Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
16 Derecho Penaly Criminolog
16 Derecho Penaly Criminolog
Citations:
-- Your use of this HeinOnline PDF indicates your acceptance of HeinOnline's Terms and
Conditions of the license agreement available at
https://heinonline.org/HOL/License
-- The search text of this PDF is generated from uncorrected OCR text.
-- To obtain permission to use this article beyond the scope of your license, please use:
Copyright Information
EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN
EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO
1. TESIS
El presente escrito tiene por objeto tratar de demostrar que en un Estado social de
derecho el principio nullum crimen nulla poena sine lege si bien sigue siendo un
guardián de la certeza y de la seguridad jurídicas y una valiosay Permanente aspiración
del individuo y de la colectividad en orden a protegerse contra los abusos del poder,
razones por las cuales no debe desaparecer, en manera alguna, de la Constitución y de
las leyes, está expuesto a sufrir potentes embates que ponen en peligro su imperio.
Esos ataques son más vulnerantes por cuanto el terreno ha sido preparado por factores
que han.venido minando la fortaleza de ese principio y que pueden ser enumerados de
la siguiente manera:, a) Determinadas corrientes de pensamientos de los siglos XIX y
XX; b) Las formas de redacción de la ley y los diferentes modos de interpretarla, y c)
El poder discrecional de los jueces.'
Sobre estos factores ha venido a operar el complejo de ideas que encierra el concepto
de Estado social de derecho, con todo lo que implica ser un esquema que trasciende la
esfera puramente individual y tiene como finalidad primordial la protección de los
derechos de la colectividad.
Este principio, como las demás bases fundamentales del derecho penal, requieren un
marco constitucional. Solo en la Carta política pueden encontrar origen y límite los
rasgos fundamentales de la facultad punitiva del Estado.
Por eso, la mención que hace el artículo primero de la Carta Fundamental al decir que
Colombia es un Estado social de derecho tiene una enorme importancia como índice
de la orientación política de esa Constitución y por ello ha sido y seguirá siendo objeto
de exégesis y dará pábulo, seguramente, a no pocas polémicas.
Al sentar ese postulado de orientación social del Estado, es de suponer que la Carta
acepta todas sus consecuencias entre ellas las que pueden producirse en el campo penal.
En este campo la consecuencia lógica sería la de que se diera una orientación social a
la lucha del Estado contra el delito, acatando los postulados de la tendencia que algún
autor ha llamado científico-socialdel derecho penal. (Wolgang Naucke. "La filosofía
social del derecho penal orientado a las ciencias sociales", en Derechopenal y ciencias
sociales,Universidad Autónoma de Barcelona, edición de Santiago Mir Puig, 1982, pp.
73 ss).
Uno de los rasgos fundamentales de la tendencia social del derecho penal es su carácter
empírico, ajeno a toda idealización lo que lo lleva a confiar de modo decisivo en la
positividad, es decir, en la autoridad de la ley por sí misma y a huir de toda apelación
metafísica ojus naturalista.Es por eso por lo que desconfía del principio nullum crimen
nullapoena sine lege que, al decirde Naucke "es un principio que para un derecho penal
científico -socialmente orientado-, debe resultar de todos modos sospechoso de
contener algo de metafísica" (Naucke. Op. cit. pp. 81).
Es muy importante resaltar que el derecho penal socialmente orientado no hace énfasis
en la delimitación estricta del bien protegido, lo cual pone en tela de juicio la tipicidad
y, por ende, el principio de legalidad.
Digamos, en fin, que el derecho penal de tendencia social está orientado, más que al
hecho, a sus consecuencias, más que al individuo, a la comunidad, más que defender
abstractamente los derechos individuales haciendo respetar las garantías que los
abroquelan, procura el mayor y mejor aprovechamiento de esos derechos tanto los de
la víctima como los del reo, más que a las teorías, se orienta hacia la práctica y más que
al aspecto individual de la vida colectiva protege el aspecto colectivo de la vida
individual.
Según Naucke, esta evolución del derecho penálindividual al derecho penal social se
sintetiza en el paso del neminen ledere al immo omnes quantumpotest ¡uva o sea: que
se sustituye el no lesionara nadie por el Ayudar a los demds todo lo que se pueda.
definir el Estado colombiano como un "Estado social" está trazando una nueva
orientación al derecho penal o éste continúa regido por los principios del racionalismo?
Se trata de saber, sin embargo, la influencia de ese principio tanto en la labor del
legislador como en la del intérprete, su rigidez o flexibilidad, la mayor o menor
extensión de su órbita de influencia. En fin, si es un imperativo omnímodo queconserva
su inmodificable imperio o ha estado sujeto a lo que pudiera llamarse un proceso de
ablandamiento, en forma que hoy en día constituya, más que una normade incuestionable
aplicación, una mira o derrotero al cual deben dirigirse los esfuerzos de legisladores,
jueces y doctrínantes pero que se sabe no es una meta que pueda ser plenamente
alcanzada.
II. HISTORIA
Uno de los primeros problemas que se plantean sobre este principio y, ciertamente, uno
de los más importantes, es el de su procedencia.¿Cuál es su fuente?
Tomando la historia del derecho penal a partir del siglo XIX. se observa que en ella se
han alternado corrientes formalistas y sustancialistas en la interpretación de la ley.
Dentro del esquema liberal el formalismo de la ley no es un mero accidente sino algo
que pertenece a la esencia de ellas. Se identifican ley y razón y la ley no solo se inspira
en el derecho natural sino que lo condensa. La ley no es, sin embargo, un fin en sí misma
sino un instrumento para impartir lajusticia: ley yjusticia se identifican, compenetrándose
así el racionalismo jusnaturalistacon el positivismo jurídico.
Estas garantías no se limitaron al campo del derecho sustantivo sino que trascendieron
al procesal por lo que puede afirmarse que las garantías procesales son de la misma
especie que las del derecho sustantivo.
Ya se planteó en un principio que entre los adversarios del principio de legalidad están,
en primer lugar, determinadas corrientes del pensamiento jurídico.
Algunas de estas corrientes nacieron en el seno del derecho penal como una reacción
alfetichismo de la ley preconizado por los iluministas y sus sucesores. Otras tuvieron
su origen en el ámbito de la tendencia sociológica del derecho. Y otras en la necesidad
de acomodar la ley al cambio de los tiempos.
tendencias que se apoyan en la psicología profunda tales como la teoría del Gesinnung
o talante, la de LUdersen basada en el psicoanálisis o las que se fundamentan en la
realidad como la del varias veces citado Naucke con su derecho penal cieñifico-
socialmente orientado.
En Italia las nuevas tendencias de política criminal han tenido sus máximos exponentes
en Nuvolone, Mantovani,Bricola y en la llamada Escuela de Bologna, con Baratta a la
cabeza.
En España hay que señalar a Gimbernat Ordeig, Barbero Santos, Santiago Mir Puig y
Sáinz Cantero, entre otros.
Pero si se quiere fijar el punto en que la antigua corriente dogmática ha cedido el paso
a las nuevas tendencias científico-sociales, habría que señalar el Proyecto Alternativo
alemán que elaboraron, en 1962, Baumann, Kaufmann, Lampe, Lenckner, Mahiofer,
Roxin y Stratenwerth entre otros y en que la prevención es puesta por encima de la
retribución.
Pero también se dice que deben evitarse los tipos vagos e indeterminados. Mas al tratar
de establecer dónde acaba la indeterminación lícita y comienza la indebida, no se dan
criterios exactos y se concluye por afirmar, como hace Fragoso, que "la violación del
principio de reserva legal depende, en último análisis, de la sensibilidad jurídica yde
la vocación democrática del juez" (Fragoso, en Comentariosal códigopenal, adiciones
al texto de Hungría, vol. I, tomo 1, pp. 22).
Esto es, que la frecuente vaguedad de la ley tendría que solucionarse con criterios
extralegales, posición que atenta gravemente contra el principio nullum crimen nulla
poena .sine lege porque la calificación de un hecho como delito viene a depender
exclusivamente de las ideas socio-políticas del juez.
Sé suele pensar que la ley ofrece seguridad por su fijeza, es decir, que basta leer la ley
para que no exista problema sobre su aplicación.
Luis E. Romero Soto
La verdad es muy diferente. La ley, por lo general, no es clara, ni segura, ni fija. Por el
contrario, puede ser variada a través de su aplicación. Hasta es posible, según el decir
de Hassemer, que el legislador prefiera una ley inciertapara esperar a ver sus efectos
en la praxisjudicial.
Por otra parte, según el mismo Hassemer, "el legislador solo no puede garantizar la
certeza de los tipos y depende, por lo tanto, de la lealtad de la jurisprudencia"
(Hassemer. Op. cit. pp. 316).
En primer lugar se tienen las incertidumbres del lenguaje y las incertidumbres del
contenido. Por lo que hace a los primero es de acatar la opinión de Jescheck de que toda
norma debe ser interpretada "incluso en los casos de claro tenor literal". Y en cuanto
al contenido, abundan aquellos de contenido difuso, paradójico, ambiguo, etc.
Aun cuando así no sea, algunas estructuras legales se prestan a ser interpretadas de
diferentes maneras. Tal ocurre, por ejemplo, al deteminar el papel que desempeñan
las personas dentro del episodio sometido a juicio. Es el caso de la diferencia entre el
autor y el cómplice la que depende de si el juez piense que el elemento decisorio es el
ánimo con que se actúa (annimus autoris o anni us socii) o el dominio del hecho.
Hay otros casos en que la estructura de los delitos abre grandes espacios a la
interpretación del juez, permitiéndole la composición y descomposición de tipos para
hacer de un episodio varios ilícitos o, al contrario, de varios episodios un solo ilícito.
En todos estos casos y en algunos otros que se omiten en gracia de brevedad, se muestra
que el principio nullum crimen nullapoenasine lege no ha tenido, ni aun bajo el sistema
El principio de legalidad en el Estado social de derecho
O sea que su adhesión a la ley y, por lo tanto, la aplicación del principio nullum crimen,
nulla poena sine lege depende, en gran medida, de la mayor o menor facilidad para
formular tales juicios de valor.
En todos estos momentos del juicio penal entra en acción la discrecionalidaddel juez.
Pero esa intervención es mayor cuanto menos precisos sean los objetos sobre los que
recaen los respectivos juicios de valor..
Se ha dicho que los jueces no.deben legislar. Esta es una aseveración que debe ser
entendida en el sentido de que no deben crear normas legales nuevas, es decir, que
versen sobre materias no contenidas en una ley. Pero, dentro de sus límites, la labor
judicial es esencialmente creadora, esto es, legiferante. Como dice Antolisei "el juez,
lejos de ser una máquina lógica, debe ser considerado como un órgano que, por la
Luis E. Romero Soto
necesidad de las cosas, tiene el encargo de continuar, con juicios valorativos, la obra
del legislador en el espacio que éste ha dejado libre" ("Per un indirizzo realistico nella
scienza del diritto penale", en Scritti, p. 77).
VI. CONCLUSIONES
De las premisas que se dejan sentadas resulta que nuestro derecho acoge, como línea
directriz para el intérprete, ya sea juez o doctrinante, la de la legalidad del delito.
Pero dentro de una Constitución que consagra en su artículo primero que Colombia es
un Estado social de derecho, es necesario preguntarse si esta declaración es una simple
directriz o un principio fundamental que abarca todas las actividades fundamentales del
Estado.
Y como entre ella se encuentra la función penal, debe interrogarse si se estáen presencia
de un derecho penal de orientación científico-social o todavía se continúa dentro del
derecho pena tradicional.
Porque basta lo que se deja dicho para entender que el derecho penal está sufriendo una
profunda transformación que lo sitúa en planos distintos a los que-venía ocupando.
De otra parte, también van contra la fijeza de este principio las distintas ideas
filosóficas de los intérpretes, sus diferentes tendencias sociales, sus diversos intereses
políticos.
No significan lo mismo los términos de la ley para un Estado de ideología liberal que
para uno de estructura socialista.
Prácticamente todos los países tienen en sus Constituciones el mismo mandato (nullum
crimen nullapoena sine lege). Pero su significado es diferente para cada uno de ellos.
De otra parte, dentro de un Estado social, como el que proclama nuestra Constitución,
debe buscarse un equilibrio armónico entre la defensa del individuo y la de la sociedad.
El derecho penal del Estado social de derecho es, más que un derecho del legislador,
un derecho de los jueces.
Por eso quiero terminar esta intervención reproduciendo las palabras de Carnelutti en
una de sus ~Seis Meditaciones sobre el derecho" contenidas en su obraA rte delderecho.
'No os dejcis seducir, dice, por el mito del legislador. Más bien pensad en el juez que
es verdaderamente la figura central del Derecho. Un ordenamiento jurídico se puede
conseguir sin reglas legislativas pero no sin jueces. El hecho de que en la escuela
europea continental la figura del legislador haya sobrepujado en otro tiempo a la del
juez es uno de nuestros más graves errores. Es bastante más preferible para un pueblo
el tener tnalas reglas legislativas con buenos jueces que no malos jueces con buenas
reglas legislativas. No llegaré al extremo de aconsejaros que repudiéis el derecho
legislado pero tengo la conciencia tranquila al recomendaros que no abuseis como
nosotros hoy lo estarnos haciendo. Y, sobre todo, cuidad mucho de la dignidad, del
prestigio, de la libertad del juez, y de no atarle demasiado corto las manos. Es el Juez,
noel legislador, quien tiene ante síal hombre vivo mientras queel hombre del legislador
es desgraciadaniente una marioneta o un títere. Y solo el contacto con el hombre vivo
y auténtico, con sus fuerzas y debilidades, con sus alegrías y sufrimientos, con su bien
y su mal, pueden inspirar esa visión suprema que es la intuición de la justicia~.