón y ello puede llegar a crear
en él ciertos conflictos emocionales, debido a la
burla de sus compañeros, disminuyendo con ello
su autoestima.

Actualmente los odontopediatras recomiendan


aparatos fijos que no sean fáciles de quitar, como una
rejilla con bandas que impide el contacto del dedo con
el paladar, además de que le va a servir al niño como
recordatorio cada vez que intente llevarse el dedo a la
boca. Recuerde, no conflicto

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Los padres no nacen, se hacen
Un chupón en vez del pulgar…

Si su bebé tiene gran necesidad de succionar trate de


interesarlo en un chupón en vez del pulgar, lo cual le
significará ciertas ventajas, pues el artefacto puede ser
controlado cuando el niño crezca porque usted podrá
quitárselo entre los 4 o 5 años de edad. Por otra parte, no
hay reportes de que los pequeños que dejan el chupón
se chupen posteriormente el dedo.

Regaños, nalgadas y otros castigos…no funcionan

Procure no comentar en público, y en presencia del


chico, el disgusto que tal costumbre le provoca a usted,
pues lo hará sentirse avergonzado y no es la mejor
estrategia; tenga en cuenta que regaños, nalgadas y
otros castigos sólo harán que su hijo se empeñe en
chuparse el dedo.

Toque su amor propio…

Si el niño es más grande, explíquele lo que el hábito le


produce, muéstrele en un espejo la separación de sus
dientes y dígale lo mal que se ve, de esta manera afectará
su sentido de orgullo y seguramente pondrá de su parte
para mejorar.

Sugiérale que dibuje una estrellita o se coloque cinta


adhesiva en el dedo que le recuerde no chupárselo. No
obstante, el niño, por lo general, deja de chuparse el dedo
en forma natural.

60
Los padres no nacen, se hacen
¿Qué hacer de noche?

De noche chuparse el dedo tiende a ser un proceso


involuntario, pero hay que intentar detenerlo; para ello:

1.- Colóquele algo en el dedo, como un guante que


abarque toda la mano o un calcetín, pero deje que él
escoja el método y felicítelo por la idea.

2.- Aunque no es lo más recomendable, hay quien


unta en el dedo sustancias amargas -nunca
deberán ser picantes o irritantes-, lo cual es
aceptable siempre y cuando el chico esté de
acuerdo y dejando que sea él mismo quien se lo
aplique; no lo use como castigo.

Recuerde que el odontopediatra deberá estar al


tanto de este hábito en el niño, pues además de
que conoce otros métodos para disuadirlo de su
costumbre sabrá en qué momento los problemas
dentales han empezado.

Finalmente, cabe mencionar que si el hábito de


chuparse el dedo se presenta, o regresa, después de
los cinco años de edad, o incluso en la adolescencia,
la causa generalmente es que el chico tiene
algún conflicto emocional, como la separación o
constantes peleas de los padres o la llegada de
un nuevo hermano. Lo indicado en estos casos es
recurrir a ayuda al psicólogo o psiquiatra, a fin de
recuperar la estabilidad del afectado.

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Los padres no nacen, se hacen

62
Los padres no nacen, se hacen Regresar

Los peligros del hijo perfecto:


La Sobreadaptación.
Esos pequeños que son buenos alumnos, muy maduros,
no hacen berrinches… deben preocupar.

Ignacio, de 10 años, no sabe lo que es dar problemas.


Nunca hizo un berrinche, siempre anda ordenadito,
pronuncia palabras que a otros niños se les complica,
tiene excelentes notas, una disciplina ejemplar, le gusta
la comida y jamás se queja.

Lo que para sus papás es motivo de orgullo, para el resto


de la familia es de inquietud. “Lo criaron como perfectito,
pero eso le trae conflictos que sus papás no captan”,
cuenta un tío de Ignacio.

“Es súper tímido y le cuesta relacionarse; no demuestra


mucho sus estados de ánimo y si alguien lo molesta se
encierra en sí mismo”.

Ojo. Cuando alguna situación luce así de perfecta, no


siempre lo es. Muchas veces, detrás de ese hijo ideal
se manifiestan rasgos evidentes de sobreadaptación.
Una situación que a menudo pasa inadvertida para los
padres, pues esa forma de ser tan compuesta más que
preocuparlos, los enorgullece.

Por sobreadaptación se entiende un conjunto de rasgos


psicológicos que hacen que un niño experimente un
desarrollo marcado por la precocidad, se salte etapas
y aterrice en una seuda adultez. Son viejos chicos que,
como dice la psiquiatría moderna “padecen de cordura”
(prudencia, sensatez).

63
Los padres no nacen, se hacen
Y es que, al observarlos, “uno se topa con niños muy
educados, maduros y que no generan ninguna dificultad”.

“Generalmente tratan de cumplir con sus responsabilidades


de forma perfecta, son sensibles a las críticas de otros y
necesitan mucho refuerzo externo”.

Aunque se les puede ver jugando y compartiendo con otros


niños, es difícil pillarlos en travesuras. Sus preocupaciones
giran en torno a las notas, su rendimiento deportivo o temas
como la muerte, enfermedades o proyecciones laborales.

Casi sin darse cuenta, con el fin de asegurarse el cariño


y la aceptación del resto, viven para satisfacer las
expectativas de los demás, olvidándose de paso de sus
propios deseos y necesidades.

“Esto los lleva a ser controlados, a tragarse todo y


reprimirse. Por lo tanto, no extraña que tengan dificultades
para reconocer, expresar y modular sus emociones.
Son planos, no suelen soltar grandes carcajadas, pero
tampoco penas o rabias”.

¿Nacen o se hacen?

A juicio de las especialistas, en esta sobreadaptación


hay factores que se pueden ir conjugando en el niño:

• En general, son introvertidos

• Tienen papás muy exigentes en términos de éxito,

• Tienen papas que tienden a ser posesivos y


controladores e,

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Los padres no nacen, se hacen
• Incluso, eventuales problemas en el vínculo madre-
hijo durante los primeros años de vida.

Al respecto de lo anterior, existen estudios que han


descrito en estas mamás una falta de empatía.
Les costaría decodificar las necesidades del niño
(especialmente afectivas), sin poderle ayudar a
identificar las emociones que siente.

Con 6 años, Tati se sube al auto de su mamá y le pregunta


si tiene suficiente gasolina, anda pendiente de que su
hermano mayor no adelgace y de que sus amigas dejen
todo ordenado antes de irse. “Al principio nos reíamos,
pero las profesoras me han dicho que no juega, que
prefiere hacer tareas, que siempre anda preocupada de
los más chicos”, dice su mamá.

Por eso, consultó a un par de psiquiatras y vino lo más


paradójico: “Me dijeron que más que preocuparme, debía
estar contenta de tener una hija tan independiente”, cuenta.

Dificultad a futuro

Si bien esta sobreadaptación no implica un trastorno


psiquiátrico, sí puede hacer a la persona más vulnerable a
presentar cuadros de ansiedad generalizada. Los niños con
ansiedad viven con una permanente sensación de que algo
malo va a suceder. Y eso lo lleva a una necesidad de ser más
perfectos, responsables y controlados de sus emociones.

Tampoco es raro diagnosticarles trastornos sicosomáticos


como dolores estomacales, crisis de asma, cefaleas.

De cara a la adolescencia, pueden ser más proclives

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Los padres no nacen, se hacen
a la depresión y, aunque no lleguen a tales niveles, lo
más probable es que de adultos no lo pasen bien, pues
los persigue esa idea de que lo que hacen nunca es
suficiente para ser queridos.

Por último, como no desarrollan recursos personales


para interactuar como individuos, verán complicado
su proceso de diferenciación. Y entonces pueden
surgir dos posibilidades:

1.- Repetir este comportamiento estereotipado, con los


consecuentes conflictos sociales.

2.- rebelarse, con el riesgo de que no se sabe hasta


dónde pueden llegar.

Terapia combinada

Si el niño presenta rasgos de sobreadaptación, la


psicoterapia puede ser benéfica para él y su familia. El
objetivo es que el menor aprenda a identificar y expresar
sus emociones, a escoger, a vibrar con las cosas. Si el
problema pasa a mayores y el cuadro de ansiedad es
patente el tratamiento debe combinarse con fármacos,
al menos los primeros meses.

¿Como evitarse estos problemas?:

Desde que nace, hay que educarlo en las emociones. Todos


los niños experimentan rabia, alegría, pena, y es importante
ayudarlos a identificar lo que sienten (poniéndoles nombre,
no descalificándolas ni obligando a reprimirlas).
Es importante promover su autonomía, iniciativas e
ideas propias.

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Los padres no nacen, se hacen

No asignarle responsabilidades mayores a las de su edad


y pensar las expectativas que se tienen sobre él (como
es competente, se suele descansar en el pequeño).

Cuidar los incentivos externos, como colegios más


competitivos donde a los niños que no dan problemas
se les refuerza en esa conducta.

Tratar de descubrir la ansiedad que pueden estar


sintiendo. ¿Cómo?

A veces preguntan cinco veces lo mismo: (¿Me puse la


ropa correcta? ¿Está bien cómo lo hice?).

Sospechar si siempre da respuestas tipo como: “estoy


bien”, “no me pasa nada”, “me da lo mismo” (no todos
los días son buenos).

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Contribuyes a una pobre


autovaloración de tu hijo?
La respuesta mas común que los padres dan a la pregunta
“¿Qué es lo que verdaderamente desea para sus hijos?
es “que ellos se valoren a sí mismos”.

Entre todos nuestros juicios y creencias, ninguno es más


importante que los que tenemos sobre nosotros mismos.

Como padres, nuestro interés primario debe centrarse


en lo que ellos puedan pensar de sí mismos, en lugar de
tratar de determinar sus actitudes hacia otras personas
y acontecimientos.

Las creencias sobre nosotros mismos son los


factores más decisivos en la determinación de
nuestro éxito y nuestra felicidad en la vida. La
imagen de su hijo sobre sí mismo es el resultado
directo del tipo de estímulos que recibe de usted
cotidianamente.

Si quiere tener un indicador que le pronostique con bastante


exactitud qué tipo de adultos llegarán a ser sus hijos, hágase
esta pregunta: “¿Qué piensan de sí mismos?” Recuerde
que no debe preguntarse: “¿Qué pienso yo de ellos?”. Ni
tampoco: “¿Qué piensan de ellos sus amigos, maestros,
abuelos o vecinos?” ¡No! Estas no deben ser las preguntas.

Estas son las preguntas que tendrá que hacerse usted,


como padre:

• ¿Tienen mis hijos la confianza para llevar a cabo


cualquier tarea antes de haberla empezado?

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Los padres no nacen, se hacen
• ¿Se encuentran bien con el aspecto que tienen?

• ¿Se sienten inteligentes?

• ¿Se consideran seres apreciables?

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Los padres no nacen, se hacen
Y si siente que sus hijos no se valoran, que tienen
una pobre autoestima, que se sienten feos, estúpidos,
incapaces, o no están contentos consigo mismos, puede
dar algunos pasos muy positivos para cambiar la imagen
que tienen de sí mismos por otra más positiva y valiosa.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Cómo afecta
la timidez al niño…
y al adulto?
Existe la timidez natural, propia de individuos cautos,
que se puede convertir en una virtud, pero hay otro tipo
de timidez que invalida a la persona, le genera una fobia
social y hasta la repliega en su hogar, impidiéndole formar
pareja. Estas actitudes pueden estar relacionadas con
un rasgo del carácter, con un trastorno de ansiedad o
con una timidez grave, que es necesario tratar y vencer.

¿Cuál es la diferencia entre la timidez y el miedo


excesivo a determinadas situaciones?

La timidez forma parte del carácter de todas las persona. Es


un rasgo natural dentro de cauces más o menos normales,
mientras no gobierne la vida del ser humano. Para analizar el
tema se hicieron experimentos con niños que entraban a una
habitación con juguetes, en la cual nunca habían estado. Al
filmarlos, se vio cómo algunos de ellos se lanzaron hacia los
juguetes y otros se quedaron un rato observando, solos en un
rincón, y después de un tiempo empezaron a acercarse a los
juguetes con cierto recelo. Algunos compartieron el juego y
otros lo hicieron solos.

La forma de aproximarse a los demás y de relacionarse, es


diferente según el carácter de cada ser humano, aunque
también influye el medio ambiente y la experiencia de vida.

Existe una diferencia entre la fobia social y la timidez,


porque la primera es una forma de ansiedad exagerada;
es una manera de compensar el exceso de ansiedad que

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Los padres no nacen, se hacen
agobia. Se puede generar fobia social o fobias específicas a
determinadas situaciones (a los perros, al agua, a la altura),
pero la fobia social no es lo mismo que la timidez.

El fóbico social deposita el miedo en personas de ambos


sexos y no puede asistir a reuniones, dar discursos o
hablar en público porque piensa que algo terrible le va
a suceder (equivocarse, olvidar el discurso, quedarse
paralizado ante la mirada de los demás). Esto puede
generarle sensaciones físicas desagradables (vómitos,
desmayos, mareos o taquicardia)

Un niño tímido no necesariamente será un adulto tímido,


en la medida en que la timidez no sea invalidante, es
decir, en la medida en que la imposibilidad de acercarse
a alguien no lo anule totalmente.

La timidez no es ni buena, ni mala.

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Los padres no nacen, se hacen
A veces el que se comunica demasiado, sin límite, resulta
molesto para el entorno, así como el introvertido sin
límite, porque se encierra en sí mismo.

La diferencia que hay entre un tímido normal y uno


que hay que considerar que necesita tratamiento,
es cuando la timidez interfiere en su calidad de vida
y no le permite realizar determinadas actividades
como, por ejemplo, pertenecer a un grupo, pasar a dar
lección o desarrollar sus relaciones sociales.

A veces se relaciona con la autoestima, otras veces no.


El tímido puede estar satisfecho consigo mismo, pero
presenta dificultad para hablar con los demás. En otros
casos, lo acompaña una sensación de desvalorización

Puede presentarse sólo en una etapa del desarrollo


porque el niño está definiendo su personalidad, buscando
su identidad. Que se comporte con cierta vergüenza, no
significa que siempre será tímido.

¿Qué Hacer?:

• Es importante que los padres no hagan énfasis en


esta característica temporal que podrá convertirse en
permanente, sólo para satisfacer los juicios paternos.

• Parte de la labor de los padres es destacar en el niño


tímido, aquellos valores que le dan seguridad como
ser humano.

• Destacar aquellas cualidades que opaquen la


sensación de timidez y le permitan pasar a otro estadio
de su crecimiento, con seguridad y fortaleza afectiva.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Por qué mienten los niños?


Si reflexionamos un momento es muy probable que
encontremos la respuesta a esta interrogante sin recurrir
para ello a un estudio psicológico. Sin embargo, las
consideraciones que ofrecemos servirán para entender que
el niño mentiroso de hoy es el adulto mentiroso de mañana.

La mentira es en cualquier sociedad que se respete un


hecho inaceptable. Parte de una serie de actos como
traición, engaño o difamación, y es un componente
que se define como agravante en códigos penales,
eclesiásticos, éticos y del orden civil.

Al igual que otro tipo de lastres sociales la mentira se transmite


a los individuos desde temprana edad, pero es muy oportuno
mencionar que no es lo mismo un engaño premeditado
que una actitud infantil en la que se vivan y recreen mundos
fantásticos que nada tengan que ver con la realidad.

Así, los niños menores de siete años tienden a inventar su


propio mundo, por lo que la mayoría de sus relatos serán
una especie de invitación a participar en sus fantasías.
Claro está que al hablar de un amigo imaginario o contar
cómo vencieron a un oponente desde una nave espacial
no tratan de engañarnos; es, si se quiere exagerar, una
mentira inocente, sin premeditación y sin la mínima
intención de obtener un beneficio de ello.

Sin embargo, aproximadamente a los siete años las cosas


empiezan a cambiar, ya que los infantes tienen mayor
conciencia de su entorno y son capaces de diferenciar
entre la fantasía y la realidad. Así, se percata que es posible
conseguir ciertos beneficios personales si se vale de ciertas

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Los padres no nacen, se hacen
mentiras, por ejemplo, asegurar que compró una golosina
con una moneda que se encontró en la calle, cuando en
realidad la sustrajo del bolso de su madre.

Yo miento, tu mientes…

Los niños, cada vez más despiertos y precoces, absorben


muchos de los mensajes que reciben a través de los
medios de información, los cuales, en gran porcentaje,
distorsionan o tergiversan los valores tradicionales de la
sociedad al presentar modelos a seguir que son exitosos
y poseen gran bienestar sin importar que mientan o
engañen constantemente.

Ante ello, la familia juega un papel fundamental en la educación


del pequeño, pues será necesario que haya un contrapeso real
basado en el ejemplo constante y en el cumplimiento de las
reglas que se establezcan al interior del hogar.

Es importante acotar que el pequeño puede mentir por


diversas razones, pero se pueden distinguir las siguientes
como las más comunes:

• Por imitación. Es común que los chicos aprendan a


mentir si los padres lo hacen, pues vale decir que en
esta etapa los infantes están formando su criterio y
no será raro que si observan que la mentira es algo
cotidiano en su familia lo tomen como lo más normal.
Para ilustrar este punto, piense en las veces que el
niño debe decir “mi mamá no está” o “está dormida,
no puede contestar” porque usted se lo ordenó.

• Por miedo. Se considera que es la causa más frecuente por


la que un niño miente, debido a que teme la desaprobación

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Los padres no nacen, se hacen
o castigo de sus padres. Claro ejemplo al respecto es el
del niño que miente acerca de sus calificaciones, pues
sabe que sus padres se molestaran y le impondrán como
pena la prohibición de ver televisión.

• Ante la exigencia. En ocasiones, la obligación de


cumplir con ciertas expectativas es tan grande que el
niño prefiere mentir antes de defraudar la confianza
depositada en él.

Signos de preocupación

Como ya se explicó, la gravedad de las mentiras dependerá


de la etapa en que se encuentre el infante, por lo que
aquellas que surjan como producto de la fantasía, juegos
y aventuras tenderán a desaparecer con la madurez. Sin
embargo, hay que recapacitar cuando se reconozca que
el chico recurre frecuentemente al engaño, actitud que
tal vez corresponda a una de las siguientes categorías:

Mentira patológica.

Es la manera habitual en que un niño falsea la verdad para


intentar persuadir y convencer a los demás de ciertos
comportamientos, lo que a la postre se transforma en
una forma normal de reaccionar.

Mentira neurótica.

Se origina como producto de elevado nivel de ansiedad o


temor en general. Un ejemplo es el del chico que miente
constantemente y acusa a sus maestros de maltrato,
cuando en realidad lo que quiere ocultar es deficiente
aprovechamiento escolar.

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Los padres no nacen, se hacen
Sin engaños es mejor

Es un hecho que los niños son altamente sensibles al


trato que se les otorga, son auténticas “esponjas” que
reciben mensajes de todas partes, aunque la información
que proviene del seno familiar resulta decisiva para ellos.

¿Qué Hacer?:

A continuación, algunas recomendaciones que ayudarán a


que el niño comprenda el valor de la verdad y lo detestable
y perjudicial que pueden llegar a ser las mentiras:

Diga siempre la verdad.

Utilizar mentiras para lograr que nuestros hijos hagan


algo o acepten determinada situación es un error, por lo
que más vale reconocer que una inyección (por ejemplo,
la que se utiliza para aplicar una vacuna) le dolerá, pero
explicándole al pequeño los beneficios que obtendrá.

Cumpla sus promesas.

No tener la suficiente coherencia en este aspecto es una


de las causas más frecuentes de la decepción que los hijos
sienten hacia sus padres; en cambio, si los progenitores son
firmes y cumplen lo acordado, sea esto un castigo o algo
que agrade al niño, lograrán que su imagen se fortalezca y
que su palabra sea respetada. Los niños entenderán que lo
que se le advirtió no es una mentira o engaño.

Apoye a sus hijos.

Se ha mencionado ya que muchos niños tienden a

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Los padres no nacen, se hacen
mentir frecuentemente, lo que en ocasiones origina que
los padres otorguen poca importancia a sus relatos y
piensen que exageran cuando hablan de sus conflictos,
la mayoría de ellos de tipo escolar. Es necesario que se
investigue a fondo cuando un niño dice que es maltratado
en la escuela, o si asegura que personas adultas tienen
conductas incorrectas hacia él.

Nunca se burle de sus comentarios, demuéstrele que


cree en lo que dice y haga sentirle todo su apoyo y amor
porque de ello puede depender que se aparte a tiempo
de una posible situación de peligro.

Enseñe a su hijo a no creer todo lo que se dice.


La actual situación social se ha transformado de tal
manera que difícilmente se puede confiar a ciegas en
cualquier persona. Eso lo sabe un adulto, pero para
los niños (que están conformando su criterio) es más
complejo entenderlo.

Por ello, la comunicación entre el pequeño y sus padres


es fundamental para que reconozca que hay mucha
gente que utiliza la mentira para causar daño. En este
caso, no está de más establecer normas de seguridad
(no aceptar regalos de extraños y no subir a vehículos
con personas desconocidas, por ejemplo) y enseñarles
a reconocer situaciones de riesgo y a pedir ayuda.

Como se puede apreciar, la conducta que adoptemos en el


núcleo familiar es la base para que nuestros hijos se comporten
adecuadamente en el ámbito social. Juzgar severamente a la
mentira es digno de aprecio, pero debemos recordar que en
ocasiones el contexto en que ésta se produce es un atenuante
que debe tomarse en consideración.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Como ayudar a sus niños…


después de un desastre?

La ansiedad y el miedo que generalmente siguen a un


evento traumático suelen afectar de manera especial a
los niños. Si este ocurre antes de los 11 años de edad, las
posibilidades son tres veces mayores de que este suceso
se traduzca en síntomas sicológicos más profundos que
en los adolescentes o adultos. No obstante, los niños
pueden superar mejor este tipo de situaciones, si los
padres, familia, maestros y otros adultos, los apoyan y
ayudan a entender estas experiencias.

La ayuda debe comenzar lo más pronto posible


después de la ocurrencia del evento. Recuerde que
algunos niños no dan evidencia de angustia durante
semanas e incluso meses y otros no muestran cambios
de conducta, sin embargo, pueden necesitar ayuda.

He aquí algunas señales

Luego de ocurrir un desastre, es posible que


observe un cambio en el comportamiento de sus
hijos. Estas son reacciones normales y por lo
general duran poco tiempo:

• Muestra un cambio; de ser callado y obediente, se


vuelve ruidoso y agresivo o lejano y asustado. Se
disgusta con facilidad y se pone lloroso.

• Temor excesivo a la oscuridad, a la separación o a


estar solos; puede presentar pesadillas por la noche,

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Los padres no nacen, se hacen
miedo a que el evento vuelva a ocurrir; se asustan
con el viento, la lluvia o los ruidos fuertes.

• Perturbación por la pérdida de su juguete favorito,


que los adultos podrían considerar insignificante,
pero que para el niño es muy importante.

• Pérdida de confianza en los adultos. Después de


todo, ellos no pudieron controlar el desastre.

• Regresiones, como orinarse en la cama, chupar dedo.

• Apego excesivo a los padres, miedo a las


personas desconocidas.

• Sentimiento de culpabilidad. Creen que ellos causaron


el desastre por algo que dijeron o habían hecho.

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Los padres no nacen, se hacen
¿Qué Hacer?:

Algunas cosas que podrían ayudar a sus hijos son:

Emplee más tiempo con ellos. Abrácelos y acarícielos.


El afecto físico cobra mayor importancia en ocasiones
como esta.

Permítales jugar más para darle salida a la tensión que


puedan estar experimentando. Entienda que los niños
sufrirán mucho la pérdida de sus juguetes, ropa y otros
artículos favoritos.

Provea información clara y concisa sobre el desastre.


No minimice el evento ocurrido, pero explíqueles que el
desastre no ocurrió por culpa de ellos.

Haga que sus niños hablen sobre sus sentimientos;


enséñeles a usar palabras que los expresen como feliz,
triste, enfadado y asustado y sea honesto al compartir
sus sentimientos con ellos.

Restablezca un itinerario para comidas, juegos, descanso


y trabajo.

Manténgalos ocupados con tareas que los haga sentirse


útiles en ayudar a la familia a recuperarse del desastre.

Asegúrese que sus hijos sepan qué hacer si escuchan una


alarma de fuego o sirenas de advertencia en su comunidad.

Permítales dormir con la luz encendida por un tiempo


después de ocurrido el desastre.

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El Autismo Infantil:
Un Trastorno Severo del Desarrollo
El Autismo infantil es una de las incapacidades más
complejas de la infancia. Los profesionales y los padres
se confunden con los niños autistas, ya que fallan
miserablemente en cualquier tarea de la vida diaria, pero
son capaces de resolver un complicado rompecabezas
para adultos con facilidad.

Hasta principios de 1960 muy pocas personas que no


fuesen médicos, psicólogos o maestros especiales, habían
oído hablar de los niños autistas. Pero posteriormente y
más aún en las últimas décadas los problemas de estos
niños han sido objeto de estudio y discusión.

En 1943 un psiquiatra norteamericano, Leo Kanner, describió el


síndrome como “autismo infantil”, para explicar una especie de
“psicosis infantil”. La palabra “autismo” proviene de la palabra griega
“autos”, que significa “propio”. Kanner usó este término porque los
niños pasaban por una etapa en que estaban muy concentrados en sí
mismos, y no mostraban interés hacia otras personas.

Este concepto ha ido cambiando y en la actualidad se habla


de Síndrome Autista para designar “una alteración evolutiva
del desarrollo que puede definirse como dificultades de la
comunicación verbal y gestual, alteraciones de la interacción
social recíproca y un repertorio muy restringido de actividades
e intereses y patrones repetitivos de conducta”

Epidemiología del Autismo

Estudios realizados en países desarrollados como


Inglaterra, Dinamarca y Estados Unidos, han señalado que

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Los padres no nacen, se hacen
de 3 a 5 niños de cada 10.000 tienen Autismo Infantil. En
los Estados Unidos hay aproximadamente 60.000 niños
autistas menores de 18 años, la mayoría en edad escolar.

Los varones están afectados de 3 a 4 veces más que las


niñas. Esta enfermedad comienza al nacer o durante los
tres primeros años de la vida.

Aproximadamente un 30-50% de los niños que tienen un


comportamiento autista, también presentan un problema
neurológico, tal como espasticidad o epilepsia, esto se
conoce como co-morbilidad del síndrome autista.

Origen del Autismo

En el estudio de las causas del Autismo se han


desarrollado varias teorías, que tratan de explicar el
origen del síndrome autista. Ninguna de ellas por sí
sola lo ha logrado, en la actualidad se considera que su
etiología es multifactorial.

Entre las teorías que más aceptación han tenido están,


las genéticas, las neurobiológicas y las psicológicas.

Con relación a la etiología genética, inicialmente se consideró un


mecanismo de transmisión autosómica recesiva (por análisis de
segregación familiar, y por hallazgos concordantes en gemelos
monocigóticos), pero actualmente se piensa que existen menos
de 10 genes que actúan de manera multiplicativa, por lo que se
habla entonces de Herencia Multiplicativa.
También se ha señalado el llamado síndrome del
cromosoma X frágil, es decir la falta de sustancia en el
extremo distal del brazo largo del cromosoma, como
causa del síndrome autista.

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Los padres no nacen, se hacen
Con relación a la etiología neurobiológica se habla de las
anormalidades en los neurotransmisores, específicamente
de la serotonina que se encuentra aumentada en los niños
con síndrome autista (hiperserotoninemia), que altera el
funcionamiento cerebral.

Otras investigaciones hablan de alteraciones en el cerebelo,


específicamente cambios en el número y tamaño de las
neuronas de los núcleos cerebelosos, que sugiere un trastorno
evolutivo en las relaciones sinápticas de estos núcleos.
Estudios de neuroimágenes han evidenciado alteraciones en
el volumen cerebral (disminuido), en la corteza cerebral y en
el sistema límbico. También existen hallazgos inmunológicos
que demuestran niveles de inmunoglobulinas alteradas,
específicamente una inmunoglobulina A baja y una actividad
deficiente del sistema del complemento.

Las teorías sobre etiología psicológicas que se han


empleado para explicar el problema son: la socioafectiva,
la cognitiva, y una tercera que es la cognitivo afectiva.

La teoría socioafectiva dice que los autistas carecen


de componentes constitucionales para interactuar
emocionalmente con otras personas, tales reacciones
son necesarias para la “configuración de un mundo
propio y común” con los demás.

La carencia de experiencia social trae como consecuencia:


-falla en reconocer que los demás tienen sus propios
pensamientos, sentimientos, y –severa alteración en la
capacidad de abstraer, sentir, pensar simbólicamente.

La teoría cognitiva postula que las deficiencias


cognitivas se deben a una alteración que se denomina

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Los padres no nacen, se hacen
metarepresentacional, que es la responsable de que los
niños puedan desarrollar el juego simulado y que puedan
atribuir estados mentales con contenido a otros.

La teoría cognitivo-afectiva, plantea que las dificultades de


comunicación y sociales, tienen origen en un déficit afectivo
primario, que se halla estrechamente relacionado a un déficit
cognitivo. Esto explicaría, las dificultades en la apreciación de
los estados mentales y emocionales de otras personas.

Características conductuales del Autismo

Basándonos en la definición de la Asociación Americana


de Pediatría, las características del Autismo Infantil serían:

Anomalías de la Interacción Social:

1.- Déficit en conductas no verbales pro sociales: no


contacto visual, alteración en la expresión facial,
posturas corporales y gestos anormales.

2.- No relación con sus pares.

3.- Ausencia de conductas espontáneas para compartir


juegos, diversiones o intereses con los demás niños.

4.- Ausencia o déficit muy importante en la reciprocidad


social o emocional.

Alteraciones de la Comunicación:

1.- Retraso evolutivo del lenguaje que puede llegar a lo


que se denomina agnosia verbal (es una alteración
de la codificación y decodificación del lenguaje)

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Los padres no nacen, se hacen
2.- Uso repetitivo y estereotipado del lenguaje, con
ecolalias inmediatas y/o retardadas (es la repetición
de las palabras que dice el interlocutor).

Intereses restringidos y estereotipados:

1.- Repertorios de conductas ritualizadas,


estereotipias motoras y

2.- El apego exagerado a determinados objetos, lo que


ocasiona una resistencia al cambio, manifestada
muchas veces en forma violenta.

Alteraciones Cognitivas:

1.- Existe una gran variabilidad desde una deficiencia


mental profunda hasta capacidades superiores.

2.- En algunos autistas la irregularidad es tan marcada que


un talento excepcional (memorizar listas de teléfonos,
direcciones, la música, el dibujo, etc.), pueden coexistir
con una incompetencia mental global.

El papel del pediatra en el diagnóstico del


Síndrome Autista

El Pediatra es quizás entre los médicos, el que tiene una


mayor responsabilidad sobre la salud de la población y
debe ser un gran clínico para diagnosticar y tratar a un
paciente, que muchas veces por su grado de desarrollo
no está en capacidad de comunicarse claramente.

Cabe recordar que el pediatra es el especialista médico,


que está más cercano al niño y a la familia, y quien ejerce

91
Los padres no nacen, se hacen
sobre éstos una mayor influencia.

Por lo tanto el pediatra surge como un elemento


importantísimo en el diagnóstico precoz del autismo,
siendo de gran valor para el pronóstico de la enfermedad,
y debe formar parte del equipo multidisciplinario para su
tratamiento.

Los padres de los niños autistas

Tener un niño discapacitado, cualquiera que sea su


problema (físico o mental), es muy duro de aceptar y
de manejar. Los padres se pueden sentir culpables,
preocupados, confundidos, y desesperanzados con
respecto al futuro del pequeño. Todas estas reacciones
emocionales son válidas y legítimas, es aquí cuando el
médico entra a jugar un papel importante, por una parte
brindar apoyo emocional y por la otra brindar ayuda
profesional para tratar de sobrellevar el problema.

El autismo no es muy frecuente de conseguir en la calle,


en los centros comerciales, en los parques, además que
muchos niños autistas parecen normales. La mayoría
de las personas sabe poco sobre esto, haciendo que
los padres se sientan solos y extraños en la sociedad.
De allí es que han surgido asociaciones de ayuda y
atención de padres de niños autistas, para lograr la
aceptación del problema y de someterse a la terapia
adecuada a cada caso.

El Tratamiento del Síndrome Autista

Hasta ahora no hay un tratamiento curativo del Autismo

92
Los padres no nacen, se hacen
Infantil, sin embargo se han hecho progresos en la prevención
de este mal al descubrir posibles factores causales.

También se emplea la terapia farmacológica para el


tratamiento de algunas afecciones que coexisten, tales como :

• El insomnio,

• La hiperactividad,

• Las convulsiones,

• Las conductas auto y heteroagresivas, etc.

En la actualidad se utilizan las técnicas de:

• Modificación conductual,

• La enseñanza de habilidades sociales,

• Entrenamientos del lenguaje social,

• El condicionamiento operante,
• La pedagogía especializada, etc.,

En fin, una serie de estrategias terapéuticas con el único


objetivo de minimizar las deficiencias y lograr una mejor
vida social.

No hay que olvidar que los padres de estos niños,


requieren de mucha ayuda, de entrenamiento en
estrategias y recursos para el manejo adecuado de
estos niños en el hogar, ya que el autismo produce
incapacidades a través de toda la vida.

93
Los padres no nacen, se hacen

94
Los padres no nacen, se hacen Regresar

El Maltrato…
Infantil
El maltrato a los niños es un problema universal que
ha existido desde tiempos remotos, sin embargo es en
el siglo XX con la declaración de los derechos del niño
(ONU. 1959), cuando se le considera como un delito y
un problema de profundas repercusiones psicológicas,
sociales, éticas, legales y médicas.

La investigación norteamericana sitúa el comienzo


de la sensibilización mundial cuando algunos
investigadores en 1962 etiquetaron el llamado
Síndrome del niño maltratado.

¿Qué es el maltrato infantil?

Son todas aquellas acciones que van en contra de un


adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del
niño, cometidas por personas, instituciones o la propia
sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico,
negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual.

1. El maltrato físico

Este tipo de maltrato abarca una serie de actos


perpetrados utilizando la fuerza física de modo
inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de
acciones no accidentales ocasionadas por adultos
(padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño
un daño físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen
golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras,
mordeduras, sacudidas violentas, etc.

95
Los padres no nacen, se hacen
2. La negligencia o abandono

La negligencia es una falta de responsabilidad parental


que ocasiona una omisión ante aquellas necesidades
para su supervivencia y que no son satisfechas temporal
o permanentemente por los padres, cuidadores o tutores.
Comprende una vigilancia deficiente, descuido, privación
de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico,
impedimento a la educación, etc.

3. El maltrato emocional

Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas,


persistentes y muy destructivas que amenazan el
normal desarrollo psicológico del niño. Estas conductas
comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia,
confinamientos, amenazas, en fin, toda clase de hostilidad
verbal hacia el niño. Este tipo de maltrato, ocasiona que
en los primeros años del niño, éste no pueda desarrollar
adecuadamente el apego, y en los años posteriores se
sienta excluido del ambiente familiar y social, afectando
su autoestima y sus habilidades sociales.

4. El abuso sexual

Es uno de los tipos de maltrato que implica mayores


dificultades a la hora de estudiar. Consiste en aquellas
relaciones sexuales, que mantiene un niño o una niña
(menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más
edad, para las que no está preparado evolutivamente y
en las cuales se establece una relación de sometimiento,
poder y autoridad sobre la víctima.

Las formas más comunes de abuso sexual son: el

96
Los padres no nacen, se hacen
incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual.
También incluye la solicitud indecente sin contacto físico
o seducción verbal explícita, la realización de acto sexual
o masturbación en presencia de un niño y la exposición
de órganos sexuales a un niño.

El maltratador habitualmente es un hombre (padre,


padrastro, otro familiar, compañero sentimental de la
madre u otro varón conocido de la familia). Raramente
es la madre, cuidadora u otra mujer conocida por el niño.

Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Síndrome


de Münchausen por poderes, consiste en inventar una
enfermedad en el niño o producirla por la administración
de sustancias y medicamentos no prescritos.

Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-


preescolar (edad media de 3 años). Los signos y
síntomas aparecen solamente en presencia de la madre
(habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa
inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran
el diagnóstico. Este síndrome presenta una mortalidad
entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar
a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.

Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como


aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que
exista voluntariedad o negligencia, que influyen negativa
y patológicamente en el embarazo, parto y repercuten
en el feto. Tales como: rechazo del embarazo, falta de
control y seguimiento médico del embarazo, negligencia
personal en la alimentación e higiene, medicaciones
excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y
tabaco, exposición a radiaciones, y otras.

97
Los padres no nacen, se hacen
En los últimos tiempos se habla de maltrato
institucional, que consiste en cualquier legislación,
programa o procedimiento, ya sea por acción o por
omisión, procedente de poderes públicos o privados, por
profesionales al amparo de la institución, que vulnere los
derechos básicos del menor, con o sin contacto directo
con el niño.

Cada uno de estos tipos de maltrato infantil presentan


indicadores físicos y conductuales en el menor maltratado,
así como indicadores conductuales y actitudes del
maltratador, lo cual ayuda en su diagnóstico.

Las causas del maltrato infantil

Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado


de explicar su aparición y mantenimiento utilizando
diversos modelos, así tenemos:

El modelo sociológico, que considera que el abandono


físico es consecuencia de situaciones de carencia
económica o de situaciones de aislamiento social;

El modelo cognitivo, que lo entiende como una situación


de desprotección que se produce como consecuencia
de distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones
inadecuadas de los progenitores/cuidadores en relación
a los menores a su cargo

El modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato


infantil es consecuencia de la existencia de psicopatología
en los padres;

El modelo del procesamiento de la información,

98
Los padres no nacen, se hacen
que plantea la existencia de un estilo peculiar de
procesamiento en las familias con menores en situación
de abandono físico o negligencia infantil; y por último.

El modelo de afrontamiento del estrés, que hace


referencia a la forma de evaluar y percibir las situaciones
y/o sucesos estresantes por parte de estas familias.

En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor


explica el maltrato infantil, es el modelo integral del
maltrato infantil.

Este modelo considera la existencia de diferentes niveles


ecológicos que están encajados unos dentro de otros
interactuando en una dimensión temporal.

Existen en este modelo factores compensatorios


que actuarían según un modelo de afrontamiento,
impidiendo que los factores estresores que se producen
en las familias desencadenen una respuesta agresiva
hacia sus miembros. La progresiva disminución de los
factores compensatorios podría explicar la espiral de
violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno
del maltrato infantil.

Entre los factores compensatorios se señalan:


armonía marital, planificación familiar, satisfacción
personal, escasos sucesos vitales estresantes,
intervenciones terapéuticas familiares, apego
materno/paterno al hijo, apoyo social, buena
condición financiera, acceso a programas sanitarios
adecuados, etc.

Entre los factores estresores se cuentan: historia

99
Los padres no nacen, se hacen
familiar de abuso, disarmonía familiar, baja
autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los
padres, farmacodependencia, hijos no deseados,
padre no biológico, madre no protectora, ausencia
de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y
económico, promiscuidad, etc.

Consecuencias del maltrato infantil

Independientemente de las secuelas físicas que


desencadena directamente la agresión producida por el
abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil
dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y
sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las
estas secuelas depende de:

• Intensidad y frecuencia del maltrato.

• Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad,


temperamento, habilidades sociales, etc.).

• El uso o no de la violencia física.

• Relación del niño con el agresor.

• Apoyo intrafamiliar a la víctima infantil.

• Acceso y competencia de los servicios de ayuda


médica, psicológica y social.

En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se


observan repercusiones negativas en las capacidades
relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así
como pesadillas y problemas del sueño, cambios de

100
Los padres no nacen, se hacen
hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres,
deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.

En escolares y adolescentes encontramos: fugas


del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o
aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias
intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de
identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas
y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo
al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad,
problemas de relación interpersonal.

Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de


una generación a la siguiente. De forma que un niño
maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de
maltrato en la etapa adulta.

Prevención del maltrato infantil y actuación del pediatra.

Los pediatras, al ser los profesionales de salud que


están en mayor contacto con los niños, son los llamados
a realizar la prevención del maltrato infantil, además
de establecer diagnósticos y junto con un equipo
multidisciplinario colaborar en su tratamiento.

Los pediatras se encuentran en una posición favorable


para detectar niños en situación de riesgo (sobre todo
en menores de 5 años, la población más vulnerable), a
partir de esta edad los maestros comienzan a tener un
papel principal en la prevención y diagnóstico.

La prevención del maltrato infantil se establece en tres


niveles:

101
Los padres no nacen, se hacen
Prevención Primaria:

Dirigida a la población general con el objetivo de evitar la


presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar
los factores protectores del maltrato infantil.

Se incluyen:

• Sensibilización y formación de profesionales de


atención al menor.

• Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación


al parto).

• Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo


valores de estima hacia la infancia, la mujer y la
paternidad.

• Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en


mujeres jóvenes, mediante la educación sexual en
centros escolares y asistenciales.

• Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las


consultas de niño sano. Así como evaluar la calidad
del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados
del niño, actitud de los padres en la aplicación del
binomio autoridad-afecto.

• Intervenir en las consultas y exponer los derechos


de los niños y la inconveniencia de los castigos
físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación del
castigo conductual.

• Identificar los valores y fortalezas de los padres,

102
Los padres no nacen, se hacen
reforzando su autoestima.

Prevención Secundaria:

Dirigida a la población de riesgo con el objetivo de


realizar un diagnóstico temprano y un tratamiento
inmediato. Atenuar los factores de riesgo presentes y
potenciar los factores protectores.

Se incluyen:

• Reconocer situaciones de maltrato infantil,


estableciendo estrategias de tratamiento.

• Reconocer situaciones de violencia doméstica o de


abuso a la mujer y buscar soluciones.

• Reconocer las conductas paternas de maltrato físico


o emocional, considerando la remisión de la familia
a una ayuda especializada en el manejo de la ira y la
frustración.

• Remitir a centros de salud mental a padres con


adicción a alcohol y drogas.

Prevención Terciaria:

Consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto


para las menores víctimas como para los maltratadores.
Para ello se debe disponer de un equipo interdisciplinario
(pediatras, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales,
orientadores familiares, terapeutas, jueces de menores,
cuerpos policiales, etc.). EL MALTRATO INFANTIL ES UN
PROBLEMA DE TODOS.

103
Los padres no nacen, se hacen

104
Los padres no nacen, se hacen Regresar

La Depresión… Infantil
Durante un largo período de tiempo la comunidad
científica, por estrictas razones teóricas, sostenía
que la Depresión Infantil no existía (coincidiendo
con la poca importancia que se le daba a la salud
mental de los niños),. Sin embargo, en el mundo
real existían niños deprimidos y algunos clínicos
empezaron a revelarse contra la ortodoxia que
vetaba la posibilidad de su existencia. Esto empezó
a ocurrir hacia los años 40 en distintos campos de
la psicología aplicada, y comenzaron a aparecer
estudios relacionados con la depresión infantil.

A principios de los años sesenta se observa, en


los monos separados de sus madres, exactamente
el mismo tipo de conductas que en los niños. El
carácter experimental de la psicología comparada,
produjo un impacto especial para este tipo de
hallazgos y comenzó a tomarse un poco más en
serio la posibilidad de la existencia de la depresión
en los niños, puesto que los monos parecían ser
capaces de desarrollarlas.

Pero realmente la aceptación de la existencia de la


depresión infantil fue posible gracias al ascenso del
paradigma cognitivo de los años sesenta, que permitía el
estudio de los procesos interiorizados. Ya en el año 1975
la depresión infantil (DI) fue aceptada por el National
Institute of Mental Health, como concepto y entidad
psicopatológica.

¿Qué es La Depresión Infantil?

105
Los padres no nacen, se hacen
La depresión infantil puede definirse como una situación
afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que
ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando
los síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno
distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes.

Los partidarios de una depresión infantil específica se


ubican en dos tendencias, a saber: los evolucionistas,
que opinan que la depresión infantil se va transformando
según la época evolutiva de la vida del niño en la que
se presenta, sostienen pues la existencia de una DI
Evolutiva, y aquellos que sostienen la existencia de la
depresión infantil con una sintomatología propia, no
equiparable a la del adulto, especialmente relacionada
con problemas de conducta, de allí el nombre de DI
Enmascarada, puesto que muchos profesionales
equivocan su diagnóstico.

CRITERIOS Y SÍNTOMAS EMOCIONALES:

Los expertos en el tema de depresión infantil, a través de


numerosas investigaciones han llegado a la aceptación
de los siguientes síntomas característicos y criterios de
la depresión infantil:

• Tristeza

• Irritabilidad

• Anhedonia (pérdida del placer)

• Llanto fácil

• Falta del sentido del humor

106
Los padres no nacen, se hacen

• Sentimiento de no ser querido


• Baja autoestima

• Aislamiento social

• Cambios en el sueño

• Cambios de apetito y peso

• Hiperactividad

• Disforia

• Ideación suicida.

Esta definición operativa puede ser utilizada como


guía diagnóstica y tiene la ventaja de representar un
núcleo de coincidencia de un amplio espectro de la
comunidad científica.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA DEPRESIÓN INFANTIL?

Existen varios marcos teóricos que intentan explicar el


origen de la depresión infantil, así tenemos:

• Conductual: a través de la ausencia de refuerzos,


deficiencia de habilidades sociales y acontecimientos
negativos ocurridos en la vida del niño.

• Cognitivo: la existencia de juicios negativos,


experiencias de fracasos, modelos depresivos,
indefensión aprendida, ausencia de control,
atribuciones negativas.

107
Los padres no nacen, se hacen

• Psicodinámico: en relación a la pérdida de la


autoestima (del yo-según Freud), y la pérdida del
objeto bueno.

• Biológico: por una disfunción del sistema


neuroendocrino (aumentan los niveles de cortisol
y disminuye la hormona de crecimiento), por
una disminución de la actividad de la serotonina
(neurotransmisor cerebral), y por efecto de la
herencia (caso de padres depresivos).

En la actualidad más bien se admite una compleja


interacción de distintos factores tanto de carácter
biológico como social que sirven de base a la
aparición de las distintas conductas normales
y patológicas. Es necesario que se dé una cierta
vulnerabilidad personal, familiar y ambiental
que combinadas dan lugar a la aparición de una
conducta desajustada.

En el caso de la DI, los elementos que suponen una


vulnerabilidad son de naturaleza biológica, personal,
social y demográfica.

EPIDEMIOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN INFANTIL

Los porcentajes de DI detectados entre la población


infantil es alrededor del 8-10%, de acuerdo a
numerosas investigaciones.

Diversos estudios señalan que el sexo femenino se


ha asociado sistemáticamente al incremento de la
probabilidad de desarrollar depresión, efectivamente

108
Los padres no nacen, se hacen
la sintomatología es más alta en las niñas que en los
niños, sobre todo en los rangos que sobrepasan los 12
años, antes de esta edad es raro encontrar diferencias
entre los dos sexos.

En cuanto a la clase social, algunos autores señalan que


se encuentra con más frecuencia en los niños de clase
baja y media que en los de clase alta.

INFLUENCIA DE LA FAMILIA Y LA ESCUELA EN LA


DEPRESIÓN INFANTIL

La familia es el entorno más inmediato del niño, su


microcosmos y en sus cuidados y atención se basa
la posibilidad de supervivencia del sujeto humano,
pero no sólo su supervivencia física, sino personal
ya que el niño desde los 0 meses hasta los 3 años,
desarrolla todos los elementos básicos con los que
más tarde va a construir su vida futura: lenguaje,
afectos, hábitos, motivaciones.

El apego con el que la madre y el hijo se imprintan


mutuamente es el vehículo de una adecuada
integración social y personal del niño. Los apegos
inseguros se han relacionado con todo tipo de
problemas de conducta y también con la depresión, así
como un apego seguro es la meta ideal de prevención
de la aparición de depresión infantil.

Así mismo la depresión materna aparece claramente


definida como uno de los factores de riesgo asociados
al desencadenamiento de una depresión en el niño.

Más tarde también son indispensables para el

109
Los padres no nacen, se hacen
normal desarrollo emocional del niño las buenas
relaciones con los padres. Una y otra vez numerosos
expertos han señalado cómo las malas relaciones
con los padres son la fuente específica de muy
diversos problemas infantiles, y también claro está
de la depresión.

En relación con la familia también se ha estudiado el


puesto que se ocupa entre los hermanos. En muchas
investigaciones aparece la posición intermedia como la
más vulnerable a desarrollar trastornos de tipo emocional.

Los padres deben prestar especial atención a la


construcción de una adecuada autoestima y autoeficacia
en el niño, así como incentivar en ellos la capacidad de
afrontamiento, y el manejo adecuado de la frustración,
todo ello constituye la prevención primaria de la DI.

En cuanto a la escuela, sabemos que la localización


precoz de cualquier deficiencia de aprendizaje en un niño
y su pronta solución es imprescindible para lograr una
situación de progreso normal y aceptable, eliminando
así la posibilidad de trastornos afectivos que conlleven a
la aparición de depresión infantil.

Muchos autores han relacionado la DI con el


rendimiento escolar, unas veces considerándolo
como causa y otras como efecto de la depresión.
De hecho un niño deprimido puede descender
su ejecución en la escuela, pero también puede
comenzar sus síntomas depresivos por un fracaso
académico. De allí radica la importancia de una
buena evaluación y seguimiento por parte del
maestro para detectar estos cambios en el alumno.

110
Los padres no nacen, se hacen
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
DE LA DEPRESIÓN INFANTIL

Los instrumentos de evaluación de la DI varían en


función del marco teórico del que se derivan y de lo
que pretenden medir. Así, cuando se quieren medir las
conductas interiorizadas, se usan fundamentalmente
pruebas de lápiz y papel que pueden ser: entrevistas
estandarizadas, inventarios, escalas, cuestionarios, test
pictórico, y otros. Cuando lo que se pretende es medir la
conducta manifiesta se hace observación de conductas,
registro de conductas, y aplicación del juego infantil.

La evaluación de los aspectos biológicos de la depresión infantil


se lleva a cabo con análisis y pruebas objetivas de los elementos
físicos que se han mostrado relacionados con ella. Así tenemos
pruebas de carácter endocrino, como la determinación de los
niveles de cortisol y la hormona de crecimiento. Pruebas como
el electroencefalograma EEG (sobre todo durante el sueño) y el
electromiograma EMG (relacionado con la musculatura facial
implicada en la expresividad).

Cuando se revisa la literatura especializada, se define


con toda evidencia que los instrumentos de mayor uso
en la evaluación de la DI son fundamentalmente dos: el
Child Depression Inventory CDI, y el Child Depression
Scale CDS. En la actualidad el cuestionario más utilizado
es el modificado CDI de 1992.

Al recurrir a estos instrumentos de evaluación se deben


tomar en cuenta algunos factores como: el nivel de
desarrollo del niño, su grado de madurez intelectual,
su labilidad emocional y el carácter interiorizado de la
conducta deprimida, por todo ello es conveniente pasar

111
Los padres no nacen, se hacen
el cuestionario dos veces.

La entrevista a los padres surge como un instrumento


importante de recolección de datos, tanto del niño
deprimido como de la familia. Así como también la
entrevista a los maestros y compañeros de clase.

TRATAMIENTO DE LA DEPRESION INFANTIL

El tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser


individualizado, adaptado a cada caso en particular y a
la fase del desarrollo que se encuentra el niño, en base a:
su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su
capacidad de mantener la atención.

Debe además involucrar de una manera activa a los padres,


y realizar intervenciones hacia el entorno del niño (familiar,
social y escolar). El tratamiento se divide en tratamiento de
fase aguda y fase de mantenimiento. El tratamiento en Fase
Aguda, incluye: Psicológico, Farmacológico y Combinado.

Las Terapias Psicológicas más utilizadas son

• Cognitivo-Conductual: se basa en la premisa de que el


paciente deprimido tiene una visión distorsionada de
sí mismo, del mundo y del futuro. Tales distorsiones
contribuyen a su depresión y pueden identificarse y
tratarse con esta técnica.

• Conductual: se basa en la aplicación de técnicas


de modificación conductual, manejo adecuado de
situaciones, etc.

• Psicodinámica.

112
Los padres no nacen, se hacen
• Interpersonal

• Familiar.

• Grupal y de Apoyo.

El Tratamiento Farmacológico: se basa en el uso de


drogas como:

• Antidepresivos Tricíclicos, para lo cual se requiere


un EEG basal, y mediciones de tensión arterial,
frecuencia cardiaca y peso.

• Los Inhibidores selectivos de la recaptación de


serotonina ISRS, son en la actualidad los más
utilizados, por su eficacia, aparente bajo perfil de
efectos colaterales, baja letalidad por sobredosis y
fácil administración una vez al día.

El Tratamiento Combinado, que incluye fármacos


y terapias psicológicas, ha demostrado ser lo más
adecuado en la actualidad.

Así mismo, el Tratamiento en Fase de Mantenimiento va a


depender del estado clínico del paciente, su funcionamiento
intelectual, su sistema de apoyo, la presencia o no de
estresores ambientales y su respuesta al tratamiento.

A modo de conclusión, en la actualidad la existencia de


la depresión infantil es un hecho comúnmente aceptado
por la comunidad científica especializada, por lo que
ha cobrado gran importancia su estudio y tratamiento.
Algunos han llegado a denominar a la depresión como la
enfermedad del siglo XXI.

113
Los padres no nacen, se hacen

114
Los padres no nacen, se hacen Regresar

La Tartamudez…
Infantil
La tartamudez es “una alteración en la fluidez normal
y en el patrón de tiempo del habla, caracterizada
por la presencia de disfluencias que interfieren con
el desempeño académico u ocupacional o con la
comunicación social”.

Predomina en el sexo masculino, en una proporción de


3:1, cuya edad de comienzo se coloca generalmente
entre los 2 y los 5 años. Corresponde al 1% de la
población escolar.

Presenta la siguiente sintomatología clínica:

1.- Presencia de disfluencias en el habla, dadas por:


interjecciones, prolongaciones, repeticiones
(de sonidos, sílabas, palabras, grupos de
palabras), bloqueos.

2.- Subidas bruscas de tono.

3.- Alteración funcional de la respiración.

4.-
Excesiva tensión muscular en los órganos
fonoarticulatorios.

5.- Movimientos asociados, tales como muecas en la


cara, inclinaciones de la cabeza, encogimiento de
los hombros, golpes con el pie, etc.

6.- Cambios en la tasa de velocidad del habla.

115
Los padres no nacen, se hacen
7.- Aceleración en el ritmo cardíaco.

8.- Temblores.

9.- Sentimientos de frustración, ansiedad y vergüenza


frente al habla.

La sintomatología varía con la etapa de desarrollo del


trastorno, los investigadores del tema han dividido los
síntomas en cuatro etapas:

Primera Etapa:

De las repeticiones primarias o iniciales, que se


producen siguiendo el ritmo normal del habla, sería
la llamada “tartamudez fisiológica o evolutiva”. Son
las repeticiones y vacilaciones del niño que inicia su
aprendizaje del lenguaje y en el cual la competencia
supera a la ejecución lingüística. Ocurre alrededor
de los 3 años de edad. En esta etapa la terapia debe
ser indirecta, dirigida al ambiente.

Segunda Etapa:

Es cuando ocurren repeticiones espasmódicas, más


lentas, es la etapa de los clonus. Es la llamada “tartamudez
de transición”, ocurre cuando el niño tiene 6 a 7 años.

Tercera Etapa:

Es la etapa tónica, el habla sufre interrupciones


evidentes, el niño enrojece y no emite sonidos, luego
el discurso aparece en forma violenta. Es la llamada
“tartamudez confirmada”, el niño ya sabe que su

116
Los padres no nacen, se hacen
manera de hablar es un problema, por tanto la terapia
debe ser directa, con el niño.

Cuarta Etapa:

En esta etapa aparecen los movimientos asociados y


los trastornos respiratorios. Es la llamada “tartamudez
avanzada”.

Origen de la tartamudez:

La tartamudez tiene múltiples orígenes, es decir su


etiología es multifactorial. La mayoría de los autores,
agrupan las teorías que explican la tartamudez en
cuatro grupos:

1.- Teorías fisiogénicas o constitucionales.

2.- Teorías sociogénicas.

3.- Teorías psicogénicas o neuróticas, y

4.- Teorías de aprendizaje.

Según los investigadores de la corriente conductista,


la tartamudez es una conducta aprendida (teoría del
aprendizaje).

Coincidiendo con el aprendizaje y desarrollo de la lengua


materna, el niño se condiciona y aprende una lengua
incompleta alrededor de los 2 a 3 años.

Las repeticiones y vacilaciones que presenta el


niño, evocan deseos de atención o de interés por

117
Los padres no nacen, se hacen
parte de los padres o hacen que el niño escape a la
falta de atención del escucha. Estas respuestas del
escucha, deseadas por el niño, refuerzan la conducta
y ésta tiende a ocurrir con frecuencia (teoría del
condicionamiento y reforzamiento).

La tartamudez se mantiene en el tiempo, por la


llamada “conducta de evitación”, cuando el niño
anticipa la situación estresora (hablar o leer en
público), se dispara en él la respuesta de ansiedad,
esto ocasiona que el niño evite esta situación a
través de aplazar, ignorar o inhibirse de hablar, con
esto él logra bajar sus niveles de ansiedad, llegar al
equilibrio y reforzar la conducta.

Tratamiento de la tartamudez

El tratamiento de la tartamudez, va a depender de la


etapa en la cual se encuentre el trastorno. En caso de
la llamada “tartamudez evolutiva o transitoria”, que se
presenta alrededor de los 3 años de edad, se utiliza
la terapia indirecta, es decir, se modifica el ambiente
dándole estas indicaciones a la madre:

• Evitar corregir, burlarse del niño.

• Darle todo el tiempo que necesite para hablar,


establecer contacto visual sin poner cara de susto.

• Fomentar clima de comunicación, no acribillar a


preguntas.

• Realizar con el niño juegos no directivos y contarle


cuentos.

118
Los padres no nacen, se hacen

• Reconocer su dificultad.

• Corregir en forma positiva, es decir que la madre


repita en forma correcta.

En el caso de las etapas 3 y 4 de la tartamudez el


tratamiento es más complejo, y consiste en:

A.- Entrenamiento en habilidades de fluidez del habla,


realizado por el Terapista del Lenguaje.

B.- Tratamiento de los aspectos conductuales, realizado


por el Terapeuta Conductual.

Este tratamiento se basa en:

Manejo del autodiálogo inefectivo, esto se logra


corrigiendo errores de concepto, y cambiando las
expresiones de “esto va a ser un desastre” por “voy a
asumir el reto” o “sé que puedo hacerlo bien”...

Manejo de la tensión-ansiedad, a través de la aplicación


de técnicas de relajación muscular.

Manejo de la conducta de evitación, aplicando


técnicas de modificación conductual como:
aproximaciones sucesivas, modelamiento y
desensibilización sistemática.

Como hemos podido apreciar en esta lectura, la tartamudez


es un trastorno complejo, de etiología multifactorial, donde
se requiere la ayuda de especialistas en el área, pero sobre
todo se necesita el apoyo de la familia.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

Las Inteligencias…
Múltiples
La teoría de las Inteligencias Múltiples, afirma que la
inteligencia no es algo innato y fijo que domina todas
las destrezas y habilidades de resolución de problemas
que posee el ser humano. Se ha establecido que la
inteligencia está localizada en diferentes áreas del
cerebro, interconectadas entre sí y que pueden también
trabajar en forma individual, teniendo la propiedad de
desarrollarse ampliamente si encuentran un ambiente
que ofrezca las condiciones necesarias para ello.

Dicha teoría indica que existen siete inteligencias.


Estas son:

• La lingüística-verbal,

• La lógica-matemática,

• La física-cinestésica,

• La espacial,

• La musical,

• La interpersonal y

• La intrapersonal.

Luego basándose en los estudios más recientes


establece que hay más inteligencias: la naturalista, la
espiritualista, la existencial, la digital y otras.

121
Los padres no nacen, se hacen
Los educadores que realizan proyectos educativos con
las Siete Inteligencias Múltiples han incorporado la
inteligencia naturalista como la octava de ellas.

Veamos cada una de ellas:

• La inteligencia lingüística-verbal:

Es la capacidad de emplear de manera eficaz las


palabras, manipulando la estructura o sintaxis
del lenguaje, la fonética, la semántica, y sus
dimensiones prácticas.

Está en los niños a los que les encanta redactar


historias, leer, jugar con rimas, trabalenguas y en los
que aprenden con facilidad otros idiomas.

• La inteligencia física-cinestésica:

Es la habilidad para usar el propio cuerpo


para expresar ideas y sentimientos, y sus
particularidades de coordinación, equilibrio,
destreza, fuerza, flexibilidad y velocidad, así como
propioceptivas y táctiles.

Se la aprecia en los niños que se destacan en


actividades deportivas, danza, expresión corporal y/o
en trabajos de construcciones utilizando diversos
materiales concretos. También en aquellos que son
hábiles en la ejecución de instrumentos.

• La inteligencia lógica-matemática:

Es la capacidad de manejar números, relaciones y

122
Los padres no nacen, se hacen
patrones lógicos de manera eficaz, así como otras
funciones y abstracciones de este tipo.

Los niños que la han desarrollado analizan con


facilidad planteamientos y problemas. Se acercan a
los cálculos numéricos, estadísticas y presupuestos
con entusiasmo.

• La inteligencia espacial:

Es la habilidad de apreciar con certeza la imagen


visual y espacial, de representarse gráficamente las
ideas, y de sensibilizar el color, la línea, la forma, la
figura, el espacio y sus interrelaciones.

Está en los niños que estudian mejor con gráficos,


esquemas, cuadros. Les gusta hacer mapas
conceptuales y mentales. Entienden muy bien
planos y croquis.

• La inteligencia musical:

Es la capacidad de percibir, distinguir, transformar y


expresar el ritmo, timbre y tono de los sonidos musicales.

Los niños que la evidencian se sienten atraídos


por los sonidos de la naturaleza y por todo tipo de
melodías. Disfrutan siguiendo el compás con el pie,
golpeando o sacudiendo algún objeto rítmicamente.

• La inteligencia interpersonal:

Es la posibilidad de distinguir y percibir los estados


emocionales y signos interpersonales de los demás,

123
Los padres no nacen, se hacen
y responder de manera efectiva a dichas acciones
de forma práctica.

La tienen los niños que disfrutan trabajando en


grupo, que son convincentes en sus negociaciones
con pares y mayores, que entienden al compañero.

• La inteligencia intrapersonal:

Es la habilidad de la autoinstrospección, y de
actuar consecuentemente sobre la base de este
conocimiento, de tener una autoimagen acertada,
y capacidad de autodisciplina, comprensión y
amor propio.

La evidencian los niños que son reflexivos, de


razonamiento acertado y suelen ser consejeros de
sus pares.

• La inteligencia naturalista:

Es la capacidad de distinguir, clasificar y


utilizar elementos del medio ambiente, objetos,
animales o plantas. Tanto del ambiente urbano
como suburbano o rural. Incluye las habilidades
de observación, experimentación, reflexión y
cuestionamiento de nuestro entorno.

Se da en los niños que aman los animales, las plantas;


que reconocen y les gusta investigar características del
mundo natural y del hecho por el hombre.

Cuanta posibilidad intelectual, y cuanta capacidad de


desarrollo poseemos, sin embargo, cuando analizamos

124
Los padres no nacen, se hacen
los programas de enseñanza que se imparten en muchas
instituciones y que obligan a los alumnos, a los niños a
seguir, observamos que se limitan a concentrarse en el
predominio de las inteligencias lingüística y matemática
dando mínima importancia a las otras posibilidades
del conocimiento. Razón por la cual muchos alumnos
que no se destacan en el dominio de las inteligencias
académicas tradicionales, no tienen reconocimiento y se
diluye así su aporte al ámbito cultural y social, y algunos
llegan a pensar que son unos fracasados, cuando en
realidad se están suprimiendo sus talentos.

Por lo anterior descrito, sabemos entonces que no existe


una inteligencia general que crezca o se estanque, sino
un elenco múltiple de aspectos de la inteligencia, algunos
mucho más sensibles que otros a la modificación de
estímulos adecuados.

En la actualidad se habla del desarrollo integral del niño,


es decir que incluya todos los aspectos del desarrollo
(físico, sexual, cognitivo, social, moral, lenguaje,
emocional, etc.), en esto se basa la teoría del Desarrollo
de las Inteligencias Múltiples.

Existen dos tipos de experiencias extremas claves en


el desarrollo de las inteligencias que es importante
tomar en cuenta, las experiencias cristalizantes y las
experiencias paralizantes.
Las experiencias cristalizantes,

Son hitos en la historia personal, claves para el


desarrollo del talento y de las habilidades en las
personas. A menudo estos hechos se producen en
la temprana infancia. Estas experiencias son las que

125
Los padres no nacen, se hacen
encienden la chispa de una inteligencia e inician su
desarrollo hacia la madurez.

Las experiencias paralizantes

Existen como contrapartida de las anteriores. Se refieren


a aquellas experiencias que bloquean el desarrollo de
una inteligencia, están llenas de emociones negativas,
capaces de frenar el normal desarrollo de las inteligencias.
Sensaciones de miedo, vergüenza, culpa, odio, impiden
crecer intelectualmente.

126
Los padres no nacen, se hacen
Es probable así, que luego de esta experiencia un niño
decida no acercarse más a un instrumento musical o no
dibujar más porque ya decidió que “no sabe hacerlo”.

La Teoría de las Inteligencias Múltiples ha impactado a


aquellos que están envueltos de una forma u otra en el
proceso enseñanza-aprendizaje. En muchas ciudades
de los Estados Unidos, en Puerto Rico, Filipinas, Singapur,
así como en Europa, han surgido escuelas en donde se
llevan a cabo actividades encaminadas a desarrollar las
distintas inteligencias que el individuo posee.

Ya se habla de “Escuelas de Inteligencias Múltiples”, donde


los estudiantes aprenden y se fortalecen intelectualmente a
través de un currículo que en vez de enfatizar la enseñanza a
través de las inteligencias, las escuelas enfatizan la enseñanza
“para” la inteligencia. Los alumnos son motivados para que
puedan lograr las metas que se han propuesto alcanzar.

Los docentes desarrollan estrategias didácticas


que toman en cuenta las diferentes posibilidades de
adquisición del conocimiento que tiene el niño. Si éste
no comprende a través de la inteligencia que se elige
para informarle, consideran que existen por lo menos
siete diferentes caminos más para intentarlo.

Los padres tienen participación activa en la planificación


de actividades que ayudan a enriquecer el currículo y
asisten a reuniones donde se discute el progreso de sus
hijos, además en casa estimulan, comprenden y alientan
a sus hijos en el desarrollo de sus capacidades.

Se abre así a partir de esta Teoría de las Inteligencias Múltiples


una ruptura con viejos paradigmas de la enseñanza.

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Los padres no nacen, se hacen

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Los padres no nacen, se hacen Regresar

¿Cómo hablar de sexualidad


con los hijos?
Hablar sobre sexo con los hijos puede ser una experiencia
bochornosa y difícil para el adulto. Empero, los padres deben
considerar que conversar de estos temas, a temprana edad
y de modo natural, ayuda a que niños y adolescentes tengan
ideas claras y mayor responsabilidad sobre su cuerpo.

No es fácil, lo sabemos, y en ocasiones es imposible esconder


el espontáneo rubor al pronunciar “ciertas palabras” o tener
que repetir una explicación, pero es parte del ejercicio de la
paternidad. Y es natural, pues la mayoría de los adultos de
hoy, cuando eran niños, nunca hablaron con sus progenitores
de sexo y temas afines. De ahí la inseguridad y la impresión de
que se hace algo que escapa de la costumbre.

Asimismo, muchos padres tienen la idea errónea de


que hablar de sexo con sus hijos puede despertar
su curiosidad y dar pie a que los jóvenes tengan una
experiencia prematura, o bien, que traer a la plática temas
como la homosexualidad podría influir en la preferencia
de sus descendientes.

Este temor debe ser superado, pues múltiples estudios


y experiencias demuestran que la plática honesta entre
padres e hijos contribuye a retrasar el inicio de la actividad
sexual, evita las conductas de riesgo y promueve la
socialización sexual sana en la juventud.

Ejemplo de esto es un estudio recientemente efectuado


por los organizadores de la Campaña Nacional para
Prevenir el Embarazo en Adolescentes, en la ciudad

129
Los padres no nacen, se hacen
de Nueva York, en el que se demostró que los jóvenes
de 12 a 17 años de edad saben que el sexo tiene sus
consecuencias, físicas y emocionales.

De acuerdo con la información, 500 adolescentes


fueron consultados, y casi el 65% de ellos desaprobaron
las actividades sexuales “aún con precauciones”, si
bien reconocieron la presión ejercida por lo medios de
comunicación al afirmar mayoritariamente que “es
penoso admitir que se es virgen”.

Además, los jóvenes señalaron que la principal causa que


retrasa sus actividades sexuales es el temor al embarazo
y a contraer alguna enfermedad venérea, admitiendo
que sus padres influyen sobre sus conceptos acerca del
sexo y la abstinencia.

“Aún si los padres creen que sus hijos no los escuchan,


se sorprenderían de lo realmente interesados que
estamos”, comentó una de las chicas entrevistadas, en
contraste con el resultado total de la encuesta: casi 36%
de los adolescentes afirmó que nunca han tenido una
“conversación útil” sobre sexo con sus progenitores. “A
mí nunca me hablaron de sexo; por eso ahora soy padre”,
afirmó uno de los adolescentes de 17 años.

Una conversación para cada edad

Considerando lo anterior y que cuando los niños no


encuentran información al respecto en casa la buscan
en amigos u otros adultos, quienes manejan conceptos
erróneos o distorsionados, los padres deben asumir su
responsabilidad de contribuir en la formación de sus hijos,
desmintiendo información errónea y proporcionando

130
Los padres no nacen, se hacen
datos fidedignos, pero sin intervenir en sus decisiones,
aunque ello sea difícil.

(0 a 2 años)

Primeramente, los padres deben considerar que se


debe utilizar un lenguaje especial para cada edad del
menor. Cuando son pequeños y empiezan a reconocer
su cuerpo (0 a 2 años), deben partir de que ya hay una
conciencia que parte de la autoexploración; entonces, a
la hora del baño se le pueden nombrar al niño las partes
de su cuerpo de manera natural: “Estas son tus manos,
aquí están tus pies, aquí tu pene, aquí tu vulva”. De esta
manera se consigue que el hijo aprenda las partes de su
cuerpo con el vocabulario correcto.

(3 ó 4 años)

Cuando son más grandes (3 ó 4 años) han aprendido a


diferenciar su cuerpo de manera más clara, gracias a
actividades rutinarias como lavarse las manos o cepillarse
los dientes, de modo que también empiezan a conocer las
diferencias de género. Pueden entonces aparecer preguntas
como: “¿Por qué yo tengo pene y las niñas no?”, “¿por qué
mamá tiene senos y papá no?”. Los tutores deben estar
preparados para estas preguntas y responder en forma
clara y sin mentiras. Es positivo que los padres recurran
a los animales para explicar las diferencias; por ejemplo,
decir: “¿verdad que una vaca y un toro son diferentes?”,
pues niños y niñas también son distintos.

(5 a 8 años)

Durante la primera fase de la edad escolar (5 a 8 años), las

131
Los padres no nacen, se hacen
preguntas de niñas y niños no son iguales, pues los chicos
son más ingenuos que ellas y no presentan demasiada
curiosidad hacia el tema. De todos modos, se tiene que
considerar que ya son conscientes de que existen diferencias
entre hombres y mujeres. Las explicaciones deben ser
cortas y contestar sólo lo que se pregunta; considere que
los pequeños a esta edad sienten más curiosidad por las
partes de su cuerpo, no por el sexo en sí. Nuevamente, todo
ejemplo tomado de la procreación de los animales para
explicar la sexualidad humana es válida, siempre y cuando
al niño le quede clara la información.

No debe recurrirse a mentiras y en cambio explicar con


paciencia, tomando la relación de pareja como modelo.
Se puede decir que papá y mamá se quieren mucho y se
lo demuestran con abrazos y caricias, y que todas las
parejas lo hacen de esta forma u otras similares. Debe
hablarse de amor y cariño, lo que permite con el tiempo
profundizar en el tema del sexo propiamente dicho.

(9 a 12 años)

Cuando el niño llega al período previo y de inicio a la


pubertad (9 a 12 años) es muy probable que haya
hablado con sus amigos y compañeros de clase sobre
sexualidad. También es posible que tenga creencias
erróneas y que esté confundido en algunos aspectos,
de modo que tratar el tema a estas alturas es muy
diferente a cuando eran pequeños.

Es bueno abordar el tema en forma relajada y aprovechar


alguna oportunidad, como al escuchar una noticia sobre
sexualidad que se dé en los medios de comunicación o
el nacimiento de un bebé en la familia para crear una

132
Los padres no nacen, se hacen
discusión en torno al tema; siempre se debe ser muy
honesto en las respuestas y dejar claro que se puede
volver a esta conversación en nuevas oportunidades.

A esta edad ya se debe hablar de sida y embarazo, así como


de métodos anticonceptivos y prevención de enfermedades
de transmisión sexual. Es positivo tratar estos temas en
momentos de tranquilidad y no cuando existen problemas.

También son útiles los cursos o campañas de información


sobre sexualidad que se dan en colegios, clínicas o
centros especializados.

(13 a 18 años)

En la adolescencia (13 a 18 años) la sexualidad se vuelve un


aspecto preocupante para la mayoría de los padres, pues
sus hijos comienzan a salir por la tarde y noche sin tener
control absoluto de sus actividades. A pesar del constante
bombardeo en medios de comunicación (películas, series
televisivas) deben evitarse actitudes aprehensivas y, más
bien, partir del hecho de que sus descendientes ya no son
niños y deben ser tratados como adultos que dentro de
poco se enfrentarán a situaciones desconocidas.

Aquí se verá reflejada la relación que han mantenido los


padres con sus hijos: si el diálogo ha sido positivo y abierto,
los adolescentes recurrirán a ellos porque sabrán que
cuentan con apoyo y ayuda. En cambio, si nunca ha existido
una relación de sinceridad, el joven buscará información
con otras personas o en medios como revistas o Internet,
con el riesgo de que, ante la abundancia de información,
carezca de la capacidad de discernir entre datos objetivos
y útiles, y otros irresponsablemente difundidos.

133
Los padres no nacen, se hacen
Finalmente, los padres deben considerar que
necesitan conocer estos temas para hablar de
ellos con sus hijos, por lo que es importante que
busquen información y asesoría si no saben cómo
actuar o deben manejar situaciones delicadas.
Es recomendable acudir a centros donde se
proporcionen estos datos.

134
Los padres no nacen, se hacen
Recuerde, la sexualidad es un aspecto importante en la
vida de todo ser humano, y los padres pueden contribuir
a que sus hijos la vivan con plenitud, pero también
con responsabilidad, y sin que su ejercicio elimine la
posibilidad de un futuro brillante por un embarazo o
paternidad tempranos.

135
“Los Padres
no nacen,
SE HACEN”

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