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97 CLASICO: Dicese del autor o de la obra que s¢ tiene por modelo digno deimitacién en cualquier literatura 0 a Vuestra colecci Libro. Clasico jone al alcance de todo lector le lengua castellana la: n les obras de la literatura ersal, los autores eterros, [os nodelos que no han perdi) ni yerderdn vigencic diciones cuidadosamente yaradas por un equipy d? cate irdticos y especialista~. Te itiles estudioso y gré il amante del libro de lic IMPRESCINDIBLES EN SU BIBLIOTEC tas. CARLO GOLDONI El regafion benefico D» TERES Licenciado en Filosofia y Letra LA POSADERA Entre todas las comedias escritas por mi, hasta aria por decir que ésta es la més instructiva, Esto podra parecer una para- doja a quien solamen ar el temperamento de la posadera, y dir tal vex que en ninguna otra obra he pintado una mujer mas ni mas perniciosa que ésta, Pero qui lexione sobre el cardcter y las peripecias del ca- visisimo de Ja pre: ie ensefia a huir das, Mirandolina hace ver al préjimo cémo se encan- dila a los hombres. Principia por ganarse el favor del Jor de las mujeres secundandolo en su ma- pensar, alabardolo en aquellas cosas que a alle gustan indolo, incluso, a hablar mal de Jas muieres, Superando asi 1a aversion que tenia el de los peligros para no sucumbir en las caballero por ella, empieza a mostrarle atenciones, le dedica finezas estudiadas, mostrando no quererlo ortesia y respeto y, viendo que en él se isipa Ja rudeza, ella aumenta el atrevimiento. Pro: nuneia palabras turbadas, lanza miredas cautivado- obligar itud. Le visita, Ie sirve a la mesa, le ras y, sin que él se dé cuenta, le inflere heridas mor , El pobre ndvierte el peligro y querria huir, pero la mujer, que lo nota, lo detiene con dos lagrimitas y 1 wn desmayo lo aterr cipita, lo envilece. Parece imposible que en p horas un hombi 2 enamorarse con tal fmpe un hombre, ademds, despreciador de las mujeres, y con las que nunca ha trat : esto cae con m donde fundame: 7 ha erefdo que podria bastarle, para defe u propia aversién.y ha present ho desnudo a los embates del enemi A principio yo mismo casi desconfiaba de verl enamorado con arreglo al a al final de la ct media y, sin embargo, conducido por la naturalez aso a paso, como en Ia comedia logré por vencido al final del segundo acto. asi no sabia c6mo desenvolverme en el tercer pero habiéndome acordado de cémo estas muje foquietas, cuando ven presos en sus lazos a los amai tes, nar un bles a los que han ver Ja esclavitud que s cer odioso el cardcter de las ad planchado, cuando la posadera se burl guidece, ¢no mueve los &nimos Jos tratan dsperament querido proporcio- jemplo de ra crueldad, de est io con que se burlan de los miser dc horror por esta bar los desdichados y ha del caba > que a despreciar a aquella que, después de haberle ena morado, le insulta? jh, hermoso espejo para los Ojos de la juventud! ;Ojala Dios hubiera querido que yo mismo dispusiera oportunamente de espejo se mejante y ai habria re(do de mi Ianto ningu: na barbara posaderal jOh, cusntas escenas me faci Titaron mis propias vicisitudes...! Pero no es éste ¢ jugar ni para jactarme de mis locuras ni para arre pentirme de mis debilidades. Bastaré con que alguien me agradezea la leecién que le oft que son honestas se alegraran también de que se de- mmascare a esias simuladoras que deshonran su exo, y las féminas coquetas se ruborizardn all ver: onmigo naldito as ween > advert bre um pe , el cami hablaba ‘en vo hice entonees ps {del actor acostum brado a. hablar en ahora Io he conver n toseant cosa introducir, sin ne- PERSONAJES I ‘ \ ZI Casatimro de Ripafratta El Marouts de Forlipopoli El Coxe de Albafiorita | MIRANDOLINA, posadera i Horrensta, e6mica de i Denies, comica de I Faprrc 1 La accién arrolla en Florencia, | en la posada de Mirandotina. | CENA I BI marqués de Fi ‘0. y el conde de ALBarroRrtA R Entre usted y te a dife ox. — En una posada tanto vale el dinero de 1 como el mio, Mar. — Paro si li Jera tiene conmigo dis- tinciones, mas me convienen a mi que a usted Cox. — ¢Por qué razén F peau donde Gold spit c Mar N. — Compré el condado cuando usted vendi¢ peto. Cox. — eQuiés 4 perdiendo el respeto? Es usted el que habla con demasiada libertad Mar. — Estoy en esta posada porque amo a a, Todos Id ny deben respetar a un mn que me agi Co. — Oh, ésta sf que es buena! ¢Querrfa usted impedirme qué yo amase a Mirandolina? ¢Por qué cree que estoy en Florencia? Por qué cree que es: toy a posada? Mar, — Esta bien. No lograré usted nada. Cox. — é¥o no, y usted si? Mar. — Yo si, y usted no. Yo soy quien soy. Mi randolina tiene necc de mi protecciér Cox. — Mirandolina tiene necesidad de dinero y no de proteccién. Mar. — ¢Dinero? No me falta. Cox. —Yo gasto un cequi al dia, sefior marqu y continuamente Ie hago regalos. Mar. — ¥ lo que yo hago, no lo digo. Con. — Usted no Io dice, se sabe, Mar, — No se sabe todo. Co. — Si, querido sefior marqués, se sabe, Los camareros Jo dicen: Tres paolinos al d Mar. — A propésito de camareros: esta ese ca marero que so lama Fabricio; no me simpatiza parece que Ia posadera lo mira con mu _ Con. de que quiera ria una cosa mal hecha. Ha 2 | el padre de ella, Una jove Mar. —.Si se casa, yo soy si Cox. — Mire, Démosle trasciente Mar. — Lo que 19 me jacto de ello. Soy quien s ahi? (Liama.) Cox. — jArruinado! ;Pobre y ESCENA IT @) En Venecia z plata; los primeros valian 7 litas, y glentos esciidos de entonces equiv En aquellos tiempos, como ea. para todo el mundo, pen iase media se les daba el titula nobles ¥ patricios el de exe Ta mas dendrico, déndose fy 1 fren pats, 05 (3). ismos, Fasrrcro dos fos 1 esta la patroncita? (A Fa: titulo de | Mar, — ¢Se ha levantado de Ja cama? 3. — Si, ilustrisimo. ESCENA Mar. — jAsni Fan, — ¢Por qué, ilustrisimo sefior fanouts y el Max ué viene ese ilustrisimo Fan, — Es el titulo que he dado también a este | otro caballen Mi u on Mar. — Entre él y yo hay alguna diferencia ero NO consegu Oye usted? (A Fabricio odas sus moned Dice Ia i. Hay di 0 ale, sino lo que pue- in las cuentas, (En voz baja al cor ast Mar. — Di a la patros aste a manos Ienas. Mirandolina no 10 tengo que hablarle Faw. = Sf, ‘exeelencia, A pesar de toda la gran nobleza de usted, ? o estima? Lo que quiere es dinero, Mar. —Esté bien, Hac ué dinero? Lo que quiere es tener peicree ica icacertinente Tener la posibilidad de que, cuando se Fis = Game quer ja ocasién, se Te haga un favor. Con. — Quieres ver I hay en - ener la posibilidad de que, cuan: Beara a9 ella ocasi le jen cien doblo- Mar, — 20ué quiere usted decir 5 (5 Cox. — Toma. Te doy un cequi. Haz que él te dé Man. que hace falta es hac otro, Cox. — Cuando no falta dinera Fas, histrieinem pal corde) Eeceled Mar. — Usted no sabe lo que di liens gia Con. — Sé lo que digo, porque c¢ ‘Mar, — No tiro mi dinero como los locos, Vete. Fan, — Iustrisimo sefior, que el cielo lo bendig (Al conde.) Excelencia. (;Pobretn! Fuera de su pais niere ser titulo para hacerse estimar, s6lo quie ES los descompone? ¢Una mujer? ;Qué co: ESCENA IV oir! ¢Una mujer? Desde luego no de que hay que hay peligro ning bras con nad or culpa Ss mismos, el caballerc arta, (6) de una mujer. Nunca Jas he querido, nuncs las cet ale de su mé y siempre he creido que la mujer es para el hom bre una enfermedad insoportabl En cuanto a que decir que Mi- Cas, — Amigos, equé son estas voces? ¢Hay algu Cox, — Discutiamos sobre una cuestion inter Patroncita de nuestra posada es verdade Mar. — El conde discute cor al ay. la nobleza. (Irénico,) Si yo la amo, puede usted creer que en Cox, — Yo no le quito el mérito a la nobleza m. — La ve me hacen 6 rein Pero sostengo q Procurarse caprichos hay Qué puede tener ésta de extraordinario que ao sa que tener diner comtin en las demas mujeres? Ca, — Verdaderamente, marqués mio. Mar, — Tiene unos modales que subyugan por Maz. — Bueno, hablemds de otra cosa su nobleza Gra, — @Por qué han entrado ustedes en seme Caeeaive habla bien, viste con elegancia Jante diseusién? y es de un gusto perf Cox. — Por el motivo més ridfculo del mundo. |, CAB. — Cosas todas que no valen un higo. Hace Mar. — {Si, eso es! Al conde todo le parece rk das que estoy en esta posada y no me casa lo, impresié Cox, — FI sefior marqués ama 2 le N. — Mirela y quizé le encontraré algo bueno ta Yo la amo todavia mas que él >» |Qué locural La he visto muy bien, Ee Trespondencia como un tributo a su nobleza, Yo ia deebrie Condens Spero como recompensa a mis atenciones, tLe pa MAR. — No es como las demés, tiene algo dife eee a usted que la euestion no es ridfeula rente. Yo, que he tratado a las damas de mejor eon Ma. — Hay que saber el empeiio con que la pro- “CON. — El Ia protege, y Cap. — En verdad no so pi tivo que menos no he encontrado otra mujer que seq como ésta, Ia gentileza y el decor, — {Cuerpo de Baco! (7). Estoy gnsto. (Al caballero.) de discutir por mo merezca. ¢Una mujer los altera, “) «1Cuerpo a a «En nombre. dk En prese y por tant mercanti, ‘adecuada en boca del conde. Ripafratta es una localidad cereana a Pis podido tocarle u ; > creen ustedes, eh? A m{ no me la pe Con, — 2N enamorado’ c Ni lo he estado, ni lo estaré. Han. heche cosas diabélicas para conseguir casarse conmi pero nunca he querido, Mar. — Pero usted es el tinico en su familia; «no quiere pensar en ion? Cas. — He per so mds de una vez; pero CoN. — 2Oué quiere ust de sus riquezas? Cap. —"Disfrutar lo poco que tengo con mis MAR. — jMuy bien, caballero, muy bien; disfr taremos! Coy. — g¥ a las mujeres no quiere darles nada? Cas. — Nada en absoluito. De mi no van a comer Cox, — He aqui a nuestra patrona. Mirela y df game si no es adorable. Cap. — ;Vaya una be Mar. — Si no la estima timo yo, que Venus. i tiene necesidad d a A esc smpostura, yo 10 temeridad, impertin (A fa, marqués,) Querida Mirandolina, yo Ie hablaré en 9 le daré la molestia ¢ mi habitacién, 1 estos pendientes. zLe agradan? Son diamantes, gsabe? — Si, lo sé. También yo entiend Oueridc tos t € pon A ” MIR. — No sé qu 8 qu Me interesa tener como Cas.— (Oh, qu ; piritu? (Al cabatlero a oe Cab, — Bonita aguder Mar, — v Gad habe 2, Por Vanidad! Mirandolina, tengo A prenat 3 S085 con usted; soy gentilhombre. Mir. — (j0ué on éste no hay na pol ! De un arruinado como que esperar.) Si no ordenan otra Gusta. Si no tiene al; ores M © mejor, me la tendré algo mejor. Quedard sey ee que podria pedirlo con un que ella mnjeres! Qué Je han hecho? © muestra tan cruel con nosotras, senor amigo no podré tomars. opa de cama. La 1 Maavts, ef Conn y MIRANDOLINA No he visto Mir. — Qué nada igual. CoN. — Querida Mirandolina, no todos saben apre ciar Jo mucho que usted val Mir. —La verdad stoy tan disgustada con mal proceder, que ahora mismo voy a echarlo. partir inmediatamente, Haga usted uso de Gox.—¥ en cuanto al dinero que tenga que per ter, supliré yo y lo todo. (Oiga, despida tam bién al marqués, que yo pagaré.) : ik, Gracias, sefiores mios, gracias. Tengo tan- to espiritu, que me sobro y me bast6 para mn forastero que no lo quiero en mi casa; y en cuane a la ganancia, mi posada no tiene nunca habita- ENA VII Los mismos, Fannucto Fas. —Tlustrisimo, hay alguien que pregunta por eSabes quién es? Fas. —Creo que es un joyero, (En voz bajaa | Mirandotina.) Mirandolina, juicio, aqui no estés Bien. (Vase.) Con. — i tiene que mostrarme una joyal ‘Mirandolina, esos pendientes quiero que tengan com- Min. — Fs0 no, sefior conde Cox, —Usted merece eso y mucho més; 1 dinero, no lo estimo en absoluto. Voy a ver esa Adiés, Mirandolina; sefior marqués, hasta la vist (Vase.) ESCENA VII routs y Mar, —(jMaldito conde! Con estos dineros suyos me mata Mir. —La verdad es que el sefior conde se inco- moda demasiado. ‘Mar. — Estos que tienen cuatro cuartos, los gas nidad, por presuncién, Yo los conozco, sé ai vive el mund Mx, — Tambien yo Mize — Los repalos no hacen dafo al estémago Man, —Yo creeria hncerle a usted uma injuria —10h, desde luego, el sefior marqués nunca me ha injuriado Mar.—E injuries asi no e las haré yo nur juntillas, yo pueda, no tiene mas Jim. —Haria falta que yo supiese qué es Jo que muede su excelenci Man.—Todo. Péngame a prucba. Mir. — Pero, plo, zqué es To que puede? Mar. — Por Tiene ‘usted un mérito que sorprende Mrr.— Muchas gracias, excelenci Max.— jAh, estoy casi por decir un despropési to! Casi maldecirfa mi excelencia, Mir. — ¢Po: efior? Mar.—A veces descaria hallarme en el —eA causa quizé de su dinero? —JEh, qué dinero? No me importa eso. Si 9 fuese un conde ridiculo como Mir. — ¢Qué haria? Mar.—jVoto al diablo... m Vase.) ho? {El exce- n.—{Utl, gqué es lo que bi M nntfsimo sehor marqués Pobretén s No querria yo. wa el humo. an dicho migo! Pero es el c migo habria una pequefia dificultad jos los que BEE II Oo me ‘rata con tanta brusquedad? Este es el prin tratar conmigo. No digo que todos, de golne y po ee Es enemigo de las mujeres? ¢No las Jinaria y que no Ia quiere ? Pobre loco! No. habré encontrado Ma Ua de 19 66: taerbiea a ating to Hel cee jue Io sepa manejar, Pero la encontrara. La ¢ contrara, ¢¥ quién sila ha encontrado ya? Con éstos precisamente ¢s con los que yo me Pico. Los que corren d mi, no tardan en aburrir { hecha para mi, La riqueza la estimo y no la estimo. Todo mi placer consiste en verme servida (8), requebrada, adorada. Esta mi debilidad y ésta ‘es la debilidad de casi to las mujeres, En casarme ni siquiera pienso; no ter: qitiero complacerl Fan, — Muy bien. Venga entonces a sacar Ia ropa evar Fas, — Usted se la quiere le Mrr.— Si, yo. Faa.—Mucho debe de int le ese forastero. me interesan, Atienda usted st g0 necesidad de nadie, vivo honradamente y goxo de mi libertad, Trato con todos, pero nunca r BD say Sine ca Cuca ae OU Da NSE me lisonjea, pero no haremos nada.) caricatures de amantes desquiciados y deseo usar oe ‘obre loco! Tiene pretensiones. Qui TRE a aaveient sit epee Maite ro tener esperanzado, para que me sirva confi esos corazones barbaros y duros’ que son enemigos a de nosotras, nosotras, que somos Ia cosa mejor que mi leepereane pla) costumbre de “que haya puesto en el mundo I nosa madre nat ea. yo quien sirva a los forasteros plea. Me, —U rudo con los forasteros. : Fan. —¥ jo amabl ~(@). Servida, cquivale a cortejada, Hay que t a BO fe eT presente que el esetecien . fe los eal Heros galanteadores.q B el marido. de pildiera estar caloso; el hacia compania a la Gama en yada t 1 menos, entre yo y usted podemos tr tarnos con confianza; pero esa acémila del conde no es digno de sostener conversacién con nosotros Ca. — Querido marqués, permitam pete a os demés, si quiere usted ser respetado a su vez, Mar.—Usted sabe cudl es mi natural. Yo me muestro cortés con todos, pero a ése no lo puedo Can. —No lo puede sufr jorque es su rival en aballero de su catesc arse de una posadera! {Un hombr ed, correr detrés de una mujer! ‘aballero mio, ésta me ha hechizado. jOh! jLocura! ;Debilidades! No. hay he. chizos que valgan. Fijese como a mi las mujeres no me hechizan, Sus brujerias consis hala. ienzal {Un c lejos de ellas Mar. — Basta; pienso me fastidia y me inquieta es de campo. Cas.—¢Le ha hecho alguna estafa? Mar. —Ha faltado 58 | siento,..! Traiga en seguida otra. @.—Hoy no tenemos més chocolate, ilustrf (Gant Wertaral ste prar. Si se digna eptar ésta... (Al Mai juego sigue he Este administrador Ca.—(Y yo me quedar Maa. —Me habla prom: me con un sropio... (Bebe) veinte cequies... (Bebe.) CaB.— (Ahora viene con un segundo sablazc Mar. —Y no los ha mandado... (Be Crp. —Se los mandaré en otra ocasién, Mar.—La cuestién es... La cuestién es... (Ter mina de beber.) Tenga. (Da ta taza al servidor.) La que estoy en un gran apuro y no sé qui hacer Cap. —Ocho dias més, ocho dias menos Mar. —Pero usted, que es caballero, sabe lo que decir cumplir Ia palabra. Esto} nn apuro, a qcuerpo de Bact ‘Cia Siento verlo enfadado. (A ver cémo con sigo librarme con decoro.) Mar. cUsted tendrfa diftcultad Cin Querido imargués, si pudie en seguida erandolos y no los tengo. Mar. norré usted decirme que e a tiene miedo? Se lo devolveré 1ué decir, quédeselo. (Le da el ce asunto urgent lo Iveremos a vernos en la comida. (Coge ESCENA XIV a3, — jBravol El sefior marqués queria sablear me veinte cequies y luego se ha contentado con uno. A cequi no me importa perderio y, ; no me mas. Lo que n rada es que se haya tomado m chocolai falta de tactol Y Itego: soy SOY; Soy ero, {Menudo caballero! bien, Péngala allt. ( la al menos tela es? janas son de rensa (10). (Avi Mre.— Si, sefior; de diez Cas. —No pretendia tanto. Me t 2 que lo que me habia dado. Esta ropa la tengo para los personaje le oria; para los qui » apreciarla; y en “lustrisim la doy por ser usted; a otr 0 se Ta daria, xa. ted! El cumplido de costumbre Mir. — ij el servicis Ca las de Flandes, cuando se Ia nn, pierden bastante, No hace falta que Jas ensucie Ja blanca de lino, Ha ade Reims, ea Fran Cr ere Mir. — Para ur calidad no re aden ademas hacerle el amor a Ia posadera. Noso- aro en estas pequi servilletas, tenemos en la cabeza otras cosas mas que dat Cas. — (No se puede negar que una mujer s, lo hacemos para no perder la clientela; y desde amable). : : Juego yo, cuando veo que se sienten halagados, me uistan las mujeres). Cas. —|Muy bien! Me gusta sv ‘dad ropa a mi camarero © péngala abi —0h, lo tinic 10 que tengo es la sin io. No hay necesidad de que se mo: Pero bien sabe fingir con los que le hacen 1 mi no es molestia ningun Bueno, buenc Jarme. {Mujere La pondré donde quiera. (Con seriedad mismo.) aii antos aspavientos hacen por ina vez una sefial de afecto, si de forma que puedan lison- on fundamento, No los trato de mala ma —GOh, qué duro es de pelar! Tengo miedo | era porque contra de mis intereses, pero a seguir nada). (Va a soltar la ropa.) oco Ie falta. A hombres mujeriegos no. los w.— (Los tontos oyen estas bellas palabra puedo ver, como tampoco puedo ver a las mujeres sen quienes las dicen y se dan el batacazo.) | Eve corren tras los hombres, sted, no soy una Mir. — Qué desea para la comida? (Volviendo | nina. Tengo ya mis afios; no soy guapa, pero he tent in la rope > buenas ocasiones; sin em! nunca he Cas. —Comeré lo que haya. isarme, porque aprecio infinitamente n li Mie. — Pi aber sus gustos, Si le ag bertad tuna cosa tra, digalo con libertad, CaB.—i0h, sf, la libertad es un gran Can, —Si fh pac Mir.—¥ tantos como hay que a pi ipa hombres no tie | 1, : nen Ia atencién y_l que t : z i i sp. —Yo sé muy bien lo que 1 Lo sé de tras, Ta mn guisado, alguna i salsa, haga el favo Le Mik, —gTiene esposa su sefioria ilustrisima? rs: Dahan Bid Can, — jDio: bre! No quiero mujeres. nde y del marqué Mim. — {Muy requstebién! Consérvese siempre Mir, — cue mi la pea do si. Las mujeres, scfio no est bien que aay ee pike yo quien hable mal de ellas. Leto tease besael 3.—Bueno, ya estd bien (Retira la mano, a la v que MR a est. Si hubiera cogido por la mank a1ue acer a pas n cs Ac 1 scort | habria creide Ee eee xia oc pt su ese He Mr. —Con permiso de su sefiorfa il im POR eae et are eaataitarind e usted prisa por ir br nte! Sin amoric in n in tanta: ne agrad: > ne it n lo qi servir man Mir. iMire qué debilidad! jEnan de mprendo’ pronto de una mujer! fre. —(El satiro (11) se ira poco a poco domes: AB, Esa es una cosa que no podido nunca ticando). S r. a E i Cap. Bueno, si tiene usted que ocuparse mn Hermosa fortaleza! ;Hermosa virilidad! sus cosas, no se que mi. s Debilidades! ;Miserias humanas! Nines Sip shin, VOY) e: Beads leans ee ae Mir se es el verdader n de los hom- asi 4 e ca rang eran Oe a rm = fPor tavor, tenga ih bondads jose que la |g, G2, Sellama sino. Is perso iS 3-coLpont > se enamoran de Ia esté bien, gEs usted patrén (En voz baja a Horr. —Diga al pa el precio ( 4 la patrona; {Quién diablos serén estas do: Por el or el vestido parecen dames.) EI precio de las posadas pocia variar bastan ESCENA XVI Detar y Hon Je ilustrisimas. Ha creido qu nos haran pagar m E b in cuanto nas, tendréin que yo le nmigo, Hace ya muchos afios an. E > a otras damas; seré para mi amino por el mundo, nonor servir también con toda atenci se Det.—No querria que con esos titulos nos m: vias ilustrisima Hort.—Cuando desee algo, me valdré ¢ Horr. — Querida amiga, tiene usted muy poco Der 08 papeles Hortensia los hace estu espiritu. Dos comediantas acostumbradas a hacer en mdamente). el escenario de condesas, de marquesas y de prio. Fan. — Mientras tanto les suplico, ilustrisimas si esas no creo que encuentren dificultad alguna joras, que quieran hacer el favor de ame Jesempefiar un papel en una posada, us distinguidos nombres para el reg Saca plu Det. —Vendran nuestros compafieros y en se. int wna libreta de bolsilto.) guida nos desenmas a Dat. —(Ahora viene lo bueno) Hort. — Hoy no pueden I sont. — ¢Por qué he de decir mi nombre? Pisa hasta aqui en barco se n por lo menos Nosotros, los posaderos, estamos obliga tres dias, rar el nombre, apellido, patria icin Det. —Fijate qué barbaridad! jVenir en bares! os pasajeros que se alojan en nuestra po: E Por falta do dinero. Bastante es no Io hiciés de nosotros! (14), otras hayamos venido en cales: Amiga, se ha los titulos). (Er Det. — Fue buena la representacién extraordin ortensia. gue hicimos og darn un nombre fi Hort. —Sf, pero sino hubiera estado yo en la Res 50, nosotros escribim (13), no se habria conseguido nada nombre que nos dicen, y no indagamos més ae ‘ : Horr. — Escriba. La’ baronesa Hortensia del Pog: Ped nice da beasts acincacyipin costacmi§ geo na bjeto de animar con su presencia al publico para ki fuera mas generoso, tumbre perdurd large (14) Este episodio fue imitado por nu emo. 14) 13) bricio.) i la molestia. Ahora vendra la patrona. (gle ne eran do: damas? Espero que haré bu: (os, Propinas no faltarén.) (Vase.) Det. — Sierva humildisima de la sefiora barone Horr. — Condesa, me inclino r lan alternativamente.) DET, — Qué fortuna me ofrece la fel nin poder mostrarle mi prof to? mis que torrentes de gracias. Horr. —Bs usted muy amable. (Le da no.) Dzt.— (Rie para si.) Horr. — Vamos, esta jo ven. Dele la mano, Mir.—Se lo suplico. Det.—Tenga, (Le da Mir.—2 ilustrisima? @D Hons, — Qué, querida conde est riendo le mi. He dicho un despropésito a ha hecho que no son nerse de acuerdo en lo del No tienen Mir, —Pero, cestin usted a nadie? Hort, —El barén, mi marido. Det. — (Rie fuerte.) M Hoxr.— Vame © oye. E e condado, esa baronia, sted decir? ¢Pondra en duda nuestra nobleza? (im. —Perdone, ilustrisima, no se alborote, por- que hi a la sefiora conde Der.—Bueno, gde qué sirve? Horr. —;Condesa, condesa! andola.) Mir. —Yo sé lo que ust. r, ilus sima. (A ra.) Dit,— Si lo adivina, es usted muy lista Mir. — Quer r nué sirve que finjamos ser dos damas si somos dos mujeres del pueblo? éNo es DEI gse nos nota mucho? (A Mira Hort, — Vaya una comediantel No es ca desem; su pal Det, —Fuera del escenario no sé fingir Mir. — Muy bien, sefiora baronesa, me agrada su mgenio, Alabo su franqueza Hort. —Alguna vez me permito un poco de —Pues yo, cuando gasto mi dinero, quier fida como una dama, y en este apartamento Mr. — Vamos, seiio e jon! ve mujeres, siempre va adelante. Min. —No este ia de sus cosas, ESCENA Xi Las mismas, el Maagués Mar. —¢Con permiso? pasar? Hort.—Por mi, es muy due Mar. —Siervo de las seftora: Det,—Sierva humild Horr. —Lo reverenci Man. — ¢Son forastes i Mir. Jencia, Han venide ~ osada. Horr. —(jEs un exe Dut.—(Ya Hortensia lo querré para ella.) Mak.—2¥ quiénes son estas sefloras? (A Mirar MAR. — Sf, le mandaré el mfo a Miz.—(Las dos a porfia, pero no que tk ee, Horr. —Querido sefior marqués, ¢nos dispens i 14 el honor de su amable compania hermoso Det, —gNos honraré comiendo con nosotra See Mar. —Si, con mucho gusto. (Mire, Mirandolina ot os, sabe que soy tinicamente de usted.) me alegrol Muy bien Mir. —(No se preocupe; me complace que se di M da, nada. Bagatalas. G vierta,) (Al margués) no quiero que lo ande diciendo a to fort, —Usted sera nuestra compatila yo hago no se ha de sab Dpt.—No conocemos a nadie aqui. No tenemo: Min. —(No se ha de saber y me pide mds que a usted. ic. Mal se comportan la soberbia y la pi Mar. , queridas damitas mias! Las serviré jamas, querria de de todo corazdn, a.) tantente interesan ni uno ni otro. F morar al cabal Ripalratta, grande que ésta, Lo i ACTO SEGUNDO ESCENA I Habitacion del Caballero con mesa y sillas preparadas para la comida El Canstimro y su Seavinor, fuego FAsRIcIo EI Canatteno pasea con un libro. Fanricio pone la Fan, —Diga a su amo, si quiere ser servido, que Ja sopa esté en Ja mesa. (Al servidor.) ‘Ser,—También puede decirselo usted. (A Fa bricio.) Fas,—Hs un hombre tan raro, que no me hace ninguna gracia hablarle. ‘SeR.—Sin embargo, no es malo. No puede ver a las mujeres, pero con los hombres se muestra Fan,—(gNo puede ver a las mujeres? jPobre Joco! No sabe lo que es bueno). (Vase.) ‘Ser.—Ilustrisimo, si lo desea, la comida estd en Ia mesa. (El caballero abandona el libro y va a sentarse a ia mesa.) Can, — Esta mafiana me parece que se come an. tes que de costumbre, (Al servidor, comiendo.) (Et 8 fa bondad quo bs tnido allay a Cap. —¢Esté haciendo? ¢Pz mt . SpR.—Le sirvo. (Va @ buscar vino.) Be econ eer ee to antes. (EI ser trae vino.) ¢S¢ ha ido et | tenga el honor de ponerla en la mesa con mis pro- ras. No sé quiénes son. Cap. — (Qu mildad!) ac ee aa Mi =a vetdad es qu, n0 me coraria rbalo Cas, — jQué debilidad! Apenas ve a dos habitacién de usted ven escripulos, con gon eso basta, Desde luego, el conde se arruinard, fan AE, an guisado ave he prepared ‘con\sbla 85 propias manos. 87 de naturaleza, Can. —Esté usted incom: huevos y, cuandc Cau, — Vamos, vamos, estamos solos. Tréele una| prep: (AL servidor.) i Cas.— Como at usted una joven muy agra han querido obligarme a be a he querido ! i decirle una cosa verdadera, Ande, acoméde: ‘Mim, — Por o! —Es usted Ja primera mu: gas a nadie que Ja patrona ha ores ee Esta simpata e personas qui rimento por usted lo qu (No se preoc se compenetran. A Ia salud de todo lo que do de que usted quiera hacer un hombre sabio, obré como un sabiol No debilidades de B si a por hombres y mi mujeres y que pero no quiero volverme I s no que tiene odio a las guizé, para probarme za ahora a tentarme mn palabras nuevas. Sefior ca i i | | th ti | ne Cab.— Vamos, traele un cubierto. (EI servidor Mim. — Ser 0, ahora estoy mejor, Me Mar.—Hégame el favor, quéd un Mir. — Pero, sefior, tengo que atet ° 2s; y ademés el ‘Man. — No poco mas? (Al caballer Ca.— ¢Qué qu Mar. — Quiero q de Chipre, que desde que tusted probado otr en el mundo no habra ebe y diga su parecer : Mirandolina lo pi Cab. — Bueno, para complacer al sefior marqués, quédese, (A olina.) U Max.— No quiere probarlo? Min.— Otro dia, excclencia, Can. — Vamos, quede Mir. — 2Me lo manda? (Al caballero.) Cap. — (Cada vez me ¢ més atenciones). (Para si Mar.—{Oh, qué qué olor! 10h, qu Can. —(E1 marq) plato! jOh, qué guisado! ;Oh, jendo,) de que est 10 me importa ni poco ni mucho} ién es usted Mirand > usted lo es de baja mujeres). (En Estas enemiga: mi). (En picaronal Usted lo sal bien...) (En voz baja. Mar. — jAmigo, 2 —Bueno, gqué Ie parece Mar. —Permitame que le dig: probar usted mi vino Je Chip) (Can. —Pero, gd6nde esta ese vino di Mar.—Lo tengo aqui, lo he trafdo conm quiero que lo saboreemos. Es para eso. jAqui esta! Saca 1 au beerentetnera Mm.—Por lo que veo, senor marqués, no quiere que su vino se nos suba a la cabeza. ‘Mar, — ¢Este? Se bebe a gotas, como el espiritu lisa (16). jEh, unos vasos! (Abre la botetla.) Trae vasitos para el vino de Chipre.) @.—{Eh, son demasiado grandes! ¢No los tie- pequefios? (T botella con a mano.) Cin e rosoli, (Al servidor.) Min.— Yo creo que bastarfa con olerlo. Mar.— jOh, querido! Tiene un olor que consue- la, (Lo huele.) SeR.— (Pone tres vasitos en ta salvitta,) no ilena los va {Qué néctar! {Qué ambrosia! (17). {Qué mand desti. Jado! (Bebiendo.) (6) La metisa es una esencia que se usaba en los dest Ti) El néctar y la ambrosia eran, en Ja mitologia clasica, Ia bebida de los’ dioses, Ce ee CaB.—Si, lo Man. — ¥ jo. un tonto tar junto a usted, porque sé quién es; de Io jo no To co or cien mil doblones, Cap. — (va za a fastidiarm: Can, Mi. tc ESCENA VII Cx vuelto Los n Por otell ESCENA VII Miranpouina 9 el marqués est loco, ncaso le hace para restaurarse digo. Y es usted quien Io ha oT ae ) le envia una botella de vino de Canarias. (Al mar. ie Mee out : : e ‘ Mar. — Oh, no! No querré comparar su vino de Can. — Detéi Roe care ae nee humillarme, provocarme para conseguir que yo haga hee a ocurrir cosas tremendas; sf, cosas tre sevug pO Grae’ ae un te io. Yo soy quien soy, no Mir. — Vamos, sei pronto; pronto, que me oteila.) per | Can Tenga. (Le da con ura el vaso.) Sree aa eat én. Un 98 | | ' DEL. — 10 poco que puede, y quiere que odo el mundo lo sepa. Con, = ‘un buen personaje para una de esas comedias de ustedes Horr. — empiece a Det, —Tenema que estén hechos a po: ta para imitar a cierto Con. que disfratemos Pero Deianira ne eee nee eT eRe ae ce he oe Con. —Le ré. Les hablaré con sinceridad. Le ‘compromiso que no me permitird frecuentar el apai tamento de. ustedes, Torr. —¢Tiene algtin amorio el sefior cond Con. — Sf, se lo diré en confianza, La patrona de Ja posad: Hort. —(Carambal ;Pues sf que es una gran se floral Me extrai con una posadera. Det. —Serfa menor di 1© se complaciera dicar sus atenciones a una cémica. e usted, sefior o: Enamorarme de ustedes, todo hay que Hort. —¢No es mejor asi, sefior? De esta manera no sc eternizan las amistades y no se arruinan los hombres. Cox.—Pero yo, la verdad es qu Prometido; Ja quiero mucho y no quiero disgustarla, Dri. —Pero, gqué tiene ésta de 2 Con.—jOh, tiene muchas cosas buenas Hoar. — Si, Deianira. Es bella, sonrosada. (Hace seftal de que se pinta.) Con.—Tiene mucho i Det. —jOh! En ted ponerla Tan pronto esta sstoy ya com iestién de Con.—Basta ya. Como quiera que sea, Mirando- lina ‘me agrada; y si ustedes quieren mi amistad tendrén que hablar bien de ella; de lo contrario, hi: ganse cuentas de que nunca me han conocido, Horr. — 1h, sefior conde Mirandolina es ‘una aI. — Si, sf ad. Tiene ingenio, habla bien. Cox. —Ahora me dan ustedes gusto, por mi parte digo que josa Venus 102 Horr.—Tendré a mal recuerdo de a nujer. : : Cox. —Nada de eso: no ha estado nunca enam rado. Nunca ha querido tener tratos con mujere Las desprecia a todas. Baste decir que desprecia in- cluso a Mirandolina. Horr, —{Pobrecillo! Si ne pusiera delante estoy segura de que lo haria cambia: pinion Det. —{Verdaderamente es una gran cosa! {He ni una empresa de la que me gustaria encargarme! Cox.—Oigan ustedés, ami por pura di version, si a ustedes no les desagrada y consiguen, enamorarlo, mi palabra de caballero que Jes haré un bue lo. Horr.—No pretendo ser é para divert or conde quiere tener alguna aten nejante cosa: | cuanto I omparieros Nos Cox. —Dudo que consigan usted Hort. — Sel usted. 103 i H i Ee ee es oem eae Hort. — Senor cabeli no tengo la i | de causarie ninguna motesti Serie Det — Una pal: nada sefior caballero, | nen. Tengo un nto urgent: @ i oer." Con dos palabras nos explicamos Gon = (UMaldito jcondel) Cap P , no me sentarme én pide que se las eseuche Fe soe En qué las puedo servir? (A las | sean. j . ) Hort.— Tenemos necesidad de su ayuda, de su Hort. — ¢No es usted toscano, sefior? proteccion, de su bondad. Cas, — Si, sefiora, vB. — ¢Qué les ha pasado? —Tendra usted amigos en Florencia, gver- Det,—Nuestros maridos nos han abandonado. em Cam. — zAbandonadas? ;Céma! gDos damas aban lar usted. (4 Hortensia) Hows, —-(Esté tan furloso, que ahora me con Honr.—Le diré, seflor eaballero... Sepa que un | do big so) ee chee Cau. —Sefioras, las veré otro momento. (Con int- { CaB.— Vamos, sefioras, se lo suplico. Tengo un tenc de marcharse.) Rony = sn Horr. —jCémo! ¢Asf nos trata? Con. —Bueno, comprendo que mi presencia les Det.——Un caballero puede tener semejantes mo- da repatos. Contiense con libertad al caballero, que | dale Mes ees Cas. —Perdénenme, Soy un hombre que gusta i | Cin “No, amigo, gu wuche de la tranquilidad. Me entero de que son-dos | (ase) no pocas complicaciones; yo no sirvo para intriga: Horr Bueno, vamos a no tener més tiempd , | ¢ mueyo lenguaje cs éste? | 105 107 | nfa huir; pero cuando puedo, a las mujeres las} Can, — Sin embargd fi habia experi el mayor placer del mundo. A quiea| me de aqui un algo nuevo que nunc expert podido maltratar es a Mirandolina. Me h: mnentado, Tanto peor para mi si me q ) > con tanta finura, que me encuentre ntes me conviene partir. Si, mujeres, siempre se | casi a amarla. Pero es mujer; no quiero fi hablando mal de vosotra: sis el j a dormir a casa, ¢quién me randotina| ina resolucién de hombr ESCENA XV Cap. —eOué quieres? BEE Ser.—E] sefior marqués erdndole en la 2 habitacién de usted, porque desea hablarle ¢Bs verdad, sefior mere 4 este loco? Dinero no m Que espere, y cuando se canse de esperar Fas. — Ahora la traeré la Can. — On traiga iamediatamente la cue Fas. re el, Inluso ewando, wv SiR. — Serd obedecido, (S narcharse))| padre. Bscribe y sabe hace! ¢ 7 c tréeme aqui la espada (20) y el som Fan. Le ye se acuerde del camarero. brero, sin que se cuenta el marqués. Cas, —Usted traiga la cuenta, y log { SeR.— Pero, ¢y cuando me vea hacer los t x © aqui Ia cuenta’ | Can.— Que 0 que quiera. ¢M s enter: a aero aqui; por ahora no voy a lak dido? z Cas, —La quiero aqui dejando aqui a Mirandolinal) (Vase.) for marqués, (Pobrecillol Esta ene: fastidioso s a de chuparse pos, I fue py 5 _Mirandolina sine que set i] Rn de autoridad, pero © Can. —La cuenta, (Ale : uso. general Fan —Inmediatamente le sirvo. (Vase.) { 110 ha cafdo totalme nto estaba antes.) Can. —(Vuelve con 4 joy, aqui estoy! Y todavia no ha d me amal Rocidn ESCENA XVIII (Al ca: lor se va.) ¥ todavia no vue querida Mirando. Hablem as Man. — Cabatler Can. —(Oh, malditos!) (E Mar. — Mirandolin: (tr. — Ay de mil (Se levanta.) Mar. —La he Con. —Me alegro, s Mar, — jBien por este sefior, que no nuijere Caz, — jQué im Cox. — ¢Ha caido ust CAB. — ;Vayanse todos al diablo! (Tira el jarro at Cox. —El caballero se ha vuelto loco. (Vase.) Mar—De esta afrenta quiero satisfaccion. (Va Mir.—La empresa est4 lograda. El corazén de él esta en fuego, en Hamas, en cenizas. Solo me que- para rematar mi victoria, que se haga piblico mi triunfo, en vilipendio de los hombres presuntuosos y en honor de nuestro sexo. (Va ‘ACTO TERCERO ESCENA PRIMERA iacién de Mirandolina con mesita y ropa para Hab planchar, MiRaNDoLINA, Iwego Fauricro Min.—Bueno, el rato de diversién ha pasado. ‘Ahora quiero preocuparme de mis cosas. Antes de ‘que se arrugue del todo esta ropa, la plancharé. jEh, Fabricio! ‘game un favor. Tréigame la plancha ca- a, —Sf, sefiora, (Con seriedad y disponiéndose a irse.) Min. —Perdone si le doy esa molestia. Fas.—No se preocupe, sefiora, Puesto que como su pan, estoy obligado a servirla. (Va @ marcharse.) Mir. —Espere; oiga: no est obligado a servir~ me en estas cosas; pero sé que por mf lo hace gusto- samente, y por mi parte... basta, no digo més, Fan.—Por usted yo haria cualquier cosa. Pero veo que ya todo se ha estropeado. ‘Min. — Por qué se ha estropeado? ¢Es que soy quiz una ingrata? a7 dicion humilde 0 I Mr pobre pu r toda v Vamos, vamos, musearme la plan hh Fan.—Pero si lo he visto yo con mis propios M harlas, Tréigame Ja plan. ra que la oigan.) : Sha dicho usted (Votviendo atrés AR, — Si, se a traigo. (Ni arena. No entiendo e trae usted Ja plancha o no! entiendo nada, Me da tuna de eal yo nada.) (Vase.) ESCENA II MiranpouiNa, luego el SzRVIDOR sballero Mir. — Pobre locol Ha irme mal que le pese, Para mf es una pequefiez que los hombres se muevan a gusto mio. g¥ ese querido sefior caballero, que era tan enemigo de las mujeres? Ahora, si yo quisiese, podria conseguir hacerle cometer cualquier tonteri R.—-Sefiora Mirandolina us Mir. —¢¥ c6mo lo tiene ahora? ie busca tun joyero, Io ha comprado y ha pagado I doce ceqisies, y después me en a botica iritu de melisa Ja, ja, jal —¢Se rfe usted Me rfo porque me manda el medicamento sspés que Mm. —E SER. — Oh, © Mire. — gCémo, mio? le que estoy mu | ambién que beba un poco de est | na | de oro este | itu de melisa uel horrible desmayo? ~Entonces é1 no tenia este ie mand6 ahora a En confianz stoy curada del mal { bueno para otra vez, 6 un poco po! acias. (Le va a 14 bien, be Tome, déle I Si. Mi amo lo 2A posta para mf pero calladam tartito y digale que Ligvele su Ste. — Esté bien (On etal a repararme otia plancha jRehiisa doce cequies! Una mujer Semejante no 1 nite, tréigala mcoutrado nunca y costarla trabajo hallar ots Fin Si, ya voy. Créa nab Tap.—Ya ae callo. (Es una cabecita rara, pero Mig.—Tamb wena, Me granjeo méri ee | to.a oe ojos de Fabricio por haber renusado el N aN, luego Fasnrcto hae aprovetharse de todo con buena gracia he hecho por interés, quiero que confese de las mujeres, sin que pueda decir que sor Fas.—He aqui la plancha. ie ta plancha en | : e Min. — ;Estd bien caliente? Fan-— Si, seflora, esta. caliente, como y | Cam —(Hela aqui, No queria venir y el diablo quemado. | me trajo) (Para si, detrds.) Mir, — Qué pasa ahor Mir. — (Helo aqui lo aqui.) (Le ve con el ra- 1 alos. El servidor me 10 ha dicho —¢Mirandolina Mu. — Si, sefior, me mandé un tarrito de oro 0h, sect caballerol Gu sicrra bumildé e 10 he. devuelto. sima. (Plan Mim. — Si, pregiinteselo al servidor también Min. — Muy bien, para servirle. (Planch | F lo ha devuelto? ” Mmm —Para que... Fabricio... n0 diga... Bueno, | ed fo bableinos tds do etl fe tin poco.) . Fas. —Querida Mirandolina, compad ic | ito que le he : 7 m i | Mir, —2Qué queria que Servirse de n caso nece! Mir. — Gracias a Dios no soy propen: ayos. Hoy me sucedié lo que nunca p Cas. — Querida Mirandolina.... No qu yo motivo de ese funesto accidente. verdad? (Con pas ha sido pre oh ino de Bor beber ese maldito v nal. (Planchando con furia.) @Es posible? (Se qu —Asf es, Ya no voy nunca mis do. Ya no vendré mé: 9 el misterio, Si, Io usted, querida, que q abricio? Si la otra plancha ¢ (Fuerte, hacia el fondo.) ese favor, tome el tar Miz. — Pues si, cisamente Ia tnica Cap. —e¥o? eDi Miz. —Me hizo Cab, — | Cémo! cad.) Mir. cién, (Planchando.) Cap, — Comprer tacién. Comprendc ‘0 ahora ven} tenta. (Amoroso.) Mir.—Esta pk tréigala. Cas, — Hégam a mi habi Jiente; oye st caliente —En verdad, sefior cahallero, no acepto re salos. (Con desprecio, planchardo, to.—Pues los ha aceptado del conde de Alba fort Min. —A Ia fuerza, Para no disgustarle, (Plan on xs. — 2X quiere hacerme a mi ese feo y disgus tarme? eQxé Ie iste? Ustec importa a usted qui una muje 10 voy a refrm burla y no ‘aruela! Conue me burlo, geh? Vi racias, (Planchando.) Cas, —Témelo o haré que monte en célera (ire. — Fabricio, la planchal (Llamando fuerte ‘on _exageracidn.) Can, —¢Lo toma 0 no lo toma? (Alterado.) N Aprisa, aprisal (Coge el ta y con de a ropa.) Fabricio. 0 ante ESCENA V FAs. —Aqui estoy. (Viendo al caballero, se en: aay Mir, —¢Esta bien caliente? (Recoge ta pli F43,— Si, sefiora. (Seco.) ~@) La luna nue an cambio de parcosr | Fas. — ( . | Mre ) Hablemos en serio, Mirandoli | E ue Ta por las | a en el f pin. gue le ¢ | — {No podria dejar de planchar por un me | < vaya de | ment ma ver Mim. —jOh, perdone! Tengo que tener toda esta 1k, —Es que, mire usted, le tengo afecte < P . Miz. —Tenga, querido, ca Planch cha | Fan. — Sefiora patron: n ternura.) esta ropa he a Min. —{Vamos, vamos, répidol (Lo ecia.) rvirme para n Fan, —(iOué vida esta! Siento que no puedo més.) a on toda autor | | Cyo.—No me atormente més. Ya se ha vengado ESCENA VI bastante, La quiero a usted, adoro a las mujeres qui n de la indole de usted, sies que las hay..La estimo, | auLERo y MrRaNnoLm Ia amo | Cin, — Grandes finezas le dedica, sefiora, a su ca y se 10 da.) Mir. —¢Oué quiere usted decir? Mrr.—No se moleste. | Cio. — Se ve que estd usted emamorada de Cis —Usted merece ser serv | ste un bonito cumplido, sefior: no tan mal Cno,— ¢Se Hie? tan nie, (Planchan Can, —Mirandotina, ni ni Min. —Tenga su espfritu de melisa. (Le tira c c No me trate con tanta a. Créan la ami > juro. (Quie rle tan i Con | Mie SRaidols(Ltara endo) | Mig. — Pero, es que necesito la otra plancha. Cau, — Espere... (pero no...) lamaré a mi servi Mre.— Eh, Fabricio...! (Va a Hamar a Fabricio.) Cas, —Juro al cielo que si viene ése, le abro la “Mra. — jOh, esto sf que es bueno! gNo voy a pc | Gas Hame 4 of; a ése no lo puedo ct | Mik. —Me parece que avanza usted demasiadc estoy fuera de mi, eina y asi se quedaré con: Can. — jCompadézcase de mi! (Va detrds de ella.) | Min.—¢No puedo lamar a quien quiero? (Pe. | ‘Cas. —Lo confieso, Tengo celos de éste. (Va de | de ella.) No pretendo mandarle, se lo ru guiere de mi? (Volviéndose con alti 2, — Amor, compasién, piedad. Mir,—¢Un hombre que esta mafiana no podia rer a las mujeres, ahora pide a dad? No lo comprendo, no puiede ser, no le creo, (Reviente, esta: nda a despreciar a las mujeres.) (Vase.) ESCENA VIE CABALLERO, solo Oh, maldito el momento en que empe a esta mujer! He caf dio. ESCENA VIL mismo, el Marauts Mar, — Caballero, me insult usted Can.—Perdéneme, fue un accidente, MAR.—Me maravillo de ustec Al fin y al cabo, el jarro no le dio, 127 on van Sena cee 0 e es buena! A mi me erases: ere oie cal ae Bee aisee ee: oe se Petes acrectenta. x Vase) guitar esta pequefia mancha Der. —¢Con qué, sefior ber. —Tanto m estimo més que si f | Det. —{Oh, perdone, el espiritu de melisa no zi | Dut. Yo tengo un D para las mar ina, {Qué puede valer? zUn flipo?) (24). in favor ensefiéndomel ade | Ct ne com os alar estas t 2 ; nue parece propiamente oro, | an gasto muy gran “Min —Es verdad, quien no tiene la prédctica de : parece como si fuer pfritu de m mbién por el peso parece con buen | or! foto.) nsefidrselo a mi icho. srlatans purisimo. (No distingue slamente a Hi i lo desea, Es una bi te Jo desca h E 3) FI fillpo era una moneda c origen tan, — En confianza, No ¢ una pauls Seoneueres nl | Min.—Creo que se reiré por haberme t oro. Menos mal que con poco lo erreslaré. St N Sen. — (Busca encima de ta mesita.) Dér los (25) estaré ese tarrit Mak.—Oué busea usted, buen hombre SmR,—Busco un tarrito de espfrita. de Lo qulere la seftora Mirandlina. Dice que Mar. — Era un tarrito de baratij Ste. =No, sefior, era de oro Mar. — De oro? Ser,—Desle Tuego que era de oro. Lo he Je mf!) Pero, geémo d sigue pareciendo impo’ digo. ¢Lo ha visto ¢ é que no Io encuentro. rselo en el bolsillo. (Va 25). En el original italiano dice aqui voy a arreglan | N mol ¢A él se le hacen guisados marqués, vimo- sos aza dle buey y menestra de arroz pa: Juego pidame 10 Mak.— iY yo, que 1 ntinuame * mi ho nos¢ nes? P ré ntos e 4 usted, porque también a usted, Cox. — Quiero arruinar su posada. He hecho m r oy sola, no tengo a ningtin allegado que me | Charse también a esas dos comediantas, lefienda. No hay més que ese buen re dara Mar. — gDénd s comediar bricio que en un caso asf podria ayndarg Cox.—Estaban aquf, Hortensia y Deianir teré casarme con él... Pero con tantas promecs | iCémo! ¢No son dama ansar4 de creerme... Ca mejor que m Cox. — No do a Iegado sus | on jerdad. Al fi * fompafieros y el > | jante matrimonio puedo esperar pone, j Mar.—(jMi tarrito!) ¢Dénde se han alojado: mis intereses y mi reputacién, sin perju mi MAR. —(Voy inmediatamente a recuperar mi Con esta duefia me quiero vengar asf, El esp ha sabido fingir para trai otra manera me rendiré cuentas. (1 E ESCENA XIII (Oh, info mi! {En buen apuro estoy! Si ¢ : caballero me encuentra, estoy fresca. Se ha enfada. fan tonta). ¢Qué des do ferozmente. No queria que el diablo lo tentase gee enit por aqut. Voy puerta. (C i ) on ilave ta puerta por donde ha venide.) Ahora prin. ira su habitacién ipio casi a arrepentirn hecho, Ver F aa mento a otro, | dad es que me divert b: er que @ una fial mia me corriese detrés un. soberbio, un des. 5 reciador de las mu pero ahora qj ti ; ante : mfurecido, veo en peligro mi repitacion y mi eae unt | prop a. Aqu{ me conviene tomar una resoluci¢ wv mi, si fuese. La co Rem NAV dar a los hombres, aung ¢ pledra berre Fab. — ¢Ha Mamado; nunca lo hab ado, : qu sf s celos qu nf ni? | las c c indif ia, sta: al © leu ) 138 139 que ella tendra que vé onmigc mu ga su dinero para ser servido en y honestas; pero no ha de pretende don que lo diga, que una mujer hon- Qué pasa? (En ef umbyal.) AB. — 201 td? No — {Qué ruido es éste? (En el umbral.) > que darte c uy bien Fap.—Sefiores, les rucgo; el sefior caballero ¢ Jo que le he ordenado a Ripafratta quiere forzar esa puerta. (En voz baj Fas. —Le ha orden pitacién CaB.— | Abreme © la echo abajol (Desde dentro. de aqui, bribén, o te rompo el erér Mar. —Quiza se haya vuelto loco. Vamonos. (4 maravillo de uste conde.) R.—Callado. ( ricio,) Con, —Abrale, (A Fabricio.) Prec nte tenge Con. — Vayase. (A Fabricio.) ganas de hablar con él CaB.—Vete de aqui. (A Fabricio.) Fan,— Abriré, pero les suplico Fan, —Digo, sefior... (Acalordndose.) Cox. — No se preocupe, estamos aqui nosotros, (Si veo Io mas minimo, me largo). (Fabri a. (Lo echan.) a 1 caballero.) po de Baco! Ya tengo ganas de que c D al cielo! gDdnde esti pase algo gordo). (Vase,) E mien b or Cap. —eDénde esté Mirandolina? Fas, —No Io s Mar.—(La ha tomado con Mirandoli ESCENA XVI nada), CRNA miei Perera, la encontrars), (Se pon El Canstteno, ef Manaus y ef Cow c Con quién Ia tiene usted tomada? (4 baltera.) Cas.—(jIndigna! jHacerme esperar en el Man. iden!) Cap, — mundo n¢ Mar. —(eQué diablos Ie pasa?), querria qu ad mia), Cox. —(¢No Io ve usted? Esté enamorado de Mi Can. fas. Cuand CaB.—(e¥ si se pone de acuerdo con, Fabricio? Y si habla con él de matrimonio?). 0. — 2 To que esta hablar CoN. —Hablo ‘de usted que, con el pretexto tarme el corazén de Mirandolina, que era ya mi c quist Can, — ¢¥o? (Alterado, hacia el margués.) Mar. —Yo no hablo Cox. Vu a mi, respi giienza quiz de haber dbrado b.— Me avergiienza de hhaberle dicho todavia que miente Cox.—¢Un mentis a mi? Max. — (La cosa va empeorando), Pero yo N.— Usted es 1 Mar, —Me voy. (Quiere marchars. c etiene a Ia fuerza.) c y usted cuentas ndiré cuentas... Deme usted su : no, edlmense los dos. Querido con équé le importa a usted q mi randolina? c : ne pro me de una esp te or to al cielo que no se mi para usted ESCENA XVIII Los mismos, MiranpouiNa, Fane Mir. — ¢Cémo, por culpa mia? —He ahi al sefior caballero, Esté enamor ~~ @6) Enel c nal poten cs ne en mal concepto, no puede esperarse enamo- lo, Sefiores mfos, yo soy una mujer recta y_sim ando debo hablar, hablo y no He intentado enamorar aller, pero no he conseguido nada. ¢N ‘or? He hecho, he dicho, y no he conse, Can, —(jAh! No puedo hal Cox. — {Lo ve? Se confunde Mar. —No tiene el valor de deci Mir ero no se enamoral 3s 2s lgrimas no se fia, en otra ocasién "Merecer Mrranpoutna, ef Conbe, ef Marours y Faserer Cox.—Para que diga ahora que no esté enamc Mar.—Si me da otro mentfs, lo desaffo com aballero, Mir. — Silencio, sefiores, silencio. Se ha ido > vuelve y la cosa se queda do. decir fortunada, Demasiado bi lo, cor saber nada mds de eso, Fabricio, ven aqui, qu Fas. —¢La mano? Vamos por partes, sefiora, ¢S: divierte enamorando a la gente de esta manera, y Mik.—jVamos, loco! Ha sido una-broma, una ravesura, un puntillo. Era soltera y no tenfa an: die que me mandase, Cuando esté casada, sé 1 quc Fip par? ESCENA ULTIMA Sur ra patrona, antes de partir, he veni do a saludarla Spr. —S§, cl amo va a Ia posta, Manda engan. x; me espera con el equi R Joneme si no le hi SE tengo tiempo de entretenerme. Le doy rac a saludo. (Vase.) cielo, se ha marchado, Me que- limiento: ciertament No me permitiré nunca més sted soltera 0 casada, ores mios, ahora que me caso no quic ores, no quiero enamorados, no quiero re- os. Hasta ahora me he divertido y he hecho mall he arriesgado demasiado, y no lo quiero inca mas; éste es mi marid 18, — Pero, despa: Mir. — ¢Qué despacic Qu: \des hay? Vamos. Dame esi : Fyn. —Querria qi antes nu Mir. — eOué pact éste: © dame ne la habilidad de conducir a los hombres adénde quiere, ‘Mar.—Desde Inego sus modales cautivan infi nitamente ‘Mir. —Si es verdad que puedo esperar gracias stedes, sefiores, les pido una por ultimo, Con. — Diga usted, Mar. — Hable, Fas.— (Qué se le ocurriré pedir ahora?) Les suplico que tengan Ia bondad de tras- ladarse a otra posada. Fab. — (Muy. bien; ahora veo que ésta me quiere). Con. — Si, Ia comprendo y Ia alabo. Me iré, pero donde quicra que yo esté puede tener la segutidad de mi estimacion, Mar. —Digame, zha perdido usted un tarrito de oro? Mim. — Si, sefior Mar: — Helo aqui. Lo he encontrado, y se lo de- wuelvo. Marcharé para complacerla, pero en cual quier Ingar cuente con mi proteccién, Min.—Esas expresiones son mds aceptables en Jos limites de la conveniencia y de la honestidad, Cambiando de estado, quiero cambiar de costum. £8; y ustedes, sefiores, aprovéchense también de cuanto han visto para ventaja y seguridad des forazones; y cuando, en alguna ocasién, se encuem, fren a punto de dudar, de tener que ceder, de tener que caer, piensen en las malicias aprendidas y acuér dense de la Posadera (28). de FIN (28) Este breve discurso al final de la comedia’ ey muy propio de Ia tradicién y-sobre todo de lac 3, dias de Coldoni 150 EL REGANION BENEFICO

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