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MICROECONOMIA MICHAEL KELVIN QUISBERT ASTURIZAGA SEGUNDO SEMESTRE

LA TEORIA DE LA DEMANDA
Para los clásicos, la demanda se refiere a cantidades necesarias para satisfacer
necesidades particulares, hay así demanda de subsistencia, demanda de trabajo
productivo, demanda efectiva, demanda de bienes de lujo y de trabajo
improductivo, etc. De esta resulta dos consecuencias. La primera es que la
demanda no es un concepto general. La segunda es que las demandas están
difícilmente relacionadas con los precios de mercado, en efecto la reflexión de los
clásicos se dirige esencialmente a las fuerzas que gobiernan el precio, el cual
dependerá de la oferta.
La concepción de Mashall de los bienes económicos que son objeto de una
demanda rompe radicalmente con la tradición clásica, podríamos decir que una
economía produce menos bienes, satisfacciones o utilidades, que los que los
consumidores buscaran obtener en el mercado. El bien económico es el que se
compra en el mercado su valor es el precio al que se compra, la antigua distinción
clásica entre trabajo productivo e improductivo desaparece, ya que es preferible
considerar todo trabajo como productivo, con excepción de aquel trabajo que no
consigue el objetivo al que se dirige y que no produce utilidad alguna.
La teoría de la demanda de Marshall es incompleta y se concentra en la demanda
de un bien frente a un entorno vagamente definido, fue por unas analogías donde
Marshall en 1898 utilizó el termino renta , de excedente del consumidor, este caso
general resulta de poca utilidad practica ya que depende mucho de elementos
imposibles de observar en el comportamiento de los individuos así que formula
otra función de demanda que es proporcional a la utilidad marginal y el excedente
del consumidor al beneficio en términos de utilidad, este resultado supone que la
utilidad marginal del ingreso es constante y es fundamental para la teoría de la
demanda de Marshall y para la aplicación a la economía del bienestar.
Así que la demanda del consumo de cada bien puede tratarse con independencia
de la demanda de los demás bienes. Evidentemente, aunque cada bien puede
tener una participación muy pequeña y despreciable en el gasto total, el consumo
de todos esos bienes si puede afectar la demanda de los demás y la utilidad
marginal del consumo. Marshall prefirió guiarse por objetivos mas pragmáticos y
esto no le impidió admitir la existencia de bienes sustitutivos o complementarios.

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