Más allá del mecanismo que se implemente, básicamente los subsidios tratan de
desacoplar parcialmente el precio que paga el consumidor final del valor de
mercado.
En medio de la escalada de precios de los combustibles, Brasil, la mayor economía
de la región, aprobó en junio una regulación para limitar la recaudación de impuestos sobre los combustibles que hacen los estados y eliminar los impuestos federales que gravan la gasolina.
Y en términos más generales, la petrolera semiestatal Petrobras también ha estado
contribuyendo a que los precios no se disparen, como también ocurre en Argentina con YPF, de la que el Estado tiene el 51% de la propiedad.
En la nación sudamericana la subida del dólar, entre muchos otros factores, ha
hecho más difícil que el gobierno pueda disminuir los subsidios energéticos, un punto en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha insistido en el contexto del pago de los compromisos financieros que tiene el país.