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FLACSO cue * Ponencia presentada al ler. Agosto 1984, Algunos tenas abordados en esta jer e identidad politica, cil, cuya publicacién se MATERIAL DE DISCUSTON PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 63, Agosto 1984 BIBLIOTECA FLACSO SANTIAGO 10. #82. ae \ fare FRAGT FEMINISTAS' ¥' POLITICAC}* Julieta Ki-rkwood Congreso Chileno de So 2iologfa. ’ Ponencia son parte de un trabajo sobre me auspiciado por el Social Science Re_tearch Coun- Prepara en FLACSO Programa Santiago. Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presentan, asi como los analisis e interpretaciones que en ellos se Contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN Ensayo que se pregunta por la relacién entre feminis- tas y politicas, destacandose algunos aspectos de diffcil abordaje debido fundamentalmente a las carencias en la ela- boracién conceptual sociolégica y politica adecuada al estu- dio de 1a condicién de 1a mujer en la perspectiva de su par~ ticularidad marginal, A partir de la propuesta que el hacer politica desde las mujeres pasa por la revisién de las categorfas de lo péblico y lo privado, se sefiala algunas necesidades temti- cas que van desde el problema del cuestionamiento del Saber, el problema del Poder, y, la dificultad de conciliar el fe- minismo con una nocién de la politica que no amplfia los mar- genes rigidos del 4mbito de lo Piiblico. gts Fuera de reconocer algunas evidencias en el plano apa- viencial y de:formular ciertas hipétesis ‘tentativas, no!) o'es ‘posiblé todavia tratar seriamente en'su total magnitud la relacién entre la mujer y lo politico; razén por la que ‘me permitiré un ensayo simple y personal sobre dos estilos del hacer y el actuar femenino que denotan "polos" atractivos en la relacién sefialada. Me refiero a las mujeres feministas ¥ a las mjeres "polfticast!/.: + En la filtima década, es posible constatar la emergen- cia y la visibilidad creciente de una nueva presencia polfti- ‘co-social en la oposicién democrética de Chile: los "grupos de mujeres". « con historias, tiempos, vigencias y membrecias variadas; con orfgenes superestructurales o de bases caracteristicas inter-clases, o intra-clases; pero siempre con formas que ‘traen la gran novedad de estar constituidos y generados fun- damentalmente por mujeres y/o para mujeres, cubren -estas or- ganizaciones- las m&s amplias gamas de actividades y objeti- vos. Surgen grupos para la accién y la demanda - urbana o rural; grupos’ para la reflexién y el crecimiento personals para el estudio de la condicién de 1a mujer; para la solida~ ridad y/o el auto-apoyo; para la formacién y accién polit ca; para la accién de base: comités de cesantes, arpilleris- tas, bolsas, comedores, ollas comunes; para el apoyo en coyun- turas nacionales, para la defensa permanente de los derechos tiumanos - la defensa y la denuncia de.los familiares de los presos politicos, de los desaparecidos. polfticos; de los exi- liados, de los relegados; para el retorno; para la defensa de la salud, para paliar el impacto de.las. drogas,. de la indefen- sién de nifios y j6venes,: etc. re x Por. este rasgo diferencial de estar, los. grupos, {nte- gra.o principalmente constituidos por mujeres, pareciera que Se est& ante una sola, misma y nueva nocién de organizacién en la sociedad civil chilena. Aparentemente Sin.embargo,. una mirada sociolégica m&s perspicaz, des- cubrira, evidenciar&, entre.unos grupos y otros ;sutiles.varia- ciones; pequefios giros, tanto en la forma de estructurarse y Proceder, como en los contenidos, principios y objetivos que cada uno de ellos se otorga. En los unos,,de repente, una pequefia variacién/mutacién en la formalidad del procedimiento: La estructura parece di- luir su jerarquia; el orden vertical.de Direccién-a-base se torna difuso; la audiencia inicia y.cierra un movimiento cir- cular, horizontal, de sillas dispuestas en redondo: 1a "direc- tiva" se pierde, se confunde en esa ronda, ahora equivalente, de responsabilidades y tareas. No-hay oradoras recurrentes y separadas de las pasivas-escuchas;.las iniciativas, las Propuestas y las criticas, se hacen, simplemente, base. Idéntico giro en el lenguaje: los temas de pasillo se tornan tem4ticas de 1a asamblea; "lo privado", la mujer misma se hace punto de la tabla y del debate social. Se realiza una nueva mezela de polftica y vida cotidiana. Se ha producido una desclasificaciém de los eédigos, una inversién de los térmi- nos de lo importante. La participacién se ha hecho acto so- cial real y concreto. oe De las miembras de estos grupos se afirma que son o po- seen en grados mensurables la "cualidad" de feministasy En los otros grupos organizados -el otro polo-, casi todavia mayoritarios y hegeménicos en el ascendiente polf- tico, la ruptura de fondo y de forma ha demorado m&S sit’ en- trada. Los cddigos reconocidos del hacer politica’ se pien- den afin fuertemente en sus procedimientos y en sus temady Nos encontramos con Directivas y'Ejecutivos claros y nitida- mente sefialados por la disposicién de "la mesa" (presidium) versus la audiencia (mujeres de base). Los procesos'de movi- lizacién, las t&cticas, las estrategias, las funciones, se perfilan sin redondas discusiones. Se ha resuelto ya el sis- tema de las prioridades. La gran dificultad es el cémo ha- cer, cémo movilizar. E1 para qué y el desde dénde, ‘no cons- tituyen problemas de mayor envergadura. Se prioriza la palabra "polftica", y alli dentro de ella se enfatiza la palabra mujer ya en una linea clara y defin: da atada a la situacién del’pafs, a la familia y a los hijos. - Hay un cierto descarte desdefioso por la ubicacién de presen- cids y témas "demasiado feministas". En estos grupos siempre e1 término mujer aparecer4 calificado por la clase, por lo popu- lar, por las crisis, por el sistema familiar. Es un término “no independiente. A 1a mujer no sé"la concibe sola2/ A pesar-de estos aspectos’ polares, ‘ambos estilos de -corganizacién convergen, sin duda, en un amplio espectro”del compromiso y del acto politico. Trabajan unidas en jornadas y acciones; elaboran y apoyan propuestas y experimentan la unidad politica de propésitos democréticos. Se movilizan también unidas y en gran nfimero (Caupolicén de las mujeres, protestes nacionales). Tal,vez por eso mismo, el enfrentamiento ideolégico, cuando surge, lo hace cargado de recelos, de estereotipos. La discordancia se hace sélido vértice que abre y separa'a lado y lado, movimientos, bloques; filas cerradas. Se per- cibe una clausura del debate y del entendimiento. Qué origina esta desarmonia? proyectos distintos, in- conciliables?, cuestién de métodos, de clases, de interpre- tacién del mundo? Frente a este quiebre percibo una intriga-bastante mds profunda que una mera desinteligencia coyuntural. Con més optimismo que claridad instrumental, intentaré ese discurso y andlisis. Ambas, feministas y politicas parecieran estar de acuer- do, coincidir en un propésito: en el reconocimiento de la po- sibilidad hist6rico-civilizatoria de 1a emancipacién de la mujer. . En lo que no pereciera haber acuerda ni pleno, ni abso- luto, es en los fines, objetivos, métodos, teorfa, praxis y prioridades que asume y asumir&, la emancipacién global de ja sociedad. Vale decir, no hay.acuerdo en el completo re- corrido que asumiré la emancipacién social. Me explico: Toda explicacién se realiza desde una situacién valér: ca singularizada. La que est4 detr&s de estas notas - ha sido explicitada en dos trabajos anteriores, a los que me rémito2/ que ent&rminos generales se refierena la necesidad de un "hacer politica" desde las mujeres y a partir de sus propias carencias y alienaciones. Otro modo -el tradicional- serfa simplemente la suma y la insercién masificada en una Propuesta politica anterior al Planteo de esas necesidades en el supuesto que serén. incorporadas en futuro. °. «,, “ao: La explicacién de esta vifurcacién.en los dosi polos que hemos mencionado, se encuentra en nuestra historia reciente? Desde las primeras asambleas politicas de mujeres, en donde concurrfa toda la multiplicidad de grupos y de inten- ciones politicas de tinte femenino, independientemente de jos temas y coyunturas, se perfilaron, constantemente, dos asertos: 1. "No hay feminismo sin democracia", que sipnificaba: la Gnica movilizacién posible para las mujeres, AHORA, es el apoyo © el acto de la lucha opositora ab gobierno autorita- " de la discriminacién de la rio. Los problemas "singulare: mujer, son secundarios a esta. prioridad. Pueden ser trata- dos después, 6, "9510 sit no, entorpecen dicha prioridad. Es ta afirmacién fue sostenida por las mujeres. "polfticas". te 2. El segundo aserté, opuesto al anterior, daba vueltas los términos y pasaba a afirmar que "no hay democracia sin femi- nismo". Descartando las ideas de prioridades o contradiccio- nes primarias o secundarias, afirmaba la naturaleza consti: tutiva de toda opresién que implica la dominaci6n, discrimi- nacién y subordinacién de las mujeres en el mundo privado. A la vez, muestPa que la "desconsideracién" del mundo privado, en un proceso de cambio, ha precipitado -y sacralizado- a las mujeres a una ideologfa y una prdctica conservadora. Todo esto, apoyado en cifras de participacién,y en historias de adhesién y coherencia de lo "femenino", culturalmente constituido, con el pensamiento m&s conservador e inmovilista. Este aserto denota la posibilidad de hablar, de sefia~ lar , juntas, todas las opresiones en una nueva sintesis no estratificada desde fuera. Profundicemos por ahora el discurso desarrollado a par- tir de esta segunda propuesta. Luego retomaremos a la pri- mera, en relacién de sentido con la movilizacién de las mu- jeres. Se dirfa que, en el inicio, la reflexién feminista sur- ge desde la reflexién sobre la democracia ~incautada- y des- de una re-valorizacién y rescate de sus contenidos. ‘A poco andar, 1a reflexién lleva a percibir una larga, profunda distancia entre los valores postulados democréticos: ipualdad, no-discriminacién, libertad, solidaridad, de una parte, con lo que es "vivido" y asumido como: realidad con- ereta singular. . A partir de la diferencia entre lo postulado y lo vi. vido, reconocemos, constatamos, que la experiencia cotidia- na concreta de las mujeres es el autoritarismo. Que las mu jepes viven -han vivido siempre- de cara al autoritarisno en.el interior de 1a familia, su 4mbito reconocido de traba- joy de experiencia, Que lo que allf se estructura e insti- tucionaliza es precisamente, la Autoridad indiscutida del "jefe de familia" -.e1 padres; la diseriminacién y subordina- eién de género; la jerarquia y el disciplinamiento de este orden denominado "natural", que ms tarde serd proyectado a todo el acontecer social. Esto nos lleva a constatar que hay dos freas o &mbi- tos de accién en relacién a lo politico, tajantémente sepa- vados y.excluyentes entre si, en virtud de los réneros se- xuales, Esta divisién, "natural" y definitiva, no es originada Por el régimen autoritario que ceg6 la democracia. Por el contrario, es anterior a ella, con rango de civilizacién - «i -Estos &mbitos son lo pfiblico, con su dominio de lo po- lftico y su sposibilidad de acceder al Planteo’y la biisqueda de la jibertad, y, lo privado, sélidamente asentado en lo do- méstico y, lo necesario~ niyEL "hacer" de las: mujeres;"tomo grupo o categorfa cul- tural se instala én lo privado. En lo"privado de...,"en la marginalidad politica. Desde los partidos politicos, de mayor o menor progré> sismo, de esbozado 0 acabado proyecto de cambio social, el hacer politico de las mujeres es siempre. visto como el pro- Dlema de los obstaculos a la incorporacién; 0 del apoyo: a’mo- delos t&cticos o estratégicos, Para la tendencia feminista, el planteo se refiere conflictivamente a establecer el sen+ tido y significado del hacer politica, como ya menciondbamos, desde una identidad negada, no constituida®/, No es del caso abundar m4s en este punto. Por ahora, s61lo se~ falar que al plantear lo privado como suceptible de ser "Wis- to politicamente" -en tanto problema del hacer sccial- se Produce ,simultaneamente,dos fenémenos a) percepcién de lo estrecho de la actual dimensién polf- tica-pfiblica en uso y de lo estrecho de la concep- cién de quiénes. son sujetos y actores politicos "vir- tuales" -si enfocamos el tema desde una pretensién de recuperacién democrética-sy b) un fendmeno de ampliacién y'de complejizacién del campo _de lo politico 1. Por una parte, se incorpora a lo polftico el &m- bito de la "necesidad"; y por otra parte, se in- corpora a las mujeres como "nuevas sufetas" 0!) "actoras" de la politica, en tanto objeto sobre : el que recafa el mundo de la necesidad®/, x 2. Incorporacién de nuevos temas, formas de aproximar- + $@ a la problem&tica social, politica y ecénémica Por citar algunos: + ~~ Replanteo sobre la Produccién y la Repréduccién humana, incluyendo la reproduccién doméstica. v= Las formas vigentes y el sentido de la participa- cién'social y la exclusién. : La incorporacién de demandas no-tradicionales a los modelos politicos. - la “invisibilidad" -sus causas y consecuencias- de ciértos conflictos: violencia sexual y domés- ticas prostitucién; abusos en la planificacién ~~ familiar, etc. Desde una perspectiva feminista, ~0+ 420" estos problemas-conflictos son conéiderddos como verdaderas violaciones a los Derechos humanos de las mujeres. ~Planteo de 1a mujer como sujeto polftico de dere. chos individuales versus el "conservantismo" indu- cido cultural y polfticamente; visto este Gltimo ~o" pasgo’ como ‘el’ efecto inevitable de un modo de ha~ “i : ‘cer politica de tinte autéritario, patriarcal e hist6rico, Bisqueda de lds posibilidades y condi- ciones de revertirlo mediante un cambio cultural. Ahora bien, enfrentar estos dos fenédmenos -ampliacién ¥ Complejizacién'del campo polftico-,acarrea no ‘thenudos pro- blemas al hacer fémifiista. Sefialaré dos de los m4s intricados “nudos, o problemasrecurrentes y dificiles de abordar y solu- cionar para el feminismo, asumido éste como el hacer politica desde las mujeres. La seleccién arbitraria de estas dos ca- tegorfias de problemas, entre tantos otros, obedece a su mayor capacidad potencial, asignada, de‘otorgar sentido a 143 o¥ien- taciones y pr&cticas polfticas de 108 grupos de mujerés. El nudo del sabé® seguido del mito ‘del poder2/, En el trabajé que citamos mis arriba inténtamos def. nir los problemas feministas o “nudos" énfatizando sus carac- terfsticas de potencialidad, de desarrollo, crecimiento y Proyeccién. Decfamos: "La palabra ‘nudo también me sugiere ‘tronco, planta, crecimiento, proyeccién a circulos concéntricos, desarrollo -tal vez ni suave ni arménico pero envolvente ae una "intro- misién" 0 de un "curso indebido" -no lo llamaré escollo- que obliga a la totalidad a una nueva geometrfa; a un despliegue de las vueltas en direccién distinta, mudable, cambiable, pero esencialmente dindmica. Las formas que entornan y defi. nen a un "nudo" son distintas, diferentes, no congruentes con otros nudes. Pero todos ellos tienden a adecuar, dentro de su 4mbito, un despliegue propio de movimiento; de modo tal que se unir&n mutuamente en algtin punto y distancia imprevisi- ble desde el nudo mismo,para formar una-nueva y sola continui dad de vida, A través de los nudos feministas vamos confor- mando la politica feminista" les “nudos" son, entonces, parte de un movimiento vivo; por esa exigencia de revolucién transformadora e insoslaya- ble -si no se recurre a la destruccién- que indudablemente ‘tam- bién poseen. El nudo del conocimiento es harto viejo y debatido,’ so- bre, todo cuando se le contrapone al privilegio de la riqueza, inocencia de la pobreza social, 0, a la urgente responsa~ ala bilidad de "actuar y no més interpretar". Ea Hemos elegido mirar ¢1 nudo del conocimiento con la Perspectiva de Foucault. £1 afirma que hablar del conoci- miento desde la marginalidad es hablar simultfneamente de una voluntad de saber; de un querer-saber A este querer. - saber, lo contrapone a la violencia de las ideas admitidas, del "partido tomado" que se apropia de la verdad y que des- plaza a su contrario al "error", dej&ndolo allf instalado. ("violencia idealista", la llamé Sartre). Hay entonces,.una necesidad de elaborar, o recuperar el saber para si, desde’ el feminismo. El querer-saber sur- ge cuando se constata la no-correspondencias entre los "va- lores" postulados por el sistema y las experiencias concre- tas reales humanas. Para las mujeres, como decfamos, los valores de Igualdad, fraternidad, democracia, son "vistos" como "desigualdad",."opresién" y "discriminacién". El que- rer saber se parece a la rebeldfa. Obviamente, esto no lo sabemos de inmediato. Hay un largo, dificultoso camino an+ tes de reconocerlo en la propia conciencia. Fundamentalmen- te porque el saber oficial transmitido adopta siempre una apariencia "buena", "positiva"; pero en la realidad de las cosas, este saber funciona de acuerdo a todo un juego de re- presién y exclusién: exclusién de aquellos que no tienen derecho a saber. Y cuando éstos (iltimos desde el mundo pri- vado, desde el trabajo, desde la necesidad, acceden al sa~ ber, lo hacen por 1a via del conformismo. Por un puro "con- formismo polftico", ‘se acepta saber. sélo un determinado ni- mero dé cosas ¥ No otras. Por ejemplo, quiénes de nosotras no hemos dicho u ofdo: -"a nosotras no nos interesa el poder"? Neto conformismo politico. -12- No "se acepta" como "verdadero" que las mujeres luchen por el poder. "Es un error" ~se nos dice en todos los tonos- y claro que lo estien el sentido delsaber'de "pantido-tomado". Como primera consecuencia de este "saber" no recuperado respecto del poder, es que las mujeres aceptamos, primero, no luchar. nunca’ por el poder; despreciarlo. Segundo, organizer, plantear y producip las luchas por algo: maternidad en versién de la salud, de los hijos; trabajo "para los compafieros", etc.} NO como una lucha para adquirir, re-integrar-nos, las condicio- nes reales.del ejercicio de esos derechos. Se ha producido, con respecto’de las mujeres; como con respecto de las categorfas marginadas, una "expropiacién del saber", Y tal vez por eso, o en ocasiones, el saber recreado por las mujeres presenta aires de "bricolage": se toma conceptos de otros saberes y contextos atribuyéndoseles un sentido dife- rente. La re-apropiacién -irreverente quizi= no tiene tal vez m4s sentido que cambiar unas mismas "notas" en una nueva dispo-~ sicién, una otra "clave" que resuena mejor en la nueva armonia. No se trata aqui de una otra verdad instalada. Sin embargo, son fuertes y cargados Ios conflictos que esta situacién de "marginal" al saber produce entre las femi- nistas: No existe un modelo alternativo y eternamente v&lido para cuestionar ‘el paradigma del saber patriarcal con que se nos. ha vestido y engalanado. ela 1 Modo lo que hacemos y emprendemos con "nuestro" para- digma en perpetua revisién, tiene sin embargo efectos media corporenos aqut tos_e inmediatos en muchas otras mujeres. (I la idea de responsabilidad politica). Una parte considerable de este saber re-apropiado “con las dificultades inherentes a iniciativas de conocer que de- ben abrirse espacios, ensanchar coriceptos- se ha expresado en muchas investigaciones feministas, Esta .investigacién ha des- cubierto, sabe, de abusos flaprantes.en larcondicién de la mu- ep. Sin embargo, rara vez, y dificultosamente, estos abusos constituyen la base de demandas:concretas:del movimiento. Tal vez'sé las considere "poco polfticas":ccomo 1a carga esclava del trabajo doméstico; la sobre explotacién de trabajos "infor- males"; la prostitucién de adultas e infantess el aborto en sus sinistras secuelas derivadas del clandestinaje; las "incapaci- dades" civiles y ciudadanas; la violencia doméstica. 0, "depen- dientes" y "no-dmportantes": como toda problem&tica que excede el 4mbito econémico o reiftico piblico. 4 osey 6. crate El hacer feminista muchas veces se."separa" de lo que su saber descubre y descifra. En todo. caso,.conviene recordar la -extrema ligazén entre ambos., ., a fo itu El Poder Qué significados, recorren-este nudo del poden},,;,zCémo se relaciona con el hacer de las. mujeres, con 9] saber,..con isu po- litica? 5 avt -w- Tal vez lo mfs significativo del tema del poder dentro del feminismo sea precisamente su_ausencia En el problema del Poder y en su préctica,’ las mujeres somos las grandes ausentes. E]1 discurso del Poder sélo es valido en la esfera Patriarcal y se expresa con una r4pida derivacién de "poder pfiblico -poder polftico- poder del Es- tado"; y, en su dimensién social, "poder de grupos, de cla- ses, de sectores", Son los caminos permitidos. Para la es- fera privada (las mujeres) se habla de "el otro" poder, el poder de la casa, del afecto, "Son los m&s importantes" - se nos asegura, Y allf estamos: Con serias dificultades para asimilarlo cuando nos precipitamos en la esfera piiblica. Si algo anda mal entre nosotras, "alguien se esté tomando el Poder". Lo tachamos de malo, le asignamos una esencia ética y no queremos volver a hablar del asunto Pero, qué es el poder? icémo romper los cerrojos y a- vanzar de este nudo? En primer lugar, el poder no es; Fl poder se_ejerce. Y¥ se ejerce en actos, en verbo. No es una esencia. Nadie pue- de tomar el poder y puardarlo en una cajita fuerte. Conser- var el poder, no es tenerlo a cubierto, ni preservarlo de e- lementos extrafios. Es ejercerlo continuamente: actos repeti- dos o simultaneos de hacer y de "hacer que otros hagan"; o piensen. "Tomarse el poder" es tomarse la accién -la idea y el acto-. El acto frecuentemente afincado en fuerza y vio- lencia. Tal vez de ahf nuestro rechazo y distancia. Como resultado de afios y afios de cultura patriarcal, en la miijem se ha obstruido totalmente el "deseo" de podet (re- “dordemos: querer saber; querer hacer). No lo désea para sf, $é auto excluye de la posibilidad de tomarlo; no discute si- quiera. Lo considera algo que est& "fuera" (fuera de qué, ©, de cu4l adentro?). Ei’ Camino que vislumbraron los estudiantes dé1 Mayo Francés para cuestionar en grande al poder, y que Haremos nuestro, fué; primero, el "des-sometimiento" de la propia voluntad. Consiste en deslegitimar aquello que nos esté “privando"; privaci6én que se nos impone desde una situacién de privilegio, Esta 'situacién de privilegio es, para noso- tras, el patriarcalismo: En segundo lugarj-se tratarfa de liberar al propio sujeto, mediante un “ataque cultural! Ataque que consistiria en la supresién y la negacién de los tabGes y las limitaciones sexuales, las ésparaciones y ‘énca- sillamientos arbitrarios, para devolver la practica sexual al 4mbito de la libertad de opcién..: Finalmente: poner en vigencia praécticas comunitarias de ruptura de la individua- lidad normativa. Buen ejemplo de ello ‘es la proliferacién de los "grupos ‘de mujeres” que acometen:miltiples tareas con el sentido, comin, de ruptura de la atomizacién y la "priva- tizacién" de las relaciones personales y familiares. Para ‘terminar este punto, recordemos que no se puede hablar del Poder ‘sin mencionar a su tontraparte necesaria la responsabilidad politica, Un"pPoyecto"puesto en el mundo, °-un ha¢er- desde que se hace carne, ya no nos pertenece; seguir4 din4micas propias. 16 - Esto: produce ‘ciertos efectos. Por una parte; el hacer’ ya'‘he- “cho acto,’ adquiere vida propia,: se independiza, Por la‘otra, desde’ que lo’ lanzar s,s0mos ‘responsables por él,” Cualidad’ ine inescapable ‘del hacer politica. (Aqui se plantea el hacer como poder compartido: Saber, y acveptar que sabemos, que €ste’ no puede ser ejercido si no lo es con la responsabilidad plena del sujeto que sabe ‘que siempre sé le pasar& la ‘cuenta por -su accién).” r 3 Pero se est& poco “habituada al poder sivse ‘eéimujer. is se tiene h4bitos, si no se tiene practica: Si por practi- ca entendetios el ejercicio de un arte o ‘facultad, habria que mirar al poder como el'ejércicio del arte de hacer. ‘Nudo_feminista politico + aii fs Nudo que surge ‘del Hécho de que todd lugar, casa; or- ~ganizacién o "grupo! de mujeres, aunque ne se ‘lo haya expre- sado‘o manifestado previamente, es en si, casivobjetivamen- o'tes‘un espadio ‘Politico de las mujeres; Tanto en Iavacepéién még“amplia de la palabra, como en el reino de “lo que es "sen- tido comin". “Esto es éxplfecita o implicitamenté acéptadd mas all4 del 4mbito de las militantes feministas: me refiero en v particular’a las mujeres que provienen de organizaciones poll. tidas partidarias"y"que no siempre, ni necesariamente, ‘adhie- ven a los planteos de la emancipacién de la ‘tujers pero que sin embargo -digimoslo brevemente- han previsto en "la mujer" uh campo a-ser desarrollado 6 incorporado de las m&s diversas f6rmas al quehacer politico. ~ Esta cualidad de espacio polftico atribuido a lés gru- pos ‘de mujeres, ha sido captada por las mujeres "de partido" atin antes de que las mismas feministas lo hiciéramos activa- mente. Acostumbradas al escaso interés que les ha desperta- do asistir a los trabajos grupales, a los talleres feminis- tas, tendemos a atribuir su presencia generalizada en los en- cuentros de mujeres a motivaciones subterraneas de manipula- cién y control partidario. La percepcién de "espacio politico" de una parté, y la suspicacia de verse amenazadas, por la otra, constituyen in- mediatamente a "ese espacio" en un espacio disputado, pelea- do, airecillo de "botin de vencedoras". Desde las "polfti- cas" hay una cierta impresién de que ese espacio est4 "Lle- no de mujeres", pero "vacfo polfticamente". Es natural y f&cil, entonces, que sea mirado con 1a codicia de una can- cha por rayar y de estrategias por constituir y administrar segin las reglas de los juegos que se prefiera. Como no se trata en este momento de dar a los nudos una solucién de "partido tomado"’-ni siquiera del nuestro-, tra- taremos de no caer en la‘tentacién de adjudicarle brutalmen- te al discurso de las’interlocutoras politicas, significacio- nes "inmediatas", “objétivas", que pudiesen parecer "condena- torias" Busquemos mejor saber las posibilidades de desarrollo que estén inscritas en esas ‘conductas presentes. Para este problema ‘parece oportuna una pequefia premisa sartréana: "Cualquier conducta puede hacer coriverger dos mira- ~ 18 ~ das, la mfa y la del pr$jimo/préjima; la conducta,:precisa~ mente, no presentar& la misma estructura en un caso'y en el otro". Consideremos entonces que“habr& respecto de ‘las "polfti- cas", "dos, conductas” -a lo menos- désde ‘las que puede despla- zarse el anflisis. La suya-y la nuestra. El nudo, mirando a la conducta de nuestro sujeto "muje- res politicas en los grupos de mujeres de“la oposicién" co- mienza por el hecho de que, desde las ideologfas de izquier- das, la finiea teorfa que se acerca a, o permite enfocar a la mujér en un tono politica progresista, es ‘la teorfa del pro- letariado. Se:trata, eso si, del término mujer adjetivado por lo "popular", que, paradojalmente, niega a las mujeres proletarias en'su presente cotidiano de género en virtud de su: futuro como. "clase" Habrfa entonces y desde esta perspectiva, una posterga- cién, por no usar aquello de descalificacién teérica y préc- tica del 'tema-mujer' y de la ‘organizacién-mujer' que per- mite, y que abre'el camino para considerar, "mirar", a las concentraciones. de mujeres, sean pGblicas o privadas, gran- des o pequefiasy a la vez como vacio te6rico y como espacio/ terreno apto para implantar la semilla polftica. . Esta forma de ‘expresién de la participacién militante no feminista er los espacios feministas plantea a éstas Giti- mas el dilema: ise est& frente a una pura intromisién inde- pida-o frente a un expresado intento de diélogo? Y, ies pos ble este filtimo si las "miradas" ya est&n constituidas previa- mente? Ek nudo pareciera inconciliable. Las reacciones feministas inmediatas no demoran; se bifurcan: una) Defender lo propio, Cerrab, cerrarse en ehcuentros re- ducidos, exclusivos feministas, donde pueda avanzar la elaboracién de una politica, de unas estrategias y de unas t&cticas, (otra) No caer en el grupo cerrado y getto: amplitud de la convocatoria y la llegada de muchas mujeres que con- . juguen los verbos dialogar, polemizar, participar... Correr los riesgos de toda amplitud ("acaso no era yo una de "ellas"2"), El debate en este punto puede complicarse afin mis, o ser fructifero. Pero quisiera referirme a otro sentido que se'vislumbra detrfs del nudo feministas-politicas. Persisto en creer que detrés de todo ésto (114mase manipulaciones, intromisién, etc.), hay un enigma s6lidamente estructurado; muy diffcil de desagregar. Siempre me he-sentido muy-impresionada por las "mujeres politicas" que exhiben en su modo de ser cultural e ideolé- gico una marcada satisfaccién por los "resultados" que les es posible obtener al aplicar rigurosamente su "metodologfa" de andlisis y su "teorfa" explicativa de globalidad °@laripoco creo ‘para ‘nada’ que lo “radicalmente" riguroso sea la alternativa exclusiva de una péstura critica feminista; = 20 - preferible me parece el camino alegre de la constante "pues- ta a prueba", un ir y venir de la "interpretacién" a los "con- flictos", 0 a las facetas de los conflictos 0 de los nudos). La pregunta repetida y recurrente en este t6pico ha si- do: gpor qué acuden las "politicas" a los encuentros feminis- tas? La primera respuesta, antes y ahora, surge de lo obvio: para llevar su mensaje". © Descontada 1a atribucién de técti- cas para el "uso" y la "dilacién", miremos 1o obvio que est& detras de lo obvi Las politicas van a los Encuentros feministag pero no quieren aceptar que van. Se instalar&n en ese espacio para cuestionarlo todo des- de la politica global; replantearfn todos. los temas rechazan- do compromisos viscerales "qua" mujeres. En-verdad, no quie- ren romper el instante .en. que se sienten -son- pura concien- cia de clase. + Pero he ahf que han desplazado sus cuerpos; estén en los talleres, metidas con mujeres, y con temas de mujeres; estén en los conversatorios. Viven, conviven con.sus seme- jantes; no,se marginan. ts ..843. simult&neamente a estar ahf querr4n arrastrar a las otras alas solas disquisiciones sobre lo popular, la clase, la lucha, la innombrable bursuesSa grande y la pequefia, la atroz. Se:habr& conjurado 1a reactivacién en politico de lo privado. Se habré abierto el camino de 1a culpa, una dimensién -2r- polftica para el feminismo se creer4 clausurada -y: Entre tanto "las polfticas" habr4n cumplido a cabali- dad el divoreio entre.su condicién de género femenino -su cuerpo ahi- y su discurso racional y sancéonado. . E1 orden se ha reinstaurado. Deteng&monos en la parte de acé de este divorcio: La presencia de las mujeres polfiticas, que es un hecho, un acon- tecimiento; pero un acontecimiento.. que no seré admitido: jam&s se consentir& en que se est4 allf. El acto de no asumir dos aspectos que existen en una sola presencia humana, -1) los hechos: el cuerpo fisico pues- to en los grupos y sus vicisitudes por una parte; 2) la "idea", el discurso y la voluntad asimilada a la idea, por la otra- es lo que Sartre, definié como "la mala £6" La mala f@ es b&sicamente negar una evidencia que se est& viviendo sin "experimentarla ni aceptarla como tal", y simultneamente,, auto engafiarse, refugiarse, en reemplazo, en una "contruccién idealista" que protege y que ampara de la presencia del cuerpo desmesurado. ¥ asi sucede que se est4...pero que no se est&. ‘La mala £6 no engafia a los dem&s; es distinta de 1a mentira. la mala £@ es tal porque s61o se engafia a sf misma. La ma- la £€ se hace evidente, se hace manifiesta, en.la "presencia" divoreiada del discurso. .La-mala £€ lleva ipscrito en la frente: "Queremos estar ah{ como mujeres pero no lo reconoce- remos", 226 Se est4 ahf en una presencia inerte, tHasta cundo? ¢Cufndo es que 1a conciencia sortea el engafio de sf misma? Cuando logra juntar sus vivencias con la-imagen querida y admitida del mundo y con el cuestiona- miento de su lugar en el mundo? Habr& que dejar’ una pregunta abierta. Ni el mundo del poder; ni del saber; ni del feminismo con la politica, se agota en los breves punteos que hemos intentado. Solamenta hemos querido ir un poco m&s all4 de la "ma- niobra", o del "funcionalismo" de. determinadas concepciones y acciones. M&s bien nos inscribimos en la ruta de refle- xién que’ postula que las posiciones ideolégicas diversas y las soluciones dadas al "problema de 1a mujer y la politica", significan que’se han definido de diferente manera el conflic- to que plante: -otemente, se ha dado diversas soluciones. la subordinacién de géneros, y que, consecuen- Una base positiva de anlisis y‘comparacién podria en- contrase precisamente en los mecanismos que los dos grupos © "polos" han elaborado socialmente para plantear sus proble- mas y sus soluciones. Esto evitarfa*la supervivencia de una situacién’ tipo “guerra fria"; o guerra de! nervios, en que cada "polo" parecie~ va ejecutar:actos o difundir noticias alarmantes para el ad- versario, obligéndole a estar siempre atento, siempre presente; pensando en la inminencia de la verdadera guerra o enfrenta- miento aniquilador. NOTAS - 23 - Uso la denominacién "polfticas" en el estricto sentido en que esta categoria de mujeres se refiere a sf mis- ma; sin que ello involucre un pronunciamiento o una adhesién a la justicia del término. Simone de Beauvoir destaca, en el Segundo Sexo, los efectos de las ideas de "alteridad" y "dependencia" ligadas_al ser mujer, y que fueran consagradas por la filosofia tradicionalista. a) J.K,: "La polftica del feminismo" en Revista Inter- nacional de Ciencias Sociales: "La mujer en las es- feras de poder", volumen XXXV N° 4, Unesco, Parfs, 1983, b) J.K. "El feminismo como negacién del autoritarismo" en Nueva Sociedad N°71, marzo/abril 1984, Caracas, Venezuela. Ver Hannah Arendt: "La condicién humana, Seix Barral, Barcelona, 1974. "El feminismo como negacién.. op.cit. Sobre el concepto de "necesidad" ver Agnes Heller "Teo- ria de las necesidades en Marx" y "Sociologia de la vida cotidiana", Ed.Peninsula,Barcelona, 1977. Las ideas bésicas de esta seccién ya fueron explicita- das en el articul "Los nudos de la sabidurfa feminis- ta" (J.K.) de préxima aparicién en el Libro "II Encuen- tro Feminista Latinoamericano y del Caribe", editado por ISIS Internacional, Roma, Italia, 1964.

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