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Desagradable reencuentro.

EL ABUSADOR

Todo iba muy bien hasta que…

Clara es una chica de doce años que quería conocer a su papá. La mamá viendo que lo necesitaba
y sintiendo, además que esto era necesario, no le impidió verlo y, mucho menos se opuso. La
convivencia de Clara con su papá parecía ir bien, pero no todo era como se lo esperaba. Un día
papá decidió que Clara no saldría de la habitación hasta que cumpliera ciertas cosas que él lo
ordenara y hasta entonces podría salir. Ella se resistía y decía que eso que le pedía no era correcto
y mucho menos de un papá para con su hija. Así que papá empezó por tocarle el cuerpo, sus
partes, meterle las manos por debajo de la blusa y le decía que ya no era una niña. Papá se sacaba
su cosa y pedía que se la agarra, también se la movía de arriba hacia abajo (Clara lo hacía con la
mano) cosa que por supuesto no hacía. Papá se me encimaba por detrás y me hacía como lo hacen
los adultos, como si fuera un perro, expresaba. Llegó a tirase al suelo y hacia como un gato, como
un perro y otros animales. Yo estaba muy asustada y molesta porque eso no se le hace a una hija.
Papá está mal pues le dije que les diría a sus otros hijos para ver cómo les explicaba su mala
conducta para conmigo. Decidí no ir más. Mamá sentía que algo estaba pasando o había pasado,
porque cuando ella decía que me quedaría con mi papá, yo ya no quería, no se me veían las ganas
ni el gusto que algún día pude tener al pedírselo a mi mamá. Ese gusto había desaparecido. Decidí
platicar con mi mamá. Se lo platiqué todo. Sentía demasiada vergüenza y coraje además de la
impotencia de no habérselo gritado. Sin embargo, mi mamá me preguntó si lo demandábamos
´por abuso sexual y, yo le dije que no, que dejáramos el asunto así, solo que tomáramos distancia
de este padre tan cruel y malo. Esto lo cuento para sanarme, para estar bien nuevamente. Esto se
lo he platicado a mi prima Luisa que es a quien más confianza le tengo. Y sigo con coraje porque
hay personas de la familia que me preguntan: Clara, ¿Por qué ya no vas a casa de tu papá?
También lo expreso a qui para alertar a chicas que como yo desean ya no quedarse calladas o
están en las mismas condiciones, que eviten que las manoseen, que denuncien tan rápido como
puedan. Que no se callen porque hacerlo es darles a ellos el permiso de seguir haciéndolo. Asisto
al psicólogo porque aun tengo mucho coraje y debo seguir sacándolo como pueda, claro, con la
ayuda de el terapeuta. Volví a contar lo que me pasó y aun cuando es lo mismo, así me lo parece,
siempre agrego algo más, como eso de que me encontró en la cocina, me tomó por detrás y me
tocó el pecho. Por eso ahora sé porque me decía que ya no era una niña, sino una mujer. No
quiero volver a verlo, mi papa es muy malo, malo; porque eso no se le hace a una hija. También sé
que a las primas que me han preguntado que porqué ya no voy a visitar a mi papa, también les
pasó lo mismo que a mí solo que ella se lo callan, no lo platican ni asisten al psicólogo.

Fátima Daniela Bonilla Flores.

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