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Clasificación de bioproductos en la

agricultura
Biocontroladores
Bioninsecticidas:

Nematodos entomopatógnenos
Cada día las personas están expuestas con mayor frecuencia a productos químicos a
través de los alimentos y el ambiente (1) y gran parte de ellos provienen de los
plaguicidas. La preocupación de la sociedad por este hecho se debe a evidencias que
relacionan el uso inadecuado de químicos para el control de plagas, con degradación
de la calidad de las aguas (2), contaminación de suelos, aparición de insecto-
resistencia y problemas de salud en el hombre (3).

En los últimos veinte años crece el número de miembros de los sectores científico,
académico y productivo que estudian y /o utilizan otras tácticas de manejo de plagas
como el empleo de agentes de control biológico, los que demostraron su efectividad y
propiciaron menor uso de los plaguicidas. El empleo inteligente de biorreguladores en
el manejo de plagas, teniendo en cuenta los contextos sociocultural, económico y
tecnológico de los sistemas agrarios, constituye una alternativa viable, sostenible y
posible para países en desarrollo (4).

Los nematodos de las Familias Steinernematidae y Heterorhabditidae (nematodos


entomopatógenos), son agentes de control biológico de amplia utilización a escala
mundial, y existen numerosos productos comerciales en América Latina, Europa, Japón
y Estados Unidos de América, entre otros.

Estos nematodos poseen una combinación casi única de atributos deseables en los
biorreguladores, como su amplia gama de hospedantes y capacidad para provocar
altos índices de mortalidad; son ambientalmente seguros; pueden producirse a
diferentes escalas mediante métodos in vivo e in vitro; los estadios infectivos (JI ó J3)
pueden ser formulados y almacenados; el registro de los roductos se requiere en pocos
países; son fácilmente aplicables con los equipos estándares y el riego y numerosas
cepas son compatibles con diversos productos químicos y otros agentes
biorreguladores (4).

No obstante, poseen también limitaciones, como la necesidad de llevar a cabo


aplicaciones múltiples y con altas dosis (0,1 a 1x106 JI. m2-1) (5), insuficiente
capacitación de extensionistas y productores, así como escasa divulgación acerca de
las bondades y del uso correcto de estos organismos en el manejo de plagas (4).

Los nematodos entomopatógenos ejercen un control efectivo sobre una amplia


variedad de plagas en diversos cultivos, pero es necesario determinar el mejor
candidato (especie/cepa de nematodo) que será utilizado. Para ello se necesita
información de la biología, ecología y susceptibilidad de la plaga hospedante, tolerancia
a factores ambientales de la especie/cepa de nematodo, su estrategia de búsqueda,
compatibilidad con otros agentes de control biológico, entre otros aspectos (7),
estudios que se iniciaron en Cuba desde los años 70 del pasado siglo.

El desarrollo de una cepa hasta constituir el ingrediente activo de un producto recorre


un largo camino y generalmente sigue la ruta descrita por Gaugler (8), que
abarca: prospección; aislamiento; establecimiento del rango de hospedantes; estudios
de virulencia; estudios para la reproducción masiva y formulación. Paralelamente, se
desarrollan sistemas de gestión de calidad, que aseguren el adecuado mantenimiento
de los aislados en los laboratorios, la producción (artesanal o industrial) hasta la
evaluación de las formas de aplicación y efectividad del producto en campo (4).

http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1010-27522012000300001&script=sci_arttext&tlng=en

Hongos entomopatógenos

https://www.inia.cl/berriesmaule/2019/06/24/productores-de-berries-aprenden-a-combatir-
plagas-con-uso-de-controladores-naturales/

https://www.inia.cl/blog/2019/10/05/investigadores-resaltaron-importancia-de-utilizar-
biocontroladores-en-cultivos-horticolas-del-maule/

Los hongos entomopatógenos, son un grupo de microorganismos biocontroladores ampliamente


estudiado, distribuidos mundialmente, y capaces de infectar insectos y causarles la muerte.
Destacan los géneros Beauveria, Metarhizium, Verticillum y Paecilomyces, entre otros.

El modo de infección de un hongo entomopatógeno comienza cuando una conidia entra en


contacto con la cutícula de un insecto susceptible, formando un tubo germinativo que permitirá el
ingreso del hongo al hemocele gracias a una serie de enzimas que degradan la cutícula del
hospedero. Una vez en el interior del cuerpo del insecto, el hongo comienza a colonizar distintos
órganos, liberando toxinas que inhiben el desarrollo fisiológico y finalmente provocan la muerte al
insecto.

Dentro de las principales características de estos microorganismos se encuentra la inocuidad para


los seres humanos, lo que garantiza que con su manipulación no se corre riesgo alguno. A su vez,
los entomopatógenos son inocuos para los insectos benéficos y al resto de los insectos en general
ya que, junto a esta inocuidad, se les adjudica la especificidad y selectividad con la que actúan
sobre otros organismos.

https://web.inia.cl/bioinia/hongos-entomopatogenos/

Los hongos entomopatógenos producen enfermedades y causan la muerte de insectos y otros


artrópodos. Se conocen alrededor de 750 especies de estos hongos, la mayor parte de ellas
incluidas en los grupos Hypocreales (Ascomycota) y Entomophthorales (Zygomycota).

El ciclo vital de estos hongos se divide en una fase parasítica, que va desde la infección hasta la
muerte del hospedero y una saprofítica, que transcurre después de la muerte del insecto. Este
aspecto de su biología, permite a los hongos entomopatógenos actuar como patógenos
facultativos, es decir, son capaces de sobrevivir a expensas de la materia orgánica del suelo u otro
sustrato, mientras no haya insectos disponibles para infectar.

A diferencia de otros agentes patógenos, como bacterias y virus, que deben ingresar al cuerpo del
insecto junto con el alimento, los hongos entomopatógenos infectan a su hospedero a través de la
cutícula externa. Este proceso infectivo incluye la adhesión de las esporas a la cutícula, la
penetración de la cutícula por un tubo germinativo, el crecimiento del hongo dentro del cuerpo
del insecto y finalmente la producción de nuevas esporas y su dispersión. La muerte del insecto
ocurre por daño mecánico causado por el crecimiento interno del micelio del hongo o por la
acción de toxinas.

Debido a su especificidad, inocuidad y fácil manipulación, los hongos entomopatógenos han sido
incorporados exitosamente dentro del manejo de plagas. A diferencia de los insecticidas
tradicionales, los hongos entomopatógenos usados como biopesticidas son selectivos, pues actúan
sólo sobre algunas especies de insectos; no dejan residuos ni son peligrosos para la salud de las
personas u otros animales; pueden producirse en grandes volúmenes y se aplican fácilmente
mediante maquinaria o el agua de riego.

https://www.mnhn.gob.cl/613/w3-article-52193.html?_noredirect=1

Se estima que el control de plagas en arbustos frutales deberá lograrse mediante el diseño de una
estrategia que armonice la fenología del cultivo, el manejo del huerto, destino de la producción y
el conocimiento de la presencia de biorreguladores o poblaciones de depredadores benéficos que
actúen como control natural sobre estas plagas (Neira & Mundaca, 1982).

Guerrero et al. (1999) determinaron el hongo Metarhizium anisopliae var. anisopliae asociado


con Hylamorpha elegans, Phytoloema hermanni, Schizochelus breviventris y Brachysternus
prasinus (Coleoptera: Scarabaeidae) y con Aegorhinus sp. y Graphognatus leucoloma (Coleoptera:
Curculionidae). Entre los hongos encontrados con mayor frecuencia destacan Beauveria y
Metarhizium, los cuales se utilizan con gran éxito en el control de plagas en el mundo. A través de
evaluaciones experimentales de los hongos colectados se han seleccionado cepas para combatir
importantes insectos plagas de la zona centro-sur y sur de Chile (Gerding et al., 2002). También se
mencionan nematodos del género Steinernema y Heterorhabditis y a Centistes sp, un
himenóptero bracónido (Prado, 1991), al grillo rojo, larvas y adultos de carábidos, larvas de
asílidos (Devotto & Gerding, 2001).

Dentro de las principales características de estos microorganismos se encuentra la inocuidad para


los seres humanos, lo que garantiza que con su manipulación no se corre riesgo alguno. A su vez,
los entomopatógenos son inocuos para los insectos benéficos y el resto de los insectos en general,
ya que actúan con gran selectividad

(*)https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
34292009000100007

Biofertilizantes:
LOS BIOINOCULANTES SEGÚN SU FUNCIÓN

Los organismos que se dedican exclusivamente a la movilización de nutrientes se denominan


biofertilizantes. La primera generación de estos fueron los fijadores de nitrógeno, entre los que
destacó por muchos años el Rhizobium. Sin embargo, ahora hay otros organismos como
Azotobacter y Azospirillium. Hay otros que viven en el tallo de la raíz como el Glunocetobacter
muy utilizado en caña de azúcar. Si quieren hacer una fijación exitosa de nitrógeno en cultivos
orgánicos se debe obligatoriamente usar materia orgánica, enfatizó la especialista.

El segundo gran grupo de biofertilizantes son los Fosfato solubilizadores. Hoy en el mercado existe
un gran número de estos productos en base a hongos y bacterias solubilizadoras de fósforo
(fosfato de Ca / Mg y fosfato de Fe / Al), cuya función es movilizar el fosforo mineralizado para un
mejor crecimiento de la planta. “Estos bichos producen ácidos orgánicos de manera permanente,
de tal manera que se produce la solubilización. Adicionalmente, tienen un segundo mecanismo
que es enzimático sobre la materia orgánica”, precisa Martínez.

Los hongos micorrícicos forman parte del grupo de biofertilizantes del fósforo. Para conseguir el
crecimiento de sus grandes hifas, estos hongos necesitan mucha energía, es decir, requieren
movilizar el fósforo. En el mercado se comercializan hongos de micorriza para fijar nitrógeno,
“pero es falso”, dice la experta, porque solo pueden movilizarlo, y ese es un proceso diferente.
También participan de la elongación de la raíz, uno de los beneficios más importante que tiene un
efecto directo en el control de patógenos. En muchos casos, las micorrizas compiten con los
hongos patogénicos por el espacio.

Además de estos biofertilizantes que fijan el nitrógeno y que solubilizan los fosfatos, ha
comenzado a comercializarse otro grupo de solubilizadores de zinc, potasio, manganesio y boro.
En especial, en ese desarrollo se encuentra India.

En cuanto a la eficiencia de estos biofertilizantes, la experta afirma que aún hay mucho
desconocimiento de lo que se puede medir. En la práctica hay muchos factores que afectan el
establecimiento de los microorganismos en el suelo, como es el tiempo y el tipo de materia
orgánica en el suelo. Sin embargo, la eficiencia de los biofertilizantes está asociado a la cantidad
de nutrientes movilizados por hectárea. Por ejemplo, un microorganismo puede movilizar desde
20 kg de nitrógeno por hectarea.

En cuanto a los biofertilizantes, los fijadores de N (78%) son el grupo más grande que se conocen
en el mercado mundial.

Bioestimulantes:
Bioaceleradores:

Comprenden microorganismo o sustancias que ejerce la función de estimular procesos naturales


que generen beneficios en la planta, como por ejemplo el crecimiento radicular. Además, pueden
promover o aumentar la absorción/eficiencia de nutrientes, mejoran la tolerancia al estrés
abiótico y la calidad de cultivos.
En cuanto a sus orígenes, puede provenir de algas (Durvillaea antartica, Echlonia maxiuma),
bacterias o de animales (parasitoides) o microrganismos como la proteína hidrolizada, que se
comercializa con éxito en plantas.

Biorremediadores

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