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TAKE YOUR PILLS

En el año 1929 el doctor y bioquímico Gordon Aless, buscaba la cura para la alergia, sin embargo al
realizar esto de forma accidental sintetizó lo que es conocida como anfetamina. Dado a los efectos
positivo que encontró en esta empezó a recetarla con el nombre de benzodrina. Este
principalmente era inhalante pero como la gente quería que el medicamento tenga efectos más
rápidos en el organismo comenzaron a ingerirlo oralmente. Al poco tiempo este medicamento ya
era muy famoso y utilizado por personas reconocidas, desde los soldados ingleses en la segunda
guerra mundial hasta músicos de Jazz. Para los años 60 el consumo llegó a ser bastante excesivo,
se fabrican aproximadamente 8 billones de pastillas, sin embargo a causa de las adicciones nace la
ley de sustancias controladas, por lo que pasa a ser ilegal y requiere prescripción médica, a causa
de esto en los años 70 la producción se redujo a 400 millones de pastillas. De esta forma es que
comienza el uso de los denominados medicamentos estimulantes.

Los medicamentos estimulantes son drogas recetadas que permiten que el sujeto que las ingiere
se sienta más despierto, alerta y concentrado para de esta manera poder desempeñar el más alto
potencial. Estas drogas se dividen en dos grupos: las anfetaminas y el metilfenidato. Por un lado,
la anfetamina es el principal compuesto del medicamento Adderall, mientras que el metilfenidato
de la Ritalina y Concerta. Ambos grupos trabajan en el sistema de catecolaminas en el cerebro,
este sistema se divide en dos: Noreprinefina y Dopamina. Estas drogas mejoran la liberación de
catecolaminas o bloquean su reabsorcion aumentando el tiempo de reacción y la tolerancia al
dolor.

Cada era recibe la droga que se merece, Adderall y otros estimulantes recetados como el ritalin
son las drogas que definen esta generación. Sin embargo, a partir del documental se puede
evidenciar que este explora los efectos negativos y positivos de los estimulantes, a la vez que las
presiones que conducen a tomar ese tipo de estimulantes para obtener mayor rendimiento en el
trabajo y los estudios. Take Your Pills supone una mirada a una situación que se lleva dando desde
hace ya mucho tiempo pero que siempre ha sido convenientemente tapada, con el fin de no
perjudicar el negocio con respecto a esto que tienen montadas las farmacéuticas: La venta masiva
de drogas como Adderall o Ritalin que estimulan el sistema nervioso y que son usadas de forma
generalizada para tratar de lograr un aumento en el rendimiento, suponen un gran negocio de
aproximadamente 13 billones de dólares para las farmacéuticas.

Si bien estos medicamentos son exclusivos para pacientes diagnosticados con TDAH, llevamos
años siendo testigos del desarrollo de una sociedad hipermedicada, con unos patrones de
diagnóstico de enfermedad mental que hacen que prácticamente cualquier persona puede ser
diagnosticada con algún tipo de trastorno mental, como bien se denuncia en el documental. En los
últimos años se ha visto un gran crecimiento en la cantidad de niños con este diagnóstico que
deben tomar estos medicamentos, en los años 90 eran aproximadamente 600 mil, sin embargo
actualmente las cifras llegan hasta los 3.5 millones.
A lo largo del largometraje se llega a ver que muchas personas creen que tienen déficit de
atención porque no logran concentrarse, pero no tienen realmente ningún tipo de trastorno; pues
es la propia sociedad la que les enseña a sus ciudadanos que todo debe ser rápido y durar poco,
estando el propio sistema interesado en que sus ciudadanos no consigan mantener la
concentración en nada.

En el documental también se llega a ver a gente dispuesta a ser diagnosticada con déficit de
atención, a pesar de no tenerlo, con el único objetivo de poder conseguir estas pastillas de forma
legal. Así como a personas sí diagnosticadas de forma real que aprovechan esta situación para
hacer negocio con su propia medicación.

Si bien estas drogas pueden producir efectos positivos en cuanto al uso cognitivo, se ha visto
frecuentemente que también llegan a producir síntomas de depresión por lo que los usuarios van
incrementando la dosis, llegando en algunos casos hasta la adicción por lo que aunque para
muchas personas con TDAH, el medicamento es el tratamiento más efectivo, muchos otros se
benefician también de la terapia. Eso incluye la terapia conductual cognitiva y la terapia de
comportamiento.

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