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Arquetipo Creador

El creador nos ayuda a despertar la semilla de nuestra identidad genuina,


nuestro ser más profundo. Crea muchos proyectos e ideas, tiene la fuerza de
lanzar sin parar nuevas cosas, pero también muchas veces encuentra su
energía dispersa en demasiados sitios, convirtiéndose mas en cargas y
insatisfacciones. El creador es nuestra potencia e iniciativa para sacar de
nosotros lo mejor de nosotros mismos y convertirlo en realidad.

La Luz del Creador: Descubre su verdadera identidad. Explora formas de crear


una vida que permita la manifestación de esa identidad. Creatividad, identidad,
vocación.

La Sombra del Creador: Es el obsesivo, crea de tal modo que son tantas las
posibilidades generadas que no hay manera de llevarlas a la práctica en su
totalidad. Llena el vacío interno con algún otro proyecto poco esencial, otro
desafío o algo nuevo para hacer. Una variedad es la adicción al trabajo, con la
que siempre puede pensar que hay algo más para hacer.

Arquetipo Gobernante o el dirigente


Se asocia con la creación del orden y el mantenimiento de las reglas. Su
función principal es la de organizar, poner paz, unificar y armonizar su
alrededor. Este su carácter del ego es una especie de Rey Arturo de la Mesa
Redonda, siempre encargado de que todo esté en perfecto orden y estado.

La Luz de Gobernante: Asume la responsabilidad de su propia vida. Le da


orden a su vida al tiempo que se preocupa por el bienestar de su entorno
inmediato, la sociedad y el mundo. Actúa para hacer de su vida exactamente lo
que desea que sea. Encuentra el modo de generar prosperidad para mantener
la expresión de quien es. Siempre está buscando la manera de encontrar el
potencial de la gente a la que influencia para que puedan usar sus dones de
manera productiva.

La Sombra del Gobernante: Es el ogro tiránico, que insiste en su propia


manera de hacer las cosas, aniquilando los elementos creativos de su mente
para obtener el control a cualquier precio. Personas que se encuentran en un
puesto de autoridad, padres o jefes, que no saben manejar la responsabilidad
que esto implica. Incluye a personas dominadas por una gran necesidad de
tener el control. Actúa con una mentalidad estrecha partiendo de la base de
que lo que hay no alcanza, de modo que, lo que él gane, para los otros debe
ser pérdida.
Arquetipo Amante
El Amante quiere unificar cosas, es el símbolo de la unión sagrada, con el yo
superior, con el amor, con el universo. Influenciado por el ego busca sin
embargo este amor en el mundo exterior, olvidando a veces el amor por uno
mismo, hacia adentro. El amante es el soñador de un mundo mejor, algún día,
en algún sitio.

La Luz del Amante: Se compromete y vincula responsablemente con lo


amado.

La Sombra del Amante: Celos, envidia, fijación obsesiva en un objeto de amor


o relación, adicción o promiscuidad sexual, obsesión con el sexo o la
pornografía, donjuanismo, puritanismo. Es incapaz de decir que no cuando lo
arrebata la pasión, se siente completamente destruido si un amante lo
abandona. Incapaz de comprometerse en una relación amorosa.

Arquetipo Bienhechor o Cuidador.


Esta subfaceta nuestra desarrolla un sentido moral y de responsabilidad por el
cuidado y bienestar de otros. Se preocupa por cómo se encuentran los demás,
además de nosotros mismos, y no solo por las personas en sí, sino por el bien
global de la humanidad. Tiene la habilidad de sacrificarse por un bien mayor
común para muchas personas.

La Luz del Bienhechor Busca nutrir emocionalmente a las personas y crear


situaciones en las que puedan crecer y desarrollarse. Ayuda a las personas a
sentir que son valoradas y cuidadas, alentando relaciones nutritivas entre los
individuos. Genera climas afectivos en los que las personas se sienten seguras
y cómodas.

La Sombra del Bienhechor Es el mártir sufriente, que controla a los demás


haciéndoles sentir culpables. Dice: “Mira todo lo que he sacrificado por ti”. Se
evidencia en comportamientos absorbentes o manipulativos en los que emplea
los cuidados para controlar o sofocar a los demás. También se encuentra en la
dependencia mutua, en forma de una necesidad compulsiva de cuidar o
rescatar a otras personas.

Bufón o el loco.
Es el elemento de nuestro carácter que representa la multiplicidad de la
conciencia. Como el bufón de la corte, el Loco se ríe del rey y de todos
aquellos alrededores suyos, arrebatándoles el poder y haciendo que las cosas
pierdan su sentido rígido. El Loco nos enseña que la mayoría de las veces solo
estamos expresando una de nuestras facetas, o máscaras, de la lista de
arquetipos, pero casi nunca nuestro yo verdadero.

El Loco es así la avanzadilla de este yo verdadero, nos enseña a reírnos de


nosotros mismos, a no tomar nada excesivamente en serio y nos muestra el
camino hacia dónde encontrarnos realmente.

La Luz del Bufón

Busca el disfrutar, el placer y sentirse vivo. No se toma a sí mismo en serio. Se


burla de sí mismo y de las reglas sin caer en la irresponsabilidad o burla de los
demás en su integridad. Expresa la alegría y capacidad para disfrutar de la
vida. Tiene licencia para decir cosas por las que otros serían condenados.
Aguijonea a la persona con exceso de soberbia, provee cierto equilibrio
violando las reglas y dando salida a puntos de vista, sentimientos y
comportamientos prohibidos.

La Sombra del Bufón

Es un glotón, un vago, un libidinoso, definido por los deseos y la lujuria del


cuerpo sin ningún tipo de dignidad o control de sí mismo. Es autoindulgente,
perezoso e irresponsable. No siente alegría por la vida y por estar vivo. Utiliza
sus bromas como armas para burlarse y denigrar de los demás. Utiliza su
“alegría” para esconder sus problemas tras una máscara, negarlos y no
enfrentarlos.

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