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EVIDENCIAS DE REPRESIÓN DURANTE LA GUERRA CIVIL EN A CORUÑA: LAS

FOSAS COMUNES DE VILARRASO (AYUNTAMIENTO DE ARANGA)

Fernández-Vilela, A.1, Monroy-Míguez, A.2, Veiga-Rilo, C.3, Hermida-Pérez, B.2

1. Grup de Recerca Aplicada al Patrimoni Cultural. Unitat d’Antropologia Biològica. Departament de Biologia
Animal, Biologia Vegetal i Ecologia, Universitat Autònoma de Barcelona, andrea.fernandez.vilela@gmail.com; 2.
Investigadora independiente; 3. Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física.
Universidad de Granada.

Resumen
Durante la Guerra Civil española, en Galicia se llevó a cabo un proceso de represión muy violento. En
este contexto (1936) es cuando se produce la ejecución de un total de 21 civiles en el ayuntamiento
de Aranga, que fueron enterrados en el cementerio de San Lorenzo de Vilarraso. Entre el 1 y el 31 de
julio se intervinieron un total de 10 fosas (7 colectivas y 3 simples) en el cementerio, donde se
localizaron un total de 21 individuos enterrados (17 masculinos, una posible mujer y tres de sexo
indeterminado). Todos ellos tenían edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. Se localizaron
lesiones perimortem en el cráneo de un total de 17 individuos, incluyendo lesiones relacionadas con
el impacto de un proyectil de arma de fuego a corta distancia y profundas marcas de corte. El
objetivo de esta investigación es señalar la existencia de una represión civil en la provincia de A
Coruña durante los primeros años de la Guerra Civil Española.
Palabras clave: Guerra Civil, Represión, violencia, marcas de corte.

Abstract
During the Spanish Civil War, a very violent repression process took place in Galicia. In this context
(1936), 12 civilians were executed in the municipality of Aranga and buried in the cemetery of San
Lorenzo de Vilarraso. The archaeological work carried out at this cemetery in July 2018 allowed the
location of 10 graves (7 collective graves and 3 simple graves) and the recovery of 21 skeletons (17
male, a possible woman and three of undetermined sex). All of them were aged between 20 and 40
years old. Seventeen individuals displayed perimortem lesions in the skull, including fractures related
to the impact of a short-distance firearm projectile and deep cut marks. The main goal of this study is
to point out the repression suffered in the province of A Coruña during the first years of the Spanish
Civil War.
Keywords: Spanish Civil War, repression, violence, cut marks.

Introducción
Tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la II República Española, la
clase obrera en Galicia se organizó en una resistencia anti-fascista para frenar el avance de los
sublevados. Sin embargo, estos grupos y las guarniciones militares republicanas no se pudieron
abastecer con el armamento necesario para combatir y sufrieron una pronta derrota. Galicia fue de
las primeras regiones de España en caer, en apenas una semana tras el levantamiento.
Los años de Guerra y de posguerra se caracterizaron por la aplicación de la estrategia del miedo:
asesinatos en masa, desapariciones, encarcelamientos de todo aquel que hubiera participado en la
defensa del gobierno anterior o hubiera ostentado algún tipo de cargo político o sindical. Muchas de
estas personas pasarían a ser sometidas a consejos de guerra manipulados o directamente
eliminadas con los conocidos “paseos” (Velasco, 2006). Estos “paseos” seguían un mismo modus
operandi: a altas horas de la noche y sin previo aviso, la gente era sacada de sus casas, llevada a
zonas aisladas donde el ruido del disparo se amplificara y fuera escuchado por los vecinos y,
posteriormente, los cadáveres, en modo de aviso, eran abandonados en las cunetas y en caminos
muy concurridos, para así, con las primeras luces del día, los vecinos los vieran, siendo esta una
estrategia muy útil para controlar a la población y así evitar insurrecciones.
En este contexto político enmarcamos el caso de estudio que nos compete a continuación, la
represión acaecida en el Concello de Aranga (A Coruña). Este ayuntamiento (fig. 1), junto con el
Puente de la Castellana (fig. 2), acabó siendo un lugar de referencia para los conocidos “paseos”,
donde tuvo lugar la aparición de decenas de cuerpos. Esto es debido a que Aranga era y es un
ayuntamiento de transición, formando parte de la frontera provincial entre A Coruña y Lugo, donde
la vía N-VI era la única de huida hacia zonas republicanas.

Figura 1. Localización geográfica del Concello de Aranga. (Fuente: https://www.mapasdeespana.com/).

Figura 2. Puente de la Castellana. Fuente: Veiga-Rilo, C. Febrero 2020).


El ayuntamiento de Aranga no se caracterizaba por su pasado político o sindical durante los años
30, o por ser un municipio de conflictividad política o social. La mayoría de sus habitantes vivían del
rural y, a pesar de haber enfrentado varios cambios en la corporación local y algunos concelleiros, la
actitud del groso de la población era la mera preocupación por la mejora en su medio de vida, la
ganadería (Grandío y Fernández, 2011).
“El paseo” fue una táctica reiterada en la represión de la Guerra Civil, incluso fuera de Galicia. El
“paseo” a otro Concello lejano al originario del “paseado” era frecuente, donde la dificultad añadida
era la del posterior reconocimiento de los cadáveres y recuperación de los mismos por parte de los
familiares. “Era tal el terror, que cierto día el coche de línea que hace el servicio de viajeros entre
Aranga y La Coruña, al llegar a la Cuesta de la Sal, tuvo que detenerse porque había varios cadáveres
atravesados en la carretera. Los viajeros horrorizados vieron que uno de aquellos cuerpos aún daba
señales de vida, pero era tanto el miedo que se tenía a la Falange que nadie se atrevió a prestar
auxilio al moribundo” (Grandío y Fernández, 2011).
Este relato podría servir para describir la situación que se estaba dando en cualquier lugar de
Galicia, como por ejemplo la ciudad de Vigo donde, a mediados de septiembre de 1936, los
campesinos que llegaban a la ciudad por la carretera general de Ourense encontraban, a la altura de
la curva de Puxeiros, cadáveres echados en las cunetas. Eran personas además muy conocidas en la
ciudad por sus ideas republicanas, socialistas y comunistas (Pereira, 1998).
Las ejecuciones perduraron hasta muchos años después de la declaración oficial de la “victoria”,
siendo los años más sangrientos los enmarcados entre 1939 (año de la “victoria” del bando nacional)
y 1954, y extendiéndose hasta finales de 1975, año de muerte del dictador (Velasco, 2006).
Los restos localizados en el cementerio de San Lourenzo, perteneciente a la diócesis de Santiago
de Compostela, responden a esta metodología, la “del paseo”. Estos restos fueron localizados en las
inmediaciones del Puente de la Castellana (entre otros lugares cercanos, de aproximadamente un
kilómetro de distancia) y enterrados posteriormente en el citado cementerio. Las investigaciones de
Grandío y Fernández (2011) afirman que, tras las ejecuciones, los cuerpos eran arrojados al río
Mandeo, donde las corrientes depositaban los cuerpos en un pozo cercano al Puente de la
Castellana. Tras el hallazgo, los vecinos del lugar, bajo amenazas y coacción, recogían los cadáveres y
los llevaban a enterrar al cementerio de Vilarraso o a la parroquia de Aranga “ya que aquellos
cadáveres de rojos no podían enterrarse en lugar sagrado”.

Material y Métodos
Entre el 1 y el 31 de julio se llevó a cabo la excavación y exhumación de los restos enterrados
durante la Guerra Civil en el cementerio de San Lourenzo de Vilarraso, en el ayuntamiento de
Aranga. Se intervinieron un total de 10 fosas (7 fosas colectivas y 3 fosas simples). Estos trabajos
fueron por dirigidos por la arqueóloga Begoña Hermida Pérez. Investigaciones previas a la campaña,
mediante la consulta de los archivos municipales del ayuntamiento de Aranga como a través de la
recogida de testimonios orales, hicieron posible la localización de estas fosas y la elaboración de una
lista de las posibles personas que podrían estar allí enterradas.
Se han exhumado y estudiado un total de 21 individuos provenientes del cementerio de Vilarraso.
La determinación del sexo se ha llevado a cabo a través de la morfología del coxal y el cráneo
siguiendo los criterios de Ferembach y colaboradores (1980), Krogman e Iscan (1986), Martin y Saller
(1957) y Olivier (1960). La determinación de la edad se ha llevado a cabo a partir de los cambios en la
superficie auricular (Lovejoy et al., 1985) y la sínfisis púbica del coxal (Krogman e Iscan, 1986.) Por
último, se ha utilizado el método de Falys y Prangle (2015) para la determinación de la edad en
individuos de edad avanzada a través de los cambios degenerativos en el extremo esternal de la
clavícula.
Se ha determinado el grado de preservación de los restos a partir del cálculo de los diferentes
índices de preservación de los individuos, descritos por Walker y colaboradores (1988). El índice de
preservación (IP1) cuenta cuantos huesos largos conserva el esqueleto sobre un total de 12; el índice
de preservación (IP2) también considera la cintura escapular y la pélvica con un total de 19
elementos; el índice de preservación (IP3) también incluye al neurocráneo, esplacneocráneo y la
mandíbula, con un total de 22 elementos. De esta manera, el índice de preservación valora la
representatividad de los restos esqueléticos de un individuo sin tener en cuenta su estado de
conservación.
En cuanto al análisis paleopatológico, este se ha realizado a partir del análisis macroscópico de los
restos en el laboratorio, siguiendo los criterios recogidos en Burns (1999) y Kimmerle y Baraybar
(2011) para el análisis de traumatismos y cortes; los criterios recogidos en Ortner y Putschar (1981) y
Roberts y Manchester (1983) para el análisis de las patologías relacionadas con el estado de salud y
modo de vida de los individuos y el método de Chimenos et al. (1999) para registrar las patologías
orales (caries, fístulas, cálculo dental, etc.)

Resultados
Se tratan de 17 individuos masculinos, una posible mujer y tres individuos a los cuales no fue
posible determinar el sexo. Todos tenían una edad comprendida entre los 20 y los 45 años.

INDIVIDUO SEXO EDAD IP1 IP2 IP3


UF 1 R 1 Masculino Adulto 100% 94,73% 95,45%
UF 1 R 2 Masculino 25-30 100% 100% 100%
UF 2 R 1 Indeterminado Adulto 100% 100% 100%
UF 2 R 2 Masculino 26-35 100% 100% 100%
UF 2 R 3 Masculino 25-30 100% 100% 100%
UF 3 R 1 Masculino Adulto 100% 100% 100%
UF 4 R 1 Masculino 30-35 100% 94,73% 95,45%
UF 5 R 1 Masculino 25-30 100% 94,73% 90,90%
UF 5 R 2 Masculino 20-25 100% 94,73% 95,45%
UF 5 R 3 Indeterminado Indeterminado 75% 52,63% 54,54%
UF 6 R 1 Masculino 25-29 100% 100% 100%
UF 6 R 2 Masculino 20-25 100% 100% 100%
UF 6 R 3 Masculino 20-29 100% 94,73% 95,45%
UF 6 R 4 Masculino 25-30 100% 100% 100%
UF 7 R 1 Indeterminado Adulto 91,6% 68,42% 72,72%
UF 7 R 2 Masculino Adulto 91,6% 68,42% 72,72%
UF 8 R 1 Masculino 25-35 100% 94,73% 90,90%
UF 9 R 1 Masculino 25-30 100% 94,73% 95,45%
UF 9 R 2 Masculino 25-35 100% 94,73% 95,45%
UF 10 R 1 Masculino Adulto 100% 78,94% 81,81%
UF 10 R 2 Femenino 25-35 100% 94,73% 90,90%

Tabla 1. Sexo, edad e índices de preservación (IP1, IP2, IP3) de cada uno de los individuos exhumados.
La conservación de los huesos es bastante deficiente debido a la acción continuada de los efectos
tafonómicos, como la humedad constante, la acidez del suelo, la filtración de agua, la presencia de
raíces y las acciones antrópicas posteriores en el terreno. Sin embargo, el índice de preservación IP3
es del 100% en 8 de los 21 individuos y supera el 90% en 17 casos (tabla 1.)
En cuanto a la determinación de la estatura, en los casos de los individuos a los cuales no se les
pudo determinar el sexo mediante los marcadores morfológicos anteriormente citados se ha
considerado que se trata de individuos masculinos, debido a que las fuentes escritas y orales indican
que todos los individuos inhumados en las fosas, menos uno, eran individuos masculinos (tabla 2). En
general se puede observar la presencia de tres individuos de más de 1,70 m y de dos individuos de
menos de 1,60 m, uno de ellos el individuo femenino.
Un total de 6 individuos presentaban patología en la columna, como hernias discales y nódulos de
Schmörl. La presencia de estas patologías podría sugerir que los individuos realizaban actividades de
sobreesfuerzo que implicaban la columna, como puede ser el trabajo en el campo (Capasso, 1998).
En cuanto la patología dental, la frecuencia de caries y cálculo era bastante elevada; un total de
16 individuos presentaban cálculo y/o caries. También se localizó la presencia de fístulas en 4
individuos. La presencia de esta patología oral podría indicar una mala higiene bucal.

INDIVIDUO SEXO ALTURA ESTIMADA (CM)


UF1R1 Masculino 166,093
UF1R2 Masculino 162,912
UF2R1 Indeterminado 167,910
UF2R2 Masculino 162,023
UF2R3 Masculino 170,052
UF3R1 Masculino 164,340
UF4R1 Masculino -
UF5R1 Masculino -
UF5R2 Masculino -
UF5R3 Indeterminado 162,542
UF6R1 Masculino -
UF6R2 Masculino 164,341
UF6R3 Masculino 160,110
UF6R4 Masculino 166,244
UF7R1 Indeterminado 160,77
UF7R2 Masculino -
UF8R1 Masculino 173,86
UF9R1 Masculino 156,248
UF9R2 Masculino 172,990
UF10R1 Masculino 154,820
UF10R2 Feminino 157,725
Tabla 2. Estatura de cada uno de los individuos exhumados.

Se localizaron lesiones perimortem en un total de 17 individuos (tabla 3). De estos 17 individuos,


14 de ellos presentaban lesiones en el cráneo compatibles con el impacto de un proyectil de arma de
fuego y 10 mostraban profundos cortes en el cráneo. De estos 10 individuos con cortes profundos en
el cráneo, 7 presentaban a su vez impactos de proyectil. En cuanto al postcráneo, no se localizó
ninguna lesión perimortem; es posible que el estado de conservación de los restos pudiera haber
ocultado posibles lesiones.
Individuos Orificio entrada Orificio salida Quemarropa Corte profundo Marcas de corte
UF1R1 Probable Probable No Observable No Observable No Observable
UF1R2 + + - - No Observable
UF2R1 Probable No Observable No Observable No Observable No Observable
UF2R2 No Observable No Observable No Observable + No Observable
UF2R3 ++ ++ - - No Observable
UF3R1 + + + + -
UF4R1 No Observable No Observable No Observable No Observable No Observable
UF5R1 No Observable No Observable No Observable No Observable No Observable
UF5R2 + + - + -
UF5R3 No Observable No Observable No Observable No Observable No Observable
UF6R1 + + - + +
UF6R2 + + - + +
UF6R3 + + - No Observable No Observable
UF6R4 ++ ++ + + +
UF7R1 ++ ++ - No Observable No Observable
UF7R2 + No Observable + No Observable No Observable
UF8R1 No Observable + No Observable + No Observable
UF9R1 No Observable No Observable No Observable + +
UF9R2 No Observable No Observable No Observable + +
UF10R1 No Observable No Observable No Observable No Observable No Observable
UF10R2 + No Observable - + +
El símbolo “+” indica la presencia de un orificio de proyectil o corte. El símbolo “++” indica la presencia de dos
orificios de proyectil. El símbolo “-“ indica la ausencia de orificio de proyectil, corte o disparo a quemarropa.
Debido a una agresiva tafonomía muchos de los cráneos tienen una conservación parcial por lo que no es
posible observar (No Observable) la presencia de lesiones perimortemen los mismos.

Tabla 3.- Lesiones perimortem en el cráneo de los 21 individuos exhumados.

De los 14 individuos que presentaban orificios relacionados con el impacto de un proyectil en el


cráneo, 8 de ellos tenían un impacto de entrada en el occipital, 3 presentaban un impacto de entrada
en el parietal y otros 3 en el frontal. Estas lesiones podrían corresponder a una posible ejecución
(Kimmerle y Baraybar, 2008), ya que el diámetro de los orificios (9mm) provocados por proyectiles y
las fracturas asociadas al impacto del mismo, sugieren que los disparos fueron realizados a una corta
distancia (Kimmerle y Baraybar, 2008). Hay que destacar la presencia de tres individuos con disparos
a quemarropa (fig. 3): uno localizado en el occipital (UF6R4), otro en el parietal (UF3R1) y otro
situado en frontal (UF7R2).
Como se ha mencionado anteriormente, se localizaron 10 individuos que presentaban unos
profundos cortes en el cráneo. Estos en la mayoría de los casos traspasaban la totalidad de la pared
craneal. No son cortes con líneas de fractura asociada, es decir, no son cortes secundarios a un
impacto con un objeto de filo cortante (como un hacha, machete, espada, etc.), si no que se tratan
de cortes realizados con un objeto de precisión que deja unas estrías muy características en la diploe
del hueso. La continuidad del corte es variable, dependiendo del individuo, pero en ningún caso el
corte es continuo por toda la circunferencia horizontal del cráneo, si no que se localiza en zonas
específicas del mismo (fig. 4).
Figura 3. Disparo a quemarropa localizado en el individuo UF3R1.

Figura 4. Marcas de profundos cortes en el cráneo del individuo UF8R1 (flechas blancas).

También hay que destacar la presencia de unas marcas de corte más débiles, localizadas en la
superficie del hueso del cráneo. Se localizan en 6 individuos (UF6R1, UF6R2, UF6R4, UF9R1, UF9R2 y
UF10R2)(tabla 3), y en todos ellos están situadas en el parietal derecho, sobre el temporal (fig.5).
Estos cortes son superficiales, paralelos entre sí, descendentes y con morfología en V. La mala
conservación del resto de los cráneos no hace posible observar la presencia o ausencia de estas
marcas de corte.
Figura 5. Finas marcas de corte en el parietal derecho del individuo UF6R1

En 7 casos, los individuos presentan a la vez profundos cortes y orificios de impactos de proyectil
en el cráneo. En 5 de los casos, la entrada del proyectil se sitúa en el occipital (uno de ellos a
quemarropa) y en dos de los casos, la entrada del proyectil se sitúa en el parietal (uno de ellos a
quemarropa).
En 4 de los 10 casos de individuos que mostraban los profundos cortes en el cráneo (UF5R2,
UF6R1, UF6R4 y UF8R1), el corte se superpone a un orificio de proyectil, en todos los casos se trata
de un orificio de salida (fig. 6). En los casos de UF2R2, UF8R1, UF9R1 y UF9R2, se localizaron marcas
de corte, pero estas no se han podido relacionar con la presencia de un orificio de impacto, puesto
que estos eran no observables debido a la mala conservación de los cráneos. En el resto de los casos
(UF3R1 y UF6R2) el corte está lejos de los orificios causados por los proyectiles.

Figura 6. Orificio de salida en el frontal del individuo UF6R1. Marcas de cortes (frechas blancas).
En el campo se recuperaron un total de 12 proyectiles, correspondientes con un arma de calibre
corto (9 mm). A excepción de los individuos UF1R1 y UF7R2, en los cuales se localizaron balas dentro
del cráneo, el resto de balas fueron localizadas en el postcráneo, a la altura del pecho y el abdomen
(tabla 4.). En el caso del individuo UF1R1, la bala se fragmentó dentro del cráneo, un fragmento llegó
a salir y el otro se quedó dentro del cráneo. En el caso del UF7R2, la bala no llegó a salir del cráneo,
pues no se localizó orificio de salida en el cráneo.

Individuos Orificio entrada Orificio salida Corte Bala localizada


UF1R1 Probable Probable No Observable -
UF1R2 + + - +
UF2R1 Probable No Observable No Observable +
UF2R2 No Observable No Observable + -
UF2R3 ++ ++ - -
UF3R1 + + + +
UF4R1 No Observable No Observable No Observable -
UF5R1 No Observable No Observable No Observable +
UF5R2 + + + -
UF5R3 No Observable No Observable No Observable +
UF6R1 + + + -
UF6R2 + + + -
UF6R3 + + No Observable +
UF6R4 ++ ++ + -
UF7R1 ++ ++ No Observable +++
UF7R2 + No Observable No Observable +
UF8R1 No Observable + + -
UF9R1 No Observable No Observable + -
UF9R2 No Observable No Observable + +
UF10R1 No Observable No Observable No Observable +
UF10R2 + No Observable + -

El símbolo “+” indica la presencia y el símbolo “-“ indica la asuencia de orificios, cortes o proyectiles localizados.

Tabla 4.- Relación entre individuos con cortes en el cráneo y presencia de balas en la tumba.

Como se puede observar en la tabla 4, los individuos en los que se localizó un proyectil dentro del
cráneo (UF1R2 y UF7R2) no presentaban la presencia de ningún corte en el mismo, sin embargo los
individuos UF3R1 y UF9R2, presentaban profundas marcas de corte en el cráneo y se localizaron
proyectiles alojados en la zona postcraneal.

Discusión

La investigación en el fondo documental del Archivo del Reino de Galicia permitió el acceso a las
causas criminales correspondientes con una serie de individuos fallecidos hallados en diversos
puntos del municipio de Aranga durante 1936, 1937 y 1938. Estos cuerpos, se asume (Grandío y
Fernández, 2011; Fernández, 2011), fueron inhumados en el cementerio de San Lorenzo de Vilarraso.
Siendo recuperados 19 documentos, presentaron 5 de ellos referencias a la realización de procesos
médico-legales para los años 1936, 1937 y 1938, siendo enunciada explícitamente la palabra autopsia
(fig. 7). Asimismo, en otros 3 documentos se utilizan constructos lingüísticos que aducen a la
colaboración de personal sanitario (“Según dictamen médico”) (fig. 8). En ninguno de los casos se
aporta documentación relativa a los individuos que realizaron los procedimientos, ni tampoco los
resultados de los mismos, a excepción de la causa última de la muerte, que se delimita siempre como
“Disparos de arma de fuego”.

Figura 7. Causa criminal 3028/32.

Figura 8. Causa criminal 3025/12.


En cuanto a la vinculación de los resultados del estudio antropológico con la posible práctica de
necropsia, no evidencian los restos del poscráneo ninguna señal de procedimiento médico-legal de
autopsia en aquellos individuos que presentan conservación de los elementos torácicos y de la
cintura escapular. Del mismo modo, cabe destacar que gran parte de los esqueletos exhumados en el
cementerio de San Lorenzo de Vilarraso no preservan estas estructuras, por lo que la presencia o
ausencia de posibles trazas no son observables. Por otro lado, en lo que respecta a los 21 cráneos
recuperados, 10 de los mismos (UF2R2, UF3R1, UF5R2, UF6R1, UF6R2, UF6R4, UF8R1, UF9R1, UF9R2,
UF10R2) presentan profundas marcas de corte realizadas por un objeto de precisión que se ha
considerado pueda corresponderse con una sierra de autopsias (fig. 9). La continuidad de estos
cortes es variable, no constatándose que en ningún caso completen la circunferencia de la bóveda
craneal. Los cortes se localizan en zonas específicas del cráneo, correspondiéndose en la mayoría de
los casos con una dirección antero-posterior que puede tener su punto de inicio en el frontal o en el
parietal, finalizando, en los casos más extensos, en el occipital. En algunos individuos se acusa
bilateralidad en los cortes, terminando ambos en el occipital.
Figura 9. Reconstrucción del orificio de salida (temporal derecho) y de las profundas marcas de corte en las
diferentes normas del cráneo UF8R1.

La fracturación de los cráneos es variable, mas, en muchos casos no es lo suficientemente elevada


para que un serrado incompleto, como el que evidencian los individuos exhumados en el cementerio
de Vilarraso, permita la craneotomía total de los individuos. La separación de la bóveda craneal es un
paso crucial para el estudio del encéfalo en las diferentes metodologías autópsicas como pueden ser
las propuestas por Morgagni, Orfila y Rodrigo, Mata, Virchow, Letullé, Grisinger y Simonin (entre
otros) (Vera, 2017; Nogué-Navarro, Viñals y Garriga, 2016; Vega, 2013). El serrado incompleto del
perímetro craneal podría apuntar a un procedimiento autópsico parcial donde la causa de la muerte
pudo haber sido asumida mediante el análisis externo de los restos (Espinosa, 2008), realizándose un
proceso orientado a dar explicación a los daños observados en el cuerpo, a priori, con objetivo de
determinar una causa particular sospechada (Vega, 2013). La apertura total de la cavidad craneal
podría haberse considerado innecesaria en criterio del profesional encargado de la tarea, explicando
esto la presencia simultánea de marcas de corte profundas, asociadas a autopsia, y presencia de
proyectiles en varios individuos, encontrándose en el cráneo (UF9R2), extremidades (UF2R2) y tórax
(UF3R1).
Asimismo, debe tenerse en cuenta que la realización de procedimientos de necropsia estaría
vinculado a la gestión legal de los restos recuperados, siendo constatado historiográficamente que, a
medida que la situación política evoluciona hacia un estado indefinido de conflicto, el tratamiento
judicial de los individuos fallecidos resultado de los asesinatos extrajudiciales fue evolucionando.
Grandío y Fernández (2011) exponen, para Vilarraso, el cambio desde el desarrollo normal de los
procedimientos legales, pasando por la aplicación de una metodología por forma y, llegando a la no
actuación legal. La drástica disminución de documentos legales para los años 1937 y 1938 parece
mostrar un patrón coincidente al anteriormente mencionado. Este contexto no se correspondería
con un caso aislado, pues en otras zonas del territorio español estarían sucediendo procesos de
cambio similares, como puede evidenciarse con el testimonio del secretario legal de Burgos del
momento, Ruíz Vilaplana, que denunciaba la abstención a realizar investigaciones formales respecto
al hallazgo de cadáveres, más allá de su levantamiento y realización de un informe forense (Ríos et
al., 2014). Estos cambios de gestión legal podrían relacionarse con la realización de procedimientos
médico-legales parciales o incompletos para el caso estudiado. Asimismo, la carencia de
documentación que haga referencia a los resultados de los procedimientos de necropsia parece
coincidir con este planteamiento. Sobre todo, si son comparados con un caso documentado en una
zona cercana a Vilarraso (Fervenzas) para una cronología posterior (1946) donde, tras el hallazgo de
tres cadáveres se llevan a cabo los procesos médico legales, haciéndose patente, tanto la identidad
de los individuos que llevaron a cabo los procedimientos, como los resultados de los mismos (este
ejemplo de autopsia se extrajo del Archivo Intermedio Militar Noroeste; causa 330/46).
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente citado, llama la atención que en solo 4 casos (UF5R2,
UF6R1, UF6R4 y UF8R1) de los 10 individuos que mostraban profundos cortes en el cráneo, éstos se
superpusiesen al traumatismo provocado por el impacto del proyectil. Esto podría indicar intención
de búsqueda de algún fragmento de proyectil, sin embargo en los 6 casos restantes, la presencia de
profundos cortes en el cráneo, no parece estar justificada.
También, cabe mencionar que 6 (UF6R1, UF6R2, UF6R4, UF9R1, UF9R2 y UF10R2) de los 10
individuos que presentan cortes profundos, también poseen una serie de marcas de corte débiles,
paralelas y descendentes. Éstas muestran una clara morfología en V, relacionada con instrumentos
cortantes y afilados. Presentando, en todos los individuos, una localización concreta: parietal
derecho, sobre el temporal. Siendo, la naturaleza de estas marcas difícilmente determinable, aunque
la morfología de estos cortes es coincidente con las marcas que se producen durante el
descarnamiento.
Asimismo, la naturaleza aparentemente sistemática de estos cortes (en los 6 casos
documentados, misma localización y lateralidad) podrían estar indicando su pertenencia a una fase
de un proceso estandarizado, proponiéndose, para este caso, que se correspondan con las primeras
etapas de una metodología de autopsia. Se plantea que estos cortes puedan ser compatibles con la
sección de la piel para realizar el colgajo o bien, con la disección de la galea aponeurótica en su
frontera con la fascia temporal, para poder proceder, posteriormente, con el serrado de la bóveda
craneal (Gray y Lewis, 1918). Aún así, su no coincidencia con los procedimientos Mata y Virchow,
donde el colgajo se realiza practicando una sección coronal de mastoides a mastoides (Gisbert
Calabuig, 1998); así como tampoco parece corresponderse con el corte de los tejidos blandos en dos
líneas cruzadas de las técnicas Morgagni y Orfila y Rodrigo (Vera y Kevin, 2017; Nogué-Navarro y
Viñals, 2016) plantea dudas sobre su posible pertenencia a un proceso médico-legal.

Conclusiones
Durante los trabajos arqueológicos llevados a cabo en julio de 2018 en el cementerio de San
Lorenzo de Vilarraso (Aranga, A Coruña), se localizaron un total de 10 fosas (7 fosas colectivas y 3
fosas simples). Se recuperaron un total de 21 individuos (17 masculinos, una posible mujer y tres
individuos a los cuales no fue posible determinarles el sexo) con lesiones compatibles con un
contexto bélico como el de la Guerra Civil Española.
Tanto las fuentes orales como la documentación escrita relacionaban estos enterramientos con
ejecuciones de civiles durante los primeros momentos de la guerra. Se localizaron lesiones
perimortem en 17 individuos, siendo compatibles con impactos de proyectil de arma de fuego, y
también profundos cortes en el cráneo relacionados con la posible práctica de autopsias de carácter
parcial o incompletas. Se ha constatado historiográficamente que, a medida que la situación política
evolucionaba, el tratamiento de los individuos ejecutados extrajudicialmente fue cambiando hasta
llegar a la no actuación legal. Este contexto podría relacionarse con la realización de estas autopsias
parciales y sólo centradas en el cráneo, en los que el serrado incompleto del mismo sugiere que el
procedimiento de la autopsia pasa a ser un proceso meramente orientado a la explicación de los
daños externos del cuerpo y que tiene como objetivo determinar una causa de muerte preconocida
(muerte por arma de fuego) considerando pues innecesaria la apertura total de la cavidad craneana y
la extracción de proyectiles alojados en diferentes partes del postcráneo.
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