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Introducción
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https://www.loopcloud.com/cloud/
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Digital Audio Workstation
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muestra en la foto) existe en sus relaciones no sólo con el computador, sino con
páginas de los desarrolladores de tecnología musical, y en relación con las
plataformas de producción y circulación musical. En ese sentido, un controlador
MIDI no es siempre el mismo instrumento, sino que va cambiando a medida que se
transforma el entorno virtual en el que éste objeto tiene sentido. De hecho, los
avances más recientes de la IOT3 (Turchet, 2018), le apuntan al desarrollo de
instrumentos inteligentes que funcionen en el marco de redes cibernéticas, de tal
forma que ya estos instrumentos no solo emiten sonidos, participan de conexiones
más allá de los contextos espacio temporales y emiten datos, los cuales, por
supuesto, tienen un uso comercial más allá de lo estrictamente musical.
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Internet of the things
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cuanto hacen que la realización de una parte de la música se simplifique, dándole
relevancia al productor por encima del músico intérprete de algún instrumento
análogo. Ya no es estrictamente necesario contratar músicos de sesión, se puede
comprar, a bajo costo, fragmentos de interpretación con la calidad de sonido de los
mejores estudios del mundo, que unidos pueden construir (o simular) la
participación de un instrumentista.
Como señala Manzini (1992), hemos cargado con un contenido negativo y pesimista
el concepto de lo artificial. Asociamos lo artificial a lo falso, a lo alejado y la negación
de la naturaleza, la cual constituye nuestra verdadera esencia. Es como si
redujeramos lo humano a lo orgánico y olvidaramos la necesidad de deshacer la
distinción radical entre natura y cultura (González, 2007). Habitamos contextos
humanizados, es decir, construidos por los humanos, en relación a las posibilidades
del mundo material del cual somos parte. Los objetos que hemos creado no son una
negación de nuestra naturaleza, son, por el contrario, una expresión de lo que somos,
se constituyen como unos otros que hemos materializado y que han cambiado
nuestra propia materialidad, que nos interpelan y nos determinan, así como son
interpelados y determinados por nosotros.
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convertía el sonido en imágen), ha ido, de manera progresiva, interviniendo el
ambiente sonoro de tal manera que hemos naturalizado la existencia de
reproductores de audio, los cuales, en su totalidad son de carácter artificial y
reproducen una simulación de sonidos grabados en contextos espacio-temporales
diferentes a los que son escuchados por los oyentes. Un disco de vinilo no es menos
artificial que un archivo mp3 cargado y reproducido en línea.
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proceso electrónico que nos resulta incomprensible (Manzini, 1992). Un sintetizador
digital (o análogo) contemporáneo puede producir miles de sonidos y el intérprete,
con solo pulsar una tecla o una perilla, puede generar diversas duraciones, alturas,
timbres. Así mismo, un músico electrónico puede elongar el sonido, ralentizarlo,
multiplicarlo, devolverlo, etc. con la ayuda del software adecuado, de tal manera que
ya no es tan fácil asociar la emisión sonora con la interacción material entre el
intérprete y el instrumento. Con esto no trato de señalar que la música producida de
manera electrónica es más artificial que la producida de manera acústica (aunque
esto podría ser cierto); sólo que de la misma forma en que alguien puede entender
más fácil el funcionamiento de un reloj mecánico que el de un reloj digital, el cambio
hacia lo electrónico modifica en términos materiales la emisión del sonido,
cambiando a su vez, las habilidades técnicas y expresivas que tienen los músicos que
trabajan con recursos electrónicos. No diré más al respecto, dado que no es mi interés
comparar los instrumentos análogos con los digitales. Señalaré, en suma, que en los
dos casos media la aparición de lo artificial, solo que en lo electrónico, la relación con
la emisión del sonido supera las posibilidades corporales (la producción de aire, la
velocidad de los dedos, la capacidad de percutir una superficie), de manera que a
través de la tecnología se pueden producir
sonidos sintetizados que no obedecen
necesariamente a la comprensión común
sobre cómo puede hacerse que algo suene.
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cambie. En los dos casos la relación material con la producción del sonido tiene
matices distintos.
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pero cerca de una decena de marcas tienen acaparado el mercado y se han
convertido en las herramientas que usan realizadores de todos los calibres para
desarrollar sus producciones sonoras. Esta tecnología propone una relación material
específica, en cuanto permite a los realizadores mezclar ondas de orígen analógico
(voces, capturas de instrumentos) con sonidos sintetizados y con plugins y software
externo producido para el tratamiento del sonido. Los DAW articulan el trabajo de
diferentes empresas de tecnología y son objetos virtuales complejos que se modulan
a través del mouse, el teclado del computador, las interfaces que convierten audio
analógico en digital y los controladores midi ya antes reseñados.
Por último, traigo a colación el objeto virtual sobre el que descansa mi interés
principal: la plataforma (biblioteca) de samples y loops. Diferentes empresas de
tecnología y sellos disqueros han creado espacios online para distribuir, ya no
trabajos musicales completos, sino muestras
(samples) de sonidos y loops que los músicos
pueden usar para crear sus proyectos
musicales. Algunas de estas librerías son de
uso gratuito y otras son pagas. En cuanto objeto
virtual despiertan en mí un gran interés por lo
menos en cuatro aspectos: 1. Estas librerías
plantean relaciones de producción sonora
desterritorializadas. Ya no es necesario estar en
brasil para hacer una captura de un set de
percusión de samba que pueda usarse en la
producción de una canción, apenas con el pago
de una suscripción a una Sample Boutique,
puede accederse a grabaciones de calidad, que pueden amoldarse a los tempos y a
las armonías necesarias para desarrollar la canción. 2. Estas librerías construyen un
mapa sonoro global. Dado el avance de la World Music, productores de diferentes
partes del mundo se interesan en el uso de recursos sonoros conocidos en el plano
global. Por ello, el catálogo de estas plataformas considera una organización
territorial interesante en la que se presentan los “samples del mundo”, recursos
sonoros para hacer para la apropiación musical sonora. 3. Estas librerías contribuyen
a que sea más sencillo el trabajo de desarrollar producciones de calidad, pero
también contribuyen a estandarizar el sonido que ofrecen muchos realizadores a
nivel internacional. Esta paradoja es interesante, puesto que la tecnología ha
facilitado la producción de la misma manera que ha hecho menos frecuente que las
producciones fonográficas se singularicen, por el contrario, los recursos tienden a
estandarizar las decisiones estéticas, cosa que demandaría varios ejercicios de
investigación. y 4. Estas librerías transforman la relación material-corporal que en
otros momentos mediaba de manera más clara la realización de la música, a partir de
lo cual se producen otras prácticas y representaciones sobre la composición y la
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interpretación musical. Ahora se podría hacer música sin tener el oficio técnico de
tocar un instrumento, solo cortando y pegando samples, haciendo uso del gusto,
pero no del acto material (corporal) de interpretar. Se interpreta el sentido que se
quiere componer, pero no los instrumentos que sonarán en el producto final.
Como señala Kopytoff (1986), la biografía cultural de las cosas permite conocer las
relaciones sociales que subyacen y dotan de sentido a los objetos. Las cosas expresan
las relaciones sociales que las producen y son a su vez activas en producir y
reproducir el mundo social del que son parte. En el caso del objeto virtual que nos
ocupa: la plataforma Loop Cloud (la cual además está conectada de manera con
otros objetos como los sintetizadores, los instrumentos musicales, los DAW y los
controladores) podemos señalar que en la biografía de esta tienda virtual expresa
una transformación en las relaciones materiales de producción de la música; y yendo
un poco más lejos, podemos afirmar que su historia permite ver una transformación
estructural: la de la producción de contenidos culturales y de valor a través de las
redes de comunicación globales.
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Así que la plataforma intermedia entre los productores del mundo y las empresas
que producen estos samples. Esto nos plantea un modelo de negocio propio del
capitalismo de plataformas, pero también genera otras relaciones materiales (e
inmateriales) de producción musical. En la corta historia de loop Cloud realizadores
de todo el mundo han subido sus paquetes de muestra y han generado un mapa
sonoro global. Es posible encontrar recursos para hacer música de los cinco
continentes, con interpretaciones de músicos que comercializan sus interpretaciones
de fragmentos que se pueden usar en un número no identificable de producciones.
Desde finales de los 70´s, en la cultura Hip Hop, se dio inicio a la práctica del
sampling, en la que se hacen recortes de canciones que se mezclan para generar
nuevas sonoridades y producciones. El sampling es el arte de la cita, implica cierta
intertextualidad y reciclaje sonoro. De esta manera, lo que plantean las sample
Boutiques no es nuevo. No obstante, al haber desarrollado en estos espacios librerías
descomunales que al menos en teoría (y con una curaduría ciertamente achatada por
las pretensiones comerciales) buscan ser un atlas sonoro del mundo, se convierten en
objetos interactivos interesantes, no para aceptarlos acríticamente sino para pensar
las transformaciones y juegos (sociales, estéticos, culturales, tecnológicos) que allí
tienen lugar. Dado que este documento es apenas el bosquejo del planteamiento de
un problema de investigación (que ya casi excede la extensión pactada para la
realización del trabajo), cerraré proponiendo algunas preguntas que podrían orientar
mi proceso en lo venidero, dado que aun no cuento con el suficiente aparataje teórico
ni la evidencia empírica para ofrecer respuestas sólidas sobre el fenómeno que
subyace al proceso que he abordado en estas páginas. Los cuestionamientos
devenidos de lo que he expuesto hasta aquí, son: ¿Cómo este proceso de
plataformización de los recursos sonoros con los que se desarrollan producciones
musicales a lo largo y ancho del mundo performan la sensibilidad sonora? ¿Podría
hablarse de una estandarización de la sensibilidad sonora devenida, en parte, por el
uso de estos recursos digitales? ¿Cómo la interacción con estos objetos virtuales
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transforma la figura del creador musical, del cual se demandan otras habilidades
técnicas que no están relacionadas directamente con la emisión del sonido? ¿Cuáles
son los usos locales, mestizos, resultado de las apropiaciones en el marco de los
procesos de los realizadores locales? y en general, ¿Cuáles son las prácticas y
representaciones sobre la composición e interpretación que se producen en el uso de
plataformas y herramientas digitales de producción musical?
4. Referencias bibliográficas
Manzini, E., & Marión, F. J. (1992). Artefactos: hacia una nueva ecología del ambiente
artificial. Experimenta Ediciones de Diseño.
Turchet, L. (2018). Smart Musical Instruments: vision, design principles, and future
directions. IEEE Access, 7, 8944-8963.
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