No. La ira puede estar justificada en algunos casos. Por ejemplo, un
siervo de Dios llamado Nehemías sintió mucha indignación cuando
se enteró de que se estaba maltratando a otros siervos de Dios (Nehemías 5:6). A veces, Dios mismo siente ira. Por ejemplo, en el pasado, cuando
sus siervos rompieron la promesa de adorarlo solo a él y empezaron
a servir a dioses falsos, “la cólera de Jehová se encendió contra” ellos (Jueces 2:13, 14). Aun así, la ira no es una característica dominante de la personalidad de Jehová. Cuando se enoja, siempre es por una razón justificada y controla perfectamente su ira (Éxodo 34:6; Isaías 48:9). ¿En qué casos es malo sentir ira? Es malo sentir ira cuando no la controlamos o no hay una razón
justificada para enojarnos, lo que sucede la mayoría de las veces
con nosotros, humanos imperfectos. Veamos dos ejemplos. Caín se enfureció cuando Dios rechazó su sacrificio, y permitió
que la ira se adueñara de él hasta tal punto que asesinó a su
hermano (Génesis 4:3-8). El profeta Jonás se puso muy furioso cuando Dios perdonó a
los habitantes de Nínive. Dios corrigió a Jonás diciéndole que
no tenía razón para haberse “enardecido de cólera” y que debería haber sentido compasión por aquellos pecadores arrepentidos (Jonás 3:10-4:1, 4, 11).a
Estos dos ejemplos muestran que “la ira del hombre no obra la
justicia de Dios” cuando no está controlada ni justificada (Santiago