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año:
As de Picas
e vuelta del segundo sondeo del lugar del choque, Niko em-
pezó a descargar los carros mientras Rion se dirigía a un último
intento de encontrar un núcleo de datos. Lessa subió a la sala de
estar para preparar una comida rápida para todos mientras
Ram permanecía en el puente, vigilando los movimientos de
Rion.
Además de la cosa de metal humanoide, no habían encon-
trado nada importante.
Normalmente, clasificar el material recuperado en contene-
dores no era el trabajo favorito de Niko. Pero en este caso, se
habría ofrecido como voluntario. No podía dejar de discutir con
Lessa y seguía diciéndole cosas groseras a su hermana.
Molesto y nervioso, subió el volumen de su música hasta
que la bodega vibró, y empezó a separar la maraña de cables y
metal de los carros de gravedad, tirando piezas a los contenedo-
res apropiados. Le llevó casi una hora arreglar el desorden.
Después de un rápido trago, decidió que era necesario un
descanso de los cables, y fue a buscar el contenedor con la cosa
humanoide.
Las piezas de metal eran sorprendentemente ligeras, la
aleación estaba gastada y picada por la arena, tal vez por el cho-
que. Niko colocó cada pieza en el suelo para dar la forma
deseada. Cabeza. Torso. Brazos. Piernas. Manos. Pies…
Se puso de pie y miró hacia abajo, rascándose la mandíbula.
No había nada que conectara las piezas. No había cables,
alambres o estructuras internas que pudiera ver. Entonces,
¿cómo funcionaba la cosa?
Continuó mirándola fijamente durante un tiempo, y luego
decidió hurgar en el carro con pequeños restos que habían to-
mado de la mesa de trabajo. Colocó pequeños aparatos ópticos,
paneles de circuitos rotos y más cables en su estación de trabajo.
Unas pocas piezas le llamaron la atención, pero no había nada
que pareciera pertenecer a su constructo robótico residente.
Un raspón de metal sonó por encima de la música fuerte.
Niko se calló. Eso fue extraño.
Otro suave estruendo resonó detrás de él.
Un lento escalofrío comenzó a bajar por su columna, y los
pelos de sus brazos se levantaron. Su pulso se aceleró y casual-
mente bajó el volumen de la música, sintiéndose completamente
asustado porque podía jurar que alguien estaba parado detrás
de él.
Pero eso sería una tontería. ¿Verdad? La esclusa de aire es-
taba activada. Nadie debería estar aquí atrás. Tomó unas cuan-
tas respiraciones estables y esperó hasta el infierno que sólo es-
taba imaginando cosas.
En segundos hubo otro suave rasguño, seguido de un suave
zumbido.
Oh, Dios. Había algo detrás de él.
Con las manos temblorosas, escudriñó la mesa y agarró una
barra de metal de la chatarra, tragó, dijo una oración y se dio
vuelta lentamente.
Oh, mierda.
La cosa estaba en pie. El robot estaba despierto.
La adrenalina corrió por debajo de su piel, encendiendo es-
calofríos eléctricos a través de sus nervios. Niko retrocedió, gol-
peando la mesa y dejando caer la barra de metal. Resonó con
fuerza, haciendo eco en el silencio.
Una luz azul brilló entre las aburridas y desgastadas placas
y subió por su cabeza, esculpiendo afilados y siniestros pómu-
los, una boca y grandes ojos azules rasgados.
Tenía que tener casi tres metros de altura y se mantenía
unido por nada, sólo... ¿magnetismo, tal vez?
Los pensamientos de Niko se aceleraron; parecía estar mi-
rándolo fijamente.
El corazón le golpeaba con fuerza en el pecho y la garganta
se le había secado por completo. Eso es lo que le hacía la falta de
sueño, le afectaba a su mente, le jodía la realidad. Se frotó los
ojos, parpadeó con fuerza unas cuantas veces, pero la cosa se-
guía ahí, todavía mirando.
Supongo que no necesito buscar esas partes que faltan.
El pensamiento causó que una risa nerviosa saliera de su
boca. La cosa inclinó su cabeza en respuesta, y Niko casi se des-
maya.
Parecieron pasar horas antes de que encontrara su voz, lo-
grando unas pocas palabras inteligentes. "Mierda."
Volvió a tragar, sin saber si la cosa era sensible o no, pero
parecía estar estudiándolo. Bien, intentemos esto de nuevo…
"Um... ¿hey?"
Su cabeza se inclinó de nuevo, y luego repitió, "Hey."
"Oh, Dios mío." Niko nunca se había desmayado en su vida,
pero estaba bastante seguro de que así era como se sentía, toda
la sangre saliendo de su cuerpo, todo el universo inclinándose.
A pesar de su miedo, otra risa nerviosa salió de su boca.
Arrastró nerviosamente sus dedos por su cabello, un hilo de
emoción se abrió paso a través de su pánico. "Um... está bien", se
dijo a sí mismo. "Sí, así que..." Apenas podía oírse a sí mismo ha-
blar a través de los latidos de su corazón. Buscó algo que decir
mientras tocaba su tableta de comunicaciones. "Bueno... eres
más alto de lo que pensé que serías."
No hubo respuesta.
"De acuerdo. Bien. Soy Niko. Estás en una nave, la As de Pi-
cas. Te rescatamos. De ahí fuera… la superficie de ese lugar… ese
planeta."
Bajó la cabeza. "Mi agradecimiento, Niko."
Niko se restregó una mano por la cara y dejó salir un aliento
tembloroso. No estaba seguro de si ceder y colapsar en conmo-
ción o aplaudir con regocijo demencial. Estaba atrapado entre el
miedo y el asombro. Nunca había visto nada parecido. Y era de-
finitivamente sensible, su voz una octava más alta que la suya,
con una extraña resonancia, y un poco áspera.
Luego empezó a moverse. Y Niko estaba seguro de que po-
dría morir.
Se inclinó hacia él. Niko se inclinó hacia atrás, con sus manos
agarrando la mesa de trabajo para estabilizarse. Pero la cosa
pasó a su lado y entró en el contenedor de salvamento junto a la
mesa, de donde sacó una larga pieza de metal. Se enderezó y
puso el extremo de la pieza en el suelo, sosteniéndola como un
bastón para apoyarse debido al daño en una de sus pantorrillas
de metal.
"¿Qué eres?" Niko soltó su agarre mortal de la mesa.
Ladeó la cabeza de nuevo, y luego pareció mirar hacia abajo
a su colección de metal y luz azul. "Yo soy…"
Se detuvo, como si hubiera olvidado lo que era o simple-
mente no pudiera decidir.
"Oye, está bien, tal vez algo más fácil. ¿Qué es esa luz? ¿Es lo
que te mantiene unido?"
"Los Forerunners se refieren a ella como luz sólida." Se en-
derezó y giró la cabeza ligeramente como si estuviera escu-
chando. "Tus amigos están llegando."
El sonido metálico de las pisadas sonó sobre él. Pero todo lo
que Niko pudo procesar fue la palabra "Forerunner".
Había dicho "Forerunner".
Miró por encima del hombro para ver a Lessa bajando las
escaleras y parando a mitad de camino. Su cara estaba pálida y
horrorizada cuando levantó el cañón del rifle de asalto sobre la
barandilla.
"¡Vaya, vaya, vaya!" Niko gritó, saltando delante del cons-
tructo. Por encima de ellos, Ram estaba en la pasarela con su
propio y pesado rifle de asalto. "¡No te atrevas a disparar!" gritó.
"¡Por favor!"
Por un momento, nadie parecía estar seguro de qué hacer a
continuación. Entonces la cosa volvió a hablar.
"Hola, Lessa." Bajó la barbilla para reconocerla antes de mi-
rar a la pasarela. "Ram Chalva."
"Sabe nuestros nombres", dijo Niko con asombro. Se dio la
vuelta y lo enfrentó de nuevo con una extraña mezcla de horror
y deleite.
"Niko, ¿qué hiciste?" Lessa enloqueció.
"Nada. Lo juro."
"Tiene razón", dijo el constructo, sorprendiéndolo.
"Niko, aléjate." Rion estaba de pie dentro, la puerta de la es-
clusa de aire se cerró detrás de ella, su casco cayó al suelo, su
rifle estaba apuntando, su respiración era rápida. También de-
bió oír la comunicación y volvió corriendo a la nave. El brillo
mortal de sus ojos al ver el cañón de su arma aumentó el miedo
de Niko de forma exponencial. El tiempo se ralentizó y no pudo
encontrar su voz. Pero entonces no tuvo que hacerlo.
"Capitana Forge", dijo la cosa por detrás de él. "He esperado
un rescate de este planeta durante bastante tiempo. Le doy las
gracias."
La tripulación intercambió miradas desconcertadas, todos
preocupados e inseguros de cómo proceder.
"De nada", respondió Rion lentamente.
"Chicos..." Niko se las arregló finalmente. "Creo que es Fo-
rerunner. Es un robot Forerunner."
Niko se dio la vuelta cuando la cosa emitió un extraño so-
nido de sofocación. "Por favor. No soy un robot." Se puso más
derecho. "Esta forma es un armiger de combate de clase franco-
tirador. He adoptado este constructo por necesidad. No es mi
forma original, ni mi forma anterior."
"¿Entonces qué era?" Preguntó Ram, con los ojos entrece-
rrados por la sospecha desde la pasarela de arriba.
Se detuvo.
"Tal vez él no sabe lo que es", ofreció Niko.
"O tal vez esto es lo que la ONI estaba creando en esa nave
destrozada", dijo Lessa. "Esto podría ser lo que están buscando
ahora."
El armiger pareció erizarse ante eso. "La Oficina de Inteli-
gencia Naval no tiene la tecnología capaz de crearme, niña."
Los ojos de Niko se abrieron mucho y vio que los de Rion
también. No estaban seguros de qué hacer con eso, pero sintió
que reventaba. La cosa obviamente poseía emoción, y su favo-
rita de todos los tiempos: el sarcasmo. Quería reírse a carcaja-
das, pero se mordió la lengua.
"No quería asustarlos en la superficie. Me he retrasado. Mi
nave y mis humanos se han ido… Por lo tanto requiero…"
"¿La Rubicon era tu nave?" Rion se adelantó, haciendo un
gesto con su rifle para que Niko se alejara. Se hizo a un lado,
creando una opción para correr si fuera necesario, pero no tan
lejos para evitar proteger al armiger una vez más si fuera nece-
sario.
"No. Simplemente la necesitaba."
"Así que la secuestraste."
"Por decirlo de alguna manera…"
La boca de la capitana se apretó. Cuando ella se veía así, la
mierda estaba a punto de ponerse seria. Niko rezó para que las
cosas no fueran a caer en picado. "Sí o no", dijo. "Es una pregunta
sencilla."
"Entonces sí, si insistes en definir mis acciones de esa ma-
nera."
"¿Y la tripulación? ¿Los mataste?"
"Por supuesto que no." Dijo con bastante sorpresa e indig-
nación que Niko le creyó. "Eran humanos. Los necesitaba."
"Así que los secuestraste."
"También es cierto, por así decirlo. Encuentro tu modo de
interrogación bastante… molesto."
"¿Por qué los secuestraste?"
Silencio.
"Está bien. A ver si lo entiendo. Robaste una nave de la ONI
y secuestraste a su tripulación. Y luego estrellaron la nave. To-
dos murieron excepto tú. ¿Eso lo resume todo?"
"Eso es correcto. Pero el accidente y sus muertes no fueron
mi intención. Me esforcé por protegerlos. Como dije, los necesi-
taba. Poco después de que tomé el control, hubo… complicacio-
nes. Según mis cálculos, sólo soy un 62,35% culpable de la tra-
gedia."
"¿Cómo sobreviviste al accidente?" Niko interrumpió.
"Fue una simple cuestión de pasar de un flujo de datos a
otro, reajustándolo a medida que las cosas se consumían y se
rompían. Había material de recuperación en una de las bahías
científicas. Estas partes, recuperadas del Ar… del mismo lugar
en el que me recuperaron a mí."
"Jesús. Es sólo 62,35% culpable." Ram se sentó en la pasa-
rela, con las piernas colgando y el rifle descansando sobre sus
piernas.
"Yo no soy una cosa, Ram Chalva. Soy… humano. Como tú.
Sólo que... muy superior. Y no aprecio tu impertinencia."
Niko se agarró el corazón y se giró para enfrentarse a la tri-
pulación. "No aprecia su impertinencia", repitió, apenas capaz
de contener su emoción. Luego volvió a girar. "Espera... ¿qué
quieres decir con que eres humano?"
CAPÍTULO 19
As de Picas, desliespacio
Una hora más tarde, cada uno de ellos habían llenado sus carros
de gravedad con pequeños dispositivos y artefactos que habían
encontrado colocados en o dentro de las estaciones de trabajo
del laboratorio, ninguno de los cuales pudieron identificar. Todo
lo que recogieron era elegante, alienígena y muy por encima de
su capacidad de comprensión. Necesitarían la ayuda del armiger
para clasificar su pequeño tesoro de recuperación. Había sido
un proceso lento y no habían llegado muy lejos en términos de
exploración, porque había tanto de lo que maravillarse y tan
poco que realmente querían perturbar.
Mientras regresaban al laboratorio de construcción de se-
millas, Niko se desvió por un pequeño corredor que ya habían
evitado antes. Como todos los otros lugares que habían visto
hasta ahora, las paredes estaban pulidas y grabadas con líneas
rectas y glifos. La puerta del final estaba abierta, su marco era
alto y de forma trapezoidal y estaba tallada como todo lo demás.
Las habitaciones del interior conducían una a la otra, dife-
rentes a los laboratorios en los que habían estado, más íntimas,
con asientos y alfombras en el suelo, arte geométrico en las pa-
redes… Estaban dibujadas en un espacio tras otro… Cada habi-
tación en la que entraban parecía congelada en el tiempo, como
si alguien acabara de salir: habían dejado cosas en la mesa, va-
sos, utensilios...
Luego se encontraron con los restos.
Cuatro juegos de armaduras sin cabeza... estilizados protec-
tores de hombros y brazos, placas de torso grabadas con símbo-
los, abrazaderas de piernas y botas, atados por los moldes de sus
antiguos anfitriones... permanecían dispuestos en un retablo en
un largo sofá, los caparazones de una pareja se abrazaban, y
otros dos se giraban el uno hacia el otro, con sus guantes entre-
lazados. Cuatro cascos estaban colocados en los cojines junto a
las armaduras, como si se los acabaran de quitar, para poder mi-
rarse de frente, despedirse, susurrar palabras de amor o de
miedo, quizás… Pequeños rastros de polvo y trozos de huesos
en las armaduras y el asiento sugerían que estos antiguos gigan-
tes se habían descompuesto casi hasta convertirse en cenizas,
dejando atrás su polvo y armadura hueca como marcadores de
vidas perdidas hace mucho tiempo.
"Sip. Me voy de aquí", dijo Lessa, girando inmediatamente y
dirigiéndose al corredor.
Había un quinto Forerunner sentado en un panel de control
iluminado con una pantalla encima, brazos y manos en posición
de acción, con el casco puesto. Un escalofrío recorrió la columna
vertebral de Rion. Niko se adelantó, lo suficiente para ver el pa-
nel.
Se adelantó lentamente y presionó el glifo bajo el dedo en-
guantado. La pantalla cobró vida, y retrocedieron sorprendidos
al ver que el Forerunner los miraba fijamente. Era una figura
sentada en la misma armadura que el fallecido. Sólo que no lle-
vaba el casco.
Gracias a la historia que el armiger había compartido, ha-
bían visto imágenes de Forerunners dentro y fuera de su
armadura, pero ver a uno virtualmente vivo era asombroso. Era
sorprendentemente… familiar. La forma facial y la estructura
ósea eran casi idénticas a las de los humanos. Los ojos eran casi
iguales, pero la nariz y la boca eran muy pequeños, sólo ranuras
para las fosas nasales y líneas apretadas para los labios, y su piel
era de un gris oscuro yendo hacia el azul.
Empezó a hablar, pero el lenguaje era incomprensible.
El movimiento en la puerta indicaba que Lessa había regre-
sado, acechando mientras el armiger entraba detrás de ella. Exa-
minó la habitación, y luego se acercó a la pantalla. Tocó el panel,
introdujo las órdenes, y comenzó a reproducirse de nuevo,
ahora traducido:
"Las toxinas se transmiten por el aire. Dicen que no
lo veremos, ni lo oleremos, ni nos dolerá, sólo que nos can-
saremos y dormiremos. El Flood está sobre nosotros,
nuestros sensores indican que las carreteras estelares ya
se están expandiendo fuera de nuestras defensas orbita-
les. Sólo tenemos horas ahora." Hizo una pausa. "Yo y
otros dos permanecemos aquí. Sus cónyuges se han unido
a ellos. Juntos apagaremos la instalación y apagaremos
nuestras ancillas personales para evitar que nos salven.
Este es nuestro último acto de desafío. El Flood no obten-
drá nada de Triniel. Estamos unidos. Caeremos juntos."
Aclaró su garganta y levantó su barbilla. "Y que nuestro
sacrificio, los 883.489.876 de nosotros, desde el más joven
hasta el más viejo, sea guardado y recordado para siem-
pre en los salones sagrados del Dominio."
La pantalla se desvaneció.
"He completado mis tareas", dijo el armiger en el silencio
que siguió.
"Bien", dijo Rion en un tono entrecortado, alejándose de la
escena. "Salgamos de esta tumba."
Antes de irse, el armiger hizo una pausa en la terminal del
nivel principal, comprobando si el relé de comunicaciones es-
taba ya operativo. Rion esperó a que enviara el mensaje que ha-
bía mencionado antes, pero dudó.
"Una vez que el relé funcione", dijo Lessa, pasando junto al
armiger, "otros encontrarán Triniel, ¿no es así?"
El armiger se quedó en silencio durante un largo momento,
y luego bajó la cabeza. "Sí. Eventualmente."
Ella suspiró, melancólica. "Es una lástima…"
Un tiempo después, una vez que Ram encendió otro fuego y Niko
asó el pescado sobre las llamas, Rion les dijo lo que había averi-
guado y lo que el Agente Hahn quería a cambio.
"¡No puedes venderlo, no después de lo que ha pasado!" dijo
Niko, poniéndose de pie, listo para defender a Spark a toda
costa.
"Cálmate, chico", dijo Rion. "Nadie está vendiendo a nadie.
Sólo te digo lo que dijeron, no lo que vamos a hacer."
Niko dirigió su atención al avatar, que se había unido a ellos
a través de su pequeña tableta holográfica que se había colocado
en el refrigerador, mientras el armiger estaba en la bodega de la
nave. "No te estamos vendiendo."
"No me preocupa que lo hagan."
"Sabemos que es una trampa", dijo Rion. "Pero podría haber
una forma de ir a esta reunión y recuperar nuestras cosas sin ser
detenidos. Si fijamos la hora, elegimos el lugar y lo utilizamos en
nuestro beneficio. Y…" Respiró hondo. "No puedo creer que vaya
a decir esto, pero usamos la semilla de mejora."
La miraron con la boca abierta. El pez de Niko se incendió y
cayó en las llamas. Y aun así nadie se movió o habló. Rion usó un
palo para sacar al pescado de las brasas. Supuso que se había
ganado su reacción. Todos sabían que la As tenía un lugar espe-
cial en su corazón, así que el hecho de que estuviera dispuesta a
transformarla fue una revelación asombrosa.
"Para escapar, necesitaremos una nave más avanzada o al
menos comparable a la que traerá la ONI", continuó Rion.
"Rion", dijo Lessa. "No tienes que hacer esto. La As es tu
nave… Si estás haciendo esto por nosotros…"
Rion sacudió la cabeza. Ella había pensado mucho en esto.
"Yo también lo hago por mí. Me queda muy poco de mi padre, y
quiero recuperar todo. Todo lo que hemos pasado, no quiero
que haya sido en vano." Cavó en la arena con su pie. "Esto es lo
que queríamos. Por eso fuimos a Geranos-a. Estamos en la mira
de la ONI y eso no va a cambiar, no importa lo que se decida. No
sé ustedes, pero me gustaría que se lo pensaran dos veces antes
de enemistarse con los rescatadores."
"Entonces, ¿cuál es tu plan?" preguntó Ram.
"Controlamos cada detalle de cómo se desarrolla esto. La
ONI nos subestimará, no pueden evitarlo. No tienen ni idea de
que tenemos al armiger en nuestro lado. No tienen ni idea de
que ahora es algo más que lo que era cuando lo trajeron a bordo
de la Rubicon. Usaremos todo eso para nuestro beneficio. Y les
daremos lo que creen que tenemos."
"¿Y si las cosas van mal?" preguntó Ram.
"Oh, cuento con que las cosas vayan mal."
Niko parpadeó sorprendido. "Espera. ¿Queremos que las co-
sas vayan mal?"
"Como una distracción", supuso el armiger.
"Exactamente. Todos ustedes deben saber que Gek 'Lhar ha
emitido una gran recompensa por nosotros, yo en particular.
Todos los recuperadores, comerciantes y mercenarios están ha-
blando de ello. Lo que significa que la ONI tendrá dificultades
para atraparnos cuando todos los demás estén tratando de ha-
cer lo mismo."
Niko frunció el ceño. "Suena muy seguro."
"Lo será, si lo hacemos bien."
"Tendrán su merodeador en órbita", dijo Ram, "tal vez más
que eso. Podríamos escapar de la reunión, pero ¿qué hay de es-
capar del planeta?"
"Por eso usamos la semilla de mejora. Si somos atrapados
en el espacio, entonces todo lo que se logre en tierra será para
nada. Tenemos que asegurarnos de que podemos escapar de
ellos."
Su pecho se apretó con la realidad de lo que estaba diciendo.
No quería reconfigurar su nave, no quería que nada cambiara.
Pero las cosas habían cambiado... y ya era hora de que lo acep-
tara y empezara a jugar con nuevas reglas, no con las antiguas.
Tenía la oportunidad de superar a la propia Oficina de Inte-
ligencia Naval y recuperar sus objetos personales. Y ahora, gra-
cias al armiger y su semilla de mejora, ella tendría la capacidad
de buscar en la galaxia más rápido de lo que nunca pensó posi-
ble. Con las proyecciones devueltas, encontrar a su padre pare-
cía más real que nunca.
¿Cómo podía darle la espalda a una oportunidad como esa?
"Sí", dijo finalmente. "Estoy segura."
"Entonces, ¿cómo hacemos esto?" Preguntó Ram, mirando
al armiger. "¿Qué podemos esperar?"
"La semilla de mejora no cambiará la apariencia exterior de
la nave; sólo reforzará sus materiales existentes mediante enla-
ces de luz sólida. En el interior, los filamentos cuánticos y de luz
sólida se entrelazarán con los sistemas existentes de la nave,
todo ello dirigido por un código de actualización inteligente, que
he ideado en Triniel para crear una integración personalizada
entre la tecnología Forerunner y las especificaciones y tecnolo-
gías actuales de su nave. Por lo tanto, los cambios están sujetos
a las limitaciones del diseño humano de la nave.
"La mejora puede aplicarse en órbita, pero es mejor poner
la nave en tierra y funcionar con energía auxiliar mientras la se-
milla hace su trabajo. Una vez que el proceso esté completo, la
As de Picas habrá integrado completamente las tecnologías Fo-
rerunner, desde capacidad de sigilo hasta armas mejoradas, co-
municaciones y sistemas de navegación, manteniéndose dentro
del marco de la funcionalidad operativa humana. Sin embargo,
la mayor característica es el avance en el viaje por el desliespa-
cio. La semilla de mejora creará una integración perfecta entre
su unidad FTL, la tecnología trasluz Forerunner y la escama de
rebufo, teniendo en cuenta los materiales disponibles para tra-
bajar y el tamaño de la nave, por supuesto."
"Bueno", dijo Niko. "Por mucho que quisiera al pequeño,
esto deja los esfuerzos de LB en el polvo."
"Bien, entonces está decidido. Lo haremos aquí en la playa",
dijo Rion. "Le responderé a Hahn, y luego empezaremos."
CAPÍTULO 31
"Ya era hora", gruñó Karah, con las dos manos en la mesa
táctica y los labios formando una línea apretada. Llevaban un día
entero buscando la nave en la superficie de Binterall y no habían
encontrado nada. Incluso la Bad Moon Rising, que se había unido
a ellos hace doce horas para el intercambio, había llegado con
las manos vacías. Karah estaba casi segura de que la tripulación
de esa nave de recuperación había conseguido de alguna ma-
nera una tecnología de camuflaje muy sofisticada y sin duda al-
tamente ilegal.
A través del canal de comunicación abierto con el equipo en
la superficie, la voz del Agente Hahn sonó sobre el caos de la es-
caramuza que se estaba produciendo en Puerto Alegría. "¡Dis-
pare contra esa nave, Capitana!"
"Hay niños en esa nave." La voz de Novak interrumpió la
transmisión, entre gruñidos apagados y disparos de armas. "Ci-
viles."
"Recuperadores, Novak", Hahn respondió. "Criminales."
"No es" …un grito penetró a través de las comunicaciones
de Novak, sonando como un Kig-Yar… "una sentencia de muerte
por recuperación ilegal, o por engañar a la ONI."
"¡Están violando directamente la Directiva de Salvamento!"
"¡Y tenemos nuestro salvamento!"
"¡Caballeros! ¡Suficiente!" Karah ladró. La As de Picas estaba
ganando altitud. Si llegaba al espacio y saltaba, la perderían de
nuevo.
La Bad Moon Rising apareció y se colocó detrás de la As de
Picas. No tenían adónde ir, y aun así no se detenían ni respon-
dían a las llamadas. Karah había tomado algunas decisiones di-
fíciles en su época, pero estaba con Novak, no quería dispararle
a una tripulación herida y a un par de niños. Lo haría si tuviera
que hacerlo... pero la experiencia le había enseñado que normal-
mente había otra manera.
"Turk, envía una advertencia a través de su proa."
CAPÍTULO 36
"Hola, pequeña."
Sus palabras se quedan en su garganta, su expresión
está buscando, buscando la manera correcta de empezar.
Pero no hay buenas palabras para esto, no hay una buena
manera de decir lo que se necesita. Así que se encoge de
hombros. No hay nada que pueda hacer ahora.
"Se me acaba el tiempo, Lucy… Esta guerra, está
avanzando con fuerza y rapidez…
"Cuando veas esto, serás mayor. Le dije a Serina que
esperara. No te enfades por eso. Pequeña, no necesitas
crecer con esto sobre sus hombros. Pero…" Sacude la ca-
beza; un músculo se agita en su mandíbula. Está lu-
chando. "No puedo irme sin decir adiós. Tenemos un
trato, tú y yo. Siempre seremos sinceros el uno con el otro.
No voy a echarme atrás ahora.
"Sin un reactor, la Spirit se quedará a la deriva un
tiempo antes de que la encuentren o vuelva a casa. Serina
se aferrará a este mensaje y se asegurará de que lo reci-
bas cuando pase el tiempo suficiente. Ella y Cutter me lo
prometieron."
Él mira hacia otro lado, se frota la mandíbula de
nuevo.
"Mira, pequeña... lo que estamos enfrentando... no se
ve bien. Hay una flota de naves alienígenas aquí. Tecno-
logía como nunca antes hemos visto. Si cae en las manos
equivocadas, estamos acabados. Tú, tu madre, tu abuelo,
la tía Jill, todos. Así que estoy haciendo mi parte, ¿de
acuerdo?
"Esto es lo que hace falta. Este es un sacrificio que
sabía que venía con el trabajo.
"Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Nunca lo
dudes. Nunca pienses que lo que hago ahora significa que
no te amo, porque, hija, te juro que mi corazón está rebo-
sante."
Sus ojos se vuelven vidriosos. Lo sabe, y se los frota
rápidamente. La siguiente parte parece ser la que más le
duele. "Vas a ser una gran mujer. Ya estoy orgulloso de la
persona que sé que serás."
Se detiene, y su respiración es temblorosa mientras
se toma un momento para recuperarse antes de mirar a
la cámara.
"Así que esto es un adiós. Lo siento mucho. Espero
que algún día puedas perdonarme por dejarte. Hasta en-
tonces, levanta la cabeza, pon los hombros rectos, y
nunca, nunca tengas miedo de tomar la vida por los cuer-
nos y hacerla lo que quieras que sea."
Él asiente bruscamente, besa sus dedos, y luego los
golpea en el lente de la cámara.