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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Módulo X. Interés superior de niñas, niños y adolescentes. Sesión I. Doctor Fernando José Oropesa Romero

REGULACIÓN

✓ Artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño.

✓ Artículo 4 ° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

✓ Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

✓ Leyes Locales de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

✓ Observación General No. 14 del Comité de los Derechos del Niño sobre el derecho del niño a que su
interés superior sea una consideración primordial.

✓ Opinión Consultiva OC-17/2002 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

✓ Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Artículo 3 CDN. Convención sobre los Derechos del Niño.

1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.

2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios
para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas
responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas
adecuadas.

3. Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del
cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes,
especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en
relación con la existencia de una supervisión adecuada.

Artículo 4 CPEUM. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Son niñas y niños las personas de hasta 12 años incompletos, y adolescentes los que tienen
entre 12 años cumplidos y menos de 18 años de edad.

Los niños y las niñas tienen derecho a vivir en condiciones de bienestar, y a la satisfacción de
sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral y
participación. Todas las acciones y medidas que se adopten deben atender a su interés superior.

Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado
proveerá los recursos necesarios, de acuerdo a la disponibilidad presupuestaria, para propiciar el
respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos.
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En todas las Instituciones del estado, se cumplirá y se velará por el principio superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos, alimentación, salud y sano esparcimiento para su
desarrollo integral.

“Los niños y las niñas tienen derecho a vivir en condiciones de bienestar, y a la satisfacción de sus necesidades
de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral y participación. Todas las
acciones y medidas que se adopten deben atender a su interés superior.”

Artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño

Establece el principio del interés superior de la niñez como el eje sobre el que se desarrollarán las medidas en
torno a niños y niñas, y fue reconocido por el Comité de los Derechos del Niño. En el artículo 4º de la Constitución
no aparece este principio, al menos como tal.

“Algunos países han introducido en sus Constituciones el principio del interés superior de la niñez tal cual, otros
lo han hecho en Códigos específicos. Sin embargo, los alcances de este principio van más allá de su mera
inclusión literal. Tal inclusión sin otros elementos puede llevar a desviaciones como considerar que los derechos
de la niñez están por encima de los derechos de otros individuos.” El texto mismo del artículo 3º de la
Convención da la pauta de los elementos que deben de ser considerados como constitutivos del interés superior
del niño:

1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.

2. Los Estados partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios
para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas
responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas
adecuadas.

3. Los Estados partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del
cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes,
especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en
relación con la existencia de una supervisión adecuada.

Atendiendo a lo anterior la Constitución integra dos párrafos, en donde le da cumplimiento al inciso 2 Y 3, del
artículo anterior:

✓ Teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres Los ascendientes, tutores y custodios tienen
el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la
dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos.

✓ Obligación del Estado: El Estado otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven al
cumplimiento de los derechos de la niñez

PARADIGMA DE LA SITUACIÓN IRREGULAR

1. Llamarles menores, como sinónimo de niños, niñas y adolescentes lo cual si repercute en su tratamiento,
porque se les considera menos que los adultos. Por lo que se recomienda cambiar la utilización de
lenguaje, nombrándolos menores de edad o niños, niñas y adolescentes.
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2. El paradigma anterior, consideraba a los niños como objetos y no como sujetos que deberían tener
protección provocando situaciones irregulares. Al considerarse como objetos, no se consideraba su
opinión por parte de los operadores jurídicos, tomando una visión adulto céntrica, y que fuera el adulto
quien considerará lo “mejor” para el niño.

3. A los niños se les consideraba como incapaces. Incapaces de tomar decisiones, de opinar, para ser
considerados, actualmente el interés superior del menor es fundamental para garantizar sus derechos.

4. Ejecutar políticas asistenciales. Los niños no eran escuchados, se consideraba que el Juez tomaba la
mejor decisión para el menor, (paternalista). Actualmente es una formalidad esencial del procedimiento
en donde se afecten sus derechos, el escucharlos, para que puedan ejercer sus derechos en forma
plena, como los adultos.

PARADIGMA DE PROTECCIÓN INTEGRAL.

1. Es central y fundamental que la opinión del niño sea considerada para la toma de decisiones, tanto en
el aspecto jurisdicción l como cualquier aspecto de la vida (familiar, escolar o personal).

2. El juez no debe ejecutar políticas asistenciales con base a su percepción de lo que es mejor para que
el niño se desarrolle.

3. El nuevo paradigma, exige que los jueces ejerzan su función jurisdiccional y que sean jueces técnicos.
Que conozcan el ejercicio de los derechos de los niños y la forma en la que se debe proteger, respetar
y garantizar estos derechos.

CONCEPTO INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO.

Observación General número 14 del Comité de los Derechos del Niño.

Sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial, este
documento emitido por el Comité de los Derechos del Niño, que es el Organismo Internacional encargado de
interpretar la Convención sobre los Derechos del Niño y vigilar su cumplimiento, desarrolla tanto el concepto
del interés superior del niño como las obligaciones que los Estados partes de la Convención sobre los Derechos
del Niño, tienen para poder cumplir de la mejor manera con las obligaciones que derivan de la Convención
Sobre los Derechos del Niño, este documento establece que el interés superior del niño es un concepto triple:

Qué es un derecho sustantivo porque el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración
primordial se evalúe y tenga en cuenta al sopesar distintos intereses para tomar una decisión sobre una
cuestión debatida y a la garantía de que ese derecho se pondrá en práctica siempre que se tenga que
adoptar una decisión que afecte a un niño, a un grupo de niños concreto, o genérico o a los niños en
general.

Es una obligación intrínseca para los estados y es la aplicación directa y aplicable de manera inmediata
y puede invocarse ante los tribunales como derecho sustantivo al interés superior del niño y exigir que
sea una consideración primordial que se evalúe y determine cuando se tenga que sopesar sobre
distintos intereses al tomar una decisión.

Es un principio jurídico interpretativo fundamental por el que, si una disposición jurídica admite más de
una interpretación, se elegirá la interpretación que satisfaga de manera más efectiva el interés superior
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del niño y el marco interpretativo para ello es la Convención sobre los Derechos del Niño y sus Protocolos
Facultativos

Es una norma de procedimiento por la que siempre que se tenga que tomar una decisión que afecte a
niñas niños y adolescentes se deberá incluir una estimación de las posibles repercusiones tanto positivas
como negativas de la decisión en el que afecte a niñas, niños y adolescentes y justo por este concepto
de norma de procedimiento es que las autoridades están obligadas a evaluar y determinar el interés
superior del niño.

Evaluación y determinación qué lamentablemente en muchas ocasiones no se observa, porque si bien es cierto
en muchas resoluciones judiciales se puede apreciar los operadores jurídicos invocan el interés superior del
niño, también es cierto que el solo invocarlo no es suficiente para cumplir con las obligaciones que el Estado
tiene de evaluarlo y determinarlo caso por caso, porque la evaluación y la determinación del interés superior del
niño implica tomar varios factores para tomar la decisión.

¿Cómo saber cuál es el mayor beneficio para los niños, niñas y adolescentes?

Generalmente se utiliza la expresión interés superior del niño, para referirnos a lo que más beneficie a niñas
niños y adolescentes, ¿Bajo qué parámetros podemos considerar que una decisión respeta el interés superior
del niño, porque es la que mayor beneficio les da a niñas niños y adolescentes? ¿Cómo se mide el beneficio en
niñas niños y adolescentes en la toma de decisiones de todas aquellas personas, sean autoridades o no pero
que de alguna u otra forma toman decisiones que afectan a niñas, niños y adolescentes, tales como los padres
los familiares las autoridades educativas o cualquier otra autoridad o persona que tome decisiones que afecten
a los menores de edad?

Opinión Consultiva 17/2002 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Este texto que es anterior por muchos años a la Observación General número 14, del Comité de los Derechos
del Niño y habla específicamente del interés superior ya nos venía diciendo cuál es el objetivo del interés
superior del niño y cómo este interés superior del niño persigue el mayor bienestar para niñas niños y
adolescentes. Esta resolución de la CoIDH fue emitida el 28 de agosto del 2002 y tiene algunas partes muy
importantes que desde aquel año ya venía desarrollando al interés superior del niño

Párrafo 59 de la Opinión Consultiva

“Establece qué cuando la Convención sobre los Derechos del Niño alude el interés superior como punto de
referencia para asegurar la efectiva realización de todos los derechos contemplados en ese instrumento cuya
observancia permitirá al sujeto el más amplio desenvolvimiento de sus potencialidades”

Cuando señala la Corte Interamericana que a ese criterio han de seguirse las acciones del Estado y de la
sociedad en lo que respecta a la protección de los derechos y de la promoción y preservación de sus derechos,
la Corte nos deja claro que “el objetivo del interés superior del niño, es asegurar la efectiva realización de todos
los derechos contemplados en la CDN”

A partir de este párrafo podemos concluir que el mayor bienestar de los derechos del niño está en función de la
efectiva realización de todos sus derechos en consecuencia una decisión se apegará al interés superior del niño
y se puede decir que considero primordialmente el interés superior del niño, cuando esta decisión persigue
respeta protege y garantiza la realización de todos los derechos del niño.
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Otro punto muy importante de este párrafo es que la CoIDH, hace énfasis también que a este criterio de buscar
la efectiva realización de todos los derechos del niño deben ceñirse tanto las acciones del Estado como de la
sociedad de tal manera que no sólo corresponde al Estado tomar en consideración primordial al interés superior
del niño, sino que también corresponde a la sociedad hacerlo.

En el capítulo VIII, correspondiente a los deberes de la familia, la sociedad y el Estado, en donde se ve a la


familia como núcleo central de protección, la Corte Interamericana, al realizar esta opinión consultiva, toma
como fuente el Artículo 7 de la Declaración de los Derechos del Niño que estableció lo siguiente:

“El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y
orientación y que dicha responsabilidad incumbe en primer término a sus padres”

También considero la corte el principio 10 de la Conferencia Internacional Sobre la Sobrepoblación y Desarrollo


adoptada del 5 al 13 de septiembre de 1994 en el Cairo Egipto, que señaló:

“El interés superior del niño deberá ser el principio por el que se guíen los encargados de adoptarlo y orientar y
que esa responsabilidad incumbe ante todo a los padres”

Párrafo 62 de la Opinión Consultiva

“Estableció que la adopción de medidas especiales para la protección del niño corresponde tanto al Estado,
como la familia, la comunidad y la sociedad a la que él pertenece”.

De tal manera que deja muy claro dos cosas, primero que el interés superior del niño persigue la efectiva
realización de todos los derechos del niño, es decir, persigue el ejercicio holístico de todos sus derechos
reconocidos por el sistema jurídico y segundo la consideración primordial del interés superior de niñas niños y
adolescentes en la toma de decisiones incumbe tanto al Estado, como a la sociedad, a la comunidad, a la familia
y a cualquier persona que deba o tenga la oportunidad de tomar decisiones que vayan a afectar o puedan
afectar a niñas niños y adolescentes y esto evidentemente cambia el enfoque de protección de los derechos del
niño porque todos nos convertimos en garantes de sus derechos.

Artículo 18 Convención Sobre los Derechos del Niño. Corresponsabilidad parental

Es un artículo que se empieza a utilizar en la doctrina jurisprudencial de la Corte en los casos de separación de
los niños de sus progenitores, como pueden ser los de pérdida de patria potestad o guarda y custodia y
establece que los Estados partes de la Convención sobre los Derechos del Niño, pondrán el máximo empeño
en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que
respecta a la crianza y el desarrollo del niño y qué incumbirá a los padres o en su caso a los representantes
legales la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño y que su preocupación fundamental
será el interés superior del niño.

También dispone que, a los efectos de garantizar y promover los derechos de la Convención, los Estados partes
prestarán la asistencia apropiada a los padres y a los representantes legales para el desempeño de sus
funciones en lo que respecta a la crianza del niño.

Artículo 9. Convención Sobre los Derechos del Niño. Separación de los padres con el Niño.

El artículo que generalmente se utilizaba para decidir controversias relacionadas con el artículo anterior, era el
artículo 9 de la Convención que establece la obligación de los Estados partes de la Convención, de velar por
que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando la reserva de revisión
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judicial las autoridades competentes determinen de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables que
tal separación es necesaria en el interés superior del niño y qué tal determinación puede ser necesaria en casos
particulares por ejemplo en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres
o cuando estos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño a partir
del artículo 9 se empezó a desarrollar mucha doctrina sobre el interés superior del niño, sin embargo esta
doctrina no tomaba en consideración lo establecido en el artículo 18 de la Convención Sobre los Derechos del
Niño.

Para resolver estos asuntos de guarda y custodia, se resolvían analizando el mejor contexto que le ofrecieran
para determinar el mayor interés del menor, se consideraban aspectos, que tenían que ver con una competencia
entre ambos padres, en donde se consideraban los relativos a la convivencia, el afecto, tiempos y el plano
económico.

En el paradigma de la situación irregular el juez tomaba en consideración estos factores y poco caso hacía de
lo que el niño quería, posteriormente se fue desarrollando jurisprudencia sobre lo importante qué era escuchar
a los niños y no solamente como una cuestión formal de permitirles dar su opinión en cualquier procedimiento
en que se vayan a tomar una decisión que les afecte, sino escucharlos y tomar en cuenta debidamente su
opinión, entonces se empezaban a tomar decisiones con base en este artículo 9 de la Convención y el interés
superior del niño.

Sin embargo como ya vimos el interés superior del niño persigue el ejercicio de todos los derechos de niñas
niños y adolescentes, por tanto es necesario que en la actualidad también se considere el artículo 18 de la
Convención sobre los Derechos del Niño para evaluar el interés superior, porque este artículo al establecer el
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y al desarrollo del
niño, le da el derecho al niño de que en la medida de las circunstancias que lo rodean sean ambos padres los
que se involucren en la crianza y el desarrollo del niño, generándose así algo que la Corte ha llamado
corresponsabilidad parental.

Principio de indivisibilidad y el Principio de interdependencia

Los derechos humanos se rigen entre otros principios por los por el principio de indivisibilidad y el princi pio de
interdependencia, estos dos principios que hacen que no podamos considerar de manera aislada a los derechos
humanos dentro de los que se encuentran los derechos de los niños y este derecho de los niños a que ambos
padres se involucren en su cuidado y crianza no sólo está en el artículo 18 sino que también se encuentra
íntimamente relacionado con otros artículos:

Artículo 7 Reconoce el derecho del niño a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos y el artículo
se refiere a ambos progenitores o a todos sus padres (pluriparentalidad).

Artículo 8 Genera un derecho para el niño a las relaciones familiares sin injerencias arbitrarias y el
derecho a la identidad, no sólo se refiere a la identidad biológica del niño sino también a la
identidad social, a esa identidad que los niños generan con su núcleo familiar y con todos
los miembros de su familia.
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Protección integral del Estado en el ejercicio de todos los derechos del niño.

El interés superior del niño debe buscar el ejercicio de todos los derechos del niño, no obstante, habrá ocasiones
en que no se pueda garantizar el ejercicio de todos los derechos del niño debido a las circunstancias particulares
que se presentan.

✓ Existe una corresponsabilidad parental, como lo determina el artículo 18 y los niños tienen derecho a
que ambos padres se involucren en su cuidado y crianza y también tienen derecho a que a no ser
separados de sus padres, pero hay circunstancias en las que es necesario hacerlo para poder garantizar
a los niños otros derechos.

Por ejemplo, cuando un progenitor maltrata a su hijo menor de edad puede perder la patria potestad, porque su
conducta lejos de garantizarle a su hijo el derecho a no ser objeto de malos tratos o de acceso a una vida libre
de violencia, por lo que puede perder la patria potestad y también para proteger al niño se pudiera restringir su
guardia y custodia o su derecho a convivir con este progenitor.

Esto no quiere decir necesariamente que todos los casos se deban prohibir que él progenitor vea a su niña,
niño o adolescente, sino que caso por caso se deberá evaluar y determinar el interés superior del niño, a ver
cuál es la mejor forma en que el niño puede ejercer todos sus derechos a pesar de esta circunstancia.

✓ El Estado está obligado a prestar la asistencia apropiada para que el progenitor pueda cumplir o pueda
desempeñar sus funciones como garante de los derechos del niño.

Los jueces deberán verificar la necesidad de brindarle asistencia a este progenitor a través de ayuda psicológica
por ejemplo o terapia psicológica, por qué no podría ser suficiente el restringir la convivencia de una niña, de
un niño o de un adolescente con alguno de sus progenitores para garantizar los derechos del niño de acuerdo
con el interés superior, si este interés superior obliga a la autoridad a proteger de manera integral el ejercicio
de todos los derechos del niño, dentro de los que se encuentra el que en la medida de lo posible y de las
circunstancias que rodean al niño ambos padres se involucren en su cuidado y crianza y que el Estado

El concepto del interés superior del niño como una norma de procedimiento

Implica que se tenga que hacer una evaluación y una determinación del interés superior del niño que requieren
ciertas garantías procesales y que además se tienen que ver reflejadas durante un procedimiento jurisdiccional
y se tienen que ver reflejadas en las decisiones que se tomen, es decir, en las resoluciones judiciales y este
concepto implica que se haga una estimación de las repercusiones o de las posibles repercusiones positivas o
negativas de las decisiones que se puedan tomar en cada caso concreto.

Y es justo en este punto donde el Estado mexicano ha fallado y donde se tiene que trabajar para poder cumplir
con las obligaciones que derivan de la Convención sobre los Derechos del Niño, entre otras la de considerar
primordialmente al interés superior del niño, porque generalmente se puede observar cómo utilizamos el
concepto del interés superior del niño en sus dos primeras acepciones (como un derecho sustantivo y como un
principio jurídico interpretación fundamental), pero no lo hacemos generalmente como una norma de
procedimiento en los términos que nos exige la Convención de acuerdo con lo establecido por el Comité de los
Derechos Del Niño y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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FACTORES POSITIVOS Y NEGATIVOS QUE SE DEBEN TOMAR EN CUENTA PARA EL INTERÉS


SUPERIOR DEL NIÑO, NIÑA Y ADOLESCENTE.

Para valorar las repercusiones positivas o negativas de una decisión y evaluar y determinar el interés superior
del niño se han establecido una lista de factores que deben considerarse para cumplir con esta obligación de
considerar primordialmente el interés superior del niño.

Observación General Número 14 del Comité de los Derechos del Niño

El comité subraya que el interés superior del niño en su concepto triple: derecho sustantivo, principio jurídico
interpretativo fundamental y una norma de procedimiento.

Inciso C párrafo 6 en la última parte el Comité hace énfasis en la evaluación y determinación del interés superior
del niño y dice que requiere garantías procesales y también establece lo que ya analizamos de que las
decisiones sobre niñas niños y adolescentes deberán incluir una estimación de las posibles repercusiones
positivas o negativas de la decisión en el niño o en los niños interesados.

Párrafo 16. Al dar pleno efecto al interés superior del niño, deben tenerse en cuenta los parámetros siguientes:

a) El carácter universal, indivisible, interdependiente e interrelacionado de los derechos del niño;


b) El interés superior del niño persigue el ejercicio holístico de todos los derechos del todo el catálogo de
derechos que los niños tienen consagrados a su favor.
c) El reconocimiento de los niños como titulares de derechos;
d) Es un factor fundamental de este nuevo paradigma de protección integral de los derechos que entiende
al niño como sujeto de derecho y no como objeto de protección
e) La naturaleza y el alcance globales de la Convención;
f) La obligación de los Estados partes de respetar, proteger y llevar a efecto todos los derechos de la
Convención;
g) Los efectos a corto, medio y largo plazo de las medidas relacionadas con el desarrollo del niño a lo largo
del tiempo.

Justo este último elemento que es uno de los elementos que se debe considerar en toda decisión que afecte a
niñas niños y adolescentes y con decisión no solo de las decisiones que puedan tomar los tribunales sino
cualquier persona o institución que tome decisiones que afecten a los menores de edad deben considerar reitero
los efectos a corto medio y largo plazo

Esto rompe con muchos de los esquemas qué jurisdiccionalmente tienen los sistemas jurídicos como por
ejemplo el visualizar que una sentencia no puede ser modificada porque es cosa juzgada, el visualizar que una
sentencia tiene que decidir el derecho sometido a consideración del tribunal a través de la demanda y de la
contestación a la demanda y en los casos donde hay litis había apretado donde se pueden introducir más temas
a la controversia durante el juicio sobre todos estos temas o todas las pretensiones que las partes plantean al
tribunal durante el juicio y el considerar esta sentencia sólo como el documento por el cual se resuelve la
controversia puede que no sea una prisión adecuada de una sentencia que se deba dictar en casos que afecten
niñas niños y adolescentes justo por este factor de considerar los efectos en el corto medio y largo plazo.

Ejemplo caso de guardia y custodia: Los progenitores someten al tribunal a controversias sobre guarda y
custodia en donde ambos pretenden la custodia de su hija o hijo niña niño o adolescente, el caso se resuelve
atendiendo a los factores que pudieron probar como parte del contexto que cada progenitor, le puede ofrecer
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al niño y también con base en todas y todos los acontecimientos pasados en la vida de los miembros de la
familia, es decir, cuáles han sido sus roles al interior de la familia que como había desarrollado cómo se había
desarrollado en la vida del niño antes de acudir al juicio, cómo se desarrolla durante el juicio y el juez toma una
decisión, el tribunal tomó una decisión que seguramente expresada puede ser revisada por otro tribunal que al
final en un juicio de amparo por la autoridad federal competente o las autoridades federales competentes en
caso de que haya amparo directo en revisión pasa un procedimiento por todas sus instancias y generalmente
se toma una determinación sobre el régimen guardia y custodia y en su caso sobre el régimen de visitas y
convivencias, ya sea que se determine una guarda y custodia exclusiva preferente con un régimen de
convivencia y visitas o se determine la custodia compartida evidentemente en la decisión que se toma en esta
clase de juicios se considera la opinión de la niña, niño o adolescente y analizando esta opinión junto con los
medios de prueba, los hechos y los argumentos aportados por las partes, se toma una decisión, generalmente
se decide con base en ello.

Pero no se consideran los efectos al corto, medio y largo plazo de esta decisión y son muy pocas las sentencias
en las que se establezca la revisión de la sentencia con posterioridad porque cuando se toma una decisión en
un juicio de estos que puede durar meses, años se debe considerar que después de la sentencia la vida sigue
y el niño va a seguir creciendo y conforme el niño va creciendo va a tener otros gustos, otras necesidades y
las circunstancias que le rodeaban, al momento de tomar la decisión y con posterioridad a la toma de la decisión
pueden variar y si bien es cierto es de explorado derecho es decir ya se sabe que las sentencias en esta materia
son cosas juzgadas formal, porque una vez que ya pasaron por todo por todos los mecanismos de escrutinio o
revisión ya no puede ser cambiada esa sentencia en específico, también es cierto que se sabe qué si cambian
las circunstancias se puede abrir otro juicio para tomar una decisión con base en estas nuevas circunstancias.

Lo ideal para efectos de cumplir con la obligación de tomar en consideración primaria el interés superior del
niño, porque lo que nos exige la Convención y lo que nos exige el Comité es que cuando se tome la decisión
se consideren los efectos al corto medio y largo plazo de las medidas relacionadas con el desarrollo del niño a
lo largo del tiempo de tal manera que la propia sentencia permita al momento de qu e es emitida el poder ser
revisada en el futuro.

Párrafo 32 Observación General

3. "El interés superior del niño"

32. El concepto de interés superior del niño es complejo, y su contenido debe determinarse caso por caso. El legislador, el juez o
la autoridad administrativa, social o educativa podrá aclarar ese concepto y ponerlo en práctica de manera concreta mediante la
interpretación y aplicación del artículo 3, párrafo 1, teniendo presentes las demás disposiciones de la Convención. Por consiguiente, el
concepto de interés superior del niño es flexible y adaptable. Debe ajustarse y definirse de forma individual, con arreglo a la situación
concreta del niño o los niños afectados y teniendo en cuenta el contexto, la situación y las necesidades personales. En lo que respecta a
las decisiones particulares, se debe evaluar y determinar el interés superior del niño en función de las circunstancias específicas de cada
niño en concreto. En cuanto a las decisiones colectivas (como las que toma el legislador), se debe evaluar y determinar el interés superior
del niño en general atendiendo a las circunstancias del grupo concreto o los niños en general. En ambos casos, la evaluación y la
determinación deben llevarse a cabo respetando plenamente los derechos que figuran en la Convención y sus Protocolos facultativos

Señala que el concepto del interés superior del niño es complejo y que su contenido debe determinarse caso
por caso.

“El legislador, el juez o la autoridad administrativa social o educativa podrá aclarar ese concepto y ponerlo en
práctica de manera concreta mediante la interpretación y aplicación del artículo 3 párrafo 1, teniendo presentes
las demás disposiciones de la Convención.”

El Comité insiste en que la consideración primordial del interés superior del niño es una obligación de todos,
tanto de las autoridades como de la sociedad la comunidad y la familia.
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Para darle contenido al interés superior del niño caso por caso cuando se evalúa o se cumple con la obligación
de evaluar y determinar el interés superior del niño como parte de este concepto de norma del procedimiento.

A partir del párrafo 46 de esta observación general el Comité de los Derechos del Niño se explica cómo se debe
evaluar y determinar el interés superior del niño para tomar una decisión sobre una medida concreta se deberán
seguir los pasos que describe.

Aplicación: la evaluación y determinación del interés superior del niño

Párrafo 46. Como ya se ha señalado, el "interés superior del niño" es un derecho, un principio y
una norma de procedimiento basados en una evaluación de todos los elementos del interés de uno
o varios niños en una situación concreta. Al evaluar y determinar el interés superior del niño para
tomar una decisión sobre una medida concreta, se deberían seguir los pasos que figuran a
continuación:

a) En primer lugar, determinar cuáles son los elementos pertinentes, en el contexto de los
hechos concretos del caso, para evaluar el interés superior del niño, dotarlos de un contenido
concreto y ponderar su importancia en relación con los demás;

b) En segundo lugar, para ello, seguir un procedimiento que vele por las garantías jurídicas y
la aplicación adecuada del derecho.

Párrafo 47. La evaluación y la determinación del interés superior del niño son dos pasos que deben
seguirse cuando haya que tomar una decisión. La "evaluación del interés superior" consiste en
valorar y sopesar todos los elementos necesarios para tomar una decisión en una determinada
situación para un niño o un grupo de niños en concreto. Incumbe al responsable de la toma de
decisiones y su personal (a ser posible, un equipo multidisciplinario) y requiere la participación del
niño. Por "determinación del interés superior" se entiende el proceso estructurado y con garantías
estrictas concebido para determinar el interés superior del niño tomando como base la evaluación
del interés superior.

A. Evaluación y determinación del interés superior

Párrafo 48. La evaluación del interés superior del niño es una actividad singular que debe realizarse en cada
caso, teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada niño o grupo de niños o los niños en general.
Esas circunstancias se refieren a las características específicas del niño o los niños de que se trate, como la
edad, el sexo, el grado de madurez, la experiencia, la pertenencia a un grupo minoritario, la existencia de una
discapacidad física, sensorial o intelectual y el contexto social y cultural del niño o los niños, por ejemplo, la
presencia o ausencia de los padres, el hecho de que el niño viva o no con ellos, la calidad de la relación entre
el niño y su familia o sus cuidadores, el entorno en relación con la seguridad y la existencia de medios
alternativos de calidad a disposición de la familia, la familia ampliada o los cuidadores.

Esto de alguna u otra forma y describe lo que se ha llamado en la doctrina el modelo ecológico en el análisis de
los casos de niñas, niños y adolescentes , implica que las decisiones que se tomen en los casos que los
involucren, aunque se tenga que tomar una decisión que les afecte se debe considerar su circunstancia como
un eje central de la toma de la decisión, sin que la decisión implique que se haga lo que el niño quiere siempre,
implica que se tome en cuenta la opinión del niño y que de manera central que a partir de ahí se valore su
circunstancia personal, con todas las características personales del niño, se valore su entorno familiar con todas
las características del entorno familiar del niño, se valore su circunstancia comunitaria del lugar en donde se
encuentra el niño, se valore su contexto social y cultural del niño en todos los ámbitos o aspectos de vida o de
desarrollo de la vida del niño, porque sólo así se puede determinar evaluar y determinar su interés superior.
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Párrafo 49. La determinación del interés superior del niño debe comenzar con una evaluación de las
circunstancias específicas que hacen que el niño sea único. Ello conlleva la utilización de algunos elementos y
no de otros, e influye también en la manera en que se ponderarán entre sí. Para los niños en general, la
evaluación del interés superior abarca los mismos elementos.

Es decir, no se puede partir de la generalidad para tomar la decisión, se tiene que partir de la especificidad que
representa cada niño, qué factores son y los que nos hacen una lista enunciativa más no limitativa pero si es
una lista básica porque si bien es cierto no es limitativa y es enunciativa también es cierto que estos elementos
son básicos para que se pueda estimar que se ha considerado al interés superior de manera primordial.

Párrafo 50. El Comité considera provechoso elaborar una lista de elementos no exhaustiva ni jerárquica que
podrían formar parte de la evaluación del interés superior del niño que lleve a cabo cualquier responsable de la
toma de decisiones que tenga ante sí ese cometido. El carácter no exhaustivo de los elementos de la lista
significa que es posible no limitarse a ellos y tomar en consideración otros factores pertinentes en las
circunstancias específicas de cada niño o grupo de niños concreto. Todos los elementos de la lista deben ser
tenidos en cuenta y ponderados con arreglo a cada situación. La lista debe ofrecer orientaciones concretas y al
mismo tiempo, ser flexible.

Elementos que deben tenerse en cuenta al evaluar el interés superior del niño
a) La opinión del niño d) Cuidado, protección y seguridad del niño
Expresar su opinión en todas las decisiones que le Obligación del Estado de asegurar al niño la protección
afectan y el cuidado que sean necesarios para su bienestar
b) La identidad del niño e) Situación de vulnerabilidad
La identidad del niño abarca características como el Las autoridades y los responsables de la toma de
sexo, la orientación sexual, el origen nacional, la decisiones deben tener en cuenta los diferentes tipos y
religión y las creencias, la identidad cultural y la grados de vulnerabilidad de cada niño, ya que cada niño
personalidad es único y cada situación debe evaluarse de acuerdo con
su condición única.
c) La preservación del entorno familiar y f) El derecho del niño a la salud
mantenimiento de las relaciones
Es indispensable llevar a cabo una evaluación y Si hay más de una posibilidad para tratar una
determinación del interés superior del niño en el enfermedad o si el resultado de un tratamiento es
contexto de una posible separación del niño y sus incierto, se deben sopesar las ventajas de todos los
padres. tratamientos posibles frente a todos los posibles riesgos
y efectos secundarios
f) El derecho del niño a la educación. Educación Gratuita.
A fin de promover la educación o una educación de
mejor calidad, para más niños, los Estados partes deben
tener docentes y otros profesionales de diferentes
entornos relacionados con la educación que estén
perfectamente capacitados, así como un entorno
propicio para los niños y métodos de enseñanza y de
aprendizaje apropiados
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

1. Elementos que deben tenerse en cuenta al evaluar el interés superior del niño

Párrafo 52. Sobre la base de esas consideraciones preliminares, el Comité estima que los elementos que
deben tenerse en cuenta al evaluar y determinar el interés superior del niño, en la medida en que sean
pertinentes para la situación de que se trate, son los siguientes.

a) La opinión del niño

“El paradigma actual los considera sujetos plenos de derecho, no objetos”.

Párrafo 53. El artículo 12 de la Convención establece el derecho del niño a expresar su opinión en todas las
decisiones que le afectan. Si la decisión no tiene en cuenta el punto de vista del niño o no concede a su opinión
la importancia que merece de acuerdo con su edad y madurez, no respeta la posibilidad de que el niño o los
niños participen en la determinación de su interés superior.

Párrafo 54. El hecho de que el niño sea muy pequeño o se encuentre en una situación vulnerable (por
ejemplo, los niños con discapacidad, los pertenecientes a grupos minoritarios y los migrantes) no le priva del
derecho a expresar su opinión, ni reduce la importancia que debe concederse a sus opiniones al determinar el
interés superior. La adopción de medidas concretas para garantizar el ejercicio en pie de igualdad de los
derechos de los niños en ese tipo de situaciones debe someterse a una evaluación individual que dé una función
a los propios niños en el proceso de toma de decisiones y permitan introducir ajustes razonables y prestar de
apoyo, en caso necesario, para garantizar su plena participación en la evaluación de su interés superior.

Al tratarse de un derecho pueden decidir ejercer su derecho a opinar, no ejercerlo o hacerlo a través de un
representante.

b) La identidad del niño

Párrafo 55. Los niños no son un grupo homogéneo, por lo que debe tenerse en cuenta la diversidad al evaluar
su interés superior. La identidad del niño abarca características como el sexo, la orientación sexual, el origen
nacional, la religión y las creencias, la identidad cultural y la personalidad. Aunque los niños y los jóvenes
comparten las necesidades universales básicas, la expresión de esas necesidades depende de una amplia
gama de aspectos personales, físicos, sociales y culturales, incluida la evolución de sus facultades. El derecho
del niño a preservar su identidad está garantizado por la Convención (art. 8) y debe ser respetado y tenido en
cuenta al evaluar el interés superior del niño.

Párrafo 56. En cuanto a la identidad religiosa y cultural, por ejemplo, al considerar la colocación en hogares
de guarda o de acogida, se prestará particular atención a la conveniencia de que haya continuidad en la
educación del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico (art. 20, párr. 3), y el responsable de la
toma de decisiones debe tener en cuenta ese contexto específico al evaluar y determinar el interés superior del
niño. Lo mismo se aplica en los casos de adopción, separación con respecto a sus padres o divorcio de los
padres. La debida consideración del interés superior del niño entraña que los niños tengan acceso a la cultura
(y el idioma, si es posible) de su país y su familia de origen, y la oportunidad de acceder a información sobre su
familia biológica, de conformidad con la normativa jurídica y profesional del país de que se trate (véase el artículo
9, párrafo 4).
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Párrafo 57. Aunque debe tenerse en cuenta la preservación de los valores y las tradiciones religiosos y
culturales como parte de la identidad del niño, las prácticas que sean incompatibles o estén reñidas con los
derechos establecidos en la Convención no responden al interés superior del niño. La identidad cultural no
puede excusar ni justificar que los responsables de la toma de decisiones y las autoridades perpetúen
tradiciones y valores culturales que niegan al niño o los niños los derechos que les garantiza la Convención.

Otro elemento a considerar que se debe considerar al evaluar el interés superior del niño nos dice el comité es
dentro de esta identidad es la amplia gama de aspectos personales físicos sociales y culturales incluida la
evolución de sus facultades de las facultades del niño.

PRINCIPIO DE AUTONOMÍA PROGRESIVA

Los niños las niñas y los adolescentes son personas en crecimiento en desarrollo y por tanto conforme van
creciendo y madurando van obteniendo más herramientas y su desarrollo cognitivo va aumentando para tener
mayores o distintas facultades este factor de crecimiento y de reconocimiento del aumento de las facultades de
los niños se le denomina principio de autonomía progresiva que está reconocido en dos artículos de la
Convención sobre los Derechos del Niño:

Artículo 12 se establece el derecho del niño a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan
al niño teniendo debidamente en cuenta las opiniones en función de la edad y la madurez del niño.

Artículo 5 establece que los Estados deberán respetar las responsabilidades, los derechos y los deberes de los
padres, de los tutores, o de otras personas encargadas legalmente de cuidar a los niños, en consonancia con
la evolución de sus facultades se debe vigilar que en los tutores los padres o cualquier otra persona encargada
del niño le imparta esta dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en
la presente convención.

c) La preservación del entorno familiar y mantenimiento de las relaciones

Párrafo 58. El Comité recuerda que es indispensable llevar a cabo una evaluación y determinación del interés
superior del niño en el contexto de una posible separación del niño y sus padres (arts. 9, 18 y 20). También
subraya que los elementos antes mencionados son derechos concretos y no solo elementos para determinar el
interés superior del niño.

Párrafo 59. La familia es la unidad fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y el
bienestar de sus miembros, en particular de los niños (preámbulo de la Convención). El derecho del niño a la
vida familiar está protegido por la Convención (art. 16). El término "familia" debe interpretarse en un sentido
amplio que incluya a los padres biológicos, adoptivos o de acogida o, en su caso, a los miembros de la familia
ampliada o la comunidad, según establezca la costumbre local (art. 5).

Párrafo 60. Prevenir la separación familiar y preservar la unidad familiar son elementos importantes del régimen de protección del
niño, y se basan en el derecho recogido en el artículo 9, párrafo 1, que exige "que el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de estos, excepto cuando [...] tal separación es necesaria en el interés superior del niño". Asimismo, el niño que esté separado
de uno o de ambos padres tiene derecho "a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño" (art. 9, párr. 3). Ello también se aplica a cualquier persona que tenga el derecho de
custodia, los tutores legales o habituales, los padres adoptivos y las personas con las que el niño tenga una relación personal estrecha.

Párrafo 61. Dada la gravedad de los efectos en el niño de que lo separen de sus padres, dicha medida solo debería aplicarse
como último recurso, por ejemplo, cuando el niño esté en peligro de sufrir un daño inminente o cuando sea necesario por otro motivo; la
separación no debería llevarse a cabo si se puede proteger al niño de un modo que se inmiscuya menos en la familia. Antes de recurrir
a la separación, el Estado debe proporcionar apoyo a los padres para que cumplan con sus responsabilidades parentales y restablecer
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o aumentar la capacidad de la familia para cuidar del niño, a menos que la separación sea necesaria para proteger al niño. Los motivos
económicos no pueden ser una justificación para separar al niño de sus padres.

Párrafo 62. El propósito de las Directrices sobre las modalidades alternativas de cuidado de los niños es velar por que los niños
no estén en acogimiento alternativo de manera innecesaria y por qué, cuando en efecto sea necesario, el acogimiento alternativo se
haga en condiciones adecuadas que respondan a los derechos y el interés superior del niño. En particular, "[l]a pobreza económica y
material, o las condiciones imputables directa y exclusivamente a esa pobreza, no deberían constituir nunca la única justificación para
separar un niño del cuidado de sus padres [...] sino que deberían considerarse como un indicio de la necesidad de proporcionar a la
familia el apoyo apropiado" (párr. 15).

Párrafo 63. Del mismo modo, los niños no se separarán de sus padres en razón de una discapacidad del menor o de sus padres.
La separación ha de barajarse solo en los casos en que la asistencia que la familia requiere para preservar la unidad familiar no es
suficientemente eficaz para evitar el riesgo de descuido o abandono del niño o un riesgo para la seguridad del niño.

Párrafo 64. En caso de separación, el Estado debe garantizar que la situación del niño y su familia haya sido evaluada, cuando
sea posible, por un equipo multidisciplinario de profesionales perfectamente capacitados, con la colaboración judicial apropiada, de
conformidad con el artículo 9 de la Convención, a fin de asegurarse de que es la única opción que puede satisfacer el interés superior
del niño.

Párrafo 65. Cuando la separación sea necesaria, los responsables de la toma de decisiones velarán por que el niño mantenga los
lazos y la relación con sus padres y su familia (hermanos, familiares y personas con las que el niño haya tenido una relación personal
estrecha), a menos que ello contravenga el interés superior del niño. Cuando se separa a un niño de su familia, en las decisiones que
se adopten acerca de la periodicidad y la duración de las visitas y otras formas de contacto deben tenerse en cuenta la calidad de las
relaciones y la necesidad de conservarlas.

Párrafo 66. Cuando la relación del niño con sus padres se vea interrumpida por la migración (de los padres sin el niño o del niño
sin los padres), la preservación de la unidad familiar debería tenerse en cuenta al determinar el interés superior del niño en las decisiones
relativas a la reunión de la familia.

Párrafo 67. Corresponsabilidad parental. El Comité considera que las responsabilidades parentales
compartidas suelen ir en beneficio del interés superior del niño. Sin embargo, en las decisiones relativas a la
responsabilidad parental, el único criterio debe ser el interés superior del niño en particular. Es contrario al
interés superior que la ley conceda automáticamente la responsabilidad parental a uno de los progenitores o a
ambos. Al evaluar el interés superior del niño, el juez debe tener en cuenta el derecho del niño a conservar la
relación con ambos progenitores, junto con los demás elementos pertinentes para el caso.

Párrafo 68. El Comité alienta la ratificación y aplicación de los convenios de la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional
Privado, que facilitan la aplicación del interés superior del niño y prevén garantías para su aplicación en el caso de que los padres vivan
en países diferentes.

Párrafo 69. Cuando los padres u otros tutores hayan cometido un delito, se deben ofrecer y aplicar caso por caso alternativas a la
privación de libertad, teniendo plenamente en cuenta los posibles efectos que puedan tener las distintas condenas en el interés superior
del niño o los niños afectados.

Párrafo 70. La conservación del entorno familiar engloba la preservación de las relaciones del niño en un
sentido amplio. Esas relaciones abarcan a la familia ampliada, como los abuelos, los tíos y tías, los amigos, la
escuela y el entorno en general, y son particularmente importantes cuando los padres están separados y viven
en lugares diferentes.

✓ “Aquellas teorías, que critican la guardia y custodia compartida, por suponer que afecta la estabilidad de
los niños, parte de una idea general que no tiene un sustento, porque el interés superior del niño se debe
determinar caso por caso.”
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d) Cuidado, protección y seguridad del niño

Párrafo 71. Al evaluar y determinar el interés superior de un niño o de los niños en general, debe tenerse en
cuenta la obligación del Estado de asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su
bienestar (art. 3, párr. 2). Los términos "protección" y "cuidado" también deben interpretarse en un sentido
amplio, ya que su objetivo no se expresa con una fórmula limitada o negativa (por ejemplo, "para proteger al
niño de daños"), sino en relación con el ideal amplio de garantizar el "bienestar" y el desarrollo del niño. El
bienestar del niño, en un sentido amplio, abarca sus necesidades materiales, físicas, educativas y emocionales
básicas, así como su necesidad de afecto y seguridad.

✓ “Es una protección no de daños, sino una protección de derechos ”

Párrafo 72. El cuidado emocional es una necesidad básica de los niños; si los padres o tutores no satisfacen
las necesidades emocionales del niño, se deben tomar medidas para que el niño cree lazos afectivos seguros.
Los niños necesitan establecer un vínculo con los cuidadores a una edad muy temprana, y ese vínculo, si es
adecuado, debe mantenerse a lo largo de los años para ofrecer al niño un entorno estable.

“Es acorde a la obligación que la Convención establece al estado de dar asistencia a los pares para que cumplan
la obligación de crianza que tienen en común ”

Párrafo 73. La evaluación del interés superior del niño también debe tener en cuenta su seguridad, es decir,
el derecho del niño a la protección contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental (art. 19), el acoso
sexual, la presión ejercida por compañeros, la intimidación y los tratos degradantes, así como contra la
explotación sexual y económica y otras formas de explotación, los estupefacientes, la explotación laboral, los
conflictos armados, etc. (arts. 32 a 39).

Párrafo 74. Aplicar el enfoque del interés superior del niño en el proceso de toma de decisiones entraña
evaluar la seguridad y la integridad del niño en ese preciso momento; sin embargo, el principio de precaución
exige valorar también la posibilidad de riesgos y daños futuros y otras consecuencias de la decisión en la
seguridad del niño.

e) Situación de vulnerabilidad

Párrafo 75. Un elemento importante que debe tenerse en cuenta son las situaciones de vulnerabilidad del
niño, como tener alguna discapacidad, pertenecer a un grupo minoritario, ser refugiado o solicitante de asilo,
ser víctima de malos tratos, vivir en la calle, etc. El objetivo de la determinación del interés superior de un niño
o de los niños en situación de vulnerabilidad no debe referirse solo al pleno disfrute de todos los derechos
consagrados en la Convención, sino también en otras normas de derechos humanos relacionadas con esas
situaciones específicas, como los contemplados en la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad y la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, entre otros instrumentos.

Párrafo 76. El interés superior de un niño en una situación concreta de vulnerabilidad no será el mismo que
el de todos los niños en la misma situación de vulnerabilidad. Las autoridades y los responsables de la toma de
decisiones deben tener en cuenta los diferentes tipos y grados de vulnerabilidad de cada niño, ya que cada niño
es único y cada situación debe evaluarse de acuerdo con su condición única. Debe realizarse una evaluación
individualizada del historial de cada niño desde su nacimiento, con revisiones periódicas a cargo de un equipo
multidisciplinario y los ajustes razonables que se recomienden durante todo el proceso de desarrollo del niño.
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f) El derecho del niño a la salud

Párrafo 77. El derecho del niño a la salud (art. 24) y su estado de salud son fundamentales para evaluar el
interés superior del niño. Sin embargo, si hay más de una posibilidad para tratar una enfermedad o si el resultado
de un tratamiento es incierto, se deben sopesar las ventajas de todos los tratamientos posibles frente a todos
los posibles riesgos y efectos secundarios, y también debe tenerse en cuenta debidamente la opinión del niño
en función de su edad y madurez. En este sentido, se debe proporcionar al niño información adecuada y
apropiada para que entienda la situación y todos los aspectos pertinentes en relación con sus intereses, y
permitirle, cuando sea posible, dar su consentimiento fundamentado.

Párrafo 78. Por ejemplo, en relación con la salud de los adolescentes, el Comité ha señalado que los Estados
partes tienen la obligación de asegurar que todos los adolescentes, tanto dentro como fuera de la escuela,
tengan acceso a información adecuada que sea esencial para su salud y desarrollo a fin de que puedan elegir
comportamientos de salud adecuados. Ello debe abarcar información sobre el uso y abuso del tabaco, el alcohol
y otras sustancias, las dietas, la salud sexual y reproductiva, los peligros de un embarazo precoz y la prevención
del VIH/SIDA y las enfermedades de transmisión sexual. Los adolescentes con trastornos psicosociales tienen
derecho a ser tratados y atendidos en la comunidad en la que viven, en la medida posible. Cuando se requiera
hospitalización o internamiento en un centro, deberá evaluarse el interés superior del niño antes de tomar una
decisión y su opinión habrá de respetarse; las mismas consideraciones son válidas para los niños más
pequeños. La salud del niño y las posibilidades de tratamiento también pueden formar parte de una evaluación
y determinación de su interés superior con respecto a otros tipos de decisiones importantes (por ejemplo, la
concesión de un permiso de residencia por razones humanitarias).

g) El derecho del niño a la educación

Párrafo 79. El acceso a una educación gratuita de calidad, incluida la educación en la primera infancia, la
educación no académica o extraacadémica y las actividades conexas, redunda en el interés superior del niño.
Todas las decisiones sobre las medidas e iniciativas relacionadas con un niño en particular o un grupo de niños
deben respetar su interés superior con respecto a la educación. A fin de promover la educación o una educación
de mejor calidad, para más niños, los Estados partes deben tener docentes y otros profesionales de diferentes
entornos relacionados con la educación que estén perfectamente capacitados, así como un entorno propicio
para los niños y métodos de enseñanza y de aprendizaje apropiados, teniendo en cuenta que la educación no
es solo una inversión de cara al futuro, sino también una oportunidad de esparcimiento, promoción del respeto
y la participación y el cumplimiento de las ambiciones. Satisfacer esa necesidad y fomentar las
responsabilidades del niño para superar las limitaciones que pueda acarrearle cualquier situación de
vulnerabilidad, responderá su interés superior.

El Comité define los derechos anteriores, como concepto de norma de procedimiento, en las Sentencias
emitidas, se debe analizar si los jueces han tomado cada uno de estos elementos para proteger el interés
superior.
Se debe de considerar los efetos positivos y negativos de cada decisión, si se parte de la opinión del
niño, para ejercer su derecho de participación, si se le esta dando la oportunidad a emitir una opinión
informada para que pueda participar en la determinación de su interés superior o solo se hace entrevista
sobre ciertos factores o circunstancias que el juez estima importantes para la toma de su decisión a
partir de lo que él considera lo mejor para el niño.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Registro digital: 2007981 Instancia: Primera Sala Décima Época Materia(s): Constitucional Tesis: 1a. CDV/2014
(10a.) Libro 12, noviembre de 2014, Tomo I, página 714. Tipo: Aislada

DERECHOS HUMANOS. SU CONTENIDO NO SE LIMITA AL TEXTO EXPRESO DE LA NORMA QUE LO


PREVÉ, SINO QUE SE EXTIENDE A LA INTERPRETACIÓN QUE LOS ÓRGANOS AUTORIZADOS HAGAN
AL RESPECTO.

La interpretación del contenido de los derechos humanos debe ir a la par de la evolución de los tiempos y las
condiciones actuales de vida, pues los textos que reconocen dichos derechos son "instrumentos permanentes"
a decir de esta Suprema Corte de Justicia, o "instrumentos vivos" de acuerdo con la jurisprudencia
interamericana. Dicho de otra manera, el contenido de los derechos humanos no se limita al texto expreso de
la norma donde se reconoce dicho derecho, sino que se va robusteciendo con la interpretación evolutiva o
progresiva que hagan tanto los tribunales constitucionales nacionales, como intérpretes últimos de sus normas
fundamentales, así como con la interpretación que hagan los organismos internacionales, intérpretes
autorizados en relación con tratados específicos, en una relación dialéctica.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Módulo X. Interés superior de niñas, niños y adolescentes. Sesión II. Doctor Fernando José Oropesa Romero

Registro digital: 2010602 Instancia: Primera Sala Décima Época Materia(s): Constitucional Tesis: 1a.
CCCLXXIX/2015 (10a.) Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I , página 256 Tipo: Aislada

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. DIMENSIONES EN QUE SE PROYECTA LA APLICACIÓN DE ESTE


PRINCIPIO.

De la jurisprudencia 1a./J. 44/2014 (10a.), de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
de título y subtítulo: "INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN COMO CONCEPTO
JURÍDICO INDETERMINADO Y CRITERIOS PARA SU APLICACIÓN A CASOS CONCRETOS." (1), deriva
que el interés superior del menor es un principio vinculante dentro de nuestro ordenamiento jurídico, cuya
aplicación se proyecta en tres dimensiones: a) como derecho sustantivo, en cuanto a que el interés referido sea
consideración primordial y se tenga en cuenta al sopesar distintos intereses respecto a una cuestión debatida;
b) como principio jurídico interpretativo fundamental, en el sentido de que si una norma jurídica admite más de
una interpretación, se elegirá la que satisfaga de forma más efectiva sus derechos y libertades, a la luz del
interés superior del menor; y, c) como norma de procedimiento, conforme a la cual, siempre que se tome una
decisión que afecte los intereses de uno o más menores de edad, deberá incluirse en el proceso de decisión,
una estimación de las posibles repercusiones en ellos. Asimismo, la justificación de la medida adoptada deberá
dejar patente que se consideró el interés superior del menor en el análisis de las diversas alternativas posibles.

Registro digital: 159897 Instancia: Primera Sala Décima Época Materia(s): Constitucional, Civil Tesis: 1a./J.
25/2012 (9a.) Libro XV, diciembre de 2012, Tomo 1, página 334 Tipo: Jurisprudencia

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONCEPTO.

En términos de los artículos 4o., párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
3 de la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por México y publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 25 de enero de 1991; y 3, 4, 6 y 7 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños
y Adolescentes, los tribunales, en todas las medidas que tomen relacionadas con los menores, deben atender
primordialmente al interés superior del niño; concepto que interpretó la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (cuya competencia contenciosa aceptó el Estado Mexicano el 16 de diciembre de 1998) de la
siguiente manera: "la expresión ‘interés superior del niño’ ... implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno
de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación
de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño".

CASO TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA. TESTIGOS DE JEHOVÁ.


A.R. 1049/2017
En este asunto la madre de una niña con leucemia reclama que el Estado asumiera la
tutela sobre su hija para autorizar que se le apliquen transfusiones sanguíneas, a pesar
de que profesan la religión de Testigos de Jehová. La madre demanda que en el futuro se respete su consentimiento y que
el tratamiento excluya esta medida. La cuestión a determinar es si fue constitucional la decisión del Estado de asumir la
tutela en razón de que la madre se negó a las transfusiones sanguíneas indicadas a la menor cuando ésta ingresó a
urgencias, y si el tratamiento subsecuente debe excluir las transfusiones. La Primera Sala concluye que en contextos
médicos la salud de la menor es la máxima consideración, por lo que revoca la sentencia recurrida, confirma la actuación
de las autoridades y decide que la menor tiene derecho a recibir el tratamiento que tenga mayores probabilidades de
recuperar su salud y salvar su vida.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Antecedentes

Los miembros de la familia pertenecen a la etnia rarámuri y son Testigos de Jehová. En los primeros días del
mes de abril de 2017 [Clara] presentó signos de varicela, por lo que su madre la llevó a consulta médica. El 19
de abril, [Clara] fue examinada. El médico tratante informó a [Luisa] que [Clara] probablemente padecía
leucemia linfoblástica aguda, de modo que era urgente que acudiera al Hospital Infantil de Especialidades del
Estado de Chihuahua. [Clara] fue atendida en el área de urgencias aproximadamente a las 14:00 horas de ese
mismo día. Los médicos explicaron a la madre las implicaciones en la salud de la niña a raíz del probable
diagnóstico. Dos horas después, la hematóloga ***** llevó a cabo una evaluación del estado de salud de
[Clara]. La doctora concluyó que la niña presentaba muy probablemente un cuadro infeccioso viral, por lo cual
solicitó el pase de la menor a terapia intermedia, el inicio de tratamientos antivirales, antibióticos y
hemoderivados (productos derivados de la sangre). Posteriormente, la hematóloga ***** informó a los padres
de la gravedad en el estado de salud de [Clara], así como del tratamiento médico que consideraba idóneo,
incluyendo la realización de transfusiones sanguíneas. Sin embargo, los progenitores expresaron que era su
deseo buscar una medida alternativa a la transfusión de sangre dado que profesaban como familia la religión
de los Testigos de Jehová. La trabajadora social del hospital infantil consideró que debía ponerse a la menor a
disposición de la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes del Distrito Judicial
Morelos, Chihuahua, debido a la gravedad en el estado de salud de [Clara], la necesidad de llevar a cabo el
tratamiento de transfusión sanguínea y la oposición de los padres a dicho tratamiento 5 Minutos más tarde, el
doctor ***** informó de la situación a la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y
Adolescentes del Distrito Judicial Morelos.

Intervención de la Subprocuraduría
En respuesta, la Subprocuradora de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes del Distrito Judicial Morelos se
entrevistó de inmediato con los padres con la finalidad de que aceptaran el tratamiento propuesto. Sin embargo, [Luisa] y
[Manuel] continuaron negándose a que [Clara] fuera sometida específicamente el tratamiento que incluyera derivados de
la sangre, solicitando una medida alternativa.7

Ante tal escenario, la titular de la Subprocuraduría decidió iniciar el procedimiento administrativo de protección de menores
con base en tres factores:

i. el diagnóstico de posible leucemia linfoblástica aguda,


ii. la inmediata necesidad de que [Clara] recibiera transfusiones sanguíneas para salvar su vida a juicio
de los especialistas y
iii. la negativa de sus padres a que se realice dicho tratamiento. La Subprocuraduría ordenó que la
tutela de la menor estuviera provisionalmente a su favor, con el fin de autorizar los tratamientos
médicos que fueran necesarios para salvar la vida de la niña.8

Para el día séptimo —25 de abril de 2017— aproximadamente a las 15:30 horas, la doctora ***** intervino quirúrgicamente
a [Clara] con el consentimiento de la Subprocuraduría. La doctora realizó un aspirado y una toma de medula ósea con el
objetivo de confirmar el diagnóstico: leucemia linfoblástica aguda. Este día también se efectuó una transfusión de
concentrado plaquetario.

En el día quince —3 de mayo de 2017— fueron emitidos los resultados del análisis de las muestras de médula ósea, los
cuales confirmaron que [Clara] padecía leucemia linfoblástica aguda. En este contexto, la hematóloga *****, la trabajadora
social del hospital y la Subprocuradora se reunieron con los padres de [Clara] para informarles que el tratamiento que
requería la niña era quimioterapia, indicándoles que las consecuencias del tratamiento, entre otras, implicaba la posibilidad
de continuar requiriendo transfusiones sanguíneas.

Ante esta situación, [Luisa] y [Manuel] indicaron que necesitaban una segunda opinión médica respecto del tratamiento
idóneo para su hija. La doctora ***** replicó que era urgente iniciar con los ciclos de quimioterapia, pero que accedía a
entrevistarse con otro médico con una especialidad igual a la de ella.

Con todo, ante la negativa de los padres de iniciar el tratamiento propuesto, la Subprocuradora de Protección Auxiliar de
Niñas, Niños y Adolescentes del Distrito Judicial de Morelos, autorizo el inicio de quimioterapias debido a la premura de
combatir la enfermedad cuanto antes.

Inconforme, la madre de la menor, por su propio derecho y en representación de su menor hija, promovió juicio de amparo
indirecto en contra de la determinación de la Subprocuraduría de iniciar el procedimiento administrativo y asumir la tutela
sobre su hija, a fin de autorizar los procedimientos que fueran necesarios en el curso del tratamiento médico para recuperar
su salud.

La quejosa argumentó, en esencia, que la Subprocuraduría había desplazado injustificadamente su derecho a tomar
decisiones sobre su hija, dado que no existía indicio alguno de conductas negativas por parte de los padres hacia la menor,
20

DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

pues en todo momento actuaron con diligencia y cuidado en sus responsabilidades, además de que no se protegió la
decisión de los padres como parte de sus creencias religiosas, hasta en tanto se tuviera la certeza de la inexistencia de un
tratamiento alternativo o bien una segunda opinión médica.

Del asunto le correspondió conocer a un Juzgado de Distrito, el cual concedió la suspensión definitiva para el efecto de que
la Subprocuraduría no tomara alguna decisión relacionada con el tratamiento de la niña y para que las autoridades del
hospital infantil le brindaran a la madre de forma detallada los beneficios y complicaciones de los tratamientos alternativos.

En cumplimiento, la Subprocuraduría informó a los padres de la menor que se abstendría de tomar cualquier decisión
relacionada con la salud de la niña y precisó que el procedimiento administrativo de protección seguiría su curso, pero que
no se resolvería hasta en tanto concluyera el juicio de amparo.

De esta manera, el Juez de Distrito dictó sentencia el 30 de junio de 2017, en la que determinó, por una parte, sobreseer
en el juicio, y por la otra, conceder el amparo a la parte quejosa, ello al estimar que las circunstancias fueron insuficientes
para considerar que los padres de la menor hubieran sido negligentes en el cuidado de su hija, además de que nunca se les
presentó algún tratamiento alternativo al propuesto, de modo tal que la Subprocuraduría inició el procedimiento
administrativo de protección de manera ilegal, sin una investigación previa que acreditara que la menor estuviera en una
situación de desamparo, por lo que su determinación estuvo basada en prácticas discriminatorias hacia la quejosa en razón
de sus creencias religiosas.

En ese sentido, el Juzgado de Distrito señaló que, en lo subsecuente, debería respetarse la voluntad de los padres de
implementar tratamientos alternativos, y únicamente en caso de ser urgente o necesario, esto es, si los tratamientos
alternativos fallaran y como último recurso, entonces podrían implementarse transfusiones sanguíneas.

En desacuerdo con la sentencia, la parte quejosa, la Subprocuraduría, el representante especial de los menores y el
Ministerio Público adscrito al Juzgado de Distrito en cuestión, interpusieron recursos de revisión, los cuales fueron del
conocimiento de un Tribunal Colegiado de Circuito, quien determinó que carecía de competencia para conocer del asunto,
dado que involucraba un problema de carácter excepcional, centrado en torno a la libertad religiosa y al derecho de los
padres a tomar decisiones médicas respecto de sus hijos en aquellos casos en los que se requieran transfusiones sanguíneas
de manera urgente.

El Tribunal Colegiado precisó que el asunto implicaba definir cómo deben de actuar las instituciones públicas hospitalarias
y las procuradurías de protección de menores ante estas situaciones, aspectos respecto de los cuales no existe
jurisprudencia, por lo que remitió el expediente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Una vez en este Alto Tribunal, el asunto fue turnado a la ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para la
elaboración del proyecto de resolución, el cual fue discutido y aprobado por los integrantes de la Primera Sala en la
sesión del 15 de agosto de 2018.

De esta manera, como parte de las consideraciones y fundamentos plasmados en la resolución, la Primera Sala señaló
que la pregunta que debía plantearse es si resultaba constitucional esta intervención del Estado en la autonomía
familiar, para lo cual era necesario determinar en qué condiciones es constitucional que el Estado asuma la facultad
de decidir sobre la salud de un menor en sustitución de sus padres.

I. Contenido de los derechos e intereses involucrados

La Primera Sala refirió que debía determinarse si el Estado puede intervenir en una relación familiar con el fin de que
se aplique a un menor de edad un tratamiento médico que sus padres objetan por motivos religiosos y pretenden
sustituir por un tratamiento alternativo, de modo tal que cobraba relevancia la privacidad de las relaciones familiares,
un área de protección constitucional en la cual los padres pueden decidir libremente la educación religiosa que
impartirán a sus hijos y pueden tomar decisiones médicas por ellos.

1. El derecho a la vida privada familiar

La Sala indicó que la familia es un núcleo social de gran importancia en una comunidad, dado que los lazos familiares
son fundamentales para que los individuos se desarrollen, además de que la familia brinda identidad a la persona,
facilita su integración social y le confiere continuidad histórica. En ese sentido, se dijo que el derecho a la vida privada
y familiar se constituye como una garantía frente al Estado y a terceros con la finalidad de que no puedan intervenir
de manera injustificada en las decisiones que sólo corresponden al núcleo familiar, destacando que entre esas
facultades se encuentra el derecho de los padres a tomar todas las decisiones relacionadas con sus hijos.

Así, se resaltó que la protección que merece la familia frente a intrusiones del Estado, descansa sobre la premisa de que
son los padres los más aptos para tomar decisiones sobre sus hijos, de modo que existe un amplio espectro de decisiones
que los padres toman autónomamente respecto a sus hijos y que se encuentra protegido por el derecho a la privacidad
familiar.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Se explicó que, en este caso, la decisión de los padres de oponerse a las transfusiones sanguíneas comprende un ejercicio
de autonomía en su carácter de representantes de la niña, que además descansa en una justificación especial como lo es la
libertad religiosa, por lo que resultaba importante estudiar la protección con la que cuentan ambas prerrogativas.

a. Derecho de los padres a formar a sus hijos de acuerdo con sus creencias religiosas

La Primera Sala refirió que la libertad religiosa es un derecho fundamental que garantiza la posibilidad real de que cualquier
persona pueda practicar sin restricciones su religión, tanto de manera individual como asociado con otras personas, ello sin
que pueda establecerse discriminación o un trato jurídico diverso en razón de las creencias, así como permite la igualdad
en el disfrute de la libertad de religión a cada uno de los ciudadanos.

No obstante, se indicó que, como cualquier otro derecho, la libertad religiosa no es absoluta, toda vez que está sometida a
ciertos límites que la Constitución le impone: el imperio del orden jurídico, los derechos de los demás, la prevalencia del
interés público y los propios derechos fundamentales de la persona frente a un ejercicio abusivo de los mismos.

Por otro lado, se sostuvo que, en la privacidad de las relaciones familiares, la libertad religiosa se expresa a través de las
creencias que los padres desean inculcar a sus hijos, por lo que constituye un derecho de los padres el formar a sus hijos
en la religión que prefieran. –

En razón de lo anterior, la Sala estimó que los padres tienen derecho a expresar sus creencias religiosas y morales, siendo
así que, de esta libertad en relación con el derecho a la vida privada y familiar, se deriva el derecho a educar a sus hijos en
la fe que profesen, destacando que esta facultad implica el derecho a tomar decisiones sobre los hijos con base en sus
creencias.

b. Derecho de los padres a tomar decisiones médicas por sus hijos

Se dijo que otra de las decisiones que forma parte del espectro de elecciones autónomas que toman los padres bajo el
amparo de la privacidad familiar, radica en la libertad de tomar decisiones médicas por sus hijos, pues son los padres
quienes, en principio, protegen de mejor manera los intereses de sus hijos, toda vez que en razón de los lazos de amor y
convivencia son ellos quienes procuran en mayor medida la satisfacción de los derechos a la salud y vida de los niños.

En ese orden, la Primera Sala señaló que los padres deben velar en todo momento por el bienestar de sus hijos, por lo que
tiene que existir una correspondencia entre la decisión médica que asuman y las medidas terapéuticas que mejor permitan
al menor mantener su integridad y recuperar su salud, dado que su deber es proteger el interés superior del niño,
asignándole un valor fundamental y prevalente en cualquier decisión que tomen.

c. Autonomía progresiva de los menores de edad

En este apartado, la Sala hizo notar que el derecho de los padres a tomar decisiones por sus hijos va desapareciendo
mientras el menor avanza en su desarrollo y autonomía, ya que hasta en tanto los menores resulten capaces de formar sus
propios valores, los de los padres son atribuidos a la unidad familiar y se presume que los padres hablan en este sentido
por sus hijos, esto es, una vez que los menores han alcanzado cierto grado de madurez, ellos mismos pueden decidir qué
religión profesar y qué decisiones tomar.

En esa tesitura, se dijo que en algunos casos el propio menor puede tomar decisiones médicas, sin embargo, el hecho de
que pueda ejercer por sí mismo su libertad religiosa y el derecho al consentimiento informado, depende de una evaluación
cuidadosa de su nivel de desarrollo y del balance de los intereses en cuestión.

Bajo ese contexto, la Primera Sala señaló que, atendiendo al interés superior de la niñez, el menor podrá decidir qué
tratamientos o intervenciones médicas recibir, siempre y cuando ello no afecte derechos de mayor entidad que su propia
autonomía, en tanto la misma todavía se encuentra en formación, por lo que en caso de que la decisión del menor pueda
poner en riesgo su salud, o incluso su vida, deberá optarse por la alternativa que procure en mayor grado su recuperación.

Aquí la Corte, no esta considerando la opinión de los niños.

II. El interés superior del menor como límite a los derechos parentales

La Primera Sala refirió que el interés superior del niño debe ser el eje rector de quienes toman las decisiones en nombre de
los menores, siendo así que el ejercicio de la vida privada y familiar debe tener como objetivo procurar la mayor satisfacción
de los derechos de los niños, por lo que los derechos de los padres deben ser ejercidos de acuerdo con el interés de los
hijos.

Se explicó que el interés superior del menor debe prevalecer tratándose de decisiones que son críticas para el futuro o
bienestar de un menor, como aquellas relacionadas con su derecho a la salud y a la vida, por lo que el derecho de los padres
a tomar tales decisiones sin interferencias encuentra su límite en la salud y la vida del menor.

De esta forma, se indicó que las decisiones médicas de los padres sobre sus hijos, aunque inicialmente están protegidas por
un campo de autonomía, no pueden ser sostenidas si colocan en riesgo la salud del menor, incluso cuando ello no sea la
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

intención de los padres, ya que la Constitución obliga al Estado a velar por que no se vulneren los derechos de los niños,
por lo que en estos casos está justificada la intervención en la autonomía familiar con el objeto de impedir una afectación
a la integridad del menor.

Así, la Primera Sala resaltó que los derechos de los padres a decidir sobre sus hijos tienen como límite la
afectación al derecho a la vida de los niños, de modo que ninguna decisión puede encontrar fundamento si con ella
se pone en riesgo la supervivencia del menor.

III. La intervención del Estado en la autonomía familiar frente a un riesgo a la vida

La Sala señaló que, si bien los padres son libres de formar a sus hijos en la religión que elijan conforme a sus convicciones,
y son quienes están legitimados para autorizar decisiones médicas sobre ellos, lo cierto es que el ejercicio de esta libertad
no debe poner en riesgo la vida de un niño, para lo cual el Estado puede interferir válidamente en la autonomía parental a
efecto de tomar decisiones por los padres cuando sus elecciones coloquen en riesgo la vida de sus hijos.

De esta manera, la Primera Sala consideró que la puesta en riesgo de la vida de un niño se actualiza cuando los padres,
privilegiando sus creencias religiosas, se rehúsan a seguir el tratamiento médico idóneo para salvar la vida de su hijo menor
de edad.

En ese sentido, se destacó que el principio de interés superior del menor establece que siempre deberá optarse por el
tratamiento que cuente con mayor probabilidad de salvar la vida de un niño, impidiendo que se le aplique un tratamiento
que sea claramente inferior al tratamiento idóneo, ello de acuerdo con la lex artis médica.

La Primera Sala explicó que se entiende que el tratamiento médico idóneo para salvar la vida es aquél que ya ha sido
acreditado por la comunidad médica como el procedimiento más efectivo para tratar determinada condición letal, siendo
así que se trata de una intervención médica que no presenta una disputa científica sustancial sobre su eficacia y
confiabilidad. –

No obstante, lo anterior, la Sala precisó que la autonomía familiar es un principio con plena vigencia en las
relaciones familiares, de modo que no debe ser desplazado sin mayor justificación. Se dijo que la sustitución de los
padres en la toma de decisiones médicas ciertamente es una intervención notable en la autonomía familiar, por lo
que el Estado deberá ejercerla de manera delimitada.

IV. Desarrollo de la intervención del Estado en la autonomía familiar

De acuerdo con lo anterior, la Primera Sala señaló que el Estado puede actuar para proteger a un menor si, con base en sus
creencias religiosas, los padres se oponen a que se aplique al menor el tratamiento idóneo para salvar su vida, sin embargo,
precisó que ello no autoriza al Estado a desplazar por completo los derechos parentales.

Esto es, se indicó que la intervención estatal en un contexto médico está gobernada por lineamientos encaminados a
preservar el interés superior del menor sin afectar los derechos de los padres.

De esta forma, la Sala señaló que, en primer lugar, debían explicarse cuáles son los parámetros que están llamados a
observar los médicos si detectan que determinada decisión parental coloca en riesgo la vida de un menor.

Primero. Se dijo que inicialmente, cuando la madre o el padre de un menor lo presentan ante una institución sanitaria para
recibir los servicios de salud, los médicos deben efectuar un diagnóstico y en la medida de lo posible recomendar uno o
varios tratamientos a seguir.

Se indicó que, de acuerdo con el derecho al consentimiento informado, los padres son quienes deben considerar las
intervenciones propuestas por los médicos y otorgar el consentimiento en representación de su menor hijo a fin de que se
realicen los procedimientos respectivos, para lo cual es importante que el personal sanitario informe debidamente a los
padres sobre los tratamientos médicos que recibirá el menor, pues son ellos quienes en principio tomarán una decisión.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

De manera similar, se explicó que los padres tienen derecho a conocer las alternativas médicas disponibles para tratar
a sus hijos, por lo que, de permitirlo la situación médica del menor, el personal sanitario las debe exponer
detalladamente, intentando que aquéllos comprendan cabalmente sus alcances.

En segundo lugar, la Sala señaló que, si los médicos advierten un riesgo para la vida del menor, tienen la obligación
de hacerlo del conocimiento a las autoridades de protección de menores.

De este modo, se resaltó que una vez que los médicos han recibido una negativa definitiva de los padres, y si
consideran que el retraso en la toma de decisiones puede afectar la integridad o salud del menor, están obligados a
informar a la agencia estatal de protección de menores para que ésta evalúe la necesidad de intervenir de inmediato
a efecto de examinar el caso y autorizar el tratamiento.

En tercer lugar, la Sala refirió que las entidades públicas deben respetar ciertos lineamientos al intervenir en la
autonomía familiar y decidir si asumen la protección provisional del menor. Se hizo notar que ante un imposible o
inadecuado ejercicio de los deberes de protección del menor que las leyes ponen a cargo de los padres o tutores, el
principio del interés superior del menor exige que los poderes públicos intervengan a fin de corregir una situación de
riesgo o desamparo en la que se encuentre un menor de edad, de forma tal que el Estado proteja provisionalmente
los derechos de los menores a través de la institución pública de la tutela.

Así, se dijo que, respecto a la regulación de la tutela, tanto a nivel federal como en diversos ordenamientos locales,
no existe un procedimiento específico para que las instancias públicas intervengan en el contexto médico con objeto
de proteger a un menor, sin embargo, se advirtió que se ha diseñado un procedimiento genérico a fin de que las
entidades públicas ejerzan una tutela provisional o transitoria cuando adviertan que las niñas y niños se encuentran
en alguna situación de riesgo.

V. Aplicación del estándar al caso concreto

Bajo ese contexto, la Primera Sala destacó que, a la luz del parámetro constitucional establecido, debía examinarse, en
primer lugar, si fue correcta la intervención efectuada por la Subprocuraduría en la autonomía familiar de la quejosa y las
decisiones que se han implementado a partir de ella, mientras que, en segundo lugar, debía analizarse si la determinación
de que el tratamiento subsecuente respete la voluntad de los padres salvo en casos de urgencia o necesidad, como un
“último recurso”, es conforme al derecho a la vida de la menor en cuestión.

1. Examen de la intervención efectuada conforme al marco constitucional expuesto

La Sala refirió que al evaluar los hechos, el Juez de Distrito consideró que la actuación del personal hospitalario y de la
Subprocuraduría de protección a la infancia fue incorrecta y violatoria de diversos derechos de la quejosa, ello toda vez que
estimó que: a) los médicos realizaron prácticas discriminatorias y no garantizaron el derecho al consentimiento informado,
a recibir información apropiada y a obtener una segunda opinión; y b) la Subprocuraduría asumió la tutela de la menor sin
seguir el procedimiento de protección contenido en la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de
Chihuahua y su decisión se basó en prácticas discriminatorias hacia la quejosa por sus creencias religiosas.

La Primera Sala indicó que el personal hospitalario no actuó de manera unilateral, sino que tenía el deber, ante el riesgo de
que la niña perdiera la vida, de solicitar la intervención de la autoridad de protección al menor, por lo que su actuar fue
adecuado y su petición de involucrar a la Subprocuraduría no se basó en razones étnicas o religiosas, sino en un dilema
entre aplicar el tratamiento que estimaban correcto y la oposición de los padres.

Por otro lado, se hizo notar que, respecto a la actuación de la Subprocuraduría, aquella observó el estándar constitucional
establecido, además de que no vulneró los lineamientos previstos en la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
del Estado de Chihuahua. De esta forma, la Sala sostuvo que la actuación del personal hospitalario y de la Subprocuraduría
no se basó en prejuicios religiosos o étnicos sino en la necesidad de salvaguardar la vida de la menor, siendo así que el Juez
de Distrito efectuó una conclusión apresurada e injustificada cuando estableció que el Estado sí realizó prácticas
discriminatorias, sin embargo, del expediente no se desprende que se haya realizado un trato diferenciado en contra de los
padres de la menor.

2. Examen del tratamiento subsecuente

En este apartado, la Primera Sala llevó a cabo el análisis de la decisión recurrida, en la que el Juez de Distrito concluyó que
en el tratamiento subsecuente debía respetarse la decisión de los progenitores de implementar tratamientos alternativos
y únicamente en caso de ser “urgente o necesario”, esto es, si los tratamientos alternativos fallaran y como último recurso,
podrían implementarse transfusiones sanguíneas.

Al respecto, se estimó que la determinación del juzgador no protegía el interés superior de la niña, sino que colocaba en
riesgo su vida, en la medida en la que obligaba a los médicos a emplear un método inferior al tratamiento idóneo,
condicionando su recuperación a que se sometiera a una situación crítica, urgente o terminal, en la cual podría deteriorarse
su salud y que la última posibilidad fueran las transfusiones sanguíneas.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

No obstante, la Sala resaltó la importancia de ser sensible ante los devastadores efectos de la leucemia y al hecho de que
la niña tiene que resistir intensas oleadas de quimioterapia, sin embargo, señaló que considerando la eficacia del
tratamiento que es habitualmente indicado en comparación con la controversia científica sobre los estimulantes y sus
riesgos, era difícil que un tratamiento que excluye las transfusiones cuente con un soporte de la ciencia médica igual o
semejante a la del tratamiento acreditado como el idóneo conforme a la lex artis, por lo que no podía aceptarse que el
tratamiento alternativo resultara acorde con el interés superior de la menor.

Así, la Sala señaló que debían subsistir el procedimiento administrativo y la tutela provisional de la Subprocuraduría tal y
como la asumió dicha autoridad, con la finalidad de autorizar los tratamientos médicos que sean necesarios para que cuente
con las mejores posibilidades de salvar su vida y recuperar su salud, siendo así que cualquier intervención de la autoridad,
deberá obedecer a las necesidades médicas de la menor, y por lo tanto, ser transitoria y pertinente para mitigar un riesgo
a su salud.

Resolución

Con base en lo anterior, la Primera Sala estableció que el Estado puede intervenir en la autonomía familiar cuando advierta
que se coloquen en riesgo la vida o la salud de un menor de edad, de modo que, en casos como el presente, esto se actualiza
si debido a sus creencias religiosas los padres pretenden impedir que se aplique a un menor el tratamiento médico idóneo
para preservar su vida.

Asimismo, la Sala sostuvo que debido a que la Subprocuraduría tomó la decisión más apropiada en las circunstancias de
urgencia en las que ingresó la menor al hospital con el fin de mitigar el riesgo en el que se encontraba su vida, así como
considerando que aquélla y el personal médico han respetado los parámetros que rigen su conducta al intervenir en la
privacidad familiar, y con base en que en el contexto médico un menor tiene derecho a recibir siempre el tratamiento que
mejores probabilidades tenga de salvar su vida, resultaban infundados los agravios - de la recurrente, por lo que revocó la
sentencia recurrida y le negó el amparo.

De igual manera, se indicó que debía continuar el procedimiento administrativo de protección de menores que inició la
Subprocuraduría, así como subsistir la tutela provisional que se asumió paralelamente, en el entendido de que cada
intervención que se efectúe deberá estar condicionada a la finalidad de autorizar los tratamientos médicos que sean
necesarios para estabilizar a la niña y deberá estar estrictamente justificada sobre la base de un riesgo para la salud de la
menor.

Así, la Primera Sala puntualizó que la facultad de intervenir en la autonomía familiar deberá ser transitoria y obedecer
rigurosamente a las necesidades sanitarias de la menor, lo cual implicaba no autorizar transfusiones sanguíneas de manera
superflua, abusiva, innecesaria, ni ociosa, sino sólo cuando el organismo de la niña lo requiera y, en definitiva, no como un
último recurso para salvar su vida.

Finalmente, la Primera Sala indicó que era importante que el procedimiento de protección que se encuentra pendiente de
resolución refleje las medidas y conclusiones de esta sentencia, y que su desenlace no comprenda aspectos más amplios
que los determinados por la Sala en cuestión.

Este asunto se resolvió por mayoría de cuatro votos de los Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, quien se reservó el derecho de formular voto concurrente,2 Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien se reservó el
derecho de formular voto concurrente, y la Presidenta Norma Lucía Piña Hernández, quien se reservó el derecho de
formular voto concurrente. El Ministro José Ramón Cossío Díaz emitió voto en contra y se reservó el derecho de formular
voto particular.

El Ministro Cossio, no esta de acuerdo en que se tome solo en cuenta el tratamiento idóneo, ya
que esto puede causar un control desmedido del Estado, cuando los padres no estén de acuerdo con el
tratamiento, a pesar de que no se trate de un caso de urgencia.

Cuando se trata del derecho a la salud ya la vida de niñas niños y adolescentes en contextos
médicos donde estén en riesgo estos derechos el Estado puede intervenir restringiendo el derecho a la
vida privada familiar ya la autonomía parental para garantizarle al niño su derecho a la salud y a la vida.

De esta sentencia surgieron 12 tesis


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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

Tesis registro digital: 2019253

INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA PRIVACIDAD FAMILIAR. SUPUESTO DE RIESGO A LA VIDA DEL


MENOR EN CONTEXTOS MÉDICOS.
Los padres son libres de formar a sus hijos en la religión que elijan conforme a sus convicciones, y son quienes
están legitimados para autorizar decisiones médicas sobre ellos. Sin embargo, el ejercicio de esta libertad no
debe poner en riesgo la vida del menor. En consecuencia, el Estado puede interferir válidamente la autonomía
parental para tomar decisiones por los padres cuando sus elecciones coloquen en riesgo la vida de sus hijos.
Tratándose particularmente de contextos médicos, la puesta en riesgo de la vida de un niño se actualiza cuando
los padres, privilegiando sus creencias religiosas, se rehúsan a seguir el tratamiento médico idóneo para salvar
la vida de su hijo menor de edad. Al respecto, el tratamiento médico idóneo para salvar la vida es aquel que ya
ha sido acreditado por la comunidad médica como el procedimiento más efectivo para tratar determinada
condición letal. En esa medida, se trata de una intervención médica que no presenta una disputa científica
sustancial sobre su eficacia y confiabilidad. De acuerdo con lo anterior, un tratamiento idóneo es aquel
procedimiento recomendado por la ciencia médica que cuenta con el nivel más alto posible de consolidación
científica y que, por lo tanto, se indica con el mayor grado de prioridad. En suma, el principio de interés superior
del menor impone que siempre deba optarse por el tratamiento que cuente con mayor probabilidad de salvar la
vida de un niño.

✓ En las Tesis Venezolana y Española a que hace referencia la Corte, se concuerda en que el derecho a
la vida y a la salud se debe de privilegiar en niños, niñas y adolescentes como parte de su interés
superior, por encima de la libertad religiosa que puedan tener ellos o su familiar.

❖ VOTO PARTICULAR MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO

✓ El Ministro José Ramón Cossio hace una acotación “no puedo coincidir con el tratamiento de la
autonomía progresiva del menor que se realiza en el proyecto en un capítulo dedicado a este tema se
establece que si el menor alcanza cierto grado de madurez podrá decidir por sí mismo qué tratamiento
recibir pero esto es así siempre y cuando ello no afecte derechos de mayor entidad que su propia
autonomía, en tanto la misma aún se encuentra en formación”

En otras palabras, dice el Ministro José Ramón Cossío se establece que como la autonomía del menor se
encuentra todavía en formación no se le podrá permitir decidir qué tratamientos o intervenciones médicas
recibir cuando la decisión ponga en riesgo su salud o su vida, - dice el ministro - al respecto.

Es importante señalar que de conformidad con el artículo 14 de la Convención de los Derechos del Niño
éstos tienen derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión y que esa libertad únicamente
estará sujeta a limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden,
la moral, la salud pública, los derechos y libertades fundamentales de los demás.

Considero -dice el ministro- que es posible que un menor de edad alcance un grado de madurez o desarrollo
equivalente al que se le reconoce a un adulto y que en estos casos se tiene que reconocer su derecho, no
solo a tomar sus propias decisiones médicas, sino también a disponer de su propia vida o salud porque son
visiones distintas del interés superior del niño la que toma la mayoría respecto de la que considera el Ministro
José Ramón Cossío en su voto particular en el caso.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

En el caso anterior “transfusión sanguínea”, lo relativo a la autonomía progresiva de niñas niños y


adolescentes se analiza por la Corte, sin embargo, no se aprecia qué en este caso concreto haya existido
una opinión del niño, no obstante la Corte lo acotó y sobre esto lo estudió y se pronunció el Ministro José
Ramón Cossío con una afirmación que es discutible o debatible, pero que jurídicamente puede ser válida,
no obstante, es importante mencionar que el Tribunal Superior de Justicia de Venezuela y el Tribunal
Constitucional Español llegaron a conclusiones similares a las de la mayoría de la primera sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La Corte hace hincapié en esta sentencia de que los padres son los garantes de los derechos del niño y cuando
cita las sentencias de derecho comparado, agrega que el derecho a la libertad religiosa no puede afectar el
derecho de terceros y por tanto no puede afectar el derecho de sus hijos, por lo que deberán valorar el interés
superior de sus hijos en la toma de decisiones que les puedan afectar.

REGISTRO DIGITAL 2019240

DERECHO A LA VIDA PRIVADA FAMILIAR. CONSTITUYE UNA GARANTÍA FRENTE AL ESTADO Y A LOS
TERCEROS PARA QUE NO PUEDAN INTERVENIR ARBITRARIAMENTE EN LAS DECISIONES QUE
CORRESPONDEN ÚNICAMENTE AL NÚCLEO FAMILIAR.
Del derecho de protección de la familia, contenido en los artículos 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 17 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, deriva el respeto a la vida
privada familiar, el cual está expresamente reconocido como derecho humano en los artículos 12 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos y 16 de la Constitución Federal. En este sentido, el respeto a la
vida privada y familiar constituye una garantía con la que cuenta la familia, acorde con un concepto sociológico
y no biológico, que se origina en las relaciones humanas y que encuentra sus bases en la procuración de cariño,
ayuda, lealtad y solidaridad. Así, el derecho a la vida privada familiar comporta una garantía frente al Estado y
a los terceros para que no puedan intervenir arbitrariamente en las decisiones que corresponden únicamente al
núcleo familiar. De esta manera, corresponde a los padres decidir, por ejemplo, si desean adoptar alguna
religión o creencia, en dónde establecer su domicilio, qué hacer con su tiempo libre, a qué escuela llevar a los
hijos y qué nombre ponerles, entre muchas otras elecciones que se manifiestan en la cotidianidad de la vida
familiar. En cualquier caso, lo relevante es que las relaciones intrafamiliares puedan darse en un espacio libre
de injerencias arbitrarias o injustificadas.

BULLYING: INDEMNIZACIÓN POR ACOSO ESCOLAR A.D. 35/2014

SENTENCIA EMITIDA POR: Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

FECHA: 15 de mayo de 2015

TEMAS: principio de interés superior de la niñez, derecho a la integridad física, derecho a la dignidad, derecho a la
educación, derecho a la no discriminación, derecho a una justa indemnización, bullying, acoso escolar, daño moral,
instituciones escolares públicas y privadas, trastorno de déficit de atención e hiperactividad

CITA DE LA SENTENCIA: Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo Directo 35/2014, Primera Sala, Min. Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, sentencia de 15 de mayo de 2015, México.

ANTECEDENTES:
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

AMGH inscribió a su hijo DBG al primer año escolar dentro del “Instituto”. En su segundo año, DBG comenzó a ser víctima
de maltrato psicológico por parte de su profesora de español (MLPV) y de sus compañeros (con conocimiento y
consentimiento de MLPV), por lo que sus problemas de ansiedad, baja autoestima, frustración, depresión y de adaptación,
se intensificaron. Poco después se confirmó que DBG tenía Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH),
por lo que su madre se reunió con diversas autoridades del “Instituto”, quienes se comprometieron a atender el problema.
Al no concretarse ninguna solución, DBG dejó de asistir al colegio y, posteriormente, la profesora de español renunció.
Por ello, AMGH, por su propio derecho y en representación de DBG, demandó al “Instituto” y a MLPV una indemnización
por el daño psicológico ocasionado a su hijo. Un juez civil en el Estado de México dictó sentencia definitiva en la que
determinó absolver al “Instituto”. Contra dicha sentencia, AMGH interpuso recurso de apelación, dentro del cual se
confirmó la resolución previa. Inconforme, la madre de DBG promovió juicio de amparo, el cual fue concedido por un
tribunal colegiado civil del Estado de México, el cual ordenó reponer el procedimiento a efecto de que se tomaran en
cuenta otros medios probatorios, incluyendo la opinión del menor. El juez civil nuevamente absolvió a los codemandados,
por lo que AMGH interpuso recurso de apelación, el cual confirmó también dicha sentencia. Inconforme, AMGH promovió
un segundo juicio de amparo, del cual conoció la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (esta Corte),
mediante el ejercicio de su facultad de atracción.

CUESTIÓN A RESOLVER:

Determinar si se acredita el daño moral sufrido por DBG derivado de la responsabilidad por la acción de acoso escolar por
parte de MLVP y la responsabilidad por omisión de cumplimiento de los deberes legales y generales de cuidado por parte
del “Instituto” y de su personal.

RESOLUCIÓN DEL CASO:

Se dejó insubsistente la sentencia reclamada y se concedió el amparo a AMGH, por su propio derecho y en representación
de su hijo DBG, esencialmente, por las siguientes razones. El bullying es un proceso particularmente complejo que
constituye un atentado a la dignidad, integridad física y educación de la niñez afectada y que también afecta las vidas de
quienes lo observan, creando una atmósfera de inseguridad y ansiedad incompatible con el aprendizaje.

En este sentido, la protección a la niñez y adolescencia por parte del Estado debe ser particularmente elevada, tanto por
la situación de especial vulnerabilidad en la que generalmente se ubican los menores, como por los devastadores efectos
que la violencia y/o la intimidación pueden producir en ellos.

Además, en algunos supuestos específicos, el bullying puede constituir un tipo de discriminación, si el acoso deriva de
alguna de las categorías protegidas por el artículo 1° constitucional. Por otra parte, se consideró que cuando las
instituciones privadas prestan servicios públicos educativos a menores, se encuentran vinculadas por el principio del
interés superior del menor y tienen la obligación de proteger los derechos del niño a la dignidad, integridad, educación y
no discriminación.

En el caso concreto, se acreditó tanto la responsabilidad por la acción de la profesora, como la responsabilidad por omisión
del cumplimiento de los deberes del “Instituto” y su personal de acuerdo con el test para la evaluación de los hechos
constitutivos de bullying establecido por esta Corte, pues las alteraciones psicoemocionales presentadas por DBG
derivaron directamente de las conductas de MLPV y la negligencia e indiferencia de la “Institución” y su personal para
resolver la situación.

En consecuencia, se concedió el amparo solicitado pues se ocasionó una grave afectación en derechos de elevada entidad
de la víctima y afectaciones patrimoniales presentes y futuras derivadas del daño moral. Así, en atención al derecho a
recibir una justa indemnización, al grado de responsabilidad de la profesora y del “Instituto” y su capacidad económica,
se ordenó emitir una nueva sentencia en la que se condenara al “Instituto” a una indemnización por daño moral por la
cantidad de $500,000 pesos.

VOTACIÓN: La Primera Sala resolvió el presente asunto por unanimidad de cuatro votos de la ministra Olga María del
Carmen Sánchez Cordero de García Villegas y los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo
(se reservó el derecho a formular voto concurrente) y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (se reservó el derecho a formular voto
concurrente). El ministro José Ramón Cossío Díaz estuvo ausente.

ESTUDIO DE FONDO

p. 19 La situación enfrentada por el menor DBG constituyó acoso escolar, incitado y fomentado por su profesora, al que
no respondió apropiadamente la escuela y su personal educativo. Dichas conductas generaron un acto ilegítimo e
inconstitucional sobre aspectos personales del niño, que terminó por vulnerar su dignidad y afectó sus derechos a la
integridad física, a la educación y a la no discriminación.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

CONCEPTO BULLYING. Del análisis de las fuentes analizadas, esta Corte considera que el bullying escolar es todo acto u
omisión que de manera reiterada agreda física, psicoemocional, patrimonial o sexualmente a una niña, niño, o
adolescente; realizado bajo el cuidado de las instituciones escolares, sean públicas o privadas.

II. Protección reforzada de los derechos del niño

p. 28 El deber de proteger el interés superior del menor en cualquier contienda judicial donde se vean involucrados los
derechos de los niños constituye una doctrina reiterada de esta Corte.

p. 29 El principio del interés superior ordena a todas las autoridades estatales que la protección de los derechos del niño
se realice a través de medidas “reforzadas” o “agravadas”, y que los intereses de los niños sean protegidos con mayor
intensidad.

p. 30-31 Cabe señalar que la protección constitucional que merecen los niños no se equipara a la que debe recibir cualquier
otro grupo vulnerable, pues en los casos en los que el sujeto pasivo de determinado tipo de violencia sea un menor, la
diligencia del Estado debe ser particularmente elevada, tanto por la situación de especial vulnerabilidad en la que
generalmente se ubican los menores, como por los devastadores efectos que la violencia y/o la intimidación pueden
producir en personas en desarrollo. En este sentido, la lucha contra el acoso escolar constituye un imperativo derivado
del reconocimiento de los derechos humanos de los menores y de la protección reforzada que requieren los niños por su
particular situación de vulnerabilidad.

p. 31 En el derecho comparado y en la doctrina especializada se ha señalado que el acoso escolar o bullying, constituye
un atentado a la dignidad, integridad física y educación de los niños afectados. De la misma manera, en algunos supuestos
específicos el acoso escolar puede constituir un tipo de discriminación. Los derechos a la dignidad e integridad física, a la
educación, y a la no discriminación, están protegidos en la Constitución Federal y en diversos tratados internacionales
suscritos por México

p. 37-38, 40 En el caso, se diagnosticó que el menor DBG tiene TDAH y, aunque no podemos definir claramente al TDAH
como una forma de discapacidad, esta Corte considera que los niños con TDAH sí se encuentran en una situación de
especial vulnerabilidad por lo que profesores, autoridades escolares y administrativas deben tomar medidas de protección
reforzadas para evitar, tratar y remediar cualquier situación de hostigamiento que sufra el menor.

Ahora bien, tal y como se señaló en el Amparo Directo en Revisión 1621/2010, algunos deberes derivados de normas de
derechos fundamentales son susceptibles de regir las conductas de los particulares, además del actuar del Estado.
Respecto a las situaciones de acoso escolar, los padres delegan el cuidado de sus hijos a profesores y directivos, confiados
en que en dichos centros recibirán los cuidados, atención y educación que requieren. Por lo anterior, esta Corte estima
que las instituciones privadas se encuentran vinculadas por el principio del interés superior del menor y obligadas a
proteger los derechos del niño a la dignidad, integridad, educación y no discriminación.

p. 41-42 Lo anterior no debe entenderse en el sentido de que el Estado resulta desplazado de su deber de velar por la
protección de los derechos del menor cuando éste se encuentre bajo el cuidado de un centro educativo privado. Más bien,
la exigibilidad de los deberes de protección tiene un carácter complejo, en tanto los derechos correlativos a dichos deberes
son oponibles, por un lado, a todos los poderes públicos dentro del Estado —desde el legislador y la administración,
escuelas públicas y profesores del Estado, hasta los tribunales—; pero, por otro lado, también a los particulares, como lo
son profesores, educadores, directivos o escuelas privadas en general.

p. 42 Por consecuencia, las escuelas están obligadas a brindar una protección reforzada a los menores que padezcan
alguna discapacidad, atendiendo a su susceptibilidad de sufrir discriminación en la forma de acoso escolar.

Dos dimensiones o funciones normativas: (i). Como pauta interpretativa a las normas y actos que tengan injerencia
respecto de los derechos de niñas y niños. Y (ii). Como principio jurídico rector que exige una máxima e integral protección
de los derechos cuya titularidad corresponda a un menor de edad.

A pesar de no mencionar el interés del menor como norma de procedimiento, en los párrafos que anteceden, si lo
menciono en la sentencia. “El principio del interés superior del menor ordena a todas las autoridades estatales que la
protección de los derechos del niño se realice a través de medidas “reforzadas” o “agravadas” y que los interese de los
niños sean protegidos con mayor intensidad.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

SENTENCIA ARGENTINA PLURI PATERNALIDAD

Esta sentencia de argentina para ponernos en contexto se refiere a un caso en el que el padre biológico de una
niña demanda el desconocimiento de paternidad de la persona que la registró como hija es, decir, de aquel que
aparecía como padre en su acta de nacimiento la niña, es una niña cuya madre se encuentra fuera de la ciudad
donde ella radica y la niña siempre ha tenido conocimiento de quién es su padre biológico por tanto la n iña
sabía y ha sabido siempre que quien aparece en su acta de nacimiento no era su padre biológico.

La niña siempre había sido cuidada por su padre biológico y también por su padre que aparecía en el acta de
nacimiento quien la reconoció, la niña evidentemente llevaba los apellidos del padre que la reconoció en este
juicio de desconocimiento y reconocimiento de paternidad no había duda sobre quién era el padre biológico y
quien no era el padre biológico.

La legislación argentina al igual que la legislación mexicana no establece la figura de la pluri parentalidad la
jueza argentina en este caso en la provincia de Tucumán con base en lo que la niña refirió como una necesidad
y con base en lo que la niña le expresó que quería, hizo un estudio de control de regularidad constitucional de
distintas normas argentinas que impedían que la niña tuviera a ambos progenitores legalmente como sus padres
además de su madre

La niña cuando fue entrevistada por la jueza expreso que ella sabía quién era su padre biológico y quién no era
su padre biológico le expresó a la jueza que ella quería a los dos y que a los dos los consideraba sus pa dres
también la niña le hizo saber a la jueza que ella quería conservar el nombre con el que fue registrada porque
ese es el nombre que ella había usado y con el que la conoce con base en lo que la niña le dijo la jueza
determinó que era inconstitucional que el estado argentino impidiera que la niña tuviera una pluri parentalidad
es decir que no pudiera tener reconocidos jurídicamente a sus dos padres y por tanto dictó una sentencia en la
que ordenó el reconocimiento de esta pluri parentalidad.

Esta sentencia refleja todavía en mayor medida la valoración y determinación del interés superior del niño por
qué además de hacer un estudio muy completo sobre el interés superior del niño basándose en la opinión de la
niña y la multiplicidad de derechos que estaban en juego y el derecho de la niña a tener relaciones familiares y
el reconocimiento de los distintos tipos de familia que hoy existen como una realidad social, analizo el sistema
jurídico a partir del caso concreto para determinar que este sistema jurídico que las leyes no eran suficientes
para proteger los derechos de los niños y por tanto era eran inconstitucionales muchas normas que impedían
la pluri parentalidad.

Además, la sentencia está redactada de tal manera qué es entendible para la en un lenguaje adecuado para la
niña

En la demanda el padre biológico pide que se desplace al padre que la reconoció pues afirma que es él, el
padre biológico en la contestación a la demanda, el padre que registró la niña no discute la paternidad del actor

Esta visión del paradigma de la protección integral de los derechos de niñas niños y adolescentes porque la
jueza dice la participación de la niña es protagónica en el proceso y ahí dice claramente que la niña reconoce
como padres a los dos que conoce su origen biológico y su origen legal que solicita que se respete su identidad
tal cual se configura en la realidad sin que tenga que elegir a uno de sus padres y quería que ambos fueran
reconocidos y solicitó mantener su nombre tal cual figura en el acta de nacimiento.
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DIPLOMADO DE DERECHOS HUMANOS MODULO IX. Apuntes Lic. Marina Oviedo

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