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¿QUE SE PUEDE HACER PARA LUCHAR CONTRA LA EPIDEMIA DE LA

OBESIDAD INFANTIL?
 aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y
frutos secos.
 reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas;
 reducir la ingesta de azúcares, y
 mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física
de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo y
conste de actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una
mayor actividad física
LAS CLAVES PARA PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL DESDE BEBÉ
1. Dale de mamar. Los bebés que toman leche materna tienen menor riesgo de
desarrollar obesidad que los que toman fórmulas, y este efecto protector es mayor
cuanto más se prolongue la lactancia. Que el bebé gane poco peso no es factor suficiente
para dar biberones «de apoyo».
2. No introducir ningún alimento distinto de la leche antes de los 6 meses. Ni siquiera
zumos o infusiones, aunque no estén azucaradas: no son necesarios y así toman menos
leche.
3. Evita añadir demasiados cereales a su papilla o biberón.
4. Hasta el primer año, no poner más de 30-40 g de pollo o carne en sus purés. El exceso
de proteínas es un factor de riesgo para desarrollar obesidad.
5. Cuando introduzcas la fruta, intenta no sustituirla por zumos, aunque sean naturales.
La fruta entera tiene fibra, el zumo no; es mucho menos calórica una naranja que un
vaso de zumo de naranja; y es bueno que se acostumbre a la fruta entera.
6. Aunque creas que «no ha comido nada», no le fuerces a terminar el plato. Los
lactantes tienen un delicado mecanismo de regulación del apetito que les impide tomar
más de lo que necesitan. Si le obligas, ese mecanismo se altera. Muchos niños gorditos
fueron un día bebés obligados a comer.

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