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DIOS ES NUETRA FUENTE, ÉL ES ABSOLUTO EN

TODAS LAS COSAS


febrero 06, 2011
Debemos tener a Dios como nuestra Fuente.

Las Escrituras dan testimonio, en un sinnúmero de textos, que de Dios proceden


todas las cosas, y que Él es la fuente de todo lo que existe. En el libro de
Deuteronomio y el primer libro de las Crónicas (escrito posiblemente por Esdras), se
registra esta verdad absoluta, por ende inalterable.

“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos,


sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te
sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se
aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se
aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios,… y digas
en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino
acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para hacer las riquezas”
(Deuteronomio 8:11.18).

“Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la


congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro
padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el
poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los
cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso
sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en
tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a
todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso
nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido
de tu mano te damos”.           (1º Crónicas 29:10.14).

Debemos estar bien claros y hacer diferencia entre lo que es la fuente y el medio.
Vamos a conceptualizar los términos y conocer las características y valores, para así
poder distinguir y analizar.

La Fuente: Es de donde proceden todos nuestros recursos.

El Medio: Es la forma o el elemento que Dios usa para bendecirnos.

Cuando hacemos del medio la fuente, le quitamos a Dios su lugar, y Él deja de


bendecirnos; nunca el medio debe ocupar el lugar de la fuente.
El error más grande que se puede cometer en el sistema financiero de Dios, es quitar
la mirada de la fuente y colocarla en el medio.

Éste fue el terreno en la que cayó David en contra de Dios, y aunque se arrepintió, le
trajo graves consecuencias: él puso su esperanza en el pueblo y no en Jehová,
censando al pueblo para ver con cuántos hombre fuertes contaba para la guerra (2º
Samuel 24:1.10); sin embargo, 1º Crónicas 21:1.8, narra el mismo acontecimiento, y
declara que fue Satanás quien incitó a David a cometer dicho error:

“Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de
Israel. Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel
desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo
lo sepa. Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío;
¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, que
será para pecado a Israel? Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por
tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del
número del pueblo a David,… Asimismo esto desagradó a Dios,… Entonces dijo
David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto”. (1º Crónicas 21:1.8)

Nunca olvides lo dicho por Zacarías a Zorobabel:

“Ésta es palabra de Jehova a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con


fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:69

Con trescientos hombres de treinta y dos mil que había, Dios libró una batalla, es
decir, con menos del diez por ciento. Porque no es en “el medio” donde está la
fuerza, sino en “la fuente” (Jueces 7:1.7).

Si este principio lo hubiera tomado en cuenta el Rey David se hubiese ahorrado todos
los problemas que vinieron por consecuencia de haber quitado la mirada de Dios.
Puedes notar que David hizo de un medio, la fuente, le quitó a Dios su lugar y Jehová
dejó de bendecirlo, David no ganaba las batallas por el número del pueblo, sino por
las fuerzas de Dios que estaban representadas por el Espíritu de Dios en él, pero
Satanás logró poner dudas en David llevándolo hacer todo lo contrario a los designios
de Dios.

El objetivo de Satanás es: que quites la mirada de Dios como “la fuente” y la pongas
en “el medio”, haciéndote quebrantar un principio en el área de las finanzas, a fin de
que no alcances la bendición.

Su otro objetivo es: desviar tu mirada de “la fuente” a fin de que te centres en “el
medio”, y él -a causa de las circunstancias negativas- hacer que “el medio” falle,
cercenando el derecho de ser bendecido por Dios en lo posesional, en el área
financiera.

Debemos tomar en cuenta que Satanás es el que controla este mundo en cuanto al
sistema (1ª Juan 5:19). Él puede hacer que “el medio” falle, pero lo que él no puede
es producir fallas en “el medio” cuando éste es provisto por Dios, así que menos
puede producir fallas en Dios como “la fuente”.

Según esta verdad no está mal el que se ponga la confianza en “el medio” cuando
viene de Dios, sin quitar la mirada de “la fuente”. El medio nunca falla cuando es
provisto por la fuente, la fuente misma sostiene al medio. Ejemplo de esto es Jesús,
aunque es el Verbo: como Mediador, Sumo Pontífice, Redentor, como el Vicario; es el
medio para llegar a la fuente que es Dios (Juan 14:6).

Según el testimonio que registra Apocalipsis, la puerta que Dios abre nadie la puede
cerrar. En este pasaje la puerta se puede considerar como el medio que fue provisto
por Dios y que nadie puede cercenar ni caducar.

“Escribe al ángel de la Iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el


que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
… he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
…”(Apocalipsis 3:7.8).

El 2do. Libro de Crónicas nos muestra algo similar a lo que pasó con David, como fue
el error que cometió el Rey Asa, quien se apoyó en el Rey de Siria y quitó su mirada
de Dios: hizo de un “medio”, “la fuente”, le quitó a Dios su lugar y Él dejó de
bendecirlo.

“En aquel tiempo vino el vidente Hananí a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto
te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el
ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no
eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con
todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los
ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los
que tienen corazón perfecto para con Él. Locamente has hecho en esto; porque
de aquí en adelante habrá más guerra contra ti”     (2º Crónicas 16:7.9).

Las Escrituras dicen que Jehová es el que edifica y a su vez cuida la edificación. Él es
la fuente por excelencia.

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová
no guardara la ciudad, en vano vela la guardia” Salmo 127:1.

Con todo lo acontecido el Rey Asa no aprendió la lección, y cayó en el mismo terreno
tropezando con la misma piedra, volvió hacer del medio la fuente y tuvo graves
resultados, hasta el punto que perdió la vida.

“En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y
en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos, durmió Asa con sus
padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado” (2º Crónicas 16:12.13).

Cuando nosotros hacemos del medio, la fuente le estamos quitando a Dios su lugar,
quebrantamos uno de los más grandes principios, y no podemos recibir las
bendiciones financieras que vienen de parte de Dios.

En una ocasión Dios le dijo a los Israelitas que tomaran el mana que necesitaban para
la ración del día, pero que no tomaran más de lo necesario ya que Él proveería para el
mañana, Israel hizo todo lo contrario, tomando con avaricia acumularon el mana y
quebrantaron un principios ante Dios, el mana se les pudrió y perdieron la bendición
de Dios.

“16Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una
cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra. 15Y
viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no
sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para
comer. 16Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo
que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras
personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. 17Y los hijos de
Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; 18y lo medían por
gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido
poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer. 19Y les dijo Moisés:
Ninguno deje nada de ello para mañana. 20Mas ellos no obedecieron a Moisés,
sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió;
…” Exodo16:14.20.

Cuando tenemos a Dios como nuestra fuente no hay lugar para acumular, nuestro
pensamiento es invertir en el reino y compartir con el necesitado.

El medio es: La forma o el elemento que Dios usa para bendecirnos, tal como nuestro
empleo, una empresa, la Iglesia, material didáctico, una persona, el vehículo, una
herencia, etc.
La fuente es Dios: de donde proceden todos nuestros recursos. A continuación vamos
a dar algunos ejemplos Bíblicos acerca de la fuente y el medio:

En estos ejemplos nos vamos a dar cuenta que la fuente es y será siempre Dios, que
lo único que está sujeto a cambios y a fallas es el medio.

La Escritura narra el caso de un profeta llamado Elías, y cómo este hombre hizo de
Dios su fuente y entendió cuál era el medio:

"Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente,


y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del
arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer"  (1º Reyes
17:2.4).

Observe en el pasaje, que los medios que utilizó Dios fueron el arroyo y los cuervos,
con el fin de bendecir al profeta, pero la fuente era Él.

En el verso 7 dice: Que el arroyo se secó, pero Jehová le dijo al


profeta: “Levántate, vete a Sarepta de Sidon y mora allí, yo he dado orden a una
mujer viuda que te sustente”. (Verso 9)

Si observamos bien el pasaje nos daremos cuenta que el medio que Dios utilizó en
una segunda oportunidad fue la viuda, pero la fuente sigue siendo Él, note que lo que
cambia es el medio la fuente nunca cambia.

Jesús hizo de Dios la fuente, y Dios hizo del pez un medio, donde venia un estatero el
cual Jesús utilizó para pagar el tributo eclesiástico.

“…ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle
la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti” (Mateo 17:27).

Acuérdate de esta verdad acerca de la fuente y el medio, nunca hagas de


un “medio”, “la fuente”, y nunca pongas tus esperanzas en “el medio”, siempre
deposita toda tu fe en “la fuente” que es Dios. Nunca se te olvide esta verdad que te
sostendrá para toda la vida: “El medio te puede fallar y puede cambiar; la fuente
nunca falla y nunca cambia”.

En Habacuc 3:17.19, conseguimos este principio de un hombre que hizo de Dios su


fuente y entendió lo que era el medio. El texto dice:

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el


producto del olivo, y los labradores no den mantenimiento, y las ovejas sean
quitadas de la majada, y no hayan vacas en los corrales; con todo, yo me
alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación Jehová el Señor es
mi fortaleza...”

Si observamos la escena que presenta Habacuc en el pasaje, estamos hablando de


un caos total y de una quiebra absoluta. Pero él entendía y sabia que: La higuera que
daba los higos, las vides que producían las uvas, el olivo que daba el aceite, las
ovejas que derivadamente daba su producto, y el personal humano que daba el
mantenimiento a todas estas cosas; sólo eran el Medio de bendición y que podían
fallar, pero su Fuente es Dios, que nunca cambia y nunca falla.

Debes tomar en cuenta esta observación: Dios no es egoísta, Él no quiere ser el único
en tu vida, pero sí quiere ser el primero, a quién tú coloques de segundo lugar es tu
problema. Ningún recurso debe ocupar el lugar de Dios, Él es absoluto en la vida.

Jesús dijo: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas
cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:33)

La fuente y el medio tienen características totalmente diferentes.

a) Del medio: Se sabe cómo, cuándo y de dónde vienen las cosas.

b) De la fuente: Nunca se sabe, cuándo, cuánto y cómo vienen; pero lo más seguro
es que vienen.

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