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American Psycho no es una película de crimen. Es una metáfora.

Es una crítica
al ambiente del mercado Neoyorquino (la meca del capitalismo occidental), la
obsesión por el 'High-Status', el materialismo, la despersonalización, el cinismo
de la sociedad y el desapego a la realidad. Es una crítica a la cultura Yuppie.
American Psycho trata de la destrucción del hombre blanco occidental, frente a
un mundo económicamente acelerado que en lugar de llevar a la sociedad
hacia una utopía, se decae en un cráter de excesos y competencias
masculinas que posteriormente generan el hartazgo de los miembros de la
sociedad.
Bateman como un 'muñequito', muestra la forma en la que utiliza a las mujeres
de forma lasciva y violenta, y da rienda suelta a su naturaleza superficial que
roza la obscenidad cuando sus preocupaciones son tener reservaciones en
restaurantes de lujo, la mejor tarjeta de presentación y vistas hermosas desde
la ventana su apartamento.
Hasta en el sexo Bateman es patético, empleando a prostitutas y grabándose
para autocomplacerse. Verse solo a sí mismo refleja su egoísmo e inseguridad.
Yo, yo, yo.
Cuando su novia lo confronta por su carácter asocial, Bateman evade su
'humanidad', señalando la crisis de identidad de la que es sujeto y su
incapacidad para conectar con la realidad con una simple frase. Dice; 'Estoy en
contacto con la humanidad' en lugar de decir 'Soy parte de la humanidad'.

Todos son iguales -como Patrick Bateman-, todos carecen de identidad. Por
eso no extraña el hecho de que a menudo los 4 vicepresidentes se confundan
entre ellos mismos y se llamen por otros nombres en la película.

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