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¿Muerte natural?

Escrito por Antonio Casado da Rocha Publicado: 21 Noviembre 2008

En los últimos días algunos medios se han hecho eco del Manifiesto de Profesores Universitarios en Defensa de la Muerte Natural cuyo primer punto reza así: “Ante las intensas
,

presiones que se ejercen sobre la opinión pública española, para inducirla a consentir la legalización del suicidio asistido y la eutanasia, es necesario defender la dignidad de la
muerte natural como final de toda vida humana.”
Confieso que no he avanzado mucho más, pues la última expresión —eso de “la dignidad de la muerte natural como final de toda vida humana”— me tiene perplejo. Uno entiende
que, en esto de la intervención pública, queda mejor un lema positivo, a favor de algo, que otro meramente negativo, en contra. Pero, a mi juicio, más les valía haberse denominado
Manifiesto de Profesores Universitarios en Contra de la Legalización del Suicidio Asistido y la Eutanasia, o algo así. Aunque no sé si ganaríamos en precisión —véase para ello el
artículo de Pablo Simón y colaboradores*—, al menos nos ahorraríamos el debate sobre términos tan equívocos y confusos como el de “dignidad” o “muerte natural”.
Pero, como no ha sido así, un lego se pregunta: ¿qué es eso de la muerte natural? Obviamente, en el lenguaje cotidiano utilizamos la expresión, pero ¿es filosóficamente sólida?
¿Existe algo así que podamos llamar “muerte natural”? Para empezar, no olvidemos que los adelantos médicos han aumentado las expectativas de vida y las posibilidades de
morir lentamente; de hecho, en la actualidad entre el 60 y el 90% de los enfermos terminan su vida ante extraños, en el hospital o en una residencia, en un entorno no muy natural
que digamos.
Si ellego tuviera algún amigo filósofo, este podría recomendarle acudir a un texto de Armando Menéndez Viso** que permite hacer una lectura muy interesante. En ese texto, este
filósofo asturiano analiza el concepto de “medio ambiente” para llegar a una conclusión sorprendente: contrariamente a lo que a veces se sostiene de manera poco reflexiva, los
conceptos de “medio ambiente” (o “naturaleza”) y “tecnociencias” se necesitan mutuamente, son conceptos interdependientes y complementarios. Nuestro concepto de
naturaleza requiere el de tecnociencias y a la inversa.
Como experimento, bastaría con pensar en “muerte natural” donde Menéndez Viso escribe “medio ambiente” para sacar algunas conclusiones interesantes. Detrás de la expresión
“muerte natural”, a veces se entiende que la muerte en cuestión no ha sido producto de un accidente, de un acto violento; que ha sido una muerte “orgánica”, en el sentido de que
su causa no es externa al organismo que la sufre. Otra connotación es la de ser una muerte plácida o “digna”, en un sentido un tanto idílico: una muerte en paz, rodeado de familia
y amigos. Esta es la muerte que las más de las veces presenciamos en las películas, pero los lectores del libro de Sherwind Nuland sobre cómo morimos ya estamos avisados: eso
de la muerte digna o en paz es, las más de las veces, un mito muy alejado de la realidad, una licencia cinematográfica. Por otra parte, ¿es la muerte natural una muerte “autónoma”
respecto de terceros? En ese caso, la única muerte natural sería la del náufrago en una isla desierta...
Remito al texto de Armando Menéndez Viso para conocer en detalle su cuidadoso análisis; pero suscribo, adecuándola al tema de esta entrada, su tesis principal: si la expresión
“medio ambiente” no tiene límites ni contenidos precisos, tampoco los tiene la de “muerte natural”.
* Simón Lorda P, Barrio Cantalejo IM, Alarcos Martínez FJ, Barbero Gutiérrez J, Couceiro A, Hernando Robles P. Ética y muerte digna: propuesta de consenso sobre un uso correcto
de las palabras. Revista de Calidad Asistencial . 2008;23(6):271-85.
** Menéndez Viso A. Tecnociencias y medio ambiente. En: R. R. Aramayo y T. Ausín (eds.), Moral, ciencia y sociedad en la Europa del s. XXI Madrid, Theoria cum Praxi, 2005;
,

soporte CD. ISBN: 84-689-4394-0

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